Holi, holi, gente hermosa del Internet ¿Cómo se portan? Espero que bien, así como yo c:

Sí, sí, lo sé...¿Cómo es posible que nos entregué otro fic cuando ya tengo varios en lista de continuar? La respuesta es sencillita, no puedo aguantarme :v

Espero que esta historia les guste, es algo que me vino a la mente una madrugada...jsjsjsjs...

Recuerden; los personajes de esta historia no me pertenecen, solo los tomo con mera diversión.

Sin más disfruten. Bye, bye...


ÉL Y ELLA

Como cada mañana se levanto sin prisa, el único heredero de la gran fortuna Saotome, dueño de una parte de una de las empresa más grande del país, el soltero más deseado e inalcanzable no solo por su increíble fortuna sino también por su increíble galanura, un hombre en todas de la ley, ese hombre sentía que esa mañana era más pesada. había descansado de maravilla y no quería levantarse de la cama, hasta pensó en volver a dormir un poco más, siendo muy temprano, como casi dueño de la compañía no tenía problemas con saltarse una que otra reunión, pero era mejor ir, su padre podía ser un hombre difícil en cuanto al trabajo...y él por deber y, digamos costumbre, no podía dejar su trabajo como si nada.

Sin ganas y soltando un gran bostezo el hombre de cabellos negros y ojos azules apagó el despertador, las cortinas se abrieron de manera automática, dejando entrar la luz opacada por las nubes de la mañana de ese día, el inicio de la primavera se podía sentir, los olores y los colores únicos de la temporada una época dónde todo se llenaba de vida, según el horóscopo...pero ese día estaba algo nublado, demostrando que el cambio de estación.

El hombre de veintiocho años caminó aun dormido hasta su gran baño, con azulejos blancos, pulcros como solo su señora de limpieza lo solía dejar... luego de asearse y vestirse para un nuevo día en la universidad suspiro con pesadez, tenía un día complicado, pues tenía que estar en las reuniones al ya tener un puesto de sociedad en la empresa.

«Hoy no sera un buen día» pensó el chico lamentándose, tenía otros planes, pero la empresa era primordial, como siempre ser lo primero en la lista. Fue cuando la lluvia confirmó su pensar.

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La chica de cabellos negros azulados caminaba de aquí para allá, ajetreada por no encontrar su otro zapato, pensó que iban a despedirla si llegaba tarde...de nuevo. No dormir hasta tarde era un muy mal habito, sobre todo cuando era probable que no aceptaran el boceto de una pasante.

La aspirante a diseñadora tenía la agenda ajetreada, la menor de de tres hermanas, hija de un matrimonio algo disfuncional divorciado, de clase media, trabajaba en un pequeño café parecía que salía de un cuarto de arriendo como si de una guerra hubiese vuelto, el cabello nada ordenado, el uniforme de trabajo mal colocado, ojeras mal tapadas, lo único bueno, porqué sí, lo único, fue que pudo encontrar el extraviado zapato dejando un desorden en el lugar, sin más remedio que cuando volviera tenia que ordenar todo otra vez...

Con veinticuatro años, ya vivía sola y trabajaba para mantenerse y costear sus estudios, pero aun no podía negar que extrañaba los días en los que solo se la pasaba en casa, no tenia que estudiar y tener un trabajo donde ganaba lo suficiente para sobrevivir (así de malo es) y ser pasante en una compañía que la explotaba sin pagarle. Fueron días buenos, pero las personas como ella que quería conseguir todo por sus propios medios y hacerse independientes no les iba bien si no luchaban. La vida de adultos era muy difícil, más cuando solo habías estudiado diseño.

«Hoy no va hacer un buen día» pensó al ver la lluvia caer.

Continuará...


En fin...

Espero que este intro les haya gustado, y voy a autoretarme en actualizar esta historia los próximos 10 miércoles...así que cada miércoles de las próximas diez semanas esperen un capítulo de esta historia.

Gracias por leer y se les quiere *Lanza un beso al público lector*

Bye, bye.