Pero Te Conocí…

Sakura lo miro asombrada al darse cuenta que el estaba riendo, sonrió al escuchar la hermosa y melodiosa risa varonil que inundaban sus oídos por completo.

Ambos siguieron riendo por unos segundos más…

– Ve – decía ella – por lo menos lo hice reír.

– Si usted dice unas cosas muy graciosas – contesto – tengo que reconocer que hace tiempo no reía – suspiro mirando al cielo

– Reír es una medicina para el alma – le dijo – lo mismo que llorar son necesidades del cuerpo que siempre son bueno sacarlos y expresarlos – movió la cabeza de un lado para el otro – porque si no se hace tarde o temprano llegara el dia en que uno va a explotar y eso no es muy recomendable para nadie – mirándolo le sonrió – por lo menos esa es mi filosofía de vida.

– ¿Usted es sicóloga? – pregunto el muchacho.

– No en lo absoluto – negó con la cabeza – es solo mi humilde opinión.

– Me gusta su forma de pensar señorita – le sonrió.

– Yo – se sonrojo – no diga esas cosas.

– ¿Y por qué no? – dijo rápidamente – me gusta su manera de pensar – moviendo la cabeza – nunca había conocido a una persona así… como usted.

En ese momento el celular de Sakura comienza a sonar mientras la muchacha solo miraba al joven.

– ¿No va a contestar? –.

– Si – dijo sacando el aparato de su cartera, deslizo la pantalla y contesto – Hola.

– Sakura soy Tsuyoshi – escucho que le decían – ¿Ya llegaste a tu casa?

– Eh aun no – dijo rápidamente – pero estoy cerca así que no te preocupes.

El ambarino se encontraba mirando el firmamento… a la hermosa luna que estaba en medio de todas las estrellas.

– Ya es tiempo de dejarte ir Akame no saco nada con amarrarme a un simple recuerdo – se decía – porque eso es lo que vas a ser para mí de ahora en adelante… tú fuiste la que decidiste dejarme sin ninguna explicación entonces ahora lo mínimo que puedo hacer yo es pensar en mí y seguir mi vida sin ti.

Noto que la muchacha termino de hablar y se quedó callada…

– ¿Sucede algo? – preguntó.

– Si – respondió – no me había dado cuenta de la hora y ya se hizo muy tarde.

– Yo lo siento – comenzó a decir – me imagino que alguien la espera en su casa.

Ella asintió.

– Y por mi culpa no ha podido llegar –.

– No diga eso –.

Al decir eso la ojiverde coloca su mano encima de la del que tenia en el asiento, una electricidad recorrió el cuerpo de ambos.

– Yo lo siento – dijo ella sacando la mano rápidamente.

– No se preocupe – comento el chino moviendo la cabeza – aunque no se qué fue eso… ¿Es primera vez que siento algo así?

– Y yo – respondió.

– Bueno pero – dice levantándose del asiento – la voy a ir a dejar a su casa.

– No – movió sus manos – no es necesario.

– Es lo menos que puedo hacer por usted – volvió a decir – por todo lo que ha hecho por mi.

– Gracias por querer tener este detalle conmigo pero – decía – mi hogar se encuentra un poco retirado de este lugar.

Shaoran solo la miraba.

– Vivo en Yokohama y no creo que por – mirando su reloj de pulsera – la hora encuentre un taxi para allá.

– Nuevamente le pido disculpas – decía – por mi se bajó del vehículo.

– De verdad no importa – sonrió – aparte que también fue mi culpa por bajarme.

– Bueno entonces podríamos ir al Hotel donde me estoy hospedando –.

– ¿Se hospeda en un Hotel? – pregunto.

– Si es una larga historia – respondió moviendo su cabeza – pero para donde voy si podemos encontrar locomoción.

– Es que yo – lo miro fijamente.

– No se preocupe – dijo mientras se tocaba la cabeza, su tic nervioso apareció al darse cuenta que ella no le sacaba la vista de encima – no le hare nada si es que es lo que esta pensando.

La muchacha se sonrojo moviendo la cabeza.

– No me malinterprete – le respondía la ojiverde.

– La entiendo bien – asintió – obviamente una señorita como usted no se iría con un desconocido como yo pero por la hora es la única solución rápida que encuentro en estos momentos.

Ella sabía que eso era cierto, ya iban a dar las dos de la madrugada y definitivamente no tenía otra alternativa.

