Pero Te Conocí…
Tres años después…
Por las calles de la avenida principal iba un automóvil del año con tres personas en su interior, uno era el chofer de confianza de la Familia Li, el otro era Eriol Hiragizawa quien era la mano derecha del presidente Shaoran Li y este quien era el ceo de una gran empresa Constructora "Li & Asociados" ubicados con su sede central en Tokio Japón.
Shaoran Li, de origen chino, una de las personas más cotizadas en toda Asia Oriental, por ser uno de los multimillonarios más jóvenes que existen y otra por que es bastante guapo, su estatura es de 1,85. Piel dorada como el sol, ojos ambarinos y una sonrisa de ensueño… su edad es de 24 años, se encuentra a dos meses de cumplir sus 25 primaveras.
– La señora Li me pidió que le diera esto – comenzó a decir el ojiazul mirando al chino y pasándole una carpeta.
El ambarino recibe la carpeta y comienza abrirla, en su interior habían varias fotografías de señoritas de la alta sociedad… de seguro son las Hijas de los empresarios más ricos y exitosos – se dijo mientras observaba una a una a las candidatas.
– ¿Algo interesante? – pregunto su mejor amigo mirándolo de una forma divertida.
– Mi abuela esta empecinada en buscarme la candidata perfecta para casarme – respondió con un suspiro.
– Y tú no estás dispuesto hacerlo ¿Verdad? –.
– Sabes que si no fuera por la maldita clausula no lo haría – dijo cerrando la carpeta para pasársela.
– ¿Es solo por eso? –.
– Eriol –.
– ¿Alguna razón tendrás? – lo observó detenidamente – Akame por casualidad.
– Eso ya está en el pasado muerto y enterrado – respondió en tono serio.
– Ah entonces – comenzó a sonreír – es por aquel angelito que apareció esa noche de borrachera.
–Todavía no me crees ¿Cierto? – pregunto.
– Es que no es que no te crea – movió la cabeza.
– Ella era tan real como tú – dijo – como yo Eriol.
– Shaoran –.
– Y no se por qué razón se fue sin decir nada – moviendo la cabeza – ni siquiera me dejo un numero de contacto para poder llamarla yo… – suspiro – pero lo peor es que ni siquiera se su nombre.
– Amigo tranquilo – decía – me comentaste que habías encontrado algo ¿No?
El ambarino lo miro y por su mente llego el recuerdo de ese día… y a la mañana siguiente.
Shaoran se había levantado al escuchar el sonido de su despertador, paso al baño de la Suite y después de lavarse la cara recordó que tenia a su invitada en su dormitorio, camino hacia allá y comenzó a tocar la puerta de la habitación… pasaron los segundos y no se escuchaba nada.
– Señorita – decía – ¿Está usted despierta?
Al pasar de los segundos no escucho ninguna respuesta así que decidió entrar al dormitorio.
Miro para todos lados y no la vio, golpeo la puerta del baño… ¿Está usted aquí? Pero tampoco estaba, una gran decepción se apodero de el al darse cuenta de que nuevamente estaba solo.
Camino hacia su cama y noto que esta estaba hecha, su chaqueta estaba doblada encima del cobertor junto a una polera, debe haber sido la que ocupo para dormir.
Suspiro al pensar que ni siquiera le había preguntado su nombre, agacho su mirada y algo que brillaba en el suelo le llamo la atención, se paró y se inclinó para recogerlo… era un colgante en forma un pétalo de un cerezo, lo dio vuelta y pudo notar que habían unas palabras grabadas en el "Con amor Mamá y papá"
Volvió al presente… al automóvil junto a su mejor amigo
– Si – asintió.
Al decir eso el chino saca el colgante, que tenía en el bolsillo superior de su traje color gris.
– ¿Lo llevas para todos lados? – pregunto un asombrado Eriol.
– Claro – sonrió – es mi amuleto de la buena suerte.
El ojiazul sonrió mirándolo mientras que el ambarino no dejaba de mirar el colgante que estaba en la palma de su mano comenzó a sonreír acordándose de aquella mujer misteriosa que sin saberlo lo había salvado esa noche de verano.
