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Advertencias del capítulo: (Escenas sexuales leves y lenguaje obsceno)

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CHAPTER 5

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Inhaló profundamente percibiendo un delicioso aroma varonil mientras hundía el rostro en la calidez bajo su cuerpo. La dulce suavidad sobre la que estaba apoyada era la mejor almohada en la que recordaba haber dormido jamás. Suave, ligeramente dura y con un maravilloso y muy familiar olor masculino.

La luz se filtraba entre sus párpados, indicándole un nuevo día. Debía despertar, pero Dios sabía que era lo que menos deseaba. Levantarse y dejar aquello cálido refugio debería de verdad ser un pecado.

Frunciendo el ceño, se apretó contra la fuente de calor a su lado, deslizó la mano por la superficie que abrazaba y sintió como sus dedos ondulaban sobre la extensión de dureza.

Escuchó una baja y ronca risa, y la almohada sobre la que estaba apoyada se movió, obligándola a espabilarse.

Rápidamente incorporó, intentando alejarse, pero el brazo que rodeaba su cintura se ciñó al instante, obligándola a caer con la dura superficie nuevamente.

Abrió los ojos de golpe, acostumbrándose bruscamente a la claridad mientras su mirada se encontraba con unos divertidos y coquetos ojos azules. Últimamente tenía extraños despertares y lo comprobó una vez más, cuando lo primero que noto fue como su piel desnuda se rozaba íntimamente contra el cuerpo también desnudo de Ranma.

Un jadeo escapó de sus labios y se vio rápidamente interrumpido por el chico, quien con una sonrisa se inclinó y la besó suavemente.

—Al fin despiertas – le dijo él llevando una mano a su cabello y acariciándole las hebras desordenadas.

Akane parpadeó, sin palabras mientras los sucesos de la noche anterior empezaban a reproducirse en su cabeza como si de una película se tratara.

Sintió como el pulso se le aceleraba y sus mejillas empezaron a arder, como si hirvieran a fuego lento.

—Tu y yo… – las palabras se atoraron en su garganta, casi cortándole la respiración ¿De verdad se habían atrevido a cruzar la línea?

—Así es Cheeks… tu y yo hicimos el amor ayer – él deslizó los dedos dulcemente por su mejilla ruborizada – ¿Te arrepientes?

Akane lo consideró, mientras notaba como la mirada azulada tomaba un matiz de seriedad. Sabía que había dado un paso drástico en su relación la noche anterior, ambos lo sabían. Eso definitivamente marcaba un antes y un después, y aunque no sabía como debía sentirse al respecto, el pánico o la ansiedad no llegó en ningún momento.

De hecho, era como si todo finalmente hubiera tomado su lugar.

Conocía a Ranma hacia apenas tres años y casi parecía toda una vida. Él era una constante en su día a día, se apoyaban mutuamente pese a la extraña relación que tenían y habían acordado involucrarse en la vida personal del otro cuando decidieron fingir ser novios frente a sus familias ¿Era extraño en realidad que terminaran de aquella manera? ¿Acaso podría arrepentirse de conocerlo de una manera mucho más íntima? Había empezado a descubrir facetas de Ranma que solo le hacía enamorarse aun más de él.

Porque era cierto y estaba harta de fingirlo.

Lo amaba.

Siempre le había gustado, aún cuando decidió mantenerlo al margen con una relación de amistad y le advirtió que no debían cruzar la línea entre ambos.

No quería ser una más en su lista de conquistas, ni verlo desaparecer de su vida tras una noche de pasión como hacía con otras mujeres ¿Había sido demasiado precavida cuando tomó esas decisiones?

Ranma era demasiado importante como para perderlo. Era su mejor amigo y más que eso, era en ese momento, lo único en lo que podía pensar, todo lo que veía cuando abría los ojos y antes de dormir. Giraba alrededor de él como una polilla ante el fuego y ya no había vuelta atrás.

Aquel paso podría destruirlo todo.

Notó como el ceño del chico se frunció y sonrió, mientras deslizaba un dedo por su entrecejo y le obligaba a cambiar la expresión de su rostro.

—Te arrugaras más rápido – susurró suavemente. Ranma la miró extrañado y luego sonrió.

No había vuelta atrás. Tenía dos opciones, podía fingir que nada de aquello había sucedido y vivir con el recuerdo latente de aquella única noche mientras ambos seguían con su amistad sabiendo que podrían haber siquiera intentado vivir la experiencia y esforzarse al máximo para descubrir sus sentimientos por el otro, o…podía abrir el corazón y amarlo mas de lo que nadie lo había hecho, haciéndole comprender que lo que tenían era especial.

La decisión incorrecta le haría perderlo y terminar con el corazón roto, pero de eso se trataba el amor ¿no? Cualquiera que fuera su elección, siempre tendría consecuencias y esperaba que las mismas fueran a favor de su felicidad.

Y Ranma lo era en ese momento.

Solo debía esforzarse para que funcionará. Ranma seguía ahí, en su cama y a su lado luego de una noche de pasión, debía significar algo ¿no?

Intentó aferrarse a ese pensamiento.

Ambos habían acordado poner un limite en su relación. La noche anterior Akane había estado dispuesta a cruzarlo primero, pero Ranma también lo había hecho, mientras le confesaba haberla visto de otra manera por mucho tiempo. Seguramente él también la amaba desde antes, debía ser así para arriesgarse a perder la amistad que tanto atesoraba en pos de una noche de pasión.

Ellos se amaban y estaban bien.

Todo estaría bien.

—¿Tu te arrepientes? – indagó suavemente, deslizando la mano por su fornido pecho. Sintió como la piel bajo sus dedos se erizaba y sonrió, mientras se inclinaba y depositaba un dulce beso en su hombro.

—Claro que no Cheekie… – una sonrisa coqueta se deslizó en sus labios mientras su mano viajaba lentamente por su espalda desnuda, Akane se estremeció.

—Es bueno saberlo – bajó el rostro avergonzada – No se si fue lo correc…

—Shh… – él puso un dedo sobre sus labios – No hay que pensarlo… creo que era inevitable ¿no te parece que algo nos estaba pasando desde mucho tiempo? Eres mi mejor amiga, pero… siempre pensé en ti como algo más importante… eres importante para mi.

—Dijiste que no había que pensarlo – ella encogió un hombro.

—Solo quiero que sepas que no es un acostón de una sola noche para mi.

—Tampoco fue eso para mi – Akane negó.

—Bien, aclarado eso, ya no vamos a hablarlo – acordó.

—Esta bien…

Se quedaron unos segundos en silencio, mirándose a los ojos.

—Entonces… la noche anterior…

—Dijiste que no lo hablaríamos – se rió mientras le daba un golpe juguetón en el pecho. Ranma tomó su mano y le dio un beso en los nudillos.

—Tengo una curiosidad, pero no quiero que te pongas a la defensiva por eso – sintió como Akane se tensaba – Ya lo estas haciendo.

—Porque no se cual es tu duda… me da ansiedad.

—Eres un controladora Cheekie… – rodó los ojos.

—Y tu quieres hablar de la noche anterior unos segundos después de decidir que no lo mencionaríamos.

—Bien, no es sobre nuestra relación, pero si algo que creo debe concernirme.

—¿Sobre que? – Akane le miró confundida.

—Sobre el sexo.

Ranma observó divertido como la chica enrojecía.

—¡¿Porque quieres hablar de eso?! – exclamó agitada.

Él la miró un momento, tan fijamente que Akane se puso aún más nerviosa.

—No se cómo no lo había notado antes… creo que eras muy buena fingiendo.

—¿Fingiendo que? – la morena frunció el ceño.

—Eso deberías de decírmelo tu… – alzó una ceja – ¿Hay algo que quieras mencionarme Cheekie?

Sonrojada, Akane negó mientras intentaba poner un poco de espacio entre ambos, Ranma negó a su vez y la afianzó por la cintura.

—Cheekie…

—Si lo sabes ¿para que preguntas? – mascullo entre dientes.

—Porque quiero escucharlo de tu boca

—¡No!

—¡Si!... vamos Cheekie, ya lo se.

—No se que creas saber, pero… – intentó alejarse nuevamente, pero Ranma deslizó las manos por su cadera y la mantuvo en la misma posición.

—Claro que lo sabes.

—Bueno, esta bien… si, es cierto ¿contento?

—Como no tienes idea – Ranma sonrió brillantemente.

Akane se cruzo de brazos y ladeó el rostro, sonrojada.

—Para ser un tipo que ha tenido muchos acostones, le tomas demasiada importancia – se quejó con un puchero.

Ranma la observó sorprendido. Akane le conocía mejor que nadie, por lo que no era para ella un secreto que no era un santo, nunca se lo había escondido, pero luego de la noche anterior y del cambio evidente en su relación, esperaba que ella se mostrará más precavida sobre el tema, no que lo sacara con la naturalidad del pasado.

Akane siempre le aceptaba con todos sus defectos y eso le hizo quererla aún más ¿Acaso podía ser mas perfecta? Y era toda suya ¡Maldición!

—Ayy Cheekie… eres todo un caso – se inclinó y la besó profundamente.

La chica soltó un gemido y le abrazó por el cuello, era muy apasionada y entregada, nunca una mujer había respondido así a su toque, ni le había calado tan profundamente dentro del corazón.

Se besaron algunos minutos. Cuando se separaron, Akane apoyó el rostro en el torso de Ranma mientras él la abrazaba por la cintura. El silencio era cómodo, nada pesado o superficial.

—¿Como lo supiste? – preguntó la azabache luego de un momento. Ranma sonrió, sabiendo cuanto le había costado hacer esa pregunta.

—Hubieron dos cosas.

Ella apoyó las manos en su pecho y levantó el rostro, apoyando la barbilla en su dorso y mirándole fijamente.