– De todas maneras al llegar al Hotel le solicitare una habitación para usted para que no se preocupe o si prefiere podemos ir a cualquier otro lugar – término de decir.

–No está bien – dijo – no pretendo causar tantas molestias.

Y así comenzaron a caminar… Shaoran con las manos en sus bolsillos y Sakura iba sujetando su cartera.

– Si tengo que decirle que no tengo efectivo en estos momentos para el taxi –.

– ¿No? – dijo deteniendo el paso.

– Mi mejor amigo me quieto mis documentos y las llaves de mi automóvil – se para al frente de ella – al ver en el estado en el que me encontraba.

– Bueno – rio – tengo que decir que fue muy acertado de parte de su amigo.

– Si – respondió cruzándose de brazos y con una leve sonrisa en sus labios – eso piensa usted.

– Por supuesto – asintió – así evitamos cualquier tipo de accidente.

– Tiene razón – comento.

Justo en ese momento por el frente de ellos pasaba un taxi, el chino corrió para alcanzarlo y detrás del venia la castaña, segundos después ya se encontraban en el vehículo, Shaoran le comenta al chofer a donde se dirigían.

Sakura miraba de reojos al joven, tenia un mejor semblante del de hace un rato, al parecer el café que se tomo había hecho efecto en el, en ese momento la castaña estornudo y el muchacho se dio cuenta, le paso su pañuelo primero y segundos después su casaca.

A esas horas de la madrugada ya hacia un poco de frio y era lógico que ella estuviera en esas condiciones.

– Gracias – dijo ella recibiendo el pañuelo y luego la chaqueta.

– No hay de que – responde pasando su mano por su cabello, haciendo con eso que su frente y sus ojos estuvieran sin nada que los cubriera.

La ojiverde pudo darse cuenta que el muchacho era bastante bien parecido, tenia aspecto de modelo o mejor dicho de esos protagonistas de los doramas que tanto veía su mejor amiga… su mirada era intensa, hipnotizante y estaban esos hermosos ojos ámbar que tenían algo que le atraían, que la llamaban.

Pasaron una par de minutos cuando llegaron a su destino, le agradecieron al chofer y descendieron del vehículo, la ojiverde quedo un poco asombrada al ver donde se encontraban… en uno de los Hoteles más exclusivos y elegantes de la capital "Estrella Naciente"

– Vamos – dice el chino.

– Si – asintió.

Entraron en el y llagaron al lobby, Shaoran se dirigió a la recepción mientras que la muchacha lo seguía detrás, había sacado su celular y se concentró en mandarle un mensaje a su Padre diciéndole que no se preocupara, que estaba bien y que lo vería mañana.

El ambarino llego a la recepción y solicito una habitación a la joven pero lamentablemente no había ninguna disponible, nada que hacer así que dando las gracias se despidió del encargado, se dio vuelta para comenzar a caminar hacia donde se hallaba la chica…

Shaoran vio que Sakura se encontraba sentada en uno de los sillones, se veía muy linda y concentrada viendo su celular, ahora con la luz del Hotel pudo darse cuenta que era más bella de lo que pudo ver en el Parque, su pelo era largo color castaño y su piel muy blanca… se fijó que ella lo estaba mirando sonriente y sintió algo en su pecho al notar esa sonrisa tan tranquilizadora que le estaba regalando en esos momentos aparte que ahí estaban nuevamente esos hermosos ojos verde, llenos de bondad, llenos de alegría, llenos de vida…

– Tengo malas noticias – llego diciendo.

– ¿No había habitación? – pregunto.

– Me temo que no – moviendo la cabeza – pero podemos buscar en otros Hoteles.

– Esa seria una buena idea – comenzó a decir ella.

– Entonces vamos – respondió dándose vuelta – solicitare un vehículo en la recepción.

– Pero recordando que estamos en verano – lo toma del brazo – me imagino que todos los Hoteles deben estar igual de llenos por los turistas.

– Tiene razón – dijo rascándose la cabeza – creo que lo ideal seria que se quedara en mi habitación y yo veo que puedo hacer

– Aunque no quiera aceptar su ayuda – suspiro – tendré que tomarla.

Al terminar de decir eso la castaña lo suelta.

– Entonces vamos –.

Ambos caminan al ascensor del Hotel y entraron, llegaron al 5° piso donde el muchacho tenía su habitación, la suite 106… deslizo la tarjeta en la puerta y esta se abrió, segundos después ya estaban dentro.

