Lluvia


- Sabes -continúe-, siempre que llueve me acuerdo de ti, de nosotros.

No respondió nada, pero, era lo que esperaba.

- A veces me quedo viendo la lluvia y por un momento parece como si estuviésemos otra vez, en ese momento, como una película en mi mente. Y sabes, casi siempre termino llorando, porque recuerdo lo cruel que fuiste conmigo, las cosas hirientes que llegaste a decirme, cómo fuiste capaz de venir a embarrarme en las narices a tu nueva novia -te miré enfadada, harta de que no te quisieras ir de mi mente.

Y me sonreíste, otra vez, esa estúpida sonrisa.

- Deja de sonreírme así -te grité.

- No tengo otra forma de sonreír -dijiste finalmente.

- ¿Por qué no desapareces como me lo habías prometido? -la voz no me daba para más-, me dijiste que si me dejabas sería como si nunca hubieras existido, y ¡no es verdad!, creo que te veo más ahora de lo que te llegué a ver cuando estuvimos juntos.

- Es que no lo entiendes Kagome.

Te miré sin querer verte realmente.

Alzaste la mano y acariciaste mi mejilla, parecía que lloraba, pero no era más que la lluvia cayéndome encima.