Los personajes de esta historia no me pertenecen


Jueves

Un día para la fiesta de navidad en el dojo Tendo.

Solo faltaba un día y la periodista no había visto ningún avance, era horrible, se preguntaba como hacían la casamemteras en antaño, de tan solo imaginar hacia que todo su cuerpo sufriera de espasmos involuntarios por causa de estrés, como el tic en la ceja, o en el ojo izquierdo, moverse de un lado al otro mordiéndose el meñique, o inclusive arrancarse los cabellos tratando de pensar en algo que la ayudara a juntarlos...ni en sus años de estudiante universitario (que en verdad no terminaron hace mucho) no había tenido tanto estrés como ese día. Muchas cosas están en juego, muchas de las que ella no se imaginaba.

-- Y si los secuestro -- le dijo al rubio de ojos violetas desesperada -- sería sencillo, solo los desmayamos con una de tus técnicas, los metemos en una furgoneta, los llevamos a su una cabaña en el bosque por todo este día, hasta una hora antes de la fiesta que dará su familia y cuando vuelvan vendrán enamorados, por lo del síndrome Estocolmo o algo así...-- su sonrisa se volvió maniática, al igual que su mirada, demostrando que tanto café le estaba afectando, más con el aspecto que cargaba, el pelo hecho nido, ojeras, ropa de dormir manchada de comida, sin duda no era una imagen de una periodista. --...todos terminarían felices, los padres de ellos, ellos, yo sin perder mi trabajo y todavía estaría conti...-- tosió hizo como si se limpiara una mancha de café ya seca en su sudadera mirando ese lugar. Luego lo miró a él -- ¿A que es buena idea? Estarían en el cuarto más oscuro y encerrados por más de veinticuatro horas. Solos, es perfecto.

El chico negó, dando a entender que no estaba de acuerdo con esa idea, además de ser ilegal, tenía más contra que pros, la chica pareció entenderlo.

-- Tienes razón, es ilegal -- suspiró -- pero lo tendré como carta de emergencia...solo por si acaso.

El chico de gorra militar solo suspiró, no podía entender a su compañera. Una semana para que en ocasiones algunos no trabajaban como sus compañeros, pero a ella le había colocado esa noticia por maldad, solo por ser la nueva...la rabia bullía su ser solo de pensar en eso. La trataban peor que a una pasante.

-- Ya vámonos...-- dijo la pelirrojiza cambiando por completo, tanto que ya no tenia este aspecto de lunática y ahora si tenía aspecto de periodista. -- aún faltan treinta y seis horas para la fiesta, podemos lograrlo -- asintió segura de sus dotes como casamentera, tras de ella salió el rubio con dos ruletas en las manos sonándolas, pero con un rostro lleno de inexpresividad.

Los jóvenes caminaban tranquilos, cada uno en sus pensamientos, cabe destacar que su trato estaba igual o pero que antes...más cuando la peliazul le dijo a su padre que no anunciara lo de su compromiso en el desayuno. Y su padre, tal vez por milagro o por sastifacer a su hija dijo que lo iba a pensar, y a casi media mañana, los esposos Saotome y el señor Tendo se sentaron a solas con los jóvenes.

-- Hemos tomado la decisión de no anunciar su compromiso -- comenzó el señor del bigote.

-- Estos días, han sido muy tensos en la casa, tanto que ya ni paz se siente -- alego el señor del turbante.

-- Con esto no estamos disolviendo su compromiso, -- dijo la señora Saotome con una sonrisa, pero abrasaba con fuerza su katana -- solo queremos que ustedes se lleven un poco mejor...solo queremos que cuando se casen sean felices el uno con el otro sin lamentaciones.

-- Además, si no querían que anunciaramos ese día su compromiso, ni la fecha de la boda lo hubiesen dicho, muchachos -- rió el señor Tendo.

