Los personajes de esta historia no me pertenecen.
Miércoles
Dos días para la celebración.El ombligo de semana parecía un buen día, no tenía estos nubarrones de invierno y el clima era frio, pero el sol brillaba dándole un resplandor a la nieve caída hace unos días. Y a pesar de que estaba agradable, la muchacha de cabellos azules no estaba de buen humor, desde antes que se asomara el primer rayo de luz unos ruidos en el tejado la habían despertado, primero tomó la escoba y comenzó a darle golpes al techo para que los "gatos" se fueran, pero los ruidos no pararon, más bien parecieron aumentar.
Y justo encima de su propio techo, maldición.
Después de ir a revisar se dio cuenta que aquellos gatos no eran más que las locas de las "prometidas" de Ranma. Peleando.
Estúpidas.
Lo peor del asunto es que Ranma estaba allí, en medio de ellas, y parecía desmayado. Las locas dejaron de pelear apenas la vieron, guardando silencio, la peliazul ignoraban por qué ella estaban allí y la verdad, no quería saber.
-- ¡Vayan y molesten a sus abuela, brujas! -- les espetó sacando su famoso mazo, en verdad que estaba molesta, el día anterior no habia dormido bien, por estar pensando en ese idiota y los días que faltaban para la fiesta de navidad. -- ¡Ya! ¡A volar! -- y aún en su asombro las tres recibieron un buen golpe de parte de la peliazul, haciendo que conozcan las estrellas más cerca -- En verdad, eres un idiota...-- se recargó en su mazo mirando a su prometido -- ni siquiera debería de ayudarte.
El chico parecía estar profundamente dormido, y él suspiró...luego él murmuró algo que la había dejado estática.
Ahora pasaban más de las diez y no había parado de bostezar, cerraba los ojos cada tanto, odiaba a esas locas, y odiaba a su prometido, pues no había logrado dormir ni una hora entera, y luego del asunto en el tejado no pudo volver a pegar el ojo. Mientras seguía a Kasumi y a la tía Nodoka caminando por los pasillos de la tienda, habían decidido compar los regalos dos días antes ya que al día siguiente y al otro los precios se elevaban. Nodoka le habló cuando Kasumi las había dejado a solas.
-- Akane-chan ¿qué le regalaras a mi hijo? -- le preguntó la señora Saotome viéndola con una sonrisa.
«Nada» pensó molesta, queriendo responder, ya que el chico desde el día del partido no se molestaba en dirigirle la palabra, para colmo solo le había hablado para reclamarle y terminar peleando con ella solo por que si había oído los ruidos de las chicas no se digno a ayudarle, y ella le dijo que al menos le agradeciera que le dejo una cobija, cualquiera diría que él estaba en sus días, en verdad ella no quería problemas, pero él se empeñaba en hacerla rabiar. En vez de decir lo que pensó, respondió otra cosa.
-- No tía, aún no sé -- ya que más daba, no podía negar que pensar en eso hizo que le quitara el sueño, pues había recibido una carta que decía que el chico le tenía un gran regalo de navidad.
-- ¿Harás una bufanda? -- comenzó
«No» hacerlo de nuevo, sería pasar de nuevo vergüenza. Recordaba que en una navidad le había regalado una y no había salido nada bien, ya lo entendía. Negó con la cabeza.
-- ¿Qué te parece darle una corbata?
«Me la tiraría a la cara» bueno, tanto así no, pero de seguro le dejaría bien en claro que no le gustaba, el joven Saotome nunca fue el de las formalidades...además ¿para qué? Ellos no son esposos todavía, tal vez eso lo hagan las esposas.
-- No, tal vez las odie. -- asintió la señora Saotome segura de lo que estaba diciendo, la chica Tendo bostezo, dandole la razón. -- ¿Y qué tal una loción? -- Akane recordó el aroma masculino de su prometido y negó su cabeza, ya olía bien, de por si.
Y hacer peor su adicción, no, gracias. Era mejor pasar.
-- Bueno, tienes que pensar, aun faltan dos días para que le des un regalo, no tienes por que preocuparte.
-- Sí, tía. -- bostezo...demostrando lo casanda que estaba, aunque la tía parecía que estaba mas preocupada, ya que en los últimos par de días en la casa solo se sentía una gran tensión de parte de ellos.
-- Akane ¿podrías ir a una tienda que esta más adelante? -- Kasumi salió de los pasillos para decirle a su hermana que era lo que iba a buscar.
Akane lo agradeció enormemente, pues su tía puede ser una mujer de temer. Desde hace un par de semanas los mayores de la casa habían decidido que ya era hora de hacer formal su compromiso, y era más que evidente que la mujer del kimono no estaba feliz de como era el trato entre la peliazul y el de la trenza, lo peor de todo es que en los últimos días su trato había empeorado.
-- Claro, Kasumi -- y salió de donde estaban.
