La puerta del elevador se cerró. Shampoo y Mousse permanecieron en silencio al fondo del mismo. Las dos mujeres ante ellos, sus asistentes, intercambiaban opiniones optimistas tras la larga junta de mercadeo.
Y es que en aquel almuerzo en el restaurante W, Mousse apenas se estaba acostumbrando a las cifras que escuchaba, cuando una noticia aún más impactante llegó a sus oídos.
A partir de la firma del contrato, pasó a formar parte del equipo de desarrollo y mercadeo, dirigido por la hermosa mujer sentada frente a él, que apenas le había mirado durante la comida y a quien él no podía quitarle los ojos de encima.
Shampoo continuó hablando en términos meramente comerciales y dirigidos solo a Nabiki. El presidente Shin, por su parte, tan afable y distraído como parecía ser continúo bebiendo y comiendo sin prestar atención al ambiente de incomodidad entre ellos.
Piso 7, por favor tenga cuidado al salir
La voz mecánica lo sacó de sus recuerdos. Ambas asistentes salieron e hicieron una pequeña reverencia a sus jefes antes de marcharse.
Shampoo tomó su celular, dispuesta a ignorarlo como de costumbre. Dos meses, dos largos meses desde aquel almuerzo. Todo ese tiempo y aún se arrepentía de haberle dado solo una cachetada.
-Shampoo, tenemos que hablar-lo había practicado varias veces antes con Akane, un sentido discurso de arrepentimiento por lo que había pensado y dicho. Una disculpa sincera que había esperado por dos meses.
-De qué se trata, Señor Mousse-respondió sin mirarlo-Le recuerdo que solo atenderé lo estrictamente laboral, nada más.
Que fastidiosa e infantil era a veces!.
Mil y una vez había intentado disculparse con ella, pero simplemente no lo escuchaba. Ya estaba harto, sí, se equivocó pero cómo podía enmendarlo si ella no se lo permitía.
-Vas a seguir comportándote de esta forma?-Mousse le quitó con rapidez el celular de las manos.
Shampoo lo miró finalmente, acorralada entre él y el frío metal del elevador.
Tonta-se regañó- cómo es que aún sigue acelerando tu corazón.
-Dije que tenemos que hablar
Desde cuándo hacía tanto calor? Además por qué eran tan pequeños esos estúpidos aparejos.
Shampoo recordó las duras e injustas palabras de ese día. Dolían más aún porque había estado esperando volver a verlo desde el momento en que salió de su apartamento.
Cuando su padre escogía entre las muestras del concurso, distinguió la de Mousse y casi por inercia dio su voto a favor de él. Su padre estuvo de acuerdo y los demás ejecutivos también. Entonces espero ansiosa el día de la reunión. Pero él...
Piso 11, por favor tenga cuidado al salir
-A donde vas?-la menuda mujer se escabulló bajo su brazo
-Lejos, tan lejos de ti como me sea posible.-respondió desde la puerta- Desearía no haberte conocido. Eres el peor error de mi vida.
-Mentiras-refutó el hombre de lentes claros-Eso no es lo que tus ojos me dicen.
-Por favor, y según tú qué dicen mis ojos-Shampoo se sentía aún más molesta. Acaso ella era un libro al que podía leer con tal facilidad?.
-Dicen que me quieres, que no has olvidado, igual que yo.
-Escucha, incluso si solo somos tú y yo en el mundo no pasará de nuevo.
-Entonces que hacemos con lo que ya pasó?-Mousse avanzó un paso hacia ella-Quieres pretender que no sucedió, eso quieres?
-Lo que pasó esa noche fue error!-gritó molesta.
-Buenas tardes señorita Shampoo, señor Mousse-una empleada llena de papeles saludo con una gentil sonrisa.
Aturdida y sin saber cómo actuar Shampoo retrocedió
-Tengo que llevar estos documentos al presidente Shin-añadió la mujer al tiempo que entraba al elevador.
Shampoo, con la vergüenza en el rostro, intentó huir de ahí tan pronto como la empleada se marchó. En toda su vida era la primera vez en que se había involucrado con un hombre y por alguna razón se sentía apenada de confesar frente a alguien que ella y Mousse habían pasado una noche juntos.
Una mano masculina tomó su antebrazo haciéndole girar sobre sus tacones.
-Aun tengo cosas que decir.
.
Por qué había aceptado ir a ese lugar?. Shampoo permaneció en el estacionamiento de la taberna Tendo. Mousse le había pedido hablar y por comodidad acordaron encontrarse en aquel sitio.
Maldita sea, lo hizo solo para ocultar el nerviosismo que él provocaba. Pero no quería escucharlo. Su razón le seguía pidiendo que se marchara, pero su corazón, su tonto corazón, seguía anhelandolo. Cómo podía ser tan tonta y aún sentirse emocionada por verlo. Se regañó a sí misma una y otra vez mientras retocaba el labial en el retrovisor antes de entrar.
-Bienvenida-saludó Akane-Qué deseas tomar?
