— ¡Muévete de una vez! —Para bien, la que entró fue Millie, quien la apartó del medio del camino— ¿Qué haces aquí? ¡Tenemos que encontrar el portal! —Comenzó a buscar, movió la cabeza por todos lados buscando rastro de energía demoníaca capaz de abrir grietas dimensionales, desde arriba hacia abajo, no encontró nada— ¿Dónde está el portal?
— ¡No lo sé, llegué acá, lo busqué y ni lo encontré!
— ¡Tiene que estar acá, hay que buscarlo juntas!
— ¡No está acá, si lo estuviera mi olfato me guiaría hacia el! —Lo dijo sin tacto provocando una mueca de preocupación en Millie. En ese momento entró Moxxie, una vez adentro se precipitó a cerrar la puerta con fuerza ocasionando un fuerte ruido. Vio a su esposa y colega de trabajo quietas mirándolo con precaución en sus ojos.
— ¿Por qué siguen acá?
— ¡Moxxie, el portal no está!—le dijo su esposa, Moxxie la miró, en sus ojos abundaba la desesperación.
—¿Cómo que no está el portal?—Él mismo iba a buscar parte por parte de la oficina hasta encontrar la salida a su mundo, iba a hacerlo de no ser por una cosa.—¡Llegarán en cualquier momento, ayúdenme!—Corrió pasando en medio de ambas directamente hacia el escritorio donde estaba el suicida y comenzó a tratar de arrastrarlo hacia la puerta, casi de inmediato Millie le comenzó a ayudar a moverlo pero aun así el mueble era pesado, avanzaban poco, efectivamente solo se movió cuando Loona lo agarró con sus dos manos, lo alzó entre sus hombros, tumbando todo sus aditamentos y haciendo que el cadáver se cayera al piso, y con suma fuerza lo tiró dejándolo como un obstáculo en la puerta.
— ¿Qué haremos ahora? Estamos encerrados—La voz de Millie denotaba mucha preocupación. Moxxie y Loona la miraron, no tenían la respuesta, se suponía que el portal estaría allí. Moxxie se giró y comenzó a buscar algún indicio, habían luchado tanto para llegar hasta acá que la sola idea de tirar tanto esfuerzo al caño era inaceptable.
—No lo entiendo, Blitzo dijo que había abierto el portal aquí— Habló Moxxie, recorrió toda la oficina en busca de algún indicio.
— ¡No encontraras nada, no hay nada! — Explicó Loona.
—Tengo que intentarlo —pasó por el cadáver sangrante hasta la ventana que daba una vista fuera del edificio, miró hacia arriba al techo buscando algo, rebatió entre los papeles del piso, más no encontró nada. Miró la puerta pensando si había alguna escapatoria, no había ninguna, si salían estarían muertos, pasó su vista hacia la ventana, se le ocurrió una idea... una muy pésima idea que descartó de inmediato. Las orejas de Loona se movieron, avisaban del peligro.
— ¡Los humanos están cerca! —Advirtió Loona. Moxxie paró su búsqueda. Millie y Loona miraron a Moxxie, este por un momento se confundió, después cayó en cuenta que aún era el líder de la misión. Pensó en la mejor opción posible, salir no era una opción, no había escapatoria y la ventana no era una opción… la verdad era que solo había una opción.
— ¡Loona, ten!—de su camisa sacó un cuchillo y se lo pasó a Loona. Ella al recibirlo lo miró con las cejas levantada, casi furiosa. — ¿Qué? No tengo más armas.
—Y yo que por un momento creí que no eras tan imbécil—tiró el cuchillo al piso y desenfundó sus garras—Si pelear es la única opción, yo usaré estas, gracias.
Moxxie no le dio mucha importancia, en cambio miró a su esposa, se le acercó, la abrazó y le dio un beso largo, enredaron sus lenguas por un rato, todo lo que tenía que decir lo explicó con ese beso. Al finalizar junto con un "en serio" de parte de Loona, le dijo una simple frase.
—Te amo.
—Yo más.
Luchar no era viable, Millie y Moxxie no tenían mucha munición, Loona no haría mucho hasta que los tipos entraran y lo más probable es que ellos no entrarían hasta acribillarlos, ni modo, no había más opciones más que prepararse.
