II.- You give love a bad name – Bon Jovi
Al final de su presentación todos se reunieron, todos estaban bastante entusiasmados y acalorados. Definitivamente habían sacado el potencial de Zoro.
Zoro se acercó hacia ellos para presentarles formalmente a los chicos de la banda corazón.
Luffy por otra parte cuando se integró con el resto de sus amigos solo podía pensar únicamente en el guitarrista. Su sonido se seguía repitiendo sin cesar en su cabeza. Era impresionante.
Llegó rascándose un poco la cabeza, le daba un poco de flojera esto de las presentaciones. – Chicos, ellos son de la banda Heart, quiénes me aceptaron. – Presentó el joven alto, moreno de pelo verde vibrante.
Zoro abruptamente sintió un peso encima suyo. Sabía qué era, más bien quién porque sus tímpanos reventaron ante el grito que sonó cerca de ellos.
–Zorooo . – Exclamó Luffy colgado como Koala alrededor del cuerpo de Zoro. – Estuviste genial.
Zoro suspiró. No tenía energía para molestarse.A parte la noche había salido genial. – Gracias, Luffy. Me alegra verte también. – Sonrió y después carraspeó. – Cómo les decía, ellos son mis nuevos compañeros.
Los demás, con mucho entusiasmo saludaron al unísono, Luffy también aunque sin perder de vista al guitarrista, se moría por saber su nombre y quién era. Se sentía magnetizado.
Robin lo miraba de reojo divertida, Luffy era impredecible, cariñoso y sociable, pero definitivamente se comía con la mirada a Law. Ella lo notó durante todo el show.
Uno por uno, se fue presentando hasta que llegó el turno del guitarrista.
–Law Trafalgar – se presentó.
Ese nombre hizo eco y se guardó en ese instante en la cabeza de Luffy.
– ¡Fue asombroso!– exclamó Luffy brincoteando fuera del cuerpo de Zoro capturando su atención. – Torao es genial.
¿Torao? Law pensó confuso. ¿Le había dicho así a él?
Zoro movió sus hombros. Luffy pesaba, pero ahora podía platicar con el resto de sus no dejaban de admirar y platicar con el resto del grupo.
Law frunció el ceño y lo miró de cerca.
No le agradaba. – Law. – sentenció acercándose a Luffy. Este rió.
Law apreció sus finas y largas pestañas, sus labios rosados, parecían delicados,su olor a alcohol y rubor. Se fijó en el abdomen delgado y ía el cabello hecho un desastre, despeinado y sudado. Seguro que ese era el chico que se metía en problemas y difícil de controlar del que hablaba Zoro. Caía en esa descripción. Irritante y salvaje. Aunque al mismo tiempo parecía de porcelana. Le recordaba de cuando estaba en la multitud durante el show, y muy en el fondo escondía una extraña fascinación.
– Soy Luffy.– le extendió la mano. – Gracias por recibir a Zoro, me encantaría verlos otra vez.
Law lo miró nuevamente, ¿Luffy? ¿Solo Luffy?. – ¿Luffy….? – dijo preguntando, esperando tal vez una presentación más formal. Aunque solo era mera curiosidad. Era un nombre poco común, aunque por alguna razón se siente familiar.
Luffy le sonríe.– Luffy nada más.
Law intuyó que no quería decir su nombre completo, igual no es como fuese importante. Era mera cordialidad. Aunque en el fondo le picaba un poco la curiosidad del misterio. El guitarrista estaba listo para seguir la platica por otro lado, cumplir en el mundo social e irse a dormir.
Intentó dar media vuelta, pero Luffy se anticipó. – Torao.
Law se tensó.– Es La...
– Cuando tocaste la guitarra, se sintió increíble. – Interrumpió Luffy. Law se quedó quitó al ver la mirada llena de admiración que provenía del más bajo. Le miraba con calidez y se transparentaba la sinceridad en sus palabras. Law decidió escucharle. Sintió que Luffy había comprendido su sonido. Pues recordó su mirada desde el escenario. Y Law sobre todo, agradecía quiénes se tomaban en serio su música y podían sentirla.
–¿Se sintió increíble? – repitió en voz alta.
Luffy asintió. – Cuando Torao tocaba la guitarra parecía sentirse libre.
