Las Anécdotas del Lobo
Capítulo 2-Ritual
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Takashi Yamazaki
—Bueno, la verdad a mí no me sorprende tanto que Eriol haya sido un "alocado" —sonreí, viendo a mi amigo inglés—. Lo que me hubiera gustado ver era la cara del director cuando Li, quien se caracterizaba por respetar a la autoridad en todo momento, lo enfrentó hasta dejarlo callado.
—¡Mi héroe! —gritó Eriol desde su lugar, causando varias risas.
Shaoran rodó los ojos —¡Ya cállate, Eriol!.
—Aunque de lo que sí me enteré —agregué—. Fue que los responsables de haber pintado la barda habían sido unos alumnos de secundaria a los cuales expulsaron.
—También yo, porque el director me mandó llamar para pedirme una disculpa MUY forzada —dijo Eriol, haciendo énfasis en el "muy" a manera de burla.
—Sabes Eriol —llamé su atención y la de los presentes—. Me parece curioso que hayas elegido hablar de cuando iniciaste tus días en Tomoeda, ya que precisamente hoy estuve recordando el primer día de clases de Shaoran en el instituto —comenté, y antes de que pudiera ser interrumpido, levanté mi dedo índice e inicié con mi relato:
—El camino al colegio era ameno y divertido, podía observar con detalle a las personas e imaginar lo que platicaban entre ellas; era uno de mis pasatiempos favoritos, sobre todo cuando los miraba muy interesados en la conversación, me permitía crear diálogos en mi mente usando toda la información histórica que poseía. Ese día pintaba para ser uno excelente, el clima era ideal y tenía el presentimiento de que pasaría algo emocionante.
—No llamaría "emocionante" mi llegada a Tomoeda —acotó Li, escuchándome a la distancia.
Sonreí y continué con mi historia
—Cuando llegué a la escuela comencé con mi habitual saludo matutino, es decir saludar a todas las personas con las que me encontraba, aunque no las conociera. Me gustaba hacerlo porque me sentía como "El César" cuando caminaba entre su pueblo siendo amado por todos. Ya en el salón todo era distinto, era mi reino, mi territorio además de tener la oportunidad de observar a mi "Cleopatra", tan bella y sonriente, mi querida amiga y amor, quien siempre estaba dispuesta a escucharme y corregirme cada que lo necesitaba. Sin embargo, antes de que pudiera abordarla, el profesor Terada entró al salón, lo que me obligó a tomar asiento, junto con él venía un chico de cabello castaño y mirada calculadora. Me sentí identificado inmediatamente "es muy parecido a mí" pensé. Y decidí, en ese momento, que él sería mi amigo y que yo me encargaría de enseñarle todos los datos históricos importantes que él debía conocer.
—Y así fue —me interrumpió Li—. Ese día Yamazaki me comentó que era de cortesía saludar haciendo una profunda reverencia a todas las personas mayores de edad por lo menos un minuto, porque en la fundación de Tomoeda, el gobernante perteneciente al Clan Akamatsu dispuso honrar a todos los fundadores de esta manera y se conservaba como una tradición en su ciudad. Estuve saludando así a todos los mayores hasta que "Cleopatra" me dijo que era mentira.
Se escucharon las risas al unísono.
—¡Yamazaki! —me llamó Tomoyo—. El año pasado fuiste a Hong Kong a tomar unas materias de tu carrera a manera de intercambio ¿no?
—¡Así es! Fue una gran oportunidad.
—¿Y en dónde te hospedaste? —me preguntó Daidouji, esbozando su característica sonrisa misteriosa.
—¡Yamazaki! —Escuché mi apellido con un tono de advertencia por parte del lobo. Pero no iba a desaprovechar la oportunidad que Tomoyo me estaba obsequiando.
—Si no les molesta, ahora yo seguiré con mi siguiente anécdota. —Me levanté del lugar que había estado usando, porque caminar al momento de hablar me permitía enfocarme mejor.
