Capítulo V: Interior
- ¿Qué haces? – preguntó o eso estimó Quinn iba a preguntar Finn, ya que para cuando ella dio el primer paso dentro de esa muy oscura cueva, ella pisó el vacío y cayó por el con un grito que escarapeló a todos?
- Ughhhh ¡ - el golpe sordo asustó a todos.
- Quinn, Quinn ¡ - gritó Rachel y muchos más, entre ellos Sam.
- Alumbra, alumbra carajo ¡ - pidió Santana, viendo hacia el fondo, esa era la entrada de la cueva, menos de 4m estimó Santana.
- Bájame Sanny – pidió Brittany y aunque Santana no estuvo de acuerdo en primera instancia, al mirar a su novia lo descifró.
Ella confiaba totalmente en que con una soga amarrada en su cintura podría bajar, sin temer caer debido a que Santana estaba ahí para sostenerla.
Brittany bajó con una agilidad tremenda, Sam y Finn apuntando con la linterna para que no pise en falso y caiga.
- Listo – dijo Britt llegando a Quinn y la siguiente en bajar fue Santana, Rachel y los chicos al final, amarrando la soga con un nudo tal Finn, que ni bien llegar a tocar el piso, éste pueda desatarse y no perder su soga o eso esperaba.
…
Del otro lado Mr Schuester estaba tan fascinado con la cueva, con las bromas de los chicos, la historia que contaba el guía, que se permitió perderse en aquello, en lugar de preocuparse en contactar con los otros chicos.
Él con plena confianza en Finn y sus acciones, pensando que la actitud de Rachel, podía haberlos retrasado, él se conformó en esa historia.
…
Quinn estaba desmayada, se había golpeado el lado izquierdo, aterrizando con su brazo y pierna para no golpearse la cabeza de sopetón, aunque sí había impactado, de ahí a que esté desmayada.
Santana y Rachel le veían, el resto de chicos empezaron a alumbrar toda la zona, estando ellos en una cavidad inferior a 9 metros cuadrados, abriéndose la cueva hacia dos pasadizos, uno a la izquierda y otro a la derecha.
Finn y Puck fueron por la derecha como inspeccionando un poco la zona.
Matt y Sam por la izquierda ante el pasadizo que se habría.
Brittany estaba alumbrando a su alrededor, notando que había estalactitas colgando sobre ellas – santa mierda – susurró, ella con temor de que la roca cediera sobre ellas matándolas.
- Eh despierta león, levántate – pedía Santana moviéndola, recostada sobre su espalda, dándole palmadas sobre su cara.
- Cuidado por favor – pedía Rachel asustada por la forma como cayó – pude ser yo – se repetía.
- No fuiste tú, vale, no te metas eso en tu cabeza.
Santana le sacudió un poco y viendo que Quinn abrió los ojos teniendo problemas para respirar, palpó su cuello viendo que no tuviera fracturas ni nada de eso, al ver bien su cuello, le puso en una posición sentada, le remangó la polera, Rachel le cogió, mientras Santana sobaba sus pulmones en un masaje.
Rachel le miró con preocupación cómo preguntándole si sabía lo que hacía.
- Claro que lo sé, una vez cayó de la pirámide, o más bien varias, pero una vez cayó fuerte y no respondía, Sue le masajeó los pulmones debido que se había golpeado ahí.
- Quinn, Quinn, estás bien, estarás bien – le repitió Rachel mirando como por encima de su ojo izquierdo tenía un gran raspón rojo furioso.
Quinn se esforzaba en respirar.
- Tranquila capitana, estarás bien, calma, respira lentamente – pedía Santana siguiendo con el masaje.
Rachel miró su lado izquierdo, viendo que estaba hecho mierda, moretones, ya se veían venir por todo ese lado, incluido el gran raspón que tenía en su rodilla.
- Respira, respira – pedía Rachel que, al ver la desesperación en su rostro por el miedo a no poder respirar bien, empezó a darle oxígeno directamente a su boca, soplando en ella, como si estuviese haciendo un rcp, sólo que sin las compresiones sobre su corazón.
Finn regresó de su recorrido mirando esto, él al ver el estado de Quinn no recriminó nada a ninguna – gracias Quinn – más bien le agradeció, ya que ese tremendo golpazo se lo pudo haber llevado su novia.
Rachel le abarcó en un abrazo cuando Brittany tomó el turno de Santana, continuando ella el masaje.
- ¿Qué hay? – preguntó Santana a Finn, viendo que Sam regresaba por su lado.
- No tiene sentido, el pasadizo es más estrecho, tiré una piedra, por el sonido puedo notar que habrá múltiples túneles, agujeros peor que éste, elevaciones, todo jodidamente oscuro.
- Por el lado izquierdo no es mejor, el pasadizo se ramifica en tres caminos, unos espaciosos y otros más pequeños.
- No tiene sentido – repitió Finn – Mr Schuester dijo que el recorrido era guiado, había mucha luz, que Artie podía entrar y etc. Hasta pareciese ser una cueva diferente – pensó no dándole importancia a lo último ya que pensaba que aquello no podía ser.
