Sabía que disponía del día entero para él, podría ir a torturar a sus presos o ir a planear con sus estrategas, podía hacer lo que él quisiera y lo que más quería era pasar tiempo con aquella enigmática chica. Ella aun dormía, por las noches que pasaron juntos, se pudo percatar que ella tenía por costumbre abrazarlo, hasta entonces no se había permitido permanecer tanto tiempo en compañía de una mujer, jamás tolero que invadieran de esa forma su espacio personal, en realidad podía asegurar que no le agradaban esa muestras de intimidad, pero con ella era distinto, cuando estaba por sentirse incomodo ella se movía y dejaba de sostenerlo en sus brazos, incluso tomaba cierta distancia, pero mantenía sus pies junto a los de él, como si se tratara de un seguro, le gusto.

Salió de la cama lo más discreto que pudo y fue a pedir el desayuno, al llegar las doncellas con las charolas repletas de alimentos las dejo pasar con la condición de no hacer ruido, colocaron cada una de ellas sobre las mesas y se retiraron, él volvió a colocarse bajo las sabanas, poco después su invitada fue despertando y él de inmediato ataco con los alimentos, charlaron poco, pero animados.

Tengo el día libre, ¿quieres hacer algo?

Me siento bastante mejor, ¿podríamos salir de la habitación?

Tengo una idea

Al terminar su desayuno, pidió ayuda a sus cortesanas para que vistieran a su huésped, mientras tanto él fue a alistar a los caballos, cabalgaron hasta medio día, le mostro el palacio y sus alrededores, todas las personas que lo saludaron, lo reverenciaban, obsequiaban parte de sus cosechas, algunos se atrevían a pedirle favores, tales como ayuda para administrar sus tierras, ganado y demás, nadie parecía temerle, en realidad la gente que habitaba bajo sus dominios lucia alegre, seguramente era un buen rey, alguien que con esfuerzo se gano el respeto de sus súbditos, no creía estar equivocada al pensar que se trataba de un buen hombre, ojalá pudiera recordarlo, había estado haciendo esfuerzos por hacer memoria, bajo su inconsciente sabía que existía un gran amor hacia una persona, podía sentirlo, respeto, admiración, se preguntaba ¿Por qué él no le decía el tipo de relación que sostenían? Tal vez no quería presionarla, dejar que el tiempo arreglara sus recuerdos o tal vez por recomendación del doctor no debía forzarla, lo que fuera, ella estaba segura de que a su lado nada podía salir mal.

Mi señor me alegro de su visita, pasen hemos preparado su almuerzo- decía el hombre que lo ayudaba a dirigir su caballo al establo, otros dos se acercaron al de ella, uno le ofreció su mano para ayudarla a desmontar, pero antes de que pudiera aceptarla, Ranma bajaba del suyo para dirigirse a ella tomarla por la cintura y bajarla sin problemas.

Excelente, muero de hambre, ¿tienes hambre? – le pregunto viéndola a los ojos

Estoy famélica

No se diga más, sírvenos de una vez

Pero mi señor, su general lo espera, quería conversar con usted, hemos preparado una habitación para la dama, ahí ella podrá descansar y almorzar sin ser molestada

No, ella permanece a mi lado ¿está bien por ti? - pregunto tomándola de la mano

Por mi encantada

Es solo que el general pidió una audiencia en privado

Y soy yo al que sirves no a él, que quede claro, mientras ella quiera estar presente nadie tiene derecho a opinar sobre su lugar, si yo digo que esta bien a mi lado

Está bien, lo entiendo- dijo el hombre agachando la cabeza, visiblemente afectado

Díselo al resto de los hombres, nadie le dice a dónde ir o qué hacer, ella tiene privilegios dentro y fuera del palacio

Entendido- dijeron todos los presentes

Entraron a lo que parecía un gran salón, había varias damas esperándola a un lado de todo, pero el primer lacayo que intento ayudarla a bajar del caballo se apresuró a ir con ellas y darles las nuevas indicaciones, no demoraron casi nada en traer su almuerzo a un lado del rey, el general comenzó a platicar con el rey, nada relevante, ¿entonces por que necesitaba la charla en privado?

Ryoga deja de perder mi tiempo, ¿Qué es lo que quieres discutir?

