Estaba lloviendo, el agua caía con fuerza desde lo más alto del cielo y empapaba cualquier cosa a su paso, el aroma a tierra mojada era algo que ella encontraba disfrutable y perfecto para acompañar con una buena taza de chocolate caliente.
Se sentó en el sofá y buscó alguna película en Netflix para pasar el rato y cubrió sus piernas con una manta. No tardó mucho en comenzar a lamentarse el haber elegido una comedia romántica, puesto a que le recordaba el hecho de que tenía que tomar una decisión.
Su teléfono sonó y volteó hacia dónde había dejado su celular, pudo ver que era una llamada de Hans, pero decidió simplemente ignorarlo. Habían pasado unos cuantos días desde que había salido de su departamento diciéndole que lo llamaría luego y no lo había hecho, así que suponía que el pelirrojo decidió tomar la iniciativa finalmente o quizá estaba preocupado, pero hablar con él significaba que el hecho de que debía tomar una decisión se volvería aún más real.
Recibió un par de llamadas más por parte del florista; las cuales igualmente fueron ignoradas y terminó por tomar la decisión de simplemente apagar su celular para evitar que siguiera ocurriendo, pero lo siguiente que ocurrió fue que escuchó unos golpes en su ventana, giró inmediatamente y se encontró con el pelirrojo fuera de su casa.
— ¡Mierda! — Exclamó completamente aterrada y sorprendida — ¡¿Qué demonios?! — Gritó, mientras que el pelirrojo tan sólo le hacía señas para decirle que le abriera la puerta.
Elsa puso en pausa su película y se puso de pie para llegar hasta la puerta y abrirla.
— ¿Qué haces aquí? — Preguntó la rubia desconcertada.
—No me has llamado e ignoras deliberadamente mis llamadas al parecer — Respondió él — ¿Acaso hice algo que te ofendiera? ¿Estás molesta conmigo?
—No, yo sí pensé en llamarte — Respondió Elsa —, pero…he estado ocupada.
— ¿No estabas viendo una película hace un segundo?
—Tengo una vida Hans, no todo mi tiempo gira en torno a ti — Dijo ella —. Enserio iba a llamarte, pero…
—Has estado ocupada — Terminó la oración por ella.
—Exacto — Habló la rubia.
— ¿Y estás ocupada ahora? — Preguntó — ¿O me dejarás aquí afuera en la lluvia?
—Traes un paraguas no seas dramático — Hizo la observación —, además…tú decidiste venir hasta aquí en medio de una tormenta, no te pedí que lo hicieras.
—Algunas mujeres lo considerarían romántico — Comentó Hans.
— ¿La gripe te parece algo romántico? Porque eso es lo único que obtendrás — Bromeó ella —. Además, entre nosotros no hay nada de romance — Agregó con la pequeña esperanza de que él dijera opinar todo lo contrario.
— ¿Estás diciendo que serás lo suficientemente cruel para dejarme afuera?
—No creo que sea un buen momento — Respondió, sabiendo que si lo dejaba pasar sería cuestión de tiempo para que terminasen metidos en su recamara, algo que muy probablemente no debía hacer si intentaba aclarar su mente con respecto a lo que quería hacer con su vida —. Deberías ir a casa
— ¿Eso quieres Elsa? — Cuestionó Hans.
No, claro que ella no quería eso.
—Quisiera seguir viendo mi película en paz — Mentalmente se dio un fuerte golpe en la frente tras a ver dicho semejante tontería.
— ¿No hay espacio en tu sillón para una persona más?
—Es una comedia romántica, no creo que te guste — En su cabeza, seguía reclamándose por esa clase de respuestas, mientras que luchaba consigo misma puesto que realmente deseaba invitarle a pasar, sentarse en el sofá a ver la película…o quizá solo ignorar por completo la película; seguramente ni siquiera era buena y resultaba tener la misma trama que cualquier otra típica comedia romántica y sentiría que perdió su tiempo viéndola.
—Me gusta burlarme de los fallos argumentales de esas películas — Alzó los hombros.
—También me gusta hacer eso, Kristoff piensa que es extraño — Finalmente se ordenó a sí misma no seguir hablando sin pensar, puesto que mencionar el nombre de su marido no era precisamente lo ideal —. Bueno, no debería estar reteniéndote aquí…
Dio un paso hacia atrás buscando permitirse cerrar la puerta tras despedirse fugazmente del pelirrojo, pero éste tan sólo dio un paso aproximándose a ella.
