Ryoga:Cual es mi recompensa? Un beso, un abrazo?
Ranma: De verdad, estás seguro?
Ryoga:lo comprobé tres veces, hombre.
.
.
.
Ranma acarició mi mejilla con su mano casi al final de la canción que hemos bailado.
-Te sientes bien?-más que escuchar su voz estoy leyendo sus labios ahora mismo.
Siento un dolor demasiado fuerte, lo suficiente para hecharme a llorar, pero lo único que pienso es en alargar este momento entre los dos lo más que pueda.
Yo, me siento igual a cenicienta. Mi corazón sigue latiendo acelerado desde que empezamos a bailar.
Alguien tira de mi hombro derecho.
Es Kodachi.
Por todos los cielos, justo lo que me faltaba.
-Quien te crees que eres para bailar con mi Ranma?!-ella grita
En serio, no estoy de humor para lidiar contigo, ¡maldita bruja!. Tienes que aparecer justo en el momento que siento suficiente dolor como para retorcerte el cuello.
La mano de Kodachi Kuno alcanza mi mejilla izquierda de imprevisto.
Los invitados se reúnen alrededor nuestro. El calor del golpe ni siquiera me duele, pero es la excusa perfecta para darle su merecido. La adrenalina hace que por un momento me olvide de todo.
Me toma menos de un segundo decidirme.
Mi puño se estrella en su cara, al punto que las personas detrás de ella tienen que sostenerla para que no caiga.
Ella me mira con los ojos llenos de desconcierto, desde luego está acostumbrada a repartir cachetadas sin que nadie la ponga en su lugar.
Ranma me toma del brazo para evitar que yo vuelva a golpear a Kodachi, que es justo lo que estoy planeando hacer.
- Aléjate de él ahora mismo! -chilla ella y un hilo de sangre nace en sus labios.-no toques a mi Ranma!
-Aléjame si es que puedes!-grito mientras forcejeo por liberarme del agarre de mi jefe.
Bien, puede que no sea su cita, su novia, ni siquiera su amante, pero me da igual porque tampoco Kodachi lo es y, honestamente, ella ya me tiene harta.
Con la rabia en sus ojos, ella intenta abalanzarse sobre mí pero Ranma se interpone entre nosotras dos.
-Es suficiente Akane!-me grita él-Basta, acaso estás loca?-Ranma me sujeta por ambos hombros.-Qué crees que estás haciendo?
Ok, qué se supone que debo responder, Ranma? Solo muévete a un lado que voy a arrancarle las extensiones a tu amiguita.
-Es suficiente!-vuelve a gritarme.
Dios, Kodachi es quien me ha buscado pleito y tú, Ranma, me dices a mí que es suficiente?.
Ya veo, solo soy tu asistente, no es así?
De acuerdo, bien, pero aún así voy a golpear a esta bruja!
Me cuesta liberarme y cuando él finalmente me suelta, intenta añadir algo más pero no quiero siquiera escucharlo.
Al final he terminado dándole una cachetada a Ranma y las personas alrededor nuestro, Kodachi incluida, me miran como si estuviera loca.
Salí de ahí con las fuerzas que me quedaban rezando por encontrar un taxi que me llevase pronto a un hospital. Y a decir verdad, no recuerdo cómo lo hice, supongo que me desmayé al salir del hotel.
Esta mañana cuando desperté estaba en una habitación, sobre un camilla, vistiendo una, para nada glamorosa, bata de hospital.
Ranma estaba cerca de mi cama, hablando por teléfono y cuando vio que desperté colgó de inmediato.
-Cómo te sientes? Ah, son para ti-dice como si pudiera leerme la mente.
Flores. Tantas como nunca he visto antes. Tan hermosas.
Las habrán enviado de la empresa?
-Espera, iré por una enfermera.
-No es necesario-respondo antes de que él salga e intento sentarme, Ranma me ayuda acomodando la almohada tras mi espalda.
-Akane, ayer...
-Disculpen, señorita Tendo?
Una mujer pequeña esta de pie en la entrada. Sostiene una carpeta en las manos y mantiene la sonrisa en los labios esperando una respuesta.
-Sí, dígame-le contesto y espero que ella planeé hablar mucho, al menos así estaré evitando la conversación con Ranma.
Ayer, protagonice una escena vergonzosa en la que golpeé a una de las mejores clientes de nuestra agencia e incluso a mi jefe. Y ya sé lo molesto que él debe estar conmigo por eso debo evitarlo tanto como pueda.
.
.
.
Mientras camino por el pasillo del hospital, de regreso a mi habitación, sigo pensando en el día anterior. Ayer, ni siquiera pensé que mi apéndice estaba planeando estallar durante la cena de caridad.