A pesar de haber hecho todo lo posible para encontrarla no pudo dar con su paradero, fue a Yokohama por que recordó que ella le dijo que ahí vivía pero fue inútil ya que había recorrido todo el lugar sin obtener ningún resultado positivo, era como si la tierra se la hubiera tragado por completo o era el karma que se estaba vengando de el arrebatándole lo que nunca fue suyo.
Al paso del tiempo se dio cuenta que estaba perdidamente enamorado de esa señorita, que su hermosa mirada verde le robo el corazón esa noche y que como le dijo su mejor amigo ese día "El tiempo curaba todas las heridas" que cierto era ese… esa misma noche dejo ir el recuerdo de su novia de toda la vida y sin saberlo su corazón volvió a ser ocupado por la esa mujer misteriosa.
Sonrió al recordarla ya que en su mente y en sus sueños la veía constantemente.
– ¿Ya volviste de tus pensamientos? – pregunto el ojiazul mirando de reojos a su jefe.
– ¿Por qué lo dices? – preguntó Shaoran mirando hacia el paisaje y guardando el colgante en su bolsillo de nuevo.
– Por la sonrisa de bobo que traes en la cara – responde sin dejar de mirando el Tablet en sus manos.
– Esas son formas de tratar a tu jefe Hiragizawa – contesta en tono serio – está bien que seas mi mejor amigo pero en horarios de trabajo me respetas.
– Yo lo siento – dijo sonriendo – es que esa cara hace rato que no la veía y no pude contenerme.
– No pude contenerme… chistosito – repitió mirándolo.
Justo en ese momento el chofer indica que ya habían llegado a su destino, Eriol se bajó para abrirle la puerta al ambarino mientras que este colocándose sus lentes de sol le dice… que comience un día más.
El ojiazul asiente y los dos caminan hacia el gran edificio donde se encontraba la sede central de "Li & Asociados"
Paralelamente en otro lugar de Japón, en un Restaurante muy sencillo pero muy acogedor se encontraba una muchacha picando verdura junto a su Padre.
– Sakura no es necesario que vengas ayudarnos – comenzó a decir el hombre – tu Hermano y yo podemos con todo.
– Pero Papá a mí me gusta venir – decía ella mirándolo – y pasar tiempo con ustedes.
– Lo sé – comento – a mí también me gusta que estemos todos juntos y compartamos en Familia pero no puedo dejar que te quedes aquí – sonrió – ya que tienes una vida.
– Papá yo –.
– Nuestro Padre tiene razón – dijo su Hermano mayor llegando a su lado – tienes que ir a tu trabajo y seguir con tu vida normal.
– Touya yo –.
– Yo ya estoy mejor Hija – dijo mirándola con ternura – así que no te preocupes por mi salud.
– Aun estas muy delicado y…
– Solo fue una baja de presión – interrumpió el hombre.
– Yo me quedare al lado de Papá – contesto rápidamente el joven.
– Pero – comienza a decir cruzándose de brazos – somos una Familia y tenemos que estar juntos.
– Sakura – decía su Padre con una sonrisa tierna.
– Si – asiente el ojinegro – tienes razón pero ahora me toca a mí cuidarlo aparte que ya te ausentaste – movió su cabeza de un lado a otro – casi una semana de la revista y aunque me digas que todo lo puedes hacer online hay otras que no.
– Tienes razón – contesta con una gotita en la cabeza – pero cualquier cosa que suceda me avisan de inmediato y como sea vendré.
Ambos hombres asienten mientras veían que la muchacha guardaba unas cosas en su bolso, a los minutos después ella ya estaba lista para irse.
– Te llamo a la noche Papá – decía dándole un beso en la mejilla.
– Si mi niña – contesto sonriendo.
– Nos estamos viendo Hermano – volvió a decir.
– Si – responde colocándole la mano en la cabeza para revolverle el cabello – nos estamos viendo… monstruo.
La muchacha rodo los ojos y mostrándole el puño derecho se marcha del lugar.
A los segundos llega a la puerta de la casona y se dio cuenta que el cartero estaba dejando la correspondencia en el buzón así que acerco y saco las cartas que habían en ese lugar, eran las cuentas de los servicios básicos, publicidad y una del "Banco Mitsubishi UFJ Financial Group" la cual le llamo bastante la atención ya que decía último aviso.