—Tú puedes retenerme todo el tiempo que desees — Dijo — Entonces ¿Vas a dejarme pasar o me tendrás aquí el tiempo suficiente para que tus vecinos se enteren de mi presencia?
— ¿Es una amenaza? — Alzó la mirada de manera desafiante.
—No, sólo un simple recordatorio de lo que tú querías evitar — Contestó el hombre —. Entonces… ¿De verdad quieres que me vaya?
—No quiero tener sexo hoy — Advirtió la rubia.
—De acuerdo — Comentó el pelirrojo —, podemos ver esa película que estabas viendo y no sé… charlar, conocernos, quizá me gustaría averiguar si la mujer que ha dormido en mi departamento; por lo tanto ahora sabe dónde vivo y dónde trabajo no está loca o algo.
—Gracioso — Opinó con sarcasmo —. Adelante.
-o-
Dos tazas con rastros de chocolate se encontraban sobre la mesa de centro junto a una caja de galletas abierta y medio vacía, los créditos de la película aparecían en la pantalla junto a un par de recomendaciones por parte de Netflix.
— ¿Quieres quedarte a cenar? — Preguntó ella — Puedo preparar algo.
— ¿Sabes cocinar? — Preguntó él.
—Sí ¿Tan difícil es de crees? — Rió — Soy ama de casa, créeme que sé cocinar, fue prácticamente criada para ello.
—Eso suena triste — Opinó Hans —, suena como algo que habría dicho alguien del siglo pasado ¿La modernidad aún no llega a Noruega? — Bromeó.
—Claro que sí, pero ya sabes…en todas partes aún hay familias conservadoras — Dijo —. Justo por eso nos fuimos de allí hace algunos años.
— ¿Querías una vida alocada lejos de casa? — Preguntó él.
—No realmente, tampoco Dinamarca había sido un lugar que había considerado como un sitio al cual escaparía en cuanto tuviese oportunidad, pero…mi esposo consiguió un buen trabajo aquí — Respondió —. Él fue quien tomó la decisión de irnos de noruega, creo que yo misma no lo hubiese decidido. En fin, ahora estoy aquí.
— ¿Había malas oportunidades laborales en dónde vivían?
— ¿Por qué te interesa saber? — Cuestionó ella en lugar de responder.
—Sólo intento conocernos…
—En ese caso yo no sé nada de ti — Dijo ella —. Sólo tú has preguntado.
—Entonces pregúntame cualquier cosa que te interese saber — Habló el pelirrojo.
—La florería, es de tu familia ¿Cierto? — Dijo ella —, pero no recuerdo que algún hermano tuyo o familiar haya estado allí.
—Si lo han estado, pero sólo yo trabajo allí, en realidad la propietaria actualmente es mi madre, pero raras veces va — Dijo él —. Mi padre era un empresario que olvidaba los aniversarios y nunca podía encontrar florerías o tiendas de regalos abiertas cuando recordaba que debía llevarle algo a mi madre así que…abrió una florería — Rió —. Es la forma menos romántica para crear un negocio enfocado en el romance ¿No crees?
—Quizá no sea cursi, pero es real — Dijo ella —. Creo que me costaría creer que dices la verdad si me contaras una historia de amor al respecto.
—Como sea, mi padre falleció y mis hermanos obtuvieron acciones en las otras empresas de mi padre, mi madre con la florería y yo…bueno, digamos que vendí las acciones que me heredaron y empecé a trabajar para mi madre — Dijo él —. Ahora dime ¿Alguna vez tuviste un empleo formal?
—No realmente — Dijo ella —. Estudié y me casé casi de inmediato tras la graduación, he pensado en buscar empleo…estos días volví a considerarlo, pero nunca he trabajado y no tengo experiencia.
— ¿Sabes de flores?
—No voy a trabajar para ti.
—En realidad trabajarías para mi madre.
—Eso no mejora la situación — Suspiró —. En fin, aún tengo que pensar en varias cosas hasta que Kristoff vuelva a casa.
—No me dijiste porque Dinamarca — Recordó.
—Yo…bueno…nosotros…— Balbuceó. —. No me gusta mucho hablar del tema siendo honesta.
