Capítulo VI: Atrapados

Puck, Quinn, Rachel y Sam estaban atrapados en un forado a la derecha.

Finn, Matt, Santana y Brittany a la izquierda.

Puck al avanzar encontró una salida y todos empezaron a arrastrarse por ese túnel, ésta vez en pendiente hacia arriba.

- Vamos Quinn, tú puedes – le animaba Rachel desde atrás, ella para ese punto haciendo ruidos de motor al respirar, por lo estrecho de todo.

Puck salió primero – ¿Quinn, Quinn?

- Quinn ¡- gritó Rachel, ella se había desmayado.

- Joder – suspiró Puck antes de arrastrarse de regreso para tomar las manos de Quinn y halarle arrastrándola hacia él.

- ¿Sigues creyendo que es buena idea? – preguntó Sam enojado, con temor de meterse cada vez más a la cueva.

- Ya paren, no es tiempo de discutir – pidió calma Rachel ante la pelea que se iba a iniciar, Sam sólo quería ir con Mercedes y ya para ese punto, él se había dado cuenta que estaban en un lío, mientras Puck todavía estaba emocionado.

- No podemos quedarnos en la mitad del camino – añadió Sam una vez que salió del túnel cargando a Quinn para avanzar los cuatro hasta un área dónde había un pequeño lago.

Ellas se quedaron ahí iluminadas por una linterna, mientras Sam y Puck buscaban el camino para seguir.

Finn, Matt, Santana y Brittany se arrastraron hasta encontrar una cavidad, dónde podían erguirse siquiera un poco más.

- ¿Cuánto hemos recorrido?

- No sé, quizá poco más de 50 metros, pero menos de 100 metros.

- No estaremos entrando más allá de lo permitido ¿qué creen?

- Pues no sé, sólo sé que debemos seguir hasta encontrar una salida – Santana respondió – si regresamos no hay salida.

Finn asintió y con ello buscó una salida, la encontró en un forado por encima de su cabeza, una tan estrecha como la anterior – sigamos - dijo, entrando a la misma con ayuda de sus amigos, amarrándose una cuerda a la cintura, para asistir a los que vinieran detrás de él, un metro en vertical, y el resto todo con una pendiente descendente para al final de ese trecho la pendiente ascender nuevamente, conectando éste con un pasadizo cómodo en ambos sentidos.

- No quiero ni pensar cómo lo hará Quinn – susurró Brittany antes de trepar por la cuerda, con ayuda de su novia.

Puck encontró una hendidura y siguió por ahí, Quinn se arrastró media adormilada, Rachel detrás y Sam al final.

- Avanza Quinn, es como reptar por el parque – le pidió animándole, agradeciendo mentalmente a Rachel que le amarrara una soga a la cintura, para de ahí halarle por si le pasaba algo.

- Tú puedes, tú puedes – le repetía Rachel.

- Carajo, se volvió a desmayar ¡ - gritó Puck halando con una mano su mano, él sabiendo que cuando despierte le dolería como mierda, ya que su cabeza y todo su cuerpo estaba siendo arrastrado por el lecho rocoso.

- ¿Aún te parece divertido? – preguntó Sam enojado.

- Cierra la boca – le pidió Puck.

Ya en ese punto la línea de lo aventurero desdibujándose con lo peligroso, oscuro, húmedo que estaba siendo la cueva.

Puck le haló hasta que el camino se bifurcó nuevamente, ésta vez en pendiente descendente.

Puck descendió primero y con ayuda de Sam y Rachel, se pasaron a Quinn con mucha delicadeza – la tengo, la tengo – replicó Puck descendiendo hasta un nuevo pasadizo dónde él le recostó en el suelo, ayudando a sus amigos a descender.

- Escucho un ruido – replicó Puck.

¿Eran pasos? No sabía, más había alaridos, rasguños – insectos menores, roedores, debe haber esa mierda ahí – replicó asustado Sam al ver la expresión de Puck.

Él se puso de pie junto a Sam, con linterna en mano se pusieron bien atentos para que sea lo que sea, no cruce atravez de ellos.

Quinn en el suelo junto a Rachel.

Finn se emocionó por haber llegado al pasadizo que apuntaba hacia dos direcciones, él decidió retroceder para encontrar a los demás, tanto fue su entusiasmo que corrió directamente, encontrándose al voltear una curva con dos linternas siendo agitadas con fuerza contra su rostro junto a ambos puños de los chicos.

- Ahhhhhh ¡ - gritó Finn al rompérsele su nariz.

- Hermano ¡ - gritó Puck soltando su linterna y levantándole junto a Sam del piso.

- Vale, tenía que ocurrir – musitó Santana desde atrás tomada de la mano de su novia, que ni bien ver a Quinn se apresuraron hacia ella.

Rachel estaba sentada en el piso y tenía recostada a Quinn en su pecho.

- Se ha desmayado.

- Maldita sea – susurró Brittany sacando de su mochila alcohol para levantarle y luego de haberlo logrado fue a ayudar a Finn.

