Donde Los Deseos Pueden Quedarse


Outtake 1

Edward

Suspiro contento al ver el mensaje de Bella. Está disponible hoy por la noche y podremos ir al cine a ver la nueva película de Marvel que se ha estrenado ayer en la madrugada.

No pude conseguir boletos para la función de estreno y, además, Bella tenía que trabajar hoy desde temprano y no quería que se desvelara. Afortunadamente, alcancé boletos para esta noche. Si Bella no estuviera disponible –lo cual, me molestaría y me entristecería-, le hubiera pedido a Jasper o a Emmett que fueran conmigo.

Las miradas inquisitivas de Alice y de mi madre me sacan de mi ensoñación. Me he dejado llevar, otra vez, en su presencia.

— ¿Cuándo vamos a conocer a esa chica?—pregunta mi madre, menea la cabeza y las ondas de su cabello cobrizo se agitan.

—Mmm…—Alice murmura y entrecierra los ojos.

Ruedo los míos.

—No molesten—espeto y luego me inclino hacia la mesa para seguir viendo el catálogo de muebles que tengo frente a mí.

Mi madre, Esme, y Alice, mi futura cuñada en toda la extensión de la palabra, no dejan de observarme y comienzan a ponerme nervioso.

He estado saliendo con Bella por un mes y medio y, tal y como se lo dije, es mi secreto más evidente. No puedo evitar poner una sonrisa en mi rostro cada que pienso en ella o suspirar cuando recuerdo sus suaves labios sobre los míos.

Jamás me había molestado tanto trabajar con mi familia. Son unos chismosos y quieren saber quién es la "afortunada" que me trae babeando. En esta situación, el afortunado soy yo. Bella es tan hermosa y perfecta que me cuesta trabajo aceptar que finalmente la he encontrado.

El hecho de querer encontrar a la mujer perfecta e indicada para mí es un secreto que he mantenido durante la mayor parte de mi vida. Definitivamente creo en el amor verdadero, lo he visto con mis padres y aunque Alice me moleste a veces, lo veo con ella y con mi hermano, Jasper; pero conforme crecía, me di cuenta de que esa idea de "esperar a la indicada" era antigua y ninguno de mis amigos creían en ella, así que decidí guardarlo para mí mismo.

Antes de Bella, sólo había tenido dos secretos.

El primero ya está claro y el segundo es que algunas veces puedo sentirme inseguro en mi trabajo. Esa misma inseguridad me acompañó durante toda la universidad. Siempre creí y sigo creyendo que nunca estaré a la altura de mi padre o de mi abuelo, incluso de mi hermano, en cuanto a la Arquitectura.

Mi abuelo trabajó muy duro para dejar un legado y mi padre constantemente lo recuerda, es por eso, que lo admiro muchísimo y me pone más de los nervios el pensar que algún día mi padre no estará y Jasper y yo tendremos que mantener la compañía.

A pesar de mi inseguridad, no me gusta que las personas vean mis errores o fracasos. Mi madre me dice que trabajo muy duro y que no tiene duda alguna de que la compañía estará en buenas manos una vez que mi padre y ella mueran; pero ella no entiende y nunca sabrá que me esfuerzo el doble porque simplemente quiero cubrir mis errores, enterrarlos bajo una capa de trabajo y de alguna manera, recompensarlo.

Jasper y Carlisle, mi padre, siempre aceptan mis ideas y cuando no están aterrizadas trabajamos como equipo hasta que toman forma. Sé que ellos creen que soy talentoso y muy capaz pero bien dicen que nuestros peores enemigos somos nosotros mismos.

Esme me ha llenado las manos con catálogos de muebles y diseño de interiores porque mi casa está casi lista. Ella se está encargando de eso pero aun así me pide mi opinión, al final de cuentas, es mi casa.

