Lamento mucho el retraso. En mi familia han pasado varias cuestiones de salud que me ha robado mucho tiempo, de modo que, aunque esta historia ya la tengo terminada, no he tenido el tiempo (y a veces ni las ganas), de venir a actualizar. Lo mismo me ha ocurrido con lo que aún debo del SasuKarin Month.
Si, aún intento terminar con el calendario aunque me haya saltado algunos temas.
Por ahora, anímicamente me encuentro mejor, así que estaré subiendo los capítulos que ya tengo para que puedan seguir leyendo las historias que espero, sigan siendo de su agrado n.n
Este capítulo corresponde al día 18 de Junio: Fantasía sexual.
De camino a casa de Karin, Sakura le platicaba a la pelirroja que estaba harta de la pelea con Naruto, pero que no dejaba pasar el asunto de la caja porque sentía que él le ocultaba algo importante y que era algo fundamental para ella que no hubiese secretos si querían vivir juntos. También le habló que le dolía aún más que el Uzumaki ni siquiera había sido capaz de revelarle el contenido aun si no se lo enseñaba y que quería saber de una vez por todas qué era tan importante como para ocultárselo.
Aparentemente, Sakura no le pidió ese favor a Karin antes porque había empezado pidiéndoselo a Sasuke, quien obviamente no estaba interesado en intervenir y cuando pensó en acudir a ella, Naruto se lo impedía de una u otra forma. Aquella ocasión había logrado su cometido porque el rubio no estaba en la aldea.
Uzumaki oía las quejas de Haruno sin decir nada, pues aunque en otro momento ella le habría dicho que todos tienen secretos aún viviendo juntos o que ella tampoco demostraba confianza en querer revisar la caja a escondidas, aún estaba con el humor por los suelos como para servir de consejera, aunque tampoco era muy propio de ella estar inmiscuida en la relación de los demás.
—Puedes llevarte la caja si quieres —respondió Karin cuando abrió la puerta y dejó pasar a Sakura a la casa.
Cuando la pelirosa vio la caja debajo de la mesa junto a la entrada, se apresuró a quererla abrir, pero cuando tocó el cartón, se echó para atrás.
—¿Y si es algo malo? —miró a Karin quien levantó una ceja— ¿Qué haré?
—¿Qué cosa mala podría tener en una caja de cartón que lleva aquí más de una semana?
—No lo sé —decía contrariada— ¿Y si la abres tú?
—No importa quien la abra, eso no cambiará el contenido.
—Eso lo sé… pero mejor ábrela tú. Si es algo malo mejor no me lo digas —pidió Sakura y antes de que Karin le señalara lo absurdo de su petición, ella retomó la palabra— Por favor, sólo ábrela por mí.
La pelirroja accedió a hacerlo, especialmente porque al no estar de humor, quería que Sakura se fuera pronto. Sacó la caja de debajo de la mesita, sacó un kunai y cortó la cinta adhesiva.
—¿Qué es? —preguntó Sakura que se tapaba los ojos, pero antes de que Karin pudiera contestarle, la curiosidad le ganó y miró.
—Porno —contestó Karin sorprendida y no por el contenido, sino por la cantidad.
—¡¿Porno?! —exclamó Sakura escandalizada y de un momento a otro se puso a sacar el contenido incrédula de que toda la caja estuviera llena de lo mismo.
—No es para tanto —bufó Karin mirando a la chica echar humo por las orejas, pero mientras Sakura sacaba más y más objetos, la pelirroja notó que algunos pósters y postales eran de Kichona Yasashi.
—¡¿No es para tanto?! —gritó Sakura— ¡¿Qué pensarías tú si Sasuke-kun fuera el dueño de esto?!
Y Karin no contestó porque entre más cosas veía de la actriz rubia se preguntaba si se había equivocado. Quizá las revistas en el morral de Sasuke eran de Naruto y había sido sólo una broma como su novio le había dicho. Ella estaba casi segura de ello hasta que Haruno tiró una revista de la cual salieron un par de boletos.
