Estaba nerviosa. Está vez no era una actuación. Me mecía de un lado al otro y mis dedos se enrollaban y desenrollaban de la cinta alrededor del cuello de mi blusa.

¡Demonios, conocería Mariejois!

El centro del gobierno, del mundo, del poder y de toda la maldad de este universo de fantasía. ¿A qué futura villana no le gustaría este lugar?

Lo único que lamentaba era estar de paso. No podría caminar más allá hacia las instalaciones del Tenryubitos y el Gorosei. Tendría que conformarme con mirar lo posible desde lejos.

¿En esta época ya existirá el camino que se mueve por el trabajo de los esclavos bajo tierra? Creo que no. Que aburrido.

¡Oh! ¡Pero al menos subiremos por esas burbujas!

"¿Eres un cachorro?"

"¿Eh?" Mire al hombre a mi lado mientras el barco se acercaba a la Red Line. "¡Lucci-san! ¡Es Mariejois! Es imposible que no esté emocionada." Expliqué entre pucheros. La máscara sólo cubría la parte superior de mi rostro, los ojos, así que no había problemas en que varios de mis gestos se entendieran. "¡Mira, hasta se ven las burbujas de Sabaody!"

Escuché un suspiro a mi lado, al mismo tiempo que pude escuchar una burbuja estallar, pero lo ignoré a favor de llenarme con la vista del mundo de One Piece en la realidad. Era todo tan asombroso.

"¡Comodoro!" Grité al viento sin siquiera mirarlo.

"¡Sí, Ene-san!"

"¡Apresúrate!" Terminé con la risa digna de una niña.

"¡De inmediato, Ene-san!"

Siguió dándole órdenes a sus subalternos que corrían como pollos haciendo su trabajo. Lucci miraba con ojo crítico nuestra interacción.

Desde ese primer día, no había marine que se atreviera a mirarme desde arriba. Incluso el Comodoro, cojo y con el muslo vendado por las siguientes semanas, no tuvo quejas y reproches en mi contra.

Elegí una personalidad amigable y asequible, aprovechela in place of hacerme enojar. Perfectamente podría haber llegado a este barco lanzando órdenes a diestra y siniestra, y sin embargo, preferí la paz antes que la guerra.

"Ne, Lucci-san. ¿Dónde está Hattori?" No había visto a la paloma desde ya sus buenos minutos. Por lo general se encuentra siempre posada en su hombro como si fuera parte de su cuerpo, o volando alrededor de Lucci. Pero ahora ni siquiera podía divisarla a simple vista.

"Inspeccionando los alrededores de las góndolas"

"Ya veo."

La relación con Lucci fue más llevadera de lo que pude haber predicho. Increíblemente contestaba mis preguntas y no me ignoraba. Por supuesto, aún me observaba desde lejos. Era imposible que confiara por completo en estos pocos días que llevábamos de viaje, además de qué prácticamente era mi evaluador durante esta misión. No obstante, parecía que hubiera una pequeña grieta en su muro de hierro desde donde podía colarme de vez en cuando.


La vista desde la góndola fue increíble. El azul del mar brillaba intenso hasta el final del horizonte. Sabaody sólo era una masa verde y diminuta desde lo alto, casi ocultas por las pocas nubes formadas a gran altura.

Se podría decir que esta era la primera vez que viajaba por el Grand Line y me resultó con las maravillas del anime.

El Red Line por sobre todo. Una línea roja tan alta que no lograba verso su cima desde abajo. Fue un tiempo bastante considerable subiendo las góndolas de burbujas para llegar a la cima.

Entonces empecé a recordar todas las otras islas por las que los Sombreros de Paja viajaron. Arabasta, Drum, Water 7, Skypiea, Punk Hazar, Dressrosa, el territorio de Big Mom, Zou, Wano. Entre todo el montón de islas esperas que faltaron por conocer.

