-Akane, dejanos solos. No te preocupes, yo me encargo de todo.
Ella se va, casi escapando y yo sonrío al verla salir sólo para molestarlo un poco más, luego giro completamente hacia él y desde luego me encuentro con el rostro furioso del buen Ranma.
Tal vez por qué hemos estado juntos desde la adolescencia se me hace fácil leer sus pensamientos, sentimientos y emociones. Esto será más sencillo de lo que esperaba.
-Y bien?
Da un paso hacia mí y habla muy bajo. Sé que está haciendo su mayor esfuerzo por no golpearme.
-Qué crees que estas haciendo, Ryoga?
-Calma, hombre, sólo intento ayudarte-respondo mientras le pongo el seguro a la puerta.
-Explícate-exige con lo que le queda de paciencia.
Me siento en mi escritorio y finjo buscar en los documentos algo antes de responderle.
-La chica vino aquí hoy decidida a renunciar. Contratarla fue lo único que pude hacer para que se quede.
Ranma me mira, se desata la corbata un poco más y va hacia el minibar junto a la ventana. Se sirve un poco de whisky y lo bebe de un trago.
-Mira, no sé que le hiciste está vez pero es obvio que no lo ha tolerado. La he visto soportar horas extras, gritos, tu mal genio, etc, y nunca parecía molestarle.
-No hice nada-dice y se sirve un poco más del líquido etílico
-hermano, no crees que es demasiado temprano para estar bebiendo? Es apenas la una de la tarde...
-Cállate, yo puedo manejarlo.
Suspiro. Desde hace tiempo he notado su dependencia alcohólica pero él lo niega e insiste en ser un bebedor ocasional.
Viene a sentarse frente a mí y espero a que empiece a hablar, pero no lo hace. Pasamos en silencio al menos media hora, mientras Ranma sigue mirando el cristal del vaso vacío.
-No hice nada.
-Vaya finalmente estas hablando, hombre pensé que estabas en trance.
-Te dijo porque renunciaba?
-No. Dijo que ya lo había discutido contigo en la Isla.
-Estaba molesta?
-Por renunciar? No realmente, amigo, aunque no puedo decir que estaba feliz, parecía más bien inquieta o preocupada.
-Como sea, si no quiere seguir aquí debiste dejar que se fuera. Es sólo una asistente. Y bastante inútil, por cierto.
- De verdad?-le digo, porque sé que no piensa realmente eso.
Ranma no responde y otra vez el silencio llena la oficina.
-Ryoga?
-Dime, Ranma.
- Qué crees que debo hacer?
-No lo sé, probablemente...
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Paso las siguientes cinco semanas siendo la flamante nueva secretaria de Ryoga Hibiki.
Él es un jefe amable, tanto como siempre, y yo recuperé mi horario regular de salida de trabajar (Gracias Dios!) y paso las mañanas ocupada siguiéndolo de aquí para allá, pero después del medio día me invita a almorzar en los mejores restaurantes de la ciudad.
Todo es tan maravilloso que ni siquiera siento que estoy trabajando.
Y sin embargo no puedo evitar sentirme como una traidora. Ranma no me dirige la palabra y aunque suene estúpido, extraño pasar tiempo con él.
Es decir, ser su asistente.
Ryoga es definitivamente el mejor jefe del mundo y cada minuto que paso junto a él me convenzo más de que no es gay. Pero, maldición, no puedo dejar de pensar en Ranma y sentirme mal por la forma en que terminó nuestra relación laboral.
Lo peor es que lo veo a diario, pero él pasa de mí, me ignora por completo. Ni siquiera he sido capaz de escuchar su voz en todo este tiempo.
Shampoo, su asistente temporal, se encarga de todo lo que él le pide por medio mensaje o de notas que deja en su escritorio, el cual está ahora fuera de la oficina de Ranma.
Supongo que ella es mucho más eficiente de lo que parece. Cuando yo era su asistente, mi escritorio estaba dentro de su oficina.
[cometes demasiados errores, Tendo, al menos quédate cerca] me había dicho desde el inicio y de es forma pasé a ser la única de las asistentes y secretarias que compartía oficina con su jefe.
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-Vendrás a la despedida, Akane? Vienen todos los de la empresa.
-No, no creo que deba, Ukyo.
-Descuida Akane, Ranma está de mucho mejor ánimo desde que soy su asistente, tu entiendes-replica Shampoo, que lleva el sostén casi a la vista.
-Shampoo, te acostaste con el señor Saotome!?-Ukyo parece genuinamente curiosa-Cuando pasó y por qué yo no sabía nada, habla de una buena vez, mujer!
