esa mañana Ginny no despertó en su cama. despertó en la cama de su novio, el cual en unas horas seria su esposo. rápidamente, tomo todas su cosas y se percato de que el no despertara antes de que ella se fuera. no era que no quisiera estar allá, pero era una tradición y todos saben que la novia y el novio no se pueden ver antes de la boda. por eso decidió tomar sus cosas y volver a la Madriguera antes de que todos despertaran y se dieran cuenta de que la pelirroja no había vuelto la noche anterior para dormir.
sin embargo, aunque a las 7 de la mañana se suponía que todos los Weasley dormían, había una persona que parecía esperarla sentada en el sillón como buen perro guardián. bueno, ese era Harry. el azabache no tenía planeado encontrarse con la chica ni a esa hora ni en ese lugar ya que pensó que ella se encontraba en su habitación durmiendo junto a Hermione. pero como todos dicen: "todo pasa por algo".
-buenos días Gin-le dijo el, en tono normal, mientras le daba un sorbo a su taza de café
-¿esperabas a que llegara para ver si me habían raptado o algo?-pregunto la pelirroja cruzada de brazos-. y no me llames "Gin"
-no, de verdad que no-respondió el, sincero-. no podía dormir, así que baje a tomar algo.
-ah, de acuerdo-la joven vaciló un momento, pero luego se acercó al sillón y miro al que tenía en frente-¿puedo sentarme?
-por supuesto, ven-contestó el atragantándose al decirlo. no esperaba que fuera tan fácil volver a hablar con ella. se miraron un tiempo largo, hasta que uno de los dos decidió abrir la boca.
-quiero que dejemos algo en claro-dijo la chica. Harry la miro fijamente mientras terminaba el café que tenía en las manos-. quiero contarte cómo me sentí cuando te fuiste...
-te escucho
-me dolió-admitió ella-. me dolió de verdad y, siéndote sincera, aún me duele. estamos en el 2003 y aún puedo decirte que siento algo por ti, Harry. pero quiero ser feliz con otra persona. quiero ver si soy capaz de amar a John como te ame a ti por tanto tiempo. y no quiero que nuestra "relación" o lo que sea que seremos de ahora en adelante afecte mi relación con el. no sé si volviste con intenciones de que volvamos o que, pero quiero avisarte que no pasará.
-escúchame Ginny-le dijo y tomó sus manos. ella, dudosa, no las retiró-. no pienso interponer me en tu felicidad, nunca lo hice. así que si eres feliz con John, no voy a hacer ni decir nada para evitarlo. confía en mí como en los viejos tiempos... si el te hace feliz, con eso me conformaré.
-de acuerdo-fue algo duro escuchar eso para ella, y más viniendo de Harry. no pensó que se la iba a hacer tan fácil. pero, a pesar de todo, era lo mejor para ella y para los dos. el azabache termino levantándose y, dónde decir nada, fue hacia las escaleras
-¿Ginny?-la llamo Harry antes de comenzar a subir. ella se dio vuelta como una flecha
-¿si?
-nunca deje de amarte-le dijo, y se fue hacia la habitación, dejando a la hermana de su mejor amigo en un estado de coma cerebral.
Ginny se quedo pasmada por un largo rato. hasta estuvo a punto de llorar, pero no lo hizo. tenia que comenzar a entender que entre ella y Harry no volvería a pasar nada. tal vez ella también lo amaba. no. tal vez, no. ella lo amaba. estaba segura, pero se iba a casar, y no podía romper el corazón de John. era una muy buena persona, y no quería lastimarlo. no se merecía eso.
cuando se hicieron las 10 se la mañana, nadie mas quedaba en la Madriguera, excepto Ron y Hermione, que se habían quedado para hacerle compañía a Harry. el resto de los hermanos estaban en el jardín, haciendo lo mismo que hicieron para el casamiento de Bill y Fleur. Molly y su nuera, se habían ido con Ginny a la iglesia donde se casarían los novios, para poder ayudar a la pelirroja a vestirse, maquillarse y demás.
