Buenas Noches Señor de Ojos Azules
Capitulo II
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- Casa de la familia Tendo-
- Señora Makoto, habla Soun.
- ¡Sr. Tendo!, ¡Que sorpresa!, que bueno que llama, la niña Akane se va a poner muy feliz-
- Por favor ponga en la línea a mi hija. – sin ninguna clase de emoción además de la exigencia dijo el hombre.
- ¡Si, enseguida! -
La mujer de unos sesenta años aproximadamente, subió lo más rápido que pudo las escaleras, al llegar al segundo piso, cruzó el pasillo, todo para llegar a una puerta en específico con un pato de adorno en ella, tocó una, dos y luego tres veces, pero no pasó nada, ni un solo ruido...
- Niña Akane...- la llamó pensando en girar la perilla - ¿niña Akane? - preguntó por fin empujando la puerta. No había nadie ahí, miró alrededor y notó que la jovencita no había arreglado su cama, y en la alfombra un vaso con al parecer restos de leche estaba en el suelo, bastante extraño, Akane solía ser muy ordenada, no tanto como su hermana mayor, pero en general era muy limpia y organizada a pesar de contar con un servicio en la casa.
La señora probó tocar en el baño, tal vez ya se hubiese levantado, pero fue el mismo resultado... salió rápido por el pasillo, bajó de nuevo y llegó hasta la cocina donde un señor de unos cuarenta años comía galletas
- Oye Kurosawa... ¿has visto si la niña Akane salió a correr? -
- No, pensé que seguiría durmiendo, no es un secreto por aquí que la muchacha no duerme bien desde que se quedó sola en esta gran casa-
- No digas eso, no está sola, nos tiene a nosotros, pero bueno... eso para después, el señor Tendo está esperando en el teléfono y quiere hablar con ella-
- ¡Vaya hasta que ese señor se acuerda de que tiene hija! -
- ¡Ya mejor cállate y ayúdame a buscarla! -
- Bien... bien...-
Ambos empleados la buscaron por toda la casa, pero la muchacha no apareció, preguntaron al resto del servicio que en total eran nueve personas además de ellos, pero nadie había visto nada... la señora Makoto no le quedo de otra que ir de nuevo al teléfono a darle los pormenores a su jefe.
- ¿Señor Tendo?-
- Hasta que por fin regresa, y además le dije que quería hablar con mi hija-
- Es que señor... bueno... la niña... no está -
- ¿Cómo que no está?, ¿dónde está? -
- No lo sé señor...-
- Mire Makoto me está haciendo perder la paciencia, más vale que se explique de una vez-
- Pensamos que la niña estaría durmiendo, pero al ir a revisar no la encontramos, ya buscamos por toda la casa, pero no aparece, queremos creer que salió a correr como hace regularmente, pero absolutamente nadie del servicio la vio salir-
- ¿Me está diciendo que una adolescente se le perdió de vista a toda la bola de adultos que tengo en mi casa? - preguntó molesto e irónico
- Señor yo...-
- Búsquenla bien, tiene que estar metida en algún lado, y como no tengo tiempo para un berrinche de esa niña-
- Pero señor la niña Akane no es...- el hombre no la dejo hablar y remarcó el inicio de su siguiente oración
- Cuando se canse de jugar a las escondidas, dígale que quiero que preparé sus cosas, y que tiene que estar en el aeropuerto a más tardar a las dos de la tarde, mi asistente personal le hará llegar su pase de abordar, en el aeropuerto de Indonesia haré que la pasen a recoger para que venga a encontrarme-
- Señor, pero...- Tendo había cortado la comunicación - me colgó Kurosawa... no quiso escucharme...-
- Es un cretino...-
- Pues está mandando por la niña para que se encuentren en Indonesia-
- ¿Y eso? -
- No sé, igual y se dio cuenta que la tenía descuidada a la pobre-
- Es muy raro... pero ojalá y si...-
- Vamos, tenemos que encontrarla, Dios quiera que haya ido a correr...- y se pusieron a buscar de nuevo...