Jasper, Emmett, Paul, Garret y yo nos encargamos de pintar algunas paredes. Tenemos un equipo de pintores en la compañía que puede encargarse de eso pero era algo que yo quería hacer y mis amigos se mostraron felices de ayudarme.

Mientras paseo imaginariamente por mi casa no puedo evitar pensar en el día en que conocí a Bella.

Habíamos estado pintando ese fin de semana y el domingo, una Alice y una Esme muy entusiastas nos despertaron temprano porque Esme tenía que seguir trabajando en la decoración, así que junto a Jasper nos dirigimos a la casa y comenzamos a pintar mientras ellas revoloteaban alrededor tomando medidas.

Una de las cosas que más me agradan de Alice es que siempre está dispuesta a ayudar. Esme y ella parecieran las mejores amigas del mundo y puedo ver cómo Alice en realidad lo aprecia, dice que es una suerte tener a Esme como suegra y puedo decir lo mismo. Al menos no discuten como brujas todo el tiempo, ni siquiera lo hacen.

Alice perdió a su madre cuando era una niña y ver que Esme y ella se llevan tan bien es un alivio. Alice necesita a una mamá y Esme fácilmente puede suplir ese rol.

Como sea, tuve que hacer un viaje rápido a la ferretería pero Loki estaba molestando alrededor.

—Deberías de llevarlo al apartamento antes de que tire una lata de pintura y se bañe en ella—me sugirió mamá, así que la obedecí.

Me pareció buena idea aparcar cerca del parque y caminar por ahí rumbo a la ferretería. No estaba lejos y Loki podía estirar las patas un rato. Fue una de las mejores decisiones que he tomado en la vida.

Una Pomerania dorada y molesta nos interceptó y se puso a ladrar como loca. La calmé con mi tacto mágico para perros y luego comenzó a dar vueltas sobre su propio eje. A Loki no le agrado y la ignoró rotundamente, luego escuché una suave voz que gritaba "¡María Antonieta!", lo siguiente que supe fue que había conocido a la chica por la que había esperado tanto.

Se me escapa otro suspiro.

—Ya, Edward, enserio, ¿cómo se llama?—pregunta Alice.

Esme suelta una risita y mantiene su mirada en el catálogo de bodas.

Ah, un secreto más, finjo interés en la próxima boda de Alice y Jasper porque si no lo hago, Esme me castigará enviándome a recoger flores y zapatos blancos.

— ¿Por qué tanto interés?—esquivo la pregunta.

—Porque ya creíamos que te ibas a quedar a vestir santos—el tan oportuno de mi hermano entra a la sala de reuniones de Cullen and Sons.

Alice suelta una risa cantarina y yo ruedo los ojos. Jasper se inclina y le da un ligero beso en los labios.

—Qué bueno que estás aquí. Es momento de elegir el color de las flores—dice Alice y Jasper sonríe. Se sienta junto a ella y se inclina a ver el catálogo que Esme ha girado.

Jasper está extrañamente involucrado en su boda. Digo "extrañamente" porque jamás había visto al novio tan inmerso en todo pero supongo que es una buena señal y una clara representación de lo mucho que desea casarse finalmente con Alice.

Bloqueo la charla sobre "peonias rojas o lavanda" y vuelvo a pensar en Bella.

Me gusta la manera en la que nuestra relación se está desarrollando y estoy completamente seguro que es el mejor mes y medio de mi vida. Nos tomamos las cosas con calma y eso es lo que más me gusta. Siempre he detestado la idea de cómo las relaciones se van complicando conforme las personas crecen.

En el jardín de niños, basta con tomarse la mano. En la secundaria, es suficiente besarse la mejilla y dejarse notitas en el escritorio de la escuela. En la preparatoria, aun puedes escaparte de no tener sexo con tu novia y no pasa nada. En la universidad, no tener sexo es de tontos y en la vida adulta, no tener sexo es señal de "me va a dejar" o "me está engañando."

