Donde Los Deseos Pueden Quedarse
Outtake 2
Edward
Tan pronto como recibo el correo que he estado esperando, dejo mi diseño a un lado y me apresuro a mi bandeja de entrada.
Justo ahí.
Los boletos de avión rumbo a Madrid han sido enviados y siendo el idiota y romántico que soy, los imprimo. Planeo mostrárselos a Bella en el momento adecuado. He estado planeando esto por semanas, con ayuda de Loki y de María Antonieta. Siguen sin llevarse bien pero estoy agradecido de que su odio es silencioso y Loki no la toma del cuello y la arroja a la ventana o algo parecido.
Afortunadamente mi tacto mágico los tranquiliza y son lo suficientemente amables para prestarme atención y realizar los trucos que les he estado enseñando.
Bella se ha mudado formalmente a mi casa… nuestra casa… hace tres semanas. Ni siquiera tuvo que preguntarlo, sólo bastó un comentario para que yo le abriera las puertas y la trajera conmigo. Dios, le daría todo.
Mientras Esme me mostraba decoraciones las observaba y pensaba si serían del agrado de Bella y sólo habíamos estado juntos alrededor de dos meses.
Sólo sabía que había caído del cielo y que tenía que aferrarme a ella y no soltarla.
Siempre supe que era ella, cuando aceptó sin rechistar mi cita y luego mientras la escuchaba hablar bajo los faroles del parque esa primera noche.
Estaba tan seguro de ella que cuando visitamos la tienda de antigüedades en Forks y divisé a la distancia joyería fui hacia ahí y le compré un anillo. Bella me había dicho que las joyas grandes no se le daban y que, de todas formas, sus dedos eran tan pequeños que lucían mejor con anillos pequeños. Estuve de acuerdo. Sus hermosos dedos huesudos se verían perfectos con el anillo que le compré.
Al principio creí que merecía un anillo más costoso pero sabía que a ella no le importaría. Y más meses han pasado, dios, ya más de un año con ella y no me arrepiento de mi decisión ni de mi elección.
Ni siquiera ver a ese tal Jacob sonriéndole como idiota me hizo cambiar de opinión. Escondí el anillo en mi chaqueta y dejé los libros a un lado para pagarlos junto a ella.
Regreso a mi lugar con los boletos impresos y luego saco el anillo del fondo de mi cajón. Lo he mantenido ahí por mucho tiempo y lo contemplo.
Es pequeño y algo sencillo. Un delgado aro de oro con un diamante principal en forma de rombo y diamantes secundarios alrededor de este. Uno pequeño en cada lateral del rombo y dos junto a dos vértices. La cadena de diamantes sigue con dos en fila y es todo.
Es perfecto para ella y sé que le gustara. Le gustan las cosas brillantes pero es tan sencilla.
Sigo sin estar seguro de cuándo pedírselo pero sé que tiene que ser pronto. Los billetes de avión me apremian y sea cual sea la decisión que tomemos respecto a la boda, estoy seguro de que se logrará en dos meses.
Viajamos a España a finales de septiembre y es finales de julio. Funcionará.
Guardo el anillo y los boletos cuidadosamente y lo hago justo a tiempo porque un golpe en mi puerta se escucha cuando cierro el cajón.
Son Emmett y Garret y hay algunos problemas respecto a la planeación de un proyecto que es más urgente que en el que trabajaba hace algunos minutos.
Me levanto y los sigo.
Mis pensamientos sobre Bella tendrán que esperar.
~DLDPQ~
El resto del día pasa en un borrón entre solucionar el problema de logística y construcción en el hospital que ha contratado nuestros servicios y luego Jasper me invita por unos tragos con él y Emmett.
Sin pensarlo, me encuentro declinando la invitación.
— ¿Qué es tan importante que tienes que hacer?—Jasper rueda los ojos—. No seas aburrido—me palmea fuertemente la espalda, no pretendía ser amigable.
Le regreso el golpe en el estómago antes de poner algo de orden en mi escritorio, listo para ir a casa.
—Tengo planes con Bella—murmuro y gime, pasándose las manos por el cabello.
—No vayas—se queja—. Dile que te atropellaron o algo así.
Me río entre dientes.
—Eres idiota—tomo las llaves de mi auto y me hago tonto esperando que él salga primero de mi oficina.
—Oh, cierto, la pequeña Bella vive contigo—chasquea los dientes—. Arruinaste tu vida antes de casarte. Estoy feliz por ti—. Me lanza una pluma al pecho y arrastra los pies hasta la puerta—. Llámame cuando dejes de ser un mandilón—cierra la puerta detrás de él y suspiro.
Abro el cajón y sumerjo la pequeña caja del anillo en mi mochila.
Jasper puede decir lo que quiera. Aún recuerdo claramente cómo era el sirviente de Alice durante la planeación de su boda, hago una nota mental de recordárselo mañana. No creo que ir a tomar unos tragos sea más importante que pedirle matrimonio al amor de mi vida.