—¿Dime cuales? – exigió.

—Siempre tan mandona – deslizó una mano por su espalda – ¿Estas segura que quieres escucharlo?

—Claro…

—Bien, recuerda que te lo advertí – jugueteó.

—Dímelo.

—Estabas muy apretada anoche y…

Los colores subieron por el rostro de Akane, sintió como el corazón se le aceleraba, amenazando con escapar de su pecho, bajó el rostro enterrándolo en el abdomen de Ranma, que se reía divertido por su tierna reacción.

—¡Pervertido!

—Te pregunte si estabas segura Cheekie.

—¿Y la segunda cosa? – levantó apenas la mirada – ¿Cuál es?

—Sangraste… era tu primera vez después de todo.

—¿Sangré? – ella se irguió agitada – ¿Cuándo? – se destapó y movió, observando las sábanas – No hay nada aquí.

El silencio de Ranma despertó su curiosidad. Levantó la mirada y notó que parecía muy concentrada en sus senos, con un chillido se apresuró a cubrirse de nuevo.

—¡Eres un pervertido!

—Me encanta verte – él no pareció ofendido en lo absoluto, mientras cruzaba los brazos tras su nuca.

—No hay sangre ¡me mentiste! – le acusó.

—Había sangre en el condón anoche.

—Entonces, ya lo sabias.

—Quería escucharlo de tus labios.

Akane terminó de cubrirse con la sabana mientras se sentaba sobre sus piernas, miró a Ranma desde la altura y encogió un hombro sin saber muy bien que decir.

—No es que estuviera esperando hasta el matrimonio, ni nada… solo que – volteó el rostro – Nunca me había gustado alguien demasiado ¿sabes?

Ranma la miró fijamente, recordando las palabras de Kasumi.

—Kasumi me dijo que eras muy popular en la secundaria.

—Los chicos se comportaban extraños conmigo, nunca entendí porque si solo soy yo.

Ranma se irguió hasta sentarse también y la miró, acomodándole un mechón de cabello tras la oreja.

—Si pudieras verte a través de mis ojos, entenderías porque Cheekie.

Sus palabras hicieron que el nudo en el pecho de Akane se hiciera tan grande, que cuando explotó, la sensación de pequeñas mariposas, deslizándose no sólo por su estómago, sino también aleteando alrededor de su corazón, la dejó sin aliento.

—Ranma…

—Yo entiendo perfectamente porque los chicos te acosaban, eres tan hermosa.

—No sigas – musitó avergonzada – No tienes que decirlo para…

—¿Para que? – la miró seriamente – ¿Para meterme en tus pantalones?... – sonrió – Ya estuve ahí Cheekie y fue el maldito cielo.

—¡Ranma!

—Si te lo digo es porque es verdad, sabes que nunca te mentiría.

—Lo sé – encogió un hombro.

—Desde el primer momento en que te vi me gustaste – confesó en un susurro, su mano deslizándose por la suave piel del brazo femenino – No importa la manera en la que nos conocimos, estoy agradecido con la pelirroja… me llevo a ti.

—Yo igual, eres mi mejor amigo y… tu eres… eres… – parecía nerviosa, Ranma ladeó el rostro enternecido.

—No hay que presionarlo Cheekie – él puso un dedo nuevamente sobre sus labios – Solo dejemos que fluya ¿te parece?

—Bien – Akane asintió, con las mejillas ruborizadas y una pequeña sonrisa en los labios.

¡Era tan bonita!

Ranma se inclinó y la besó dulcemente, una y otra vez.

—Ahora que estamos hablando del pasado, tengo una pregunta – Akane se alejó y le miró, mientras él parpadeaba aturdido por la manera tan brusca en que había interrumpido el beso.

—¿Sobre que?

—Sobre mi apodo – frunció ligeramente el ceño – Nunca me llamas por mi nombre.

—Si lo hago.

—No, no lo haces, a menos que sea algo realmente serio ¿Por qué "Cheekie" Ranma?

—Porque me gustó – encogió un hombro.

—Te conté sobre mi virginidad cuando lo preguntaste, ahora tu respóndeme.

—No me lo dijiste, tuve que forzar una respuesta en ti.

—¡Eso que importa! ¿Por qué nunca me has dicho que significa mi apodo para ti?

—Es solo eso… – se cruzó de brazos – Un apodo.

—Ranma… – entrecerró los ojos – ¡Dímelo!

—Cheekie…

—No me llames así hasta que me digas que significa.

—Bien – soltó un bufido exasperado – ¿Sabes que significa "Cheeks"?

—Si, es "mejillas" en inglés.

—Bien, de ahí viene el nombre.

—También me llamas "Cheeks", pero eso no me dice nada – llevó una mano a sus mejillas – ¿Es por mis mofletes?... No son taaan regordetes.

—Tienes mejillas muy regordetas – Ranma asintió rápidamente.

—No, no las tengo – Akane hundió los dedos en sus cachetes.

—Cheekie… – la miró seriamente – Te lo digo muy enserio cuando te aseguro que nunca he visto mejillas más carnosos y redondas que las tuyas.

—Pero no… – entrecerró la mirada observando su sonrisa divertida – No estamos hablando de mis mejillas ¿cierto?

—Claro que si, hablo muy en serio sobre tus mejillas, son las mejores que he visto en toda mi vida y amo mirarlas.

—Ranma… ¿de que estas hablando?

Él le dio una mirada significativa, a lo que Akane supo instantáneamente que se estaba refiriendo a otro tipo de mejillas.

—Cuando nos conocimos… toque tus mejillas ¿lo recuerdas ahora Cheekie?

Un jadeo escapó de los labios femeninos.

—¡Pervertido! ¡Eres un descarado! ¿Cómo pudiste ponerme un apodo así? Por, por, por…

El sonrojo subió tan rápidamente a su rostro, que Akane se sintió casi mareada. Le ardía todo el rostro y su pecho era un nudo justo en ese momento.

—Por las mejillas de tu culo ¿eso querías decir? – Ranma no tuvo problemas al mencionarlo.

—¡Libidinoso!

—¿Por qué? Te di un apodo de acorde a tu gran personalidad.

—Eres despreciable – entornó los ojos furiosamente avergonzada.

—Vamos Cheekie.

—¡No me llames así! – se cruzó de brazos.

—Es un apodo de cariño – lentamente deslizó las manos por su cintura y la acercó a él, mientras abría las piernas para darle espacio.

—Eres detestable, mira que ponerme un apodo por mi trasero.

—Es un gran culo – Ranma sonrió coquetamente – Te aseguro que nunca he visto uno tan hermoso como el tuyo.

—Pareces muy seguro ¿no?... lo has visto mucho ¿cierto?

—Todo el tiempo, no puedes darte la vuelta y evitar que mis ojos se detengan en tu culo.

—Eres un idiota Ranma – una sonrisa trémula se deslizó por sus labios.

—Pero así te gustó.

Akane sonrió y deslizó la mano por su mejilla derecha, Ranma volteó el rostro y le dio un beso en la palma.

—Justo por eso es que me gustas.

—Bien… – se rió mientras deslizaba las manos por sus caderas desnudas, aplico presión y en un solo movimiento la acercó, hasta que Akane quedó de rodillas justo en medio de sus piernas, con la sabana sostenida precariamente sobre sus pechos – Es bueno saber que mi estupidez sirve para algo.

—Bobo.

Ranma sonrió y la besó, mientras metía las manos bajo la sabana y le acariciaba la espalda desnuda.

—¿Estas sensible?

—¿Sobre que? – ella le miró confundida.

Ranma dio una significativa mirada a su regazo, Akane volvió a enrojecer casi de inmediato y balbuceó, nerviosa.

—No tienes un ápice de vergüenza en el sistema ¿no es así?

—No me importa tenerla… contesta mi pregunta ¿te sientes incomoda?

—Si crees que… – negó rápidamente.

—Si, lo creo ¡Dímelo ahora! – demandó.

—Pero…

—Cheekie… – deslizó las manos por su espalda baja hasta que sus manos rodearon los redondos glúteos, Akane jadeó enrojecida – Ahora mismo te voy a hacer el amor, contesta porque en cuanto inicie no voy a detenerme.

La azabache se limitó a negar, sin respiración y con un nudo en la garganta tan grande que no pudo pronunciar palabra alguna.

—¿Eso quiere decir que no tienes molestias Akane?

—Me llamaste por mi nombre – tartamudeó aturdida.

Ranma sonrió.

—Siempre te llamare por tu nombre mientras te haga el amor – y dicho eso, la besó.


—Debemos apresurarnos, todos deben estar preguntándose por nosotros, es muy tarde – ansiosa, Akane se cepilló rápidamente el cabello.

—No es tan tarde tampoco y de cualquier manera… deben estarse imaginando lo que sucedió para habernos atrasado tanto.

Akane enrojeció al instante.

—Eso es peor, Ranma ¿Cómo puedes ser tan desvergonzado? – le miró con el ceño fruncido.

—Es natural en mi.

Volteó hacia la chica y la miró un segundo, estaba frente al tocador y sus piernas se movían frenéticas mientras se cepillaba con movimientos largos y temblorosos. Parecía bastante ansiosa.

Terminó de ponerse los zapatos y se levantó, acercándose a la chica con un suspiro y descansando las manos sobre los tensos hombros.

Akane respingó y le miró a través del reflejo en el espejo.

—¿Sucede algo Cheekie?

—Nada, lo siento

—Pareces nerviosa – masajeó sus hombros suavemente.

—No se que me pasa – acarició su frente – No te preocupes, no es nada.

—¿Segura?

—La verdad es que… si estoy un poco nerviosa y no se porque – se encogió de hombros – Digo, lo que paso no cambia nada frente a nuestra familia, pero… es diferente.

