Un encuentro, un amor y un adiós
Los personajes no me pertenecen, son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.
Esta obra se reserva en su totalidad los derechos de autor, prohibida su copia o uso.
Una historia AU (universo alterno) solo tomo prestado los personajes, no necesariamente deben apegarse a sus personalidades.
Advertencia: está clasificada para mayores de edad, puede contener violencia física o emocional así como escenas eróticas y lenguaje soez.
—O—
Ella cursaba la primaria en una escuela estatal en Nerima, a sus cortos catorce años Akane Tendo era la menor de tres hermanas, muy reservada y hasta cierto punto algo tímida, la niña de papá se dedicaba a estudiar y tener las mejores calificaciones. Sus compañeros de clase la envidiaban, muchas veces la despreciaron por saber más o por mera vanidad; y es que la chica era como un hermoso cerezo en floreciente primavera, su larga caballera negra llena de destellos azulados llegaba hasta su cintura, su piel era tan blanca como los copos de nieve en pleno invierno y con el frío sus mejillas se coloreaban rosadas al igual que la punta de su respingada y diminuta nariz.
Akane nunca logró crear lazos de amistad verdaderos, eso era algo que le dolía ya que como cualquier adolescente hubiese querido compartir gustos personales con alguien que no fuera su familia. Cuando alguien se acercaba era porque quería las respuestas de una tarea o ligar con ella, esto último era un tema frustrante y perturbador, nadie se dedicaba a conocerla y a esa edad muchos jóvenes dejaban su inocencia atrás como quien cambia de playera. Es por ese motivo que poco a poco la joven Akane fue apartando de su corazón la idea de tener amigos y mucho menos un novio, el amor era una palabra que le quedaba grande, si ni siquiera había logrado mantener una amistad ¿cómo lo haría con una pareja?
Pero la vida le tenía designada otra cosa… cuando un joven llamado Ranma Saotome era presentado a su clase, el chico había estado un tiempo en China y ahora se asentaba junto a sus padres en Nerima.
Ella se flechó del mar profundo de sus ojos, del saludo cordial, de la sonrisa afable que le dedicó aquella primera vez y que con los días se hacía costumbre, la niña interior daba paso a una adolescente llena de temores y prejuicios, pero que muy en el fondo deseaba ser aceptada por sus pares y quizás; solo quizás un día ser amada y respetada por un compañero de vida, aunque eso claro está era demasiada ambición para alguien como Akane, o al menos ella pensaba así.
Para suerte de la chica el maestro acomodó a su nuevo compañero a su lado; "Akane es la mejor de la clase, no dudes en pedirle ayuda" — sostuvo el sensei y ella atesoraría por siempre esos días junto a él…
—Podemos compartirlo, hasta que te entreguen el material de estudio —se atrevió a decir al verlo sin las guías.
El muchacho la miró con atención, luego asintió y acercó su pupitre acortando distancia. Podía sentir el calor que emanaba de su cuerpo, el aroma a colonia fresca y por su puesto la sinceridad de sus intenciones porque a diferencia del resto, Ranma la trataba con respeto.
A tan solo semanas desde su llegada, ya existían rumores por los pasillos sin embargo estos fueron creciendo y volviéndose más hostiles con el pasar de los meses… "es una aprovechada" "le coquetea" "lo quiere solo para ella" "Ranma nunca se fijaría en esa" "Akane solo quiere atención" todo eso lo oyó mientras cambiaba de zapatos en el pasillo junto a los casilleros.
La menuda chica llevó su mano derecha a su pecho e intentó respirar profundo con el único afán de no echarse a llorar. Por más que intentara pasar desapercibida, todo mundo la odiaba y se preguntaba ¿qué había hecho ella para merecer tanto desdén?
