El Humvee adornado con el símbolo de la BSAA Europea sirve como su lugar de descanso momentáneo tras haber contemplado semejante imagen. Los cuerpos infectados deshaciéndose bajo el constante asalto del fuego todavía están en su mente, incluso si esto no tiene mucho sentido. Ha visto una buena cantidad de cuerpos desechados, pruebas del Virus C fallidas que debieron ser quemadas por la seguridad del equipo de investigación, también ha contemplado varias veces cara a cara la manera en que la BSAA lidia con irrecuperables víctimas de un ataque pero, aun así, siente que su estómago se revuelve. Puede que sea la cantidad, fácilmente debe haber unas cien personas en esa pila ardiente, mas siendo descargadas, y eso siendo, probablemente, lo que han juntado en un solo día.
¿Cómo se vería una pila con todos los cadáveres que han quemado durante más de una semana?
Recuerda los sujetos de prueba pero ella ya no era "Carla" sino "Ada", cuando ya no le importaba si su creación era usada masivamente, cuando Simmons le dijo que de esa manera debía sentirse. No sintió dolor por aquellos que infectó porque se supone que no debia, porque así era ella, así era "Ada" ¿Y ahora? Ahora que Carla ha vuelto, esa pila que solo la habría hecho encojer sus hombros le hace tener nauseas.
- Hace rato que no encontramos a una refugiada por su cuenta - Una voz femenina la saca de su trance, la mujer pálida sentada en frente tuerce la cabeza - ¿Y dices que no recuerda nada? -
- Delic, tranquila, no la hemos traído para la interrogación -
Kreizler y Mitchell hacen su aparición, tomando sus asientos en la parte trasera del Humvee, el alemán de sonrisa relajada junto a Carla mientras que Randal toma asiento frente a ella en completo silencio, inspeccionándola seguramente. Quien la defiende es Kreizler, Hermann según se había presentado minutos antes de abordar el vehículo, parece el menos afectado por el cansancio de mantener el bloqueo. Carla se mueve unos milímetros lejos de él, es difícil para ella distinguir la personalidad impuesta por Simmons de la suya propia pero sabe que a alguna (Carla o "Ada") no le agrada la gente que ríe demasiado.
La mujer seria, "Nuestra amiga de Croacia", según la presentó Kreizler, tiene una obvia mueca de disgusto hacia Carla. Estará confundida pero la doctora sabe distinguir esa expresión bien, no confía en ella y con fundamentos, su situación es extraña. Delic se ve más joven que los otros tres, probablemente una recluta más joven que no ha visto tantas rarezas y, de allí, nace su desconfianza.
Su piel es pálida como la nieve, contrastada con el opaco negro de su tensa cabellera atada en una cola de caballo. No parece amigable ni con sus propios compañeros, hasta de Randal, hombre parco y directo, puede decirse que guarda un mínimo de aprecio por los de su escuadrón… Carla no puede decir lo mismo de Delic a primera vista.
- Muchos refugiados llegan al campamento para irse, pocos se quedan - Mitchell interviene - No somos bienvenidos aquí, no es de extrañarse que ella estuviera alejándose… aunque sea por instinto –
- ¿Por qué no son bienvenidos? –
La pregunta tiene su peso y el pequeño espacio pronto queda en silencio unos segundos, los tres soldados intercambian miradas antes de que Kreizler responda mientras frota su propia cabeza calva.
- El gobierno Chino no aprueba del todo las operaciones de la BSAA en su propio territorio y estamos trabajando bajo muchas restricciones – Es la primera vez que Carla ve al alemán tan serio, aunque solo lo haya conocido hace unos minutos.
Randal agrega - Algunas personas… -
Una puerta se abre y el Humvee es ocupado por dos personas más, un enmascarado desconocido en el asiento del conductor y el sargento de la unidad, Hughes. La explicación de Mitchell muere allí, tan pronto como su superior aparece los dos hombres vuelven la mirada a otro lado como si nada pasara mientras que Delic la mantiene puesta en Carla frunciendo el ceño. El canoso líder de equipo explica que irán a un campamento de refugiados cercano donde Carla podrá descansar, dice dónde queda y ella finge asentir comprendiendo a pesar de que no sabe realmente nada de Lanshiang. Seran unos minutos de viaje hasta cruzar el puente y, del otro lado del rio, podrían ver la base temporal de la BSAA.
El camión se pone en movimiento, Mitchell inspecciona su arma mientras Kreizler intercambia algunas palabras con el conductor y Hughes, Delic se pasa todo el viaje mirando a Carla con cara de pocos amigos al punto que comienza a molestarle.