Fui ingresada de urgencia y el doctor que me atendió ordenó operarme de inmediato.
Afortunadamente la cicatriz no será demasiado grande, ya casi es verano y quiero divertirme con mis amigas en la playa.
-Akane, quieres escucharme un minuto?-Ranma se ha quedado a esperar que regrese. Él me toma del brazo derecho, obligándome a detenerme antes de que pueda entrar.
Estoy molesta, pero no con él.
Estoy molesta conmigo misma por creer que por tener su atención un minuto dejé de ser quien soy.
Suspiro pesadamente y le ofrezco una mirada rápida.
Joder. Por qué sigues aquí, Ranma?
Debes estar buscando el momento para vengarte por lo de ayer. Solo hazlo rápido y vete, maldita sea.
-Digame, señor Saotome?- digo a media voz.
-Deja de actuar como una niña, quieres? No puedes evitarme por siempre. Escúchame, te estoy intentando decir...
-Lo siento, sí?-lo interrumpo con los puños cerrados sosteniendo el borde de mi bata de hospital- me excedí, no debí golpearlo. Puede despedirme si quiere pero no voy a disculparme por golpear a Kodachi Kuno.
-Akane-insiste él y casi diría que puedo distinguir una sonrisa en sus labios.
Solo vete y déjame en paz, tengo dos días de incapacidad, idiota insensible.
-Akane!- el jovial doctor que me operó, aparece como enviado por Dios-No es necesario excederte, ya has caminado suficiente al ir hasta la recepción, es hora de descansar.
El doctor es un hombre alto, de ojos negros y cabello rapado. Él se acerca e intenta liberar el agarre de Ranma de mi brazo.
-Estamos hablando-gruñe mi jefe.
-Mi paciente necesita reposo, podrá hablar con ella mañana, durante la visita.-insiste el doctor.
-Y una mierda, ella no necesita reposo!-grita Ranma.
-Señor Saotome, cuando la licencia por enfermedad termine le aseguro que Akane estará puntual en la empresa y escuchará todo lo que tenga por decir. Ahora ella necesita descansar.
Usando un tono conciliador el buen doctor logró hacer que Ranma se retirara, no sin antes montar una escena vergonzosa. Luego el doctor se acercó a mí y me ofreció su ayuda para volver a acostarme.
.
.
.
Hoy, es mi último día libre antes de volver a trabajar y honestamente no tengo ganas de regresar. Ukyo me llamó mientras estaba en el hospital para ponerme al tanto del chisme sobre la mujer que golpeó a Kodachi Kuno y a Ranma durante la cena de caridad solo para darse a la fuga inmediatamente.
Todos en la agencia, probablemente en todo Japón, están felices de que alguien haya golpeado a Kodachi, pero aún así siguen murmurando historias sobre la identidad de su atacante.
Afortunadamente aún no saben que esa mujer soy yo.
De alguna forma, Kodachi estaba tan bebida que no me reconoció y al ser un evento privado nadie estaba grabando, así que por ahora estoy a salvo a menos que mi jefe me delate.
Tal y como lo dijo el doctor, apenas puedo notar la cicatriz mientras me miró en el espejo.
El timbre resuena por tercera vez.
Planeaba ignorarlo hasta que se fuera pero si es un repartidor debe ser nuevo.
Me acomodo la ropa y voy ha abrir.
-Buenas días!, Qué tal estás hoy Akane?-Un sonriente Ryoga esta en mi puerta. Desearía que aún fuera él quien me gusta, pero ya no es así.
-Hola, señor Hibiki...pasé por favor-respondo con torpeza haciéndome a un lado para dejarlo entrar.
-Entonces, ya te sientes mejor.-dice él recostándose en el borde de mi cama, único mueble en mi apartamento.- Supe lo de tu cirugía pero no quería incomodarte. Toma son para ti. Espero que no estés a dieta.
Es una caja de bombones rellenos.
-Claro que no, adoro los chocolates-respondo, finalmente relajada.
-Vaya, también son los favoritos de Ranma, lo sabías?
-No tenía idea.-No empieces a hablarme de él, por favor- Como se la pasa bebiendo.-añado mientras tomo un bombón y le ofrezco otro a Ryoga.
-Antes, él era diferente. Mucho, de hecho. Era realmente encantador.
-Si, pues no me imagino cuanto.
Es difícil imaginarme a un Ranma que no discuta y beba hasta por lo más mínimo.
-Akane, me apena un poco venir a molestarte, pero si te cuento un secreto, a cambio puedes ayudarme con algo?
-Un secreto?. Sí, claro, eso creo. De que se trata?.
Cuando Ryoga se va tengo más respuestas de las que alguna vez imaginé, pero no sé si soy capaz de hacer lo que él me pide.