~DLDPQ~
Obviamente no tengo planes con Bella y no estoy pensando las cosas. Estoy haciendo todo por impulso, a veces suelo ser impulsivo, sólo me gusta seguir mi intuición.
Conduzco hasta la clínica y me estaciono en mi sitio habitual. Soy feliz de ser su chófer, haría lo que sea que me pidiera, así que su auto está indefinidamente estacionado en mi garaje.
Cuando veo a Rosalie salir de la clínica, salgo de mi auto. El resto de ellas salen en fila india y Bella se encarga de cerrar la puerta. Se despiden con un abrazo, como siempre, y Rose camina hacia su auto. Finalmente compró uno. Bella y yo fuimos con ella, junto a Emmett. Fue divertido.
Rosalie le hizo un rayón apenas en su primer viaje al supermercado.
Le sonrío a mi Bella y le abro la puerta.
— ¿Coreana o McDonald's?—le pregunto.
Se acerca y se para en sus puntas para besarme. Nuestros labios hacen un ruido cuando se separan.
—McDonald's—responde—. Con mucha grasa.
Conduzco al McDonald's más cercano y me tomo mi tiempo para estacionarme.
—Creí que pedirías en el auto—murmura—. Siempre lo haces.
Lo sé pero estoy nervioso, Bella, déjame ganar tiempo.
Me encojo de hombros.
— ¿Quieres ir o me esperas?
—Vamos—dice—. Te acompañaré si a cambio me das un masaje en los pies—dice, tomando mi mano.
Gruño, fingiendo molestia. Si, fingiendo, porque como dije, haría todo lo que me pidiera.
Ordenamos, esperamos y luego salimos de ahí.
Cuando llegamos a casa, Loki y María Antonieta nos reciben. En realidad, estaba nervioso por María Antonieta. No conocía sus costumbres y a pesar de lo mucho que amo a los perros, no me hubiera gustado encontrarme con sus pequeñas popos por todos lados o con los cojines mordidos.
Afortunadamente, es una buena niña y muy bien entrenada. Bastó que observara a Loki algunas veces y luego ahora lo sigue al jardín. Siempre lo está siguiendo, creo que el odio no es mutuo.
Cuando María Antonieta trata de rascar mi pantalón, Loki la hace a un lado y él trepa por mi regazo, poniendo sus patas en mi estómago. Me río y Bella me mira feo, alza a la Pomerania y le da besos.
—Lo siento, Antonieta—dice—. Pero tienes que mostrarte dura.
Estoy jodidamente nervioso y no quiero que Bella lo note, así que a pesar de lo cansada que dijo que estaba, le pido que descargue el lavavajillas mientras yo me escabullo.
Es momento de entrar a la acción.
He elegido a María Antonieta para esto. Loki siempre luce como el favorito pero me pareció una buena idea que la Pomerania que causó que conociera a mi chica fuera quien trajera el anillo en su hocico.
Reemplazo la pequeña pelota de siempre con la caja del anillo y hago algunas muestras para asegurarme de que todo saldrá bien.
Bella sabe que les he estado enseñando trucos pero nunca preguntó por qué. Sólo se reía y tomaba fotos.
— ¡María Antonieta!—la llamo, golpeando el piso dos veces con mi pie.
Obedientemente y para mi alivio, salta, toma la caja en su hocico y corre hacía mí.
—Buena chica. Otra vez.
Loki nos observa, confundido por el cambio de planes.
Hago una muestra con él y también sale bien.
Me atrevo a avanzar por el pasillo, alejándome del jardín, llamó a la Pomerania y trae el anillo con ella.
Bella sigue en la cocina.
Regreso al jardín y dejo el anillo en el lugar adecuado.
— ¿Cómo van los trucos?—pregunta Bella cuando entro a la cocina.
—Excelente.
Cenamos en la barra de la cocina y luego la llevo a la sala con dos copas de vino dulce.
Universo, ayúdame, cuando dije que me iba a enamorar como la primera vez lo decía jodidamente enserio.
Aunque he caído en la cuenta de que esta es la primera vez que me enamoro. Siempre esperaba que el amor me sobreviniera con las otras chicas, pero nunca venía. Creía que si pero al ver a Bella, sé que ese no era amor. No se compara. Es como nunca creí que sería.
Le besó la sien y luego de algunos minutos donde mi pie no deja de golpear el piso y de algunos minutos de una película a la que no le estoy prestando atención, me enderezo, haciendo que Bella deje mi hombro.
— ¿Estás bien? Luces nervioso—comenta.
No, cielo, no estoy bien. Estoy a punto de pedirte matrimonio, ¿podrías sonreír y decir que si, por favor? Me estoy muriendo aquí.
—En realidad tengo algo que decirte.
— ¿Qué?—frunce el ceño. Sostiene su copa con ambas manos. Se sienta en flor de loto.
Mierda, no sé cómo hacerlo. Debí buscar algo en internet. Ya me he arrepentido. Ahora trato de buscar algo interesante qué decirle.