A lo lejos Carla nota, por última vez, la pira ardiente.
En su afán de matar un hombre asesinó a miles. Quiere culpar a "Ada" pero la realidad es otra, pudo haberse resistido, pudo haber atacado a Simmons solamente pero decidió condenar a la humanidad.
Una vez cruzan el rio, a través de un monstruoso puente metálico que se ve aún más grande de noche, queda atrás la sección "muerta" de la ciudad. Una vez el puente termina hay muy pocas luces para una ciudad costera en el centro del país, edificios gigantes completamente oscuros y demacrados pintan el horizonte con sus aterradoras sombras. Detrás la vista no es muy placentera tampoco, inmediatamente después del puente hay un portón que desemboca en una zona ya perteneciente a la ciudad de Waiyip.
El parque alrededor de la boca del puente ha quedado completamente ocupado, carpas y edificios hechos con material ligero de construcción lo han convertido en una zona militarizada y cercada. Luces blancas cortan la oscura noche y agrandan las sombras de los soldados caminando por allí, la BSAA ha desplazado a muchos efectivos para contener el ataque. Desde el vehiculo Carla puede divisar, más allá del puente cerrado, la ciudad de Waiyip a media luz, funcionando solo con parte de su población, probablemente también evacuada hasta nuevo aviso para darle paso a un campamento de refugiados que ochupa calles enteras con tiendas.
Carla había escuchado sobre los muertos pero ¿Cuántos han sobrevivido?
- ¿Es Tatchi la única zona afectada? – Pregunta al grupo, quebrando una charla a la que no le estaba prestando atención.
- Solo hubo dos ciudades infectadas, Tatchi y Tall Oaks, en Estados Unidos – Responde Randal – Aunque Tall Oaks fue esterilizada rápidamente –
"Esterilizada" le trae malos recuerdos, Simmons fue quien ordenó la destrucción de Raccoon City, usando sus conexiones y su Familia para lograrlo, fue el inicio de muchas cosas, ninguna de ellas buena. Mira a Randal fijo, el muchacho de cabello atado gira para observar hacia afuera, el vehículo baja del puente decreciendo en velocidad, acercándose ya al campamento de la BSAA.
- ¿Por qué aquí no hicieron eso? – Su pregunta hace que Mitchell la mire nuevamente, finge confusión con éxito, no le gusta cuando él la mira piadosamente pero eso viene con el papel de mujer amnésica – Esterilizar, digo –
- Las maneras en que actúa la RPC son un misterio – Kreizler interviene, agitando los dedos de su mano como si intentara asustarla – Decidieron que sería mejor limpiar el área y no perder valiosos recursos en la reconstrucción, así que nuestra obligación es ayudarles con eso –
- Arriesgando efectivos que no son suyos – Delic bufa.
- Las razones no nos importan, la política detrás tampoco – Finalmente Hughes habla, su voz gruesa y demandante llama a silencio, los tres más jóvenes cierran la boca tan pronto como él abre la suya – Hemos llegado, todos abajo –
Una vez fuera del vehículo Carla mira a su alrededor, el lugar se ve igual de cerca a como lo vio desde el puente, tiendas de campaña, varios edificios prefabricados puestos allí sin aviso y vehículos estacionados en la distancia. Gente de uniformes pasea por allí pero no hay tantos, la noche debe ser el periodo de menor actividad y, además, no debe haber más de unos cien soldados estacionados para limpiar el distrito a su propio tiempo. Puede distinguir algunos miembros del ejército de la RPC allí, aunque no sabe exactamente cuál es su función.
Kreizler toma el equipamiento del camión y echa a andar por el campamento, línea recta hacia la zona con las tiendas descanso. Hughes la rodea hasta estar frente a frente, su cicatriz es pronunciada y bajo la blanca luz del reflector es mucho más visible.
- Enviaré a alguien para escoltarla con el resto de los refugiados –
Inmediatamente Randal aparece, arma colgada del hombro.
- Tal vez pueda quedarse con nosotros –
Hughes le dispara una mirada fría pero no se opone a ello, un hombre de exterior duro pero que respeta a sus hombres, hay más historia entre ellos de la que Carla puede decifrar en un solo día. Mitchell la mira de reojo brevemente antes de continuar con su explicación.
