—Okay este el plan. Dentro de menos de Quince minutos todo el edificio estará lleno de policías o en todo caso lleno de esos humanos raros. En ese tiempo hay que lograr matar a los últimos cinco blancos que según el súper olfato de Loona aún siguen aquí y que por cualquier motivo raro e ilógico no abandonaron este piso como todos los demás ¿Verdad Loona?—le preguntó, ella se estaba secando el pelaje con un montón de papeles que encontró por allí, no absorbían y no quitaban por completo el rojo sangre ni el hedor, pero hacían el trabajo. Aún molesta por lo del teléfono solo le respondió con el dedo del medio remplazando al típico pulgar arriba.
—Eso un si...eso creo. Considerando que estos humanos salieron de la nada es posible que nos topemos con algunos de ellos en el camino y también es posible que no nos topemos con ellos.—Esto último causó que ambas levantaran una ceja a falta de comprensión, Moxxie entendió de inmediato y se corrigió—En cuyo caso no importa, si nos encontramos con ellos y nos bloquean el camino simplemente los matamos—sí, así de simple—más cadáveres no harán la diferencia. Terminamos con los blancos, llamo a Blitzo por medio de mi teléfono—lo saca para mostrarlo y lo vuelve a guardar—y nos marchamos de aquí con la satisfacción de un trabajo bien echo, eso es todo ¿ Me entendieron?—Miró primero a su esposa y esta le respondió con una tierna sonrisa y con sus pulgares arriba. Después miró a Loona, ella con brazos cruzados solo le gruñó mostrándole sus afilados dientes—Bien, andando.
Tal vez no se mencionó en la charla pero Loona iría adelante solo para seguir el rastro de los blancos pero si se presentara combate ella se pondría detrás de la pareja IMP porque se espera que después de la última masacre, los humanos trajeran armas de fuego y la piel de la Hellhound es dura pero no tanto como para parar una bala o tampoco es carente de sentir el dolor o de sangrar con suficiente metralla.
Loona los guiaba a un ritmo normal mientras respiraba hondo a cada rato y a cada paso siguiendo el rastro, debes en cuando paraba en seco y volvía a respirar hondo, cosa que hacía desperdiciar tiempo y ocasionó premura en ambos IMP.
—¿Qué es lo que te tarda tanto?—preguntó Moxxie. En respuesta Loona volvió su rostro y le mostró la mirada más enojada y aterradora posible, se mentiría si no se dijera que el IMP retrocedió y tragó en seco por el miedo que sintió. Loona siguió avanzando hasta guiar a la pareja al lugar donde estaban todos los cubículos en orden... bueno, donde solían estar en orden.
Todo el lugar estaba echo un asco, algunas de las paredes de los cubículos habían caído causando lo que se llama el efecto dominó sobre el resto de las de más, y eso no era todo, desde muebles como mesas, sillas, materiales de escritorios, los basureros y papeles, todo estaba desparramado en el piso, pocas palabras describían el escenario, esto fácilmente podría llamarse zona de guerra o de desastre, era como si una estampida furiosa hubiera arrasado con todo a su paso, tal desastre solo podía ser ocasionado por una clase de ser.
—A los humanos no les fascinó tu forma real, si que se asustaron—comentó Millie con cierto asombro aún posando su mirada sobre todo el desastre.—Y yo creí que nuestra raza infernal era la que causaba el desorden y caos en el mundo humano, esto esta en otro nivel.
Loona siguió olfateando al aire hasta obtener un aroma característico, avanzó rodeando todo el cúmulo de chatarra hasta llegar a una parte alejada, tras un poco de trote se detuvo enfrente de una puerta.
—Allí adentro se encuentra un viejo.
Ambos con armas en mano asintieron. Millie pateó con fuerza la puerta esperando que una sola patada fuera suficiente para abrirla, no obstante al dar la primera patada notó y sintió algo.
