Mi deseo, eres tú
Los personajes no me pertenecen, son de la gran Rumiko Takahashi. Esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.
Este long shot fue realizado para la dinámica navideña de Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma.
¡Advertencia! Mis historias van dedicadas a un público con criterio formado, vale decir adultos. Puede contener, violencia física o emocional así como escenas eróticas y lenguaje soez.
Historia AU, disfruten la lectura.
—O—
Llevaba seis meses viajando en el mar, en medio de lujosas habitaciones y entre carísimos cocteles y lenguas de todo el mundo. Mi familia no estaba de acuerdo, todavía recuerdo la cara de tabla de mi papá diciéndome "no es propio, el dojo, tus hermanas, yo" etc… siempre teniendo que poner a los demás por encima de mis ideales, de mis sueños. Era momento de tomar acción, de dejarles en claro que mi vida era mía y que no viviría la que ellos querían, así es que sin tanto preámbulo empaqué mis pocas cosas y tomé el trabajo, subí al crucero con el único propósito de llenar mi cuenta bancaria; el pago era demasiado bueno como para ignorarlo, tantos años de estudios y desvelos ahora serían bien usados, sobre todo a la hora de comunicarme con los pasajeros, quienes en su mayoría hablaban inglés como idioma universal, pero también manejaba mucho el francés, el alemán y estoy practicando mi español, es algo difícil pero no imposible para una japonesa comprender tal idioma en donde existe toda clase de modismos.
No conocía a nadie una vez abordé el crucero, pero pude sociabilizar muy bien con mi compañera de cuarto, ella se llama Akari y tenemos la misma edad; veintidós años, también la tentó el dinero pero más que aquello era el hecho de viajar y conocer diversas culturas. Había días en que no le veía ni las narices, los turnos eran diferentes y no siempre nos tocaba en la misma sección; Akari era una experta masajista y usaba muchas técnicas chinas las cuales te podían quitar un terrible dolor de espalda y hacerte dormir cual bebé. Así es que ella siempre estaba en la zona de sauna y masajes o inclusive para los clientes VIP debía dirigirse a sus exclusivas habitaciones y realizar su magia.
Debido a lo anterior, fue que precisamente me sentía algo nerviosa y cansada… resulta que Akari fue solicitada por un tipo que según indican otros compañeros es una especie "heredero rico" ya que es el único hijo de un multimillonario japonés; un vejete con más de treinta años en la industria y que ha hecho que su fortuna crezca de forma estratosférica, tal cual un monstruo empresarial debido a que su tema central es la robótica y todo lo digital.
Recuerdo que dormía plácidamente cuando ella me despertó bruscamente…
—¡Akane! no pudo aguantarme debo decirle esto a alguien —chillaba eufórica mientras me frotaba los ojos intentando despertar.
—Espero que sea bueno —repliqué un poco mal humorada.
—¿Recuerdas ese tipo, del que todos hablan, el de las buenas propinas?
—Hay muchos que dejan buenas propinas Akari, ¿acaso me despertaste porque te dieron un fajo? —cuestioné.
—¡NO! —Gritó— Bueno sí, pero no es por eso…
—No te entiendo —mencioné más confundida.
—Bueno, hablo del sujeto rico, el millonario que está en este crucero…
—¡Todos son millonarios! —exclamé.
—Del máximo, del multimillonario el hijo de…
—Ah… ese, ¿qué sucede?
—Tuve que ir a su alcoba a realizarle un masaje y no vas a creer lo ¡puto descarado que fue! —parpadee varias veces y es que para que ella echara groserías era algo "grande"
—¿Se propasó? ¡Solo dímelo y voy cortarle las bolas! —chillé haciendo a un lado las mantas.
—No Akane, sé que eres experta en artes marciales pero no hizo nada conmigo.
—¿Con quién entonces? —pregunté más curiosa aún.
—Iba con mis aceites muy entusiasmada pues, hace rato que quería conocerlo y ya sabes que el muy descarado no se deja ver —abría más los ojos a medida que relataba— cuando llegué seis sujetos, sí seis gorilas custodiaban su puerta —abrí la boca asombrada — esa parte del crucero que no es menor está reservada solo para él, solo personal autorizado puede ingresar, te juro que tuve mostrar mi credencial y todo lo que llevaba en mi maletín.
