-Que la acusada se ponga de pie, por favor.
Akane apretó ambos puños sobre su regazo y lentamente se levantó para escuchar su sentencia, con la cabeza en alto y rogando por salir bien librada a pesar de todos.
-En base a los testimonios y pruebas aportadas a este caso, donde la ciudadana Akane Tendo ha sido señalada por lesiones personales a la demandante Kodachi Kuno, está corte encuentra a la acusada...
Ranma miró sobre su hombro hacia su izquierda, donde se encontraba de pie Akane, y luego devolvió su atención a su reloj.
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-Por ahora es mejor que piense que estás de su parte, Ranma.
-Ni hablar, si lo que dices es verdad, Ryoga, con más razón quiero divorciarme rápido.
Ryoga y Ranma subieron juntos el quinto escalón. Entonces escucharon con más claridad los gritos que provenían del piso superior. Las voces eran por demás conocidas.
-Auxilio, ayúdenme, está mujer me está lastimando. Ayuda!-los gritos de la señora Saotome inundaban el lugar.
-Basta, ya cállate. Solo espera a que te ponga las manos encima, loca!-la voz de Akane también sonaba alterada en medio del ruido de sillas y cristales rotos.
-Ryoga, dime qué esas no son las voces de Yuri y Akane-Ranma se detuvo antes de dar el siguiente paso y volteó para mirar a su amigo.
-Ranma, si vas ahí dentro no puedo acompañarte. Pero no olvides lo que te dije antes: pase lo que pase ponte de su lado. No sabremos cual es su plan si ella se ve descubierta.
-Quieres que me ponga en contra de Akane, justo ahora.?
-No tienes opción, hombre, a menos que quieras que la desquiciada de tu mujer haga alguna locura.
-Claro que no.
Los gritos se hacían cada vez más intensos y desesperados. Ryoga permaneció en el descanso de las escaleras mientras Ranma se apresuró a su apartamento.
Era un hecho que Yuri no había podido hacer todo sola, tenía que tener más de un espía alrededor de Ranma.
Él tendría que infiltrarse en el hospital una vez más y averiguar quién estaba ayudando a la señora Saotome. Así que por el momento, Akane tendría que ayudarlos siendo la distracción.
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-Silencio!-se escuchó en la sala la suave pero firme voz, haciendo callar a ambas partes- Guarden silencio, mientras escúchamos a la testigo-la diminuta oficial de juicio continuó de pie junto al estrado.
El juez le hizo un gesto de aprobación con la cabeza y e instó a la testigo a continuar su relato.
Akane dio una breve mirada hacia su derecha. Ranma seguía sentado en la primera fila, justo detrás de Kodachi y a su derecha se encontraba Yuri, casi colgada a su cuello.
Idiotas.
El abogado de Akane escribió en una pequeña nota que deslizó sobre el escritorio frente a ella.
"Esto no va bien, si seguimos así perderemos. Dame algo con lo que pueda defenderte".
Akane apretó la nota amarilla en su puño y volvió a prestar atención al juicio, el cual llevaba ya casi dos meses en los cuales habían testificado al menos doce personas en su contra.
[Estabamos bailando y no sé de dónde ni como esa chica se infiltró y termino golpeando a Kodachi cuando ella le pidió mostrar su invitación, porque de verdad no sabíamos quien era]
-Eso es mentira!-Akane golpeó el escritorio con ambas manos poniéndose, nuevamente, de pie.
-Señorita Tendo, si vuelve a interrumpir a la testigo, tendré que ordenar que salga del juicio.
-Lo siento, señor juez, mi clienta está muy alterada. Le pido considere un receso-Interrumpió su abogado poniéndose de pie, mientras con la mano derecha alizaba su corbata azul y con la izquierda tiraba de su brazo para que ella se sentara de una buena vez.
-Petición denegada. Abogado, si su clienta no puede calmarse le sugiero que le aclare la pena por rebeldía en una corte.
El fiscal sonrió victorioso, dio por terminado el testimonio y solicitó a su siguiente testigo subir al estrado.
-La fiscalía llama a testificar a Ranma Saotome, su señoría.
-Objeción-solicitó la defensa apresuradamente.
-Denegada-respondió el juez.
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Cuando entró a su departamento, Ranma contempló el completo estado de desastre en el que se encontraba todo.
Las botellas de vino de su bar estaban quebradas por el piso, el cristal de la ventana había sido golpeado por la licuadora, las pinturas en sus paredes se habían movido de su sitio y colgaban a medio estar.
Y en el centro del caos Akane, que parecía confundida, descalza y jodidamente sexy usando su camisa.
Y luego estaba Yuri, tirada en el suelo, la silla de ruedas volteada y el cabello desordenado con el rostro bañado en lágrimas.
-Qué diablos pasa aquí?-preguntó aún en el umbral.
-Ranma, por favor, ayúdame-se quejó Yuri antes de, aparentemente, desmayarse.