—La puerta está pegada y el tipo se está recargando sobre ella—Volvió a lanzar otra patada que poco o nada logró—Y es pesado, bueno, el se lo buscó—Apuntó su arma y disparó, dos veces a la parte media de la puerta y tres veces al picaporte, volvió a lanzar una patada esta vez abriendo la puerta por completo mostrando lo que parecía ser un cuarto de limpieza lleno de escobas, trapeadores, baldes y productos de limpieza. Tirado en el piso se encontraba el objetivo agarrándose el pecho tratando de cubrir una herida de bala. Millie no se equivocó, el tipo aparte de calvo y viejo era sumamente gordo, el simple echo de llevar un traje elegante de oficina no ocultaba ese echo.
—El diablo en persona tuvo que venir a la tierra para matarme—su voz era apenas audible pero se notaba una gran cantidad de arrogancia— Por suerte elegí bien mi bando
—Lo que tú digas gordito, debiste escapar con el resto—Moxxie terminó el trabajo con un tiro en la cien.—Yo diría que desperdició sus últimas palabras... ¿De que estaría hablando?
—Los humanos siempre exageran sus palabras cuando saben que van a morir, es algo normal—Explicó Millie.
—Si... tienes razón cariño.
Continuando la búsqueda, Loona los guio hacia una de las oficinas adyacentes no muy lejos de su posición. Nuevamente estaban en frente de una puerta cerrada con llave pero por suerte esta vez no había nadie recargada en ella. Millie nuevamente trataría de abrirla a patadas, pero fue interrumpida.
—Espera un rato, Millie, yo me encargo—Moxxie se acercó a la puerta—Bien, es una puerta maciza echa de buena madera, pero su cerradura no se ve muy buena, solo necesitaré unas cuantas pinzas, unos clip, una lupa y un par de intentos para abrirla, pero no tengo todos esos o objetos, por suerte detrás nuestro hay un montón de material de oficina así que solo resta buscar un po...—Loona se cansó de oírle asique antes de que continuara pateó la puerta abriéndola estrepitosamente. Entró a lo que parecía ser una oficina de trabajo, el blanco estaba sentado en su silla, al verla no se asustó ni siquiera se sorprendió, solo suspiró y se mantuvo quieto sin emoción aparente. Loona no era alguien muy curiosa ni tampoco inquisitiva, solo se le acercó y sacó sus garras lista para matar.
—Hola—El tipo ni la miró al hablarle, su vista estaba decaída, al parecer no quería mirar lo que le seguía.
—Hola y púdrete—Un zarpazo fue suficiente para rasgarle la garganta y destrozarle el rostro, el blanco cayó al piso desangrándose hasta morir. Loona salió de la habitación ante la vista de la pareja—Imbécil idiota cara de pito traga vergas —bramó mientras pasaba al lado de Moxxie y seguía su camino para encontrar al próximo blanco.
—Okay, esto es más que extraño, ese sujeto no le importó nada, se podría decir que se quedó aquí solo para morir—La duda lo comenzaba a inquietarle
—Esta vez si concuerdo contigo, esto es raro, será mejor que nos apresuremos a terminar la misión y nos larguemos de aquí, cariño.
Moxxie miró a su esposa por momento y luego asintió sin estar seguro, sea lo que fuera, al final de la misión ya no habría problema alguno.
El siguiente hombre fue encontrado en el ascensor tocando botones a lo loco, al parecer su histeria y el constante toque a un solo botón arruinaron el ascensor y por ende le había costado la vida, lástima, no era tan viejo como todos los demás. Con un tiro al cráneo de parte de Moxxie el tipo calló como costal de papas.
Solo faltaban tres más. Nuevamente se llegó a una oficina, esta vez no había obstáculo pues la puerta no estaba pegada con llave, solo fue necesario abrirla. Sería fácil, entrar, matar y salir... hubiera sido eso, de no ser por muchos detalles. La escena era muy rara, en primer lugar había un triturador de papel en llamas y muchos libros y papeles estaban esparcidos por toda la oficina, a esto lo acompañaba la típica escena del cuerpo con un tiro en la cabeza desangrándose en el escritorio junto con una pistola muy cerca de su mano derecha.