—Wow… de seguro su papi lo cuida como a una flor, si dicen que es su único hijo —comenté desdeñosa.
—Pues una vez me dejaron entrar, la habitación era de otra dimensión, te juro que parecía enchapada en oro y al fondo una cama enorme cubierta de fina seda y él…
—¡¿Qué?! Habla de una vez —reclamé.
—Estaba desnudo sentado sobre la cama, era de hombros anchos y su espalda estaba marcada como si fuera un dios, podía ver su silueta y miraba hacia arriba gimiendo…
—¿Ah? para, para, para ¿gimiendo? —Akari asintió frenética.
—El hombre es exhibicionista, quizás sea un fetiche no tengo idea pero le hacían un oral estoy segura.
—¡Me estás jodiendo! –chillé sorprendida.
—Claro que no, la mujer terminaba y se fue en absoluto silencio cuando él me pidió que me acercara…
—¿Cómo puedes estar tan segura? Es decir… pudo ser otra cosa.
—El hombre gruñó amiga, te juro que odie el maldito velo, quería mirar —chilló entusiasta.
—¡Estás loca!
—Vamos, es que no lo has visto… su rostro está perfectamente tallado por una divinidad. Solo dijo dos malditas frases "Acércate" y luego fue un "Eres buena" ¡ te juro que casi se me caen los calzones!
—Estás exagerando…
—Claro que no, necesito una ducha fría porque ese bombón me dejó encendida.
—Y si te hubiera insinuado ¿algo?
—¿Sexo? Pues qué más da, es un maldito crucero acaso ¿crees que lo volveré a ver?
—Y la mujer que "viste haciéndole eso" ¿no la conoces?
—Sí, ella también hace masajes… ahora que lo pienso, ¿por qué me llamó si estaba con ella?
—Bueno pero ¿qué servicio solicitó? —pregunté curiosa.
—Ah bueno, quería un masaje de cuerpo completo estaba tenso el pobre… —mencionó Akari rascándose el mentón.
—Como sea, no me vuelvas a despertar por cosas como esa, pensé que estabas en problemas.
—Amiga es que…
—¿Qué?
—No, nada… discúlpame, iré a bañarme.
—No seas así, dime lo que ibas a decir —reclamé.
—Es que… te recomendé con él.
—¡Que hiciste qué! —chillé poniéndome de pie.
—Solo será una vez, amiga paga muy bien y…
—No necesito su dinero, me pagan muy bien aquí Akari.
—Pero es para tu deseo de Navidad… estoy segura que con el fajo que te dé reúnes lo que te falta, estamos a unos días nada más pronto atracaremos en puerto, pasaremos las pascuas en Grecia ¡Anímate! —chilló cerrándome la puerta del baño en la cara.
Y aquí estoy ahora, toda nerviosa sonriendo pero informando a los pasajeros de la gran velada navideña que ofrecerá el crucero esta noche, fue así que un tipo de casi dos metros se me acerca y me entrega una invitación que me dejó fría…
"Esta noche en la ala este del crucero, sea puntual" y más abajo las ocho en punto, firmaba con una enorme S.
—¿Qué es esto? —pregunté al sujeto.
—Una invitación, mi jefe necesita de sus servicios —contestó.
—¿Mis servicios? Yo solo soy una intérprete y a veces apoyo en el bar del crucero. Debe dirigirse con mi superior para solicitar mi presencia — argumenté, el tipo esbozó una sonrisa y se acercó a mi oído.
—A las ocho en punto, usted está reservada para esa hora en la zona VIP del crucero. Su superior ya lo sabe —finalizó.
Fui hasta el servicio más próximo y me refresqué, estaba nerviosa y a punto de irme cuando Akari llegaba a mi lado.
—¿Por qué tan pálida? —preguntó.
—Tu recomendación —solté golpeándole la frente con la invitación.
—¡No puede ser! —chilló.