No comprendo por qué el sexo es requisito en las relaciones de las personas mayores de veinte años. Es tan trascendente como tener el número de teléfono de tu novia. Es molesto.

No es que no quiera estar con Bella pero muchas veces, he visto cómo el sexo sólo complica las cosas y las acelera. No puedes apresurar algo que quieres que dure para siempre.

La respuesta de Bella sobre posiblemente tener sexo me relajó. Ahora estoy seguro de que estamos en la misma página. He notado cómo me mira y por supuesto, yo he pasado mi mirada repetidamente por sus suaves curvas pero no es el momento. Aún no.

No quiero arruinarlo ni apresurarlo. No quiero arruinar esto que tenemos. Finalmente he conocido a quién tanto anhelaba y quiero disfrutar cada momento, quiero saborearlo tanto, como se saborea un helado. No quiero cometer un error, no me gusta que noten mis fracasos, me esforzaré en esto porque simplemente no quiero que sea un helado bajo el sol.

~DLDPQ~

Escucho a Loki antes de que abra la puerta. Su respiración agitada y sus uñas contra el linóleo son suficientes para ponerme una sonrisa en la cara.

— ¡Hola, chico!—lo saludo, con mi mejor voz de bebé—. ¿Cómo estás?—paso una mano por su cabeza y él ladra. Un simple "woof" que hace que mi corazón se hinche.

—Estoy bien, gracias—alguien responde y sé muy bien de quién se trata.

— ¿Qué haces en mi apartamento?—le pregunto a Emmett.

Emmett. ¿Cómo comienzo a describir a Emmett? ¿Qué tal esto: hombre enorme con pinta de Rocky pero personalidad de un niño de ocho años que se ríe de sus propios chistes y carga ocasionalmente una bolsa de huevos?

—Haciendo la cena—dice, mostrando una espátula. Ruedo los ojos porque él ni siquiera sabe cocinar.

—No creo que necesites una espátula para cocer huevos—. Me burlo, eso es lo único que sabe hacer. Cocer huevos. Disfruta tanto de los huevos cocidos que resulta perturbador.

—Hoy es sábado, no es día de huevos—dice y suspiro, rindiéndome—. Es noche de videojuegos, hombre. ¿Ya se te olvidó?

Demonios. Lo olvidé. Cada dos sábados nos reunimos en mi apartamento a jugar videojuegos por la noche y a beber cerveza. Está tan grabado en mi memoria que es igual de común que lavarse los dientes. Sólo que Bella…

Bella me está haciendo daño.

—Lo olvidé—murmuro, dejando mis llaves en el mostrador.

En realidad, Emmett no está haciendo la cena.

— ¿Qué haces con eso?—le pregunto, en verdad curioso.

—Ah, intentaba matar a una mosca—dice, mirando alrededor—. Pero creo que Loki se la comió, ¿ah que si, Loki?—le pregunta, con voz chillona.

Loki le mueve la cola.

— ¿Por qué lo olvidaste? ¿Es por Bella?

Me espanto y me pongo rígido.

— ¿Bella?—finjo. ¿Cómo sabe su nombre?

—Sí, Bella…—me imita pobremente—. Vi su nombre en la pantalla de tu celular el otro día y dado que yo no conozco a ninguna Bella, supuse que era tu Julieta.

Ya no hay más que hablar.

—Sí, lo siento. Iremos al cine.

Me mira rápidamente.

— ¡No!—chilla—. ¡Se suponía que iríamos juntos!

Me río entre dientes.

—Lo siento, grandote. Ahora tengo una novia—comento—. Ah, y no le digas su nombre a nadie.

Hace un puchero.

— ¿En verdad la llevarás a ver Spider Man?—dice, con tono lastimero.

—También es fan—le comento—. ¿Por qué no fuiste ayer?

—No alcancé boletos—se encoge de hombros—. Pero los compraré en este momento. Iré mañana. No dejaré que un día más pase—jura, sacando su celular de su bolsillo.

