4.- The power of love – Huey Lewis and the News

Ya había visto sus cuentas de instagram, había visto todo lo relacionado a Luffy en noticias y blogs del conservatorio. También había revisado las redes de Zoro y sus demás amigos. Incluyendo la de los otros dos hermanos. Sí, Law ahora era todo un casi sabelotodo de Monkey D Luffy.

Había quedado ir con sus amigos a beber algo antes de ir a la casa de Luffy, ya que se pondrían de acuerdo para su itinerario coordinarse y no regarla en casa del chelista. Law se retocó el esmalte negro de las uñas, se despeinó más el peló, y se puso unos pantalones de mexclilla rotdos y deshilachados. Tomó su chaqueta de cuero y unas botas militares, mientras se pasaba una cadena de cinturón. Se puso sus muñequeras, y delineó con sombra negra sus ojos.

Estaba listo para triunfar.

Entró a la cafetería, visualizó a sus amigos que estaban sentados mientras cada uno tenía una vaso de refresco y unas papas fritas al frente de la mesa. Pero lo que más le sorprendía era ver a Zoro ya ahí, había llegado temprano.

– ¡Law! – exclamaron emocionados sus amigos menos Zoro, este solo sonrió al verlo llegar de una manera sutil. Todos tenían mucha energía para practicar.

– Chicos...–saludó.

– Zoro nos contaba que fueron a un concierto el otro día.

–Ah, sí. Al de Luffy.

–¿¡Luffy!?–Exclamaron los demás sorprendidos. Realmente Zoro no había contado detalles.

Law miró a Zoro y este solo hizo los hombros hacia atrás.– no dije más de eso. –Se excusó.

–¿También es rockanrolero? –preguntó Penguin curioso.

–No de hecho es chelista.

–¿Chelista?– preguntó confundido Shachi.

–Sí, chelista. –confirmó Law bastante calmado.

– No te creo.

– Lo es.– Entrometió Zoro. – Luffy es una bestia del chelo.

– Woaaaah. ¿Entonces es un genio?

Law se quedaba en silencio mientras veía como sus amigos miraban atentamente a Zoro como niños pequeños que estaban siendo entretenidos con un cuento. Aunque él también sentía mucho interés pero lo disimularía por ahora.

Zoro negó con la cabeza.– No sé de esas cosas de genios, pero Luffy ha tocado el chelo toda su vida. Creo que es normal que sea bueno en ello.–dijo casualmente mientras llevaba una papa a su boca.– Esto sabría mejor con una cerveza.

– ¿Toda su vida? –se aventuró Bepo curioso.

– Luffy no parecía ser un chico clásico ese día.– dijo confundido Penguin.

Zoro enderezó su espalda y puso su mirada seria.– Su abuelo es famoso en el piano, a Luffy y sus hermanos desde pequeños les dio un instrumento para tocar, un piano, un violín y un violonchelo.–dijo mientras sus palabras eran atrapadas por los oídos atentos del resto de la banda. – Aunque realmente los tres saben tocar esos tres instrumentos en caso de que alguno necesite sustituir al otro, ya saben, realmente creo que lo explota el viejo.

Para Law eso tenía sentido. Había visto los vídeos. – ¿Cómo le hace para tocar tan increíble sí es obligado?

Zoro bufó.– Tiene oído, ha crecido con la música. Luffy ama la música. Tanto que es su único escape incluso si odia el chelo.

Law no respondió, solo reflexionó. Luffy era increíble por años de esfuerzo y por qué era lo único en que podía manifestar su pasión a las notas que provocan música, aquellas que relataba sus sentimientos. El día del concierto le dijo que quería ser libre, y todo eso tuvo sentido. Ya estaba, Law tenía una pésima idea. Lo ayudaría a ser libre, ya que se preguntaba, si Luffy ya era extraordinario cómo se escucharía su libertad. Su cuerpo se estremeció. Sería el sonido más increíble del mundo.