No es que quiera perder nuestro tiempo, en realidad me urge hablar contigo, pero veo que no sueltas tu juguete nuevo y no sé que tan confiable sea

No es un juguete nuevo

Pero no es nadie

Detente ahora, no digas más o perderás mi afecto

Estamos en medio de una guerra y tú decides que es buen momento para ponerte a conquistar sus piernas, no deberíamos perder el tiempo de esta forma, todavía hay mucho de que hablar

Puedes hablar de lo que sea en este instante

¿confías en ella? ¿sabes quien es? Por lo menos estas seguro de que no finge su perdida de memoria, estoy preocupándome por ti

Ella es ella sencillamente no necesitas saber más

Pues uno de los dos debe usar la cabeza, no pienso hablar de temas importantes frente a una desconocida

Está bien, no aprecio que discutan por mi causa, yo iré con el resto de mujeres – dijo la desmemoriada chica, se levanto visiblemente molesta y se marchó.

No aprecio que hagas eso

Me da igual, estas a dos reinos de tomar la nación entera y te pones a jugar con una nueva chica, haz lo que tengas que hacer con ella y deshacerte de ella de una vez

Ya se como adueñarme del reino vecino si es eso lo que te preocupa

¿Qué dices?

Ella me dio la idea, ya sé como tomar esas tierras

Ranma explicó a Ryoga el plan que astutamente la chica de la que dudaba su mejor amigo le había dado, atribuyéndole todo el crédito, sencillamente sin ella estarían como al principio, el plan seria arriesgar a cuantos hombres pudieran y combatir con los restantes, eso a todas luces hubiera salido mal, Ryoga estaba que no lo creía, no solo era un gran plan, era excelente, pero aun tenía sus dudas, aquella chica, no sabían quien era, por lo que él conocía de la situación, la habían encontrado herida a la orilla del lago, con la mitad de una armadura, seguramente revolcada por la corriente, estaba dubitativo, no quería confiar ciegamente en una desconocida. En ese momento salieron las mujeres a montar el panel de practica para tiros con arco, cargaban flechas y ayudaban a la desconocida a equiparse con el arco, charlaban entre ellas, la que solía enseñar a las demás a disparar le daba indicaciones a la desconocida, ella fue la primera en tirar su flecha, un buen tiro, dentro del área, ambos caballeros sostuvieron la respiración, ambos inmersos en lo que pasaría ahora, la vieron tensar la cuerda, colocando la flecha al centro, inhalo, sostuvo la respiración y dejo salir su flecha, un gran tiro, casi perfecto, pero la primer flecha estaba mas cerca del centro del panel que la suya, tenia dotes, pero no era tan buena, Ryoga se relajó, necesitaba saber más de ella antes de juzgarla.

Bien me voy, te veré mañana, necesito informar a los demás y empezar a hacer rastreo por la zona, me despido mi rey

Ranma

¿Qué?

Dime Ranma, a partir de ahora tú y unos pocos más podrán llamarme por ese nombre, para todos los demás seguiré siendo su majestad, rey, emperador, divinidad, como deseen llamarme, pero tú mi amigo, llámame Ranma

¿fue idea de ella?

Ella solo le dio un nombre a los canjis, pero me gusta

De acuerdo

Ryoga se retiro sin mayores contratiempos, de haberse quedado unos minutos más habría apreciado la increíble velocidad con la que la chica se acostumbro al arco y comenzó a tirar al centro del panel sus flechas, una tras otra, sin errar en ningún intento, sencillamente magnifica, Ranma estaba anonadado, ¿es que habría algo que ella no pudiera hacer? Las mujeres a su alrededor podían ser buenas en una u otra cosa, pero ella era magnifica en todo, ¿de verdad las mujeres podrían hacer todo sin ayuda de los hombres? ¿o solo estaba siendo cautivado por ella?

Después de hacer una excelente demostración, optaron por retirarse, de vuelta a los aposentos del rey, el viaje de regreso fue aun más lento que el primero, esta vez charlaban entre ellos, ella le agradecía por dejarla cabalgar a su lado, divertirse aprendiendo a tirar con el arco e incluso él se había ofrecido a enseñarle a combatir cuerpo a cuerpo, pero eso lo harían en otra ocasión, cuando estuviera completamente recuperada.

Mi señor el baño esta listo- le informo al pie de la puerta la chica de cabello morado- en cuanto salga, enviare bocadillos, ¿desea que frote su espalda?

No te preocupes, yo lo hare por ti- dijo su invitada, abriéndose paso entre los dos

Pero tu baño también te espera del otro lado del palacio, junto al baño de huéspedes

Shampoo haz el favor de no contradecirla

Pero

Nada, cuando ella hable es como si yo lo estuviera haciendo, por favor

Shampoo les dio la espalda, fue por la ropa que ya había mandado hasta el baño de huéspedes y la ubico cerca del baño del rey, mientras tanto el rey y su acompañante se encaminaban al baño.