—¿Qué es esto? —levantó los boletos y llamó la atención de la pelirosa que se detuvo para mirar.
Aquellos tickets eran de una convención de películas porno que se había celebrado en la Niebla hacía menos de un año y la revista de dónde salieron, era una dónde había un "póster inédito" de la rubia voluptuosa y estaba autografiado.
—¡¿Fue a una convención porno?! —gritó Sakura enojada— ¡Y dos veces!
—No fue dos veces —señaló Karin sacando más objetos de la caja y analizando el contenido. Entre más sacaba, más molesta y decaída estaba— Los dos boletos son del mismo día.
—¡¿Con quién fue?!
—Regresaré al hospital —musitó la pelirroja de repente y yendo a su habitación a preparar una maleta.
—Espera, por favor ayúdame…
—¡Todos los hombres ven porno, supéralo! —replicó Karin a punto de las lágrimas— ¡Enójate si él no quiere hacer las cosas del porno contigo!
Sakura estaba algo confundida por la reacción de Karin, no sólo por lo que ella le había dicho, sino porque mientras preparaba su maleta se asomaban lágrimas de sus ojos, pero soltaba maldiciones.
—¿Qué ocurre? —la pelirosa se animó a preguntar porque aunque seguía furiosa por el asunto de la caja, estaba preocupada por la repentina actitud de su compañera.
—Nada. Haz lo que quieras, yo me voy —y sin darle a Sakura la oportunidad de decir más, Karin tomó su maleta y salió de la casa directo al hospital.
La Uzumaki no tenía dudas de que la caja era de Naruto, pero a diferencia de Sakura que estaba escandalizada, la pelirroja se dio cuenta que el contenido representaba los gustos de al menos dos personas diferentes, lo que coincidía con haber encontrado los dos boletos para la convención. Además, eso explicaría por qué Sasuke había aceptado guardar la caja y el por qué de sus nervios cuando encontró las revistas en el morral.
Aunado a todo ello, Karin podía recordar a la perfección que la fecha en que se usaron los boletos, tanto Naruto como Sasuke habían salido "de misión" a la Niebla y lo recordaba porque cuando ellos regresaron, Suigetsu llegó con ellos con un encargo de la Mizukage. Hozuki no perdió el tiempo diciéndole algo como "si supieras donde me los encontré" y ella lo ignoró pensando que trataba de molestarla.
Si, ella no tenía duda de que parte del contenido era de Sasuke y eso la hizo sentir triste, furiosa y celosa porque había muchas cosas mal en todo ello, empezando por el hecho de que prefería a una mujer completamente diferente a ella al punto de tener quién sabe cuánta mercancía de ella y mucha estaba autografiada. Él tenía un montón de fantasías que desahogaba pensando en esa modelo y con ella sólo se había atrevido a cosas simples porque ella le insistía. Incluso se había ido a una convención cuando se suponía que estaban a prueba, pero cuando ella le propuso presionar para que los dejaran ir a las aguas termales vecinas, se negó completamente argumentando que no era conveniente.
—Idiota —repetía una y otra vez dejando la casa.
Detrás de ella, Sakura la seguía tratando de comprender lo que ocurría, porque aunque ella también estaba furiosa con Naruto, era desconcertante que la pelirroja, que estuvo todo el camino tranquila, se comportara así de repente.
—¿Qué tienes? —le preguntaba en repetidas ocasiones y al no recibir respuesta, la sostuvo del brazo— ¿Por qué estás así?
—¡Estoy así porque parte de lo que había en la caja es de Sasuke! —exclamó enojada y dolida.
—Pensé que dijiste que era normal y que lo superara —señaló Sakura que creía entender su enojo, pero quería recordarle sus propias palabras.
—¡Por supuesto! ¡Pero no voy a tolerar que tenga una mejor vida sexual con una fantasía que conmigo! —Sakura la miró confundida a lo que Karin sólo bufó— ¡Olvídalo! ¡No quiero hablar de esto!
