Los Saotome... 2.0
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- Si, comprendo. - Akane sostenía el teléfono en su oreja, regularmente hubiera contestado desde su habitación, pero el teléfono inalámbrico había desaparecido por alguna, o cinco "razones", a saber Dios cual de todas había sido.
El golpeteo de un constante "track" en los escalones de la botella plástica le hizo saber que ya no estaba sola, y cuando su bata comenzó a ser jalada para brindar atención supo que no podía ignorarla más.
- Déjeme pensarlo, a más tardar mañana tendrá una respuesta de mi parte. - dijo inclinándose para levantar en brazos a su bebé de dos años que a últimas fechas parecía tener un sensor de movimiento con ella.
Akane estaba más que segura de su respuesta, no necesitaba tiempo para responder a la propuesta y, sin embargo, por cortesía, dejó que la persona del otro lado del teléfono se explicara a su gusto. Al final, la llamada terminó con un "yo le aviso", más redundante que las respuestas de su esposo cuando se metía en problemas.
La mujer le quitó el biberón a su hija prometiéndole darle otro al llegar a la cocina, la leche que llevaba dentro eran solo unas cuantas gotas y estaban frías pues eran de la noche anterior, sin contar, que claramente la niña la había arrastrado por el piso al ir tras de ella.
A esa hora de la mañana, nadie estaba levantado en la casa Tendo, todos se habían desvelado la noche anterior con el nuevo video juego que su hermana Nabiki les había regalado a sus hijos, incluso su esposo y su padre.
- Akane... - otro que tenía un rastreador bien activado apareció buscándola. - Ah... aquí estás. - sonrió antes de quitarle la bebé a su esposa para que preparara debidamente el biberón. - Aimi quiere leche, Aimi quiere leche. - le canturreó mientras la movía por el aire y la hacía reír escandalosamente para ser las 07:00. - Regularmente te despiertas hasta pasadas las ocho Pulguita, ¿Por qué está esta niña levantada tan temprano? - le siguió preguntando a su hija, aunque en realidad esperaba que su esposa contestara.
- Ya sabes que últimamente parece estar pegada a mí, bajé a contestar el teléfono y vino siguiéndome. - Ella vació por fin el agua caliente. - Sabes Ranma, creo que es hora de que cambies la barandilla de seguridad de las escaleras o le pongas una cerradura más compleja, porque Aimi parece tener cierta habilidad para abrirla y no quiero accidentes.
- ¿Cuáles accidentes? - él aventó a la bebé al aire atrapándola en la pequeña caída libre. - Ella es muy hábil, ¿Verdad que si pulguita? - volvió a elevarla aún más alto.
- ¡Ranma! ¡Casi golpea el techo! - lo regañó.
- ¿Quien llamó a estas horas? - preguntó ahora girándola consigo.
- Ranma vomitará - Ella agitó la mamila con fuerza, sin embargo, sabía que su esposo no pararía, simplemente cambiaría el movimiento brusco, por otro... más brusco. - Era el representante de este año del torneo de Artes Marciales.
- ¿Y qué quería? - dijo ahora entretenido en poner de cabeza a su única niña.
- Quiere que regrese a pelear. Además, él está planeando un viaje para hacer algunas entrevistas y anunciar mi regreso a lo grande. - Le extendió el biberón para que parara con esos juegos toscos que tanto le gustaban a su hija y la alimentara de una vez, con suerte, si ella se dormía de nuevo, tendrían un tiempo extra de descanso.
- ¿Y cuando te irás? - preguntó con la bebé aun de cabeza a pesar de ya haberle dado la mamila. A Aimi no parecía importarle aunque la leche estuviera escurriéndosele por entre los labios.
- Ranma, se va a hogar. - cuando vio que él la acomodaba de manera correcta, salió de la cocina con ellos siguiéndole el paso. - No voy a ir.