-¡hola chicos!- saludo Audrey con su panza de 6 meses entrando en la casa, y en ese momento casi se cae al piso porque dos niños pasaron corriendo por entre medio de ella
-¡padrino Harry!-el pequeño Teddy de 5 años fue directamente a saludar al azabache de su padrino, el cual lo levanto por los aires y lo alzo a upa.
-hola campeón-le dijo dejando un beso en su coronilla
-choca esos cinco, Teddy-le dijo Ron con una sonrisa, y el peliazul le hizo caso, ya que empujo su pequeña manita hacia la de su "tío" Ron
-¡tía Hermione!-grito Victorie al entrar en la sala de la Madriguera. al igual que Teddy con Harry, la rubia corrió hacia la castaña y le abrazo las piernas
-hola Vic-saludo ella. miro a Audrey riendo y negó con la cabeza-¿como estas Dry?
-siento que voy a estallar y aun me faltan 3 meses de embarazo-dijo la chica
-no me quiero ni imaginar cuando me convierta en tío de alguna de las criaturas de estos dos-dijo Harry señalando a sus dos amigos, los cuales se sonrojaron hasta la medula. Audrey y el azabache comenzaron a reir por las caras de pánico que pusieron.
-aun falta, tranquilo-dijo Ron y Hermione sonrió al escuchar lo que habia dicho su novio. "aun falta", significaba que aun no, pero en un tiempo si. le gustaba saber que algún día formaría una familia con el pelirrojo.
-Teddy, Vic-los llamo Harry y se puso en cuclillas para poder quedar a su altura. los dos niños fueron hacia el-¿quieren ayudarme a hacer una torta para poner en la mesa del pastel de boda?
-¡si!-gritaron los dos niños y se colgaron en el cuello de Harry. Ron rio
-¿sabes hacer una torta?-le pregunto a su amigo
-recuerda que hasta mis 15 años fui el cocinero de mis tíos, Ron-respondió Harry y alzo a los dos niños, uno en cada brazo. Hermione sonrió
-será un buen padre algún día-dijo Audrey viendo como los tres se iban hacia la cocina. los otros dos asintieron
-es una lastima que no vayan a ser hijos de mi hermana-dijo Ron, y su cuñada y novia lo miraron sorprendidas. no se hubieran esperado nunca ese comentario viniendo de el.
-no lo sabes, Ron-dijo Hermione, con un pequeño brillo de esperanza.
Ginny estaba a punto de morirse. ya no pensaba en Harry, pensaba en que en menos de 1 hora se estaría casando, y estaba mas nerviosa que nunca. la madre de John era muggle, por lo que desde un principio ya habían dejado en claro que la ceremonia seria en una iglesia de Londres, donde los padres de el se habían casado años atrás. luego, la fiesta si seria en la Madriguera, donde todos estarían invitados.
la pelirroja llevaba un vestido super sencillo. a Molly le habia gustado uno en corte sirena de color medio manteca, pero su hija era mucho mas sencilla. habia elegido uno en corte princesa, blanco, con unas pintitas en color gris en la parte de atrás al final de la cola. no se puso ningún velo, ya que los odiaba, y sus zapatos eran plateados brillosos.
le habia pedido a Fleur que la dejara sola un momento para poder tranquilizarse un poco. estuvo contemplándose en el espejo un momento, y pensó que si se esforzaba, podría ser muy feliz de ahora en adelante. podía tener una linda vida de casada con John. no la pasaba mal cuando estaba con el, nunca lo hacia. el la hacia reir y era una buena persona. ya no tenia que pensar en Harry. tenia que mirar hacia delante, y dejar de pensar en el pasado. pero ese sentimiento de futura felicidad se esfumo cuando la puerta volvió a abrirse dejando entrar a Molly nuevamente en la habitación
-¿como estas? ¿nerviosa?-pregunto ella tomando las manos de su hija. ella sonrió
-si, nerviosa-admitió ella. Molly sonrió, pero Ginny hizo una mueca-mama... se que no te gusta la idea de que me case con John y...