– ¿Law? .–Llamó extrañado Shachi. Law lo miró, se había quedado en sus pensamientos.

Zoro rió por lo bajo. Se hizo unas cuantas ideas, su celular vibró y vio las notificaciones. Era Luffy que preguntaba cuándo llegaría, estaba ansioso por poder pasar tiempo con Law, Zoro y el resto de la banda.

– Bueno, Luffy nos espera, será mejor que vayamos.

A Law le palpitó rápido el corazón, pero solo asintió. Estaba más callado de lo normal, tal vez porque sentía un montón de cosas en ese momento. Solo estaba pensando en Luffy en estos días, estaba paralizado. En el fondo, estaba teniendo problemas para canalizar sus sentimientos, por una parte su manera tan increíble de tocar le hacía sentirse en un huracán. Por otro lado, nunca había sentido nerviosismo frente a otro chico. Sentía que solo era víctima de las notas que le provocó aquél día. Pero ahora su problema era esa sonrisa que le erizaba el corazón. Para él eso era aterrador, estaba acostumbrado al sexo casual entre las chicas y uno que otro chico que estaban en los bares que a veces frecuentaba con sus amigos. Nunca había un él en sus pensamientos como chelista le había dejado.

Luffy por otra parte había pasado esos días viendo las redes sociales de la banda Corazón. La de la banda, la de los integrantes y especialmente la cuenta de Law. El se encontraba en otro paralelo diferente, Luffy sabía que ninguna ella había estado en sus pensamientos pero sí unos cuantos él, pero solo había tenido una relación semi formal en su vida. Para él, Law era todo lo relacionado a su tipo, rockero, alto, guapo y totalmente ese aire misterioso, pero sobre todo la manera en que había tocado la guitarra ese día le había fascinado. Y desde entonces, había estado llenando de preguntas a su amigo Zoro sobre aquél sujeto que él llamaba Torao.

Sin embargo Luffy tenía un pero, uno muy grande, el perfil de Law parecía totalmente heterosexual. Y eso le hacía sentir un tanto desmotivado o sin saber qué camino seguir, porque definitivamente quería escuchar la música del guitarrista. Era atractivo sí, solo tenía no permitirse ir más allá por que solo sufriría una decepción más. Cómo aquél tecladista rubio narcisista, o aquél otro guitarrista escandaloso pelirrojo. Sí, muchas malas señales.

Llevaba todo el día intentando practicar hasta que un sonido del toque de una puerta lo sacó de sus pensamientos.

–Luffy.–Llamó Sabo. –¿Estás bien?

El menor lo miró curioso a los ojos. No entendía a qué se debía la preocupación de su hermano.

– Sí, ¿por?

–Es que estás desafinando

Luffy se sorprendió, probablemente estaba tan distraído que no le estaba poniendo atención a su práctica. En la música él no podía mentir. Se rió.

– Bueno...estaba pensando en esta tarde. –confesó mirando al otro lado de la habitación y balanceándose sobre sí mismo.

Sabo sonrió. – ¿por Torao?

Luffy le devolvió la sonrisa y asintió.– Ojalá puedan escucharlo. ¡Es sensacional!

– Te creeré solo porque no dejas de hablar de él.

Luffy se sonrojó.

– EY, Luffy.– azotó la puerta Ace que estaba escondido detrás ella observando la conversación. –¡Nada de novios rockeros otra vez!

Luffy frunció el ceño junto con Sabo, el cual rodó los ojos.– Ace, tú quieres también tocar en una banda.

–¿Y? Eso no quita que la mayoría sean unos mariguanos con malas intenciones.

–¿Estás hablando de ti?

Ace le dedicó una mirada al rubio por recibir nulo apoyo de su parte.– Bien, ¿Qué hay del idiota narcisista? ¿Qué no jugó con nuestro hermanito?

