[1 mensaje nuevo, número desconocido]
Mousse miró la pantalla de su celular. Eran casi las 6:30 pm y estaba a punto de regresar a su apartamento. Llevaba tres bolsas llenas de comida, tan pesadas que
casi podía imaginar lo feliz que estaría Shampoo cuando le preparara sus platillos favoritos.
Mientras esperaba a que el semáforo cambiará escuchó la voz de Akane llamándolo desde el otro lado de la calle. Sonrió en respuesta a su amiga y Ranma, su hermosa novia pelirroja, que agitaban sus brazos saludándolo desde el otro lado.
Ranma era...bueno, era una buena pareja para su amiga. A veces, cuando se reunían Ranma era un apuesto pelinegro y en otras ocasiones, como ahora, una encantadora pelirroja.
Él no entendía muy bien, pero Akane parecía muy feliz así que terminó aceptando la situación sin cuestionarse más al respecto.
La luz cambió finalmente y Mousse dio apenas unos pasos cuando una camioneta negra se detuvo ante él.
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Desperté y estaba sentada en una habitación oscura y húmeda con apenas una tenue luz. El olor a polvo hace que me pique la nariz y estornudo varias veces. Trato de entreabrir los ojos, pero el dolor me detiene súbitamente. Me doy cuenta de que mis manos están atadas en el respaldar de la silla de metal. De inmediato forcejeo por desatarme antes de entrar en pánico.
-Oh Dios, ¿Dónde estoy?
Conforme mis ojos empiezan a adaptarse a la oscuridad, veo que estoy en una clase de edificio de la antigua zona industrial, quizás una fábrica abandonada. Las ventanas están sucias y rotas y hay escombros por todos lados. A lo lejos escucho el silbido fastidioso de mi exprometido.
Demonios, debí golpearlo con más fuerza cuando pude. No tengo idea dónde estoy realmente y no creo que nadie más lo sepa.
Mí familia sabe que huí con Mousse y él...Oh Dios, espero que este psicópata no lo haya lastimado.
Los pasos y el silbido se acercan. La noche ha caído ya y está muy oscuro afuera. Oigo el sonido de la cerradura de la puerta chirriante contra el metal y aunque estoy aterrada y desearía poder cerrar mis ojos y fingir que estoy dormida, no puedo. Mi corazón se salta varios latidos y siento náuseas cuando veo su rostro frente a mí.
-Hola, cariño-dice mientras se suelta la corbata-sabes, no deberías haberme dejado, entonces yo no tendría que hacer esto.
-¿Qué diablos te pasa? ¿Te haz vuelto loco, suéltame de una vez?! -Las cuerdas empiezan a lastimarme la piel. Ojalá pudiera soltarme.
Camina alrededor del lugar sin prestarme atención como un gato que se divierte con su presa. Hay una polvorienta mesa de trabajo junto a la ventana donde finalmente se recuesta. Desde donde estoy a penas logro verlo.
-No hables, cariño-dice-De cualquier forma pronto retomaremos la ceremonia donde la dejamos.
-Eres idiota? Prefiero morir que casarme contigo, psicópata!
-Silencio!-me grita y el sonido retumba en la habitación.
Alguien carraspea y recuerdo que no estamos solos aquí, uno de los tipos que me secuestró entró al mismo tiempo y ha estado esperando junto a la puerta.
-señor?
-Dame un momento-responde él
Se acerca a mi despacio con una sonrisa falsa.
Se inclina e intenta besarme y yo giro la cara para evitarlo, pero él me sostiene el rostro y me besa.
Muerdo su labio con fuerza, obligándole a soltarme y noto un hilo de sangre que corre hacia su mentón. Acto seguido me da una cachetada que deja mi piel dolorida.
-Te amo-me susurra acariciando mi mejilla enrojecida por el golpe-Te amo tanto.
Se va limpiando la sangre en su cara y yo me quedo intentando desatar las cuerdas. Tengo que soltarme y encontrar una manera de salir de aquí. Mi mente trabaja al 100% mientras trato de encontrar una solución para escapar. Soy todo lo que tengo en este momento así que comienzo a estudiar el sitio en el que estoy atrapada.
No parece que haya cámaras así que no pueden verme a menos que estén aquí-razono- Miro hacia arriba a la bombilla solitaria y noto que la luz es más débil que cuando desperté. Sigo trabajando en los lazos de la muñeca, a pesar que me lastimo a cada momento.
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-No puedo rendirme, soy un miembro de la tribu amazona más importante de china. No voy a rendirme, Shampoo me necesita ahora más que nunca– repito una y otra vez, aguantando el dolor mientras conduzco.
Uno de ellos, sólo Kamisama sabe cuál, me ha dado una puñalada en el costado izquierdo y estoy sangrando pero no tengo tiempo para ir al hospital. En el asiento de al lado Akane sostiene un arma con manos temblorosas y en la parte trasera, Ranma vigila a los hombres atados que intentaron secuestrarme hace unas horas.
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El último de los tres atacantes aterriza con un ruido sordo tras la patada de Ranma, los otros dos yacen inconscientes. Oigo su cabeza golpear contra el asfalto y mientras trata de recuperarse del ataque, me levanto apoyándome sobre mis rodillas y una vez de pie, piso su garganta.
-¿Dónde está Shampoo ? - empujo más fuerte contra él, que apenas puede respirar. - ¿Qué has hecho con ella?
Cuando tomé mi teléfono para llamar a la policía vi finalmente el mensaje que recibí de un número desconocido antes de que todo esto empezara.
[No puedes entrometerte entre un hombre y su pasión. Ella es mía]
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Después de conducir hasta las afueras de Nerima, llegamos a una fábrica abandonada.
-Si estas mintiéndome- le digo a medida que comenzamos nuestro camino por los pasillos oscuros de la fábrica- juro por Dios que te mataré.
Ranma y Akane se han marchado a regañadientes a pedir ayuda en la policía de la ciudad y avisar al padre de Shampoo, sólo en caso de que no consiga rescatarla.
El secuestrador y yo continuamos hasta una puerta solitaria, con nada más que una parpadeante y débil luz.
-Ella está ahí. - señala
Intento mantener la calma - Como he dicho, te mataré si me engañas.
Abro la puerta despacio esperando verla - ¿Shampoo?-digo mientras avanzo dentro de la oscura habitación arrastrando al hombre que llevo atado.
-¿Mousse? ¡Oh, Dios mío, casi te golpeo!
Siento que vuelvo a respirar cuando escucho su voz. Ella sale de su escondite y deja caer una pesada barra de acero.
-Esta chica no necesita que la rescaten. Oye, yo ya cumplí mí parte, ahora que los tortolitos están juntos, ¿pueden dejar que me vaya?-dice el tipo y yo lo pateó en la espalda y lo lanzo dentro de la habitación.
La cerradura esta en el exterior de la puerta así que lo encierro y el empieza a gritar como un loco.
-Mousse- Ronronea Shampoo-tenemos que irnos.
-Lo sé, esos gritos arruinan el factor sorpresa.