- ¡¿Cómo que no irás?! - Ranma indignado la vio subir las escaleras antes de correr tras ella. - ¿Acaso estás loca? No puedes no ir Akane. - dijo como si fuera la afirmación más tonta que hubiera escuchado de ella cuando entraron en su cuarto matrimonial.
- Ranma, no puedo, tal vez el siguiente año. - dijo con soltura, era obvio que solo lo decía para quitárselo de encima y volver a dormir.
- No, eso dijiste el año pasado. - le recordó acostándose a su lado con la niña en brazos. - Igual que los últimos nueve años, desde que nos enteramos que Kenma venía en camino.
- Si, luego vino seguido Ren y después los... - hizo una pausa mientras cargaba a su hija que le estiraba los brazos. - gemelos.
- Exacto, comenzaste a poner escusas y escusas, y ahora tenemos a esta pulga que no se duerme. - le picó él estómago y ella dejó el biberón de lado riendo. Akane volvió a ponérselo en la boca.
- Y por eso no puedo irme - afirmó levantándose con ella, alejándola de Ranma para que la dejara dormir y poder descansar ellos más.
- ¡Oh por favor! Ella va a estar perfectamente sin ti, ¿Cuantos días son? ¿Uno, dos?
- Tres, pero no solo es por ella, los niños...
- Los niños estarán bien. - afirmó levantándose y tomando a la bebé en brazos, ahora meciéndola bien para que se durmiera, como intentando demostrar su punto.
- En realidad, me preocupas más tú que los niños.
- ¿Qué? ¿Y eso que significa? - la niña comenzó a reír y ambos supieron que Ranma había excedido su fuerza, eso lo convertía de un arrullo a un juego. De inmediato bajó el ritmo de nuevo.
- Significa que tus hijos son cuatro clones tuyos que te harán ver tu suerte, sin contar con que Aimi, tampoco es un pan de Dios.
- Espero que no estés insinuando que no puedo cuidar de mis propios hijos.
- No que no puedas cuidarlos, yo sé que sí, pero... - suspirando notó que su esposo había soltado la cabeza de su hija y la llevaba de cabeza, ella obviamente no se dormiría ya. - mira Ranma, es complicado ahora, Kenma comenzó con los ataques rápidos y ahora quiere destruir todo lo que se le pone enfrente. Ren está metido en tres equipos deportivos competitivos que no han detenido los entrenamientos porque en enero tiene preliminares, y los gemelos... Dios, son los gemelos. Además, Aimi está en esa edad donde es dependiente de mí y no se me separa, más de veinte minutos sin verme y llora.
- Dile que no es cierto pulguita. - dijo arrojándola a la cama sobre los almohadones. - Vamos a estar bien, necesitas relajarte Akane, además el tío estará al pendiente para ayudarme.
- Bueno, ese es otro problema - mencionó viendo a la bebé regresar a la orilla de la cama para ser arrojada de nuevo, mientras el biberón había sido olvidado entre las cobijas de la cama. - Solo estará papá, tus padres regresan hasta el próximo mes de su viaje, solo serían ustedes dos contra cinco niños.
- Hasta podríamos con seis - dijo alzando las cejas sugerentes a pesar de que la "fábrica de bebés" ya estaba clausurada, Akane rodó los ojos.
- No, definitivamente no.
- Oye, oye, no puedes perder esta oportunidad, has esperado demasiado y francamente quiero que todos vuelvan a ver lo grandiosa peleadora que eres. Seguro todos pensarán que al convertirte en mamá disminuiste tu nivel, pero, cuando te vean se van a ir de espaldas. - alentó al echarse precisamente a la niña a su espalda, de cabeza, mientras él tomaba asiento en la orilla de la cama junto a la mujer.
- Es que no... - comenzó a dudar, ¡Claro que quería combatir de nuevo! pero tenía serias dudas por la integridad de su marido y padre si los dejaba solos, no es que Ranma no lidiara a diario con sus hijos, claro que lo hacía, pero frecuentemente se le olvidaba que era el adulto y que debía poner orden. Los niños se libraban de los castigos si no eran cosas realmente serias con él y la hora del baño, comida y dormir eran temas para los que Akane tenía técnicas casi patentadas.