—Yo también me siento diferente con respecto a ti.

—No lo digo de esa manera – le dirigió una pequeña sonrisa y negó con la cabeza – Olvídalo, ni yo misma me entiendo. Es solo que… me siento más nerviosa ahora que cuando pensé en ver a tus padres como tú novia falsa ¿tiene eso lógica?

—No lo sé, pero no te preocupes – él le obligó a levantar el rostro y depositó un beso en sus labios – Dijimos que dejaríamos fluir lo que nos está pasando, eso implica nuestra relación con la familia, solo actúa como tu misma… es así como me gustas.

Era un idiota, pero siempre tenía la capacidad de decir exactamente las palabras que necesitaba. Con un suspiro, Akane le sonrió al reflejo.

—Andas de muy buen humor ¿no?

—Todo es culpa de una chica linda… ¿ya terminaste?

Akane bajó el rostro y asintió. Aún no se acostumbraba a las muestras de cariño o las palabras dulces de Ranma, casi le parecía que estaba fingiendo como antes, pero luego recordaba todo lo habían hecho juntos la noche anterior y esa mañana.

Era difícil comprender cuanto había cambiado su relación con unas pocas acciones, pero también se sentía tan natural, mucho más allá de su propia vergüenza y de verse receptora de la atención de Ranma que encendía sus mejillas en un segundo y también tenía la capacidad de dejarla sin aliento.

—¿Vamos? – él extendió una mano en su dirección, Akane suspiró mientras se levantaba, tomaba la mano firme del moreno y le seguía.

Todos estaban en el comedor, desayunando cuando llegaron. Las miradas se fijarán en ellos, inmediatamente pusieron un pie dentro de la estancia. Akane instintivamente quiso alejar la mano, pero Ranma la sostuvo con rapidez, entrelazando sus dedos y dándole un ligero apretón.

Podía sentir el temblor en la figura menuda de la chica, sabía que podía ser demasiado reservada y tímida cuando de su familia se trataba y parecía confundida sobre lo que debía de hacer luego del encuentro que tuvieron la noche anterior y esa misma mañana. Nunca había tenido que lidiar con aquel tipo de situaciones luego de sus enredos de cama, lo suyo siempre habían sido encuentros casuales y se aseguraba de hacérselo saber a cada una de sus conquistas. No le gustaba jugar con las mujeres como a muchos de sus compañeros de equipo y nunca repetía una noche de pasión con la misma chica, para evitar desarrollar sentimientos. Claro que tampoco habían sido tantas como le había hecho creer a Akane, después de todo, no le gustaban las cosas fáciles y era exactamente la razón por la que Akane le parecía tan fascinante. Aún así, espero sentirse irritado o fastidiado por sus continuos nervios y en su lugar pudo percibir una sensación de ternura tal, que le produjo apretarla entre sus brazos y calmar sus preocupaciones ¿Qué tenía Akane para hacerlo actuar de aquella manera? ¿Y porque sus sentimientos por ella parecían crecer con la continuidad de los segundos?

No podía seguir pensando en ello, menos frente a su familia.

—Buenos días – murmuró luego de un mal disimulado carraspeo, haló de Akane y la ayudó a sentarse en una de las sillas libres, a un lado de su madre.

—Creíamos que no bajarían – susurró Kasumi suavemente.

—¿Por qué no lo haríamos? – Ranma se encogió de hombros, restándole importancia al encuentro desagradable de la noche anterior.

—No, por nada ¿Tienen hambre?

—Claro que si, estoy muy hambriento – Ranma tomó el plato que le pasaba su madre y lo puso frente a Akane – Ambos lo estamos ¿no es así Cheekie?

—Si – ella asintió con la mirada baja, Ranma notó el rubor que le subía por el cuello ¡Era tan adorable!

Fue el moreno quien se encargó de servir ambos platillos, pocos minutos después ambos empezaron a comer, pese al tenso silencio que se podía percibir. Intentó actuar con normalidad, a sabiendas de que Akane se sentiría aún nerviosa, degustó cada bocado y alabó la comida.

Su madre les comentó que en esa ocasión había sido Kasumi quien preparo el desayuno, por lo que Ranma se deshizo en halagos. Soun empezó a relatar sobre las artes culinarias de Kasumi, quien aseguraba tenía casi la misma sazón que su difunta esposa, pues había sido su madre quien le enseñó a cocinar.

Luego el silencio había vuelto a reinar. Por el rabillo del ojo, Ranma notó como Zhang se inclinaba hacia su prometida y murmuraba algo, Nabiki negó, pero el chico le dio un ligero empujón con el hombro, lo cual logró sorprenderlo, no le parecía que Nabiki fuera del tipo que dejara pasar esas actitudes, aunque no sabía tampoco como juzgarla luego de la noche anterior.

—Akane… – la voz de la chica logró sacarlo de sus pensamientos. La azabache también se tensó, por lo que puso una mano sobre su rodilla derecha.

Todos retuvieron la respiración, a la expectativa de lo que la Tendo del medio tuviera que decir.

—Quería disculparme por mi actitud de anoche, lamento si mis palabras te ofendieron.

Nadie resultó más sorprendida que la misma Akane ante aquella disculpa, menos aún sabiendo que Nabiki jamás aceptaba sus errores.

—¿Si? – levantó el rostro dándole una mirada aturdida.

—Claro, se que no debo inmiscuirme en tus asuntos y fue totalmente inapropiado tener esa discusión frente a la familia.

—Fue indebido tenerla bajo cualquier circunstancia – susurró Ranma llevando un trozo de tocino a la boca. La mirada de Nabiki le traspaso con rencor. Seguramente recordaba la manera en que había puesto fin a la discusión la noche anterior. Ranma sonrió burlonamente.

—Entonces… ¿me perdonas hermanita?

—Nabiki está muy arrepentida desde anoche – intervino Soun rápidamente.

Ranma rodó los ojos.

"Arrepentida y una mierda" – pensó con sarcasmo. Miró a Akane de reojo notando como inhalaba profundamente.

—No tengo nada que perdonarte – se encogió de hombros. Ranma sonrió, solo Akane podía ser un mar de nervios mientras actuaba como una auténtica reina. Deseó besarla justo en ese momento.

—Aclarado el asunto – Nodoka aplaudió con alivio – ¿Encontraron ya el regalo para el intercambio?

Y el resto del desayuno paso con relativa normalidad.


Ranma observó los labios de Akane mientras la chica intentaba instruirse sobre el siguiente tema, habiendo manejado finalmente el primero de cinco contenidos diferentes, después de un par de días.

La Tendo había sido estricta y se esforzaba al máximo para explicarle el tema de todas las maneras posibles. Era bastante comprensiva cuando no entendía algo y le gustaba repasar el mismo ejemplo un par de veces antes de permitirle hacer otro. En lugar de estudiar administración de empresa, Akane habría sido un prodigio de la enseñanza, tenía la paciencia, el carisma y las palabras exactas para educar.

Ranma también habría sido un buen alumno, si su mirada no se desviará a cada momento por todos los lugares interesantes de su profesora particular.

La camisa parecía más apretada en su cuello y hacia calor, el pantalón se sentía mucho más estrecho de la entrepierna con el paso de los segundos y todo lo que podía pensar era en cuan lentas pasaban las horas para ir a la cama.

La noche anterior le había enseñado a Akane algunas de las artes amatorias que más disfrutaba, era cuando el papel de ambos se invertía y él se volvía un maestro experto, a cargo de una estudiante muy dispuesta y entregada.

Recordar las lecciones de cama, entre las sábanas, los suspiros en su oído y sus manos llenas de cada una de las curvas femeninas no ayudaba, pero nada lo hacia, porque no podía pensar en otra maldita cosa. La deseaba a cada momento y en cualquier lugar, sin importar quién estuviera enfrente o bajo que circunstancia.

Una vez cruzada la línea que habían impuesto sobre su amistad, parecía que todo el deseo y los sentimientos que había contenido por mucho tiempo, finalmente le explotaban en la cara y todo lo que quería era demostrárselo a Akane de la única forma que sabía.

¿Estaría ella dispuesta a un rapidito en ese momento?

Aun era tímida y no creía que le hiciera alguna gracia hacer el amor mientras sus familiares estaban aún despiertos y a la luz de día.

¡Mierda! No estaba poniendo nada de atención.

—Ya no quiero seguir estudiando – cortó volteando el rostro e interrumpiendo bruscamente a la chica.

Akane frunció el ceño y le miró extrañada.

—¿Porque? Acabamos de empezar – le recordó.

—Hemos estudiado todos los días desde que llegamos, quiero hacer algo diferente.

—Creí que era importante pasar este examen Ranma.

—Lo es Cheekie – la miró de reojo – Pero estamos de vacaciones y estar estudiando no es mi idea para disfrutarlas.

—Bien – ella aceptó mientras apoyaba el codo en la pequeña mesa donde estaban y le observaba, cerró el libro con un movimiento rápido – ¿Qué quieres hacer?

—¿Ya terminaron de estudiar chicos? – les preguntó Nodoka desde el sofá, donde le enseñaba a Kasumi como hacer unas botitas de crochet.

—Si, por el momento – susurró Akane volteando hacia la mujer mayor.

—Bien, últimamente pasan solo en esos libros, deberían divertirse como cualquier pareja joven.

—Hay muchos lugares donde pueden tener una cita aquí – aportó Kasumi – El cine fue uno de ellos ¿Qué tal la pista de hielo? ¿O el centro de boliches?

—Eso se escucha muy bien – Nodoka sonrió mirando a la chica embarazada, luego volteó hacía la pareja – Estoy segura que se divertirían mucho.

