Lunes

Cuatro días para la fiesta de navidad del dojo Tendo.

Sus ojos se abrieron pesadamente, bostezo y estiró sus huesos, había sido una noche difícil. Primero que tanto Akane como él habían pensando que están siendo grabados, y crearon una escena digna de reality show, pero solo pasaron vergüenza, ya que no había ningún reality, y la reportera solo era alguien que querían entrevistar por la nueva calle.

Que estúpido se sintió cuando, después que los dos extraños se fueran, toda su familia comenzó a hacer preguntas de lo dicho, la familia les creyeron gracias a dios, pero como siempre Nabiki comenzó a lanzar burlas a diestra y sinieatra. Y ambos aclararon que era mera actuación. Para cortar con lo incómodo de la situación él dijo que su desempeñó había sido el mejor, y la siempre protagonista de sus pensamientos (en los últimos tres años) había dicho que fue muy "dramático" pero al extremo. Al momento el había respondido que ella era la dramática, que no había nadie como él, que por supuesto tenia que agradecer que él era su prometido, y Akane en ese momento ya molesta por como se estaba comportando su prometido lo lanzó por el cielo de Nerima.

Salió de su cuarto aún con sueño...no entendía como su primer turno era tan temprano, lo bueno es que ya no tenía clases en lo que restaba de año, odiaba eso de la universidad, el feliz hubiese hecho un año, o tal vez dos, sabático sin tener que estudiar y solo impartir clases en el dojo, pero por amor a su madre estaba en la universidad, quien lo había "aconsejado" de tener un titulo Universitario. Aunque por las fechas y el tiempo ahora tenían unos días libres, en los cuales había conseguido un trabajo de medio tiempo, el cual consistía en ser camarero en un importante restaurante de la ciudad.

Pensó en lo que había pasado ayer, de seguro su prometida estaba molesta y por eso no lo despertó, ahora aparte de pensar en un regalo de navidad para su terca prometida, tenía que pensar en como arreglárselas para que ella se contentase con él.

-- ¡Ranma, es tardisimo! -- escuchó decir a su mamá. Ranma miró a su progenitora, quien llevaba una cesta de ropa -- Ya deberías estar en tu trabajo hace diez minutos...

-- ¡Demonios! -- dijo por fin despierto del todo -- la tonta de Akane no me despertó...-- le dio un beso de buenos días a su madre y salió corriendo, esperaba que no lo regañasen, tenía que pensar en una buena escusa -- pero ya verá. -- juró al aire que Akane iba a pagar por hacerlo hecho volar y no haberlo despertado.

En una esquina cerca de la propiedad de los Tendo estaban escondidos los dos periodistas, quienes habían visto salir a la menor de las Tendo muy temprano, y al cabo de un par de horas al chico de la trenza con un pan en la boca corriendo como loco a la dirección contraria.

-- Tú iras a seguir a la chica -- dijo Hinata Sullivan con lentes oscuros, un chal marón y un gorro de detectives tipo Sherlock Holmes, solo le faltaba la pipa -- Yo iré a seguir al chico, hoy solo veremos, sí, aunque sea se mencionan, o por lo menos hablan de cada uno con sus compañeros de equipo y de trabajo ¿de acuerdo?

El chico, quien sólo utilizaba una gorra de estampado militar, ya que su vestimenta era normal, frunció el ceño.

-- No me contradigas, así se hará ¿de acuerdo? -- el chico asintió, pero no había cambiado la expresión furibunda de su rostro -- bien, nos vemos en cuando ellos vuelvan, recuerda trata de escuchar todo lo que puedas, mientras más escuches el nombre de Ranma mejor. -- miró hacía los lados cerciorándose que no había sido descubierta.

Ese día Akane Tendo no se encontraba de buen humor, aun recordando las palabras de su estúpido prometido, era odioso, demasiado egocéntrico para ver más allá de su nariz, sólo le había comentado que fue un tanto dramático, pero el "hom-bre-si-to" se había ofendido y comenzó a lanzar pestes por la boca. Y ahora ella estaba de mal humor, y las chicas a su alrededor lo habían notado.

Akane hace menos de casi seis meses había entrado a un equipo de Basket con las chicas de la comunidad, solo era para divertirse y relajarse un poco por los estudios, ahora era el último día en que las vería por ese año.

