Capítulo 2: Deal With The Devil (Pacto Con El Demonio) [Traducción: Lamimisma]

NA: ¡Gracias por los reviews hasta ahora! ¡Me encanta leer todos tus comentarios! ¡Espero escuchar más!

Se mencionó que no se dice explícitamente cuánto tiempo ha tenido Cedric cautiva a Sofía y quería que así fuera (principalmente porque no podía decidirme exactamente cuánto tiempo), pero tengan la seguridad de que Sofía tiene veintipocos años.

Chicos, creo que esta historia va a ser un poco más larga y mucho más oscura de lo que esperaba... ¡así que abróchense los cinturones y disfruten!


Había pasado una semana, o tal vez habían sido dos. Era difícil llevar la cuenta cuando una estaba encerrada en una celda sin ninguna ventana. Fuera de la puerta de su prisión había dos guardias, pero ella nunca veía sus caras. A ninguno de los guardias se le permitía acercarse a su celda después de que un hombre en particular se había puesto un poco manitas con ella durante su vigilancia en solitario. Todavía había una mancha de sangre en la pared donde Cedric había desatado su rabia sobre el guardia. Sirvió como un recordatorio constante de las consecuencias que esperaban a quienes se atrevieran a ponerle un dedo encima.

Podía oír los pasos en las escaleras. Alguien venía hacia ella y no era un sirviente del castillo. Conocía estas pisadas mejor de lo que quería admitir. Él regresaba.

Hubo un giro de la llave en la cerradura y la puerta crujió al abrirse y luego cerrarse una vez más. Hubo pisadas más nítidas antes de que apareciera a la vista.

"¿Regresaste tan pronto?" Dijo levantando los ojos hacia su rostro. Pero él no respondió y no se paseó de un lado a otro frente a su celda rechazando el contacto visual como siempre hacía. Entró a la celda de inmediato y se movió para sentarse directamente frente a ella. Su mirada se clavó en la de ella con una intensidad que ella nunca había visto igualada antes y la tomó desprevenida. "Cedric-"

"No quiero que las cosas sean así". Dijo a un volumen que uno tenía que esforzarse para escuchar. "No perteneces a esta celda".

"Tú eres quien me puso aquí". Dijo, inclinándose más cerca para mirarlo fijamente.

"Y no quiero nada más que sacarte de aquí". Respondió Cedric, mirando a la mujer con toda su sinceridad. "Pero no puedo hacer eso sin una pequeña garantía".

Podía sentir que su rostro se contorsionaba involuntariamente en una mueca de desprecio. Era una mirada que nunca había imaginado que sería tan común en sus rasgos, pero de alguna manera él se las arreglaba para que sucediera una y otra vez. "Me insultas. Ya te di mi respuesta."

"Tenía la esperanza de que lo reconsideraras". Respondió, haciendo todo lo posible por mantener la voz firme. "Se trata de algo más que la legitimidad al trono, Sofía. Se trata de tu libertad. Seguramente quieres más que estas rejas de celda".

"Oh, sí. Quiero más. Mucho más." Replicó Sofía. "Pero no a costa de mi dignidad. No para que puedas exhibirme como tu linda esposa, complaciente y sumisa a todos tus deseos. Y créeme, Cedric, soy muy consciente de lo que deseas exactamente. "

Cedric desvió la mirada de la joven. Ambos sabían a lo que se refería; su deseo tácito por ella. Debía haber sido dolorosamente obvio, aunque había hecho todo lo posible por enmascararlo. Se aclaró la garganta y la miró. "No quisiera que hicieras nada desagradable. Todo lo que te pido es que gobiernes a mi lado como mi reina."

"Sabes, cuando era más joven siempre me preocupaba terminar atrapada en un matrimonio sin amor debido a mi condición de princesa". Dijo Sofía, ahora encontrando cada vez más difícil mirar la cara de Cedric. "Nunca pensé que sería contigo".

"No sería sin amor por mi parte". Cedric dijo suavemente. "Me preocupo mucho por ti, Sofía. Creo que lo sabes".

"Es por eso que estoy aquí." Dijo con un bufido. "Encadenada al suelo de esta celda".

