Las Anécdotas del Lobo

Capítulo 7-Secreto a voces

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Eriol Hiragizawa

—Creo que ya hemos escuchado suficiente —interrumpió Touya, el hermano de Sakura. Se puso de pie y sacó algunas cosas del termo—. No sé ustedes, pero Yukito y yo tenemos hambre y no pasaremos la noche comiendo nada más malvaviscos.
—Tu hermano tiene razón, Sakura —secundó Yamazaki, se puso de pie, estiró los brazos y ayudó a Chiharu a hacer lo mismo—. Tengo muchas cosas para decir, pero para ello necesito energía.
—Prefiero que te mantengas con la boca llena y te limites a contar cosas personales —intervino Chiharu—. ¿Puedo ayudar en algo? —preguntó acercándose a Touya y a Yukito.
—¿Podrías servir las bebidas? —respondió Yukito entregándole un paquete de vasos.

Poco a poco todos se fueron acercando al lugar en dónde habíamos dejado nuestro arsenal de comida, antes de que Shaoran hiciera lo mismo llamé su atención señalando el lugar en dónde podíamos conversar sin que nadie más escuchara lo que debía decirle.

—¿Lo conseguiste? —preguntó, en cuanto estuvo frente a mí.
—Sí, no es como lo habíamos planeado en el otro lugar —expliqué, viendo a los demás estar enfocados en su labor de preparar la cena—. El dueño afirma que Sakura se quedará más sorprendida de lo que podría estar en la misma Torre Eiffel .
—Eso espero, Eriol.
—Procura que ella no coma mucho o cuando estén en esa cabaña no probarán bocado —empecé a especificar—. Dentro de dos horas vendrá un encargado a buscarte a ti y después otro la buscará a ella, yo me encargaré de Touya. Espero no tener que pedirle ayuda a Tomoyo, ya sabes como es ella de intuitiva.

Shaoran escuchaba con atención todo lo que había pedido que prepararan para ellos dos, pedí que hicieran algo digno para una pareja que se amaba tanto. Estaba seguro que Sakura aceptaría sin pensarlo. En primer lugar, uno de los asistentes, lo buscaría a él alegando que tenía llamada importante.

Cinco minutos después, alguien más se acercaría preguntando por Sakura y se la llevarían alegando que Shaoran la necesitaba. Yo me encargaría de distraer al hermano mayor para que no se enterara de la ausencia de la pareja, solo esperaba que él no viera el momento en que su hermana abandonaba el área.

Estuvimos conversando sobre eso por unos minutos, hasta que la voz de Tomoyo se acercó sin ser vista y preguntó:

—¿Por qué están tan solos? —salté de la impresión, ¿de todas las personas que podían acercarse a nosotros tenía que ser la mujer más intuitiva del grupo?—. ¿Acaso no piensan unirse a nosotros para preparar la cena?
—Ahh... hola, Tomoyo...
—En un momento nos uniremos a ustedes —interrumpí a Shaoran, porque estaba seguro que si lo dejaba seguir hablando, él le contaría todo el plan—. Solo quería saber si se siente cómodo siendo el tema de conversación esta noche.
—Lamento si hemos dicho cosas que prefieres mantener en secreto —comentó apoyándose en el tronco a la par de Shaoran, ¿acaso no podía ver lo incómodo que estaba yo con esta interrupción?—. Pero queremos que sepas cuán alegre nos sentimos todos por tenerte de regreso, en especial Sakura.
—¿Te parece si vamos a ayudar a los demás? —pregunté extendiendo la mano frente a Tomoyo, tendría que esperar otra oportunidad antes de que Shaoran tuviera que alejarse con Sakura—. Creo que este lobo ha pasado mucho tiempo solo como para no estarlo por unos minutos más.
—Pero... dijiste que él se sentía incómodo —señaló Tomoyo, el brillo en sus ojos era diferente, me estaba desafiando. Sospechaba algo—. Si quieres, ve y ayuda tú, este lugar es agradable ¿Verdad, Shaoran?
—Bueno... sí, es agradable —respondió mi amigo, y por un momento quise sacudir su hombro. Estaba actuando como aquel adolescente que no sabía cómo invitar a salir a Sakura.
—¿Tomoyo, podrías venir conmigo? —pregunté poniendo una vez más mi mano frente a ella, una clara invitación que debía de aceptar—. Hay algo que me gustaría mostrarte y que podemos usar más tarde.
—Pero... me siento bien aquí —respondió ella, su mohín no me provocó la misma ternura que podría haberlo hecho unas horas atrás. Chica lista, por eso la amaba—. ¿Por qué no traes acá eso que quieres que vea?
—Porque es una sorpresa —afirmé con seguridad y pude observar de reojo que se acercaba mi escape, sonreí sabiendo que Tomoyo se enojaría conmigo por frustrar sus planes—. Y además, Shaoran no estará solo. Aquí viene Sakura.