El mundo de One Piece era ciertamente, el mejor mundo para la aventura. ¿Era por esta sensación efervescente que generaba la anticipación de conocer nuevas islas, el porqué Shanks dejó a Emma? No podía sacarme de la cabeza esa pregunta. Sin embargo, incluso yo, que comenzaba a experimentar todas estas sensaciones con aroma a libertad, desearía tenerla a mi lado mientras descubríamos el mundo o simplemente recolectando manzanas de los árboles. Juntas.

Creo que será una maldición que llevaré sobre mis hombros por el resto de mi vida. El tener que pensar en Shanks cada que recuerde a Emma. Estúpidos pensamientos agridulces.

Cuando al fin llegamos a la cima del Red Line, nos recibieron las vistas de guardias con armaduras ridículas caminando por los alrededores de enormes mansiones de blanco inmaculado, jardines verdes y calles limpias y espaciosas. No había ningún Tenryubito a la vista, tampoco esclavos. A lo lejos se distinguían algunos marines de alto rango y civiles con vestimentas caras y coloridas. Quizás de la nobleza que trabaja para los Tenryubitos. Pero el caso era, que el lugar resaltaba la belleza de lo material hasta un punto que te dejaba atónita. Lo edificios, los faroles, incluso los jardines, eran adornados por joyas y gemas preciosas. No ni saber de qué material estaban hechas las edificaciones para que brillaran tanto bajo el sol como quería de la sombra.

Nuevamente di gracias a la máscara que cubría con efectividad mis ojos brillantes. Podría ser una niña tanto en edad física como en personalidad determinada, pero no estaba dispuesta a dejar mostrar todas mis expresiones, en especial las verdaderas. De lo contrario, se descubriría en un parpadeo mis engaños.

El caso es que fue alucinante mientras duró. Inmediatamente pisamos Tierra Santa, nos dirigimos en línea recta hasta el otro lado de Red Line, donde ya los guardias nos esperaban para guiarnos a las góndolas.

Los marines que nos seguían, el Comodoro, Capitán y un teniente, bajaron primero apresurándose a tener preparados el nuevo barco que utilizaríamos para la mitad más larga de nuestro viaje al North Blue. Lucci, Hattori y yo nos tomamos nuestro tiempo bajando con tranquilidad.

Al llegar al muelle, los soldados y el Comodoro nos esperaban al pie de la rampa que Lucci subió sin darle una segunda mirada a los marines. Pero no pasó desapercibido para mí la mirada incrédula al verme. Al parecer no todos los marines escuchado los rumores sobre mí como pensé estar en Enies Lobby.

En primer medida los ignoré como suelo hacerlo, pero estaba decidido que si el Comodoro no los amaestraba lo suficiente, debería que hacerlo yo. Y para mala suerte de ellos, ninguno era Comodoro o por tanto, necesario en este barco.


"¡BAM!"

"SWHA"

"¡Fuego!"

"¡ENORME!"

"¡Disparen los cañones!"

"¡Atrapen a los piratas!"

"ESTRAFALARIO"

El barco estaba hecho un lío. Soldados corriendo de un lado a otro, cargando bolas tras bolas de cañón. Los estruendos de los cañones al ser disparados desde nuestro barco o desde el de los piratas estaba a punto de ponerme de mal humor.

No había pasado ni media hora de salidos del Calm Belt al Noth Blue cuando una tripulación pirata bastante estúpida a mi parecer nos puso como el blanco de sus fechorías y abrieron fuego como los idiotas sin cerebro que son.

"Ah ..." Mi suspiro estaba justificado. Si simplemente hubieran seguido con su curso, ni siquiera estaríamos perdiendo el tiempo con ellos en estos momentos. Las órdenes de la tripulación era transportarnos a Lucci ya mi durante esta misión. Ahora mismo, no era su deber cazar piratas en el camino.

"¡Ataquen!"

"¡WHA!"

"¡Maten a los marines!"

"¡No hagamos que los piratas aborden nuestro barco!"

Fruncí mi entrecejo cuando ambos grupos estaban al alcance del otro y fueron los piratas los primero en abordarnos.

¿Qué demonios? Sería un poco más condescendiente si este fuera de Grand Line, pero sólo era el North Blue. ¿Qué mierda de entrenamiento tenían los marines? Por fortuna el teniente y el capitán no decepcionaron y se encargaron de varios, pero los soldados de menor rango, que eran prácticamente todo el resto, no eran precisamente, fuertes.