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- ¿Qué pasa cariño? - preguntó una mujer rubia al lado de Soun
- Al parecer a mi hija le dio por esconderse...-
- Bueno, así son las adolescentes. - le puso las manos en los hombros y comenzó a masajear. - ¡pero que tenso estás amor!, creo que el viaje desde Nepal no te cayó muy bien-
- Solo espero que por esta ridiculez Akane no vaya a perder el vuelo, tiene que estar a más tardar mañana por la mañana conmigo, mi representante me dijo que las fotos que nos tomará la prensa aquí son muy importantes, ya sabes, les encanta la imagen de la familia, aunque por ahora solo Akane esté disponible-
- Si, desde que las desconsideradas de tus otras dos hijas te abandonaron, una con sus estudios y la otra con su matrimonio... ¿Y si no vas y hacemos algunos planes románticos?
- Nami, sabes que soy una figura veterana de las artes marciales, que me hayan llamado para hacer presencia en este torneo nacional es importante para mí, le dará mucha publicidad a la marca Tendo-
- Lo sé, lo sé, no te preocupes de nada, de todas maneras, si tu hija no puede venir... yo podría...-
- No- dijo tajante. - eso no es bueno para la marca querida, no por ahora, tal vez luego. - terminó conciliador
- ¡Oh bueno! - la chica se resignó y siguió masajeando.
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- ¿La encontraron? - preguntó con esperanza la mujer
- No... de verdad que buscamos hasta debajo de las piedras, pero nada, también revisamos los videos de seguridad, pero... no hay nada-
- Pero... pero si ayer yo me encargué de darle las buenas noches...
- En uno de los videos ella aparece yendo rumbo a la cocina, fueron varias veces, pero después de verla regresar la última ocasión... no hay rastro de ella-
- ¡¿Entonces Kurosawa?!, ¡¿dónde está mi niña?!-
- no sé Makoto...- dijo abrazándola al ver que perdía el control- no lo sé...-
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- Señor Tendo, tiene llamada de su casa. - mencionó el asistente momentos después de haber entrado a la habitación
- Shimakura, le hiciste llegar a mi hija su pase ¿verdad?- preguntó viendo como el reloj de pared marcaba las tres de la tarde
- Si señor, desde la mañana-
- Entonces diles que no puedo, que estoy ocupado. - el chico de unos 24 vio como la chica rubia estaba sentada en las piernas del señor y se reía, se debatía si volver a interrumpir, aun así, Tendo se dio cuenta que aún estaba parado en la puerta y replicó.
- ¡Bueno, ya márchate! -
- Perdón si insisto señor, pero parece ser muy importante, creo que su empleada lloraba...-
- ¿Lloraba? -
- Yo creo... -
- Ya - agitó la mano para que se callara - está bien, pásamela. - dijo resignado extendiendo la mano, el asistente le dio el teléfono
- ¿Y ahora qué pasa? - fue lo primero que soltó molesto, después de escuchar a la mujer, se le quitaron las ganas de jugar con la rubia amante de turno.
Se levantó de su silla ejecutiva, la mujer fue a parar hasta el suelo y a él pareció no importarle.
- ¡Cariñito! - se quejó ella sin ser escuchada
- ¡Imbéciles! - lanzó el improperio golpeando su escritorio - ¿Acaso esto es una mala broma? ¿Me están diciendo que alguien logró escabullirse en mi casa, evadir no solo a los empleados del servicio, también a los de seguridad y al sistema de vigilancia?
- Señor, le juro que...- oyó a la mujer llorar más amargamente por la bocina
- ¡No me jure nada Makoto! ¡A mi regreso voy a cortar la cabeza de todos los empleadillos de cuarta incluyendo la suya! - dicho esto colgó la llamada.
La mujer se levantó del suelo con un poco de dificultad debido a sus tacones y ajustado vestido, se sacudió un poco antes de decir de manera casi ronroneante.
- ¿Y ahora que te hicieron para que te enojaras tanto cielito? - acercándose le puso una mano en el pecho intentando aflojarle la corbata, casi como si apestara apartó a la chica de sí y habló.
- Shimakuara, reserva un vuelo privado para irnos a Japón terminando la ceremonia de inauguración de mañana, necesito llegar lo antes posible.