— ¿Ahora? — preguntó Millie, ella y Moxxie estaban apuntando sus armas a la puerta mientras usaban las sillas y el cadáver del suicida como una protección momentánea.
—Esperen—Loona decidió acostarse en el piso con la oreja hacia el suelo, así estaría segura y ayudaría… un poco. Escuchaba como los pasos pesados y presurosos de las botas de los humanos, estaban más cerca, los IMP abrirían fuego solo en el momento que todos estuvieran posicionados frente a la puerta, tenían que aprovechar cada disparo que tenían.
Las posibilidades de matar a todos los humanos y salir con vida eran escasas, así que se puede decir que este último enfrentamiento es casi un suicidio.
—Solo para que lo sepan, par de tortolos—llamó la atención de ambos—Yo realmente lamento mucho el haber… venido con ustedes dos a esta tumba, quiero que sepan que realmente los odio y los culpo a ustedes y a Blitzo por lo que este apunto de pasar —Era increíble como en lo que parecía ser sus últimos momentos aún era muy fastidiosa. —Cúbranse, apunten bien sus armas y disparen a las tres.
La pareja asintió como respuesta.
—UNO.
Al otro lado de la puerta, los humanos se comenzaron a posicionar en diferentes puntos, la mayoría estaban a metros de la puerta.
—DOS.
Se escuchó claramente algunos murmullos y pisotones al otro lado, no faltaba mucho.
— ¡TRES!
Los primeros en disparan fueron los humanos, sus balas atravesaban las delgadas paredes y la puerta de madera de segunda, malditos viejos tacaños, lo único que pudo servir como defensa fue el cadáver que cada vez recibía más hoyos en el cuerpo regando sangre en el piso, sangre que llegaba a Loona haciendo que se quejara y asqueara aún más. Los IMP respondieron, ambos bandos no sabían con exactitud donde se encontraban en sus lados, mas sin embargo se guiaban por los lugares de donde salían las balas logrando identificar un perímetro de donde se encontraba cada grupo.
— ¡A la izquierda por el medio! —Apuntó Loona a la pared.
Al otro lado de la oficina se ocurría el movimiento de los humanos tratando de acercarse a la puerta, se recalca, no eran tan estúpidos, sabían que si iban directamente a abrir la puerta uno o dos serian acribillados en el intento, por eso no se establecieron muy cerca de las paredes ni de la puerta, lo hicieron a una buena distancia de manera que los disparos de ambos demonios tuvieran casi nulo éxito de acertar mientras que por su número y armamento ganarían tarde o temprano… pero querían acabar ya, así que mientras los demás disparaban con la intención de abrumar, uno se arriesgaba a gran medida para tratar de abrir la puerta, una vez abierta no faltarían minutos, sino segundos. Eso era exactamente lo que estaba pasando, lo que no contaban era de los oídos de Loona, tras que escuchaba pasos muy cerca alertaba a los IMP. Millie siguió las indicaciones de Loona, apuntó su pistola y abrió fuego hacia donde señalaba Loona, tres disparos fueron suficientes para perforar el pecho y pulmones del humano y hacerlo caer mientras se asfixiaba con su sangre.
—Buen tiro amor. —Felicitó Moxxie a su esposa. — ¡Acérquense malditos malnacidos, tenemos balas para todos!
La metralla hacia agujeros en las paredes, no había ningún metro cubico que no tuviera balas de por medio, a excepción del piso. Loona seguía acostada, estaba concentrada a los sonidos y vibraciones del suelo, contaba que había siete armas disparando de diferentes lugares, por lo que había siete humanos vivos. Internamente solo pensaba en tratar de sobrevivir, aun no se explicaba por qué rayos no estaba el maldito portal, gritaba en su interior ante la posibilidad de que moriría ese día, por Satán, solo tenía dieciocho años, aun le quedaban muchas cosas que hacer, aún no había conducido un auto ebria por la vereda mientras atropellaba a un sinfín de demonios en su recorrido… ¿o lo había hecho la semana pasada? Un olor interrumpió sus pensamientos, era metálico. Aspiró, también percibió el olor a azufre.
