Epílogo
Un año después.
Sobre las rodillas de su marido Candy reía con la descripción que éste le hacía de la cara de Lord Pembroke al ser rechazada su propuesta en el parlamento.
—Me encanta cuando ríes así, haces que tenga pensamientos lujuriosos —dijo el duque a la vez que besaba la comisura de sus labios y trataba de meter la mano bajo las faldas de su esposa.
Esta le dio un ligero manotazo aunque sus ojos brillaban de expectación al decir:
—Aquí no, pueden entrar los niños en cualquier momento.
Como si los hubiera convocado con sus palabras la puerta de la sala se abrió con fuerza dando paso a Laura, que venía corriendo:
—¡Mamá, papá! ¡ Charles me ha enseñado la salida del laberinto!
Terry viendo la evidente excitación de su hija se levantó para cogerla en sus brazos a la vez que depositaba un cariñoso beso en su mejilla:
—Eso es maravilloso cariño pero recuerda que jamás debes entrar sola allí pues es muy fácil olvidar el camino.
—Ya se lo he dicho yo papá — Candy miró con cariño a Charles.
Desde el principio había aceptado a Laura con gran cariño y entusiasmo, desarrollando una faceta protectora que los había sorprendido a todos. En ese momento la señora Buttercup asomó la cabeza:
—¡Niños! ¡La merienda ya está preparada! —los niños salieron corriendo entre gritos de alborozo.
Al quedarse solos de nuevo Terry volvió a cerrar la puerta dirigiendo una explícita mirada a su flamante mujer.
—Bueno, ¿dónde nos habíamos quedado?
—No lo recuerdo…
—A ver yo te refrescaré la memoria —agarrándola por la cintura bajó la cabeza y la besó apasionadamente acariciando sus pechos por encima de la fina muselina de su vestido.
De fondo oyeron las voces de sus hijos y se separaron con renuencia; a pesar de haber sido interrumpido en un momento tan placentero Terry sonrió y dijo:
—Adoro el sonido de sus risas en la casa…
—¿Sí? ¿Y cómo te sentirías si te dijera que ese sonido va a aumentar dentro de seis meses?
Al principio Terry la miró sin comprender; cuando se dio cuenta de lo que Candy trataba de decirle la abrazó fuertemente.
—¡¿Eso es cierto?!
—Sí, cariño —confirmó ella entre risas.
—Amor mío, me haces el hombre más feliz del mundo —y bajando la cabeza la besó con todo el amor que sentía por esa increíble mujer que le había robado el corazón.
FIN
Muchas gracias mis queridas! un gusto y un placer Que ésta historia haya tenido tanto éxito entre ustedes.
La idea es traer a ustedes pequeños momento de felicidad en estos momentos tan difíciles que vivimos en el mundo.
Saludos a todas, y gracias por su recibimiento. Sepan mis queridas, que leo cada uno de sus comentarios.
Aclaratoria: Las historias siempre serán Candy y Terry.
por otro lado; siempre buscaré que nuestros rebeldes terminen siendo felices. (un poco de drama no es malo)
y abran la mente con los personajes.
habrá veces que los personajes malos serán buenos o también muy malos ;)
Nos vemos mañana, con una nueva historia!