El año pasado participé en la convocatoria anual de mi universidad para hacer un intercambio y tomar tres materias en otro país, siendo la universidad de Hong Kong una de las más prestigiosas en el área de gastronomía decidí participar solicitando un espacio en ella. Cuando mi querido amigo se enteró que viajaría a su nación se ofreció a darme posada durante mi estancia educativa.
Llegué por la noche a Hong Kong y él fue por mí junto con su siempre consejero, el señor Wei. En el camino pudimos platicar de todo tipo de cosas, sobre todo de cierta castaña de ojos verdes.
Lo primero que noté fue que Wei tomó una ruta por la carretera, la cual quedaba a un costado del bosque, la noche no era fría, pero en ese lugar bajó un poco la temperatura. Le hice saber a Li que ese lugar me recordaba a una película que había visto un año antes, donde los protagonistas se quedaban varados a las afueras de la ciudad, cerca de una floresta muy similar. Pero la cereza del pastel fue llegar a la residencia Li, la que parecía haber sido sacada de una historia de horror. El rechinido de la reja al abrirse erizó mi piel. El camino a la puerta principal fue de casi cinco minutos, rodeados de árboles y lo que parecían ser esculturas. A lo lejos, entre las sombras se podían observar edificaciones, pero no se distinguía lo que eran y con el movimiento pausado del carro me pareció ver algo en la oscuridad, de pronto el auto se detuvo. Llegué frente a unas escalera, que terminaban en una gran puerta, la cual comenzó a abrirse lentamente y...
—Gritaste como loco cuando escuchaste a mis hermanas salir corriendo —interrumpió Shaoran, ocasionando la risa en el grupo—. Las cuatro salieron para abrazarme, como acostumbran y él pensó que algo las perseguía porque quiso comenzar a correr.
Las risas se intensificaron logrando recuperar el ambiente tranquilo, algunos se levantaron para servirse más bebida. Yo me acerqué a Li para hablar con él:
—No me interrumpas hermano —dije sonriendo, mientras palmeaba su espalda.
—Estabas asustando a Sakura, sabes que no le gustan las historias de miedo —reviró mi amigo.
—¡Está bien! —dije, levantando las manos en señal de rendición—. ¡Calma, calma! —Después me dirigí a Sakura—. ¡Lo lamento! —dije, haciendo una pequeña reverencia.
Mi amiga de la infancia movió sus manos para restar importancia a la situación mientras me decía que no pasaba nada.
—Bueno. —Levanté la voz para llamar la atención del grupo—. Si me permiten, voy a continuar y prometo que nada de fantasmas —dije, poniendo la mano derecha en mi pecho a la altura del corazón, observando a la parejita de castaños frente a mí.
Regresé a mi posición, cerca del fuego, mientras lo observaba, proseguí con mi relato:
Estar en la casa de los Li fue toda una experiencia. Las hermanas de Shaoran eran un torbellino, completamente diferentes a él. Debía ser sincero y aceptar que me asustaron más de una vez con sus constantes entradas estrepitosas. Sin embargo, valía la pena observar a Shaoran salir con miedo de su habitación porque no quería encontrarlas. Y aunque parecían una niñas a su lado, también podía agregar que eran unas mujeres admirables, trabajadoras y exitosas. Logré constatar que eran muy independientes, a pesar de tener tantas personas ayudando en casa, siempre tenían tiempo de estar con sus hijos, atender clientes en reuniones o vía telefónica.
Mi estancia en Hong Kong fue buena en general, pero hubo un momento, en que comencé a sentirme un tanto frustrado. Estaba ansioso, las clases se complicaban aún más cada que avanzaba el semestre, el idioma no era un impedimento, pero si me implicaba trabajar más duro. Extrañaba a mi familia, amigos y a Chiharu. Estaba por tirar la toalla, nunca se lo dije a Li, pero él lo notó... Un sábado por la mañana me informó que iríamos junto con su prima, Meiling, a visitar un jardín muy famoso en la ciudad.