- No tenemos un intérprete y lo necesitamos para hablar con los supervivientes que todavía están en sus hogares – La mención de esto sorprende a Carla, Randal no elabora pero es obvio que la desconfianza en la BSAA ha llegado a un punto donde hay gente que prefiere atrincherarse y esperar a que pase todo antes de ir con ellos – Ella no tiene a donde ir –
- En eso estás en lo cierto Mitchell pero… tener a una civil… -
- Es una situación desesperada, yo mismo hablaré con el Capitán Gvozdev –
El gran hombre de canas bufa, rasca su bigote, los ojos claros inspeccionan a Caral de arriba abajo esperando a que ella diga algo seguramente. La doctora se mantiene en silencio, un silencio solemne, mira a Mitchell por momentos dejando a entender que no hay objeción.
Finalmente Hughes se endereza y le habla, firme, mirada desde arriba por su alta estatura.
- Esta noche se quedará aquí, si no tiene problemas, podríamos usar su conocimiento en el idioma, aunque eso tendrá que ser aprobado por mi superior. Además tendrá que ver a un médico por el tema de su amnesia – Asiente Hughes – Si desea continuar con el resto de los refugiados no la detendremos –
- Me quedaré, si necesitan ayuda –
Es una situación muy irregular, una que fácilmente podría haber evitado hablando únicamente mandarín pero Carla no siente ninguna hostilidad por parte de los soldados. Se siente curiosa sobre la verdadera razón por la que Mitchell la quiere allí, no cree que sospeche sobre su verdadera identidad pero podría simplemente ser tan bueno mintiendo como ella. Para cuando Hughes desaparece con un saludo, y se excusa para ir a hacer su informe del día, el Humvee que los ha traído ya ha partido y deja a Randal y Carla parados en medio de la base. Carla sabe que no tiene muchas opciones mejores, quedarse con la BSAA o salir al mundo sola.
Va a preguntarle sobre lo que quiere pero es interrumpida.
- Podrás darte una ducha si lo necesitas, aunque eso sería mejor que Delic te lo indique – Dice Mitchell, extrañamente demostrando algo de incomodidad con el asunto tan pronto como el tema de darse un baño se le cruza por la mente, un quiebre en su personalidad seria y tajante - ¿Delic? –
Voltean ambos para ver a donde debería estar la soldado Croata pero no se encuentra allí, no hay ni rastros de ella ni de su equipo.
Randal bufa.
- ¿Hace eso siempre? – Pregunta Carla.
- Es muy silenciosa –
El campamento de la BSAA no es nada del otro mundo, claro que ella no tiene muchos recuerdos de otros campamentos militares como para compararlo, como alguien a quien le gusta vivir cómodamente le disgusta un poco pensar en lo que ha tenido que ser quedarse allí durante semanas. Randal le muestra el comedor y las insípidas raciones que les proporcionan, al menos el agua es embotellada y no local, financiada por una empresa americana por alguna razón. Los baños son portátiles claro y las duchas comunitarias aunque hay horario para hombres y mujeres, Mitchell hizo una excepción con ella y con solo hablar con algunos encargados allí Carla fue capaz de darse una corta ducha al menos para sacarse el olor a agua salada de la piel.
La noche oscura cambia de clima una vez se encuentra más limpia, no hace tanto frio, puede apreciar la baja iluminación del campamento para dejar dormir a sus soldados, los sonidos de una ciudad alejada son reconfortantes y le recuerdan a su propio hogar. Randal no habla sobre otra cosa que no sea el improvisado tour, señala las salidas, los vehículos, con quienes tiene que hablar si hay problemas y sobre como organizarán las salidas en las que ella podrá acompañarles para traducir con los locales en Tatchi.
- Hogar, dulce, hogar – Comenta Mitchell una vez abre la entrada a la tienda de campaña – Puedes tirarte aquí unas horas, si quieres –
Es una pequeña tienda para cuatro personas, la correcta denominación sería "una pequeña tienda para dos que alberga a cuatro" sin embargo. Hay bolsos con ropa militar, equipamiento apilado a los costados, una pequeña mesa de metal en medio con banquitos muy bajos, sobre ella recipientes de todo tipo, bolsas de café y cigarrillos. Inspecciona las camas, no más que bolsas de dormir sobre unos colchones muy finos para ser cómodos, tres de ellas claramente siendo usadas mientras que la cuarta es apuntada por Randal.
- Hughes no viene por las noches así que puedes usar su lugar –
Lo ve caminar a través de la pequeña carpa mientras ella acomoda su cabello mojado, el joven soldado se inclina sobre su propia cama y toma una chaqueta camuflada como para desierto, los tonos marrones manchados contrastan con el símbolo de la BSAA en el brazo. La tira sobre la cama que, ahora, pertenece a Carla.
