Pero Te Conocí…
El par de castaños siguieron caminando hasta que…
– ¿Recuerda ese asiento? – preguntó el observándola y mirando hacia su lado derecho.
– Si – rio – por supuesto.
– Entonces le voy a pedir que me espere aquí – sonrió – mientras yo voy y vuelvo.
– Eh está bien – respondió sin entender.
Shaoran comenzó a caminar y ella se sentó en aquella banca que tantos recuerdos le traía… de esa noche donde sin saberlo ni habérselo propuesto se enamoró de ese muchacho que tanto la hacía suspirar.
Mientras tanto Shaoran cruzaba la calle en dirección al Punto 24/7 entro en el local y observo que en el aparador habían muchos dulces y pasteles, pero algo mejor le llamo la atención "Donas de todos los colores y rellenas de chocolate" sonrió ya que eran sus preferidas.
Pidió una de cada una y dos cafés al encargado y segundos después ya con lo comprado salía del local, con una gran sonrisa camino hacia la muchacha que lo esperaba.
– Disculpe la demora – dijo llegando ahí.
– No se preocupe – rio – no fue tanto tiempo – mirándolo un poco asombrada al ver lo que traía el joven en sus manos – eso es…
– Es el postre – contesto sentándose a su lado – una variedad de donas y dos cafés.
– Donas – dijo sonriendo – que rico.
– Y con mucho chocolate – termino de decir Li sonriendo.
– ¿Chocolate? – pregunto – me imagino que es una de sus debilidades.
– No se equivoca Señorita Sakura – respondió – desde pequeño que el chocolate es uno de mis más grandes placeres.
– Tengo que decir que el mío también – asintió – me fascina el chocolate y en todas las formas que existen.
– Entonces si es así – decía abriendo la cajita – puede elegir la primera.
– Con todo gusto – dijo riendo.
Y así fue ella saco la primera dona de varias, comenzaron a disfrutarlas… que parecían los dos sentados en el Parque, riendo y compartiendo.
– Señorita Sakura ¿Quisiera saber más de usted? – preguntó el chino mirándola – lamentablemente no pudimos terminar nuestra platica en la cena.
– Es cierto joven Li – dice sonriendo.
– Me comentaba de su Familia – dijo nuevamente el.
– Si – asintió – mi Papá se llama Fujitaka y mi único Hermano se llama Touya el estudio gastronomía al igual que mi Padre – sonrió – y tenemos un Restaurante en Yokohama y mi Madre era Nadeshiko.
Al decir eso la castaña bajo su vista hacia sus manos…
– No la conocí muy bien porque ella falleció cuando yo era muy pequeña –.
Shaoran sintió una puntada en su corazón al fijarse en la castaña así que rápidamente coloco su mano sobre las de ella… la electricidad se hizo presente nuevamente
– Lamento escuchar eso – empezó a decir mirándola.
– Gracias – dijo levantando su vista hacia el – es un tema delicado pero gracias a mi Padre que me conto de ella toda mi vida supe de mi Madre y la sentí presente a medida que crecía.
– Me alegro que haya sido así – decía Shaoran.
– Si – asintió sonriendo – ¿Y qué me cuenta de usted?
– Yo solo tengo a mi Abuela – respondía moviendo la cabeza – Hermanos nunca tuve, mi Madre murió cuando yo era un adolescente y mi Padre hace cinco años atrás.
– La vida es un poco triste a veces – dijo ella.
– Si – contesto – lo bueno es que me dejo a mi Abuela que siempre ha estado conmigo y a Eriol – la mira – que como usted sabe es mi asistente y mejor amigo.
– Lo bueno es que con eso no se ha sentido solo –.
– No – sonrió – aparte que siempre hubo algo que me hizo compañía.
Shaoran sacó del bolsillo de su traje el colgante con forma de cerezo de Sakura y se lo mostro.
– Mi colgante – dijo asombrada.
– Si – respondió pasándoselo – lo dejo olvidado en la Suite.
– Muchas gracias – lo recibió felizmente y acercándolo a su pecho comentó – no sabe cuánto sentí haberlo perdido – mirándolo – lo busque por todo lados.
– Me permite – decía el joven.
Sakura le paso el colgante al chino y le dio la espalda para que el pudiera colocarlo en su cuello.