—¿Se nos adelantaron?—se preguntó Loona en voz alta.
—No creo que el cliente hubiera enviado a alguien más, no es por ser prejuiciosa pero todos los pecadores siempre son tacaños. Parece que alguien aprovechó el escándalo para deshacerse del jefe gruñón—opinó Millie rascándose la barbilla en señal de pensamiento.
—Es eso o un suicidio, miren el arma, está demasiado cerca de su mano y las salpicaduras en la pared están al costado derecho del cadáver, es típico de una escena de suicidio—Por experiencia en disfrazar homicidios con suicidios, Moxxie era el indicado para aclarar detalles.
El suicidio era genial en buen y mal sentido, ahorraba una munición pero también fue un desperdicio de tiempo tener que correr solo para encontrar un cadáver, o al menos eso dijo Millie. A Loona no le importaba, un suicidio era lo mismo que hacer el trabajo, no es que le importara realizar su trabajo, pero mientras más antes terminaran más antes volvería a su rutina diaria.
Para Moxxie hubiera sido un suicidio cualquiera de no ser por las peculiaridades de la escena, para empezar lo primero que había que preguntarse era la razón del suicidio, su esposa aportó la teoría de que el tipo no quería morir a manos de otros a sí que decidió quitarse la vida el mismo, buena teoría y muy aceptable, pero no explicaba el desastre que había dentro de la oficina, no explicaba nada de eso.
—Hay que irnos, Moxxie. No hay nada que nos interese aquí—explicó Millie.
—Si cariño, solo déjenme un rato aquí, adelántense.
Loona ya se había adelantado así que Millie comenzó a seguirla dejando a Moxxie solo en la escena.
Como un experto, lo primero que dedujo es que todo el desorden fue causado por el suicida, si de casualidad alguien hubiera entrado para matar al tipo y lo hubiera visto muerto por lo que tuvo que conformarse en destruir toda la oficina, no hubiera dejado la puerta cerrada. Al parecer el muerto, antes de volarse los sesos, trituró algunos papeles en la máquina trituradora para después prenderle fuego, es obvio que trataba de deshacerse de algo y no quería dejar ningún rastro. Los libros tirados y el montón de papeles en el suelo no daban indicio de nada, el desorden no era más que eso, un desorden, si tuviera tiempo podría saciar su curiosidad e inquietud... pero no lo tenía.
Estaba apunto de irse cuando sintió que algo le impregnaba sus pezuñas. Bajó la mirada para ver, era sangre en abundancia, siguió el rastro hasta observar que esta goteaba de la mesa, todaprovenía de la cabeza del cadáver.
—Que extraño—un montón de papeles estaban manchados con la sangre y casi no había nada más que notar, no obstante al mirar bien el cadáver vio que la otra mano que no tenía el arma estaba tiesa en una forma rara, como si antes de morir hubiera estado agarrando algo. Moxxie se acercó al escritorio y pudo percatarse de que bajo de la mano izquierda había una nota de papel.
—"Nos vemos en el infierno" —leyó en voz alta lo que decía la nota, estaba escrita de una manera muy frenética y muy desordenada.—Esto es extraño, muy extraño—Por simple impulso se guardó la nota, miró por última vez toda la oficina y al no encontrar nada más y con el tiempo medido se fue a seguir a su esposa y compañía.
Pensaba y corría, corría y pensaba, toda esta situación ya no era tan normal en el trabajo. Generalmente estaban acostumbrados a situaciones un tanto menos extrañas pero si muy peligrosas, como la vez que se enfrentaron a un grupo terrorista radical en los Emiratos Árabes, los tipos al acabarse las opciones iban directamente hacia ellos con mochilas explosivas gritando como locos, por poco uno casi los alcanza. Otra ocasión fue cuando realizaron una misión en México, fueron a matar a un líder de un cártel que se estableció entre la frontera con EEUU, la historia es larga pero en resumen el asunto terminó con varios cadáveres, la DEA persiguiéndolos en autos blindados por un lado y con varios agentes del gobierno mexicano por el otro lado, lo bueno es que se llevaron una recompensa bonus de 10 kilos de cocaína pura que lograron robar... cabe recalcar que esa cocaína no duró mucho en las manos de Loona y Blitzo.