Esperó a que las chicas se fueran y entonces se dirigió con el espíritu quebrantado al aula de clases, en cuanto llegó pudo notar las miradas frías y quisquillosas de sus pares. Se acomodó en absoluto silencio, sacó el cuaderno que usaría y entonces el segundo ataque del día venía por misil y por la espalda…
—Sólo mírala… con esa cara de "yo no hago nada" —risas desatadas entre las féminas.
—Tendo solo fanfarronea, Ranma le tiene lástima porque notó que no tiene amigos— más risas de burla— seis meses sentada junto al chico más lindo de toda la maldita escuela, solo es una buscona interesada —insistía con la lengua afilada y echando veneno.
—¡Hey perdedora! ¡Acaso no oyes! —chilló una golpeándole el hombro.
—Nada de lo que dicen es cierto —respondió inaudible.
—¿Qué? no balbucees tontita —replicó la antipática chica.
—¿Para qué usas el cabello tan largo? —Preguntó otra— Ah… claro para cubrir tu ego ¿verdad? —fue y le jaló su hermosa coleta, tomó unas tijeras que estaban sobre otro pupitre y se disponía a cortarle su bella melena.
Akane la veía temerosa, siempre la agredían de forma verbal pero esto sobrepasaba todo límite. En ese instante entraba Ranma junto a sus amigos ya que a diferencia de la tímida Akane, logró ser bastante popular y social.
—¡¿Qué hacen?! —exclamó al verla intentando zafarse de las manos que tironeaban su cabello.
—Ranma, es que ella comenzó a mofarse —respondió nerviosa una de las agresoras.
—¿Es cierto eso Akane? —Preguntó con el ceño fruncido —¿Qué haces con esas tijeras entonces? —increpó a su compañera.
—¡Responde! —chilló otra poniendo su mano sobre el hombro de Akane, presionándola a mentir.
Entonces el maestro llegó y todos volvieron a sus lugares, Ranma no dejaba de mirar a Akane quien enterró su bonito rostro entre las líneas de un libro.
Apenas lo soportaba, ya no podía más… el aire era irrespirable, las miradas acusadoras sobre su espalda y por sobre todo la duda en los ojos de él la menoscabaron por completo.
A solo minutos de que la clase acabara, Ranma le lanzó un papel doblado muy pequeño sobre su pupitre. Akane lo abrió con recelo y leyó "¿Estás bien? " Un par de lagrimones gruesos, pesados y calientes bajaron por sus mejillas, en cuanto llegaron al borde de sus rosados labios los secó de inmediato.
El timbre sonaba y entraría el siguiente maestro, ella guardó su libro y tomó su bolso. Se levantó y corrió hasta afuera ignorando su llamado…
El pasillo estaba vacío, Akane corría directo hacia la salida y él iba detrás intentando alcanzarla. La chica era ligera y ágil, acostumbraba trotar todos los días cada mañana e incluso en los atardeceres, era su forma de votar estrés de ejercitarse de sentirse plena.
Cuando al fin logró cruzar la puerta principal no se detuvo ahí, continuó corriendo hasta que éste la alcanzó tomando su mano…
—¿A dónde vas tan aprisa? —preguntó respirando con dificultad.
Akane desviaba la mirada e intentaba zafarse.
—¡Suéltame! —chilló y este lo hizo en el acto.
—¿Qué fue todo ese alboroto, por qué peleabas con esas chicas?
—¿Pelear? En serio ¿crees que peleaba? ¡Casi me cortan el cabello! ¿No lo viste? —chilló enfurecida.
—Bueno sí pero nadie dijo nada, te quedaste callada. ¿Ahora me lo dirás?
—No es de tu incumbencia —respondió tajante.
—Regresemos a la escuela, nos van a castigar —musitó Ranma ante la negativa de la chica.
—Hazlo, yo no volveré —giró para irse y este la detuvo otra vez.
—Es la primera vez que oigo tu voz tan decidida ¿qué sucedió? No hagas casos a los rumores, son solo eso.
Akane se dio cuenta que estaba muy al tanto de lo que decían de ella y eso lo detestó.