— ¡El portal! —Millie se le adelantó a la conclusión, detrás y para sorpresa y confusión de los tres apareció un agujero dimensional del tamaño de una moneda que cada segundo se hacía más grande.
— ¡No sé por qué es tan pequeño pero se está agrandando, cuando alcance un buen tamaño entramos en el! —Advirtió Moxxie. Loona no esperó y comenzó a arrastrarse poco a poco para tratar de llegar lo más pronto posible al portal.
— Alguien tiene que cubrir mientras los demás sa…— En ese mismo instante interrumpieron dos balas, una atravesó el hombro de Millie penetrando en su clavícula haciéndola sangrar, esa fue una bala de suerte, la siguiente no lo fue, el pecho de Millie fue atravesado como si fuera de papel, la bala no pasó de largo, se incrusto en el esternón, toda la fuerza y el impacto de ambas balas la derribaron, al caer el piso se golpeó su cabeza quedando aturdida mientras de sus heridas salía sangre negra.
Loona se quedó estupefacta más al cabo de un segundo siguió arrastrándose, casi sin importarle lo que acababa de pasar. Moxxie lo había visto todo en cámara lenta, desde los impactos hasta ver a su esposa desmayada y tumbada en el suelo. Solo pudo articular en un grito el nombre de su amada antes de dejar su posición y arrojarse hacia ella para apartarla del peligro y sostenerla en sus brazos.
— ¡Millie! ¡NO! ¡Por favor háblame! —ella aún tenía los ojos abiertos y miraba a Moxxie, pero después de unos segundos los cerró, como si estuviera muerta. Moxxie se puso histérico e inmediatamente clamó su nombre— ¡No Millie, por favor no te mueras!— colocó su mano en una parte no dañada del pecho de su esposa, aun tenia pulso, puso dos dedos cerca de su nariz, también respiraba.
Seguía viva, eso era suficiente para que Moxxie soltara algunas lágrimas, no de tristeza, si no de felicidad. Más calmoso pero no tranquilo, colocó con sumo cuidado el cuerpo de su esposa cerca de él, se restregó sus ojos quitando sus lágrimas, alzó su arma y comenzó a disparar.
— ¡MALNACIDOS! —disparó a lo loco, sin pensarlo y sin medirlo, disparo tras disparo comenzó a agotar sus balas, iba a agotar su reserva hasta que vio la razón del porque su esposa estaba herida— ¡MIERDA! —Se agachó evitando su muerte por milímetros. Resulta que por tantos disparos a una porción del muro se había abierto un agujero de tamaño mediano, este fue el causante de que un humano tuviera una vista casi perfecta y lograra acertar y casi matar a su esposa. Si se asomaba siquiera un poco no la contaría.
Loona seguía arrastrándose poco a poco a pesar de todo, faltaba poco, en su mente tenía un objetivo, llegar hacia Millie, no era tan apática como aparentaba. Si lograba llegar hacia ella en el tiempo en que el portal se abriría por completo, la alzaría y correría directamente hacia el portal para ponerla a salvo, no obstante al ritmo en que avanzaba le sería imposible… no lo pensó dos veces.
— ¡Loona, no! —Trató de advertir, mas fue demasiado tarde. Loona se paró y dio dos pasos, solo dos pasos antes de que tres balas impactaran su espalda, cayó como costal de papas, las sillas, las malditas sillas estaba muy cerca, tan cerca que la cabeza de Loona se golpeó con una de ellas noqueándose. — ¡MUERE! —No esperó y al momento se alzó y disparó, un tiro, una bala. El pedazo de metal salió de la oficina, pasó el cacho de agujero en la pared y impactando en la nuca del humano. Por Satán que Moxxie se sintió bien al destrozarle el cráneo al maldito. No hubo tiempo de festejar, esa bala fue la última. El ruido de un golpe se escuchó, un humano estaba tratando de forzar la puerta, lanzaba patadas, por suerte el pesado escritorio jugó un papel importante al brindarle a Moxxie tiempo, pero no sería mucho, con cada patada se iba recorriendo poco a poco.