Yo, lo siento, es solo que no me hizo gracia imaginarlos en la misma tina de baño

No tienes nada que temer, ya te lo he dicho no hay nada entre ella y yo

¿Quieres hablarme de nosotros?

¿Qué debería decir?

Desde cuando me conoces, qué tan cercanos somos, cual es mi nombre- decía ella alzando su cabello, indicándole al rey que necesitaba ayuda para desatar su kimono, él sin dudarlo y con la maestría de sus manos en desvestir doncellas lo hizo sin dificultad.

Me gustaría responder a todas tus dudas, pero temo que solo lograre decepcionarte

¿Cómo podrías? Yo veo en ti a alguien tan confiable, seguramente somos más que solo amigos, ¿verdad?

Déjame lavar tu cabello

Ranma ignoro sus preguntas por completo, la desvistió y coloco sobre un banco de madera cerca a la tina caliente, lavaba su cabello con cuidado, después deslizo sus manos por su espalda enjabonándola

¿quieres que continúe? Si tú quieres puedo parar ahora, no hare nada que tú no quieras

Por extraño que le pareciera, ella no quería que el rey parara, deseaba continuar se sentía tranquila, en paz y tremendamente excitada, pero aun así había algo en lo más profundo de su ser que le advertía que debía parar ¿debería hacer caso o dejarse llevar?

Quisiera, de verdad quisiera dejarte hacer lo que quieras conmigo, pero siento que no te conozco y no podría dejarme llevar sin tener idea de quién eres

¿Por qué no empezamos a conocernos, hay algo que quieras saber de mí? Digamos que empezamos de cero

Siguieron charlando hasta que la última burbuja dentro de la tina exploto, acariciando sus cuerpos en parsimoniosa excitación, no dejaban de tocarse uno al otro, respetando los límites, enloqueciendo de angustia por saber cual de los dos sería el primero en dejarse llevar, ambos lo querían, pero no se atrevían a fallar en su promesa, degustaban el mejor aperitivo de sus vidas, sabiendo que no podrían devorarlo, al menos no, por esa noche.

Ella mientras se vestía no podía dejar de pensar en las grandes manos que la acariciaban en la tina, su tacto era calloso, ásperas, duro, incluso podría decir que en algunas zonas de su cuerpo fue rudo, no desagradable, pero si ejerció más fuerza de lo que una caricia requería, acababa de mostrarse completamente desnuda frente a un hombre, hombre que sin lugar a dudas tenia su confianza, estaba segura de que no le costaría nada de trabajo enamorarse de él, seguramente ya lo conocía de tiempo atrás, pero si no fuera eso real entonces se estaría enamorando a primera vista y nada le parecía más romántico que aquello, sabia que él gustaba de ella, todo el tiempo su masculinidad se mantuvo erguida, ella intentaba no mirar hacia su entrepierna, pero era casi inevitable no mirar aquella parte de su anatomía, en cambio él actuaba como si nada, como si no estuviera consciente de aquello, él ara claramente más alto que ella, su espalda era casi el doble de la de ella, por supuesto que su musculatura le ayudaba a verse aun más grande, sus hombros perfectamente redondos, aquellas marcas en sus costillas adornando la cuadricula de su abdomen, sus piernas eran increíbles, duras, fuertes ligeramente bronceadas, hasta los dedos del pie eran perfectos y maldita sea su rostro, ¿Cómo es que no había retratos suyos en cada pasillo, habitación y rincón de aquel palacio? De verdad parecía una escultura, la quijada cuadrada, las cejas negras, pobladas y un tanto despeinadas, es que acaso existía una mejor nariz que la de él, era el tipo de hombre perfecto, no lo decía por el increíble cuerpo que poseía, es que, hasta su personalidad era perfecta, implacable, serio, huraño, humilde, leal, bondadoso, lo había visto ayudar a una anciana a recoger el fruto de su cosecha, mismo que había resbalado de su canasta cuando intento alcanzarle uno para él y otro para ella, lo vio recoger un ave herida y entregarla a su doncella para que la cuidara, incluso el ave se recuperaba en la habitación continua, lo escucho dirigirse a todos sus súbditos con respeto, tratándolos a todos por igual, era natural que existieran ciertas diferencias entre unos y otros más que nada por los cargos de sus nombres, pero aun así a ninguno lo trato como si valiera menos, él era perfecto, fácilmente caería enamorada.