- Solo respóndeme una cosa.
- Si me preguntas algo como "¿Confías en mí?" te golpeó, no se trata de eso.
- No, no es eso. - en realidad si era, pero cambió mentalmente la pregunta. - ¿Quieres ir? - Ranma sintió algo caliente en la espalda, ahora no era el momento oportuno de mencionarle a su esposa que su bebé acababa de vomitarlo, por suerte Aimi seguía riendo.
- Sabes que si... - dijo con un suspiro.
- Entonces no hay más que decir. ¿Cuándo te vas?
- El martes y regresaría el jueves en la noche. - habló poco convencida.
- ¡Genial! Tenemos hoy y mañana para organizar todo. - Se levantó de la cama, caminando de espaldas. - Ahora, ¿por qué no intentas descansar un poco antes de que los caballitos despierten? Yo iré a poner a está pulguita en su cuna.
- ¿No crees que esa pulguita debe de pasar de categoría? Como que siento que también es otro de tus caballitos salvajes. - le dijo con gracia.
- No, alargaré el apodo lo más que pueda. - dijo haciendo referencia a que a sus otros hijos también había comenzado llamándolos con otros apodos antes de decirles caballitos. - Aun me queda la esperanza de que ella será más tranquila. - Él salió del cuarto y Akane negó con la cabeza, eran, sin duda, esperanzas vanas.
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- ¿Te vas? - preguntó Akane horas después cuando Soun bajó a la hora del desayuno preparado con una maleta.
- Llamaron para decirme que tienen al maestro preso en Kochi, al parecer se metió a dormir a la cama de una señora estando ebrio. Tengo que ir por él.
- El maestro siempre se mete en problemas. - habló Kenma quitándole la palabra a su padre como si fuera un adulto. Akane sonrió al ver que Ranma en lugar de enojarse le agitaba el cabello - Déjame en paz viejo.
- Claro, el día que me derrotes. - dijo burlándose. - El maestro estará bien si pasa algunos días en la cárcel, es más, mejor que se quede ahí un tiempo.
- No puedo dejarlo ahí, dice que se siente mal y después de todo es mi maestro.
- El problema es que Akane ir... - ella le dio un codazo que hizo reír hasta a la más pequeña.
- Al mercado, pero podemos arreglarnos, ¿Cierto Ranma?
- Claro... - dijo algo enfadado
- Bien, les llamaré cuando llegue. - Sin más, el hombre se fue.
- Supongo que eso es una señal - dijo suspirando - Yohei comete los vegetales, no estés tirándolos bajo la mesa. - el niño de seis años solo hizo un sonido parecido a "ajaa" y siguió en lo suyo.
- ¿Señal de qué? - Ranma estiró la mano atrapando la de Kaito que igual que su hermano aventaba vegetales bajo la mesa.
- No voy a ir. - declaró limpiando la boca de su hija.
- ¡Claro que irás! - El hombre atrapó una verdura voladora lanzada por la bebé.
- ¿A dónde mami? - preguntó Ren
- A ningún lado. - mirándolo curiosa habló - ¿Cariño por qué llevas puesto tu uniforme de karate?, tienes varios gi de uso diario y están en tu ropa limpia, ve a cambiarte. - dijo al notar la insignia de la escuela bordada en el traje blanco pulcro, apenas se lo habían comprado hace dos días y Akane no quería tener que lavarlo antes de la competencia.
- Es que hoy voy a entrenar. - declaró.
- Para entrenar no necesitas el uniforme nuevo, ve a cambiarte. - Ren infló los cachetes, pero fue a hacerlo.
- Akane no puedes echarte atrás, ya habíamos hablado.
- ¡Una mosca! - gritó Kenma lanzando un golpe, quebrando en el proceso su plato de comida el cual por supuesto, ya estaba vacío.