Sabo pensó unos segundo pero luego aprobó las palabras de Ace. El pecoso sonrió con sorna.– Y del pelirrojo insoportable, ese idiota fue el peor.

– ¡Eso solo fue mala suerte! –se protegió Luffy.– No es mi culpa que me toquen un montón de heteros curiosos. Aparte no estoy intentando ligar con Torao….creo.

Ace lo miró molesto. –¿Crees?

– Da igual, Ace. –suspiró Sabo.– ¿Por qué no los conocemos? Si tienen malas intenciones los golpeamos.

Meditó un poco pero aceptó la oferta de su hermano, pero aceptó. Luffy se encontraba intercambiando mensajes con su amigo baterista, ya quería que llegaran y dejar de soportar a sus dos hermanos en su modo sobreprotector. Ace era impulsivo y agresivo, podía ahuyentar a cualquier ligue con facilidad, pero Sabo, él era peor, detrás de esa calma y tranquilidad se escondía un diablillo y cuando en cuanto le hicieran enojar o le provocabas era aún peor que Ace.

–¡Ya vieeenen!–Gritó Luffy interrumpiendo a los otros dos. Se levantó de la silla de un salto y salió corriendo a preparar todo. No dejaría que nadie le arruinara el día.

Zoro llevó unos días atrás su batería a casa de Luffy. Así que solo echaron a la cajuela del auto de Law el equipo restante. Partieron a casa del chelista la cual tenía una fachada impresionante, Law se estacionó frente un gran portón con una placa que ponía el nombre de monkey y su hogar al lado del timbre. El resto de la banda a excepción de Zoro estaban impresionados, también Law aunque su rostro no lo reflejara en ese momento.

Una vez abajo, Zoro estaba a punto de tocar el timbre pero el portón se abrió antes de que este lo hiciera y otra vez sintió aquél peso en su torso y la voz ensordecedora.

–¡Zorooooo! Finalmente llegan.–lo abrazó Luffy.– Estaba muy ansioso de verlos.

Buscó con la mirada a Law que se encontraba enfrente suyo mirando la escena, se sentía nervioso tan solo recordarlo y estar cerca de él. Tal vez se debía a la nula interacción que habían tenido solo basada en un intercambio escaso en palabras pero atiborrado de sonidos.

– Luffy.–Le dijo para saludarlo.

– ¡Torao!.–exclamó con gusto y saltó hacia abajo para correr a abrazar al moreno, pero este lo detuvo con la mano haciendo un alto ante su espacio personal. Luffy hizo un puchero con sus labios.

– Te presento nuevamente a la banda.–dijo aún con su tono de voz frío y serio.– Bepo.–apuntó hacia un chico albino con gentil ía puesto unos joggers y una camiseta, y algunas cadenas colgando de su cuello. Después apuntó hacia otro chico, el cual traía una gorra de lana negro, mientras unos mechones de cabello oscuro le cubrían parte de los ojos, portaba una camiseta negra de alguna banda y unos pantalones de mezclilla oscura un poco flojos. Le ofreció una bonita sonrisa a Luffy y este se la devolvió.– Ese es Penguin….a su lado está Shachi.– dijo mientras puntualizaba a un pelirrojo con audfionos negros reposando en su cuello. Tría una camiseta amarilla y una chamarra y unos pantalones rotos de tono neutro.

Luffy rió.– ¡Mucho gusto chicos, vamos, pasen!.–dijo mientras saltaba efusivamente señalando la gran entrada de su casa.

Al pasar, cargando las cosas simplemente abrieron sus ojos bastante sorprendidos, más de lo que estaban, pero la emoción les ganó a Bepo, Penguin y Shachi. Este último chifló al ver el lujo que lo rodeaba. En las paredes había muchos cuadros y reconocimientos. Mientras pasaba veía las fotos familiares en las paredes. Captó rápidamente a los tres hermanos, pero en especial a Luffy poseyendo el chelo con delicadeza y elegancia desde chico. Sentía que estaba en un ambiente surrealista. Nada de lo que había conocido de él encajaba en esa realidad.