El portal ya estaba abierto por completo, al otro lado del plano dimensional se veía parte de la oficina de Blitzo. Moxxie tenía a su esposa y a su colega de trabajo, ambas heridas y desmayadas, la lluvia de balas no paraba y no cesaría, un humano pronto abriría la puerta aumentando exponencialmente las amenazas y ya no tenía arma con que defenderse. La sola opción de huir hacia el portal estaba presente, pero esa no era opción alguna, antes que abandonar a Millie preferiría quedarse a morir a su lado, y tal vez así seria.
— ¿Qué mierda? —Exclamó. No duró, el portal, al igual que comenzó a agrandarse, de inmediato empezó empequeñecerse centímetro a centímetro ante la vista incrédula y confundida de Moxxie. La razón de este peculiar suceso, no la sabia, pero estaba más que claro que si en los siguientes minutos no atravesaba ese estrecho de energía que conectaba una dimensión con otra, jamás lo haría.
La lluvia de balas paró de improvisto. Como cuando un gran huracán deja de rugir o como cuando un golpe te deja aturdido y desorientado, todo quedó en el ruido de una puerta siendo golpeada, tal vez se les acabó la munición, tal vez algo los distrajo. Lo meditó un segundo, solo un segundo, no pensó por qué pararon, no pensó nada, solo actuó. Alzó a su esposa entre sus brazos y corrió hacia el decreciente portal, no miró hacia atrás, no quiso hacerlo. Loona aún estaba allí herida y desmayada sin posibilidades de defenderse. Si quería sobrevivir junto a su esposa no debía mirar atrás, estaba cerca, no debía mirar hacia atrás... pero lo hizo, miró hacia atrás... cuando estuvo cerca del portal para ahorrar tiempo hizo algo que iba en contra de su criterio, lanzó a Millie dentro del portal, lo hizo lo más manejable posible logrando que Millie cayera de costado sobre el piso de la oficina de su jefe sin lastimarse más sus heridas, se dio la vuelta y volvió a por Loona.
La agarró debajo de los hombros, metiendo ambas manos por medio de sus axilas, el cuerpo de Loona no un poco pesado para él, no pudo levantarla por completo así que optó por arrastrarla, sostenía la mitad de su cuerpo arrastrando las patas de lobo de la Hellhound. Las patadas y los ruidos fuertes de la puerta se multiplicaron por tres, había más humanos pateando la puerta. Redobló su esfuerzo, el portal estaba cada vez más pequeño pero estaba a solo unos metros.
Ya comenzaba a ver lo que seguía después de regresar al infierno y que el portal se cerrara por completo, primero lo primero, él llevaría a Millie a los dichosos hospitales o los llamados "saca billete infernales" llamados así porque mientras te curaban un brazo te cobraban el equivalente a dos piernas por atenderte, pero eso no importaba nada mientras Millie estuviera bien, hablando de buenas inversiones, bien pasara todo lo peor se metería a un gimnasio para ganar más fuerza, eso o le diría a Loona que dejara de comer tanto, ustedes me entienden.
El portal estaba a unos escasos metros, era pequeño pero lo suficientemente grande como para que el cuerpo de él y de su compañera entrara, no faltaba mucho, estaba tan optimista que en su rostro se formó una pequeña sonrisa cuando estuvo a punto de cruzarlo.
Es irónica la vida, a veces esta parece prometer grandes cosas a cambio de grandes esfuerzos, el hombre que más trabaja es el hombre con más posibilidades de triunfar, esa es la pauta. Sin embargo, existen ciertas personas que en su vida no tuvieron que esforzarse casi nada y a cambio lo obtuvieron todo, al igual que hay personas que lo tuvieron todo y todo lo perdieron por nada. Una mariposa puede crear un tornado, un sonido puede provocar una avalancha, una mala decisión guiada por la ira del momento puede llevarte a ti, a tu esposa y a tu no tan querida compañera de trabajo a combatir a lo loco por vivir, y al mismo tiempo un simple objeto de 10 cm largo y 0,5 de ancho puede arruinar por completo tu posibilidades de escapar... o guiarte a un camino misterioso.