Touya Kinomoto se dio cuenta que su Hermanita ya no tan pequeña se detenía en el buzón y algo miraba en sus manos, camino hacia allá y se fijó que Sakura se encontraba sumergida en sus propios pensamientos así que llego a su lado sin meter ruido alguno.
– Monstro – dijo moviéndola.
La castaña dio un pequeño grito y suspirando le dio un golpe de puño en el hombro del muchacho.
– Touya me asustaste – respondió.
– Si así veo – decía el sobándose el brazo – ¿Sucede algo? – preguntó.
– No lo sé – contesta moviendo la cabeza – esta carta del Banco me parece un poco rara.
Al terminar de decir eso Sakura le pasa el sobre al ojinegro, este lo tomo con su mano y lo observo sin entender pero también justo en ese momento el mayor de los Kinomoto llegaba.
– ¿Hija aun estas aquí? – preguntaba.
– Si Papá – responde mirándolo y pasándole la correspondencia – me entretuve con esto.
– Ya llegaron las cuentas – comento Fujitaka Kinomoto recibiéndolas – gracias Sakura pero ahora deberías irte – sonriendo – si no perderás el autobús.
La muchacha asintió sonriendo y despidiéndose con su mano derecha se marchó del lugar, los dos hombres la miraron caminar hasta que ya había desaparecido de la vista de ellos, así que lentamente se dieron la vuelta y comenzaron a entrar en el establecimiento.
– Papá – comenzó a decir Touya.
– Dime Hijo – contesto el mayor mirando las cartas.
– ¿Por qué aún sigue llegando correspondencia del Banco?
– Touya – decía moviendo la cabeza – no sé de qué hablas.
– De esto – dice pasándole el sobre con el sello de "último aviso"
La cabeza de la Familia Kinomoto tomo el sobre que le pasaba el muchacho, comenzó abrirlo, segundos después solo suspiro.
– ¿Qué tan malo es? – pregunto seriamente.
– Muy malo – moviendo la cabeza – el Restaurant saldrá a remate el mes entrante.
– Estas hablando en serio – dijo asombrado.
– Me temo que si – suspiro – me atrae mucho con la hipoteca y los intereses subieron hasta las nubes – termino de decir sentándose en una de las sillas del salón.
– Pero Papá – comenzó a decir Touya colocando una mano en el hombro del mayor de los Kinomoto – ¿Cómo fue que llegamos a esto? – moviendo la cabeza – si se supone que estábamos bien.
– Cuando tu Madre cayo al Hospital gaste todos nuestros ahorros, todas nuestras ganancias – suspiro – y aun así no alcanzo… tuve que hipotecar el negocio – movió la cabeza de un lado para el otro – con el primer Banco que encontré y no me importo endeudarme toda la vida si con eso lograba que el dolor que sentía Nadeshiko fuera menos.
Al decir eso por el rostro de Fujitaka Kinomoto corrieron un par de lágrimas.
– Touya yo te despoje a ti y a tu Hermana de su patrimonio – decía mirándolo – ¿Podrías perdonarme?
– Padre tu sabes que poco me importa eso y Sakura debe pensar igual que yo – lo mira sonriendo – así que no tengo nada que perdonarte ya que si yo hubiera estado en tu lugar hubiera hecho lo mismo – movió la cabeza – lo que no entiendo si ¿Es por qué no nos dijiste? – Pregunto – a lo mejor hubiéramos podido hacer al respecto.
– ¿Qué hubieran hecho Touya? – respondió el hombre – ¿Endeudarse más?... contra el banco nunca ganaríamos.
– Lo siento tanto – dijo el moreno tomándose la cabeza con ambas manos – mi deber como Hijo era haberte ayudado.
– Hijo eras un pequeño de 10 años – sonrió – ya hacías suficiente con cuidar de tu Hermana cuando yo no podía hacerlo.
– Papá – suspiro.
– Solo lamento no haber seguido con el hermoso sueño de tu Madre –.
Las dos personas miran un gran cuadro que estaba en la pared al frente de ellos, en donde aparecían todos los integrantes de la Familia Kinomoto Amamiya con una gran sonrisa en sus labios, aunque Sakura era muy pequeña aun así sonreía en los brazos de su Padre mientras que Nadeshiko junto a Touya cortaban el listón rojo de la inauguración del Restaurante "Mis Amores"
Saori Kinomoto Tsukino…