Los chicos dispuestos abrir la boca para alegar que justo hace dos días habían dado su opiniones al respecto, pero ellos con sus sueños de por fin tener un heredero, alguien que lleve el dojo adelante y los represente como de debe no escucharon, tremendos padres tenían los dos. No pudieron reclamar, pues los "adultos" se habían puesto hablar de eso mismo pero en un futuro.

Había una razón por la cual los patriarcas habían cambiado de opinión tan solo faltando un día, para ese día, ningún funcionario o sacerdote estaría dispuesto a casar a esos atolondrados jóvenes justo ese día, lo de la anunciación del compromiso era solo un solo tapadera, pero sencillamente ignoraron mencionar esa parte. No dejaron hablar a los jóvenes prometidos y los corrieron de allí. Ellos pelearon, diciendo que todo era culpa de otro, pero a ese punto no sabían el porqué de la culpabilidad.

Pasaron un par de horas y Kasumi le dijo a Akane y a Ranma que fueran a compar algo que les faltaba para terminar de hacer lo que iban a compartir, y ninguno se pudo negar, era demasiado difícil negarle algo a Kasumi. Resignados salieron de compras. Aunque seguían sin hablarse el uno al otro.

-- La verdad es un alivio -- Ranma rompió el silencio, y la peliazul se lamento, no contestó, tampoco lo miró. -- así tenemos más tiempo para convencerlos de que este compromiso es una estupidez.

«Callate, idiota» pensó la peliazul con dolor y molestia.

-- Tienes razón -- dijo ella, orgullosa...-- espero el día en el que ese ridículo compromiso se disuelva y ya no tenga nada que ver contigo.

-- Sí, igual yo no quiero tener nada que ver con una marimacho. -- dijo Ranma, también dolido por el comentario de su prometida.

«Tonta, marimacho» pensó el pelinegro, él no se había dado cuanta que fue él mismo que se había puesto listo para la guillotina. Y el omnisciente narrador esta de acuerdo con Akane...Ranma de verdad es un idiota

-- Sí, más te vale ir corriendo a los brazos de tus otras prometidas y contárselo, quien sabe, tal vez tengan una poción o algo que haga que los "maduros" de nuestros padres y tía Nodoka nos cumpla ese maravilloso sueño...¿Qué te parece? -- Akane finguio una sonrisa, y una mirada esperansada.

-- Es buena idea, tal vez lo haga, fíjate -- respondió con rabia Ranma, no había notado el tono de sarcasmo he ironía, ya que esa madrugada volvieron a despertarlas esas brujas. Otras de las cosas que el omnisciente narrador esta de acuerdo es que...estos dos no saben dar su brazo a torcer.

«Sera estúpido» la chica de ojos color caoba frunció el ceño y apretó los puños, molesta por la idiotez de su estúpido prometido.

-- Sabes que, -- respiró con duerza -- por que no llegas un poco antes a la tienda, idiota -- por un momento Ranma se quedo procesando la información recibida, pudo entender lo último dicho por su prometida cuando ya estaba por los aires y veía toda la ciudad de Nerima en plena tarde.

Cuando aterrizó en un árbol se quedó asombrado, ya que en vez de caer en cualquier parte como hacía siempre, había caído justo al frente de la tienda, o mejor dicho, justo arriba de ella. Silbó aun con asombro.

-- Nota mental, Akane tiene buena puntería y gran orientación -- se dijo para bajar del árbol, justo había caído donde ella había dicho que iba a caer -- Aun debería ser más delicada. Bueno -- suspiró alzando los hombros, ya en el piso -- así es ella, ¿qué se le va hacer? -- camino hacia la tienda.

Cabe destacar, que los que estaban a su al rededor estaban asustados, ya que el chico había salido de la nada bajando del pequeño árbol de la banqueta y tenía el cabello todo llenó de ramitas y hojas.

-- La chica no es nada delicada -- dijo la reportera con sorpresa por lo que había hecho la peliazul, los estaban siguiendo desde los habían visto salir de el dojo, aunque tristemente por la distancia en la que estaban no podían escuchar nada.