Por primera vez en esos minutos, Luffy dejó de mirarle los ojos y miró hacia abajo, pero aún así no dejó de ser romántico en sus palabras.
Law por primera vez en la noche, se sintió más allá de fascinado. Se sintió comprendido. ¿Dijo que se sentía libre? Sí, así se sentía. Cuando tocaba música, cuando creaba esos sonidos sentía que trascendía de su lugar. Al escuchar el sonido que emanaba de las cuerdas al contacto de sus dedos se conectaba con su corazón y obtenía al aire la libertad.
– Sí, justo así se sintió. – respondió Law tras un pequeño silencio. Luffy podía llegar a ser enigmático a veces. Su primera impresión es algo extraña.
Luffy le miró y le sonrió fijamente.
– Me gustaría sentirme igual que Torao.–confesó.
Law sintió una mezcla de enojo y sorpresa. No le gustaba que le dijeran "Torao" pero lo que le dijo Luffy le causó curiosidad, la suficiente pero no resongar ante el apodo extraño. no le gustaban los apodos.
Law estaba a punto de decir, pero Robin dio un paso hacía ellos. Tal vez con la intención de ayudar. – A Luffy le gusta mucho el bajo, ¿No es así?.– Le dedicó una sonrisa suave a su amigo.
Luffy brincoteó.–¡Me encanta el bajo! Su sonido me parece de lo más fenomenal.
Law arqueó una ceja.– ¿Eres bajista?.
–No realmente.
–Pero le gustaría serlo.– Empujó Robin la conversación.
Luffy asintió.
Law en su interior se preguntó ¿Qué se le impedía? Si quería serlo solo tenía que dar el primer paso. Iba a decir algo pero la noche es corta, y para los hermanos de Luffy todavía más. su celular sonó una tonada rockera, justamente, proveniente de un bajo. Law le miró curioso pero no era el único, mientras Luffy agarraba su celular capturó la mirada de sus amigos, intuían quiénes podrían ser.
Luffy tomó su celular y finalmente contestó.– Aloo.–canturreó.
–Dónde estás.– La voz áspera de Ace se hizo presente.
–Ah….
–No quiero arruinarte la diversión, Lu. Pero ya es tarde y sabes que mañana tienes clase.
Luffy se sintió confundido. ¿Su hermano Ace estaba actuando maduro? Estaba algo impactado, casi nunca le hablaba con tanta seriedad. Pero en realidad Ace estaba afuera en el coche sintiendo nervios, tenía que alguien tocara a su hermanito en ese bar donde seguramente habría adolescentes cachondos. Sabo estaba de copiloto, miraba orgulloso al de pelo negro y pecas que se estaba esforxando en manejar la situación como Sabo haría.
–¿Te sientes bien, Ace?.
–¡Solo sal! Te estamos esperando afuera. Diez en punto dijimos. – Le gritó Ace y colgó.
Luffy sintió que eso era más apropiado de su parte y suspiró, miró con tristeza el suelo, y echó unos ojos tristes a Law para después girarse con Zoro, donde también estaban los demás.– Lo siento Zoro. Me gustaría quedarme más tiempo pero….
Zoro le cortó.– Esta bien, Luffy.– despeinó un poco su cabello ya hecho desastre. – Lo importante es que viniste, entendemos.
Luffy miró a sus amigos, estos asintieron. Los abrazó y se despidió de la banda corazón. Después corrió al auto con sus hermanos. Ace se sonrojó viendo las ropas que portaba su hermanito y Sabo solo se sorprendió. ¿Era momento de tener cierta plática con Luff? ¿Ya estaba siendo un adulto, no era verdad?
–¡Luffy! Por qué estas vestido así.–regañó Ace.
–Se ve muy bien, Ace.– Sabo al rescate.– No seas celoso.
Ace le miró bastante duro a Sabo. Traición. Luffy rió. – Me gusta como me veo.
Empezaron su trayecto a casa y mientras Ace iba de regañadientes, Sabo decidió sacar platica.
–¿Y bien? cómo estuvo la presentación de Zoro.
Luffy recordó y la piel se le erizó, las mejillas se le llenaron un poco de color rosado. –Fue asombroso. Cuando escuché su música se sintió como volar. En lo alto y no saber que hay más allá, porque todo lo que ves es infinito.
Ace y Sabo escucharon la admiración de su hermano.
–Y la guitarra de Torao...fue espectacular.