— ¿Son prófugos de la ley acaso? — Bromeó el pelirrojo.
—No, nada de eso — Respondió la rubia —. Yo iba a tener un bebé, en realidad nunca amé a Kristoff ni estuve segura de nuestro matrimonio, pero cuando me enteré de que estaba embarazada…dejando de lado cualquier miedo o duda de si sería capaz de ser una buena madre, yo estaba feliz y deseaba tener a ese bebé, pero…resulta que no sucedió y nunca sucederá — Bajó la mirada un momento —. Kristoff siempre fue muy dulce y comprensivo, pero todos a nuestro alrededor simplemente hacían preguntas, comentarios…era agobiante y horrible, así que él decidió buscar empleo fuera.
—Lamento tú pérdida.
—Está bien, no es culpa de nadie realmente — Dijo ella —. Esas cosas pasan ¿No?
—Y ¿Han pensado en la adopción?
—Sí, justo por eso tengo muchas cosas en que pensar estos días — Respondió —. Kristoff hace poco me propuso adoptar si yo me sentía lista para intentarlo, pero antes de irse discutimos y bueno, me dijo que pensara en nuestra relación y lo que yo quería.
— ¿Y qué es lo que quieres?
—No lo sé — Confesó —. Pensé que estando sola estos días lograría descubrirlo, pero tan sólo he evadido el tema por completo, no es sencillo — Dijo —, no sé si lo elegiré a él…
—Puedes hacerlo y seguiríamos como hasta ahora, nada tiene porque cambiar si no quieres — Propuso el pelirrojo.
—La cuestión es que, Kristoff antes de ser mi esposo fue mi mejor amigo, es un buen hombre y siempre ha intentado hacerme feliz, él no merece que yo siga haciendo…esto — Dijo ella —. No debería agobiarte con mis cosas personales, lo siento, entonces… ¿Qué quieres cenar? — Intentó cambiar de tema.
—No tienes por qué estar con alguien a quien no amas — Habló él —. A la larga podría hacerte realmente infeliz.
—No es tan sencillo — Desvió la mirada —. No tengo un empleo, tengo que tomar una decisión en cuestión de días, dudo poder encontrar algo que me permita continuar permitiéndome vivir en Dinamarca, creo que lo único que obtendría de Kristoff sería que me comprara un boleto de avión directo a Oslo y dinero suficiente para el tren o un autobús para llegar a casa de mis padres, no entraré en detalles, pero no estamos en los mejores términos.
—Podrías quedarte con alguien aquí mientras consigues dinero o decides que quieres para ti…
—No quiero estorbar a mis amigos, sé que me aceptarían en sus casas, pero llegaría el momento en que empezaría a ser incómodo para todos — Dijo ella —. Cómo dije, tengo mucho en que pensar.
—Y ¿Yo no soy una opción?
Elsa se desconcertó en cuanto él hizo esa pregunta, pero rápidamente asumió que se trataba de una broma más de Hans intentando aligerar el ambiente o distraerla, aunque el hecho de que él mantuviera una expresión seria en su rostro le parecía sumamente extraño.
—Ni siquiera me conoces — Comentó ella —, yo tampoco sé casi nada sobre ti, creo que hoy…ha sido la primera vez que hablamos sin insinuaciones sexuales de por medio, sé que no tengo muy claro que es lo que quiero ahora, pero no creo que tengamos ideales similares.
—Sólo digo que…si lo necesitas, podríamos hacerlo funcionar…al menos quiero que me consideres dentro de tus opciones.
—Pensé que sólo era sexo casual — Habló ella.
—Creí lo mismo, pero…no lo sé…podríamos…intentar algo más.
—Todo está sucediendo muy rápido, no creo que… — Balbuceó —. No sé qué creas sentir ahora hacia mí, pero si acaso estas asumiendo que es algo cercano al amor…nadie puede enamorarse tan rápido.
—Sólo sé que quiero conocerte mejor e intentar algo nuevo, es decir…el sexo es grandioso, pero no sé si quiero que sea algo fugaz y casual, si tú quieres…podríamos tener otro tipo de… ¿relación?
—Creo que debes irte ahora — Dijo ella repentinamente —. Tengo mucho que pensar y no…no obtendrás una respuesta de mi parte esta noche.