Luffy los guió hasta el tercer piso de la casa, dónde había un salón para poder practicar, había veía ya algunas cosas puestas, entre ellas la batería de Zoro. Así que se dispuso a ayudar al resto de los chicos una vez que terminaron Luffy se puso frente al baterista y extendió sus dos manos esperando algo a cambio. Los demás lo miraron confundido hasta que Zoro sacó del carro bolsas del supermercado llena de papitas , dulces y refresco. Entre ellas las famosas frituras sabor bbq. Luffy lo tomó emocionado y se sentó enfrente de la banda.

Law arqueó una ceja al mirarlo.

–Vamos, toquen.– Los motivó Luffy en un tono casual mientras abría una de sus bolsas de papitas. Zoro solo resopló divertido.

–Qué más da.– dijo Law dando la señal para que empezara a tocar. Los ojos de Luffy se iluminaron por completo, la piel se erizo y volvió a sentir esos sentimientos que le llenaban por completo, él quería ser parte de una banda. y por otro lado no podía evitar, ahora de manera más cercana, ver los brazos y manos de Law viajar por el torso de la guitarra, ver sus dedos presionaban y se deslizaban por las cuerdas. Le hizo sentir nervioso pero totalmente deleitado.

La banda se dejó llevar por el ritmo de la música, en sus rostros se reflejaba la satisfacción y vitalidad que les provocaba tocar. Sentir el compás, el ritmo y dejarse llevar por cómo los sonidos les guiaban hacía una canción.

En un abrir y cerrar de ojos, Law quién se encontraba enfrente de la formación. Se dio cuenta que frente suyo estaban los ojos oscuros de Luffy los cuales brillaban con ilusión, y sus mejillas estaban sonrojadas por la emoción que estaba sintiendo. Pero ya no estaba solo, a su lado estaba su hermano rubio, con la misma mirada ilusionada, hincado apoyándose en sus rodillas mientras parecía que disfrutaba de su práctica como si se tratara de un show. En la puerta Ace se asomaba sigilosamente, también estaba fascinado pero no lo admitiría delante de ellos.

Terminaron de tocar y Law soltó una sonrisa amplia y satisfecha. Sabía que se había apropiado del ambiente.

– ¡Woaaaah!– exclamó Sabo.– ¡Son asombrosos! .–dijo mientras miraba a Luffy.

–¿Ves? ¡Tenía razón! .–contestó el menor.

Sabo sacudió los cabellos de su hermano menor con una sonrisa.– Claro que sí, Luffy.

– ¡Me gustaría tocar como ellos! – exclamó Luffy parándose de golpe.

Sabo se percibía él más inteligente de los tres hermanos. Y en ese momento, él concluyó que había tenido una idea brillante. Esta vez, una sonrisa maléfica se apoderó de sus labios.

– Podrías decirle a Law que te enseñe.

Esta vez la sonrisa de Law se borró, Zoro arqueó una ceja pero no estaba en total desacuerdo, pero los amigos del guitarrista temblaron un poco, Law no era la persona más paciente que conocían.

–¡Sabo! Qué diablos dices. – entró Ace a la defensiva.

– ¿Por qué no? Law es talentoso y les dejamos un uso extra del lugar. Qué sabemos que lo necesitan. – tentó Sabo usando también su poder del sexto sentido y el común.

Law no quería enseñar a Luffy, en realidad a nadie qué le pudiera hacer perder su tiempo. Pero quería pasar tiempo con el más chico de los presentes. Pensó muy bien en que había miles maneras de morir, y sí una de ellas era caer en desesperación por enseñarle a Luffy entonces esa era la mejor opción.

– Bien. Lo haré. – dijo Law a la ligera provocando sorpresa en todos los presentes.