– Me alegro de haber sido de ayuda – sonrió – créame que lo cuide muy bien.
– Le creo – asintió – yo también tengo algo que le pertenece.
– ¿En serio? – pregunto observándola asombrado.
Sakura abrió su cartera y de su interior saco el pañuelo que era del ambarino, el cual había cuidado con tanto Amor y Cariño por estos tres años.
– Mi pañuelo – sonrió.
– Si – decía – esa mañana me lo lleve en la cartera por equivocación y después de que pasaran los días se lo fui a devolver al Hotel – rio – bueno usted sabe el resto.
Al terminar de decir eso le paso su pañuelo.
– ¿No puedo creer que lo haya guardado? – preguntó mientras lo recibía.
– Eh si – comenzó a decir – a lo mejor para usted es algo sin importancia pero para mí si lo fue durante todos estos años – sonrió – ya que era suyo… Shaoran.
Al decir esas palabras la ojiverde se sonroja rápidamente mientras que la mirada y la sonrisa de cierto ambarino se posaban sobre ella.
Shaoran miraba a la muchacha al frente de él, fue tan tierna la escena que veían sus ojos… Su Princesa totalmente avergonzada, unas ganas tremendas de besarla se apoderaron de todo su ser.
Sakura lo miraba y noto que el ambarino sola la miraba sin decirle nada, sentía arder su cara y se imaginó que se aparecía a un tomate por lo rojo que estaría en ese momento, nerviosa comenzó a decir…
– Eh se está haciendo muy tarde – decía mirando la hora y parándose del asiento.
– Claro – asintió mientras hacía lo mismo que ella, se paraba de la banca.
La castaña comenzó a caminar cuando el chino la tomo del brazo para llamar su atención.
Ella lo miro un tanto asombrada y aun con las mejillas sonrojadas.
– Me va a disculpar mi atrevimiento – empezó a decir el ambarino – pero hay algo que quiero hacer desde que me la volví a encontrar.
Shaoran se acercó a ella, coloco su mano en su espalda logrando con eso acercarla a él… poco a poco su rostro se fue acercando al de la muchacha, pudo notar que el rojo carmesí se hacía más presente en las mejillas de Sakura.
Segundos después sus labios estaban juntos, una felicidad lo invadió por completo al sentir el sabor de sus labios de cereza.
Para ella también fue una sensación agradable, sentía que estaba volando entremedio de las nubes, poco a poco se dejó llevar por el momento así que lo abrazo y profundizo más el beso y el contacto que tenía con el hombre que estaba al frente.
Las bocinas de los automóviles se detuvieron y la bulla de los transeúntes también, estaban solo los dos disfrutando el mágico momento que estaban viviendo.
Después de unos segundos Shaoran detenía el beso y lentamente ambos abrieron sus ojos ya qué los habían cerrado, una vez que sus miradas chocaron sonrieron de felicidad.
– Lamento la impulsividad de mis actos señorita Sakura – decía Shaoran mirándola – pero no podía contenerme más.
– Shaoran yo – sonrojada – no sé qué decirle – moviendo la cabeza – pero…
– ¿Pero qué? – preguntaba el observándola.
– Es que todo esto es tan maravilloso – sonrió nerviosa – que no creo que este pasando.
– Señorita Sakura yo debería haberle dicho de un principio que…
Justo en ese momento el celular de la muchacha comenzó a sonar…
– Yo lo siento – decía ella.
– No se preocupe – asintió y la soltó porque aun la tenía abrazada.
– Gracias – respondió la joven sacando el celular del interior de la cartera.
Se asombró un poco al notar que era su mejor amiga que la estaba llamando.
– Tomoyo – se dijo y comenzó a decir – amiga dime.
– Sakura lo siento por interrumpir este hermoso momento – se escuchó de la otra línea – con el chico de tus sueños pero…
– Dime Tomoyo – la interrumpe.
Se oyó una pequeña risa…
– Me llamo Touya diciendo que venía para el departamento –.
– Ya pero – pregunto – ¿No te dijo a qué venia?
– Solo me dijo "Dile al monstruo que vengo a verla de forma urgente" –.
– Okey – suspiro – entiendo.
– Y por eso te llame inmediatamente –.
– Gracias por avisarme – dijo mirando a Shaoran quien se encontraba mirando su celular – si llega antes que yo le dices que me espere por favor.
