Capítulo 6: Puntos de vista.

Caster se movía de un lado a otro de la habitación, tratando de captar mejor la imagen de los amantes frente a ella. Era un espectáculo bizarro y extraño, pero eso no lo hacía menos exótico.

Su master era; una especie de cambia formas, que podía transformarse en cualquier animal que quisiese. Mientras su pareja; era una mujer nacida en una estrella distante, además de ser super resistente, ella misma hubiese necesitado cientos de hechizos de curación, además de varias semanas de recuperación para sobrevivir a lo que los dos amantes estaban haciendo de forma salvaje e inconsciente.

Caster dio un paso hacia atrás para captar la nueva pose. Un inmenso león verde estaba montado a una extraterrestre de piel anaranjada, además ambos amantes lanzaban gritos de placer tan grandes, que, si la habitación no hubiese estado sellada de forma mágica, ya hubiesen despertado a media ciudad.

Caster sonrió, ambos amantes ya no eran consientes de sus acciones, sus mentes les impedían pensar en algo que no fuese obtener el mayor placer posible, incluso si eso significa romper el cuerpo del otro.

Por unos segundos Caster se lamentó ya no poder interferir, ella realmente hubiese querido participar mas activamente en este encuentro, pero las cosas se habían vuelto violentas muy rápidamente.

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Beastboy había sido poseído por una lujuria animal. El y Raven ya habían tenido sexo en algunas ocasiones, nada realmente especial. La hechicera le había prohibido tajantemente usar sus poderes y en una ocasión lo mando volando de la habitación como reprimenda por transformarse en perro. "No quiero animales en mi cama" había dicho Raven.

Pero en esta ocasión el no se estaba reprimiendo en absoluto, el era libre de dar rienda suelta a su salvaje naturaleza, y dios, era genial.

Starfire era muy fuerte, tanto que podía levantar a un puma con suma facilidad, además su piel era super resistente, pese a su tersa textura. Si la extraterrestre era definitivamente un plato de primera clase.

Beastboy lamento que este encuentro se diese en estas circunstancias, le hubiese gustado que…. No, eso ya no importaba, el pasado ya no podía ser cambiado. En este momento, en lo único que él podía y debía concentrarse era; follarse a su bella compañera con todas sus fuerzas. El tallaría su nombre en el interior de Starfire con tanta fuerza, que su maldito líder solo seria un mal recordatorio de ahora en adelante.

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Starfire conocía sobe el sexo, lo había experimentado con una incontable cantidad de pretendientes. Algunos mejores que otros, algunos más románticos que otros, pero nada se comparaba a lo que estaba experimentando en este momento.

Beastboy era toda una caja de sorpresas, las formas que podía tomar, los tamaños, y todos esos movimientos. Su verde compañero era un amante de primera, incluso en su planeta, Starfire estaba segura que su compañero seria toda una estrella.

Por unos segundos un pensamiento lleno su cabeza; ella podía regresar a casa, obviamente ya no podía aspirar al trono, ella ya había renunciado a ese derecho, pero si se llevaba a Beastboy con ella. ¡Podía fundar su propia EAPW! La fila que se formaría para entrar daría la vuelta a todo el barrio. Serian días y noches donde su compañero se dedicaría a complaser a cientos de mujeres tamaramaneanas de cientos de formas diferentes, y cuando todo pasase, y fuese el momento de dormir, ella se encajaría de borrar la esencia de sus clientas de la piel de su compañero, usando nada mas que su lengua. ¡Dicha divina!

Lamentablemente ese sueño no podría cumplirse, ella había jurado defender este planeta, y por desgracia, su palabra aún tenía peso.

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Raven gruñía con furia mal contenida, ella había esperado que curar la herida de Barbara fuese un trabajo rápido, pero no, como todo lo relacionado con su líder, esto era mas complicado de lo esperado.

De alguna forma el estado mental de Barbara era peor que el de Beastboy, y eso que Barbara solo recibió una herida menor en su abdomen, mientras a Beastboy lo convirtieron en alfiletero humano.

Raven sintió un escalofrió recorrerle la espalda cuando recordó el estado de su novio, ¿Este había sido consiente de los peligros que había enfrentado, o, simplemente había avanzado mientras esperaba lo mejor?

Negó con la cabeza, necesitaba concentrarse, Barbara estaba muy debilitada, si ella quería poder terminar con su tratamiento antes del amanecer, necesitaría ser en extremo delicada. La más mínima fluctuación de energía, echaría a perder horas de trabajo.