Akane no se había movido desde que lanzó a su prometido por los aires, apretaba los puños y temblaba de rabia, no sabia si llorar por impotencia o llorar por tristeza. Recordó el regalo para su prometido, era algo que hasta a ella misma le hubiese gustado obtener, pero era para él, sabía que su prometido era gran fan de esa persona, hasta se sabía cada una de las películas de ese hombre, también siembre había hablado de que si le hubiese conocido estaría dispuesto hacerse su discípulo, lo triste era que esa persona ya había fallecido hace casi veinte años, quedo sorprendida de que ese muchacho de la televisora tuviera algo así en sus manos era algo que sin dudas valía mucho, ahora estaba pensando muy seriamente en encontrar al chico que le dio eso y devolverselo. Comenzó a caminar para llegar a la tienda, ella era quien tenía el dinero.

-- Nuestro objetivo se mueve, Vamos, Yuu -- tomó de la solapas del abrigo a su rubio compañero y lo jaló con fuerza sin importarle que casi lo ahorca -- tengo un plan, para que hoy sea un día de progreso y no de atraso -- lo soltó para mirarlo y él pudo respirar con normalidad y volvía a tener el color natural de su rostro -- y no te preocupes no tiene nada que ver con lo ser secuestro, ya habíamos quedado que eso era en caso de emergencia extrema -- el chico asintió, con la respiración tranquila.

Luego volvieron a seguir a la chica.

Luego de compar lo que faltaba, solo un poco de paprika, se preguntaron si Kasumi estaba loca, o el estrés de la preparación para la fiesta ya la estaba afectado...pues le había pedido el favor a ambos para que compraran ese mínimo condimento, creyeron que eran más cosas...o solo quería darles un momento de paz a ambos, sin saber que al final era culpa de su orgullo la tensión que tenían ambos prometidos.

La intención se le agradecía, sin dudas Kasumi era un ángel.

-- oh, mira -- dijo Akane con una renovada sonrisa, están caminando cerca del parque y en la entrada de este habían dos personas con una puesto ambulante de chocolate caliente y bebidas calientes, ese día estaba haciendo algo de frío -- seria genial pedir algo, vamos, Ranma -- y olvidándose de la molestia que cargaba por lo que se habían dicho, tomó la mano de su prometido y se dirigió al puesto. Una de las cosas que ella más amaba era el chocolate.

Ranma quedo sorprendido por el acto de su prometida, miro la unión de su cuerpo, las manos de la chica estaban frías, pero el tacto no era desagradable, pensó que un chocolate estaría bien para calentarse.

Al llegar al puesto ambulante un señor con una enorme barriga y un gran mostacho negro que cubrían sus labio, también una gran barba blanca y el cabello lo tenía desordenado del color negro los recibiór, con una sonrisa, ha espaldas del señor había un joven de gorra con estampado militar y lentes oscuros, muy raro, ya que no había sol ese día, pero los prometidos no se detuvieron a pensar tampoco que el bigote del señor estaba más abajo de un lado y por eso le tapaba los labios, o que una un pequeñisimo mechón rojo salía de bajo de la cabellera negra, o que la barriga no coincidían con el tamaño de sus manos, ni rostro.

-- Buenas tardes...-- dijo Akane, aún sin darse cuenta que el "señor" miraba la unión de los chicos para más rarezas. -- me da dos tazas de chocolate caliente, por favor. -- sonrió soltando a su prometido y junto sus manos para llevarlas a sus labios y soplar aire caliente en ellas, el cual salió como vapor, fue una mala idea salir sin guantes.

Ranma sintió algo...algo que aun no identificaba como se llamaba, primero era un revoltijo en el estómago, algo así como que se le hacía un nudo, pero era agradable, único y cálido, y después, desolación, soledad, no dijo nada, pero miraba a otro lado y metió sus manos en los bolsillos del pantalón, están irritado, ahora no era por la pelea de hace rato, ahora era por la separación de sus manos, pero la a sensación cálida seguía allí.