—No he ido a la pista de hielo en muchos años – Akane le dio una mirada sonriente a Ranma, sus ojos brillaban como dos estrellas y las mejillas sonrosadas la hacían ver aún más hermosa, el moreno sintió como su pecho se apretaba y tragó, apenas pasando un poco de saliva a través de su garganta reseca – ¿Te gustaría que fuéramos?

—Claro que si Cheekie – respondió al instante, tartamudeando ligeramente. Carraspeó, mientras la chica se apresuraba a guardar los libros emocionada.

—Te aseguro que te divertirás – empezó a comentar ella alegremente – Soy muy buena en la pista de hielo…

"Contigo iría al mismísimo infierno" – su propio pensamiento logró aturdirlo, mientras la realización de lo que había aceptado se asentaba en su mente.

¡Mierda! Había olvidado decirle a Akane que era un desastre sobre el hielo.

Su vergüenza luego de ese paseo sería legendaria.


La experiencia había resultado incluso más vergonzosa de lo que había previsto, cuando al entrar a la pista de hielo, había perdido el equilibrio y terminó sobre su espalda, con el cuerpo adolorido, la mente aturdida y completamente desmadejado. Akane se detuvo a su lado, con un limpio deslizamiento y se inclinó, mirándole curiosa.

—¿No sabes patinar? – indagó con las manos en la espalda.

Ranma sintió como su rostro se encendía aún más, haciendo que el ardor en sus mejillas se volviera insoportable. Carraspeó y dio la vuelta, intentando ponerse de pie.

El hielo quemaba las palmas de su mano y cuando trató de apoyar los pies, trasbillo un par de veces, por lo que tuvo que ponerse de rodillas y asentar primero un pie, antes de intentar poner el otro, aún así, fue desastroso cuando volvió a caer justo en la misma vergonzosa posición.

Las orejas le quemaban, mientras mascullaba entre dientes. Notó como una mano se asomaba en su campo de visión, cuando levantó el rostro comprobó que se trataba de Akane. Contrario a lo que creía, ella no parecía nada divertida con la penosa situación, pese a que por el rabillo del ojo pudo notar que algunas personas se habían detenido para mirarle riendo.

—Si me hubieras dicho que no sabias patinar sobre hielo, podríamos haber ido a otro lugar – susurró ella suavemente.

Ranma ignoró la mano avergonzado y volteo el rostro intentando ponerse de pie una vez más.

—No molestes – gruñó entre dientes, furioso.

—No lo hago – la morena no se ofendió y dio una mirada irritada a los chismosos que parecían muy entretenidos en el fracaso de Ranma, volteó hacía el chico nuevamente y le observó ponerse de pie con lentitud.

Sabía por experiencia propia que no era nada sencillo mantener el equilibrio sobre hielo, había sido su madre quien le enseñó y recordaba la actividad con alegría, dado los dulces recuerdos de su infancia. Había estado feliz y emocionada de compartir algo así con Ranma, pero eso le hizo olvidarse de preguntarle si prefería realizar alguna otra actividad por encima de aquello.

Ranma era un hombre orgulloso y notó que parecía avergonzado por no poder mantener el equilibrio. Apenas unos segundos luego de haber puesto un pie en la pista había terminado en el piso, de una manera poco glamurosa. Lejos de causarle gracia, se había preocupado, hasta notar que se encontraba bien. Ofrecerle su ayuda había sido instintivo, pero no esperó que Ranma la aceptara de cualquier manera cuando vislumbró la molestia en su mirada

Akane suspiró, mientras lo observaba erguirse sobre sus temblorosas piernas. Apoyó las manos en sus caderas y se acercó a él, deslizándose suavemente hasta estar a su lado.

—Si quieres podemos irnos – ofreció suavemente.

—Parecías muy feliz al pensar en venir – sus palabras le aceleraron el pulso, con un sonrojo Akane asintió y se encogió de hombros.

—No me importa.

—A mi si – él extendió las manos en su dirección – Vamos, ayúdame.

—¿Estas seguro? – dio un paso hacia él, dudosa, y tomó las frías manos entre las suyas.

—Claro que si, pero no me dejes caer – le dirigió una mirada de advertencia – Te lo digo en serio, rebase mi limite de vergüenza por un día hace un momento.

—Eres un idiota – conmovida, Akane lo sostuvo más con fuerza e inhaló, tragando el nudo en su garganta – Pon las piernas firmemente, me voy a deslizar y vendrás conmigo.

—Espera Cheekie… – su voz sonó inquieta, mientras sus dedos se cerraban como anclas sobre el agarre de sus manos.

Akane ignoró el llamado y empezó a avanzar, dando un paso sutil hacia atrás y luego otro, pronto empezó a deslizarse de espaldas, arrastrándolo consigo.

—Solo debes dar un paso frente a otro, el resto es natural. Mantén el equilibrio y relájate, si estás tenso puedes caerte.

—Vas muy rápido – musitó Ranma ansiosamente. Akane reprimió a duras penas una sonrisa.

—Voy a un ritmo moderado – sonrió con dulzura – Solo respira cariño.

Ranma levantó rápidamente la mirada, sorprendido.

—¿Como me dijiste?

Akane jadeó, asombrada por sus propias palabras. Sus mejillas empezaron a arder y trasbillo, casi perdiendo el paso.

—Nada – tartamudeó evidentemente nerviosa. Casi al instante tuvo el impulso absurdo de soltar el agarre de sus manos, pero saber que Ranma podría perder el equilibrio se lo impidió.

—Te escuche – parpadeó un par de veces, aturdido por el sobrenombre

—¡No dije nada! – chilló alterada.

Él frunció el ceño.

—Pero… se muy bien lo que dijiste.

—¡Escuchaste mal!

—No, no lo hice – un sonrojo cubrió también sus mejillas – Me dijiste "cariño".

—¡No fue así!

Agitada, Akane dio un mal paso, que le hizo perder la estabilidad, lo que la llevó sobre su espalda. Ranma trató de sostenerla, pero tampoco pudo mantener el equilibrio y decidió actuar con rapidez, tomándola de la cintura y volteando para evitar el golpe del cuerpo más pequeño. La acrobacia terminó con ambos cayendo sobre el hielo, con el menudo cuerpo de Akane sobre el suyo.

El impacto los hizo deslizarse varios metros hasta que finalmente se detuvieron, ambos aturdidos y jadeantes.

Akane se irguió con rapidez, apoyando las manos sobre el pecho del chico y sentándose sobre sus muslos.

—¿Estas bien? ¿Te lastimaste?

—¡Mierda! – él se quejó, sin aliento – Eso dolió Cheekie – intentó erguirse. Akane se bajó de su cuerpo con rapidez y le detuvo.

—No deberías de levantarte – le advirtió preocupada – ¿Te golpeaste la cabeza? ¿Cómo estás tu espalda?

—Me duele mas el orgullo – se sentó y la miró seriamente – Te dije que no me dejaras caer de nuevo.

—¿Que? – parpadeó un par de veces – No fue mi intención – balbuceó inquieta, luego frunció el ceño – Además ¡Fue tu culpa!

—¿Cómo? ¿Qué hice yo para que te cayeras?

—Me pusiste nerviosa… – frunció el ceño – ¿Estas seguro que estas bien?

—Tú "cariño" esta bien.

—¡Ranma! ¡No me molestes!

—Ayy Cheekie – la tomó de las mejillas. Sus manos estaban frías y el contraste contra la caliente piel de la chica les hizo estremecer a ambos – Eres tan complicada, pero así me gusta, como me gustas – con una sonrisa se inclinó y la besó.

Akane cerró los ojos al instante, correspondiéndole. Apoyó las manos sobre las del moreno y se deslizó aún más cerca, intentando seguir el ritmo de su dulce beso.

Cuando se separaron, Ranma le dio un beso en la frente y sonrió.

—No me importa que me digas sobrenombre amorosos, te incitó a ello. No me molesta o me asusta, hace que todo esto que nos está pasando sea más real.

—¿Más real? – ella le miró confundida y avergonzada.

—Porque se siente como un puto sueño – le acarició la mejilla – Yo te llamó Cheekie con cariño.

—Por mi trasero – entornó los ojos.

—Es un gran culo, ya lo establecimos ¿no? – sonrió descaradamente – Ahora ayúdame a levantarme, se me está enfriando el trasero.

—Eres un desvergonzado – Akane le devolvió una sonrisa temblorosamente.

—Pero así me amas – soltó en broma.

Akane no respondió nada y le ayudó a ponerse de pie, para continuar con las lecciones de patinaje.

"Si, Ranma… es justamente por eso que te amo tanto" – pensó mientras ambos reían como dos bobos.


—¿Crees que este le quedara bien? – escuchó la voz de Akane mientras fingía ver la televisión.

Ese día todos habían decidido permanecer en casa, por lo que luego del desayuno, Nabiki se había ofrecido buscar una película nueva.

Había sido así, hasta que Soun apareció luego de un momento con una caja grande, dentro de la cual habían muchas cosas de bebe, desde juguetes y ropa, hasta gorros y zapatitos.

Nabiki se había quejado, recordándoles que no sabían el sexo del bebé aún y todo aquello eran algunas pertenencias de ellas tres a tierna edad, pero Kasumi se había apresurado a abrir la caja y Akane dejó su lado en el sofá, para ir a revisar también.

Levantó la mirada y observó a su madre, que acababa de volver de la cocina con una bandeja en manos. Sirvió pequeñas tazas las cuales repartió a cada miembro de la familia. En cuanto terminó, tomó la última taza y se sentó a un lado de Ranma. El moreno le pasó un brazo por el hombro y la haló más cerca, hasta que se pegó a su costado.

—Madre – se inclinó y pegó su mejilla al suave cabello castaño.

—Te ves feliz – musitó la mujer mirándole fijamente.

—Lo estoy – Ranma sonrió – Estamos todos reunidos y no recordaba una navidad tan entretenida como esta.