—¿Cómo qué no? Si tú misma dijiste que me habías recomendado con él, qué te sorprende tanto —bufé molesta.
—Eres la primera, en estos seis meses nadie había recibido esta invitación…
—¿Perdón? No entiendo nada —repliqué confusa.
—Ay Akane, acaso no sabes lo que significa ¿esto? —Negué rotundamente— es sabido que si te envía esta invitación es porque te ha observado desde que subimos al crucero.
—No puede ser —musité— podría ser un acosador…
—No amiga, aprovecha esta oportunidad si le simpatizas te conseguirá trabajo dentro del imperio que tiene y créeme irás directo al éxito; recuerda lo que nos contó aquel chico en Italia…
—Eso es pura fantasía.
—La chica trabaja en la sucursal que tienen en Estados Unidos, no es fantasía, la familia a la cual pertenece tiene mucho dinero y eso es poder.
—¿Pero a qué costo? —increpé.
—Ella nunca admitió haberse encamado con él… deja los miedos, tú quisiste estar aquí y pasar las fechas decembrinas sobre el mar— musitó Akari tocando mi hombro.
Y con eso en mente fui a prepararme para la noche, sea lo que sea no cederé ante un desconocido rico que cree que todo lo puede comprar, estoy aquí por trabajo nada más.
Con fecha veinticuatro de diciembre, navegando sobre el mar Egeo estaba muy lejos de una velada navideña.
Los hombres en la puerta me dejaron pasar sin titubeos; el salón era precioso no lo conocía, estaba decorado por las fiestas de forma elegante. En el centro una mesa para dos y eso me hizo respirar… seguramente quería que atendiera el bar y estaba esperando a la mujer que lo acompañaría en noche buena, concluí.
—¿Tú eres Akane Tendo? —preguntó una voz grave y fuerte.
—Sí, a su orden —respondí haciendo una breve reverencia.
—Toma asiento —dijo sin más, alcé la vista y lo vi sorprendida.
Ese hombre lo había visto muchas veces, sobre todo entrando la madrugada cuando no podía conciliar el sueño, caminaba sobre la cubierta del crucero para ver la noche estrellada. Siempre más allá estaba él, mirando el mar en completo silencio.
—Me llamo Ranma Saotome, es un gusto conocerte —mencionó una vez me senté.
—Igualmente, ¿necesita que sirva algo? —pregunté incómoda, nunca imaginé que ese "sencillo chico" en playera y descalzas era el hijo rico que todo mundo pronunciaba.
—No, creo que mal entiendes mi invitación…
—¿Disculpa?
—Esta velada es para los dos —recalcó.
—Yo no sé qué decir, pensé que requería de mi servicio —insistí.
—Esta noche no trabajas Akane, la verdad es que solo deseo cumplir tu deseo de navidad.
—¿Deseo de Navidad? —dije en voz alta, no puede ser, es decir a todo mundo le he dicho lo mismo (que deseaba pagar mis estudios con este empleo) pero ¿cómo sabe él?
—Me retiro —señalé poniéndome de pie.
—¿Me tienes miedo? —preguntó tan sereno, podía ver la pequeña flama de la vela que estaba en medio de la mesa reflejarse en sus azules y de pronto sentí que las mejillas me ardían.
—¡No puede ser! —exclamé al recordar un pequeño incidente en donde me pasé de copas y caí sentada otra vez.
"Deambulaba un poco triste por la cubierta del crucero, había llorado pues era mi primer cumpleaños sola y lejos de mi familia, sí, patético. Sin embargo quise ahogar esa soledad en alcohol y con ello encontré a ese chico que veía desde el día uno siempre en el mismo lugar, nunca había querido acercarme y mucho menos hablarle pero esa noche el embriagante licor me envalentonaba de sobre manera"
—¡Hey tú! —Grité al verle, el chico me vio con el ceño fruncido —Sí, sí tú no te hagas el importante —continué hablando— siempre te veo aquí, por qué no hablas ¿acaso soy invisible? —insistí golpeándole el hombro.
—Estás borracha mujer, mejor regresa a tu camarote —respondió.