-- Akane ¿estas bien? -- Megumi una de sus compañeras y capitana del equipo la miró extrañada.

-- Es que lo odio.

-- ¿A Ranma? -- pregunto otra de sus compañeras de equipo -- ¿no dices eso siempre?

-- Es que es desesperante, no lo tolero, quiero que este tres metros bajo tierra.

-- También dice eso...-- suspiro otra chica, amarrando las trenzas de su zapatos -- y que es un pesado. -- y cada una comenzó a repetir los mismos insultos que salían de su boca.

-- Un imbécil.

-- Un inmaduro.

-- Un ridículo.

-- Un retrasado.

-- Un estúpido.

-- Un Idiota.

-- Y nuestra favorita...-- dijo la chica de ojos cobalto -- Un irrespetuoso sin corazón -- repitieron las doce de las treces chicas presentes. Todas conocían a Ranma, porque el chico no había faltado a los partidos, y felicitaba siempre a la peliazul, ellas habían visto a su prometido muy amable, aunque había ocasiones que ellos si se peleaban. Pero de resto era un chico muy bueno, por lo menos con ellas. Todas ya habían deducido del sentimiento que ambos se tenían, y estaba más que claro que el "odio" no tenía nada que ver.

-- Sí, ya entendí, yo digo todo eso de él porque es la verdad, vamos, ustedes lo conocen, es como una patada en el hígado.

-- Esa es nueva -- dijo la chica castaña, procesando el nuevo insulto -- pero no tenemos tiempo para eso, recuerden que es nuestro último partido del año, hay que dar lo mejor de cada una.

-- Sí, capitana -- dijeron todas serias, para salir de los vestidores.

Akane suspiró, tenía razón, no tenia tiempo para pensar en ese idiota, Un idiota que iba a faltar a su último partido por ir a trabajar.

El chico de ojos violetas y compañero en cámara de la periodista Hinata Sullivan salió corriendo antes de que las chicas lo vieran, no quería tener ningún problema, y aunque la chica a la que tenía que seguir había hablado solo una vez en todo el día de su prometido era algo, anotó en una libreta unas cuantas palabras.

"La chica Tendo odia a su prometido y todos sus compañeras de equipo ya lo saben"

Esperaba que a su...compañera le haya ido mejor que a él, no quería verla despedida, y mucho menos triste.

-- ¿Qué? -- pregunto Ranma mirando al otro camarero con el ceño fruncido.

-- Eso mismo, Ranma, sé que no eres nada de esa chica...¡Presentamela!

-- No seas idiota, Kano -- le dijo limpiando una mesa dirigiéndole la mirada a la misma -- ella es una horrible persona.

-- Pero cuando ha venido ha sido demasiado amable y dulce con todos -- dijo su compañero quien no se apartaba de él -- a ti no te gusta, lo has dejado, perdón, lo HAN dejado claro, por favor ¡precentamela!

-- Ella es insufrible, primero es amable contigo y luego te da un golpe que puede mandarte por los cielos, lo digo de forma literal -- Ranma colocó una mano en el hombro del muchacho de cabellera verde olivo -- solo te estoy ayudando. Akane no le conviene a nadie, amigo. -- y se fue corriendo de allí, el camarero se sobó el hombro cuando vio la espalda ancha del artista marcial, se había pasado con el apretón, pareció como si el ojiazul hubiese querido desprenderle el hombro.

Ranma respiro varias veces, para no devolverse a golpear a su "amigo", pero si lo hacia seria despedido, y necesitaba el pago de ese lugar. luego se acordó del partido de su prometida, tenía que apurarse, ya que si mal no recordaba faltaba poco para que terminará.

La periodista, quien se encontraba detrás de una mesa y se tapaba el rostro con un menú escuchó y vio todo, anotó la información con tristeza.

"El aludido Ranma Saotome puede que quiera a su prometida, pero tal vez como una hermana"

-- Oh, dios, -- se lamentó a punto de las lágrimas -- seré despedida. Y justo en esta fecha -- salió un pequeño sollozo de sus labios, y el camarero que había esperado por más de cinco horas que la chica hiciera una nueva orden la miró como si estuviera loca


Continuará...