—Creo que alguien ha influenciado en eso ¿no? – señaló con un movimiento de cabeza hacia Akane, que estaba en el sofá con su hermana, seleccionando la ropa.

—¿Te parece? – soltó con aparente desinterés, los ojos de su madre se entrecerraron, fijos en los suyos.

—Sabes muy bien que si. Nunca te había visto tan resplandeciente, Akane es una chica grandiosa… me alegra que decidieras hacerla tu novia.

—Si, es una chica grandiosa, madre – asintió con formalidad, tomando seriedad ante la última frase.

—Muchos chicos querrían que una niña como ella les pusiera atención. Es una joya entre muchas.

—Lo es…

—Me alegra mucho que la hayas conocido. Cada vez que los veo estoy convencida de que son el uno para el otro.

—¿En serio lo crees? – sus palabras le causaron intriga.

Claro que había presentado un papel frente a su familia hasta dos días atrás, pero realmente quería intentarlo con Akane y deseaba aferrarse a cualquier cosa que indicara que había hecho lo correcto cuando decidió romper el acuerdo de ambos y de paso superponer el romance sobre su relación de amistad. Podría estar cometiendo un error, pero era en momentos como aquellos, cuando realmente sentía que todo saldría bien.

Amaba a Akane y estaba seguro que el sentimiento era recíproco, solo era una lastima que ella no se sintiera suficientemente segura para decirlo. Se había abstenido también de exponer sus sentimientos, no por miedo, sino porque no quería forzar una respuesta por parte de ella. Había sido sincero cuando le dijo que debían tomarse las cosas con calma. Se conocían lo suficiente como para que sus sentimientos fueron solo un momento de confusión, pero aún así, era difícil asimilar que ya no eran solo dos buenos amigos. Akane aún parecía confundida sobre el papel que tenía en su vida y no quería abrumarla al confesarle que la amaba y que llevaba mucho tiempo sin verla solo como una amiga.

Quería disfrutar de todas las etapas que implicaba un enamoramiento, no solo amarla pasionalmente, porque era más que un sentimiento que se extinguiría con el paso del tiempo y por primera vez estaba absolutamente seguro de ello.

Akane podría ser su primera relación verdadera, pero solo le había hecho darse cuenta de que no necesitaba más y que en todo caso había esperado por ella.

Ambos lo habían hecho.

—Realmente lo creo – susurró su madre convencida – He notado el cambio en ti. Cuídala hijo, una persona tan especial solo se encuentra una vez en la vida

—Lo haré madre – miró fijamente a la chica mientras Akane le mostraba emocionada un mameluco a su hermana.

La sonrisa en su rostro era tan brillante que podría cegarlo y traía una sensación dulce a su pecho tan inmensa que no hacia sino crecer bebiendo de su imagen. Era la chica más bonita que había visto jamás y es que su belleza irradiaba desde el interior.

Akane se detuvo un segundo y volteo, percibiendo la mirada profunda de Ranma. Sus mejillas se encendieron mientras bajaba la mirada. El moreno sonrió, divertido y encantado con aquella actitud ¿Podía ser su chica más adorable? ¡Porque Akane era suya! Aun cuando no hubieran establecido un nombre a su relación.

Era solo cuestión de tiempo.

Y justamente era eso lo que más tenían.

Escuchó el sonido de un teléfono. Frunciendo el ceño, busco el origen notando que de hecho estaba en una mesita, a un lado del sofá donde estaba Akane, se trataba de un teléfono inalámbrico. Kasumi intentó ponerse de pie, pero Akane la detuvo y fue ella quien se inclinó cogiendo el teléfono. Ranma dio un sorbo a su té mientras fijaba la mirada en la pantalla del televisor.

—Familia Tendo, buenas.

¿Por qué no habían optado por una película de acción? No estaba en contra de las películas románticas, pero un romance navideño le parecía muy cliché dado la época ¡Vaya aburrimiento!

—Ahh, hola… ¿Qué tal? – el tartamudeó en la voz de Akane le hizo voltear la mirada en su dirección.

La chica se acomodaba el cabello en un gesto evidentemente nervioso, la observo darle una mirada de reojo y logró esquivar sus ojos justo a tiempo, notando como se ponía de pie.

—Bien… lamento no haberte llamado antes, han sido unos días muy ocupados – con un susurro, Akane se encaminó a la cocina – Si, me lo imagino…

Frunciendo el ceño, Ranma se preguntó con quién hablaría con tal familiaridad. No había salido los días anteriores y no la había escuchado conversar con nadie fuera de la familia durante las vacaciones ¿Podría haber coordinado una cita antes de llegar a Nerima? ¿Con quien?

"Me alegra enormemente haberte encontrado. Si puedes… me encantaría salir contigo durante las vacaciones"

Su cuerpo se tensó, mientras recordaba al chico que habían encontrado en el supermercado, levantó la mirada y notó que Nabiki le miraba desde el sofá donde estaba sentada con Zhang, su sonrisa burlona le irritó de sobremanera ¿Acaso sabía algo que él no? ¿Kasumi le habría omitido información?

Empezó a mover la pierna mientras daba miradas furtivas a la cocina. Se tomó todo el té y dejó la taza en la mesita de centro ¿Por qué Akane tardaba tanto? ¿Qué tanto hablaría con ese sujeto? ¿Revivía recuerdos del pasado?

Empezaba a frustrarse y francamente consideró la opción de ponerse de pie justo cuando ella salió de la cocina. La observó acercarse al sofá y poner su teléfono en la base inalámbrica.

—¿Quien era? – Kasumi soltó la pregunta que quería hacerle.

—Ryoga – susurró la azabache, sin siquiera dirigirle una mirada. Ranma frunció el ceño.

—Te dije que querría conversar contigo – musitó Nabiki sin quitar la mirada del televisor.

—Voy a salir un momento.

—¿Te veras con él? – Kasumi le dirigió una mirada de reojo a Ranma, quien fingió tranquilidad.

—Solo será un momento – y tras decir eso, Akane salió de la sala. Ranma escuchó como subía las escaleras.

Sintió como varias miradas se posaban en él, lo cual le hizo irritar aún más ¿No podían disimular siquiera? ¿Qué esperaban de él? Claro que no le importaba, porque confiaba en Akane.

Los minutos empezaron a transcurrir con inusual lentitud, estaba impacientándose. Sus pies se movía al compás del latido acelerado de su corazón. Akane aún no bajaba ¿Por qué tardaba tanto?

Podía esperar dos minutos más, pero luego lo pensó y decidió que no había nada de malo en ir directamente a preguntarle. Ahora tenía el derecho a hacerlo, estaban en una relación, cualquiera que esta fuera.

Se levantó y tras disculparse dejó el salón. Cuando llegó a la habitación de Akane, notó que la chica se había cambiado de ropa, llevaba un pantalón negro y un suéter amarillo, se estaba peinando frente al tocador y Ranma no comentó nada mientras atravesaba el dormitorio y tomaba asiento en la cama.

—¿Saldrás con tu amigo? – le preguntó casualmente. Notó que la chica se encogía de hombros inmutable.

—Si

¡Mierda! No se había equivocado.

—¿En una cita? – indagó calmadamente.

—Se que decidimos permanecer en casa hoy, pero… – ella le miró a través del reflejo en el espejo – Solo será un café, quiere hablar conmigo de algo importante.

¿Qué podría ser tan importante? ¿Acaso pretendía confesarle su amor?

Molesto, Ranma se cruzó de brazos.

—¿Porque tienes que salir con el?

—Me dijiste que lo hiciera – le recordó Akane abrochándose el flequillo de lado.

—Porque no creí que lo harías.

—No estaba entre mis planes tampoco – ella frunció el ceño – ¿Qué quieres que haga? No puedo rechazarlo, fue mi mejor amigo.

—Pero… podías excusarte.

—¿Como lo haría? – Akane volteó y le miró desde su asiento, con las manos cruzadas sobre su regazo.

—No se, inventa algo.

—Tu eres el bueno en eso – frunció el ceño – ¿Por que te molesta tanto que salga con él?

Ranma apretó los puños y negó con la cabeza.

—No me molesta.

—¿Estas seguro? – Akane ladeó el rostro – No será más que una salida entre amigos.

—No necesitas explicarme nada.

—Ranma… – ella suspiró y se inclinó – ¿Qué te sucede? ¿Estas celoso?

—Si crees que…

—Te devolveré tus palabras – le cortó rápidamente – Si lo creo, dime que te molesta.

El chico frunció el ceño. Se jactaba de ser siempre honesto y justamente en ese momento lo que menos deseaba era decirle la verdad, pero su relación era demasiado reciente como para fingir y quedarse con aquel pendiente. Siempre había sido honesto con Akane e intentaría siempre serlo.

—Creí que luego de lo que pasó entre nosotros… tu no, tu…

¿Yo no que Ranma? Fui sincera cuando dije que solo sería una cita de amigos.

—Tu hermana me contó de tu relación con Ryoga.

—¿Que te contaron? ¿Y de que hermana estamos hablando? – entrecerró los ojos – Porque si hablamos de Nabiki no confiaría ni aunque me lo jurara por su vida.

—No soy tan estúpido como para confiar en Nabiki

—¿Pero si lo eres para desconfiar de mi?

—No desconfío de ti, pero ese tipo puede estar aún enamorado de ti – se cruzó de brazos.

—Ranma… – suspiró – No se si sentirme halagada o molesta por esto.

—No es fácil para mi tampoco Cheekie, no acostumbro a sentirme de esta manera…

—¿Como? ¿celoso? – alzó una ceja.