Me hice a un lado y le sonreí a nuestra amiga que venía cargando una bandeja con dos platos, era el momento indicado para escapar y llevarme a la entrometida de Tomoyo.

—Llegas en el momento justo, Sakura —saludé, me acerqué a Tomoyo y la tomé suavemente de la mano—. No queríamos dejar solo a Shaoran, pero ya que estás aquí nos vamos tranquilos.
—Pero... yo les traía a ustedes dos algo de comer —respondió, señalando la bandeja.
—Pueden comerlo ustedes —dije empezando a caminar, llevando a Tomoyo conmigo—. Que parezca una cita.

No le di oportunidad a Tomoyo de replicar porque la alejé rápidamente, pero podía escuchar sus frases incompletas ya sabía que me esperaba un buen reclamo. Cuando estuvimos lo suficientemente alejados de la pareja me detuve, me di la vuelta para estar frente a ella y antes de que de sus hermosos labios saliera algún reclamo u ofensa... la besé. De manera urgente y deseosa invadí su boca, no quería escuchar nada más que su ligero jadeo así que también la abracé, mi cuerpo añoraba sentirla. No sólo para distraerla, ni evitar que se enterara de lo que Shaoran me había pedido planear. La deseaba.

—¿Qué fue eso? —preguntó cuando junté mi frente con la de ella, un pequeño jadeo involuntario salió de sus labios. Eso era música para mis oídos.
—¿No puedo besar a mi novia, a la mujer que amo solo porque lo deseo? —hice una mueca de tristeza, a lo que ella sonrió y me empujó ligeramente.
—¿Qué estás planeando? —demandó respuesta, estaba convencido que mi beso no la haría cambiar de idea. Pero nada perdía con intentarlo, la única manera que conocía para hacerla olvidar hasta su nombre no podía practicarla con público presente—. No me digas que no es nada, porque vi como Meiling y tú se alejaron de nosotros cuando estábamos esperando a Touya y a Yukito.
—Claro que nos alejamos, pero para buscar un lugar en dónde pasar la noche. —Tomé la mano de Tomoyo y la acerqué a mí en un intento de convencerla de que todo estaba bien—. No me agradaba la idea de dormir a orillas de la carretera o en el parque, algún animal podría sorprendernos.
—Te diré algo... Eriol Hiragizawa. —Las cosas no iban a terminar bien para nosotros dos, de eso estaba convencido, pero no podía decir nada... no era el momento—. Sé muy bien cuando me ocultas algo y no me molesta eso, porque soy consciente de que a pesar de vivir juntos y compartir casi todo, tienes derecho a tu privacidad. Me duele saber que no confías en mí para ayudarte, ¿crees que no me he dado cuenta que Shaoran y tú han planeado algo?
—Cariño, yo...
—Ahora no, Eriol. Tienes que escucharme —me impidió seguir hablando al levantar su mano—. No te estoy pidiendo que me digas lo que Shaoran piensa hacer, es muy obvio. Se le nota en la mirada. Él ama a Sakura y ahora que ha regresado no querrá alejarse nunca de ella. ¿Me crees tan tonta?
—Eso jamás, Tomoyo —afirmé, tomé su mano y la atraje a mi cuerpo, una vez más—. Sería el hombre más idiota del mundo y no te merecería, pero quiero que entiendas que no desconfío de ti, es sólo que... él quiere hacer esto por su cuenta y no porque dude de tus capacidades. Sabes mejor que yo como es de complicado ese hombre.
—Entiendo —respondió, relajándose en mi pecho—, mejor es que regresemos con los demás.
—Vamos, tengo un poco de hambre. —Segundos antes de que ella se alejara de mí, la sujeté de los hombros y la besé una vez más. Estaba seguro que no la había convencido con mis palabras y sin querer, mi mente empezó a trazar algo para distraerla un poco y hacerla olvidar—. Te amo, Tomoyo y después de la cena iremos a dar una vuelta por el lugar. Quiero estar a solas contigo.

Un coqueto pestañeo y sus brillantes ojos me dieron la respuesta, por el momento las cosas estarían bien y al final ella olvidaría este pequeño incidente. Se alejó contoneándose de manera provocadora sus caderas haciéndome gruñir.

—¿Y si me pierdo con ella antes de comer algo?

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Nuestra cena transcurrió en un ameno ambiente, Sakura y Shaoran se acercaron minutos después de que Tomoyo y yo nos sentamos con el resto del grupo para comer juntos. Los gruñidos de Touya era el único reclamo que podíamos escuchar porque Yukito se encargaba de distraerlo con comida o algún tema de interés para ellos.