- Pero que serio bomboncito - dijo con un puchero en la cara la mujer. - Tal vez yo pueda...
- Mi hija fue secuestrada - dijo apartándola nuevamente y saliendo de la oficina.
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Akane sentía que había estado en aquel lugar un siglo, le ardían horrores las muñecas, los tobillos y las esquinas de la boca gracias a las ataduras que se posaban sobre ella, además tenía mucho frio, obviamente en este lugar lúgubre no había calefacción como en casa. No sabía exactamente el tiempo que había transcurrido desde que abriera los ojos por primera vez en aquel lugar, pero desde entonces no había recibido ningún tipo de alimento o siquiera agua, y lo único bueno de aquello, era que los hombres que se habían presentado ante ella el primer día no habían vuelto a aparecer.
La muchacha sentía los músculos de su cuerpo completamente rígidos y muy adoloridos por la posición en aquella silla, quería poder romper aquellas ataduras, pero no tenía la fuerza suficiente para hacerlo, tal vez si su padre le hubiese permitido practicar artes marciales, a estas alturas ya les habría dado su merecido a esos rufianes, y ahora no estaría muriendo de miedo en aquella obscuridad.
Lloró de nuevo, o por lo menos esa era la orden que ejecutaba su cerebro, porque de sus ojos no salía ni una sola lágrima, tal vez era porque ya estaba seca de haberlo hecho desde que llegó, o tal vez porque ahora sentía su cuerpo completamente deshidratado.
Akane miró a su alrededor por milésima vez buscando algo que le pudiese ayudar o por lo menos, le diera alguna esperanza, pero ni siquiera podía ver nada, sin embargo, tras ella, escuchaba de vez en cuando algunos ruidos que podía distinguir como parte de la naturaleza, ¿Habría detrás de ella una ventana? No lo sabía y tendría que esperar alguna oportunidad para comprobarlo.
Luego de algún tiempo y gracias a la falta de energía, Akane cayó presa de la inconciencia, perdiendo la noción de lo que la rodeaba, eso hasta que sintió como sus labios eran humedecidos, inmediatamente se estremeció y de su garganta hubiese salido un grito de no ser porque estaba completamente seca.
- Calma- dijo una voz profunda, Akane por un momento quedo en shock por el miedo, aquel individuo (dedujo era hombre por la voz) seguía mojando sus labios con (probablemente) un pañuelo - dime cuando estés lista para beber agua. - la respiración agitada de ella comenzó a calmarse, con su boca libre de aquella mordaza y sus labios siendo atendidos por fin, su corazón también comenzó a bajar su acelerado ritmo.
La muchacha no podía ver nada gracias a la obscuridad que reinaba en el lugar, solo podía oír y sentir, así que no tenía ni idea de quien estaba frente a ella, sin embargo, su voz no le parecía haberla escuchado antes, es decir, no la relacionaba con aquellos tres sujetos que ya había visto.
- ya...- dijo ella en un susurro, casi inmediatamente después de eso, sintió en su boca el pico de una botella plástica, luego el agua viajar desde sus labios hasta el interior de su cuerpo.
El agua en el recipiente llegó a su fin y la botella se alejó de sus labios.
- Yo... - intentó decir
- Shhh... debes guardar silencio - dijo en un tono tan bajo que Akane por un momento pensó haberlo imaginado
- Ayúdame - rogó en un susurro.
- No puedo - dijo al tiempo que se levantaba - Tan pronto hablen con tu padre y el pague te dejarán ir, trata de calmarte.
- Él no va a ayudarme... - resignada dejó caer la cabeza hasta su pecho y antes de que él pudiera preguntar algo un ruido fuera de la habitación los puso alerta
- Shhh - dijo mientras volvía a poner la mordaza a pesar de que ella agitara la cabeza en negación, apenas dejó de sentir sus manos en su cara la puerta se abrió, y el hombre que identificaba como Kasai apareció en ella.