—Cheekie…

—Ryoga solo quiere hablar un poco y de hecho, su novia estará ahí… te habría pedido ir conmigo, pero seria fingir ante ellos que tu y yo estamos en una relación y dijiste que no había que presionarlo – entrelazó sus dedos nerviosa – No quiero que presentándote como mi novio puedas creer que estoy haciendo eso justamente.

—Yo mismo me presente como tu novio antes Cheekie.

—Pero no es lo mismo, tu lo dijiste… luego de… "eso"… nada es igual.

—Ven aquí – le llamó con un movimiento de cabeza.

Akane entrecerró los ojos, pero luego de unos segundos, se levantó con un suspiro y se acercó a él.

Ranma abrió las piernas y la tomó de las caderas cuando estuvo a un palmo de distancia, para acercarla a su cuerpo.

—Lamento lo de hace rato, tampoco estoy acostumbrado a sentirme inseguro

—¿Te sentías inseguro? – le miró sorprendida.

—Es una sorpresa para mi también.

—Siempre eres tan seguro de ti mismo – ella deslizó un dedo sobre una de sus cejas.

—Tampoco se muy bien que hacer.

—Tienes razón – Akane bajó la mirada y encogió un hombro – ¿Quieres ir conmigo al café con Ryoga?

—No, no quiero que creas que estoy manipulando esto o que desconfío de ti.

—Se que no harías eso jamás y… quiero ir contigo.

—¿Estas segura? – dudó un segundo. No había sido su intención colarse en la cita de Akane – No se si es correcto.

—No me importa, talvez salir de acá nos haga bien ¿no crees?

—Bien – aceptó luego de unos segundos – Pero con una condición, luego quiero que salgamos a algún lugar, solo tu y yo.

Akane asintió con una sonrisa.

Ranma le dio una cachetada en el trasero y la instó a alejarse, luego se levantó y decidió buscar algún suéter en el armario.

Pocos minutos después, ambos salieron de la mano y le avisaron a la familia que volverían luego.

La cafetería quedaba en la zona central de Nerima, donde en esa época, los negocios bullían de actividad. Fue Akane quien les guió todo el camino.

Finalmente llegaron al establecimiento. Ranma le abrió la puerta a Akane y entró luego. El interior estaba atestado de personas, la morena se detuvo en la entrada y buscó con la mirada entre la multitud, tomó la mano de Ranma y le llevó a través del tumulto de personas.

En una mesa del fondo del negocio había una pareja joven. Akane se detuvo y sonrió mientras saludaba.

—Hola… ¿Qué tal? – Ryoga fue el primero en ponerse de pie, la sonrisa en sus labios desistió cuando notó la figura masculina tras la chica, pero rápidamente se recompuso, solo que no con la velocidad para que Ranma lo ignorará.

—Muy bien, el local esta lleno… – miró a la chica – Hola Akari, me alegra verte de nuevo.

—Lo mismo digo y vienes acompañada – observó a Ranma también.

—Creí que vendrías sola – musitó Ryoga volviendo a tomar asiento.

—Lamento haberme incluido en su encuentro sin consultarlo con ustedes – Ranma sonrió con fingido arrepentimiento, mientras apartaba una silla, para que Akane descansara. Se sentó a su lado.

—No te preocupes, eres su novio después de todo – soltó suavemente Akari.

—De hecho no lo es – comentó Akane al instante. Sus palabras sorprendieron a Ranma quien le dirigió una mirada aturdida ¿Lo estaba negando?

—Creí que él dijo que era tu novio – Ryoga frunció el ceño.

—No lo es – Akane miró al chico dulcemente y tomó la mano fría que había apoyado sobre la mesa con cariño – Pero estamos saliendo y tenemos sentimientos por el otro.

¿Acaso había mejor presentación que el título de novio?

La había y le hizo sentir el amo de todo el maldito universo.

—Eres especial Cheekie – llevó la mano que tenia entrelazada a sus labios y le dio un beso en la suave piel femenina.

—Me alegra mucho por ustedes – expresó Akari emocionada – No es así amor – le dio un codazo a su novio

—Claro – carraspeó confundido, luego sonrió trémulamente – Y yo quería hablar contigo Akane, porque quería disculparme por lo que sucedido hace varios años ya, y decirte que… aun te considero una buena amiga y que espero que recuperemos la amistad que teníamos en el pasado.

Akane le dirigió una mirada de reojo a Ranma y sonrió con tranquilidad.

—Me encantaría lo mismo.

Todo estaba perfecto en su mundo en ese momento.


Akane observó a su progenitor con el ceño fruncido.

Luego de la cena de ese día, los padres de ambos les habían dicho que necesitaban un momento a solas con la joven pareja para conversar.

Ranma y Akane se habían observado inmediatamente, confundidos, pero no dudaron en seguir las instrucciones cuando en cuanto los platos se vieron retirados, los mayores les pidieron permanecer un poco más de tiempo en el comedor.

Nadie comentó nada hasta que Nodoka preparó un té y repartió las tazas a cada uno, luego se sentó del otro lado de la mesa, con una expresión de seriedad en el rostro.

Ranma observó a Akane quien parecía cada vez más nerviosa. Ciertamente, tanto misterio lo ponía igual de ansioso ¿Alguien había descubierto la verdad sobre su noviazgo?

—Pueden decirnos ya que sucede – gruñó entre dientes, cruzando los brazos sobre la mesa.

—Toma el té primero hijo – indicó Genma.

—No quiero tomar nada y no soy un niño – miró de reojo a la azabache – No somos unos niños, si tienen algo que decirnos que sea rápido.

—Siempre eres tan impaciente mocoso – el Saotome mayor frunció el ceño.

—No digas eso esposo – le riñó Nodoka – Chicos… solo queríamos conversar sobre su noviazgo.

—¿Sobre que? – Ranma indagó desconfiado.

—No esperábamos que ustedes se conocieran – empezó Soun seriamente – Cuando te presentaste como novio de mi hija apenas podía creerlo, menos aún porque tus padres estaban aquí.

—¿Y eso que tiene que ver?

—Ranma – Akane le miró nerviosa.

—Fue una casualidad, ustedes lo dijeron.

—¿Estas seguro que fue solo eso? – Genma se cruzó de brazos – Creo que hay más, mucho más que se puede ver a simple vista.

Ranma se tensó y se apresuró a dar una mirada hacia Akane, quien tenía el rostro bajo y los puños apretados sobre sus rodillas.

—No se que creen saber.

—Mucho más de lo que piensas– le interrumpió Soun.

—Pero…

—Déjanos terminar hijo – le reprendió Nodoka seriamente.

Su madre nunca, jamás, le interrumpía, Ranma se dio cuenta que el asunto era más grave de lo que había supuesto.

—Ustedes se conocieron hace dieciocho años. En ese entonces eran demasiado jóvenes por lo que no resulta extraño que no se hayan reconocido – relató Genma con firmeza.

Los chicos intercambiaron una mirada ¿Qué tenia que ver eso con su falso noviazgo?

—Durante la universidad, Saotome y yo decidimos que nuestros hijos serían esposo al llegar a la edad adulta, esperando que Dios nos permitiera unir a nuestras familias

—Un momento…

—¿En la universidad? – Ranma interrumpió a Akane bruscamente, frunció el ceño – Me tuvieron mucho después de la universidad – miró a sus padres.

—Esa fue una promesa que Tendo y yo hicimos al graduarnos. Esperábamos encontrarnos con nuestros hijos en un futuro y unir ambas familias en sagrado matrimonio.

—¡¿Matrimonio?! – exclamaron ambos chicos exaltados.

—Cuando cumplieron seis años, ustedes dos fueron comprometidos en matrimonio con el otro – resolvió Soun con tranquilidad.

—¡¿Comprometidos?!

—Por eso fue una sorpresa cuando resultó que eran pareja.

—Venimos a la casa Tendo para conocer a Akane e invitarla a pasar el año nuevo con nosotros – Nodoka sonrió dulcemente – Esperábamos que pudieran conocerse y congeniar.

—Tienen idea de lo ridículo que es esto – Ranma se puso rápidamente de pie, con tanta brusquedad que la silla cayó a su espalda.

—Los matrimonios de conveniencia terminaron el siglo pasado padre – musitó Akane molesta, fulminado con la mirada a Soun.

—No es por conveniencia, es para unir a nuestras familias.

—¿Que habría pasado si no nos hubiéramos gustado? ¿O siquiera nos lleváramos bien?

—Pero eso no sucedió, ustedes son novios – aclaró Genma rápidamente.

—Ese no es el punto – gruñó Ranma frustrado.

—Si lo es – Nodoka sonrió – Porque ustedes dos se aman.

—Pero… – Akane negó y miró a su padre – ¿De que se trata esta conversación? ¿Qué es lo que tratan de decirnos?

—Que ustedes están comprometidos – Genma asintió resuelto – Y pueden casarse pronto.

—¡¿Casarnos?! – exclamaron ambos chicos escandalizados.

—Sería perfecto que se decidieran a dar el siguiente paso en su relación – concordó Soun.

—Pero, pero… aún no terminamos la universidad… – tartamudeó Ranma nervioso.

—S-si, y… estamos muy jóvenes… además, no tenemos mucho tiempo de noviazgo, es muy pronto para dar un paso tan grande – soltó ansiosamente la azabache.

—Se verían tan lindos juntos… sería perfecto – Nodoka sonrió.

—Esto solo es una decisión que debemos tomar nosotros dos – Ranma negó furioso.

—Los jóvenes rara vez saben que decisiones tomar – Genma descartó sus palabras con un movimiento de manos.

—Podrían casarse aquí mismo, sería de mucho ilusión que lo hicieran en la misma iglesia que la madre de Akane y yo nos casamos.

—¿Como? – la morena chilló escandalizada – ¡¿Quieres que nos casemos ya?!

—¿Podrían hacerlo? – preguntó su padre con añoranza.

