Capítulo 1

Era una noche oscura, las estrellas estaban cubiertas por las nubes que anunciaban la lluvia que se aproximaba. Marinette había regresado su casa, y su madre la estaba esperando, tenía los ojos hinchados de tanto llorar. Ella no supo que hacer, y solo la abrazó, aquel abrazo duro unos segundos, su madre se separó de ella e intentó comunicar algo, pero mientras intentaba pronunciar sus palabras, su voz se quebró y lloró con una intensidad que ella jamás olvidaría, jamás olvidaría aquella noche tan oscura en que su padre había dejado de existir.

Los días que siguieron fueron los días más oscuros de los cuales pudiera recordar, nunca pensó que a tan corta edad tendría que cargar con aquel peso, jamás volvería a ver a su padre, y su madre estaba muerta en vida. Marinette tenía solo dieciséis años, perdió al hombre que más había amado, y además tenía que cargar con la depresión de su madre. Los meses que siguieron fueron más difíciles, la ausencia de su padre era latente, su madre lloraba por todos los rincones de la casa, como si estuviera perdida. En las noches el llanto de su madre era tan fuerte que no le permitía dormir, y necesitaba de píldoras para poder conciliar el sueño, en esa época comenzó su adicción.

Ya no había días soleados, solo quedaba la noche, tan oscura como aquella en que había perdido a su amado padre. Los meses pasaron lentamente, como si el mismo tiempo no quisiese avanzar. Pero ella tenía que hacerlo, había estado todas las vacaciones encerrada en su casa y debía volver a la escuela, sin saber que ello terminaría por hundirla más.

Llegó ese primer día, distinto a todos los otros, esta vez su padre no la acompañaría a la entrada, ni le diría lo orgulloso que estaba de ella. Llegó a la escuela que estaba tan cercana a su casa, pero se sentía tan lejos. Quería volver, no estaba lista para enfrentarse al mundo, no podía, no ahora. Tomó marcha atrás, y lo vio. Ahí estaba él, su cabello rubio perfectamente peinado, sus ojos verdes que mostraban tanta nostalgia como los suyos, sus miradas se encontraron por primera vez, y todo su mundo cambió para siempre. Sin embargo, ese no sería el día en que se conocerían.

Marinette huyó en dirección a su casa, agradecía estar tan cerca, subió rápidamente las escaleras y se encerró en su habitación. A penas cerró, no pudo contenerse y todas las lágrimas que había tenido que reprimir tanto tiempo, no pudieron más y se apoderaron de ella, ya no podía seguir siendo fuerte. Su madre había sido internada una semana atrás debido a que había intentado acabar con su vida, su abuela se había encargado que ella no se diera cuenta de aquella situación, ya que todos estaban impresionados lo bien que llevaba la pérdida de su padre.

Nadie se había preocupado porque había quedado sola, nadie pensó que ella estaba tan muerta por dentro como su padre, nadie pensó que ella también necesitaba ayuda. Los días pasaron, nadie notó la ausencia de la chica a clases, solo los maestros que preguntaban a los demás chicos de la clase, pero nadie sabía nada, tampoco a nadie le importaba. Así, a la semana siguiente, luego de haber estado en su habitación llorando seis días seguidos decidió que seguiría adelante, por el amor que sentía por su padre y su memoria, sabía que él esperaría eso de ella.

Se levantó el lunes y se dirigió nuevamente a la escuela, entró al aula, y se sentó en un rincón al final de la sala. Pasaron unos minutos y al lado de ella se sentó él, el mismo chico que había visto ese primer día.

-Hola hermosa- la saludó con una sonrisa tan sincera que hizo iluminar su oscuro corazón.

-Hola… ¿Cómo te llamas?- le preguntó tratando de controlarse.

-Soy Félix ¿Y tú linda?- le respondió, y ella sintió morir, su padre siempre la llamaba así y luego le sonreía de la misma forma que él.

─Mar… ine… tte- le dijo tratando de calmar los fuertes latidos de su corazón.

─Un gusto conocerla señorita- le volvió a sonreír y su alma se volvió a iluminar.

¿Quién era este chico? ¿Y por qué generaba este efecto en ella? ¿Sería aquella persona que tanto tiempo estuvo esperando? ¿Sería él quién la ayudaría a continuar? ¿Sería él el futuro padre de sus hijos? Marinette no podía dejar de pensar mientras la profesora hablaba. Llegó el horario de almuerzo, y se dirigió al baño, no quería que nadie sintiera lástima por ella y mostrara falsa solidaridad, pero justo antes de entrar sintió como un firme brazo la detuvo. Sin ver de quién se trataba, hizo el intento de desprenderse del agarre, pero quedó sorprendida al ver quien sostenía su brazo, era su compañero, Félix.

-¿Dónde vas preciosa?- le preguntó mientras apretaba más fuerte su brazo, ella no sabía que hacer, ningún chico anteriormente la había tomado de esa forma, se sentía extraña.

-Al… baño- le respondió titubeando, él la ponía demasiado nerviosa.

-¿Ah si? ¿Estás segura? - le preguntó coquetamente, haciendo que sus mejillas enrojecieran. Ella trataba de controlarse, pero el chico seguía afirmando su brazo con fuerza. Intentó nuevamente zafarse de su agarre, pero fue imposible, al notar ello, él la acercó más así quedando frente a ella. Sus miradas como la semana pasada, se volvieron a cruzar, pero sus ojos verdes ya no estaban apagados, tenían un brillo especial, y de solo pensar que ese brillo se debía a ella, sus mejillas se volvieron a tornar de rojo.

Segundos pasaron mientras sus miradas seguían atrapadas en ese momento, los segundos se volvieron minutos, y no había palabra que pudiese salir de sus bocas, solo sus ojos que seguían hipnotizados uno del otro ¿Acaso así se sentía el amor? ¿O era muy pronto para llamarlo así? ¡Ay el amor! algo tan precioso y tan desconocido para ella, y creía haberlo encontrado.

Si hubiese tenido un poco más de experiencia en el amor, se habría dado cuenta que aquello no lo era. Pobre Marinette jamás pensaría que aquellos preciosos ojos verdes serían los causantes de su prematura muerte.

...

Hola a todos! lo prometido es deuda, aquí está el primer capítulo. Esta historia tendrá capítulos cortos, porque la mayoría los escribí siendo muy joven, lamentablemente está basada en una historia real, que de a poco les iré contando más, espero que les guste. Como dije esto es un AU, solo ocupé los nombres, mi precioso Félix no sería capaz de hacer algo así, y ruego que Marinette no sea tan estúpida como para aguantarlo.

Quedo atenta,

Nos leemos luego

-Mrs. Fitzberry