Y sinceramente debí hacerlo…
—A mí nadie me dice qué hacer, desconocido bobo, eres, eres, muy hermoso —terminé elogiándolo producto del alcohol.
—Vaya, sí que tienes valor ¿sabes quién soy? —cuestionó acercándose a mi frente.
—Pues no lo sé, ¿acaso sabes quién soy? No, no lo sabes pero yo sí… solo soy una chica que pasa sola su día de cumpleaños, que prefirió subir a este lujoso crucero que continuar el legado familiar. Según mi padre y muchos otros, soy una chica egoísta. Pero sabes una cosa hombre hermoso… No me arrepiento de nada. Aunque sí me siento nostálgica, sé que podré cumplir mi sueño aunque me tome unos años lograré ahorrar y quizás para Navidad…
En ese momento quedé mirando con ojos de cachorro el estrellado cielo…
—Quizás debería pedir un deseo ¿no crees? —musité.
—No seas niñata, esas cosas no existen —replicó.
—Eres un malhumorado, hermoso pero muy antipático —reproché.
—Bien chica ebria, no tengo tiempo para deseos ilusos…
—Pues vete de una vez, eres un cretino —escupí molesta.
—No seas grosera —replicó.
—Lo siento, bebí demasiado… ¿estarás en navidad en este crucero? —pregunté cambiando la actitud de súbito.
—Sí, no pienso bajarme antes de esa fecha —respondió.
—¿Quieres ser mi deseo de Navidad? —pregunté torpemente.
Recordar el rostro sorprendido del chico me hizo regresar a mi realidad.
—¿Akane?
—Acabo de…
—Recordar —terminó la frase.
—Lo siento, yo no sabía quién eras… digo usted, señor, multimillonario —finalicé estúpidamente.
—Ahora volvemos a los títulos… bueno eso es típico de quién se entera de mi apellido.
—¿Quieres vengarte por mi borrachera? Fui muy inoportuna lo sé —hablé cabizbaja.
—Nada de eso, en realidad no lo fuiste.
—¿Cómo? —exclamé sin entender nada.
—Preparé todo esto para cumplir tu deseo de Navidad.
—No estaba en mis sentidos…
—Lo sé, pero creo que en verdad no querías pasar esta festividad sola como en tu cumpleaños —respondió dejándome un tanto anonadada.
—Solo será una cena ¿cierto? — hablé tímidamente.
—Bueno, lo que tú desees en realidad… esa noche me susurraste algo más —aseguró.
Entonces tomé la copa de champagne que estaba sobre la mesa y la bebí de una sola vez, nerviosa y recriminándome por no recordar qué carajos le dije…
—¡No juegues conmigo! —Chillé en defensa —no tienes buena reputación la verdad —agregué.
—¿Y a qué viene eso? —cuestionó ofendido.
—Mi amiga te vio, ya sabes…
—¿Amiga? ¿Verme? Ah… ¿me vio desnudo?
—Casi, dice que una de sus compañeras estaba concentrada en tu entrepierna.
—¡Cómo dices! —Exclamó golpeando la mesa—Fue la masajista ¿cierto?… mi gente le pagó extra por su buen trabajo y ella piensa que tenía sexo ¿con esa chica? —Soltó a reír muy entusiasta, se levantó y se posicionó detrás de mí oído —tenía calambres en las piernas debido a que pasé muchas horas en el gimnasio, la mujer vino hacerme un masaje pero no fue suficiente, por ello solicité a otra masajista. ¿Celosa Akane? —agregó rosando sus labios en mi oreja.
Oh por Kami, me sentía tan torpe y avergonzada y todavía le creía a la boba de Akari y su mente sucia.
—Puedo llamar a la chica que supuestamente vio tu amiga, es más ella puede aclarar que en ningún momento le pedí o hizo tal cosa —agregó.
—No es necesario —respondí.
—Entonces ya no tienes excusas para no cenar conmigo esta velada, podemos hablar de lo que quieras o comer en absoluto silencio ¿te animas? —comentó serio.
—Yo no sabía que era la invitada, pensé que venía a trabajar —agaché la mirada viendo que usaba el uniforme, una blusa blanca simple junto a una faldita negra que quedaba justo por sobre mis rodillas.