¿Torao? Ambos hermanos mayores cuestionaron un poco. ¿Era alguien de la banda? Intuían que sí.
–Me gustaría poder tocar como él.
–Algún día, Lu. Te lo prometo.– Le sonrió Sabo.
Ace después de eso llegó más tranquilo a su casa. Pero después de oler a Luffy, lo mandó a bañar y dar una regañada. Su hermanito era hermoso y no quería que fuese profanado en el nombre del rock.
Luffy sentía como el agua tibia escurría por su cuerpo, a pesar de que solo se escuchaba como el agua caía e impactaba contra su cuerpo y el suelo, Luffy solo tenía en su mente la increíble música de la banda corazón. Y en especial, la guitarra eléctrica de Law.
Con los ojos cerrados, permitió que el agua escurriera en su ser mientras recordaba ese mar de sensaciones. Quería ser como el agua. Libre. Quería ser como Law, libre. Aunque este parecía hielo podía con sus dedos transformarlo en vapor y agua. Brillante. Luffy se sonrojó, tal vez por el vapor del agua o sus sentimientos. el sonido de Law lo maravilló.
Como una tarde cualquiera del día siguiente, Zoro se encontraba en un bar comiendo comida rápida, unas alitas y una cerveza junto a sus nuevos compañeros de banda. Estaban bastante complacidos por su presentación de anoche.
Se recargó contra el cojín del asiento y lanzó un suspiró de satisfacción.
– Entonces, Zoro. –Empezó Shachi.– ¿Esos eran tus amigos del conservatorio?
Law levantó la vista de su bebida. Era verdad, Zoro había mencionado que sus amigos del conservatorio irían a verlo. ¿Eso incluía a ese enclenque ruidoso?
Zoro rió.– Sí. Esos eran mis amigos. –sonrió pero ante esa prontitud se volvió su gesto a uno molesto.– Menos el cocinero. Él me pone de malas.
Penguin y Sachi se rieron un poco, ese tipo de descripción y expresión les hizo recordar a alguien de su banda. Law los miró feo por supuesto. Sabía de qué hablaban y de quién se imaginaban.
– Pensé que serían más arrogantes y molestos.–soltó Law. Realmente eso era lo que odiaba de esos lugares.
– El resto lo es. Son una molestia en el trasero. –afirmó Zoro.
Law le miró. – ¿Por qué tu amigo se fue temprano?
Ahí estaba el tema que quedó como espinita en los pensamientos de Law. Ese joven fue su incógnita del resto de la noche. Había muchas cosas que no lograba aterrizar, y una parte de su ser no lo dejaba precisamente tranquilo. Atracción decía la intuición, pero çel se negaba. Su único amor era la música y pocos lo comprendían.
–¿Ah? – Reaccionó confuso Zoro, pero después su memoria reaccionó. – ¿Luffy?
Law asintió, parecía que diría algo cuando su celular empezó a timbrar. Lanzó un quejido. Miró la pantalla del móvil, pensó en no contestar, pero el número le indicaba que se trataba de algo importante. Law se levantó a contestar la llamada.
Después de unos minutos Law regresó a la mesa bastante nervioso. Estaba enojado y agitado. – ¡Mierda! – soltó mientras azotaba su celular contra la mesa. Los demás se le quedaron mirando esperando una respuesta.
Law tomó aire y prosiguió. – Es Kid y estúpida banda, nos ganaron la renta del local donde ensayamos. ¡Lo hicieron a propósito!
Los demás hicieron un gesto de estupefacción y molestia.
– ¡Justo cuando hay que practicar para la guerra de bandas! .–gritó Shachi
Zoro no podía creer lo que escuchaba. Justo cuando por fin podía tocar la batería con libertad. Sintió un incremento de ansiedad recorrer por su cuerpo hasta que una idea apareció por sus pensamientos.
Carraspeó.– Bueno...–los demás lo miraron. querían arrancarse el pelo. – Tengo un amigo que podría prestarnos un lugar para practicar en lo que recuperamos el estudio.
–¿Amigo? –preguntó Bepo.
– No me gusta la idea de deberle algo a alguien, menos sé es un niño mimado. – Law odiaba a esos niños ricos del conservatorio. Zoro era una excepción, tal vez por que él reconocía su esfuerzo. Sabía que el baterista estaba becado por talento y no solo por algo superficial. Para Law los estudiantes de ese lugar solo eran personas con el privilegio de poder pagar un lugar.