Luffy sentía una mezcla de emoción tanto que no sabía cómo expresarla hasta que algo cayó en su mente provocándole escalofríos.

– ¿Pero sí el abuelo se entera?

– no lo hará. – Se acercó Sabo más a Luffy jalando a Ace del brazo y haciendo una mini reunión de hermanos entre ellos.– esta es tu oportunidad, Luffy, la que tanto habías buscado, Ace y yo nos encargaremos de los demás.

Ace escuchaba atentamente con el ceño fruncido las palabras del rubio. Quería gritarle, pero lamentablemente estaba de acuerdo en cierta parte, pero definitivamente quería hablar con él. Luffy sonrió pero después su rostro se volvió preocupado.

–¡Pero Torao toca la guitarra!

Esta vez, el de pecas tomó la palabra.– Luffy, ve por la guitarra, sé que estás acostumbrado a esos sonidos y … sé que escogiste el bajo porque yo quería tocar la guitarra, ya sabes, cuando éramos niños y hablábamos del ASL...– empezó a sonrojarse.

Luffy miraba a Ace con los ojos casi a punto de lloar.– Aceeee.–gritó mientras se lanzaba al cuello del hermano de pelo igual de oscuro que él.

Los demás solo veían confundidos la escena. no sabían que era más extraño, los hermanos o que Law simplemente había aceptado aquella propuesta de lo más casual posible. Shachi y Penguin olvidaron cómo respirar de lo impactados que estaban.

– ¡Bien! Iremos por refresco, ustedes siéntense, creo que les hace falta un respiro. –dijo Sabo mientras se llevaba a Ace a rastras.

–¡Law te sientes bien! – exclamaron sus amigos.

Este masculló por lo bajo. Zoro por otra parte quería asegurarse de que Luffy estuviera bien con la idea, pues realmente no conocía a Law.

– Luffy, ¿Estás seguro? –preguntó un poco preocupado.

–¡Claro! Torao es increíble

– Si pero...es un poco….–Zoro buscó las palabras adecuadas

–¡Insensible!

–¡Apático!

–¡Impaciente!

Exclamaron los amigos del ojeroso. Law los miró con el mayor desdén del mundo aunque estos no estuvieran equivocados. Luffy solo se río e ignoró las alertas que sus compañeros daban, en el interior pensaron que tal vez ese par no tendría remedio. Decidieron sentarse un poco a esperar a los anfitriones y ponerse a hablar de cosas banales pues el resto de la banda aún no podía procesar el día que estaba viviendo.

– Oye, Luffy...– empezó Shachi en plan de poder conocer más a Luffy.– ¿Y tienes novia?

A Law casi se le sale el aire, los demás miraron con interés a excepción de Zoro quién ya sabía la respuesta.

– Noup

– ohhh, ¿Y una chica que te guste?

– Tampoco. –dijo Luffy sonriendo.

– Luffy es gay.–exclamó Zoro.

Luffy le miró con el ceño fruncido. – ¡No es verdad!

Zoro arqueó una ceja. –Luffy, ¿te gustan las chicas?

– ¡no lo sé, nunca me ha gustado ninguna! cómo voy a saberlo

Zoro se palmeó la cara. – Luffy, exactamente por eso eres gay.

En ese momento Luffy parecía tener la mayor reflexión de su vida, hasta que por fin hizo un gesto de sorpresa.– ¡Es verdad! Soy gay. –dijo con el mayor asombro del mundo. – ¿Y tú Shachi? –pregunto tiernamente.

–bueno...hay una chica que me gusta.–dijo con una sonrisa boba provocando que Penguin se riera del enamoramiento de su amigo. Luffy sonrió también con la simpatía del otro, Law por su parte quería bajar su presencia, estaba aliviado por la respuesta de Luffy sin razón alguna, pero no quería entrar en esa conversación.

– ¿Qué hay de ti, Torao? –preguntó entusiasmado con el corazón latiendo nervioso.