—Debí ser más específico, pero no importan los detalles, lo importante es que estamos juntos acompañándonos. ¿Quieres dar un paseo antes de que sirvan la cena? —preguntó cordialmente, nunca nadie me había tratado así, me sentí incómoda al pensar que fui grosera y desconfiada con él.
Me puse de pie y le seguí, fuimos a donde tantas veces estuvimos solos, los hombres que lo custodiaban le seguían de cerca pero nos dieron privacidad al llegar a la cubierta del crucero.
—¿Quieres saber por qué vengo aquí siempre? —preguntó viendo el cielo que comenzaba anochecer.
—Para meditar, o quizás…
—Al principio —comenzó a decir interrumpiéndome— era porque este lugar me trae tranquilidad, pero desde que me increpaste ebria —me puse de todos los colores— vine con el fin de volverte a ver, esperaba que me recordaras pero como no me hablabas concluí que no recordabas nada de aquella noche…
—¿En serio? —dije en voz alta muy incrédula.
—Lo es, seré sincero contigo. Soy el hijo y único heredero de un imperio que trabaja para la robótica, me monté en este viaje porque mi padre anda en búsqueda de una esposa. Al igual que el tuyo, no estuvo de acuerdo con que subiera al crucero — ¿cuánto le dije de mí estando borracha? —me pregunté nerviosa.
—No hay punto de comparación —dije fuerte.
—Sí la hay, puedo refutar tu respuesta —musitó muy seguro de sí —Ambos huimos de nuestros padres porque el deseo de ellos no es el mismo de nosotros.
—Tú estás de vacaciones Ranma, yo trabajo como condenada por generar dinero —refuté seria.
—Ah que bien, ya no soy el señor multimillonario… —estaba trágame tierra y es que olvidaba que finalmente yo estaba para servirle.
—¿Cómo es que sabes mi nombre? —pregunté curiosa.
—Bueno, esa noche me lo dijiste claramente…
"¡Akane Tendo grandísimo bobo! No lo olvides, no finjas que no me conoces. Y cumple mi deseo de Navidad"
—¡Ash, por un demonio! Ya me acuerdo —susurré bajito aunque él si me oyó.
—Tu naturalidad me supera Akane, ebria eres muy divertida, te enojas e insultas pero sobria te avergüenzas.
—Es que yo trabajo aquí, hay muchas mujeres que desearían una cena contigo…
—Pero yo quiero cumplir tu deseo de navidad, no interesan las demás.
—No sigas con eso, no tienes que cumplirme nada.
—Tú me lo advertiste, además soy un hombre de palabra —dijo alzando la mano derecha, me eché a reír por ese gesto — me gustas Akane —soltó de cuajo y sin anestesia acortándome la risa de sopetón.
—No bromees…
—No lo hago, estamos sobrios ¿no? —Dio dos pasos al frente y se inclinó hacia mi oído— Tengamos esa aventura los dos, ¿qué te parece? —preguntó dejándome con el corazón a mil. Su voz suave y empalagosa me estremeció y entonces recordé mi deseo de navidad…
"Ten una aventura conmigo, búscame en Navidad"
Inmediatamente tomó mi mano y me abrazó para cubrir mi rostro, gente pasaba y murmuraban al vernos pero continuaron su camino, pude escuchar su corazón latir fuertemente al igual que el mío, estaba cálido y su aroma era exquisito, despertaba todos mis sentidos.
Cuando alcé mi rostro sus ojos estaban clavados sobre los míos, él era alto y con su ancha espalda me cubría casi por completo, mis manos seguían ocultas entre su cuerpo y el mío. Una brisa fresca nos pegó de frente congelándonos los huesos, pero seguíamos allí, de pie frente al otro sin mover un solo músculo.
—Mañana el crucero llegará al puerto griego, mañana puedes hacer cómo que no me conoces, mañana… —entonces me empiné de puntillas y lo besé, cerré mis ojos ante el inesperado contacto y este no movía los labios en absoluto.