Akane miró a su alrededor apretando los ojos por la molestia de la nueva luz, buscando al hombre que había tenido un gesto amable con ella, pero no había nadie, ¿Acaso su cerebro le estaba gastando una broma? No, aun podía sentir la humedad del agua en su boca, alguien había estado ahí, la había atendido y hablado con ella, pero con la luz entrante por la puerta, la habitación de no más de cuatro metros cuadrados se iluminaba y ahí no había nadie.
- ¿Qué buscas linda? - dijo el hombre al verla voltear en todas direcciones - ¿Una salida? - se rio y se agachó hasta que su rostro quedo a la altura del femenino, le quitó la mordaza y le acarició el rostro - Si que eres bonita, ¡Qué suerte! En estos últimos meses no me habían traído una mujer que me complaciera del todo.
- ¡Aléjate de mí! - gritó intentando voltear el rostro cuando vio sus intenciones de besarla, no pudo hacer mucho.
El sabor pastoso de una combinación de cigarrillo y ajo inundó su boca, aquellos asquerosos labios se movían de forma brutal sobre los suyos causándole un malestar que ni en sus peores pesadillas podía imaginar, una potente arcada se hizo presente y expulsó sin remedio el agua que acababa de tomar, al instante el hombre se apartó y levantó el puño.
- ¡Eres una... - la frase se cortó en el aire.
Akane, que había cerrado sus ojos ante un posible golpe, los abrió al notar el silencio. Frente a ella el hombre parecía estar laxo mientras era sostenido de la parte posterior de la camiseta por otro hombre que supo reconocer casi por instinto.
- Shhh - fue el único sonido que hizo, y como si fuera ligero, arrastró al inconsciente fuera de la habitación.
La joven parpadeo repetidas veces, la luz que entraba por la puerta abierta le cegaba por momentos aun, se preguntó que estaría pasando afuera que no se oía ningún ruido y cuando vio una silueta acercarse su corazón bombeó más fuerte, para su fortuna, el hombre que la había ayudado estaba de nuevo ahí.
Pensó que vería su cara, pero cuando se posó cerca de ella ofreciéndole más agua notó que llevaba puesto un pasamontaña que solo dejaba a la vista sus ojos, que aun con dificultad ante la obscuridad y la visibilidad afectada de ella, resplandecían de un azul penetrante.
- Estarás bien - esa pequeña frase para Akane sonaba como una promesa, o al menos eso esperaba. Le ofreció de nuevo agua de una botella ahora llena y ella bebió sin más, al término, él puso la mordaza - trata de dormir - ella se agitó preguntando algo inentendible - estarás bien, estaré al pendiente.
El hombre salió de la habitación y cerró la puerta tras él, dejándola de nuevo en la penumbra que tanto odiaba; la chica no estaba segura si podía confiar en ese sujeto extraño, el azul penetrante de su mirada no era fácil de olvidar y sabía que confiar en esos ojos azules podía ser letal, pero por lo pronto era su única esperanza en ese lugar pútrido, no tenía más opción que intentar hacerlo por su sanidad mental; ella cerró los ojos, no es que quisiera realmente dormir, pero su cuerpo clamaba por descanso y si él le había pedido que durmiera, tal vez, significaba que era de noche, a estas alturas su cerebro comenzaba navegar en la confusión.
Su último pensamiento coherente salió de su boca en algo parecido a un jadeo por la atadura sobre su boca.
- Buenas noches señor de ojos azules.
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¡Todos juntos! ¡Cuatro!
Ya sé, ya sé que dije que esta historia no iba a estar fichada en el Diciembre sin Fin, pero como voy atrasada, hoy tocaría subir dos historias, así que digamos que no afecta a los que no les guste lo alternativo. Así que este fic es del 27 y estamos al día, al ratito subo la de hoy.
Gracias a todos por el apoyo, especialmente a:
· Lelek An3li
· Benani0125
· Psicggg
· Juany Nodoka
· Alicia
· Iselaglezcam
· Arianne Luna
· Vane
· nancyricoleon
· Andrea-saturno
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· Felicius
· Akai27
· Koreia
· Bealtr
· Romina Landa
Gracias por apoyar esta historia, de este lado del ciber mundo, AkaneMiiya.