Al soltarse de Sakura, Karin dio media vuelta para seguir su camino hacia el hospital, pero apenas dio unos pasos, notó que a sólo una cuadra, Sasuke caminaba del brazo de una chica rubia de busto grande.
Con el descubrimiento de la caja, la pelirroja había olvidado que ese día el Uchiha regresaba y con las emociones a flor de piel, ni siquiera mantenía atención a la multitud de chakras que la rodeaban en la aldea todos los días, así que no notó cuando él entró a la aldea ni mucho menos que estaba a unos metros de ella.
Ambos se miraron sorprendidos por el encuentro y la primera en reaccionar fue la Uzumaki, cuya cara estaba tan roja como su cabello.
—¡Patán! —gritó furiosa y echó a andar a toda prisa al hospital derramando lágrimas.
Sasuke estaba confundido con la reacción de su novia, en primer lugar porque ella siempre estaba al pendiente de su regreso, así que sabría que estaba acompañado de alguien cuya presencia le desagradaba, pero ella reaccionó sorprendida y en segundo lugar, aún si estaba celosa, él se la imaginaba reclamándole con furia o yéndose contra la chica, no huyendo.
—¿Qué le pasó? —preguntó el azabache a su ex compañera de equipo mientras trataba de deshacerse del agarre de la chica a su lado y preguntándose el por qué su novia llevaba una maleta.
—Abrimos la caja que le guardabas a Naruto y descubrimos el porno de ambos —explicó Haruno y aunque quiso contarle mejor lo ocurrido, su atención se desvió cuando notó a su novio llegar no muy lejos detrás de Sasuke.
—Aún tenemos que…
—¡Naruto pervertido! —gritó Sakura que no dejó al rubio terminar la oración porque la chica había lanzado un golpe de enojo, pero Sasuke no supo qué más ocurrió porque fue tras su novia.
No entendía cómo es que esas dos pensaban que el porno era de ambos, pero su novia se veía bastante afectada y seguramente la escena que vio con la niña mimada había empeorado las cosas, pues ahora no tenía duda de que la pelirroja se estaba yendo de la casa.
—¡Karin! —le gritó esperando que ella se detuviera, pero de antemano sabía que ella era demasiado terca para obedecer y usó su velocidad para situarse frente a ella y detenerla— ¡Escúchame!
—¡Suéltame! —él la había tomado por la muñeca y vio que sus lentes estaban empañados por el llanto— ¡No quiero escuchar nada!
—Nada de esa caja es mío —declaró el chico— Todo es de Naruto.
—¡¿No?! ¡¿Cómo explicas las revistas en tu mochila de la última vez?! —replicó Karin y Sasuke se mostró sorprendido— ¡Si, las vi! ¡No creas que puedes engañarme tan fácil! ¡Tu chakra te delató!
—Te dije que Naruto me hizo una broma.
—Y los dos boletos a la convención porno hace un año son porque Naruto quiso pagar un boleto para un clon ¿no? —señaló Karin tratando de soltar su muñeca aunque de antemano sabía que él era más fuerte.
—Yo no…
—Recuerdo bien que tu y Naruto se fueron de "misión" en esas fechas, así que deja las excusas.
—¡Escúchame!
—¡Escúchame tú a mi! No me molesta que tengas porno, ni que vayas a las convenciones. Yo podría hacerlo contigo. Lo que realmente me molesta es que obviamente no soy suficiente para ti —decía llorando— No tengo un cuerpo voluptuoso como la actriz esa o la resbalosa con la que llegaste, pero yo también soy sexy y no merezco que me pongas los cuernos con esa sólo porque mi pecho es pequeño —había gente de Konoha rodeando a la pareja para enterarse del alboroto— Yo estaba dispuesta a hacer muchas cosas en la cama por ti que...
—¡Karin! —exclamó Sasuke abochornado de que los cotillas la oyeran.
—¿Te da vergüenza que lo oigan, pero no te da pena ir a…?
—Necesito que te calmes un momento y sientas mi chakra —la interrumpió, porque Sasuke sabía que cuando Karin estaba alterada, no discernía el flujo del chakra.