-- Por supuesto, linda señorita -- dijo el "señor" con una voz gruesa, a leguas se notaba que era forzada, pero los prometidos no se dieron cuentas. Que grandes artistas marciales eran esos dos -- uno para usted y su novio, creo yo...jeje...-- se atrevió a decir esperanzada, digo, el señor dijo con normalidad, deduciendo los hechos presenciado hace unos momentos. -- ¿sabían qué el chocolate tiene sustancias que hace que nos sintamos como si estuviésemos enamorados? Es un honor tener a dos jóvenes novios en mi puesto...jeje.

-- ¿Ah? -- Akane miró a su prometido y luego al señor y pestañeo para luego mirar al señor, ya no sabía si quería chocolate caliente, -- oh, no, no somos eso...-- Ranma la miró de reojo al oírla decir eso. A fin de cuentas era verdad, pero se puso nervioso cuando el señor había dicho lo del chocolate.

-- Ah, entonces han de ser amigos -- dijo con dos tazas de colores grandes en la mesa de preparación. En su voz podía notarse un eje de preocupación.

-- Tampoco -- dijo Akane algo avergonzada, no sabia que decir en ese momento.

-- ¿Hermanos? -- el chocolate ya estaba en las tazas y en el párpado de su ojo izquierdo ya tenía un movimiento involuntario cuando la chica negó. -- ¿primos?

-- Ningún vinculo sanguíneo, seria raro -- dijo esta vez Ranma, miró a su prometida y ella le devolvió la mirada, temblaron.

-- Entonces...¿peoresnadas? -- la crema ya estaba puesta en las tazas, las colocó frente a ellos, en verdad quería que ellos se reconocieran como pareja, pero nada -- aquí esta su pedido -- luego puso un malvavisco en cada uno. -- disfruten su bebida.

-- Tampoco somos eso, señor -- dijo la peliazul, lo que sea qué sea eso, quiso continuar al no entender lo que había dicho el señor -- Gracias, señor, -- señaló las tazas de plástico que tenían la bebida -- ¿cuanto es? -- preguntó buscando en sus bolsillos el dinero.

-- Ah, no, esos son totalmente gratis, señorita -- le sonrió, o eso pareció porque los ojos se le hicieron más pequeños...-- es una promoción, que el cliente numero cincuenta que lleva dos tazas de chocolates totalmente gratis.

-- oh, si es así...muchísimas gracias señor -- volvió a sonreír, tomó su taza y la de Ranma entregándosela a él, luego los dos se alejaron.

-- Debi ser artriz. -- sonrió para sí la pelirroja -- Yuu, hay que volver a seguirlos, he notado un cambio -- la chica de ojos verdes se quitó el bigote y la peluca, miró a su camarógrafo, este la veía con una ceja alzada. -- sé lo que piensas, pero el dueño de este puesto era un gran amigo, me debía un favor y me la presto, no hice nada ilegal. -- luego de estar lista para seguir a los prometidos de nuevo jaló al chico del cuello de su abrigo. -- vamos que se adentran al parque.

Y a pesar de lo dicho, los hechos fueron totalmente diferentes.

FlashBack

-- Solo sera por un instante, te lo prometo... Unos minutos -- la pelirroja miraba de un lado para el otro, y hacía arriba para ver más allá de unos matorrales cerciorándose de que el rubio no estuviera cerca -- juró que esto te lo voy a pagar...además que no debiste haber dicho que ibas a llamar a la policía, no sabes lo que eso haría, perdería mi trabajo.

Ella le había dicho al rubio que se quedara esperando que los prometidos salieran de la tienda e hiciera todo lo posible para llevarlos por el camino que iba al parque, mientras ella preparaba su plan, lo que no se imagino es que el vendedor dueño del puesto se la pusiera difícil.