- Limpia eso Kenma. - Akane ni siquiera se molestó en regañarlo. - No es que me eche atrás, pero, ¿qué harías tu solo con los niños.?
- ¡¿Pero viste mamá?! ¡¿Viste?! ¡Le di a la mosca!
- Fue increíble, ahora limpia el plato antes de que alguien se corte.
- ¡¿Papá?! - preguntó con el mismo entusiasmo.
- Excelente, pero hay que trabajar la precisión - dijo mirando el plato roto
- ¡Si! - se fue corriendo a buscar el recogedor.
- Akane debes ir, la campeona del año pasado y que se perfila para ganar este año no te llega ni a los talones.
- ¡Tarones! - repitió la más chica, tocando sus propios taloncillos. - Mami, tarones, mira tarones.
- Si cielo. Ya lo sé, pero no puedo dejarte solo aquí.
- No hay ningún otro gi mamá
- Ren por favor... - antes de que terminara la frase un pedazo de pescado con soya había impactado contra su ropa.
- ¡Si! ¡Diez puntos para mí! - gritó Kaito
- No es justo - Yohei se preparó para lanzar cuando Ranma se levantó y atrapó la mano en el aire.
- ¿Ves a lo que me refiero? – ella solo le hizo una seña a Ren para que se fuera a cambiar, era caso perdido ahora, pero este ni siquiera la vio.
- ¡Ahhh! – corrió hacia Kaito dispuesto a golpearlo, Ranma tomó al otro gemelo de la mano y lo levantó de su asiento antes de que su hermano lo golpeara.
- Estaremos bien. – Dijo haciendo malabares con sus tres hijos para que no se mataran entre ellos.
- ¿Es una pelea contra papá? – El mayor de los niños ni siquiera esperó respuesta fue directo a atacar.
- ¡No! ¡Espera! – Ranma se vio derribado sobre la mesa del comedor.
- No hay manera, - dijo suspirando cuando vio como la bebé tomaba un cuenco de madera y comenzaba a golpear a Ranma en la cabeza.
- ¡Manera! ¡Mami no hay manera! – repitió..
Lo peor de todo, es que ese era un desayuno tranquilo.
Ranma vio a su esposa levantarse de la mesa e irse a la cocina. Él por su lado siguió intentando controlar a sus caballitos.
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Al siguiente día, antes de la cena Ranma se llevó a sus cinco niños al dojo y comenzó con su plan.
- Bien , estamos aquí reunidos…
- ¡Reunidos! – gritó Aimi jugando con una espada de Kendo que no podía levantar al fondo del dojo, mientras que los cinco hombres se encontraban sentados al centro.
- Para discutir un asunto de su madre. – terminó por decir. A espaldas de su esposa había confirmado la invitación y estaba seguro poder convencer a sus hijos para que lo apoyaran.
- ¿Es algo malo? – Ren fue el primero en preguntar.
- Claro que no. – Contestó el mayor con los brazos tras la cabeza. – Si fuera algo malo, papá tendría cara de enojado.
- Yo no he hecho nada. – Yohei dijo con una sonrisa algo socarrona.
- Yo tampoco. – contestó con el mismo gesto Kaito. Ranma de solo ver sus caras ya se imaginaba que tenían una travesura por algún lado de la casa, pero por ahora lo pasaría por alto.
- No pasa nada malo y nadie a hecho nada, es sobre mi Akane. – el padre de los Saotome solía llamarla así para que sus hijos le pusieran atención, sabía que eran igual de celosos y posesivos que él.
- ¿Qué pasa con mi mamá? – el de 8 años remarcó el mi para beneplácito de su papá.
- Papi… - la niña le entregó a Ranma un pedazo de madera, luego volvió a irse, había quebrado la empuñadura de la espada. Dejando de lado aquello habló.
- Mi Akane volverá a pelear. – el silencio se prolongó durante unos segundos, luego los cuatro niños saltaron de sus lugares gritando con festejos que Ranma no esperaba, al menos no tan efusivos.