-escúchame, Ginny-las dos pelirrojas se miraron fijamente a los ojos-John me cae muy bien, es un buen chico y nunca hizo algo para lastimarte. pero nunca me gusto que comenzaras a salir con el solo para tapar lo que Harry y tu tenían...
-lo mío con Harry ya es cosa del pasado, mama
-lo se-afirmo Molly-. por eso te traje esto. solo para que lo veas
-¿que es esto?-pregunto ella. su madre le entrego la pequeña caja que tenia en las manos para que la abriera. saco la tapa y vio una pila de cartas, apiladas una por una
-nunca las leí-le dijo Molly-, pero tu siempre las tirabas a la basura, y tal vez fue un gran error hacerlo
-mama...
-Ginny-la callo ella-. si de verdad eres feliz con John, esto no va a ser nada importante. pero cuando Harry dijo que esa noche te iba a proponer matrimonio, no creo que se haya ido sin decirte nada.
-Harry me dijo que no quería hacerme esperar, mama, así que creo que...
-ese día Harry volvió a casa preguntando por ti-la interrumpió su madre y Ginny dejo de hablar-. estaba muy agitado, lloraba, y solo faltaban 5 minutos para que su tren partiera... así que yo no creo que se haya ido así como así. mira hija... voy a volver a repetírtelo: si de verdad amas a John, esto no te va a afectar en nada. lee un par de cartas por lo menos.
-¿puedes dejarme sola un momento?
-por supuesto. le diré a Arthur que venga a buscarte cuando llegue la hora, Ginny
-gracias
Molly cerro la puerta con una sonrisa en su rostro de la cual Ginny ni se percato. estaba muy concentrada viendo la caja que tenia en las manos. saco las cartas, que en total eran mas o menos unas 60, y comenzó a abrirlas todas a la vez. todas tenían la fecha, hasta algunas el lugar de donde estaban enviadas, como por ejemplo "la biblioteca de la academia" "mi habitación" "el campus donde entrenamos", etc.
algunas de las cartas tenían textos cortos como "te extraño Ginny" o "no quiero ser pesado, pero necesito saber como estas. te necesito" o también "siento todo lo que paso, no quería hacerte daño"
no las leía completas, solo pequeñas partes para poder terminarlas todas a tiempo para bajar al altar. hasta que llego a la ultima carta, la que se encontraba abajo de todo en esa pila gigantesca. leyó la fecha y se tapo la boca con las manos dejándola caer al piso. decía "9 de agosto de 1998". la recogió rápidamente y se limpio con un papel los ojos, ya que no quería estropear el maquillaje que Fleur le habia hecho. pero se decidió a leerla, porque quería saber que era lo que de verdad habia pasado.
Querida Ginny:
no se muy bien como se escribe una carta romántica, así que menos voy a saber como escribir esto. no se porque dije lo que dije, siéndote sincero, no quiero estar lejos tuyo. por lo menos quiero sentir que te tengo aunque no sea así por un tiempo.
no quería que termináramos así, y tampoco quería terminar contigo, pero sabes que me cuesta mucho hacer las cosas bien y escuchar a la gente.
no quise arrastrarte conmigo porque pensaba que era muy egoísta obligarte a amarme por 5 años seguidos sin siquiera tocarme. pero ya estoy decidido. si ser egoísta es decirte que me esperes y me sigas amando hasta que vuelta, estoy dispuesto a ser la persona mas egoísta del mundo, Ginny, porque quiero estar contigo. cerca o lejos de ti.
hazme saber si puedes perdonarme, o si ya te lastime demasiado como para darme una tercera oportunidad.
te amo. Harry.
a la mierda el precioso maquillaje de Fleur, porque ya estaba arruinado. intento no llorar, pero no pudo. Harry si la habia buscado, y ella ni enterada. siempre tiro las cartas que llegaban porque creyó que solo quería saber como estaba, y ya ni leía si eran de el. cuando llegaba una carta con su nombre, solo la tiraba a la basura sin ver quien la habia escrito.
