Los personajes de esta historia no me pertenecen...

Antes que nada, gracias por leer este humilde fanfic... Y sobretodo...

¡Feliz Navidad!


Viernes

Día de la fiesta de navidad en el dojo Tendo

Una hora antes de la fiesta.

El día de vísperas navideñas estaba un poco ajetreado, no solo era el día en que se reunía la familia, la cenas estaban llenas de emoción, los niños se emocionaban para recibir sus regalos y algunos corrían para comprar los regalos.

Ese día en que todo debería ser color y luce, calidad y amor familiar, Kasumi se veía un ajetreada, pues ese año le tocaba a ella ser la organizadora del evento. No es que antes no lo hubiese hecho, o que no haya obtenido la ayuda de sus hermanas y ahora de la tía Nodoka, sino que por una razón que ella no podía explicarlo, sentía que esa navidad iba hacer especial.

Kasumi agradecía que ya no se sintiera esa tensión que se había sentido por los más jóvenes de la casa, también haberlos mandado a comprar, desde ayer en la tarde ellos habían vuelto con relativa "normalidad" aunque estaban teniendo han discusión cuando llegaron que si era mejor el arroz con paprika o sin paprika...pero la paprika era mejor en la carne. No supo que había pasado en las horas que se habían tardado en llegar a casa, tal vez hicieron las paces, o se olvidaron de todo los que les había pasado en la semana.

No iba a negar que se moría de curiosidad por saber que había pasado entre ellos...aun estaba cierta tensión, pero no tanto como antes, así que no le iba a preguntar a su hermana que había pasado, no era como Nabiki.

Estaba orgullosa de su trabajo al ver el dojo decorado, aunque no lo estaba haciendo sola y no lo había echo sola, unos dos trabajadores habían venido a ayudar a terminar los decorativos y toda la familia la habían ayudado con hacerlos. Los trabajadores eran señor de cabello blanco que tapaba sus ojos al igual que un bigote muy grande, y un chico joven con lentes oscuros y una gorra de estampado militar. Kasumi en su infinita inocencia pensó que había sido Nabiki, que le había enviado trabajadores para que le ayudaran.

Muchas veces el ser humano es ciego sin necesidad de una enfermedad en los ojos...aah, en fin...

Kasumi miraba a los dos trabajadores agradecida, ya estaban terminando, cuando uno de ellos, precisamente el señor se acerco a ellos.

-- Nuestro trabajo por aquí ha terminado -- dijo el señor, era asombroso que debajo de ese frondoso bigote hubieran labios, creía Kasumi

-- Muchas gracias por todo, no me imaginé que mi hermana nos mandara ayuda para esto...

-- Oh, sí, su hermana, claro -- rió con nerviosismo mientras se racaba la nuca.

En ese momento se escucharon unos gritos.

-- ¡No seas ridículo! -- frente el dojo aparecieron los prometidos mirándose con desafío. -- esta delicioso, pruebalo. -- le mostraba unos palillos y una taza en la mano.

-- ¡Ya te dije que no! No quiero, marimacho -- en ese instante el pelinegro, no era el pelinegro que la disfrazada reportera esperaba, era una pelirroja de ojos azules -- no pienso envenenarme con eso.

-- ¿Ves? -- dijo la peliazul con burla -- ni tu te lo quieres comer, el arroz con paprika no es bueno.

-- No es por eso -- Ranma se cruzo de brazos -- es por que lo preparaste tú.

-- Si no te callas, vas haber las estrellas, Ranma Saotome -- lo señaló molesta con los palillos...a decir verdad, Akane había avanzado mucho en la cocina gracias a la ayuda de la señora Saotome, ya no confundía los alimentos y era un poco más delicada, aunque en ocasiones se podían encontrar pequeños trozos de madera en la comida, pero al menos ya no se podían utilizar para una bomba nuclear, y los dulces eran más comestible, sin dudas la peliazul había avanzado bastante. Eso había que reconocerlo.

-- Eso no quita lo mala que eres -- sí, era muy orgulloso, no podía aceptar que su propia prometida le ganara en una discusión estúpida...

-- ¿Siempre se tratan así? -- el "señor" solo miraba la absurda pelea entre los prometidos, quienes se habían comenzado a insultar debido a que la peliazul le dijo al chico que era un cobarde.

-- Hoy Akane aviso lo inevitable, tal vez solo están jugando -- Kasumi mantuvo su sonrisa, pero una gota callo por su nuca al ver como por segunda vez en el día el ojiazul era lanzado por los aires gritando el insulto favorito para su prometida -- creo que iré a preparar el agua caliente -- Akane también le devolvió el insulto, se sacudió las mano, pues le había lanzado el arroz y los palillos a Ranma en la cara antes de lanzarlos por los aires, y caminó hacia la casa con expresión furibunda.