Con ojos molestos observo a su líder, durante los últimos meses había sido amantes, pero eso aparentemente había terminado, a ella no le molestaba este resultado, aunque si le asombro que tardasen tanto en terminar. ¿Por qué no lo habían hecho antes? El sexo con Robin había sido satisfactorio, pero nada más, ella y su líder no compartían algún pasatiempo o cualquier otra cosa, por lo que su relación siempre se había limitado a saciar la lujuria antes de que cada uno regresase a los brazos de su pareja. No tenían nada de qué hablar después de copular. En cambio, cuando ella estaba con chico bestia, siempre había algo de que hablar. El chico verde era capas de sacar una conversación por cada palabra que ella dijese. Una cualidad molesta, pero que ahora extrañaba, el silencio de la habitación la estaba enloqueciendo.

-Debo terminar esto, e irme. -Comento Raven con algo parecido al miedo en su voz. El ambiente oscuro y silencioso de esta habitación la estaba asfixiando. Algo malo estaba pasando en esta habitación. Raven casi podía sentir como si una mano estuviese apretando su corazón.

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Robin había permanecido en silencio desde su ultimo intercambio de palabras con Raven, el aprendiz de Batman conocía lo suficiente del carácter de la hechicera como para ignorar que la paciencia de Raven estaba llegando a su final. Por lo que un inquietante silencio había envuelto la habitación, silencio que solo era interrumpido por el pitido contante de la maquina que media los signos vitales de Barbara.

-Debo terminar esto, e irme.

El comentario de Raven no pasó desapercibido por Robin, quien soltó un bufido de molestia. El líder de los Teen Titans aun no comprendía que veía la hechicera en su verde compañero. No podía comprender como alguien como Raven terminase en una relación romántica con Chico Bestia, si su verde compañero fuese una bestia insaciable en la cama talvez lo comprendería, pero por los comentarios que Raven soltaba después de estar con él, estaba claro que ese no era el caso.

Una sonrisa burlona se dibujo en los labios de Robin mientras recordaba sus encuentros pasados con la hechicera. Lamentablemente su sonrisa se borro cuando vio como las facciones de Raven se volvían un poco mas demoniacas. Estaba claro que la hechicera estaba tan molesta que comenzaba a ser incapaz de mantener su forma humana.

Por unos instantes Robin deseo poder traer a chico bestia para calmarla, por alguna razón que nadie parecía comprender, el chico verde era capaz de enfrentar los peores cambios de humor de la hechicera, sin viajar a otro plano de la existencia. ¿Había sido esa extraña habilidad la razón por la cual terminaron juntos?

Robin apretó los parpados, mientras trataba de desterrar esos pensamientos de su mente. Tenía que concentrarse en el aquí y el ahora.

Robin era consiente que sus comentarios pasados habían condenado cualquier relación que el hubiese mantenido con Raven, ¿Por qué los había dicho? El personalmente no tenía intención de terminar su relación con la hechicera, pero el hecho que Raven desease volver a la habitación donde estaba Beastboy le había producido tal cantidad de celos que el simplemente no pudo callarse.

¿Debía disculparse? Él quería mantener sus encuentros con la hechicera, la piel de Raven tenia una chispa que nunca encontraría en su inocente novia extraterrestre.

Una mano froto lentamente su entrepierna adolorida.

¡No! Él no se disculparía, esto era culpa de Raven, si ella creía que podía encontrar algo en ese saco verde de huesos mal armados que se hacía llamar hombre capas de reemplazarlo a él, que lo intentase. Raven no tardaría más de medio día en regresar arrastrándose.

Agito su cabeza tratando de alejar la lujuria que lo consumía, no era el mejor momento para eso, el necesitaba concentrarse en el estado de Barbara, lo que sea, seria después.

También estaba el problema con Starfire, esto era un poco más difícil de tratar, la extraterrestre era demasiado inocente, y Robin no quería lastimarla o que se llevase una idea equivocada de las cosas, lo último que necesitaba es que Starfire confundiese las cosas, y creyese que podía acostarse con cualquier hombre que encontrase atractivo. Starfire le pertenecía, al igual que Raven, y nadie podía hacer nada para negarlo.

Aunque, talvez lo mejor seria demostrar a la hechicera este punto lo antes posible.

Nuevamente Robin agito su cabeza para apartar sus ideas, necesitaba concentrarse en Barbara, lo que sea, después. Todo después.

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Cyborg estaba trabajando en el anillo que le daría a su compañero verde, era una obra de arte, tanto en el diseño como en la funcionalidad. Tenía la capacidad de ofrecer 30 horas ininterrumpidas de camuflaje, además de tener un amplio repertorio de opciones para elegir.

Por supuesto que lo que le importaba al mitad maquina más, era la función oculta de rastreo, una vez Beastboy se colocase el anillo, el seria capas de rastrear a su verde amigo alrededor del globo. Si bien la idea le era un poco moleste e invasiva, Cyborg se escusaba al repetirse una y otra vez que todo esto era con el fin de cuidar a su compañero, el cual se encontraba muy golpeado tras una traición por parte de su amor platónico.


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