-¿pequeña?-Arthur entro en la habitación, con un traje de color gris que Harry le habia mandado de Canadá para una navidad, mas precisamente la del 2000. se quedo mudo al ver a su hija llorando-. estas tan linda... ¿Por qué arruinas el maquillaje de Fleur llorando? ¿Qué pasa?
-nada, papa-dijo ella riendo, mientras tomaba el mismo papel de antes y se secaba los ojos-. solo... estoy feliz y ansiosa
-no es cierto-negó Arthur con una sonrisa-. no estas así por eso, pero no soy como tu madre. tienes que tomar tus propias decisiones sin que nadie se meta. ahora... ¿estas lista?
-no-rio su hija-, pero ya es hora
-¿estas segura de esto?
-si...-dudo al decirlo, pero al final asintió y comenzaron a caminar hacia las dos puertas gigantescas que separaban el altar y la entrada de la iglesia.
cuando las puertas se abrieron, sintió como si una electricidad le recorriera el cuerpo. toda la gente se dio vuelta para mirarla, y, como si fuera poco, la primer persona con la cual hizo contacto visual fue con Harry. parecía que el universo no estaba de su lado ese día, o tal vez si.
caminó, más nerviosa que nunca, hasta que Arthur tocó su mano suavemente, ya que su hija, inconscientemente, le estaba apretando el brazo demasiado fuerte.
-tranquila-le susurro al oido. ella sonrió y le dió un beso en la mejilla. y en eso, ya estaban a un metro del sacerdote y del que en un momento sería su esposo.
-estas hermosa-le susurro John y ella le dedicó una sonrisa
el cura comenzó a dar las oraciones y esas cosas, y fue muy gracioso, ya que cuando llegaron a la parte del "padre nuestro", muchos de los magos no se lo sabían. el hombre que tenía la biblia en mano los miro con el ceño fruncido, y le hecho una ojeada a Ginny, que apenas se lo había aprendido. los miraba como si le estuvieran haciéndole un chiste. pero volvió a pasar rápido, porque de un momento a otro, ya estaban en la parte de la pregunta final.
-Jonathan Microft-comenzó y John no dejaba de mirar a Ginny con una sonrisa que hacía que la pelirroja cada vez sintiera más culpa-, ¿tomas a Ginevra Molly Weasley como tu futura esposa, para amarla, respetarla y cuidarla sobre todo, en la salud y la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?
-si dijera que no estaría loco-respondió el chico sin apartar la vista de Ginny, y a ella se le formó un nudo en la garganta. el sacerdote asintió con la cabeza y se giró para hacer lo mismo pero con la novia.
-Ginevra Molly Weasley... ¿tomas a Jonathan Microft como tú futuro esposo, para amarlo, respetarlo y cuidarlo sobre todo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?- ese fue el momento en el que toda su alma se desmoronó.
ella no lo quería. no lo amaba y no quería estar con el para toda la vida. quería pasar el resto de sus días con Harry y Harry quería pasar el resto de sus días con ellas. o por lo menos eso creía Ginny, porque si no era así, estaba por hacer cualquier cosa.
miro a John y sonrió de lado. antes de contestar, se acercó y lo abrazo como nunca antes había abrazo a nadie en este mundo. el la vio confundido, pero de igual forma sonrió devolviéndole el abrazo.