Dos marines pasaron a mejor vida en un instante cuando un pequeño grupito problemático de piratas se abrió paso en nuestra embarcación. No pude evitar sentir un malestar en mi estómago. Era obvio que ese fue el resultado no solo de su debilidad, sino de sus órdenes. Mientras los piratas atacaban a matar, los marines peleaban para incapacitar. Maldita escoria pirata.

"Debe ser frustrante para ellos no poderlos" Mi voz neutra llegó a mi futuro compañero y superior.

"Incluso si tuvieran las órdenes, personas como ellos no las acatarían".

"Mh…" Por supuesto. Casi olvido que no todas las personas piensan como yo. Cosa lamentable siendo sincera. "Ah ~ Si esto sigue así, voy a terminar de bastante mal humor. ¡Quiero comer dulces!" Me quejé dando paso al frente en la riña.

Sabía que el Comodoro, que hasta el momento sólo estaba dando órdenes, iba camino a encargarse de los invitados no deseados, pero la sola presencia de estos piratas cerca de mí me estaba haciendo enojar. Incluso si no los busco, los bastardos se esparcen como la basura en todo el ancho del mar.

"¿Qué, una niña?"

"¡No importa! Tomémosla y hagamos que los marines se rindan".

"Buena idea. Así tendrán que bajar la guardia si quieren salvar a la mocosa."

En serio. No pueden ser más que simples cucarachas. Insectos asquerosos con la misma neurona compartida. ¿Habrá alguno que piense diferente? Lo dudo. Los cerebros de estas basuras hace mucho tiempo que deben estar secos, desde el momento en que decidieron convertirse en piratas imagino.

Una sonrisa siniestra se extendió por la parte inferior de mi rostro cuando una idea desagradable se me pasó por la mente. Sería asqueroso. Vaya que lo sería. Pero también muy divertido. Veamos si puedo hacerlo bien. Nunca lo he intentado, pero en teoría debería ser posible. Creo.

Ignoré la repentina pero notable vacilación en los miembros de los piratas que estaban próximos a mí. Creo que otra vez dejé salir de mi Haki. Espero que no se vuelva una costumbre cada vez que trate con ellos, pero no era momento de preocuparse por eso ahora.

Rápidamente, sin la necesidad de usar Soru, llegué al frente del bastardo que me apuntaba con su espada y cogí su asqueroso cabello bajando su cabeza a mi altura. No sentí la necesidad de enfocarme en el otro idiota que tenía a mi costado, y concentrándome calculé la position de mi dedo en su cabeza.

Podía sentir levemente la atención que estaba poniendo Lucci en mí, sin embargo, lo dejé pasar con mayor indulgencia de lo que solía hacerlo. No quería fallar y matar de inmediato al bastardo. Me gusta cumplir mis metas a la primera, y esta no era la excepción. Así que, en un susurro apenas audible, con mis ojos ocultos fijos en donde estaba mi dedo, solté: "Shigan"

"¡AH ...!"

"Éxito" Dije para mi misma.

El grito ensordecedor que rompió la atención de todos, marines y piratas por igual, era la mejor indicación para hacerme saber que mi objetivo fue cumplido. Había disparado mi Shigan a una zona en la que perforaría el cráneo sin dañar el cerebro. No está de más recalcar que fue toda una hazaña para una primeriza en esto de la tortura. De ahí mi enorme felicidad y sensación de logro.

"¡Bien, continuemos!"

Tomé la misma espada del idiota ahora arrodillado, y con habilidad experta, digna de mi duro entrenamiento, procedí a fracturar más y más el cráneo. Diablos. En menos de un minuto ya no solo salían gritos, llantos y ruegos del pirata, si no también sangre por sus ojos y oídos. Solté una risita. Estaba divirtiéndome mucho mucho con esto.

"EE-Ene-san ..."

"¿Mh?"