Terminando el desayuno salimos a recoger a la señorita Li y dirigirnos al Nan Lian Garden, un hermoso jardín citadino, lleno de misterio y tranquilidad el cual fue construido considerando los preceptos de la dinastía Tang. Al llegar nos recibió un hombre con ropa tradicional china y nos llevó a un salón donde debíamos cambiarnos para después participar en una sesión de meditación. Fue algo muy espiritual, con incienso, música, movimientos pausados, instrucciones acompañadas de frases o comentarios relacionados con el ser y el vivir en sincronía con el medio ambiente y los demás. Para mí el mundo se detuvo, fue una hora llena de conocimiento interior, el esfuerzo parecía haber sido poco, pero yo sudaba muchísimo, me sentía agotado y al mismo tiempo renovado. Como parte del ritual nos deshicimos del traje Tang blanco arrojándolo a una hoguera que estaba afuera del salón y después entramos a unas aguas termales para purificar nuestra alma. Durante este tiempo teníamos la instrucción de no hablar, solo sentir y seguir meditando. Al terminar el baño, tomamos el té reuniéndonos nuevamente con Meiling.
Me había transportado en el tiempo, de pronto reviví todos los sentimientos de aquel entonces y creo que logré transmitirlos porque todos mis amigos así como invitados estaban en silencio, mi experiencia parecía haberlos alcanzado de una forma mágica, no quería perder la atención así que proseguí:
Hubo un momento en que me quedé solo con el líder espiritual, le pregunté si realizaban este tipo de ceremonias a menudo. Él, me respondió que esas ceremonias eran hechas en ocasiones especiales y sólo familias ancestrales tenían acceso a ellas ya que eran las que entendían su verdadero significado.
—¿Y cuál es ese significado? —pregunté al sacerdote.
El monje me observó con una sonrisa fraternal —Ayudar a un amigo que se encuentra en conflicto —me respondió.
Sonreí sin despegar la mirada del fuego, los recuerdos me alcanzaron y en ese momento me percaté de que las chicas estaban llorando. Con los sentimientos a flor de piel mire a mi amigo para agradecerle:
—El tiempo que estuve en tu ciudad fue maravilloso, pero lo que verdaderamente agradezco es haber sido bendecido con un amigo como tú, que se preocupa de manera genuina por mí. No te dije cómo me sentía, pero te diste cuenta y gracias a tu apoyo pude continuar. No sé si fue magia, pero logré desprenderme de todo lo que me estaba atando y alcancé mi meta. ¡Muchas gracias, amigo! —Hice una reverencia muy pronunciada, las emociones me habían alcanzado y las lágrimas traicionado, sentí que Li me tomaba de los hombros para levantarme y sonriendo me dio un abrazo, de esos que refuerzan los lazos de amistad.
—¡Yo también quiero un abrazo! —dijo Eriol lanzándose hacia nosotros, logrando que la risa inundara el lugar.
Li lo separó y le dio un empujón, después se dirigió a mí —No es nada amigo—. estrechamos nuestras manos.
—Bueno, bueno —dije, alzando la voz y levantando mi dedo índice—. También debo decir que aprendí que en Hong Kong todos los hombres solteros que buscan pareja deben caminar con un pañuelo rojo porque... —No pude terminar mi dato cultural ya que mi querida Chiharu me detuvo como sólo ella sabía hacerlo ocasionando más risas de todos los presentes.
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N/A:
Hasta aquí el segundo capítulo, espero estén disfrutando el inicio de nuestra historia, no dejen de leernos porque se va a poner mucho mejor.
Por otro lado, quiero compartir con ustedes que para mí, ha sido toda una experiencia este proyecto. Nunca había participado en una historia como esta, lo que me hace muy feliz porque a un año de haber comenzado en el mundo de los Fics (también en el cumpleaños de nuestro lobito) no he dejado de aprender todo tipo de cosas y eso ha sido gracias a mi querida madrina Wonder Grinch que no deja de pensar en mí.
¡Gracias madrinita!
Y a todos nuestros lectores, sigan disfrutando este pequeño regalo que hicimos con mucho cariño.
Escrito por: LizSaranjeiP