– ¡Pero Law! – exclamó Penguin llamando la atención del lider tembloroso. – De verdad nos urge...si puede hacernos el favor no por qué no….
– Esta vez concuerdo con Penguin, Bro. –defendió Shachi. – mínimo intentemos.
Law gruñó. –Bien.
Zoro se levantó inmediatamente a hacer una llamada. Después de un par de minutos volvió a la mesa con una gran sonrisa. todos esperaban atentos a su respuesta.– Dijo que sí.
Todos sonrieron emocionados menos el de ojos grises y ojerosos. – ¿No hay que pagar nada?
– Solo comida. – mencionó zoro con naturalidad. – Pero eso ya lo imaginaba, va por mi cuenta no se apuren.
–Déjanos mínimo llevar unas papas, no sería correcto dejarlo todo a ti, Zoro.– Le dijo Penguin.
Law miró a Zoro y después asintió. Aprobaba las palabras de su amigo.
Zoro solo afirmó. Tenían un trato.
–¡Ah! – exclamó Zoro. – Una cosa más.
Law arqueó su ceja. ¿Había algo más? Ya de por sí sentía una apocalíptica humillación al tener que aceptar ese trato, cargado de ira y nervios por la jugada de Kid. ¿Y había algo más?
– Me gustaría que me acompañaras esta noche a un lado Law, creo que sería bueno para que lo conozcas de manera apropiada.–dijo en una voz seria Zoro.
¿Conocer? Se preguntó Law. Quería arrepentirse.–¿A dónde?
– Solo ve en tu mejor traje a este lugar.– Zoro le mandó una ubicación desde su célular.– Te veo ahí a las ocho.
Law soltó un pesado suspiro. Sus amigos le veían con curiosidad. – Bien.
Solo lo hacía por la banda. Por el bien de la música y en el nombre del rock.
Zoro, con satisfacción, decidió levantarse y despedirse del resto. Vería a su líder de banda a las ocho. Y no solo a él sino al resto de sus amigos.
De camino a su casa, el teléfono vibró un poco. Era un mensaje. Lo sacó de sus pantalones negros y miró la notificación. Se trataba de Luffy, este le preguntaba cuándo se verían. Él sabía que eso era una pregunta un tanto especial, pues aunque su amigo amara como tocaba él había probablemente intenciones escondidas y se hacía ilusiones del por qué. Volvió a sonreír para sí mismo, sabía que Luffy estaba ansioso por ver a alguien y sabía quién era ese alguien.
Las horas pasaron de la manera más ansiosa y aterradora para Law, estaba cansado, aturdido y había tenido un pésimo día. Qué manera más horrible de acabar con una experiencia tan grata.
Dio un pesado y largo suspiro. Tomó su única ropa formal y se la puso con falta de entusiasmo. Odiaba las formalidades.
Ni siquiera sabía por qué hacía esto. Aún tenía tiempo de renunciar. ¿Verdad?
Dieron las ocho en punto. Law estaba en el punto que Zoro le había dicho, más este no estaba ahí. Frunció el ceño, pero lo hizo aún más cuando pasaron diez minutos.
Su paciencia se agotaba.
Estaba a punto de dar media vuelta, pero entonces un carro se paró a su lado.
Zoro estaba de copiloto con un enorme gesto de molestia. Al volante estaba ese chico rubio de ceja rizada, Sanji. Se veía fastidiando.
– Lo siento, Law. Nos perdimos. – confesó Zoro.
– ¡¿Nos perdimos?! ¡Marimo, idiota! .– Bramó Sanji.– Qué sería de ti si no te hubiera encontrado vagando.
La oscuridad oculta el pequeño sonrojo de Zoro. – Solo sube, Law.
Law quería evitar el drama y la fatiga, así que solo obedeció.
Después de unos minutos no muy lejos, Law pudo observar el enorme recinto que se asomaba con la cercanía. Era el famosísimo auditorio del conservatorio. Había mucha gente elegante y todos entraban por las grandes y elegantes puertas de cristal.
–Vamos que se hace tarde. – Exclamó Sanji. Odiaba llegar tarde.