Moxxie tropezó cayendo de espalda y tumbando un cuchillo y un montón de cuerda, ambos objetos se le salieron del interior de su camisa y se desparramaron en el piso. La caída fue en peculiar dolorosa pues había aterrizado sobre algo, el cuerpo de Loona estaba a sus pies, estaba un poco aturdido así que se tomó su tiempo sobándose la cabeza con una mano... Se sobresaltó abriendo sus ojos en canal y apresurándose a tratar de levantarse, apenas, aun en el piso, si pudo girar la vista hacia el portal cuando este termino de cerrarse por completo. Al mirar el lugar donde estaba el portal, lo único que se observaba era la ventana de la oficina… uno… dos… tres.
Lleno de frustración golpeó el piso repetidamente y con fuerza. Se levantó de golpe y al estar en pie vio al causante de tanta desgracia, un simple lápiz, pisó con fuerza al malnacido rompiéndolo en pedazos. Seguiría desquitándose de no ser que el ruido de la puerta lo alertaba. Mantuvo la mente fría, miró a sus alrededores buscando sin éxito alguno una salida. Sin balas, sin escape y sin apoyo lo único que tenía para defenderse era un simple cuchillo y una inútil abundancia de cuerda de la que sacó un pedazo para ahorcar al "suicida" la única salida o muerte segura era saltar por la ventana y esperar a que le crezcan alas y prodigiosamente pueda volar hacia el más allá… miró la cuerda, miró a Loona, miró al cadáver del suicida, miró la puerta que pronto cedería y miró la ventana.
— Si soy un idiota—La idea más estúpida que se le haya ocurrido pasó de vuelta por su cabeza, lo pensó en un principio al llegar y no encontrar el portal, pero era tan estúpida que la descartó de inmediato, tampoco era que en este momento tuviera más opciones. Alzó la cuerda del piso y corrió hasta el cuerpo de Loona, pasó la cuerda por debajo de su pecho hasta llegar a su espalda. Usó el chicote y el seno de la cuerda para así poder formar una x en la espalda para posteriormente bajar ambas partes de la cuerda y hacer lo mismo con su estómago, volvió a subir ambas partes de cuerda hacia su espalda y finalizó amarrando el chicote con el seno de la cuerda formando un nudo firme. Buscó con éxito la parte final de la cuerda y corrió hasta el cadáver con ella en la mano, no tuvo ningún cuidado con el cuerpo, ato su cintura, su cabeza y sus extremidades, todo para finalizar con un nudo en medio del cuerpo. Estaba todo lleno de hoyos pero Moxxie sabía que resistiría.
El ruido y las patadas eran más fuertes y el escritorio comenzó a ceder, tenía muy poco tiempo. Puso el cadáver en dirección horizontal conforme a la ventana y se aseguró que no hubiera obstáculo alguno. Fue por Loona y la arrastró hacia la ventana.
—Ayudarte a ti, claro, más que seguro que tú me dejarías morir en un caso así—Dijo con ironía. Abrió la venta, alzó el cuerpo de Loona y lo posicionó en medio de ella, casi se podía sentir el viento —Si no te mata el golpe te mata la caída, en cuyo caso es mejor que morir a manos humanas— Miró el cadáver para asegurarse que todo esté en orden… comenzó a pensar—Si solo soy yo, hay más posibilidades de lograrlo. —Antes de que siguiera pensando la puerta se abrió de golpe. —Demasiado tarde.
Y dejó caer el cuerpo de Loona y salto con ella por la ventana aferrándose a la cuerda. Los humanos al entrar solo vieron al demonio y a la mujer Lobo caer hacia el vacío mientras una cuerda los seguía. Miraron hacia el suelo donde el cadáver de uno de los más importantes gerentes de la compañía, estaba atado con el extremo faltante. El seno medio de la cuerda se desenrollo con rapidez y cuando se acabó jaló con fuerza el cadáver, este fue arrastrado por el contrapeso, al tener la cuerda sobresaliendo del medio de su cuerpo fue jalado sin perder su forma horizontal, de modo que cuando llegó hacia la ventana sus pies y cabeza impidieron que el cuerpo saliera de la oficina.