- Arriba, arriba – levantaba Rachel a Quinn que ni bien verle, se giró ahí mismo y le abrazó, sin miedo de verse vulnerable, melosa, etc, ella abrazó a Rachel poniendo su cabeza en el espacio de su hombro y cabeza de su Rach.

- Lo siento, lo siento – se disculpó Quinn.

- No tienes que disculparte, hey hey – replicó Rachel cogiendo con ambas manos su carita – no tienes que disculparte.

- Sí tengo, quiero protegerte y me sigo desmayando – renegó Quinn sobre sí misma.

- Eres claustrofóbica Quinn, es algo que pasó y ya está, si pasa nuevamente estaré ahí para ti, siempre estaré para ti.

- Yo tengo que estar para ti, yo Rachel. Yo tengo que hacerlo – lo repitió varias veces frustrándose cada vez más al no poder hacerlo.

Rachel sentó a Quinn y le abrazó fuertemente para contenerla – cálmate, Quinn por favor – le susurró repetidamente al Quinn renegar y estar muy frustrada.

Rachel se le quedó abrazándole, por ratos repartiendo besos en su mejilla para que deje de renegar.

Finn viendo esto de lo más normal, Rachel estaba conteniendo a Scary Quinn a la par que Quinn de algún modo entretenía a Rachel, que si se ponía dramática y divagando, todo iba a empeorar.

Por eso Finn le agradeció a Quinn otra vez – gracias Quinn – aún con la nariz rota, ambas le miraron sin entender y eso estaba bien para él en ese momento.

Siendo ese el reencuentro de todos, ellos se abrazaron y se sentaron en el pasadizo, Rachel no soltó a Quinn que al pasar el tiempo ya se está relajando un poco – awww – le susurró Rachel al oído, Quinn se veía tremendamente adorable con sus brazos cruzados en el pecho y muy rojita ya sea por el calor o por la voz de Rachel.

Santana le guiñó el ojo y Quinn bufó olvidándose temporalmente que es un león y no un dragoncito.

Todos se sentaron en un círculo con la humedad de los muros, el polvo, el bochorno – creo que en realidad podría no ser ésta la cueva – admitió Finn y antes de que varios se emputen, Quinn lo apoyó – no importa si es o no es, lo que importa es salir de aquí.

Todos tenían ganas de pelear, de increparle, mas ese no era el momento, se habían metido en otra cueva y ya para ese momento algunos se habían dado cuenta de que estaban perdidos y atrapados.

Y aun así con todas las advertencias en el aire, Sam se lanzó sobre Finn y ambos empezaron a pelear.

- Te equivocaste, te equivocaste, nos vas a matar a todos, hijo de puta ¡ - gritó mientras le daba múltiples puñetazos en la cara y cuerpo.

Matt y Puck se metieron a separarlos.

- Finn ¡ - gritó Rachel separándose de Quinn y ella suspiró, Brittany fue a abrazarle.

- Tranquilo, cálmate hermano – le pide Puck a Sam, tomó un tiempo calmarlo.

- Boca de trucha, al menos si Finnepto se equivocó, Mercedes no está aquí, está segura, cálmate – interviene Santana, pidiendo paz a su modo.

Finn se soltó del agarre de Matt y se retiró a unos metros de todos, Rachel le siguió y Quinn volvió a suspirar.

Todos iluminados por una linterna, para evitar gastar las baterías de las otras linternas, ya que no sabían cuánto tiempo iban a estar ahí.

Rachel se fue con Finn para consolarlo, él no era imbécil, no deseaba hacer daño a nadie, sólo era despistado.

- Finn, ¿es posible? – preguntó Rachel acariciando su cara con una mano, en la otra estaba la linterna.

- ¿Qué es posible?

- Que estemos en otra cueva.

- ¿Dices que me he equivocado? – preguntó muy enojado - ¿entonces soy un idiota?

- No lo eres.

- ¿Pero me he equivocado? – preguntó nuevamente enojado elevando el timbre de su voz.

- Finn, puede ser una posibilidad, mira – siguió ella intentando hacerle ver su error – hemos caminado más de dos horas y no encontramos a nuestros amigos, es posible que te hayas equivocado.

Finn bufó y pateó los muros, aquella era una enorme posibilidad.

Puck fue a verle dado que él había estado gritando y temía que en la oscuridad haga algo estúpido.

Rachel volvió a dónde estaba el resto.

- Vamos a descansar un rato – pidió Santana - ¿Qué tienen en su mochila? – les preguntó y todos vaciaron sus mochilas para racionar lo que tenían.

- Encontramos agua atrás, pero no vimos si se podía tomar o no – replicó Sam y Quinn se sintió mal, ya que ella había estado desmayada y los chicos se habían preocupado por salvarle que por recuperar esa agua.

- Calma tus tetas prego – pidió después ella mirando a su capitana – tienes que dejar la mierda de la culpa atrás, tienes que estar a tu 100% para salir de aquí.

Quinn asintió, ellos debían de salir de ahí, ya que el tan sólo pensar en el confinamiento le mareaba y le causaba gran ansiedad, ella debía salir de ahí junto a Rachel y al resto.