-Gracias...Yo, estoy aquí para ver al señor Mousse-respondió Shampoo
-El señor Mousse?... Ah, claro tú debes ser Shampoo. Siéntate, iré por él.
-Teníamos una reunión, quizás llegué demasiado temprano.
-No, de hecho ha estado esperándote. Salió al depósito para pagar a los empleados.
-Entiendo.
-Siéntate, cómo va el proyecto?
-Bien, de hecho estamos ultimando los detalles para su lanzamiento. Tenemos la sesión fotográfica justo ahora.-la ejecutiva se sentó en la barra y continuó hablando con aquella agradable chica de cabello corto durante algunos minutos.
-Shampoo, pensé que no vendrías-Con la camisa blanca arremangada y sin sus características gafas, Mousse apareció ante ellas.
Como la primera vez, Shampoo seguía siendo la mujer más hermosa. Como esa noche Mousse hizo latir su corazón como nunca antes.
-Akane, estaremos arriba. Si necesitas algo, avísame. Por aquí, Shampoo.-Añadió guiándola hacia las escaleras.
La azotea de la taberna estaba ocupada por mazetas llenas de plantas y luces amarillas, que tintineaban como estrellas en el cielo.
-hermoso, no crees?-indagó el chico al verla embelesada con el paisaje nocturno.
-Mantengamos la distancia, Mousse.-Shampoo aumentó el espacio entre ambos-Vine aquí porque no quiero que esto se convierta en un chisme de pasillo. Di lo que tengas que decir y...
-Lo siento, de verdad. Yo estaba loco, cuando te vi junto a ... estaba celoso y dije lo primero que pensé. Sé que no eres así, de verdad perdóname, nunca volveré a decir nada malo, lo juro.
-Eso ya lo dijiste en el almuerzo.
-Si y me diste una cachetada. Puedes darme otra, cuántas quieras, pero discúlpame.
-Bien, disculpado estás. De cualquier forma estamos trabajando en el mismo equipo.
-Shampoo...
-Señorita Shampoo o jefa, como gustes. Si eso era todo, me voy.
-Espera un momento.
-Basta, no puedes jalonearme cada vez que quieras!
-Entonces deja de compórtarte como una niña y escúchame
~~~Ring, Ring, Ring~~~su móvil resonó en su cartera.
-Suelta, es de la empresa. Sí, dígame. Entiendo, estaré ahí en cinco minutos. No se preocupe, cuide de ellos y yo me encargo de la sesión. Iré a visitarlos mañana. Gracias por avisarme.
-Qué pasa?
-Los modelos de la campaña están en la sala de urgencias. Tengo que conseguir reemplazos a esta hora para la sesión y enviar a alguien al hospital a ver qué pasó y como están.
-Voy contigo
-Por supuesto que no.
-Por supuesto que sí. Iré contigo.
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-Bien, un poco más cerca, mirense fijamente a los ojos. Nuestro concepto es el poder del maquillaje, la seducción... Así es, un poco más.
-Son perfectos para esta campaña.-susurró la pelirroja frente al monitor.
-Escuché decir que son pareja
-En serio?
-No sé, es lo que dicen.
-Shampoo, lo estás seduciendo, Mousse estás cautivado por su belleza. Acércate como si fueras a besarla...con deseo, con amor...
-En serio tienes que decirlo de esa manera?-Shampoo se separó incómoda de Mousse.
Después de llegar y saber que sus modelos estaban con cuello ortopédico y yesos, a esa hora, no le quedó más que aceptar ser ellos mismos la imagen del producto. En parte porque debía, en parte porque una de sus mejores amigas era parte del equipo de publicidad y estaba presente. Si se negaba, todas sus amigas murmurarian de nuevo sobre ella.
-Lo siento señorita Shampoo, no es mi intención incomodarles, pero al menos que quieran retrasar su lanzamiento, ser mis modelos está noche es su única opción. Un poco más cerca, olviden que estamos aquí.
Infundada en un atrevido vestido rojo posó junto a Mousse desde distintos ángulos, quien sin camisa provocaba que sus pensamientos se agolparan. Otra vez estaba entre sus brazos, otra vez su mirada le atravesaba el alma, otra vez estaba sin voluntad más que de ser suya... estaba a punto de olvidar todo y besarlo. Sacudió esos pensamientos y se concentró. Cómo podía siquiera pensar en algo así.
-Lo lamento-Mousse parecía más tímido e incómodo de lo que había estado durante la sesión de fotos, mientras ocultaba su rostro en el cuello femenino.
Sentada a horcajadas sobre él, Shampoo no tardó en saber la razón de aquella disculpa.
-Esta bien, nnno somos modelos, no te preocupes.-razonó la chica.-Suficiente, tenemos suficiente material, trabajen con eso, envíenme la preselección mañana antes del almuerzo.-ordenó a la vez que se levantaba y Mousse se las arreglaba para escabullirse avergonzado sin que nadie lo notara al camerino.
Para cuando salió ya Shampoo se había marchado.