Sakura se dio cuenta que la habitación era bastante grande, de seguro era una suite ya que había una pequeña sala de estar en medio de esta, después habían dos puertas en el lado derecho y una en el lado izquierdo.

– Bueno adelante – dijo el.

Ella asintió y comenzó a caminar por la sala seguida por el ambarino.

– La primera puerta es mi dormitorio – decía – puede descansar ahí.

– ¿Y usted? – pregunto.

– Yo me quedare en mi estudio – le indica la segunda puerta.

– No eso no es justo – dijo Sakura rápidamente.

– Sabía que me iba a decir eso – contesto – pero ante todo soy un caballero – sonrió – y como tal tengo que tener buenos modales con una señorita como usted.

– ¿Está hablando en serio? – pregunto de nuevo.

– Si – asintió – pero no se preocupe por aquí ahi hay un sillón cama que puedo ocupar asi que por esta noche – movió su cabeza – puedo cederle mi cómoda cama.

Ella rio al escuchar eso.

– Entonces – le pregunto – ¿Qué me dice?

– Acepto su propuesta joven – dijo riendo – tendré que sentirme privilegiada.

– Por supuesto – respondió también riéndose – ya que usted es la primera mujer que traigo acá.

– En en – dijo tartamudeando y sonrojándose – serio.

– Si – asintió.

A los segundos caminaron hacia esa puerta y el joven la abrió…

– En el closet – comenzó a decir indicándole con el dedo – hay toda clase de ropa para que se cambie y así pueda estar más cómoda.

– Yo – decía la ojiverde.

Shaoran camino hacia el closet y saco una muda de ropa después la miro a ella que aún seguía en el umbral de la puerta.

– Puede elegir lo que quiera – empezó a decir – aunque cualquier cosa creo que le quedara grande.

– Si – rio – gracias.

– No me las de – respondió – la puerta que esta ahí – le indica – es mi baño privado puede cambiarse ahí o tomar una ducha si le acomoda.

Ella asintió, no sabía que decirle, el estaba teniendo tantas atenciones con ella que no sabía como corresponder a todo eso.

– Gracias – dijo nuevamente.

– De verdad no es necesario –.

– Es que se esta portando tan bien y detallista con migo que yo no se como pagar todo esto y me siento en deuda con usted

– Haber veámoslo como – dijo mirándola – que estoy saldando mis deudas.

– ¿Cómo? – pregunto sin entender.

– Aunque no me lo crea el que estaba endeudado era yo – sonrió – esta noche me ayudo sin pedirme nada y eso es algo que nunca voy a olvidar.

Al terminar de decir eso el ambarino miro a la muchacha que lo observaba con mucha atención, poco a poco el rostro de ambos comenzó a sonrojar.

– Bueno me retiro – comenzó a decir colocando su mano en su cabeza.

– Si – movió su cabeza – claro.

– Permiso – dijo caminando hacia la puerta y abriéndola comienza a decir – buenas noches.

– Buenas noches – sonrió – que descanse.

– Lo mismo para usted – termino de decir cerrando la puerta.

Sakura sintió algo en su corazón y colocando su mano en su pecho suspiro.

Shaoran no sabía por qué se había sonrojado al frente de ella, no entendía muy bien lo que le estaba sucediendo.

Los minutos pasaron, ambos tomaron una ducha rápida y luego de vestirse se acostaron, el ambarino en el sillón cama al lado de su escritorio y la castaña en la cama del muchacho.

– Esta era una extraña noche – se decía la muchacha mirando hacia la ventana – desde el principio hasta el final ya que todo lo que le habia sucedido parecía sacado de un cuento de hadas… algo que no pasaba en la vida real obviamente a lo mejor cuando despertara en la mañana se daría cuenta que esto no era de verdad, a lo mejor un hermoso sueño… porque era demasiado perfecto para serlo.

La ojiverde se durmió sin saber que sería la noche que cambiaría su vida para siempre ¿Habría sido que la estrella fugaz al final si cumplió su deseo?

Mientras tanto Shaoran no podía dormir, habia sido una larga noche primero en el Bar lamentándose por lo que le sucedió después todo lo que hablo con la muchacha en el Parque, la misma que estaba en su dormitorio y ahora aquí en su sillón cama.

Algo habia cambiado esa noche para el ya que no sentía ese peso en sus hombros y en su corazón, la pena que lo estaba atormentando hace un mes ya no la sentía… ¿Eso quería decir que ya le había dicho adiós Akame y a su triste y doloroso recuerdo?

Saori Kinomoto Tsukino…