—Al parecer ser amable contigo hizo que ganara el odio de muchas…
—Entonces es mi culpa —replicó serio.
—Ya déjame ir —pidió.
—No quiero —respondió él.
—Déjame Saotome —solicitó desesperada.
—No, quiero que me digas por qué soy culpable. Ninguno hizo nada, solo somos compañeros de clase.
Con los ojos nublados, su corazón herido terminó por romperse…
—¿Tendo? —la nombró con culpa, sobre todo al verla a punto de echarse a llorar.
Sin embargo, aunque Akane no lo sabía en su interior poseía mucha más voluntad y por sobre todo una fuerza increíble… miró el suelo y se forzó a dibujar una sonrisa un tanto escalofriante. Ranma no pestañeaba para prestarle atención y así ella lo enfrentó.
—No tienes idea, tú no sabes por todo lo que he tenido que pasar por ser una estudiante modelo. Solo fui amable porque… porque eras nuevo y sí, solo somos compañeros. No debiste venir tras de mí; regresa a tu mundo perfecto, no te necesito —finalizó.
Ese día Ranma soltaba la mano de la chica con un sentimiento de culpa inequívoco, las palabras de Akane calaron profundamente en su interior y es que estaba consciente del rechazo constante por parte de sus pares para con ella y claro, él había sido el motivo principal del contante acoso y rumores infundados que soltaban cada día sobre los menudos hombros de la chica. Se hizo una promesa que lamentablemente no podría cumplir.
Seis meses fue lo que alcanzaron a compartir, Akane reflexionó en lo tonta que había sido por generar sentimientos hacia él, se prometió ser más fuerte, para nunca más ser objeto de burla de otros.
Esa mañana de abril, fue la última vez que se vieron y la primera vez que hablaron sin tapujos, aunque ya nada sería igual.
—O—
Escuela estatal de Nerima, cuatro años después…
Un bonito coche en rojo oscuro se acercaba a la entrada principal de la escuela…
—¿Estás segura de esto? —preguntaba Nabiki a su hermana menor.
—Claro, solo serán unos meses, papá mejorará y regresaré a Cambridge para continuar en la Universidad —respondió entusiasta.
—Lo sé, lo sé Akane pero… es que lo pasaste tan mal en esta maldita escuela.
—Eso es parte del pasado, ya no soy la misma —contestó la menor.
—Me llamas, debo trabajar pero si algo…
—No te preocupes —interrumpió.
—Déjame terminar, si todavía están esas malditas zorras buscaré otra opción… —Akane miró con ternura a su hermana y es que Nabiki todavía sentía remordimiento por no poder ayudarla en su momento.
—No puedo, si lo hago pierdo el intercambio… además, mis amigos en Cambridge me esperan —aseguró.
—Bien, como sea solo habla —se despidieron y ella bajó.
Akane miró la fachada de su escuela, era igual, nada cambiaba, estaba pintada del mismo color de aquellos años. Suspiró profundo, no podía negar que sentía cierto recelo pero lo soportaría; claro que lo haría. Una brisa fresca le dio el pie a caminar, era temprano y ya iban llegando varios alumnos los cuales la observaban al ser "nueva" y además, no se veía igual, al parecer no la reconocían. La pequeña Tendo era una mujer de dieciocho años, siempre fue muy bonita y ahora más que nunca resaltaban cada rasgo de su femineidad.
Se dirigió muy casual hasta la oficina del director, el cual la esperaba…
—Bienvenida Tendo —soltó muy acomedido.
—Gracias.
—Veo que no tienes el uniforme aún —comentó el tipo al verla con unos jeans y un suéter largo de color rosa que cubría sus bonitas caderas.
—Así es, como comprenderá han pasado cuatro años y solo quedan tres meses para finalizar mis estudios, mi instituto en Cambridge no me dijo nada de usar el uniforme.