Zoro soltó un quejido y Law lo siguió. Este último miró los carteles. – Monkey D Night. –Leyó Law por lo bajó. Zoro le miró con cautela.
Law le sonaba algo el nombre, creía saber que eran músicos de renombre o algo así, no era apegado a la música clásica. Y tampoco estaba seguro que hacía ahí. Zoro dijo algo de conocer.
Entrado al salón y buscando sus lugares en un lugar elevado vio la fila donde se iban a sentar. Estaban todos los amigos de Zoro y Sanji, quienes los miraron juzgando, suponía que se debía a la tardanza. Pero notó la ausencia de una persona, la más irritante. ¿Tal vez pudo haberse zafado de ese teatro? El pelinegro no parecía ser algo de reglas, parecía más rebelde. O eso creía Law.
Zoro solo se sentó ignorando las miradas y Sanji bufó mientras sentaba, Law se sentó por una cuestión indefinida en medio de ellos dos. Las luces comenzaban a bajar, el show estaba por comenzar y Law tenía muchísimas dudas, pero estas fueron apagadas por la hoja de repertorio que le pasó su nuevo compañero.
Leyó el primer nombre y su cuerpo se tensó. El primer nombre era: Monkey D. Luffy.
Law miró a Zoro sorprendido, realmente eso no se lo hubiera imaginado.
Luffy, portando un elegante traje negro, como su cabello y sus ojos, caminó con un elegante porte hasta el centro del escenario. Se sentó mientras tomaba el cello y lo acomodaba entre sus piernas y acomodaba sus brazos. Law quería decir algo pero antes de poder tan solo emitir un sonido de sus labios un sonido penetrante dominó el auditorio.
La piel de Law se erizó.
El sonido era profundo, melancólico, triste, era pesado. Sentía que lefaltaa el aire. Miró la hoja. Bach: Prélude, Cello suite Nr1. No entendía qué era eso, pero sabía que lo primero que sentía parecía una especie de lamento. ¿Ese era el chico que conoció? Parecía un ser étero de porcelana, sus dedos delgados se deslizaban por el instrumento transportándose a una melodía que aturdía su corazón. ¿Ese era su sonido? Por supuesto que no, ese no podía ser el Luffy que conoció.
En poco tiempo terminó.
Los siguientes acordes tan misteriosos y ansiosos los reconoció. Vivaldi, Winter 1er movimiento. Sonaba enojado, esos acordes tan violentos y desesperados. Se sintió con un nudo en la garganta y agarró con fuerza su pantalón. Alguien sáqueme de aquí. Pensó Law. Lo estaban torturando. Sentía como no podía resìrar. Estaba viendo a un pájaro siendo desplumado, veía como no tenía alas para volar, veía como estaba aceptando su muerte en una jaula. Era todo lo contrario a la libertad, era frío, agonizante y lamentable. ¿El sonido de Luffy era tan deprimente? quería salir de ahí, eso o sentía que iba a morir, sentía que iba a morir de impotencia, sentía que jamás encontraría la esperanza.
Tensó sus piernas, estaba a punto de lamentarse pero una mano le golpeó el pecho. Era la mano de Sanji quien lo detuvo. Ahí fue cuando cayó en cuenta, al ver el rostro de los demás tenía un gesto de tristeza y lamento, ellos se sentían igual que él. ¿Pero por qué simplemente lo aceptaban? ¿Cómo podían sentarse a sufrir de esta manera? Law respiró un poco. Tal vez solo era eso necesitaba respirar.
Luddy no solo era monstruosamente impresionante al tocar, Law nunca en su vida se había sentido así con la música clásica, él determinaba como vacía pero su cello, su cello lo hacía querer desaparecer, no quería sentir más es agonía, quería llorar.
Y cuando llegó la calma, volvió a escuchar el canto de la tristeza. Miró la hoja sin energía. Bach: Cello Suite No. 5 en C menor. ¿Bach otra vez? Su cuerpo tembló, ese sonido tan profundo le quitaban el aliento. Después de tantas emociones que recorrieron su cuerpo, ya no sentía sus extremidades. Se sintió hundido en un pozo y le costaba encontrar la luz.
Luffy se detuvo y se levantó. Hizo una referencia. La gente aplaudió, Law sentía los ojos nublados pero no podía moverse. Miró el rostro del más bajo, lucía sin vida. No parecía tener esa chispa en sus ojos como la de aquel día en el bar.