Mientras me cambio de ropa, Emmett entra a mi habitación como si fuera la de él y se pone a hurgar en mi librero. Me cuenta que Jasper fue a dejar a Alice a su casa y que estará aquí en cualquier momento.

— ¿Me prestas este?—pregunta, tomando un libro.

—No—respondo—. No me gusta prestarte libros porque siempre los doblas demasiado y los maltratas.

—No lo haré—le resta importancia con un gesto de mano y suspiro, despidiéndome de mi ejemplar de El Gran Gatsby. A pesar de que Emmett parezca tonto, disfruta de los clásicos.

Salgo de ahí antes de que Jasper o Garret o Paul o cualquiera llegue, no quiero dar explicaciones pero ya me imagino la burla que me acompañará las dos semanas siguientes por cambiar mi "noche de chicos" por "ir a olerle el trasero a mi novia."

No que lo haga, pero se entiende.

Me despido de Loki y señalo a Emmett.

—Eh, ni una palabra sobre su nombre.

Él rueda los ojos.

—No te preocupes—murmura—. Tampoco nadie conoce a Gatsby.

Con un suspiro, salgo de ahí.

~DLDPQ~

Bella está tan feliz por ver la película que da brinquitos en su propio asiento. No puedo ocultar mis sonrisas cuando estoy con ella.

Compartimos las palomitas y los dulces. La película y las personas alrededor logran espabilarme y en verdad me concentro en la película aunque tenga a Bella a un lado.

Cuando la película termina y salimos a la cálida noche de verano en Chicago, Bella toma mi mano y caminamos por la calle.

Aún hay gente por ahí y se le ocurre comprar unos bagels. Acepto y entramos a la pequeña panadería.

—Son mis bagels favoritos—dice—. Mi favorito es de jalapeño y queso… también el de pizza.

La panadería prepara bagels de diferentes sabores, incluso hay bagel sabor moras, Oreo y Nutella.

Ella se decide por el de jalapeño y yo compro el de pizza, viendo los pequeños pepperonis que cubren la parte superior del pan.

Salimos otra vez y ella se está riendo cuando le cuento de la obsesión de Emmett por los huevos cocidos.

—Oh, mira, ¿qué es eso ahí?—señala con su dedo mi bagel y miro hacia allá.

Entonces, como una broma de niña pequeña, empuja el bagel hacia mi boca con una sonora carcajada y corre frente a mí.

Me río porque fue divertido y la miro a la distancia, la alcanzo con unas cuantas zancadas y agito mi bagel frente a ella.

—Nefasta—meneo la cabeza, pasando a su lado.

Ella está sonriendo y sujeta un trozo de pan entre sus dedos. Aparece de un salto junto a mí.

—Eso no te lo esperabas—bromea.

Puedo imaginarme cómo lucimos, como dos tontos enamorados corriendo entre las calles. Quiero lucir más tonto así que tomo su mano y la hago dar una vuelta sobre su propio eje, como si bailara.

—Eres un poco divertida—murmuro y cuando está de cara a mí, se para de puntillas y me besa.

Y justo ahí, decido enamorarme como un niño pequeño, como si sonreír fuera lo más importante del mundo, como si fuera un simple juego.

Decido enamorarme como un tonto. Le escribiré cartas, le regalaré flores, pasearé por los parques con ella, caminaré, me recostaré, miraré las estrellas con ella, nos sentaremos en columpios, me tomaré el tiempo de conocerla, de olvidarme de las prisas y del sexo, iré a todos los cafés con ella, aprenderé cómo le gusta el café o su té, visitaremos museos, bailaremos en las banquetas y me moriré de la risa con ella.

Justo ahí, decido enamorarme como si fuera la primera vez.


gracias por los reviews. ¿Verdad que Edward es un romántico? Ojalá esos hombres existieran je.

Nos leemos el domingo con el último outtake.