—¿Para qué? ¿Para que desvíes el tema?
—Hazlo.
Aquello había sonado a una orden, así que en un inicio la Uzumaki quiso irse, pero él definitivamente no iba a soltarla y ella no lograría zafarse. Al final cedió, porque al menos él no tendría motivos para retenerla después de que él dijera lo que tuviera que decir.
Cerró los ojos, respiró hondo un par de veces para tranquilizarse lo mejor que pudiera y cuando volvió a ser consciente del flujo de chakra a su alrededor, abrió los ojos.
—Si desvías el tema…
—Nada de la caja es mío. Las revistas en mi equipaje me las metió Naruto. Si fuimos a la Niebla hace un año, pero ese segundo boleto yo no lo usé y la mujer con la que llegué, era a la persona que tenía que escoltar —resumió las explicaciones y evitó hablar de si ella era sexy frente a la gente que los miraba.
—¿Quién usó ese segundo boleto y por qué, si es una clienta, se parece tanto a la actriz de las revistas de tu equipaje? —preguntó Karin, porque las respuestas de Sasuke estaban tan resumidas que podría ser una estrategia del azabache para evadir su habilidad.
—No puedo decirte de quién es el boleto y no sé de qué actriz hablas —la soltó esperando que ella se diera cuenta de su error, pero la pelirroja se quitó los lentes para limpiarlos, también se secó las lágrimas y cuando se puso de nuevo las gafas, endureció su mirada.
—¿Cómo sé que no encontraste una forma de evadirme? —replicó aún enojada, porque él ni siquiera había tenido la consideración de hablar sobre lo que él pensaba de ella.
—Si pudiera evadirte, ni siquiera habrías sospechado que ocultaba las revistas y no el perfume —señaló el azabache que de verdad habría deseado poder evitar la habilidad de su novia— Me habría ahorrado todo este problema desde un principio.
—¿No te das cuenta? Este problema va más allá del porno, ya te dije que no me molesta —replicó Karin— Lo que me pone furiosa es que no aceptes cuando te sugiero cosas como...
—¿Podemos hablar de eso en otro lugar?
—¡No! ¡Si no arreglamos esto ahora, me voy! —soltó la maleta de rueditas que había estado llevando y se cruzó de brazos.
—Hay mucha gente aquí.
—No me importa.
Karin estaba muy afectada por el tema, porque, aunque pareciera exagerado, era algo que ella ya arrastraba desde hacía tiempo. Es decir, el hecho de que su novio se limitara a una sexualidad tan repetitiva, le despertó dudas sobre ella, porque habría sido sencillo por el chakra el darse cuenta si él era asexual, pero no, él respondía bien a los estímulos. Sin embargo, él se acotaba a lo más sencillo.
Cuando ella descubrió las revistas, sintió que podría tener respuestas de los deseos de Sasuke, pero además de fallar en sus intentos, él no pareció receptivo más que con el oral, pero no era de sorprender ya que ella lo había retenido lo suficiente para que reaccionara al estímulo físico.
La pelirroja de verdad creyó que él deseaba una mujer de cuerpo voluptuoso, especialmente después de verlo llegar con la rubia bustona y aunque ahora sabía que el porno no era de él y por tanto, esas fantasías no le correspondían, seguía sintiéndose poco atractiva para él. Lo peor era que en esa discusión, él ni siquiera tocaba el tema.
—¿Cómo te convenzo para que hablemos de esto en otro lado? —preguntó Sasuke después de un rato, pues él, así como ella, no quería ceder, pero aparentemente él la había ofendido, aunque no sabía cómo y ella era demasiado terca como para recordar que incluso ese tipo de escenas podría traerles problemas al estar a prueba.
—Dime una fantasía sexual que tengas y algo que te excite de mí —se cruzó de brazos.
Habría que decir que cada vez se juntaba más gente a ver el alboroto, especialmente porque Karin no era nada discreta con los temas y al parecer, a Konoha le daba curiosidad por saber detalles íntimos de uno de los hombres más reservados de la aldea.
