Hora 5:05 - Una decisión consciente
.
.
-``¡Primero las mujeres y los niños! ¡Por esta parte!´´ continuaba gritando al oficial que tendría que organizar el bote.
Candy reconoció inmediatamente el rostro de James Watson que había conocido aquella misma mañana.
-``Estará todo bien, verás...´´ la tranquilizó Terence -``Solo prométeme que, cualquier cosa que pase, no perderás las esperanzas y mantendrás la calma. lo único que puede salvarnos es la fuerza de voluntad...´´.
-``Seré fuerte, Terence, te lo prometo´´ repitió la chica apretándole la mano antes de separarse de él.
.
Sin poder controlar el temblor de sus músculos, dejó que la ayudaran a bajar al bote y tomar su lugar.
Después fue el turno de los hombres.
Primero fueron colocados los más ancianos y los heridos.
Ya habían pocos lugares.
.
-``¡Señor Graham, es su turno!´´lo llamo Morgan invitando al penúltimo pasajero a subir.
Terence respiró profundamente.
Avanzó siguiendo las instrucciones y subió a la rampa de embarque.
.
Una mano temblorosa lo detuvo con inseguridad del brazo.
-``Se lo suplico, señor. Déjeme subir...´´.
Sus ojos sorprendidos y abiertos vieron al señor.
-``En aquel bote está mi hija de tres años. Apenas ha perdido a la madre… si tiene un corazón, se lo ruego, déjeme ir con ella...´´.
.
Terence no hubiera querido jamás escuchar aquellas palabras…
¿Porque le estaba sucediendo a él… a ellos… otra vez?.
¿porque la vida se divertía cruelmente en poner frente a sus conciencias una dramática elección?.
¡Maldición! ¡Él también tenía todo el derecho de subir en aquel maldito bote!
¡Era para ellos una segunda oportunidad para un futuro feliz juntos… después de diez años de sufrimientos!
.
Su Candy lo esperaba.
Y una niña indefensa esperaba en vano a su padre.
.
Movió una pierna hacia adelante pero el resto de su cuerpo permaneció petrificado.
Miró fijamente en el bote sus magníficos faros verdes que había acariciado miles de veces mientras hacían el amor.
Brillaban con una luz triste que ya había visto en el pasado.
Retuvo la respiración por un largo momento.
Un largo instante de silencio… que le siguió un débil:
-``Vaya… ´´.
-``Gracias...´´ fue lo único que le dijo el hombre mientras avanzaba hacia el bote.
.
-``¿Pero qué demonios sucede aquí?´´ maldijo Morgan observando aquella inesperada situación.
-``¿Se ha vuelto loco Graham? ¡Ahora es su turno, señor Harper, su lugar es el último… apresurese!´´.
El célebre banquero se movió rápidamente cuando escuchó su nombre. Pasó junto a Terence. que aún estaba ahí, parado en la rampa, empujándolo bruscamente en el ansia de tomar su lugar rápidamente.
.
-``¡Empezad a aflojar las cuerdas!´´.
La orden del oficial entró en el corazón de Terence como una puñalada.
La estaba perdiendo una vez más… y tal vez para siempre…
Jamás había pensado, antes de aquel momento, tan concretamente en la muerte.
-``¡Perdóname!´´ dijo a media voz intentando contener el llanto.
.
Desde el bote que empezaba a bajar lentamente, Candy observaba consternada su hermoso rostro, desgarrado por la desesperación.
Un violento escalofrío se apoderó de ella tensando todos sus nervios.
-``¡Terence… no!´´.
De repente se puso de pié y se lanzó con todas sus fuerzas al borde del bote, tratando de aferrarse con las manos al casco.
-``¡Yo no quiero vivir sin ti!´´.
El oficial Watson se levantó, siguiendo instintivamente su impulso, logrando detenerla. Tomándola de la cintura con sus vigorosos brazos, la atrajo nuevamente dentro del bote.
La fuerte oscilación producida por sus movimientos hizo que el bote vibrase provocando que los cordones se aflojaran repentinamente. Por algunos metros la barca precipitó en caída libre.
.
-``¡Candy!´´.
Terence se inclinó fuera de la barandilla aferrándose al frío metal, temiendo lo peor.
Cerca de los dos metros de estrellarse, los cordones se tensaron nuevamente. El contragolpe provocó que los pasajeros dieran tumbos los unos con los otros en el terror general.
-``¡No vuelva a intentar hacer una locura como esta! ¿Quería matarnos a todos?´´.
James Watson estaba furioso.
-``¡Quédese sentada y tranquila, señorita! ¡Arriba hay miles de personas que quisieran su lugar!´´.
Candy no le respondió. Se giró hacia él pero su mirada buscó a otra persona en lo alto.
Mientras el bote empezaba a alejarse del casco, ella continuaba a mirar fijamente los ojos brillosos y resignados de su Terry, que seguían buscándola insistentemente, cada vez más lejos de ella.
.
Estaban intentando desesperadamente, una vez más, detener en el tiempo aquella silenciosa y desgarrante declaración de devoción.
.
.
¡Gracias de todo corazón a quienes me están leyendo y a quienes quieren dejarme un muy apreciado comentario!