-- No te preocupes, Kasumi, yo la preparo -- dijo la pelo corto antes de cruzar la entrada mirando a su hermana.

Kasumi asintió.

La reportera solo pestañeo, y mientras que su rostro mostraba sorpresa, por dentro lloraba...aun faltaba una hora y media para la fiesta, ellos eran muy difíciles.

Fiesta de Navidad

Horas atentes estaba molesta, dispuesta a golpear en cualquier momento a la primera persona que le agotará la paciencia. Ahora estaba nerviosa, y explicarlo era difícil, no solo por el hecho de que todos ya están en el dojo celebrando (podía oírse la musica dos cuadras más allá) y que sin dudas estarían todos lo que rodeaban su día a día; su padre, sus hermanas, sus tíos, los locos, amigos y vecinos...también estaba Ranma.

Miraba su regalo, ahora estaba envuelto en en un papel de regalo, le costo mucho ocultarlo, mas cuando Nabiki hizo acto de presencia en su cuarto y comenzó a burlarse de ella, pero sus burlas sirvieron de algo, ahora ella era la única que sabía del regalo. No sabía que hacer... Por un lado ella estaba algo resentida porque su prometido había dicho que se podía envenenar con su comida, cuando ya no era así, cuando era consiente que en la cocina había avanzado bastante, por el otro enserio quería darle ese regalo al idiota de su prometido.

Decir que se llevaban bien, era eso un decir, esta bien, ya no estaban como los primeros días de la semana, pero aun no podía evitar sentir un poco de tristeza por que Ranma no le había dicho que era ella para él. Una vez creyó oírlo, pero el pelinegro lo negó rotundamente y pensó que eso había sido solo algo creado por el anhelo de su corazón.

-- Akane -- escuchó la voz de Nabiki detrás de la puerta -- te estamos esperando, papá dice que bajes.

-- Ya voy -- le dijo, para suspirar. Tomando su regalo pensó algo importante.

«Es mejor ir a la guerra, que quedarse en casa y ver morir a los soldados» en otras palabras era mejor enfrentarse a lo que nos aterra, que ser una cobarde.

En el dojo todo era risas y felicidad, las voces de Soun y Genma se escuchaban horribles por los altavoces, cantaban, o eso parecía, un karaoke, Nodoka y Kasumi están hablando con otro par de personas y reconoció a al chico que le dio el regalo y a su lado la reportera que estaba aquella vez, tal vez Kasumi los había invitado, las "tres mosquelocas" como había pensado decirle estaban atosigando a Ranma, ya no se le hacia rara la imagen, y molestarse por eso ya era latoso. Mousse estaba abrazando un árbol de navidad, de seguro que pensaba que era Shampoo, Kuno con su hermana Nabiki, tal vez hablando de sus estudios, tal vez no, gracias a todo lo creado el chico del kendo ya no la molestaba como cuando estaban en la preparatoria. Y también habían personas conocidas andando de aquí para allá.

Se escucharon gritos de chicas y supo de quien se trataba, El maestro Happosai estaba haciendo de las suyas, cuando salió entre las chicas para ir en su dirección, lo vio saltar y abrir los brazos.

Antes de que lo recibiera un golpe de lleno en el rostro, alguien lo agarró de su traje. Y eso fue el punto de quiebre, lo que hizo que todo en la fiesta se volviera un caos.

-- ¿Qué hace, viejo baboso? -- Ranma miró al señor de edad mayor con rabia.

-- ¡Ranma! Que bueno que te veo -- sonrió con malicia, pero después tenía una cara de inocencia -- podrías modelarme esto y prometo no molestar a la linda Akane ¿siii? -- le mostraba un brazier.

-- ¡No sea ridículo, anciano! -- exclamó Ranma, varias chicas que habían sido víctimas del señor estaban allí a la espera -- tomen chicas -- y lo lanzó al grupito, cada una empezó a pegarle al maestro Happosai.

Antes de que Akane le diera las gracias se escucharon el grito de las locas prometidas llamándolo.

Y desde allí todo se volvió una locura, luego de unos pocos minutos las mesas de comida destruidas por unos bolos, decoraciones rotas por espátulas, habían grandes huecos en la pared, el techo y piso, en otras palabras un gran desastre. Y en la fiesta ya no estaban los prometidos, ni las tres locas, tampoco estaban la reportera y su camarógrafo, y menos la familia de los prometidos. Algunos de los que quedaban solo siguieron disfrutando de los que quedaba de la fiesta. Ignorando los que faltaban.