Todo lo que Ranma decía y que me hizo recordar era cierto, nos conocimos desde el primer día sobre esta cubierta, muy distanciados el uno del otro entrando la madrugada compartíamos el mismo aire. Luego en mi cumpleaños me emborraché y hasta lloré, dije cosas que en realidad sentía, pero que debido a mi subconsciente olvidé. Sin embargo, lo que más deseaba era no estar sola en esta fecha, anhelaba una navidad acompañada y no se me ocurrió nada mejor que con un buen amante; una fantasía que se volvía realidad y no era con cualquier hombre.
Me separé de sus carnosos labios al no notar respuesta, la mirada de aquel hombre era la misma que me dedicaba al llegar la madrugada, intensa y curiosa…
Tomó mi rostro entre sus manos y se inclinó, esta vez me besó profundamente, encontrando cabida junto a mi lengua.
Mi desbocado corazón no paraba de galopar firme, lo demás se suscitó como mera consecuencia y necesidad de nuestros cuerpos.
Sentada sobre sus fuertes muslos desabotonaba la fina camisa, en cuanto la quité mis manos acariciaron su firme pecho, su piel era suave y caliente. Nuestras bocas no daban tregua y la cena quedó servida sobre la mesa porque no había espacio para comer aquello sino que para degustar nuestros propios sabores. Podía sentir sus dedos bajar el cierre de mi falda y como deslizaba sus manos grandes por la fina línea de mi espalda, este era mi deseo de navidad; una aventura sobre el mar.
Ranma me tomó y me posó sobre la cama, aún estaba vestida pero su mirada me desnudaba con vehemencia. Sin poder contenerse arrancó de un solo jalón la corrida de botones de la blusa que traía puesta, mi pecho agitado subía y bajaba y este se separó tan solo para admirar mis montes que seguían cubiertos por el brasier color piel.
—No podré detenerme, es momento de huir Akane — musitó mojándose el labio inferior.
Posé mis manos sobre su cremallera y la bajé decidida, en respuesta se abalanzó sobre mí como un lobo hambriento. El hombre ardía en deseos y yo no me quedaba atrás, en solo segundos se deshizo del brasier y se apoderó de mis senos excitándome entre cada lamida. Deslizó la falda por mis piernas y besó cada muslo hasta llegar a la ingle, arqueaba la espalda de puro goce y todavía no lo sentía del todo.
Mis dedos se clavaron en su espalda y bajaron tenaces hasta su culo, incluso por debajo de la tela de algodón que lo cubría todavía, lo apretujé sin miramientos y este se vengó succionando uno de mis rosados pezones.
El hombre demostraba experiencia, sabía dónde acariciar, donde besar, donde lamer, donde hacerme volver loca. Y lejos de pensar en el pro versus contra, deseaba de manera instintiva gozar de la situación.
Ranma se incorporó un poco y apoyé mis codos sobre la cama, lo miré ansiosa y este bajó su ropa interior permitiendo que apreciara su masculinidad en todo su esplendor, tragué duro de solo pensarlo mancillar mi espíritu y de un solo jalón me atrajo hasta cuerpo. Tomando mí muñeca izquierda me obligó a tocar su rostro, luego fui bajando por su mentón, su cuello, clavícula, pecho, abdomen, pelvis y por supuesto su endurecido glande.
Lo acaricié de arriba abajo y lo oí gruñir complacido, pude escuchar cómo la tela de mi braga se rompía y así por fin ambos estábamos completamente desnudos y a punto de entregarnos al placer.
—¿Me deseas, Akane? —preguntó lamiendo el borde de mi oreja.
—Sí —respondí excitada— me recostó para caer sobre mí e inclinó mi cabeza hacia su rostro.
—¿Sabes cuál fue mi deseo de navidad? —preguntó con su miembro erecto rosando mi sexo, negué en silencio.
—Tú —respondió penetrándome certeramente, arquee la espalda al sentir su carne entrar por mi estrechez, el estupor me dejó sin aire.
Su frente chocaba junto a la mía y noté sorpresa al darse cuenta que me acababa de arrancar la inocencia. Nuestras miradas no vacilaban sin embargo el dolor agudo de su embestida disipaba con el paso de los segundos, mi interior se acostumbraba a su monstruoso y tentador sexo.