—Mujer ¿Crees que podríamos programar una boda para año nuevo?

—Podríamos hacer una ceremonia pequeña.

—Akane podría usar el vestido de su madre ¡Se vería hermosa!

—¡Basta! – Ranma pegó un golpe a la mesa – Cualquier decisión sobre nuestra relación es solo de Akane y mía, no tienen derecho a entrometerse y no quiero escuchar ninguna otra palabra ¡Esto es ridículo!

—Yo pienso lo mismo – la Tendo se puso de pie trémulamente.

—Pero chicos…

—No madre, y esta conversación termina ahora, no puedo creer que siquiera se hayan atrevido a intentarlo. Es muy tarde para esto y nos iremos inmediatamente a nuestra habitación – extendió la mano y Akane no dudo en tomarla, estaba temblorosa y fría, Ranma frunció el ceño.

Sin agregar ninguna palabra, ambos salieron del salón.


Ranma suspiró mientras salía del dormitorio. Akane no le había despertado esa mañana, lo cual se le hacía muy extraño. Habían pasado cuatro días desde que su relación había cambiado, pero era la primera mañana en la que no se despertaba con la chica entre sus brazos.

La noche anterior había sido demasiado estresante para ambos luego de la conversación con sus padres. Akane había estado tensa cuando regresaron a la habitación y temió por un momento que ella se cerrará, pero en su lugar habían hecho el amor salvajemente. Sin duda fue el encuentro más carnal y gratificante que jamás habían compartido, por ello le parecía extraño no encontrarla esa mañana.

¿Se habría sentido tímida luego de la noche anterior? ¿O seguía confundida por la intervención de sus padres en su falsa relación? Talvez incluso se estaba replanteado el límite que habían cruzado.

Cualquiera que fuera el caso, necesitaba encontrarla y hablar.

Estaba apunto de bajar el pasillo cuando escuchó su nombre. Frunciendo el ceño, volteó y notó que Soun le llamaba desde una habitación. Extrañado, se acercó.

—¿Que sucede señor Tendo? – indagó en cuanto cerró la distancia entre ambos.

—Quiero mostrarte algo, entra – el hombre dio un paso a su lado y le permitió entrar.

Se trataba de una pequeña habitación con muebles finos y un santuario. Ranma se acercó y miró el retrato que estaba en la pared, se trataba de una hermosa mujer, le pareció estar viendo una versión madura de Akane y no dudo que se trataba de la difunta madre de su novia.

—Ella es mi esposa – Soun se puso a su lado y ambos miraron la fotografía.

—Era una mujer muy bella – susurró suavemente.

—Era muy comprensiva, decidida y fuerte. Tenía cualidades que muy pocas veces se encuentran en una mujer y la ame desde el primer instante que la conocí.

—Parece haber sido una persona increíble.

—Te habría adorado – escuchó la sonrisa baja del hombre – Le gustaban los hombres fuertes y decididos como tú y habría estado encantada de que fueras el novio que Akane escogió.

Sus palabras fueron suficientemente honestas para que le hicieran sentir fatal. Por primera vez desde que había llegado a aquella casa, sintió el peso de su mentira, mientras observaba el retrato de la madre difunta de Akane.

—Eres un buen chico y ella habría aprobado no solo su noviazgo, sino también su unión.

—Señor Tendo…

—Déjame terminar – él volteó y le miró de frente – Se que no quieren que nos inmiscuyamos en su relación y estoy de acuerdo con ello, solo quería que supieras que personalmente estoy seguro que tienes la aprobación de mi esposa, la madre de Akane, para su futuro juntos.

—Yo…

—Cada vez que los veo, es como verme en mi juventud, con ella a mi lado. Ustedes se aman tanto como nosotros lo hacíamos y quiero que sepas que estoy muy contento con su relación.

—No sabemos lo que nos deparará el futuro – soltó Ranma temblorosamente.

—Solo necesitas estar seguro de tus sentimientos para que eso no importe – él sacó una pequeña caja de su pantalón y la puso en la palma de su mano, dándole una mirada dulce – Se que no quieres que nos metamos y esto de ninguna manera es para presionarte, pero creo que esto es algo que deberías tener tu.

—¿Qué es eso? – el moreno fijó una mirada en la caja, el pulso se le aceleró.

Soun extendió la mano señalándole que tomara la caja, pero Ranma negó, una idea formándose en su mente.

—Señor Tendo, no creo que…

—Tómalo por favor, por favor – observó la mirada vidriosa del hombre y miró el una vez más. Su respiración se fue agitando y tomó la caja con la mano temblorosa.

—Esto es…

—Akane es el vivo retrato de su madre y es la menor de mis hijas. Guarde esto especialmente para ella y me siento orgulloso de entregártelo a ti.

Ranma tragó saliva mientras abría la caja, su corazón tartamudeo dentro de su pecho y su respiración se entrecorto cuando observó el bonito anillo de plata con un pequeño diamante en el centro.

—Señor Tendo, no puedo aceptar esto – lo cerró rápidamente e intento devolvérselo, pero el hombre dio un paso hacia atrás.

—Como te dije antes, no es para presionarte, solo quiero que lo tengas a mano cuando se de el momento.

—Pero señor Tendo….

—Por favor Ranma, a mi esposa le haría mucha ilusión saber que Akane lo porta y se que eres el indicado para ella. Confío en ti hijo – la sonrisa crédula del mayor fue lo que le desarmó por completo.

De pronto Ranma sintió como las paredes se cerraban a su alrededor, no podía respirar y el peso de la cajita en su mano parecía haberse multiplicado por mil. Agitado, dio un paso hacia atrás y casi trasbillo.

—No te quito más tu tiempo, gracias por escucharme y aceptar este presente – el hombre se inclinó con una respetuosa reverencia y luego salió de la habitación.

Con la respiración acelerada, Ranma dio una mirada a la fotografía y el nudo en su pecho pareció creer. La sonrisa dulce en el rostro de la madre de Akane fue increíblemente inquietante y formó un doloroso nudo en su interior.

Dio un paso hacia atrás y se apresuró hacia la puerta. En cuanto abrió, se detuvo bruscamente bajo la mirada sorprendida de Akane.

—Venía a buscarte, mi padre dijo que estabas aquí.

—No puedo… necesito salir – la rodeó rápidamente y recorrió el pasillo con el paso acelerado.

—Ranma…

—Ahora no Akane…

—Ranma, espera – escuchó sus cortos pasos a su espalda.

El moreno bajó las escaleras y se acercó a la entrada. Calzó unos tenis y tomó uno de los abrigos deslizándolo por sus brazos, luego salió de la casa ignorando el llamado de Akane.

Afuera nevaba y el frío penetró a través de su rostro enrojecido. Ranma salió de la casa y recorrió las calles, agitado.

Caminó varios metros sin saber que ruta tomar, demasiado aturdido como para siquiera considerarlo.

Su palma se sentía resentida contra la pequeña caja que le habían entregado, pero Ranma se negó a soltarla y en todo caso, la apretó mas fuertemente.

¿Cómo se había metido en aquel problema? ¿Por qué había permitido que las cosas avanzarán hasta ese punto? ¿Qué se supone que debía hacer con el anillo? ¿Cómo podría ver al padre de Akane a los ojos de nuevo?

No había esperado nada de aquello, pero debió haberlo supuesto dando la conversación de la noche anterior.

Su relación con Akane apenas florecía y si bien estaba seguro de sus sentimientos aun no tenia claros los de ella y no sabía nada luego de no haber despertado a su lado esa mañana ¿Akane se arrepentiría? ¿Debía hacerlo él?

No sabía que pensar, pero tampoco podía analizarlo porque se sentía demasiado emocional como para serenarse.

—Ranma…

El llamado le obligó a detenerse, escuchó como Akane jadeaba a su espalda.

—Vuelve a la casa.

—No ¿Que te sucede? ¿Por qué actúas así? ¿Pasó algo con mi padre?

—Akane…

—Ranma, por favor… me tienes preocupada.

—Necesito estar solo un momento – negó con la cabeza impaciente.

—No quiero dejarte, por favor… habla conmigo – ella apoyó una mano en su espalda, Ranma se tensó por un segundo y luego suspiró.

—No estabas esta mañana cuando desperté – volteó hacía ella, la morena le miro fijamente.

No sabía que pensar de lo que sucedió ayer, no hablamos mucho luego de la conversación con nuestros padres.

—Hubiera deseado que estuvieras ahí – confesó vacilante, Akane sonrió ligeramente.

—Lo siento Ranma, solo no sabía que hacer…

El moreno asintió sin saber muy bien que decir. Apoyó las manos en los hombros de Akane y la acercó a su cuerpo, hasta que ella descanso el rostro en su pecho.

—Tampoco se muy bien que hacer – aceptó confundido.

—¿Que sucede Ranma? – levantó el rostro y le miro con rigidez.

—Tu padre me dio algo para ti.

—¿Para mi?

—Si, yo no… no supe como rechazarlo y lo intente, de verdad lo hice…

—Ranma… – ella sonrió enternecida por su balbuceo.

—Toma… es tuyo – extendió la mano derecha. Akane miró la pequeña caja de terciopelo rojo vino. Frunció el ceño y la tomó lentamente.

Cuando la abrió miró el contenido con un jadeo. Había un anillo dentro y ella podía recordarlo a la perfección.

—¿Es de mi madre?

—Si, lo es – asintió suavemente – Tu padre me lo dio.

—¿Para que te dio esto mi papá? – frunció el ceño.

—Creyó que debía tenerlo para el futuro, en caso de que tu y yo… de que yo… yo...