Miro al pasillo desierto, Loki y María Antonieta me están esperando.
Demonios. Toda su atención está puesta en mí. Desearía que estuviera viendo la película, así estaría menos nervioso.
— ¿Recuerdas cuando dijiste que esa lista de deseos era estúpida pero aun así aceptaste hacerlos conmigo?
Ella asiente, una pequeña sonrisa baila en sus labios. Se ha relajado, claramente estaba preocupada.
— ¿Y luego dijiste que había algunos imposibles y uno de esos era que alguien se quedara?
—Que tú te quedaras—interrumpe.
—Y lo hice y ya no fue tan imposible, ¿cierto?
—No—responde, sus ojos brillando y entrecerrándose, quería adivinar.
Sonrío.
—Bueno, quiero cumplirlos todos, hacerlos posibles. Cumplir todos tus deseos.
Deja de sonreír un poco. Sus ojos están dudosos. Pienso que lo ha adivinado y que está a la espera, está esperando que diga algo más para desechar la idea.
—Y bueno… empezando por uno—digo y luego llamo a María Antonieta.
Ahora sí, Bella luce confundida. Frunce el ceño, sin dejar de sonreír. No entiende nada y su cara me hace reír. Se deshace de su copa, dejándola en la mesa de centro.
María Antonieta corre por el pasillo, escucho su collar y luego se acerca a mí y antes de que Bella pueda ver la caja la tomo de su hocico y la aprieto en mi puño. Loki viene detrás de ella.
Inocentemente, Loki trepa al sillón, colocándose entre Bella y yo, entrometiéndose. María Antonieta hace lo mismo y cae en mi regazo.
—Y creo que es el que me he estado muriendo por cumplir—continúo—. Desde… desde siempre—la miro a los ojos y ya no sonríe. Está a la expectativa.
Cuando me deslizo al suelo, y coloco una rodilla ahí. Sus ojos se abren, sorprendidos.
—Entonces, Isabella Swan, ¿aceptarías cumplir este deseo ahora? Por primera vez, ¿cumplirías también mi deseo y te casarías conmigo?
Su boca está abierta mientras abro la caja y le muestro el anillo.
Bella jadea y luego sonríe, con todo y dientes y ojos brillosos.
— ¡Oh por todos los… si!—toma mis manos y luego se abalanza sobre mí—. ¡Oh, Edward!—me abraza y la sujeto bien fuerte por la cintura.
Feliz, extasiado, vibrante.
— ¡Claro que me casaré contigo!—chilla y luego se apresura a tomar otra vez mis manos.
Estoy sonriendo, jadeante, mientras le coloco el anillo en su dedo.
Precioso dedo huesudo.
— ¡Es precioso, Edward! Me encanta, es perfecto—dice, alzando la mano y contemplándolo.
Si el anillo me parecía precioso por sí solo, en su mano es la octava maravilla del mundo.
— ¡Oh, gracias, Edward, muchísimas gracias!—sus ojos están llorosos.
—Deja de agradecer, ven aquí—la jalo, levantándome y sentándome en el sillón.
Loki y María Antonieta nos observan sin entender. O tal vez lo entiendan y están tan aturdidos como yo.
— ¿Cómo no voy a agradecerlo si eres lo mejor que me ha pasado en la vida?—Bella murmura contra mi cuello. Está llorando, siento la humedad en la piel.
Oh, Bella, si tan sólo supieras cuántas veces soñé contigo.
—Te amo—le digo al oído y se aleja lo suficiente para mirarme a la cara.
—Lo sé y yo también lo hago—responde y luego me besa por unos momentos.
Reposo mi frente contra la suya y mi voz sale temblorosa y vulnerable cuando le preguntó:
— ¿Dónde habías estado?
—Haciendo todo mal—responde automáticamente, en un susurro.
La beso otra vez.
Yo también debí haber hecho todo mal entonces. O tal vez todo bien. No tengo idea por qué tardó tanto en aparecer frente a mí, llevando con ella todos mis sueños y la llave a mi amor. Le cumplí sus deseos pero ella también cumplió los míos. Debería escribir una lista pero ahora todo parece sin importancia cuando tengo al principal entre mis brazos.
Sé que no volveré a amar. Me aferro a ella y luego Bella comienza a desabotonar mi camisa.
Ahora vamos a hacer las cosas bien. Me olvidé del pasado y vivir en el presente nos trajo a este lugar.
Vamos a hacer las cosas bien, de aquí hasta que la vida aguante. Hasta donde se estire.
De aquí hasta siempre.
Y llegamos al final de esta historia.
Muchas gracias por su apoyo, sus interacciones y sus comentarios. Aún me recuerdo escribiendo esto y siendo extremadamente consciente lol. Mi mente estaba volviéndose loca y tenía que sacar esto.
Por el momento nos quedaremos sólo con TIWILY porque en octubre les tengo otra sorpresa igual de espontánea que esta. Gracias otra vez, hagamos las cosas bien de aquí hasta donde se estire ;)
-Hasta siempre, Redana.
