Los personajes no me pertenecen son de Rumiko Takahashi. Escrito sin ánimo de lucro.( ‿ )
Una mancha de agua oscura y desigual se extendía a lo largo del piso de madera. Los escalones del segundo piso también mostraban marcas de humedad. La luz del atardecer empezaba a escasear y en el cielo lleno de nubes blancas como la nieve, una solitaria ave sobrevolaba observando distante el paisaje lleno de casas y comercios en Nerima.
La residencia Tendo permanecía en silencio, como cada tarde, cuando sus habitantes la abandonaban por cualquier motivo. Otra gota de agua se dejó caer en el estanque del jardín perezosamente, mientras las ropas colgadas en el tendedero se mecían al ritmo del viento.
=2 horas antes=
Akane miró con detenimiento la puerta frente a ella. Recordó el babydoll de encaje rojo que su hermana mayor compró días antes
"Podrías atrapar a un león con él"- sostenía orgullosa Kazumi a días de su matrimonio con el doctor.
Era justo lo que necesitaba para terminar lo que había empezado antes.
-Entonces, Akane, ya decidiste lo que comeremos si o no?
- Aún no. Déjame ver...tallarines?
-Perfecto! Llamaré a Shampoo y pediré dos tazones
- Ni siquiera lo pienses, Ranma. Ya no quiero tallarines.
-Akane, decide rápido-se quejó la pelirroja
-Hamburguesa, quiero una con doble carne y mucho queso. Papas fritas y...
-Es una broma, no?
-No, por qué? -respondió ya de mal humor
-Bien, entiendo. Hamburguesas, entonces.
-Pidelas, me daré un baño. Hace mucho que no entrenaba tanto!
Cuanto tiempo tardó en la bañera? Quién sabe quizás media hora o un poco más, pero finalmente su cuerpo se sentía relajado.
Se estiró perezosa frente al espejo mientras secaba su cabello con la toalla amarilla. Su cuerpo desnudo frente al espejo la hizo sonrojarse. Cuando se habían hecho más grandes sus senos? Qué importa, Ranma la llamará pechos planos para siempre.
-Idiota, como si él fuera perfecto.
De repente la imagen reciente de Ranma sobre ella en el entrenamiento golpeó su mente.
-Jodidamente sexy-susurró mientras deslizaba su mano por su cabello húmedo.
Cuando empezó a gustarle Ranma exactamente?. Desde la primera vez que se conocieron, por supuesto. Sus ojos azules, su cuerpo y su voz...-Se recostó a la pared y volvió a recordar el entrenamiento de la tarde.
Pero no importaba cuántas veces ella le repitiera que no le importaban sus cambios, ese tonto testarudo seguía insistiendo en querer desaparecer su lado femenino.
-Que tonto, Ranma-suspiró
Tener a Ranma como prometido era, por así decirlo, un verdadero milagro.
Le gustaba Ranma, claro era un cabeza hueca adorable, con tendencia narcisista y sobreprotector. Pero también le gustaba ese lado suyo que se esforzaba tanto por ocultar.
Ranma, en ambas versiones, la atraía con la misma fuerza que un imán arrastraba a una débil aguja.
Tomó su gi de entrenamiento y lo dejó en el ciclo de lavado. Luego fue a la cocina envolviendo su cuerpo en una pequeña toalla celeste. Ranma no estaba ahí. Se asomó al patio pero tampoco lo vio. Subió las escaleras, se detuvo ante la habitación de su hermana. Entró y por inercia buscó en la gaveta donde sabía se encontraba aquella ligera prenda roja. Salió de ahí casi escapando hasta su habitación. Tocó el encaje y deslizó sus dedos sobre la seda de la prenda. Se veía realmente bien en su cuerpo, contrastando con su blanca piel y luego... se dejó caer en la cama sin preocuparse por cambiarse. Sin darse cuenta cayó en un sueño profundo.
-Akane, baja. Traje la cena!
Ranma subió las escaleras sosteniendo las bolsas. Se moría de hambre y además estaba molesto pues las tuberías de la casa Tendo otra vez no funcionaban y había tenido que bañarse con agua helada. Hubiera podido calentar agua, por supuesto pero estando a solas con Akane era mejor mantener su forma femenina. Al menos así ella no se molestaba en alejarlo y podían entrenar cómodamente. Mientras caminaba despacio notó la puerta de la habitación de Akane abierta.
-Extraño, Akane mantiene siempre la puerta cerrada-Razonó rascando su cabeza-Akane?! Puedo pasar?
Tarde, demasiado tarde. Quería voltearse, pero su cuerpo no le respondía. Estaba congelado. Al menos por pudor, debería cubrirse los ojos. Lastima, tenía las manos ocupadas con las bolsas. Ambas manos. Y era la cena, no es como que podía tirarla. Miró a ambos lados. La casa permanecía en silencio. No había nadie, solo ellos dos. Él, siendo una chica y la chica de sus sueños más locos y pervertidos usando...lo que sea que eso fuera y no cubría demasiado.
-Akane?
No hubo respuesta. El bien formado cuerpo femenino se revolvió sobre la cama.
Qué visión tan tentadora era esa!
-Imbécil, date la vuelta y vete. Ni siquiera puedes hacer realmente algo con este cuerpo de niña.-se regañó a viva voz.