Shampoo sólo se muerde el labio, mientras Ukyo la apura con los detalles y yo miro mi celular.
Tengo que salir de aquí lo más pronto posible, realmente no quiero escuchar esto.
-Él es insaciable-dice Shampoo y Ukyo da un grito que hace que todos en la cafetería miren hacia nuestra mesa.
-Pero cómo y cuando-insiste Ukyo-exijo detalles.
-Lo siento, tengo que irme, olvidé hacer una llamada muy importante-digo y me pongo de pie. Ukyo tira de mí y me obliga a sentarme otra vez.
-No puedes irte ahora, Akane, es la mejor parte de la historia!. Síguenos contando, Shampoo
Ella mira alrededor y se acerca a nosotras.
Dios, por favor, no quiero escuchar esto.
-Pues ya saben él había estado rosando mi trasero en la oficina y hablándome provocadoramente. Bueno, el otro día estaba en casa tomando una ducha antes de venir a la oficina, cuando tocaron a la puerta, tomé la toalla y al abrir, era Ranma. Ni siquiera me dio tiempo a reaccionar, entró en mi habitación como un huracán y me besó de una forma incontrolable. Me soltó la toalla y me empujó contra la pared. Chicas, fue increíble, después me llevó hasta el sillón. Me tumbó en él, me besó hasta dejarme sin aliento y entonces...
-Por Kamizama, Shampoo, que suerte tienes!. Ojalá me pasara algo así. Entonces están en una relación?-la interrumpe Ukyo y yo estoy a punto de golpear a Shampoo para borra la sonrisa de su cara.
-Bueno, aún no, pero quizás luego, nunca se sabe.
-Ah, por eso se porta así contigo!-Ukyo de nuevo. No sé por qué sigo aquí.
-Sí jaja. Chicas guarden el secreto, por favor. No lo comenten con nadie, de acuerdo.
-Bien, ahora si tengo que irme.- digo poniéndome de pie. Y no puedo evitar decirle -Por cierto, Shampoo, tu historia suena bastante falsa, sabes?.
-Akane, no seas envidiosa-dice mientras toma su taza de café.
-Pues no te creo-digo perdiendo la paciencia y subiendo el tono de voz.
-No te pedí que me creas, así es como pasó. No tiene nada de raro, él es un hombre lleno de deseos y yo una mujer capaz de cumplirlos.
-Ranma nunca se comportaría así. Él no es ese tipo de hombre!.
Ella ríe tan fuerte que siento el impulso de golpear sus dientes.
-no creas que lo conoces, querida.
-Claro que lo conozco, fui su asistente por más de seis meses, recuerdas.
-Solo porque tú no eres lo suficiente mujer para despertar interés, no significa que sepas como es un hombre con una mujer de verdad!.-Me grita
Voy a matarla. Voy a arrancarle cada cabello de su cabeza y arrastrar su cuerpo por todos los pisos de este edificio.
- Tendo.
Trago en seco. Desde hace cinco semanas Ranma no se ha dirigido a mí. Estoy tan molesta que siento que las lágrimas se acumulan en mis ojos por la impotencia.
- Qué pasa aquí?
-Nada, Ranma-se apresura a responder Shampoo, pero él ni siquiera la mira. Sus ojos están fijos en los míos, como antes. Su mirada solía intimidarme algunas veces, pero otras como ahora, me hacía sentir importante.
-Hice una pregunta, Tendo. Qué está pasando?
Las tres guardamos silencio. Todos en la cafetería están pendientes de la escena. Aprieto mis labios para no llorar. Tengo tanta rabia, por lo que ha dicho Shampoo.
Sobre mí, sobre él. Sobre ellos dos.
Estoy tan molesta y juro por Dios que Shampoo me las pagará!.
-Correcto, a mi oficina Tendo.
-Ranma-pide Shampoo tomándolo del brazo-no es necesario, es una discusión personal.
Ranma la mira y ella lo suelta de inmediato.
-Señorita Shin, le he dicho que use correctamente su uniforme. No está en un bar sino en una empresa seria, si la veo usando así su uniforme otra vez la despido en el acto, entendido?.
-Sí, Ranma.
- Tendo, ya me escuchó.-dice y empieza a caminar hacia la escalera. Yo voy tras él sin dudarlo, como lo hacia antes, pero cuando él se detiene casi choco con su espalda. Se gira y añade.
-Una cosa más, señorita Shin. Soy su jefe, no su amigo ni su amante así que deje de llamarme por mi nombre.
Lo sabía, Shampoo mintió. Siento que la mitad de mi rabia se va al escucharlo.