- Si mami pelea, ¿Recuperará su titulo? – habló el de 7.
- En la escuela me van a envidiar tanto, ¡Somos una familia de campeones! – exclamó el mayor.
- ¡Familia de campeones! – la niña fue cargada por su hermano quien le dio vueltas.
- ¡Mami le dará una paliza a todos! – gritaron al unísono los gemelos.
- Me alegro que estén tan felices por ella, por eso hay que poner de nuestra parte, ella necesita hacer un viaje.
- ¡Nos vamos de viaje! – los gemelos de nuevo.
- No, no vamos de viaje, su madre viajará… sin nosotros.
El silencio esta vez fue sepulcral.
- No podemos quedarnos sin mamá. Si ella se va, ¿Quién va a poner orden? – Ren resolvió con calma, como si fuera lo más obvio del mundo.
- Yo estaré a cargo, gracias por la confianza "amigo". – volteó a ver a su otro hijo como buscando apoyo.
- ¿Y va a ir sola? ¿Quien va a cuidar de ella?, no es seguro que ande por allí sin nosotros. – Una pequeña punzada atravesó el pecho de Ranma, tampoco la quería dejar ir sola, pero no quería que perdiera un año más sin pelear.
- Ella estará bien, estoy seguro. – Kenma hizo una mueca de descontento.
- Si mamá se va… ¿Nos dejarás comer golosinas?- habló uno de los gemelos.
- Tienen un límite de golosinas, definitivamente no excederemos ese límite. – declaró.
- ¡Buuu! – gritó el primero
- ¡No queremos a papá! – gritó el otro.
- ¡No queremos a papá! – gritó feliz desde el fondo Aimi que había vuelto a jugar a una de las esquinas.
- Oigan, el punto de esta reunión es hacer feliz a su madre. Ella quiere pelear y si no va de viaje ahora luego no querrá pelear tampoco cuando sea el torneo. Debemos dejar que vaya. – Aseveró con energía.
- No. – Kenma empezó
- No. – Ren le siguió.
- No. – Kaito se cruzó de brazos.
- No. – Yohei había traído cargada a Aimi quien repitió.
- No.
Ranma bufó molesto, necesitaba que su esposa recuperara su título, estaba seguro que ella podía lograrlo pero si no comenzaba a separarse de esos enanos nunca lo iba a hacer y no podía permitir que ella se rezagara, era uno de sus grandes orgullos poder decir que su esposa además de ser hermosa era una guerrera y no iba a renunciar a esa idea por esa panda de caballitos salvajes.
- Entonces todos están castigados. – dijo como si nada. El descontento general se oyó por todo el dojo. – Bien, bien, lo único que les pido es que le den a su mamá tres días, es todo. Ren… - comenzó con el más noble. - ¿No crees que mamá merece hacer lo que le gusta sin que nosotros nos opongamos?
- Es qué… - el niño lo dudó un segundo y Ranma aprovechó.
- Ella hace todo por nosotros, ¿No quieres darle esta alegría?
- Bueno… si… - dijo suspirando.
- Ustedes dos. – les habló a los gemelos. - ¿No quieren verla feliz también?
- Queremos helado.
- De acuerdo. – cerró el trato con un choque de puños con ambos.
- Kenma.
- No.
- Escucha.
- No vamos a dejarla ir sola, ¿sabes a cuantos espanto por ti en el centro comercial? – golpe bajo.
- Lo agradezco hijo… - dijo entre dientes.- pero no es momento de pensar en eso. Ella puede hacerlo bien sola, ¿No querías presumirle a tus amigos?
- Pues si, pero…
- Mi Akane es fuerte Kenma, y si tu no me apoyas ella no se irá, no peleará ¡Y tu serás el que la haga llorar! – lo apuntó con el dedo. Ofuscado el niño contestó jalándose la trenza.