Ranma bajo a su prometida en el pequeño parque que quedaba cerca de su casa, estaban respirando con rapidez, había hecho bastante para que la peliazul no saliera lastimada por las otras chicas, se habían molestado porque estaban juntos y comenzaron a decir que "Akane, no me vas a quitar a mi Ranchan", o "Arien ser solo para mi, chica violenta", también "Plebeya, suelta a mi amado Ranma de tus garras...Ranma-sama, yo iré a salvarte" y como siempre comenzaron a atacar a diestra y siniestra. Locas.

Como esperaba que este día fiera un buen día. Sólo faltaban unos minutos para que sea navidad y no le había dado el regalo solo por que todos se les ocurrió molestarlo ese día, con un suspiro miró a su prometida.

-- Gracias, Ranma -- sonrió, estaba comenzado a caer la nieve, y deberían estar yendo a en casa, pero en cambio se sentaron en los columpios.

Ranma en ese momento contempló la imagen más hermosa que había contemplado en toda a noche, ni siquiera cuando la vio entrar al dojo en un vestido rojo con un abrigo negro y la bufanda de tres colores de navidad. También estaba con unos pantalones de mezclilla por el frío y nos botines color crema, sin dudas estaba hermosa. Pero verla con el rostro iluminado por las luces navideñas, mirando como cae la nieve y con una sonrisa que lo desarmaba fue sin dudas lo mejor de la noche. Era el mejor regalo que pudieron.

-- ¿Por qué? -- pregunto despertando.

-- Por estar conmigo esta navidad -- dijo con suavidad, luego le mostró su regalo -- feliz navidad, Ranma -- sonrió cerrando los ojos.

Ranma tembloroso tomo el regalo, y antes de abrirlo se acordó del suyo con rapidez se acerco a ella y le colocó la cadena que había guardado en unos de sus bolsillos en su cuello...no se equivocaba ya era navidad.

-- Feliz Navidad, Akane -- le dijo.

Su prometida abrió los ojos y al ver la cadena tuvo ganas de llorar, no sabia si era por la emoción del momento o por todas las emociones vividas esa semana, que en verdad habían sido difíciles. La cadena le pareció hermosa. Se sonrojó un poco al ver los kanjis que estaban allí.

-- Muchas gracias, Ranma -- le miro con alegría, sus ojos brillaban y el sonrojo aun están en sus mejillas. Ella tuvo deseos de abrazarlo.

-- Ahora yo quiero ver mi regalo ¿esta bien? -- la chica asintió controlando sus ganas, más que nada por la vergüenza que sentía, al abrirlo no entendió muy bien el regalo -- ¿Una cinta?

-- Cinturón en realidad, mirala bien -- le dijo la peliazul soltando una risa.

Ranma obedeció y al ver un grabado e ella abrió los ojos con sorpresa.

-- ¿Es-esto es de verdad? -- la miró aun sorprendido.

-- Tan real como yo...-- respondió la peliazul -- también dude un poco, pero Nabiki sabe de estas cosas y me "ayudo" a ver si era real y sí, lo es -- miró hacía cielo, con algo de vergüenza -- por cierto le debes quince mil yens a Nabiki...

-- ¿Qué? -- alzó una ceja.

-- Es que le dije que era tuyo y dijo que te iba a cobrar a verificación...sabes como es -- se veía apenada, hasta chocaba los dedos índices...Ranma pensó que en ocasiones su prometida parecía una niña, y en esas ocasiones le encantaba.

-- Bueno, que se le va hacer -- suspiró con medía sonrisa en los labios -- gracias, marimacho. -- sintió como un puño se hundía en su cara.

-- El insulto no te lo paso, idiota -- dijo la peliazul con el ceño fruncido.

-- Era de cariño -- se sobó la nariz y miró con molestia a su prometida.

-- Vamos a casa, no quiero morir de hipotermia -- fingió no oír...y se dio la vuelta.

-- Tienes razón, vamos a casa -- asintió el pelinegro -- no puedes perder mi regalo ¿sabes? -- Akane hizo un sonido con la garganta afirmando -- sino no serian gemelos. -- soltó carraspeando, estaba algo nervioso. La peliazul se dio la vuelta sin entender, cuando lo vio estaba sosteniendo una cadena igual a la suya, se sorprendió, solo cambiaban los colores, pero en sí eran las mismas.