Finalmente, a fuerzas, giró sobre sus talones. Apenas había dado dos pasos cuando escuchó el indistinto sonido de Akane al levantarse. Maldito sea! Ya se veía siendo lanzado a algún lote baldío de la ciudad.
-Ranma, trajiste la cena-la voz de la chica se oyó entre un bostezo
Apenas giró la cabeza. No podía mirarla a los ojos con los pensamientos que se agolpaban en su cabeza.
-Yo, lo siento, es que no sabía que estabas dormida. Además creo que debes cubrirte un poco- Mentiroso
Entonces Akane recordó lo que llevaba puesto. Toda la vergüenza del mundo no alcanzaba para ella en ese instante.
Hubo un silencio incómodo. Ranma, más rojo que un tomate, por haber sido descubierto como un mirón, bajó nuevamente, dejó la cena en la cocina y se marchó.
Por qué demonios tenía que ser un maldito de Jusenkyo? Encima con la peor maldición de todas. Cuanto más admitía lo mucho que le gustaba Akane, cuanto admiraba la belleza de su rostro y su cuerpo, sus celos de loca y sus niñerías, de inmediato la cruda realidad llegaba ante él. Como ahora. Si tan solo no tuviera que vivir como una mujer la mitad del tiempo. Si por una vez fuera solo él y Akane.
Se dejó caer sobre el tejado del Dojo. Estaba cansado, deprimido y hambriento.
El ruido de la escalera golpeando las tejas lo sacó de su estado de trance.
-Akane?
-Si, soy yo. Dame un momento mi falda se atoró. Ya está. Te traje tu cena-dijo asomándose y dejando una de las bolsas.-por qué te fuiste, creí que cenariamos juntos
-Yo...bueno, yo... Qué estabas, es decir por qué estabas usando, ya sabes, lo que tenías puesto hace un rato.
-Ah, te refieres al babydoll de Kazumi?-Akane escondió su rostro entre sus rodillas flexionadas-Solo quería ver como me quedaba ese tipo de ropa...no tienes por que burlarte, ya sé que no tengo muchos atributos.
Ranma parpadeó, incredulo. Definitivamente había visto cualquier cosa menos carencias en el cuerpo de Akane. Luego recordó que era su maldita boca la que habia creado esa inseguridad en su prometida.
-De todas formas por qué te fuiste?
-Yo...Akane?
-sí, dime
-No me golpees por esto, por favor
Ni siquiera me doy cuenta cuando sus manos acarician mi cara y sus labios, los míos. Estoy a punto de explotar en este momento que parecía imposible.
Intento mover el puño por costumbre pero me toma de las manos. Las sujeta y me aprieta contra él. Y descubro que lo que siento es mucho más fuerte de lo que imaginé. No debí provocarlo y solo espero que no note que estoy temblando.
Sus labios se separan suavemente, demasiado y quiero gritarle que no me deje, que lo necesito, pero me quedo muda.
-Te quiero-dice y cierra los ojos. Apoya la frente contra la mía.-No tienes ni idea de lo que me haces sentir, me habría enamorado de ti como hombre o como mujer.
Y me relajo. La tensión se va de mis hombros y el sonríe sobre mis labios, desliza los brazos alrededor de mi cintura. Sus manos exploran mi cuerpo, mi espalda, mi silueta y no puedo mas que maldecir por estar sobre el tejado y no en la comodidad de mi habitación.
Sus manos se detienen en mi cintura, me recuesta sobre el techo donde minutos antes estaba sentada, lleva mis manos a su pecho y mis piernas pasan a rodear sus caderas en instantes. Sus labios vuelven a encontrar los míos, desliza las manos bajo mi camisa y respira con fuerza mientras me aprieta contra él.
Y entonces se detiene. De golpe y siento como si el aire me faltara. Soy como un pez que han sacado del agua y necesita volver ahí tan pronto como sea posible.
- Qué pasa?-pregunto a penas conteniendo la ira, frustración y deseo en mi voz
-Lo siento, es que...Yo soy una chica...-su voz suena aterrada
-Ya lo sé, bobo-En momentos como este casi puedo entender a Ranma. Su desesperación por ser "normal". Ojala él entendiera que amo cada versión suya.
-No puedo hacer esto...es decir, no de esta manera, Akane, lo siento, no debí, discúlpame, me dejé llevar.
-Bien-le respondo resignada, sabiendo que aunque insista él no cedera.-Iré a mi habitación entonces
-Akane, no es por ti, lo juro. Es solo que yo...
-De qué estás hablando ahora, ve tomar un baño caliente o hierve agua en la cocina. Te esperaré en mi habitación, no tardes.-le digo mientras empiezo a bajar nuevamente por la escalera.
Veo a Ranma parpadear, como una fragil pelirroja, confundido por mi respuesta.
-Pero las tuberías-dice aturdido
-El plomero vino mas temprano. Solo dame un momento para buscar el babydoll, de acuerdo?
Lo veo asentir atontado, pero sonriendo. No sé que hice para avanzar tanto pero sé que Ranma tuvo que reunir todo su coraje y doblegar su orgullo para hacer lo que ha hecho hoy. Y por supuesto no pienso desaprovechar la oportunidad.
~~~~Fin.~~~~
Esta historia participa en la dinámica navideña de la página de Facebook Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma #Navifics_Con_MundoFanfics #MundoFanficsInuyashayRanma