—Bueno Tendo, estamos en Japón… pero ya veremos los detalles —sonrió y es que el intercambio de excelentes estudiantes como Akane le traía buenas sumas de dineros a la escuela— como sea, lleva este documento los maestros ya están al tanto y que no baje tu rendimiento Tendo, eres una excelente estudiante.
Con eso último ella salió de la oficina y caminó por el pasillo en medio del ruidoso murmullo de los estudiantes quienes la veían fascinados, observó el número de su aula y se dirigió allí con tranquilidad. En cuanto entró los varones de la clase se acercaron a hablarle…
—¿Podemos ayudarte? —preguntaron melosos.
—No gracias —respondió ella tajante, la verdad es que Akane solo tenía un objetivo en mente. Terminar sus estudios y regresar a Cambridge lo antes posible.
—Wow, que chica más seria… ¿nos dices tu nombre?
—Me permites pasar ¿por favor? —pidió amablemente.
En ese momento oyó la voz grave de un chico que le acompañó por seis meses hace cuatro años atrás…
—No seas descortés, ha de ser la alumna que mencionó el maestro ayer —mencionó acercándose a verla.
¡No puede ser! —exclamó en su interior Akane.
—¿Tendo? —preguntó un incrédulo y muy sorprendido Saotome.
Ambos cruzaron miradas por tres largos segundos…
—¿Se conocen? —preguntó una chica acercándose al grupo.
En ese instante llegaba el maestro, todo mundo se dispersó y Akane quedó de pie a un lado ante las miradas inquisitivas de sus pares.
—Bueno dejen el alboroto muchachos, ella es de quien les hablé ayer —mencionó el maestro —Por favor, preséntate —pidió.
—Buenos días, mi nombre es Tendo Akane —dijo ella haciendo una breve reverencia.
Todo mundo la vio esperando algo más, incluso el maestro agregó…
—¿Y? —haciendo un ademán.
—Oh, eso… no lo necesito, solo estaré tres meses aquí —finalizó muy seria.
—En fin, Tendo viene desde un prestigioso Instituto en Cambridge, obvien su comentario cuiden de ella son casi cien días juntos, no lo olvides pequeña —finalizó el maestro haciendo hincapié en algo que ella no pidió.
Luego de aquello el profesor le indicó su nuevo pupitre, ella se acomodó en completa indiferencia y sacó un cuaderno junto a su mejor bolígrafo…
—Hey Saotome, ayuda a Tendo con las guías ¿quieres? —pidió el sensei.
Y es que nuevamente quedaban uno al lado del otro.
—No te preocupes, tengo una excelente memoria —mencionó ella alejándose un poco al notar que este se le acercaba.
—Vaya, con ese corte ya no ocultas nada —respondió él haciendo alusión a su melena corta.
—Nunca oculté nada —respondió.
—Sí, tus lindos ojos Akane —aseguró viéndola con intensidad.
Solo serían tres meses, noventa días y adiós Japón, adiós escuela, adiós todo. No necesitaba lazos, menos a él… porque en Cambridge tenía amigos verdaderos y un dulce amor esperándola.
Continuará…
Nota del autor
Estimado lector, esta pequeña historia la comencé hace dos meses. Tenía un borrador esperándome y hoy pude retomarlo. Tenía deseos de escribir un universo alterno de mi pareja favorita pero en otro escenario, más jóvenes e inexpertos. En estos momentos me encuentro muy atraída por la influencia asiática. Intentaré usar ciertos detalles que obviamente en este lado del mundo no son comunes.
Mi intención es dejar mensajes positivos en cada capítulo, ya que como leyeron mi bella Akane fue muy menospreciada en su juventud. Será una historia ligera y bonita, con matices reales, situaciones que muchas veces enfrentamos a lo largo de nuestras vidas.
Amor, desilusión, tristezas, pero también superación.
Espero les guste y que me acompañen en esta nueva historia.
Dejen sus preciados review, amo leerlos.
Desde Chile una fanática más de Ranma.
Sweetsimphony._