El ambarino subió su vista hacia la ojiverde y escucho un poco lo que decía… ¿De quién estará hablando? – se preguntó.
– No te preocupes amiga – dijo la ojiazul.
– Hasta después Tomoyo – termino de decir cortando la llamada.
– ¿Malas noticias? – preguntó el muchacho.
– No lo sé – responde suspirando – tengo que ir al departamento para averiguarlas.
– Entonces que esperamos – respondió rápidamente.
– Gracias – contesto.
Comenzaron a caminar hacia el vehículo y minutos después ya estaban en dirección al edificio en donde vivía la castaña.
Shaoran miraba de reojos a la muchacha que se mantenía en pleno silencio, quería aclarar las cosas con ella porque su Princesa tenía que saber que no se estaba aprovechando de la situación y también porque tenía que confesarle que se había enamorado perdidamente y que si ella se lo permitía quería quedarse a su lado por el resto de su vida.
Sakura por el momento se encontraba concentrada pensando en su Hermano que venía ¿Habrá sucedido algo? – se preguntaba, ya que Touya no era de venir a la Capital, como siempre se lo había dicho no le llamaba la atención los lugares con tanta gente… Algo grave debe estar pasando.
Al decirse eso mentalmente suspiro.
– ¿Se encuentra bien? – preguntó el ambarino.
– Si – asintió mirándolo y luego mirando hacia delante – en la próxima cuadra tiene que doblar a mano derecha y ahí se encuentra mi hogar.
– Está bien – respondió.
El joven lo hizo, al par de minutos después se estaciono afuera del lugar.
– Gracias por la cena, por las donas – decía quitándose el cinturón de seguridad – en realidad gracias por todo – le sonrió – joven Shaoran.
– Señorita Sakura al contrario el agradecido soy yo – mirándola también le sonreía – por la compañía que me brindo esta noche.
Ella asintió y por inercia coloco la mano en la manilla de la puerta para así poder abrirla.
– No se preocupe – dice rápidamente el muchacho soltándose el cinturón de seguridad – yo la puedo abrir.
– No – moviendo la cabeza – no es necesario.
– Pero – dijo sin entender.
– Que llegue bien a su casa – comenzó a decir la castaña.
– Antes de que se vaya – decía rápidamente el chino – ¿Quisiera aclarar lo que sucedió entre nosotros?
– No hay nada que explicar – respondió.
– Si lo tenemos que hacer – mirándola – yo no quiero ni deseo que usted tenga una imagen equivocada de mí.
– Shaoran de verdad no hay problema – le dice colocando su mano sobre la de el – pero me tengo que ir.
El la miro, sabía que la muchacha tenía razón así que desgraciadamente esa noche no podría confesarse.
– Está bien Sakura no quiero quitarle más tiempo – respondió – buenas noches.
– Buenas noches – dijo abriendo la puerta – que llegue bien a su hogar.
– Muchas gracias – sonrío – descanse.
Sakura asintió sonriéndole y saliendo del vehiculó, cerró la puerta y poco a poco el automóvil comenzó andar.
Justo en ese momento escucho que alguien hablaba detrás de ella…
– ¿Sakura? –.
La ojiverde se dio vuelta y noto que era su Hermano, quien la miraba.
– Touya – dijo rápidamente.
– Si yo tu único Hermano – pregunto extrañado – ¿O esperabas a alguien más?
– Por supuesto que no tonto – le dice acercándose a él para abrazarlo.
Mientras tanto Shaoran se había detenido en la esquina por el semáforo que había dado la luz roja, suspiro mirando por el espejo retrovisor y noto que Sakura estaba ahí todavía y abrazaba a un hombre.
– ¿Quién será esa persona? – dijo dando vuelta la cabeza para mirar mejor.
Solo se dio cuenta que era un joven alto como de su estatura y recordó al joven que conoció en el evento de caridad… Pero no es el – dijo.
Justo en ese momento escucho las bocinas de los autos que le indicaban que estaba haciendo taco, partió rumbo a su destino lleno de preguntas por que no podía dejar de pensar en lo que había visto… ¿Sera que es su novio?
Esa gran pregunta lo acompañaría todo el trayecto hasta que llegara a su departamento.
Saori Kinomoto Tsukino…