La peliazul no dijo nada, solo lo abrazó con fuerzas, el se quedo un momento sorprendido por el acto de su prometida, pero a pesar de su nerviosismo comenzó a devolver el abrazo.

-- Feliz Navidad, Ranma.

-- Feliz navidad, Akane.

«Ha sido un buena navidad» pensaron Ranma y Akane

Fin


A no que creen, sigan leyendo


La reportera miraba detrás de unos arbusto con dos ranitas alzadas para que no la descubrieran la escena de los prometidos, tenía una sonrisa en el rostro, y a diferencia de la última vez estaba si escuchaba lo que decían, y ahora estaban abrazados. Eso le hizo ver que ellos a su manera sentían algo el uno por el otro

-- Sabes, Yuu -- susurró a su compañero -- que se jodan los de la televisora -- su amigo alzó una ceja sin entender -- si ellos quieren una noticia picante, que les llene los bolsillos que busquen en otro lado. Él sera un gran artista marcial, tal vez alguien que iguale a Bruce lee ¿no crees? -- soltó una risa, unos gritos comenzaron a escucharse -- y ella también, si lo pule, puede ser una gran peleadora, en ese momento que esos chupa sangre se encarguen de saber de ellos. -- ella miró a su compañero, se refería a los prometidos -- pero por ahora que sean felices con lo que no tienen y tienen. También fue buena idea despistar a la familia de estos chicos, gracias -- él sonrió.

Ella volvió a mirar a dirección donde estaban los prometidos, en eso momento Akane le dio un puntapié a su prometido lanzándolo por el cielo invernal.

-- ¡Salvajeeee! -- se escuchó el grito masculino.

-- ¡Es paprika, no pericia, imbéciiiiil! -- respondió a la mas joven de los Tendo.

Cuando se alejo para ir a su casa "molesta" aunque en su labios tenía una pequeña sonrisa en sus labios, la pelirrojiza salió de su escondite.

-- Vamos a casa, Yuu...-- se dio la vuelta para ir en la otra dirección -- ya vasta por hoy, o por lo que queda del año. -- él toco su hombro y le colocó algo en las manos. -- pe-pero yo...yo no tengo regalo -- lo miró sin saber que mas decir y las mejillas coloradas, el chico alzó los hombros, al abrir la pequeña caja vio el anillo que hace unos días no sabía si comprar, esa solo un aro plateado con una pequeña piedresita en el centro. -- es lindo -- dijo para sacarlo del estuche y colocárselo en el dedo corazón -- me encanta. -- le sonrió.

-- Feliz navidad, Hinna -- dijo él.

Ella se sorprendió, tenía ya un año de conocerlo y no lo había escuchado hablar, pensó que era mudo.

-- ¡Hablas! -- soltó sorprendida -- no debería sorprenderle estas cosas, pero bueno...-- procesando todo lo que había sucedido en la semana, y era verdad las cosas raras e inexplicables eran parte de ese lugar -- feliz Navidad, Yuu -- dijo con una sonrisa, tomó la mano de su compañero y empezó a caminar -- Te debo un regalo de navidad, pero como probablemente me quedare sin empleo no puedo comprarte nada, ya sé, te invito un Shawarma...¿has probado uno? Son lo mejor de lo mejor...son muy sabrosos -- se pegó más a él -- deberías hablar más, tienes una linda voz -- rió mientras se a alejaba. -- también tengo que decir que mi tío va a matarme por regalar las joyas familiares, más de diez mil dolares vendido solo por tres mil yens, no creo que le guste mucho, aunque no voy a preocuparme...

«Ha sido una buena navidad » pensó la reportera un borrar la sonrisa. Apretando la mano del rubio ligeramente y él la acercó completamente.

La navidad había sido buena para todos, no paso lo que anhelaban, pero por lo menos, y a pesar del frío, iban a la cama con una sonrisa y calor en sus corazones, a fin de cuentas la navidad, no tiene nada que ver con perder tu trabajo, o estar asustado de los que vaya a pasar mas adelante, tampoco de pensar en lo malo, o de los regalos, sino de disfrutar de la familia y los seres amados, teniendo presentes que con un poco de diversión y afinidad hace de tu mundo más feliz.

Ahora sí... EEEL FIIIN.


Primero. No pensé que escribir un cap diario seria tan difícil, pero es divertido.

Dos. Tendrá un pequeño epílogo, pero ya será entre el 31 y 1...

Tres. De nuevo gracias por leer y comentar.

Cuatro. Nos leemos pronto.

Y por último. De nuevo feliz Navidad.