Finn regresó junto a su novia y a Puck, ellos se sentaron junto a sus amigos a relajarse un poco, algunos más preocupados que otros al ver que tenían poca agua y arneses, dos a tres bolsas de snack y nada más.

- Vamos a morir – susurró Matt.

- Eso es cierto – agregó Santana – pero no será aquí, no así.

- No es hora de enojarnos, es hora de encontrar una salida – pidió Rachel de la mano de su novio.

Ellos asintieron, no querían pasar la noche ahí, y al estar todos en silencio se escuchó leves quejidos, silbidos, arañasos.

- Cuando el aire pasa por un espacio reducido suele silbar – intentó Rachel ofrecerle calma.

- Esos quejidos pueden ser de un animal menor – observó Matt – y profundizarse por lo estrecho de la cueva, como si fuese un gran megáfono - y todos se miraron nerviosos.

Podía estar ahí la mismísima caja de pandora y ellos no lo sabrían, la oscuridad, la humedad, la profundidad, podía traer todo un abanico de criaturas, desde microscópicas hasta más grandes, ellos no sabían y el no saber, les estaba torturando, a la par de causarles mucho temor.

- Debemos seguir – pidió Sam haciéndoles notar que ya iban a ser las 2.30pm.

Todos se pusieron de pie, cargaron sus mochilas y se echaron a andar por el pasadizo, ésta vez Rachel de la mano de Finn, Quinn detrás de ambos.

Ellos caminaron por unos 20 metros sin encontrar algún problema, esquivando unas rocas enormes que bloqueaban el camino.

- Para, para, deténganse todos – dijo Finn alumbrando hacia delante, un gran forado.

- ¿Hasta dónde llega? – preguntó Puck.

- Creo que hay un saliente por ahí – Santana indicó hacia delante y lo mejor que se le ocurrió fue lanzar su linterna prendida y sí, ahí estaba, había suelo y una cavidad por delante.

- ¿Cuánto es? – pregunta Rachel por la distancia.

- Casi cinco metros – estimó Sam.

Puck miró hacia los lados y no encontró muro ninguno por el cuál ir - ¿cómo hacemos? – preguntó.

Quinn miró lo que tenían delante, un abismo al que cruzar, por lo que cogió una piedra y la lanzó hacia abajo, no escuchando fin – mierda – indicio que podía ser enorme el vacío.

- ¿Qué hacemos? – volvió a preguntar Puck.

Quinn miró seria a Santana.

- No, no, ni se te ocurra carajo – le regañó Santana.

- ¿Qué, qué? – preguntan varios, mientras ambas sostienen una guerra de miradas.

- ¿Qué está pasando? – insiste ahora Sam.

- Quinn es voluntaria – concluyó Brittany.

- ¿Voluntaria a qué? No irás ¡ - sentencia enérgicamente Rachel sin saber qué era.

- ¿Qué cosa? – preguntó Finn.

Quinn ignorando a Rachel le pidió a Finn y a Puck – láncenme hacia allá.

- ¿Qué? – algunos.

- Joder no ¡ es peligroso ¡ - replicó Rachel.

- Rach soy voladora, talvez soy la que peso menos, por tanto, tengo el chance de llegar ahí, hay distancia suficiente en éste pasadizo para que ustedes corran y me hagan volar – sentenció muy práctica Quinn.

- No, no irás – pidió Rachel y todos pensaron la idea - ¿acaso lo están pensando? Es una locura.

- Rach no podemos regresar, no hay salida, tenemos que seguir, tienes que confiar en mí – le pidió Quinn a Rachel.

Y por más que ella estaba asustada, el resto lo pensó, aquella opción era posible, más al poder ella enredarse en la soga y caer Quinn dijo – tiene que ser sin soga, una vez que llegue podrás arrojarla y yo la ataré, para que el resto pueda cruzar con el arnés.

- Es una locura – siguió sosteniendo Rachel.

- Una locura que puede tener solución – insistió Quinn.

- Si me equivoco te mueres – le dice muy claro Puck asustado, de pronto la posibilidad de perderla se convirtió en muy real.

- Tú podrás hacerlo, vamos – Quinn lo anima, aunque con una sonrisa tensa, ella también tenía mucho miedo

Puck puso entonces las mochilas con una linterna en el borde del abismo, para indicar que era el borde.

Quinn sin mochila ni cuerda se paró a un metro del abismo, todos retrocedieron, Santana sujetó a Rachel para que no salga corriendo.

- Yo puedo, yo puedo – susurró Quinn nerviosa mentalizándose en que iba a llegar al otro extremo.

Finn y Puck se amarraron con sogas en sus cinturas, sus amigos se quedaron al otro extremo sujetando las mismas, no vaya a ser que por el impulso se cayeran al abismo

Finn y Puck retrocedieron lo más que pudieron - ¿lista?

- Lista – replicó Quinn y ambos corrieron a la par, y en el último metro, cogieron del cinturón a Quinn y con el mismo empuje la cargaron y la arrojaron hacia la misma nada, esperando a que toque el suelo.