No entendía porque ese afán de hacernos creer que no lo soportaba, todos sabíamos que él ya lo había aceptado en su familia y que su hermana sufriría porque no era capaz de elegir entre el amor de un hombre o el de su familia. Touya Kinomoto no era tan egoísta como para provocar algo como eso.

Me llamaba la atención el mutismo de Yamazaki, él era quién se encargaba de poner el humor en casi todas nuestras reuniones, yo me encargaba nada más de seguirle el juego para hacer gruñir a nuestro amigo. Pero debía de estar enfocado en Tomoyo y Shaoran porque era consciente que faltaba poco para que el plan empezara a ejecutarse y para no recurrir a más mentiras, me puse de pie para invitar a mi amada novia a dar una vuelta por el lugar, porque podía cambiarme el nombre a que ella buscaría intervenir.

—¿Me acompañas, Tomoyo? —le pregunté, no esperé respuesta. Tomé su mano, la ayudé a ponerse de pie y la guie por el sendero más corto, el largo lo iban a usar Sakura y Shaoran para encontrarse una vez el administrador los sacara del campamento—. Estaba deseando poder estar contigo a solas.
—Pero... ¿no crees que será de mal gusto hacer eso? —preguntó caminando al lado mío—. Nos hemos reunido para compartir, no para tomar rumbos diferentes.
—Entiendo tu punto, querida. Pero en estos momentos, no hay nada más que me apetezca que estar contigo —afirmé, tomando su mano para besar sus nudillos—. Estoy seguro que Shaoran buscará la oportunidad de estar a solas con Sakura, Yamazaki y Chiharu igual. No sé si Touya hará lo mismo o vigilará que su hermana no sea "secuestrada".
—En ese caso... deberíamos de estar pendientes para ayudarle a Sakura y a Shaoran, ¿no lo crees? —preguntó, en ese instante maldije internamente por lo inteligente que ella era. No se le escapaba nada, saqué mi celular y rápidamente envié un mensaje. Le haría creer que pondría a los demás sobre aviso, pero seguía pensando que entre menos lo supieran, era mejor.
—Listo, he puesto sobre aviso a Meiling. Ella y los demás verán de qué manera ayudarles para tener su escapada romántica. —Tomoyo se mordió el labio inferior y esa fue mi condena, no había un lugar adecuado para que los dos pudiéramos tener un encuentro como el que estaba deseando. Tomé una vez más su mano y la guie rápidamente al lugar más alejado y la arrinconé en el primer frondoso árbol que encontré, uno en donde nos nos vieran.

Con mis labios callé el chillido de sorpresa que salió de su boca y llevé mis manos a su cintura. Tomoyo me dio la bienvenida como solo ella podía hacer, un apasionado beso en el que me transmitió su amor y entrega plena.

Tomoyo, era para mí la prueba de que el amor existía y me sentía más que agradecido porque estaba seguro que lo que yo experimentaba, ella lo hacía el doble.

Después de unos minutos de besos y caricias que nos llevó a quedar acostados en el pasto me separé de ella, no podía hacer nada más en ese lugar, Tomoyo no se lo merecía. Besé suavemente sus labios y luego su frente, la ayudé a incorporarse para apoyar nuestras espaldas en el tronco, la tomé con cariño y dejé que su cabeza descansara en mi pecho. Que se diera cuenta lo que ocasionaba nada más al tenerla cerca.

—Te amo.
—Yo también te amo, Eriol —respondió y besó mi pecho. ¿Esta mujer quería mandar al diablo mi autocontrol?

Me limité a sonreír y acariciar su espalda, si mi mano bajaba unos centímetros más... estaría en problemas.

—¿Te parece si regresamos con los demás? —pregunté, estaba seguro que la pareja ya tendría que haberse retirado para su encuentro.
—Claro, vamos —accedió, se puso de pie y me ayudó a hacer lo mismo. Besé sus labios en agradecimiento—. Quiero aprovechar el cielo estrellado para tomar unas fotos a Sakura.

Las fotos serían en otro momento, pensé. Si mis cálculos eran los correctos, Shaoran ya se había retirado y luego llegarían por Sakura. Solo esperaba que el hermano celoso ignorara todo lo que sucedía o... esos pensamientos era mejor desecharlos. Caminé con Tomoyo de regreso al campamento y una vez cerca de nuestros amigos, me di cuenta que la pareja que debía estar ausente estaba sentada conversando con Rika y Naoko.

¡¿Qué había sucedido?! ¿Dónde estaban Chiharu y Yamazaki?