Todas esas situaciones estuvieron locas, más locas que esta que estaba apunto de terminar y que solo tenía cosas extrañas y casi nada peligrosas... no sabía porque pero sentía que algo pasaba en esta misión, algo muy raro, y por experiencia propia sabía que lo raro en un demonio nunca era bueno.
Le costó encontrar rastro de su esposa y Loona, habían avanzado mucho, este piso era muy ancho, por eso cuando vio a Millie sonrió, pero borró esa sonrisa cuando notó que estaban corriendo en dirección contraria a la que deberían ir.
—¿Millie qué pasó?
—¡Correee!
—¿Cómo?—seguía yendo hacia ella y ella hacía él, junto con Loona que también corría a gran velocidad en cuatro patas, fue la primera en pasar por su costado corriendo despavorida en la dirección contraria de Moxxie, pronto Millie estaba a metros cerca de Moxxie.
—¡CORREE!—lo tomó de la mano obligándolo a correr a todo dar junto con ella.—¡Tenemos que irnos!
—¡¿Por que?!
—¡Por ellos maldito imbécil —gritó Loona desde lo lejos.
Moxxie volteó la vista un breve momento, más de una docena de hombres armados con fusiles y vestidos al estilo militar como contratistas de guerra los estaban persiguiendo y lo seguro era que no venían a saludar.
—¡Vivos o muertos!—Ordenó el que parecía ser el líder. Todos los demás se posicionaron y abrieron fuego a matar. El trío de habitantes del infierno corrieron cuanto podían esquivando por mera suerte y por el poder del guion todas las balas.Por pura suerte llegaron intactos y sin heridas al desastre que dejaron los humanos, se interiorizaron en el y usaron los espacios cubiertos y rodeados de muebles en todas partes para cubrirse de la lluvia de balas, tan pronto como la pareja de IMP estuvieron a salvo sacaron sus armas y comenzaron a disparar.
—¡Moxxie, llama a Blitzo!—Gritó Millie. Los humanos bien armados pero viéndose desprotegidos siguieron la misma estrategia que los IMP y usaron los paneles tirados y muebles para cubrirse y devolver el fuego con sus armas pesadas disparando rondas completas de balas que por poco matan a Millie deno ser que ella se agachó a tiempo—¡Y pásame un arma más pesada!
Moxxie muy mágicamente sacó un arma dentro de su camisa y se la lanzó por el piso a Millie.
—¿Kalashnikov?... ¡Me encanta!—Eufóricamente feliz y mejor armada, Millie comenzó a repartir balas como si estas estuvieran de promoción, haciendo que esta vez los humanos tuvieran que cubrirse—¡Corran o mueran jajajaja!—Su risa era tan maniática y hermosa como ella
Moxxie aprovechó el momento y sacó su teléfono para marcar a Blitzo.
—¡Contesta, contesta!
—¡Maldito enano miserable, debimos largarnos cuando lo dije!—gritó Loona a Moxxie, iba a seguir gritando pero varias balas chocaron contra la mesa que usaba como protección, una bala incluso pasó la mesa muy cerca del rostro de Loona.— ¡Maldita sea, es la última vez que los acompaño!
—¡Moxxie, munición!—exigió Millie. Moxxie aun con el teléfono en una mano sacó un cartucho con la otra y se la pasó, ella lo agarró y lo cargo al arma—¡Gracias!—y de nuevo comenzó otra ronda.
El teléfono de Moxxie siguió marcando pero Blitzo no contestaba.