Law solo giró su rostro .– No tengo pareja. –se limitó a decir.

– Pero hay una chi...–Shachi comenzó el chisme hasta que sintió la helada mirada de Law sobre él. Temió tanto morir ahí mismo que se congeló. Luffyy quedó confundido hasta que la puerta se abrió. El menor saltó de golpe y corrió a sus hermanos olvidando lo que acababa de suceder. Sin embargo, Zoro era muy observador y había cosas que no se le perdían.– ¡Sabo, Ace, soy gay! – exclamó contento.

Ambos hermanos no entendían el motivo de la alegría. – Sí, eso ya lo sabíamos Luffy.– el menor volvió a sorprenderse.

– ¿Pensabas algo distinto, enano? –preguntó Ace

–Pensé que era bisexual.

Ambos hermanos mayores se miraron y comenzaron a reírse haciendo que Luffy se molestara.

–bueno, hubiera sido genial tenerte en el club. – dijo Sabo mientras servía vasos de refresco a sus invitados. – Pero parece que te quedaste en el de Ace. –dijo mientras el de pecas explotaba en su contra con el rostro sonrojado. – Pero ya sabes lo que dicen, un bisexual reconcoe a otro bisexual.–decía mientras entregaba personalmente los vasos a cada uno de los miembros, al llegar a Law le guiñó el ojo haciendo que este simplemente mirara a otro lado y lo ignorara. – En fin, no sé cómo llegaron a esta conversación, pero mi hermanito está chiquito, tengan cuidado.

– ¡Así es, si lo tocan les corto el pene! –exclamó Ace.

– ¡Saboooo! se supone que tenías que estar de mi lado.

El rubio solo le respondió con una sonrisa. Al salir Ace en la cocina decidió confrontarlo finalmente.

– Por qué estás tan facilote, Sabo

– Esta no es solo la oportunidad de Luffy .– explicó. – También la nuestra.– hizo una pausa viendo como su hermano seguía sin entender.– Vayamos a la siguiente presentación.

– ¿A espaldas de Garp?

– A espaldas de Garp.

Ace sonrió y extendió su mano con recelo.–Estuve esperando esto por tanto tiempo...pero no podía empezar sin ustedes

Sabo abrió sus ojos con sorpresa, primero sonrió con ternura y después con picardía. – Entonces tenemos una misión.

– Volvernos los mejores…

–En el mundo del rock….

Dijeron uno seguido del otro tomando sus manos.

La práctica por parte de la banda siguió el resto de la tarde, al final cuando limpiaban y salían hacía fuera para subir al auto del moreno, Law buscó a Luffy para hablar mínimamente con él a solar en el poco tiempo que le quedaba.

– Luffy-ya.–Le llamó y después extendió una tarjeta. – Este es mi número, me gustaría que habláramos un poco más y ya sabes...para enseñarte con la guitarra.

Luffy le miró una vez más con brillo en sus ojos.– ¡Me parece genial! –exclamó mientras tomaba la tarjeta y abrazaba al mayor quién se sonrojó un poco ya que no estaban en su totalidad solos. – Te mando un mensaje más tarde, ¿Va?

Law asintió. Y después seguido de Penguin y Zoro se subieron al carro donde ya los esperaban Shachi y Bepo. Luffy en la puerta agitaba su brazo efusivamente para despedirse. Law arrancó el coche, y Penguin decidió abrir la boca para mal.

– A Law le gusta Luffy.

Shachi abrió los ojos y pestañeó un par de veces y después sonrío.

–Al capitán le gusta Luffy.– canturreó.

– A Law le gusta Luffy.– siguió Penguin y después se unió Bepo.

–Maldita sea.–exclamó Law mientras sentía que iba a cometer un suicdio cuádruple en el carro. Zoro solo soltó una carcajada. Sí, Law parecía totalmente atraído al huracán de emociones que podía ser Luffy.