Cedric suspiró y negó con la cabeza ante las palabras de Sofía. "Era mejor que la alternativa".

Sofía se burló y frunció el ceño al hechicero. "Al menos estaría con mi familia".

"No los reconocerías." Respondió Cedric. "Y ellos no te reconocerían."

"Aún sería mejor que este infierno en la tierra donde me veo obligada a interactuar contigo". Sofía murmuró.

Cedric miró a la joven en silencio por un momento. Ella estaba haciendo todo lo posible por ocultar que su rostro estaba lleno de dolor, pero él podía verlo debajo de toda la animosidad que le proyectaba. Un pensamiento cruzó por su mente, una idea arriesgada, pero si tenía suerte, valdría la pena. Ella lo consideraría comprensivo y menos monstruoso. Se puso de pie lentamente y extendió una mano hacia su princesa cautiva. "¿Te gustaría verlos?"

Sofía se tensó, sus ojos agrandándose. "¿Q-qué?"

"Te llevaré a ver a tu familia." Cedric dijo con una pequeña sonrisa. "Pero debes prometer que te comportarás".

Ella lo miró con incredulidad. En todos los años que había sido su prisionera, él nunca se había ofrecido a dejarla salir de la celda. Ahora le estaba dando la oportunidad de hacerlo y de ver a su familia con ello. "Llévame."

Cedric sacó su varita y se arrodilló para abrir los grilletes a los pies de Sofía. Notó con arrepentimiento instantáneo que el metal de las cadenas se había desgastado en su piel a lo largo de los años, dejando la carne con un aspecto retorcido y doloroso. Hizo una mueca al verlo, pero no había ningún hechizo mágico en su repertorio que pudiera usar para eliminar las cicatrices. Apartó los ojos de la visión desagradable y se puso de pie, agachándose para ayudarla a levantarse.

Sofía rechazó la ayuda del hombre, prefiriendo luchar sola. Años de encarcelamiento no le habían proporcionado mucha fuerza, pero estaría condenada antes de apoyarse en él para equilibrarse. Después de algunos intentos de levantarse del suelo, se las arregló para pararse con las piernas temblorosas. Sus tobillos se habían acostumbrado al constante apoyo de los grilletes y se sentía extraño moverse sin ellos. Aún así, fue liberador estar sin ellos.

"Tendré que obstruir tu visión hasta que lleguemos allí, ¿entiendes?" Dijo Cedric. "¿Preferirías una venda física para los ojos o un encantamiento?"

Sofía sintió que un escalofrío la recorría ante la idea del encantamiento caecus. La última vez que había sido cegada con él, fue en manos de Cedric. No podía revertirlo por mucho que lo intentara. Fue aterrador durante el poco tiempo que la había dejado en ese estado. Solo podía escuchar el caos que sucedía a su alrededor, pero no había podido ver el derramamiento de sangre. Quizás había sido lo mejor después de todo, aunque la idea todavía la petrificaba. "Véndame los ojos si es necesario."

Cedric usó su varita para conjurar un trozo de tela. Se movió para pararse detrás de la joven, con las manos firmes mientras colocaba la tela sobre sus ojos. Una vez que estuvo seguro de que su vista estaba bloqueada, se movió hacia el frente de ella y tomó sus manos suavemente. Ella se apartó de él, pero pareció darse cuenta de que dependería de él para que la guiara. Él tomó sus manos con seguridad entre las suyas una vez más y tiró de ella.

Sofía dio un paso adelante, vacilante en permitir que Cedric la guiara a cualquier parte. No confiaba en él, aunque tampoco creía que la estuviera engañando. Después de todo, uno no tiende una trampa a un ratón enjaulado. Parecía tener cuidado con ella mientras subían las escaleras y salían de la prisión. Una profunda bocanada de aire le dijo que ya no estaba en los subniveles del castillo. Había pasado tanto tiempo desde que inhaló un aire que no oliera como la húmeda y oscura mazmorra de una cueva de trolls, era casi demasiado para manejar a nivel emocional.