-¿Ginevra?-volvio a preguntar el hombre
-no-respondió ella mirando al suelo. todos hicieron un "oh" general, y unos cuantos teléfonos muggles de la familia de John cayeron al piso. Ginny levanto la vista y vio a su prometido, que estaba con la boca abierta-. no puedo casarme contigo, Jonnie
-¿que...? ¿por qué, Ginny? ¿hice algo mal?-preguntó el tomando sus manos pero ella negó con una sonrisa tierna
-yo fui la que hizo algo mal al comprometerme contigo sabiendo que estaba enamorada de otro-y al decir eso, se dió vuelta y busco conectar sus ojos con los de Harry. al hacerlo, vio que el chico la miraba, con una sonrisa de confusión y felicidad-. y lo siento muchísimo porque te mereces algo mucho mejor que esto
-ya... ya entendí-le dijo el para que dejara de hablar y se acercó para abrazarla-. gracias por decirmelo aunque ya estemos en el altar
-por lo menos no llegamos a casarnos
-por lo menos-dijo el y se separó. se seco las lágrimas que tenía con la manga del traje, y comenzó a caminar hacia la salida, junto a toda su familia que comenzó a seguirlo mientras le lanzaban miradas de desprecio a la pelirroja vestida de blanco.
Cuando todos los familiares de John, incluído el, dejaron la iglesia, alguna que otra persona también comenzó a irse. muchos de los familiares o amigos de los Weasley habían saludado a la pelirroja y le habían dicho que estaban con ella para todo, pero que si no había fiesta se irían a sus trabajos, así que así lo hicieron.
algunos de sus hermanos seguían en estado de shock, pero cuando reaccionaron se pusieron a festejar, hasta que Molly les lanzó una mirada que hizo que pararan. Hermione fue a abrazar a su cuñada con una sonrisa, mientras le susurraba "te lo dije, algo iba a pasar entre ustedes otra vez". Molly no hizo más que abrazarla y decirle que la amaba, al igual que su padre y el resto de los hermanos. al poco tiempo, todos terminaron marchándose, sorprendentemente, a pedido de Arthur, que había metido la excusa de que Ginny necesitaba estar sola, aunque en realidad le había guiñado un ojo a Harry antes de irse.
el aludido seguía en su asiento a mitad del pasillo, y miraba a la pelirroja como si aún no entendiera lo que acababa de pasar. cuando escucho el ruido de las dos puertas gigantes cerrarse, se levantó y avanzó hacia ella, que lo miraba con una sonrisa medio culpable.
-¿cómo estás?-le pregunto el, sin saber que más decirle. ella rió
-bien-dijo encogiéndose de hombros-, no deje a nadie plantado en el altar, pero fue como si acabara de hacerlo... se sintió así
-¿por qué lo hiciste?-pregunto el, sin dejar de mirarla.
-lo hice por ti-respondió como si el no lo supiera-, por nosotros
-¿hay un nosotros?
-siempre hubo un nosotros, Harry
-nunca pensé que volvería a haberlo, ¿sabes?-pregunto el y ella soltó una risita
-tampoco yo-admitió ella-, pero no puedo negar lo que siento
-¿que sientes?-Harry la miraba como si fuera a comérsela viva. no podía aguantarse mucho tiempo mas
-siento que tengo ganas de que me beses-dijo Ginny de la nada. Harry, que aún no había aprendido a coquetear, se quedó mudo por lo que le había dicho ella. la chica frunció el ceño-. no me gustó ese silencio... ¿no quieres besarme verdad?
-no, Ginny, no. es que... me tomaste desprevenido-dijo Harry y ella comenzó a reír. El se acercó, y, lentamente, unió sus labios con los de ella.
en el medio del beso, la pelirroja soltó un suspiro de alivio. no tenía idea de cuánto había extrañado los besos de Harry. pero no duró mucho, porque Ginny lo apartó y volvio a acercarlo, esta vez, para abrazarlo fuertemente.
-te extrañe Harry-el sonrió y hundió la cabeza en el cuello de ella dejando un suave beso
-yo te extrañé mas- y volvieron a besarse.