—¡¿Por qué no contestas maldito imbécil?!—erráticamente sacudió su teléfono como señal de desesperación mientras más balas impactaba sus protección, incluso algunas lograban pasar el grosor de la madera y pasaban libremente amenazando con matarlo...—¿De qué están hechos estos muebles?—se preguntó así mismo pues en toda una vida de haber disparado distintos tipos de ramas es de saberse que los muebles solo funcionan para cubrirse de las balas en películas de acción y varias series trilladas, en la vida real una bala traspasaría el mueble y al idiota que se ocultará detrás de este.
Esa pregunta tendría que ser respondida otro día y en otra ocasión
—¡Avancen!—Se dio la orden y varios de los humanos comenzaron a avanzar mientras los de atrás los cubrían. Millie trató de aprovechar la oportunidad y sacó el cuerpo completo y comenzó a disparar a los que se acercaban, más no pudo matar ni a uno pues al momento que se dejó de cubrir, los humanos abrieron fuego casi matándola en el acto.
Un poco aturdida mientras suspiraba viró la vista a su esposo que apretaba y gritaba a su teléfono como si estuviera ahorcando a alguien.
—¡Moxxie , tranquilízate un momento!—Gritó Millie. Moxxie se liberó de su locura y miró a su esposa—¡Has algo maldición!—señaló a los humanos que avanzaban y disparaban.
—¡Okay Ya voy!—Ya calmado, nuevamente comenzó a buscar armas de su camisa mágica con un espacio al parecer infinito, en esta ocasión tardo un poco hasta encontrar una granada de mano, los ojos le brillaron cuando la encontró. Quitó el seguro y la lanzó hacia los humanos, los más cercanos al rango de explosión al ver la granada rebotar hacia ellos trataron de huir... trataron, un momento después varias partes de humanos volaron junto con sangre, la explosión lo regó todo y dejó un hoyo entre el piso actual al piso de abajo marcando un notable agujero entre ambos bandos.
—¡Retrocedan!—Gritó Moxxie. Acá una situación de pésima inversión y tacañería, el agujero pronto se expandió de manera significativa obligando a ambos grupos a retroceder lo más lejano posible, pronto todo el piso estaba dividido entre una barrera que bajaba al siguiente piso, por suerte llegó hasta cierto punto y paró de expandirse levantando un montón de polvo impidiendo la puntería y haciendo que el fuego cesara por un momento—Eso estuvo geni...
—¿¡QUE?!—interrumpió Blitzo de abrupto por el teléfono con su clásico grito haciendo que Moxxie se sobresalte tanto como para lanzar el teléfono hacia el aire y hacer malabares para que no se callera al piso, una vez en manos suspiró y habló.
—Jefe ¡Abra el portal!— Moxxie fue directo al grano.
—¿Portal? ¿Jefe?...¿Moxxie?—Y todavía lo preguntaba, un tick nervioso amenazaba el ojo derecho de Moxxie.
—¡SI, soy yo, habrá el maldito portal, nos están disparando!
—¿Disparando?... Moxxie ¿DÓNDE ESTA MI BEBÉ?—el grito fue tan fuerte que de alguna manera envió una ráfaga de aire por el teléfono que desorientó a Moxxie.
—¡Ella está bien!
—¿DÓNDE ESTÁ?—solo por salir de una buena vez por todas, Moxxie alzó la vista y vio a Loona unos pasos detrás resguardándose.
—¡Está detrás mío y está bien!—Loona estaba bien atrincherada tras un par de mesas, Moxxie siguió virando la mirada hacia el frente y vio que el polvo abundante se disipaba lentamente y junto a el los humanos recuperaban su vista y muy pronto abrirían fuego.—¡ABRA EL MALDITO PORTAL!—más que seguro que está vez fue Moxxie quien desorientó a su jefe.
—Okay no te pongas histérico pito de bebé—Moxxie odiaba ese sobrenombre y Blitzo lo sabía—Abriendo un portal...AHORA