La condujo mucho más lejos, subió otro tramo de escaleras y luego bajó dos más hasta que llegaron a un lugar mucho peor que su pequeño trozo de infierno. Aunque no podía ver, todavía usaba todos sus otros sentidos. Lo primero que notó, fuera del olor pútrido, fue el miserable sonido de gemidos indistinguibles. El aire de la habitación se sentía estancado y espeso y le erizaba la piel con la sensación de suciedad. Se tapó la nariz con las manos e intentó respirar por la boca, pero incluso pudo saborear la atmósfera repugnante.

Fue entonces cuando sintió que Cedric le quitaba la venda de la cara. Sus ojos se adaptaron al nuevo nivel de luz. Había una llama solitaria ardiendo sobre la salida, aunque no parecía que hubiera suficiente oxígeno en la habitación como para sobrevivir. Cuando su visión se aclaró, fue sorprendida por la aparición de un rostro que parecía sorprendentemente familiar, aunque había cambiado a lo largo de los muchos años desde que lo había visto por última vez.

Un grito ahogado salió de su boca mientras se tambaleaba hacia adelante para agarrar el rostro a través de los barrotes de la celda. "¡James! ¡Oh, James!" Ella lo miró a la cara con desesperación. Parecía enfermizamente pálido con círculos oscuros alrededor de sus ojos hundidos y sin vida. Había restos de su última comida pegados en la parte delantera de él. No parecía haber ningún reconocimiento en sus rasgos de que él supiera quién era ella, o incluso que ella lo estuviera tocando. "¿Qué es lo que le pasa?"

"El hechizo que utilicé... no funcionó como se esperaba". Cedric dijo en voz baja. "Simplemente quise eliminar sus recuerdos. En cambio, eliminó todo".

Sofía miró más allá de James para ver las formas de su madre, padre y hermana dando vueltas en la celda. También ellos parecían estar en estado de estupor; totalmente inconscientes de su entorno o su presencia. Se le llenaron los ojos de lágrimas y se le hizo un nudo en la garganta hasta el punto que pensó que podría ahogarse. "Esto es horrible. ¿P-puedes revertirlo?"

"El hechizo fue algo de mi propia creación. Hasta el momento no hay forma de contrarrestarlo". Cedric respondió, mirando con incomodidad mientras la princesa acariciaba el rostro de su hermano con tristeza. "Son completamente incapaces de cuidarse a sí mismos en este estado. Solo comen cuando se les proporciona la comida".

"¿Quién se encarga de cuidarlos?" Sofía gruñó, pasando sus dedos por el pelo sucio y enredado de su hermano.

"No hay nadie en quien pueda confiar". Respondió Cedric. "Necesitan atención más allá de lo que puedo brindar".

"Yo los cuidaré". Sofia dijo de inmediato, volviéndose hacia Cedric. "Por favor. Por favor, déjame cuidar de ellos."

Cedric dejó escapar un suspiro incómodo y apartó la mirada de la princesa. "Sabes que no puedo permitirte-"

"Aceptaré tu propuesta." Dijo Sofía, forzando su visión a encontrarse con la de Cedric a pesar de que cada parte de ella quería apartar la mirada. "Déjame cuidar de ellos y te daré lo que quieras. Seré tu reina".

La respiración de Cedric se atascó en su garganta, pero el momento de emoción fue fugaz. "Sofía, entiendes todo lo que eso conlleva, ¿no?"

"Sí." Sofia dijo, bajando la cabeza. "Tú ganas. Pero si puedo ayudarlos, incluso si no significa nada para ellos... entonces soy tuya. ¿Tenemos un trato?"

Cedric miró a la princesa en silencio. Era un trato interesante a considerar. Por un lado, se entregaría voluntariamente a él, permitiéndole reclamar el trono desde un punto de vista legal. Por otro lado, era una joven decidida y darle acceso a su familia podría resultar peligroso si optaba por tomar decisiones apresuradas. Pero la expresión de su rostro era de tal aflicción y su debilidad por ella era tan grande. No podía negársele. "Muy bien. Es un trato."


NT: Todos los reviews los traduciré y haré llegar a la escritora! También pueden hablarle por tumblr en cedfiafics!