Miró al señor quien estaba envuelto como un capullo por la cuerda y una mordaza para no dejarlo hablar, en su mirada se notaba lo asustado que estaba, sobretodo de esa pelirroja.

-- No me demandes...-- soltó, para luego volver a mirar y darse cuenta que su compañero se veía a lo lejos -- vengo en unos minutos. De nuevo perdón.

«Momentos desesperados, medidas desesperadas» pensó para luego salir con sigilo de los matorrales de ir al puesto ambulante de bebidas calientes. Y esperar a sus compañero.

Fin de FlashBack

-- ¡Mierda! El señor...-- exclamó pelirroja abriendo desmesuradamente los ojos, estaba toda sucia y la ropa echo jirones, en el pelo tenía ramitas, hojas, lodo y quien sabe que otra cosa más, sus ojos aun tenían ojeras por el mal dormir, estaba o parecía una muerta en vida, los zombies de las películas se quedarían chiquitos delante de ella, podía dormir toda una semanas si quisiera, y mejor aun, si pudiera. Quien diría que esos prometidos le causarían tantos problemas solo para que demostraran el mínimo de cariño.

Tomó el abrigo prestado de su compañero y salió al rescate del señor.

Ojalá que para el día de mañana no se precenten esas locas que atacaron a la peliazul, casi la lastiman, y a ella de no se por que su compañero detuvo el arma de una chica de cabello morado, no la hubiese contado. Esas tres que se decían ser prometidas de Ranma deberían estar en un manicomio, o en la cárcel. Aunque la pelinegra si se le había botado la canica, ella debería estas sedada, amarrada a una camilla de hospital con camisa de fuerza. Gracias a ella tenía la ropa vuelta nada, por una cinta de gimnasia cuando comenzó a moverla a diestra y siniestra. La que más parecía decente era la castaña, aunque igual comenzó a lanzar mini espátulas a las otras.

Recordaba el rostro de Ranma y Akane, aburridos, como si ver esas gatas pelear era súper normal quienes por unos momentos se habían olvidado de ellos para ver quien era la mejor, hasta que una espátula y una cinta botaron el chocolate caliente de la peliazul casi quemandola...Akane se molesto de verdad, aumentando el aura de combate que hasta le hacia mover el viento y Rama se aparto de ella, sacó su buen amigo el mazo "Estrellitasyalasvi", como le llamaba Ranma, y de nuevo, como hace una madrugada atrás, les enseño las nubes de invierno más cerca.

La pelirroja solo quería llegar a casa, miró a su compañero y le comentó que ya era suficiente por ese día, fue en ese momento que él se quito su abrigo para colocárselo a ella.

Esa noche volvió a mirar el cielo sin luna y estrellas como el día anterior.

«Tal vez mañana empiece a nevar de nuevo» pensó expulsando vapor de su boca, ya estando cerca del parque donde estaba el señor, posiblemente ya muerto de frío...y de hambre.

Y si se hubiese quedado un poco más en el parque, hubiese visto que los prometidos ya habían hecho una especie de "tregua". Y también hubiese visto como Ranma había agarrado las manos de su prometida para calentarla, y también la felicito por el golpe que le había dado a esas locas, diciendo que por fin su mazo "Estrellitasyalasvi" servía para algo. Y hubiese visto como ambos rieron, también hubiese notado como con solo ese momento quitaron la tensión que tenían en esa semana, luego como Ranma compartió de su chocolate con la peliazul y caminaron a casa con un poco más de tranquilidad, agradeciéndole internamente a Kasumi por haberles pedido que salieran a comprar la paprika.

Continuará...

Eeeen fin...

Ya mañana será el último capítulo de esta historia, la verdad me ha gustado mucho escribir este Fanfic, y me ha parecido muy divertido...oh, si, oh, si...U.U

Gracias por sus comentarios y espero seguir divirtiendoles con mis escritos.

Bye, bye