- Siempre, podría mejorar más adelante ¿verdad? – optimista preguntó Rachel.
- Lo veo difícil – replicó Finn preocupado rodeados todos por una oscuridad infinita.
- ¿Creen que el profesor y los chicos puedan estar más adelante? – preguntó Matt gritando sus nombres por varios minutos, nadie respondió.
- Finn, tengo miedo – arrodillada en el suelo sosteniendo a Quinn, Rachel le dijo y él asintió, él también tenía miedo.
La cueva pareciese ser distinta.
- Volvamos porfavor – pidió Rachel.
- No hay forma chicas, ¿qué hay de la adrenalina? – preguntó Puck – queríamos esto hombre – le dijo a Finn, él también lo quería, mas ver a Quinn luchando por respirar, era una imagen imposible de superar.
- Tuvimos un accidente, ok, amo a Quinn – replicó Puck – como la madre de mi hija, la amo así, y es terrible lo que pasó, pero es un accidente chicos, que si tenemos cuidado no volverá a ocurrir, además el profe dijo que sería un recorrido de pocas horas, es decir, la salida debe estar más adelante.
Todos se miraron indecisos, Brittany quería irse, Rachel igual, regresar por el mismo camino, acababan de entrar, joder.
Ellos debatieron la posibilidad de poder estar siendo parte de un juego o broma de su profesor y amigos, por lo que algunos querían seguir y las chicas irse.
Quinn empezó a silbar cada vez que respiraba, ahora un poco mejor a pesar del ruido al respirar, Brittany le recostó boca abajo, poniendo su casaca como almohada.
Rachel se quedó a su lado.
- Ok, ok, no decidamos con miedo – pidió Finn – relajémonos un poco – como dándole tiempo a Quinn para que se ponga de pie y sigan la excursión – ya verán que con el tiempo, esto quedará como una anécdota.
- ¿Qué hacemos entonces? – pidió Matt.
- Nosotras nos quedamos con Quinn – replicó Santana hablando por todas las chicas y Rachel asintió.
- Nosotros podemos explorar entonces – replicó Puck con Finn, Sam y Matt.
- Vale con cuidado Finn – pidió Rachel.
Y así quedó fijo, los cuatro chicos fueron a por la izquierda a ver sí había una salida por ahí, los cuatro por el mismo lado para apoyarse y no que pase lo de Quinn o peor.
Brittany con quejas de por medio de Quinn, la movió a un lado de las cosas esas de roca como flecha que colgaban del techo, un techo muy alto, jodidamente alto.
Santana viendo preocupada la situación, pidió mejor que entre las tres movieran a Quinn al inicio del pasadizo derecho.
Quinn se quejó todo el recorrido – quéjate, pero te he salvado el culo – le dijo Santana yendo a un lado con su novia para darles algo de espacio a Rachel con Quinn.
…
Quinn estaba boca abajo, con la cabeza sobre la remera de Brittany, Rachel a su lado arrodillada veía los moretones que ya se iban formando, ella le acomodó su polera.
- Venga – pidió ayudándole a sentarse para que así se recuperara más pronto, ya que los chicos volverían pronto y a seguir.
- Soy una idiota – susurró Quinn.
- No, no lo eres, me salvaste y aunque la caída fue alta, no te rompiste nada, yo me hubiese roto todo – replicó Rachel acariciando su carita.
Rachel se sentó a su lado y le cogió la mano entrelazando sus dedos – estaremos bien Quinn, no voy a dejar que te lastimes más.
- ¿Cómo lo evitarías? Eres pequeñita.
- No, no lo soy – refutó ella dando un pisotón en el piso y frunciendo el ceño.
- Awww – le arrulló Quinn al su Rachel ser demasiado adorable.
Rachel le regaló una bonita sonrisa.
- No dejaré que te lastimes – añadió Rachel y Quinn asintió, aquello era muy poco probable, sin embargo, ella se juró a sí misma que mantendría a salvo a Rachel sin importar qué.
Mientras tanto los cuatro chicos caminaban por el pasadizo izquierdo, apuntando hacia todos lados.
- Sería muy fácil perderse aquí, imagínate das mal un giro y ya fue.
- ¿Estás seguro que ésta es la cueva? – preguntó Sam un poco temeroso, él no imaginaba a Mercedes ahí.
- Si Finn lo dice, así debe de ser – más entusiasta Puck ante su sentido de aventura.
Finn asintió cada vez menos seguro de aquello.
Ellos recorrieron las tres ramificaciones de ese pasillo, una de ellas, la del medio, se habría hacia una cavidad mayor, la inicial se cerraba al final y la otra se encogía hasta dejar un agujero minúsculo por el cuál pasaría talvez un animal pequeño y no más.
Finn regresó con los chicos – el camino de la izquierda se ve bien, amplio, pienso que podemos ir por ahí – dijo antes de querer recorrer el pasadizo derecho, más quedó ahí, ya que cuando fue a recuperar su cuerda de la entrada, ésta estaba en el piso.