Si él no estuviera ya al tanto de sus tretas, incluso hubiese creído que Akane la había lastimado realmente.
-Es mentira, esa mujer es una psicópata!-escuchó decir a Akane. -De pronto comenzó a tirar cosas y a gritar. Ranma, me estás escuchando?, Ranma!
Él caminó hacia la desmayada mujer y la cargó en sus brazos dejándola en el sofá de la sala.
Después de unos pocos segundos por fin hablo.
-Vístete y vete, Akane.
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-Por qué sigues ahí parada? necesitas que te pague por complacer a mi marido?.
La voz de la odiosa mujer hace hervir mis emociones en un instante y por un segundo no me importa si está en silla de ruedas, solo quiero golpearla hasta borrarle de la cara ese gesto de superioridad que tiene.
Pero recuerdo que acabo de pagar una fianza por agresión anoche y que estoy a punto de ir a juicio. Así que solo sonrío e intento mantenerme calmada, cruzando mis brazos antes de disponerme ha hablar.
-Sabes qué?, tienes suerte de conocerme justo hoy.-digo y me doy la vuelta en dirección a la sala, donde creo que debe estar mi ropa.
Ella empieza a gritar insultos mientras yo busco con la mirada alrededor. Algo pasa rosando mi cabeza y golpea el cristal de la ventana, que se quiebra y deja una alfombra de vidrios rotos alrededor de mí.
-Estás loca?! Qué demonios te pasa!-grito molesta
Ella se pone de pie y camina hacia a mí, pero se desvía hacia el bar y comienza a tirar las botellas frente a mí contra el piso. Luego se aleja y golpea algunas de las pinturas en las paredes y se da un par de cachetadas antes de dejarse caer y seguir gritando como una completa desquiciada.
-Auxilio, ayúdenme, está mujer me está lastimando. Ayuda!-Grita una y otra vez.
-Basta, ya. Solo espera a que te ponga las manos encima, loca!.
Estoy descalza e incapaz de moverme con libertad a riesgo de cortarme con todos los vidrios en el suelo.
Ranma aparece y pregunta qué es lo que está pasando desde la entrada.
-Ranma, por favor, ayúdame-se queja ella tirada desde el único lugar libre de cristales.
- Es mentira, esa mujer es una psicópata!-intento explicar lo más rápido que puedo, dándome cuenta, quizás muy tarde, de lo que ella intenta hacer. -De pronto comenzó a tirar cosas y a gritar. Ranma, me estás escuchando?, Ranma!
Él caminó hacia la, falsamente, desmayada y la cargó en sus brazos dejándola en el sofá de la sala.
Luego colocó su dedo índice en sus labios y con un guiño, después de unos segundos, finalmente dijo:
-Vístete y vete, Akane.
Qué diablos se supone que significa eso?
Me estás diciendo que cierre la boca y me largue?
En serio le vas a creer?.
Santo cielo, que suerte tengo para tratar con cretinos.
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-Basándome en los testimonios y pruebas aportadas a este caso, donde la ciudadana Akane Tendo ha sido señalada por lesiones personales a la demandante Kodachi Kuno, está corte encuentra a la acusada culpable de todos los cargos y la sentencia a cumplir seis meses en la prisión del estado o pagar una multa de días cárcel.
Ésta corte también ordena a la acusada a tomar terapia de control de la ira y la insta a disculparse formalmente con la víctima.
Por último, debido a su constante rebeldía en la corte le impongo una multa pagadera en el período en que se cumpla la sentencia.
El abogado, aparentemente nervioso por el resultado, seguía soltando su corbata.
-No se preocupe, señorita Tendo, todavía podemos apelar.
Kodachi salió riendo burlonamente, mientras Yuri y Ranma, que la había deliberadamente ignorado, la seguían de cerca.
El abogado que la defendía la acompañó hasta la salida, donde dos oficiales la escoltaron a la patrulla que la llevaría al centro de detención para ser trasladada esa misma tarde a la prisión del estado.
Tan pronto como la vio partir, el hombre tomó su celular y marcó el último número de su registro de llamadas.
-Le dieron seis meses-declaró nervioso.
La voz femenina al otro lado de la llamada dio un grito lleno de alegría. El abogado colgó de inmediato.
-Te lo mereces Akane. Te dije que me las pagarías por entrometerte en mi relación con Ranma. Seis meses sigue siendo poco, pero me las arreglaré para que él se quede conmigo -Shampoo razonó mirando su celular y creyéndose a solas en el descanso de la escalera. Había tirado de todos sus hilos contactando a Kodachi Kuno-Tuve que soportar a esa loca de Kodachi y servirle de informante, pero el resultado bien lo vale.
-Shampoo, realmente fuiste tú?, no puedo creerlo!-La voz de Ukyo se escuchó a espaldas de la chica de ascendencia china.