No muy tarde después de eso entró un joven más alto, de pelo negro y pecas, con un traje igual de lujoso que el de Luffy. Law echó una mirada rápida a la hoja. Era un violinista. Ace era su nombre. Y como si hubiera un huracán su corazón se revolvió. Storm de Vivaldi. La misma sensación de desesperación que encontró en Luffy la sentía feroz en Ace, ¿Era su hermano? ¿Acaso se sentían igual? Law sentía otra vez esa sensación de ahogo. Sabía que los monkey eran asombrosamente prodigiosos pero eso era demasiado. ¿Un requiem de lamento? Ese violín estaba llorando, su usuario estaba llorando, Law lo sabía por que así se sentía. ¿Acaso le decía a su hermano que todo estaría bien?
Para ese punto él solo quería que la noche se acabara o de lo contrario no sabía cómo podía seguir su día al llegar la mañana. Pero esa desesperación llegó a su fin. Lo que sí tenía que admitir que la maestría instrumental era asombrosa, se sentía diminuto. Cuando Ace se despidió le siguió un rubio alto, su traje era azul. Se dirigió a un piano, Law tuvo miedo, ya no quería sentirse atormentado.
Sabo, era su nombre. Mariage d'amour de Paul de Seneville. Los sonidos eran tristes, pero no agresivos, en realidad Law se sorprendió pues no encontró desesperación. Sentía que era un mensaje para sus hermanos, de que no se preocuparan, él estaba ahí. No sabía si les estaba dando esperanza o consuelo. Tal vez ambos. Law sintió frío en su rostro. La noche se había puesto helada.
Chopin. Nocturne No. 20. Si Law no se sentía hundido, ahora sí lo estaba. La luz se volvió un concepto que dejó de comprender. Pero se dejó llevar por el dolor. Cerró sus ojos y un sonido feroz lo despertó de la tristeza que acompañaba su alma. Beethoven. Moonlight Sonata 3er movimiento. Ahora sentía una estampida de emociones, no sabía cómo sentirse parecía tener furia, no sentía una penumbra en la totalidad, sentía una propuesta, ¿Rebeldía tal vez? no estaba seguro pero lo que sabía era que era un mensaje de fuerza para los otros.
Sintió como sus latidos le decían que mirara al pianista sin apartarle la mirada. Era asombroso también. Incluso aunque se convenciera a sí mismo de ir hacia otro lado en sus pensamientos no podía. Estaba siendo un viaje muy intenso.
Al terminar la gente hizo una ovación. Los tres hermanos se juntaron e hicieron una reverencia.
Law sintió como la luz empezó a colarse en sus ojos. Se sentía derrotado.
Zoro y Law miraron al invitado. Lo que encontraron fue a Law con el rostro empapado.
Sí, así fue la primera vez de todos, o por lo menos la mayoría. Sabían perfectamente cómo se sentía.
Sanji le extendió el papel. Este lo aceptó sorprendido y avergonzado. Él no quería estar ahí no después de todo el bajón emocional que había atravesado. No sabía que estaba sintiendo, solo que estaba cansado y quería apartarse del resto del mundo. Tenía que digerirlo.
Luffy sentía el mundo pesado en sus hombros. También sus hermanos. Ellos portaban ramos de flores otorgadas por su abuelo, Garp. Caminaban fingiendo una sonrisa, les enfermaba fingir. Luffy alzó la mirada, sabía que siempre sus amigos venían a verlo. Lo que encontró fue evidentemente la respuesta de siempre, el apoyo incondicional de ellos pero entonces su corazón se paralizó y su rostro enrojeció.
–T-torao.–balbuceó.
El nombrado con los ojos rojos, volteó el rostro. No quería que lo viera así.
¿Torao? Se preguntaron los hermanos. Ya habían escuchado ese nombre. Miraron al chico nuevo en cuestión y se miraron entre ellos dos. Sabo le sonrió a Ace, mientras que el pecoso frunció el ceño. Y Luffy bueno, él estaba entrando en pánico. ¿Qué hacía Law ahí?.
Holaaa, espero les haya gustado el segundo capítulo. Estaba emocionada por mostrarles a Luffy y su otra faceta. ¡Un abrazo y gracias por leer!
Ya voy teniendo más idea de todo lo demás así que espero lo disfruten.