- ¿Se salió sola? – preguntó por si alguien la había quitado, nadie dijo nada.
Lo siguiente que ocurrió fue la caída de las estalactitas sobre ellos, segundos son los que les permitieron escapar por el pasadizo derecho, al caer todo sobre el pasadizo izquierdo y centro, derrumbándose con ello también la entrada de la cueva.
- Maldita sea, ya no podemos regresar por ahí – dijo Quinn.
- Tendremos que encontrar otra salida, eso será genial – acota Puck aún entusiasmado, Quinn no lo compartió.
- Arriba – pidió Rachel a Quinn, cogiéndole de la mano para recorrer la cueva, por un largo pasadizo oscuro que si bien inició amplio se fue estrechando al avanzar.
Finn al verlas le pareció perfecto, así Rachel no se perdía, en lo que él y Puck iban a la cabeza del recorrido, todos en fila india, Quinn detrás de Rachel.
Ellos caminaron cinco minutos o poco más, nuevamente el camino se bifurcaba en dos, hacia la derecha e izquierda.
Finn se fue hacia un lado y Puck a la izquierda decididos a explorar antes que sus amigos avancen.
Quinn empezó a respirar superficialmente, indicativo de su claustrofobia, Rachel le abrazó para contenerla y asegurarle que todo iba a ir bien.
- ¿Cuándo llegamos a pensar que esto nos iba a unir? – replicó Santana.
- Woahhh – todos estremeciéndose cuando escucharon el sonido distintivo de un derrumbe, el segundo.
- Avancen, avancen ¡ - gritó Matt, todos así corriendo en ambas direcciones.
Por la derecha Puck, Quinn, Rachel y Sam.
Por la izquierda Finn, Matt, Santana y Brittany.
…
- Hey, hey, ¿están bien? ¡ - gritó Sam desde la derecha.
- Sí estamos bien ¡ - contestó Finn de ese lado.
Todo estaba lejos de estar bien, estaban separados, sin línea en el celular, en una cueva diferente ¿talvez?
- ¿Qué hacemos? – pregunta a gritos Sam.
- Hay que avanzar, hasta encontrarnos nuevamente ¡ - pide Santana.
- Bueno, hay que avanzar – repite Sam y todos se miran, su idílico viaje se estaba convirtiendo en casi una tragedia.
Quinn apuntó la linterna hacia el techo, el espacio era un pelín amplio, una altura de 3m, como una burbuja de esa medida en un forado.
Puck insistió entonces a Quinn que estaban viviendo una gran aventura y que debía calmarse.
- Será grandes recuerdos para todos, ya verás – replicó él inspeccionando las paredes de ese forado para ver por dónde iban a salir.
Quinn se tensó, los espacios se siguen reduciendo.
- No te asustes, nada va a pasarte, no lo voy a permitir – le aseguró Rachel y Quinn asintió, los espacios seguían cerrándose, ella sabía que en algún momento tendría una crisis, mas no era ese momento.
- Aún no llega ese momento – se repitió Quinn como mantra y Rachel le cogió la mano dándole un apretón para que sienta su apoyo.
A diferencia del espacio de Finn, quién junto a Matt, Santana y Brittany, tuvieron que arrastrarse por una separación entre ambas paredes de la cueva dónde a las justas pasaba una persona a la vez, aquello bajo una inclinación de la pendiente.
- Finn, es imposible para Artie o Mercedes pasar por aquí – le dijo Santana ni bien salió junto a su novia de dicho espacio, Matt al final, habiendo recorrido unos veinte metros así, para llegar al final a un espacio, dónde todos tuvieron que arrodillarse para pasar.
- Talvez por aquí lo sea, pero en el de Quinn sea diferente, talvez nos están jugando una broma, eso debe ser – se decía a sí mismo intentando convencerse.
Brittany le pidió con la mirada a su novia que se calle, Finn atrapado, paranoico y enojado sería fatal, Santana decidió hacerle caso por el momento, si bien disfrutaba de ver el mundo arder, bajo esa situación, ella guardó silencio.
Santana miró su reloj, apenas eran las 2pm, más el ambiente se sentía opresor y asfixiante, un bochorno.
- Sigamos chicos, vamos – les pidió Finn y ellas viendo que sólo había un camino, le siguieron, pasando su mochila primero y después ellas, al igual que lo habían hecho en la estreches de ambas paredes.
Finn al iluminar el camino, apuntó las paredes dónde parecía haber raspones de garras.
- Eso es imposible, aquí no hay nadie más que nosotros, talvez hayan sido ratas – le dijo al resto al ellos también notarlas.
- Las ratas pueden ascender, trepar y eso – añade Matt pensando que tamaño tendrían las ratas en ese ambiente - ¿Creen que sean enormes?
- Cállate joder ¡ - le grita Santana, encontrar ratas que los recorran al estar ellos encogidos, sería muy desagradable.
- No te va a pasar nada amor – añadió su novia.
El consuelo de Santana, si ella lo pasaba mal, Quinn lo estaba pasando peor.