- ¡De acuerdo! Pero si algo le llega a pasar a mi mamá me lo pagarás caro viejo. – dijo viéndolo resentido.
- ¡Perfecto! Ahora, todos aquí, choque de puños. – los cinco niños se acercaron y chocaron los nudillos con su papá.
- ¿Qué hacen todos aquí? – Akane entró al dojo con curiosidad.
- Akane hemos hablado y todos estamos de acuerdo. Debes irte de viaje para comenzar con tu regreso a las artes marciales. – ella se quedó sin habla por un momento mientras Aimi se colgaba de su pantalón pidiendo que la cargara.
- No puedo creer que hayas inmiscuido a los niños en esto Ranma. – dijo cargando a la bebé intentando ocultar parte del gran enojo que sentía. Si sus hijos no estuvieran allí definitivamente mandaría a su esposo a volar. Aunque en realidad a los niños les encantaba ver volar a su papá.
- Ellos necesitaban saberlo y todos han aceptado, se portarán bien durante el tiempo que no estés, ¿Verdad niños? – todos asistieron, unos con mejores caras que otros.
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Eran las 06:00 en punto del martes cuando Ranma y sus cinco hijos despedían a Akane en la sala previa de espera. La mujer aún no estaba segura de irse, había algo en ella que no quería separarse de sus niños, en especial de Aimi, era tan chiquita, ahora mismo la llevaba en brazos dormida.
- Ranma es que… - dijo mirando el rostro redondeado de su hija y de sus otros cuatro caballeritos.
- Es lo mejor amor. – le susurró al oído al acercarse y quitarle a la niña de los brazos quien sin darse cuenta de lo que pasaba abrazó a su papá del cuello.
- Te voy a extrañar mucho mami, pero estoy seguro que te irá muy bien, voy a estar al pendiente para grabar cada que salgas en la televisión. – Ren se acercó y su mamá se agachó a su altura para abrazarlo.
- Si pasa cualquier cosa, llámanos mamá, iremos por ti en cualquier segundo, nadie se mete con los Saotome. – Kenma habló, Akane tuvo que acercarlo a sí para abrazarlo, porque por iniciativa de él no iba a mostrarse "cursi".
- Mami… - Yohei se talló el ojo queriendo llorar, a pesar de lo revoltoso que fuese, el sentimiento de alejarse de su mamá a los seis años no era muy fácil. Akane lo abrazó y besó con mimo.
- ¡Oh Kaito ven aquí corazón! - Le pidió al otro niño que se había escondido detrás de Ranma y se hacía el fuerte, al final cedió.
Ranma se acercó al final y sin importarle la presencia de otras personas le dio un beso ligero en los labios a su esposa.
- ¡Iuggg! – se oyó de parte de todos sus hijos.
- Mi bebé, Ranma. – dijo acariciándole el rostro que era el único parecido al de ella.
- Va estar bien, Akane. Todos estaremos bien. – remarcó.
- Si pasa cualquier cosa, promete que me llamaras y en ese momento yo tomo un vuelo de regreso a casa.
- Claro, pero no pasará nada. – dio un paso hacia atrás, esperando que ella captara la indirecta y que fuera a la sala de embarque por fin.
Akane sin más remedio se alejó. Los cinco hombres Saotome se quedaron viendo como se iba la mujer de su vida.
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¡Cinco!
Corresponde al día 26. Esto no se va a alargar demasiado solo es un vistazo a la vida familiar. Como ya se imaginaran, este fic esta situado en el mismo universo que varios otros que tengo por ahí.
Gracias a todos, en especial a:
· Koreia
· Psicggg
· Arianne Luna
· Benani0125
· Felicius
· Lelek An3li
· Juany Nodoka
· Romina Landa
· Baybyface
· Pao Vedder
· Chechy14
· Guest (01)
· Vane
· Luz
· Guest (02)
· Guest (03)
· Guest (04)
· Guest (05)
· Alicia
Gracias de nuevo, de este lado de iber mundo, AkaneMiiya.