Volteó el rostro enrojecido. Akane lo miro fijamente y suspiro, mientras una sonrisa pequeña y comprensiva se deslizaba en sus labios. La noche anterior y esa misma mañana había tenido muchas dudas sobre su relación con Ranma. No por temor a sus sentimientos y los de él, su tiempo juntos le había demostrado que aquello era más que una aventura pasajera, pero no sabía cuánto Ranma podía comprometerse en una relación. No era un hombre que se estableciera jamás y sabía que aquello podría sentirse muy permanente para cualquiera, más con la presión ejercida por sus padres la noche anterior. No quería que Ranma se sintiera forzado o intentará alejarse a causa de eso.

Su peor temor se había cumplido cuando su padre le dio aquel anillo. Ranma había tenido un ataque de pánico al pensar en un compromiso tan permanente y se había sentido tan ofuscado que necesitó alejarse un momento. En lugar de sentirse molesta por su actitud, se sintió profundamente enternecida. No era un hombre sencillo de entender pese a su actitud jovial y despreocupada, y además de presionado, Ranma seguramente había comprendido la profundidad de sus sentimientos por ella y eso le había provocado ansiedad.

Habían decidido ir con calma, pero nada estaba saliendo como lo planeado, aunque no importaba, porque en ese momento estaba completamente segura de sus sentimientos y sabia que eran recíprocos. Ranma no estaría tan nervioso y temeroso al compromiso si no la amara tanto como ella a él.

—Yo hablaré con papá – le acarició los brazos suavemente – Dijimos que no forzaríamos nada y creo que esto es todo lo contrario a lo planeado.

—Definitivamente – aceptó con rapidez.

—Te parecería buscar un lugar para desayunar fuera, es muy maleducado de nuestra parte hacerlo, pero… ya salimos de casa – se encogió de hombros con una sonrisa.

El moreno asintió y sonrió también, mucho más tranquilo. Entrelazó su mano con la de la chica y la siguió, mientras ambos caminaban en completo silencio.

—Tengo un lugar en mente que te encantará – le comentó ella emocionada.

—Estoy seguro que si Cheekie.

Caminaron varias cuadras hasta entrar a la zona central, Akane le señaló un local y estaban por encaminarse hacia él, cuando un llamado les distrajo.

—Ranma… amigo mío – el grito penetró sobre los demás sonidos.

Akane sintió como el moreno se tensaba y volteó notando que un chico se acercaba. Era alto y fornido, no lo conocía, pero le había parecido haberlo visto en algún lugar, tardó unos segundos en recordar que era del equipo de football de Ranma.

Se sintió nerviosa, al considerar en conocer uno de los amigos de Ranma tan pronto, más ahora que ellos estaban en una relación, cualquier que está fuera.

Miró al chico notando como apretaba la barbilla, estaba por preguntarle que le sucedía cuando el agarre de sus manos se vio bruscamente arrebatado. Soltó un jadeo, sorprendida y observó como Ranma daba un par de pasos atrás, alejándose de ella.

Akane sintió como su respiración se agitaba mientras miraba aquel rostro masculino, que de pronto se vio cruzado por una sonrisa deslumbrante y falsa.

—¡Yamato! Hola…

—¿Que haces aquí? Creí que irías a tu casa.

—Ando de visita en casa de un amigo, no es nada – se encogió de hombros, le diola espalda y Akane miró sus hombros inquieta.

—Vaya Saotome... – escuchó la risa en la voz grave.

—Me sorprende verte aquí.

—Tengo familia en Nerima y también ando de vacaciones, luego iré a Sapporo y talvez de Kyoto.

—Si, bueno… debo irme.

—Parece que estas muy bien acompañado – miró sobre el hombro del moreno – No pierdes el tiempo ¿no?

—No se de que hablas, pero…

—Claro que lo sabes idiota – se río – Aunque, espera un segundo… yo la he visto antes.

—Yamato… debemos irnos…

—Pero preséntamela amigo, no seas así.

—Ranma… – Akane observó al chico desconcertada.

—No es nadie… solo una amiga – cortó el moreno bruscamente, acercándose a Akane.

—Ya se ¡Maldición!... es la chica de los partidos ¡La comelibros!... vaya amigo, tu no reparas en categorías, eres un desgraciado – empezó a reírse.

El nudo en el estómago de Akane se apretó mientras escuchaba la carcajada cruel de aquel chico. El dulce dolor en su interior se hizo más potente con la continuidad de los segundos cuando en lugar de negarlo, Ranma permaneció en silencio.

Y Akane aprendió por primera vez una lección difícil sobre el amor.

El corazón se podía romper con sorprendente facilidad.

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FIN DEL CAPÍTULO


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NOTAS DEL CAPÍTULO:

Lamento haber tardado en subir el capitulo, la verdad es que ayer estaba demasiado agotada para terminar de corregirlo y recién salí de turno hoy y decidí iniciar, pero como vieron es bastante largo y eso me tuvo en muchos problemas.

En fin ¿Qué les pareció? ¿Esperaban que fuera Ranma quien diera el golpe de gracia? La familia entrometida nunca puede fallar y aunque ame enormemente conformar las escenas románticas entre estos dos, no puedo alargar la historia y en el mismo capítulo me toco terminar con la fantasía, ahora la pregunta es ¿Cómo reaccionará Akane?

Porque creo que imaginarán que no todo será color de rosas ¿Qué hiciste Ranma? ¿Alguna teoría del porqué de su actitud? Porque de los dos creo que estaremos de acuerdo en que el más estable en cuanto a sus sentimientos siempre fue Ranma.

¡¿PERO QUÉ HA PASAO?!

En general con el capítulo:

-¿Esperaban ese despertar? ¿Fue relevante para ustedes el hecho de que Ranma despertara primero?

-Algunos comentaron lo de la virginidad de Akane y para quienes no lo imaginaba ¿Qué les pareció?

-Y lo del apodo, no se ustedes, pero me encantó escribirlo y vimos una faceta más en Ranma como un coqueto, descarado y sensual compañero de cama.

-Lo de Ryoga cerró su ciclo.

-La escena en la pista de hielo fue muy importante para Akane, pero también quería señalar la manera en la que Ranma toma en cuenta cada una de las palabras de su chica.

-La familia Tendo-Saotome siempre estará destinada a arruinar todo.

-El ataque de Ranma tiene justificación y por primera vez sus mentiras pesaron más que cualquier cosa, al ver la confianza de Soun y la foto de la madre de Akane.

-La escena final es muy emotiva, pero también es muy poco descriptiva, rozando lo simple y tiene un porqué, que tendrán que esperar a ver en el siguiente capitulo ¡Y me dolió escribir los últimos tres párrafos! Y el dolor de Akane.

El siguiente es el final, pero aún estoy indecisa sobre el epílogo, claro que siempre estará a votación de ustedes

A las personas más bellas:

Maga: Jajaja, como diría este Ranma "Nunca soy lo que esperan" se que todos querían que la historia se desenvolviera de esa manera y es la razón de hecho por la que decidí hacerlo en un momento clave, exactamente el cuarto capítulo antes de que todo se arruinará y nos llevara al final. Ranma es definitivamente el hombre que todos deseáramos bella y juro que en este capítulo, mientras escribía sobre su sonrisa coqueta y describía su descaro, volví y me enamore un poco también, esto de amar personajes 2D no es tarea fácil jaja. Me alegra que te guste como escribo, se que lo dije, pero no me canso de repetirlo, porque quiero reflejar tantas cosas y al mismo tiempo temo abrumarlo fswjfdks ¡Gracias por eso! No me canso de leerte también y gracias por estar pendiente. Cuídate bellísima, nos leemos luego. Besos y abrazos.

Felicius: Eres dinamita mujer jajaja ¿Lemons de calidad? Que va, pero gracias por tus palabras, ya que soy consciente que fue mucho menos explícito que otros. Nabiki si es una desgraciada y es exactamente el tipo de persona que cree que siempre tiene la razón, pero sorprendentemente encontró un hombre que la pone en cintura y fue gratificante escribir de eso. Es completamente cierto cuando dijiste eso de que ella es una de las razones por las que Akane no vuelve a casa. Ranma es un príncipe y también un coqueto descarado que amo, pero ahora vimos que es más celoso de lo que había demostrado antes. Lamentablemente la luna de miel fue más corta de lo esperado y no fue ninguna de las opciones que remarcaste ¿Qué ha sucedido? Gracias por estar pendiente y te mando un enorme abrazo bella, nos leemos luego.

Guest1: Me alegra saber que es así, gracias por estar pendiente y seguir esta historia, y espero que el capítulo fuera de tu agrado con todo y el final. Ojalá pueda leerte de nuevo, besos y abrazos.

Alicia: Ya te había leído antes y te agradezco por darle una oportunidad a esta historia. Me alegra que te guste como se va desarrollando todo ¿esperabas tremenda metida de pata por parte de Ranma? Que alegría saber que sigues "Lo que fuimos" debía subir la actualización la semana pasada, pero espero que no pase de esta. Gracias por el apoyo y te mando un enorme abrazo.

Guest2: Gracias por tremendo comentario y me alegra saber que te hubieras actualizado, se que con las festividades la historia no sería muy leída, pero me alegra el apoyo y te agradezco que le dieras una oportunidad. Gracias por tus palabras y amando cada una de ellas. El final del capítulo anterior fue completamente inesperado para muchos, pero estoy segura que el de este lo superó, porque no creo haber dado indicios de que seria Ranma quien arruinaría las cosas, espero que te haya gustado. Te mando un abrazo y nos leemos luego.

Guest3: Solo fue un día de retraso ¿Qué sucede contigo Meriyein? Jajaja, me alegra que te guste la historia y espero leerte de nuevo para saber que te pareció este capítulo, besos.

Si llegaron hasta aquí, espero que el capítulo fuera de su agrado, los amo y les invito a comentar si no lo han hecho, viene el final ¡Si!

Les mando un abrazos y besos, nos leemos luego.

04/01/2022

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