Busqué sus labios y este me correspondió sin moverse un solo milímetro, sin decirnos nada Ranma comprendía que mi cuerpo apenas acostumbraba a esto. No daría un paso atrás, y sin más este se movió suave sacando pero no del todo su miembro de mi interior, mi centro se acostumbraba y el dolorcito iba dando paso al placer.
Lo hacía suave porque no quería lastimarme, pero notaba mucha contención.
—Cumple con mi deseo —musité entre besos húmedos y penetraciones suaves y sensuales.
Ranma alzó mis piernas sobre sus hombros y me dio no uno sino muchos empellones que comenzaban a aturdirme de sobre manera.
—Ah, ah, ah, ah —jadeaba agarrándome de las sábanas.
Mis pechos saltaban y chocaban entre sí como si gozaran del frenesí, el grosor endurecido de su carne entraba rosando mis paredes tibias en un vaivén sin igual.
Estuvo así varios minutos, podía notar que su sexo estaba por completo dentro de mí. No había espacio para nada más que el placer que nos otorgábamos mutuamente.
Bajó mis piernas sin dejar su delirante penetración y se inclinó sobre mí, tomando mis manos y besándome como si no hubiera un mañana.
—Me correré Akane pero antes te haré sentir tu primer orgasmo — mencionó entre jadeos desproporcionados.
Mis piernas temblequeaban, mi centro estaba en un limbo en donde el ardor le daba pase a esa deliciosa sensación, era como si estuviera a punto de algo grande…
—Dámelo, solo déjate llevar… —gruñó viéndome a los ojos.
Entonces una ola de calor subió por mi vientre y luego una explosión que me dejó sumamente saciada, gemí profundamente y este me besó lujurioso, pude sentir mis jugos empapar su glande y como corría por mis piernas.
Ranma aumentó el frenesí y mi centro palpitante pedía una tregua, sacó su miembro justo antes de venirse sobre mí, dejando mi vientre manchado de líquido seminal.
Se recostó a mi lado y poco a poco fue recuperando el ritmo de la respiración…
—Eres malvada Akane —dijo de pronto.
—¿Por qué?
—Porque te sigo deseando y no podré tocarte otra vez —respondió.
—¿Tan mala fui? —dije más para sí.
—¡No! —Replicó tajante— me adjudiqué tu virginidad, no creo que tu cuerpo resista otro encuentro.
Entonces sonreí, quise moverme pero no pude, me dolían las caderas y por supuesto allí; era algo nuevo para mí, pero por alguna razón me sentía a gusto con él.
—Será mejor que me vaya —dije intentando incorporarme en la cama, pero este no me dejó.
—Acabo de cumplir con tu deseo, pero falta el mío —arremetió.
—¿Qué deseas? —pregunté.
—Ya que somos una aventura de noche buena y no podemos tener más sexo, duerme conmigo —soltó como si nada.
—¿Solo por esta noche? —pregunté.
—Sí —respondió.
Esta noche marcaba un antes y un después, ese chico solitario y con cara triste había cumplido mi deseo navideño, una aventura de noche buena que terminó con dos corazones muy cálidos acompañándose en ese frío diciembre veinticinco.
Fin
Nota del autor
Estimado lector, pues he aquí mi humilde aporte a la dinámica de Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma. No quería quedar fuera de la invitación que hicieron, pero la vida adulta no me había permitido escribir más. Sin embargo tengo una amiga que me incentivó y me tiró porras para poder desarrollar esta historia (te quiero Benani)
Confieso que tenía algo más sucio en mente xD pero esta improvisación me gustó muchísimo.
Muchos de ustedes saben mi estilo, puedo escribir muy dulce pero me gustan demasiado los universos alternos. La mente vuela y pues ya lo ven, una historia diferente.
Gracias de antemano a todos por leer, si deseas dejarme tu preciado review estaré feliz de leerte. Si recomiendas o dejas tu fallow, ayudas que mi historia llegue a muchos más.
Desde un rincón de Chile, una fanática más de Ranma.
¡Que nunca muera el fandom!
Sweetsimphony._