- Ponte eso, deberían dejarte deambular tranquila –
- ¿Por qué haces esto? –
Carla finalmente pregunta, el muchacho no duda pero tampoco la mira a la cara, toma un cigarrillo de la mesa y lo lleva a su boca, todo mientras le da la espalda. Él se encoje de hombros un momento mientras busca su encendedor en el bolsillo, pasa unos segundos haciéndolo, empieza a molestarse una vez no logra encontrarlo.
- Es mi trabajo – Responde entre dientes.
- Tu trabajo es llevarme con los refugiados – Carla alcanza su propio bolsillo donde guarda el mechero de plástico, lo levanta para mostrarlo y Randal estira la mano hacia ella – No darme alojamiento aquí. ¿Es alguna especie de plan extraño que tienes en mente? –
No bromea, aunque intenta que se vea como una broma torciendo una media sonrisa, la primera sonrisa desde que revivió. Mitchell se ve perdido, intenta tomar el mechero pero Carla lo aparta dos veces, en el tercer intento se rinde y le entrega el fuego directamente. El rostro del muchacho, sombrío y de ojos perdidos, se ilumina brevemente cuando prende el cigarro.
- Cuando te encontré… - Da una primer bocanada, expulsa el humo de un lado de la boca sin despegarse del tabaco – Pensabas ahogarte ¿No? –
Ella no tiene manera de responder, es un golpe fuerte que la deja muda. Hasta ahora Randal Mitchell prácticamente no la conoce, no sabe su nombre ni lo que ha hecho, ha tratado con una falsa persona inventada para facilitar que Carla pueda esconderse. Lo que dice es verdad, la primera verdad sobre ella, estaba pensando dar un paso adelante y dejarse tragar por el océano a minutos de volver a vivir.
- Creíste que no era necesario continuar sabiendo los horrores que pasaron aquí. Era más fácil dejar ir todo a seguir en un mundo capaz de esto. Querías que todo terminase, un momento de egoísmo puro que… yo interrumpí -
El joven soldado lo resume perfectamente.
No fue culpa, el peso de todas las vidas que terminó no tuvo nada que ver, fue simplemente ese vacío al pensar que su misión estaba completada. Supuso que no había nada más para ella, Ada Wong no era necesaria ya y Carla Radames realmente no existe desde hace años, la persona en el agua era solo una extraña mezcla de ambas, incapaz de distinguir entre una y la otra.
- ¿Es por lastima? – Carla dice, enojo filtrándose en sus palabras.
Randal niega con la cabeza.
- Quiero darte algo para hacer, un lugar donde estar que no sea tirarte a esperar con el resto de los refugiados – Separa el cigarro de entre sus labios, le dedica una mirada, sus grises ojos tienen un tinte triste sobre ellos – Sé lo que es –
¿Se refiere a querer que todo termine? ¿Ahogarse? El soldado, que no debe tener más de treinta años, le dedica una mirada cansada que la hace estremecer. No sabe qué clase de cosas ha experimentado, en su trabajo o antes, esa es la misma mirada que vio cuando caminaban por la zona oscura, la mirada seca de un alma agotada.
El silencio entre ellos crece hasta ser insoportable, entonces es cuando él asiente y da la vuelta, caminando hacia la entrada de la tienda.
- Duerme un poco –
Con eso se despide y se va, Carla se recuesta en la cama tapándose con la chaqueta que le ha dado.
Por primera vez desde su despertar puede recostarse tranquila y cómoda, mucho más cómoda de lo que fue en la playa viscosa. Cierra sus ojos y todo viene de repente, fuego, humo, disparos, gritos, gemidos de monstruos horribles, risas inhumanamente malévolas. ¿Qué sigue ahora? ¿Quién se supone que es? La BSAA no tardará en darse cuenta que "Ada Wong" ha marchado sola en su campamento y, si intenta irse, no hay garantía de que quede oculta de La Familia, quienes deben estar buscando a la verdadera Ada ahora mismo.
Solo puede retrasar lo inevitable, una segunda muerte o una eternidad pagando por lo que hizo intentando complacer a un hombre que la traicionó. Se encuentra a si misma abrazada sus propias piernas, algo impropio para alguien de su edad y experiencia pero allí está, temblando en silencio, esperando.
¿Debería haber dado ese paso hacia el abismo?
Beyond the ghost - Eternal drift