—¿Qué pasa, Eriol? —preguntó Tomoyo, cuando reaccioné fui consciente de que me quedé unos pasos detrás de ella—. Te noto asustado.
—¿Asustado yo, por qué? —Sacudí mentalmente mi cabeza pensando que tal vez había un pequeño atraso—. No veo a tu madre por estos lados.
—¡Oye! Mi madre te quiere mucho —afirmó, haciendo un puchero de lo más tierno.
—Pero no más que tu. —Tomé su mano y apuré el paso, la dejé ir con Sakura y yo me acerqué hasta donde Shaoran estaba—. ¿Qué pasó, hermano? —pregunté cuando me senté a su lado.
—No lo sé, se supone que a esta hora debería de estar encontrándome con Sakura en algún lugar —comentó—. ¿Algo más va a salir mal esta noche?
—Te aseguro que todo saldrá bien —afirmé, mi mente empezó a trabajar a gran velocidad. En primer lugar, debía encontrar a Chiharu y Yamazaki. Podrían estar en cualquier lugar y las posibilidades de que se dieran cuenta de nuestro secreto, eran grandes.

Cuando estaba por regresar al lugar que había recorrido con Tomoyo para buscar a la otra pareja, divisé a Chiharu que caminaba con paso decidido y estaba... ¿molesta? Yamazaki se acercaba también, en su rostro podía ver la preocupación. ¿Qué les había pasado? ¿Discutieron?

—¿Qué pasa, Eriol? —Maldije internamente, Tomoyo se había percatado de la escena que estaba desarrollándose a pocos pasos de nosotros. Yamazaki había alcanzado a Chiharu y era notorio que estaban discutiendo—. ¿Por qué la veo tan molesta?
—No lo sé, pero lo mejor es no intervenir en problemas de parejas. ¿No lo crees? —sugerí, porque al ver a Chiharu señalar al grupo algo me decía que se refería a uno de nosotros, en especial a cierta pareja castaña—. Ven conmigo.

Pero antes de poder tomar de su mano vi como mi amada Tomoyo me ignoraba para acercarse a la pareja que aún discutía. Caminé a paso seguro, pero rápido. No deseaba llamar la atención de nadie más, era suficiente con lo que mi intuición me alertaba... Alguien, de alguna manera, se había dado cuenta del plan de Shaoran.

—¿Qué sucede? —pregunté cuando llegué con ellos.
—Eso mismo les he preguntado yo —respondió Tomoyo, cruzándose de brazos—. ¿Ibas a decirme algo, Chiharu?
—¿No crees que esto es algo que deben de resolver ellos dos? —insistí tomándola por el codo, Yamazaki hizo un gesto que me dio a entender mucho más de lo que harían sus palabras. Por eso debía sacar a Tomoyo a como diera lugar.
—Esto no es sobre nosotros —respondió Chiharu, cruzándose de brazos—. ¿No es así, Yamazaki?
—Yo... la verdad no sé qué sucede. —Por primera vez en mi vida vi al siempre sonriente Yamazaki preocupado y sin saber qué hacer, él no tenía la culpa y si seguía ocultando información estaba seguro que mi cabeza rodaría sobre el césped.
—Yo lo diré. —Suspiré y cerré mis ojos, nunca jamás me comprometería a hacer estas cosas—. Hace unas semanas recibí una llamada de Shaoran...

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N/A:

Buen día mis estimados lectores. Con este episodio suceden dos cosas: empezamos la segunda ronda de capítulos y los personajes que ya narraron para nosotros lo hacen una vez más, pero centrándose en el campamento. Algo ocurre y los demás empiezan a darse cuenta, ¿qué puede hacer Eriol para detener el caos que se viene sobre ellos? ¿Podrá Shaoran estar a solas con Sakura?

Creo que ya es hora de llamar a lo refuerzos y Eriol deberá de confiar en sus amigos y más en las chicas que son más expertas para planes románticos. ¿Cómo acabará esto? Sigan pendientes y lo sabrán.

Quiero que sepan que estoy muy agradecida por la aceptación que ha tenido esta idea, trabajar con las Okami Fickers ha sido una maravillosa experiencia. Hace un año mi concepto de colaboraciones se limitaba a mi amada Bandita-kun, pero con este nuevo grupo dan muchas ganas de seguir creando nuevas historias.

Cada una aportó a este proyecto muchas cosas importantes, porque Las Anécdotas del lobo nació y creció con ellas. Por eso les agradezco mucho que se hayan apuntado y arriesgado a crear lo que hoy ustedes están leyendo.

Pero antes de ponerme con los agradecimientos, espero que nos dejen sus comentarios. Son la retroalimentación que necesitamos para mejorar. Esta historia va dedicada a ustedes que desde las sombras o saliendo a la luz nos hacen saber que vamos bien.

Se despide en esta ocasión: La señorita organizadora, Wonder Grinch/Lady Isabella.