La observaba distraída, intentaba meter los brazos en las mangas de los kimonos y no acertaba, en un impulso quiso ir en su ayuda, pero prefirió mantener su distancia, para poder deleitarse bien, ya había acariciado aquel enloquecedor cuerpo, cada curva de su cuerpo era naturalmente apetecible, podía imaginar su piel enrojecida bajo su tacto, debió hacer uso de todo su entrenamiento para no accidentalmente acariciarla de más y pasarse de listo con ella, de verdad quería que ella pensara que él era un buen sujeto, digno de ella, por alguna razón que estaba lejos de entender quería que ella lo viera con buenos ojos, quería agradarla, ser admirable, quería su respeto para mirarse como iguales, ella era increíblemente inteligente, habilidosa, risueña, incluso cariñosa, poseía gestos que no había visto con nadie, como tomar su mano discretamente cuando caminaban uno junto al otro, besar su frente antes de dormir, llevar sus manos a sus labios cuando las sentía frías, sus charlas eran elocuentes, graciosas, ella lo hacía reír, no solo la deseaba por su menudo cuerpo, admiraba a la persona que tenia frente de él, no conocía lo que era el amor, pero podría apostar su reino entero a que estaba conociéndolo a través de aquellos ojos soñadores, quisiera saber quién era, quizá era mejor así, si ella recuperara la memoria ¿se marcharía? Perdió la capacidad de respirar al imaginar que ella se iría, eso podría ser más una confirmación que un cuestionamiento, no lo permitiría, ella debía quedarse, la haría quedarse, necesitaba más de ella, la quería para él, completamente suya, deseaba saber sus miedos, su comida favorita, que le causaba gracia, cuando estaba cansada, si algo le dolía o disgustaba, quería saberlo todo de ella. Aunque aún insistiera preguntándole sobre su pasado él no se atrevía a ser claro con ella y confesarle que la noche que perdió la memoria fue su primer encuentro, se propuso conquistarla todos los días, hasta que ella aceptara de ser suya y dejar en el pasado su vida antes de él, no le interesaba saber si era casada, si tenía familia o compromisos previos, ella sería su futuro y él seria el de ella, no existiría pasado, tan solo el presente, estaba decidido, eso haría, lograría hacer que ella lo ame, necesitaba su amor, por que estaba más que seguro que dentro de él empezó a nacer unos incomparable desde el momento que la escucho decirle "cariño".

Se acerco a ella por la espalda e impidió que abrochara sus kimonos por el frente, alzo su larga cabellera y fue depositando delicados besos por su cuello, a cada uno de ellos le susurraba hermosas promesas de amor, tales como: "quédate a mi lado y pondré el mundo entero a tus pies" "seré únicamente tuyo, hasta mi ultimo aliento" "prometo amarte, en cada latido de mi vida, en cada respiro de amor, en cada poro de tu piel, jamás traicionarte, aunque la vida en ello se me vaya, mi amor es una promesa para ti" ella no sabia como reaccionar, estaba paralizada, su alma se sentía tan reconfortada, necesitaba escuchar aquellas palabras, sabia que para el amor que sentía no necesitaba de más tiempo, eso era puro y sincero, tenía el resto de su vida para conocerlo, no lo pensó más se dio la vuelta y unió sus labios a los de él, entregándose por completo a sus bellas palabras, quería sentirlas reales, se entregaría a él para ser uno solo, estaba segura de que era lo correcto, su corazón y su alma lo pedían.

Lentamente fueron despojándose de las telas que cubrían sus cuerpos, sin romper el lazo que los unía, se sentían realmente bien, como si estuvieran destinados a estar juntos por lo que restara de sus días. Una extraña conexión, como si sus almas se conocieran de vidas pasadas y al fin se pudieron volver a encontrar, se pertenecían mutuamente, lo sabían, en cuanto él estuvo dentro de ella lo confirmaron, ellos eran su propio hogar, desaparecieron bajo las sabanas, desconociendo al resto del mundo, por aquella noche solo existían para ese momento.

No podía estar mal algo que se sentía tan bien, este era su lugar estaba segura.

Hola hola

Volví con otro capitulo, ojalá les este gustando, creo que había comentado que será corto, espero terminarlo para el recalentado, para que solo coman y lean y duerman y pasan un buen día jiji, no estoy segura de incluir lemon explicito, quiero que este sea cursi, así que sea como miel en los ojos, bueno talvez no tanto así, pero si deseo que sea muy romántico, así que si desean leer lemon solo déjenme un guiño ; ) en sus cometarios y entenderé la indirecta jeje, felices fiestas, por si no actualizo antes del viernes, les quiero