"Cre-creo que es s-su-suficiente"

Me detuve en seco. El Comodoro se tensó. Me giré a verlo con seriedad. Había un silencio sepulcral en toda el enorme área que ocupaban los dos barcos, sólo lo gemidos y jadeos temblorosos y casi sin vida del moribundo quebraban el aire. Todos estaban pálidos, otros vomitando, no había ni rastro de la pelea que hubo hace unos minutos. Miré a Lucci, su rostro se veía oscuro.

Vaya, ¿cómo debería tomar eso? Siendo sincera, no creo que lo haya encontrado cruel, su trabajo también consistía en cosas como estas, pero quizás ¿lo encontró grotesco de alguna manera? No lo culpo, a mi también me pareció asqueroso cuando se me ocurrió, pero de pensarlo a hacerlo, hay una diferencia muy divertida.

Volví mi atención al Comodoro que estaba mostrando signos de terror si el temblor en su cuerpo significaba algo. Claro. Mis ojos siempre están ocultos, es obvio que pensó que todo el tiempo lo estuve mirando a él.

Sonreí afablemente para tranquilizar al buen hombre que me ha estado sirviendo satisfactoriamente en este viaje. "Tienes razón." Caminé al borde del barco y de un tirón dejé caer al mar el cuerpo agonizante con el que estuve divirtiéndome. "Veo que la pelea ya terminó así que, Comodoro"

"¡S-Sí, Ene-san!"

"Ata a todos los piratas en su propio barco, no necesitamos arrestarlos" Los mencionados por primera vez en este corto tiempo dejaron salir suspiros de alivio, como si agradecieran el no tener que sufrir el mismo trato que su nakama desafortunado. Caminé hacia el comodoro y robé el pañuelo que siempre llevaba con él para limpiar mis manos ensangrentadas. Luego, cuando estemos a la distancia suficiente, húndelo.

El cómodo tragó con dificultad, pero asintió. "Así se hará". Sonreí. Que buen perrito.

De inmediato se movió a cumplir mis órdenes. Caminé a mi lugar inicial junto a Lucci distraídamente mientras trataba de sacar inútilmente todos los restos de mis manos.

"Ve a bañarte". Dijo con disgustos.

"Lucci-san, ¿no te gusta la materia cerebral?" Lo molesté haciendo amago de acercar mis manos a su cara. Dio un paso lejos de mi con su expresión aún más disgustada mientras Hattori del mismo modo aleteaba para que mantuviera la distancia. "Oh, vamos ~ Lucci-san me estas hiriendo." Ni siquiera era materia cerebral lo que tenía en mis manos, creo. Después de todo, puse especial cuidado en no tocar el cerebro.

"Asqueroso". Puntualizó.

"¡…!" Jadeé ofendida.

Sintiéndome rechazada, como perrito regañado, con los brazos colgando casi sin vida a los lados de mi cuerpo y mi cabeza gacha, caminé a paso lento al interior del barco teniendo de fondo el disparo de los cañones y gritos de los piratas mientras se hundían sin poder hacer nada.

Tendré que controlar mis ideas repentinas. Darles un segundo pensamiento.


Tenía escrita la primera parte de hace días atrás, y no tenía idea con que rellenar el capitulo. Tengo que admitir que fue mientras escribía la última parte que se me fue ocurriendo todo. No es como si anduviera por la vida imaginándome como ir torturando gente jejeje todo fue muy salido de la nada, desde que escribí cerebro seco. WAKALA

Pues, ese sería el capitulo de hoy, trataré de no demorarme demasiado con el siguiente, que sería la llegada al Reino del North Blue.

¡Ah! Y si no lo han notado, al fin puse una portada. Es Yua. Sí, ese es su nombre real si a alguno se le olvidó.

Hice un avatar de ella en una aplicación llamada ZEPETO. Estaré subiendo fotos y videos de ella cuando niña y como se verá cuando crezca. El nombre de usuario es "aminaalaia" puede estar siguiendo a nuestra adorable y cruel protagonista por ahí.

Y agradezco a las personas que han estado comentando esta historia. Ustedes son los que me motivan a seguir escribiendo este fic. Espero que les haya gustado este capitulo y espero no decepcionar.