Moxxie caía a toda velocidad, este aún estaba aferrándose con todas sus fuerzas a la cuerda mientas usaba a Loona como tope. Justo cuando el cadáver llego hacia la ventana, formó un equilibrio que impidió que Loona y Moxxie cayeran a estrellarse contra el piso. El contragolpe fue fuerte para Loona pero el trabajo especial de Moxxie en ese nudo dirigió toda esa fuerza por el cuerpo de Loona de modo que lo único que sufrió fue un tirón muy fuerte en su cintura. Moxxie por poco se cae al vacío, mas su fuerza y su voluntad de seguir viviendo, más el poder del guion, lograron que se sostuviera. Al mirar hacia abajo notó que estaban tal vez a 15 metros del suelo, abajo estaba una autopista junto con una gran cantidad de personas caminando de aquí por allá sin preocupaciones, como si el tiroteo de arriba nunca hubiera pasado.
Si lograba desatar poco a poco el nudo de Loona entonces tal vez lograría bajar con sumo cuidado y luego robar un auto y huir lo más lejos posible, ese era su plan, para su mala suerte la cuerda no soportó más el peso, se rompió en dos dejando que ambos cayeran directo hacia la autopista y aterrizaran en el techo de un taxi clásico de color amarillo dejando tremenda abolladura.
La caída fue dolorosa pero como Loona estaba inerte solo sufriría las consecuencias mas no el dolor, en cambio, Moxxie, aterrizó justo en medio del letrero de "Taxi" rompiéndolo y ganándose un tremendo golpe al hígado. El taxista derrapó un poco antes de estacionarse en un lugar seguro y salir del auto para ver qué pasaba. Al salir se topó con un diablillo y una mujer lobo, demás está decir que estaba en shock y muy temeroso, mas su temor subió más cuando Moxxie le apuntó a la cabeza con su pistola sin munición, pero eso el hombre no lo sabía.
— ¿Dónde están las llaves del taxi? —Moxxie apenas si habló por el dolor. El sujeto todo temeroso apuntó al interior del vehículo dejando entender que las llaves aun estaban en su lugar. —Lárgate — No espero ni un segundo cuando comenzó a correr a toda prisa. Moxxie estaba adolorido pero aun así, con todo el dolor, se bajó de un golpe del techo del auto.
Se levantó todo aturdido y mareado, una vez estuvo un poco mejor pudo ver que a su alrededor se encontraba un montón de gente asombrada por su presencia, hombres, mujeres y niños estaban con la boca abierta por su asombro, algunos jóvenes incluso sacaron sus teléfonos para comenzar a grabar. Moxxie se topó con un sujeto de piel negra de solera y shorts, alto y fornido, parecía recién salido del gimnasio, este al igual que los demás estaba todo asustado, y en cierto punto era chistoso ver un tipo de su porte seriamente asustado.
— ¡Tú! —Le apuntó con el arma haciendo que él y la gente a su alrededor retrocedieran asustados—Hazme un favor y ayúdame con mi colega allá arriba y ponla en el taxi — Su voz surgió casi como si estuviera ebrio, mas no impidió que causara miedo. Apuntó a Loona. El sujeto al ver a una mujer lobo solo palideció a tal punto que por poco se vuelve blanco.
— ¡Que sea para hoy, vamos! —Moxxie hizo ruido al mover el seguro del arma para apresurar las cosas, el sujeto todo temeroso se comenzó a acercar mirando la pistola de las manos de Moxxie. Una vez llegó hacia Loona trató de alzarla pero sus musculosos brazos comenzaron a temblar por miedo—No te preocupes, esta desmayada, preocúpate más por mí—Explicó Moxxie, el sujeto aun con miedo pero con más miedo al mini diablo con una pistola, alzó el cuerpo de Loona entre sus brazos, ella era casi tan grande como él y era muy pesada, tanto que casi la deja caer al piso, Moxxie iba a hacer algo referente al descuido del hombre pero en cierta forma le era aliviador saber que él no era el debilucho si no que Loona era la pesada. El hombre fuerte deposito a Loona en los asientos de pasajero del taxi y se las arregló para no vomitar al sentir el fuerte olor a sangre del pelaje de la Hellhound.
Moxxie le ordenó que se largara y este salió corriendo, el diablillo se subió al taxi y efectivamente las llaves del auto estaban allí, arrancó el auto y se fue manejando por la autopista hacia un lugar en el que reponerse. Todo esto sucedió a la vista de todas las personas que al ver una amenaza desconocida y de muerte lo único que hicieron fue quedarse como pendejos para ver el final.
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