Caminó por las calles. Sí, desde hace unos días todos estaban tensos, más los prometidos, a saber por qué... Pero su compromiso impuesto, el saber que en la fiesta de navidad todos iban a saber que eran prometidos oficiales. Y todo compromiso alterno, o autoproclamado quedaría disuelto, esta vez no importaron las protestas, la decisión ya estaba tomada. Ella no había parado de pensar en eso cuando sus padres se lo dijeron.
«Seguro que por esa razón esta molesto» pensó «Por eso el día del partido terminó de mal humor y reclamandome cosas que no entendí» la tristeza la estaba inundando «y es por eso que el día de ayer no lo vi en todo el día. No le gusta la idea.» y era verdad, ella no había salido en todo el día de su casa, y él desde muy temprano ni luces. Ni siquiera estaba para el desayuno. «Y esas palabras...» recordó lo que sus propios oídos habían escuchado «no eran para mí»
Algo estaba más que claro, Ranma Saotome no estaba interesado en ella, tal vez como un hermana, o amiga, pero no como para vivir con ella toda una vida. Ojalá todo salga bien.
De pronto sintió que chocaba alguien, alzó la mirada y unos ojos violetas le devolvieron la mirada. Ella pestañeó varias veces. y se alejó de él.
-- Disculpe -- dijo, y el chico negó con la cabeza, sin darle mucha importancia, luego el muchacho volvió su vista a una vitrina de la tienda. -- Te he visto antes ¿verdad?
El muchacho se tenso, se había olvidado por completo que esa chica no podía verlo, se distrajo viendo algo que llamó su atención, y no se había dado cuenta que la chica venía hacía él. Sin dudas Hina lo iba a matar.
El chico suspiró y asintió...¿qué más da?
-- Eres el mismo que acompañaba a la chica que trabajaba en el noticiario -- el chico volvió a asintió y le entregó una tarjeta de presentación -- Yuchiro Ketto camarógrafo de la National Japan -- leyó -- Aaah. Yo soy Akane Tendo, un placer -- él hizo una inclinación de respeto, ella se la devolvió.
Akane vio como el chico volvía la vista a la vitrina de la tienda, y a lo que veía. No supo por qué, pero se quedo allí con el chico.
-- Es bonito -- dijo Akane mirando el objeto, para luego mirar al chico quien asintió -- seguro le va a gustar -- dijo a la azar, y aún se preguntaba por que seguía allí, pero había algo el él que la hacía sentir en paz, y tranquilidad. El chico negó con la cabeza nervioso. -- yo también estoy buscando un regalo -- dijo después de unos minutos de silencio, no se habían movido ni un músculo, Akane había aceptado ya que de ese muchacho no iba a salir ni una palabra -- Es muy difícil pensar en algo que le guste...¿me puedes recomendar algo? -- él la miró, pero ella a él no. -- es que por más que pienso no se me viene nada a la mente.
Guardo silencio.
«Además con lo que pasara ese día no creo que vaya aceptar unos de mis regalos» pensó con tristeza. Sintió como el chico le tocaba el hombro, y al mirarlo él le mostraba un paquete en la mano.
-- ¿Qué? -- miró al chico de ojos violetas sin entender, él agarró su mano y colocó el paquete que parecía de diez por diez centímetros y estaba envuelto en una bolsa de papel marrón. Tomó la otra mano de la chica y la colocó encima del paquete, luego la señalo a ella y al paquete, dando a entender que era para ella, luego señalo su corazón, y allí entendió que ese chico le estaba dando su regalo, el regalo para el chico que le quitaba el sueño. -- no puedo aceptar esto, es tuyo -- él negó y le regalo una sonrisa sin mostrar los dientes, dejando el paquete en su mano.
Unos ruidos se escucharon, comprendió que era a ella a quien la estaban llamando, reconoció la voz de su hermana y de su tía, se volteó, ellas estaban a una distancia algo lejos, y les hizo señas que ya iba. Miró de nuevo al chico.
-- Gracias, Ketto -- le dijo mostrándole una de sus lindas sonrisas, y el camarógrafo asintió -- y deberías comprar el anillo si es para una chica, tal vez le guste, es muy bonito. -- se despidió agitando la mano e ir en dirección a las mujeres que la esperaban.
Se preguntó qué había en ese paquete, pero tenía que averiguarlo cuando llegará a casa, miró por ultima vez al chico quien estaba pasando a la tienda. Y sonrió, a pesar de que no habló, era un agradable sujeto. Volvió su vista al paquete.
-- ¿Qué tendrá? -- hizo un ruido de curiosidad.
-- Akane...¿quién era ese? -- preguntó su tía nada mas al llegar con una expresión severa mirando más allá de ella.
-- Ah, pues...-- no sabía que decir, aun estaba en su mundo.
Explico como pudo quien era el chico, y solo dijo que el muchacho solo quería recomendación de un regalo, aunque obvio la parte del objeto, mientras menos diera explicaciones, mejor. Además aun no sabía que había allí dentro.
Continuará...
Eeeen fin...
Bueno, ya Akane consiguió si regalo ¿Qué será? ¿Qué pasará para el día siguiente? Descubranlo para el siguiente cap.
Gracias por sus comentarios, de veras...
Bye, bye