—No voy a discutir eso contigo en la calle —frunció el ceño.
—Me largo —tomó la maleta para irse, pero el azabache volvió a tomarla por la muñeca.
—Hablemos en la casa.
—¡No! ¡O me respondes ahora o todo termina!
Sasuke no estaba dispuesto a decir nada frente a tanta gente, pero sabía que Karin hablaba en serio. Además, estaba muy confundido por su actitud, si ya habían aclarado lo del porno, no entendía por qué ella le preguntaba ese tipo de cosas.
—No lo hará —Sasuke oyó un susurro entre los cotillas y su novia debió haberlo oído también, porque se vio más irritada con él.
—Te lo diré —aseguró el azabache antes de que ella intentara irse de nuevo, pero definitivamente no iba a hacerlo público.
Cuando el Uchiha aceptó responder a su novia, fue muy evidente cómo los cotillas abrieron los ojos sorprendidos y si fuera físicamente posible, seguramente también se habría notado que las orejas les crecieron para no perderse ningún detalle. Empero, Sasuke se acercó a Karin y le dio su respuesta al oído.
—¿Es enserio? —preguntó la pelirroja sorprendida.
—No me mires así, lo haces parecer insólito —contestó Sasuke, quien, pese a su gesto serio, podía notársele el sonrojo en sus mejillas.
—Aún no me has dicho...
—¿Qué está pasando aquí? —llegó Shikamaru en compañía de la chica que Sasuke había escoltado y por impulso, Uchiha tomó a Karin por la cintura.
—¡Castíguelo! ¡Intentó propasarse conmigo! —decía la chica al borde de las lágrimas y señalando al azabache.
—¡¿Quién crees que eres para acusar así a mí novio?! —replicó Karin, quien detectó enseguida la mentira de la chica.
—¿Tu eres su novia? —preguntó sorprendida— ¡Pues él lo hizo!
—¡Él no…!
—¡Basta! —detuvo Shikamaru— Sasuke, Karin, vienen conmigo a la Torre Hokage —dijo para luego mirar a los demás— Todos regresen a sus asuntos.
Aquella chica había sido la que le había dado el perfume Dama de noche a Sasuke a cambio de una foto con él. Ella era una fan aguerrida de mucho dinero que, con tal de estar cerca de él, había pagado mucho para que él la escoltara a varios sitios. Sin embargo, la ruta era más bien un intento de ella por estar en lugares románticos o íntimos con él, pero Sasuke permaneció al margen cumpliendo su papel.
Cuando fue el encuentro con Karin, Sasuke dejó completamente de lado a la chica, quien molesta por la falta de interés del azabache y que la dejara sin más, hizo falsas acusaciones contra él.
Las falsas acusaciones fueron fácilmente resueltas, pues la chica no contaba con que nadie creyera que Uchiha fuera ese tipo de persona, además que tenían a Naruto de testigo, pues a escondidas supervisó la misión de su amigo y por otro lado, sabiendo de la habilidad de Karin, todos sabían que si la chica estuviera diciendo la verdad, probablemente Sasuke estaría muerto.
El problema de la situación, era que esa chica y su familia eran clientes frecuentes de Konoha y una entrada tan importante de dinero no podían dejarla pasar. Sabían que sin importar las evidencias, el padre de la chica le creería a ella, así que tras fingir que le creían, amonestaron al Uchiha extendiendo su periodo de prueba seis meses más.
—Oficialmente será así, pero se respetará el tiempo acordado —explicaba Kakashi— Lo mantendremos oculto hasta que el padre de la chica lo deje de lado.
—Es injusto —replicó Karin enfadada, porque ello significaría seguir limitando las misiones de su novio y que siguiera manteniendo la supervisión de Naruto fuera de la aldea
Por su lado, Sasuke no dijo nada pese a estar enojado con lo ocurrido y aún con ello, mantenía a Karin pegada a él desde la aparición de Nara, quien así como Naruto y Sakura, estaban presentes en la oficina.
—La chica seguirá en la aldea unos días, así que te sugiero quedarte en casa hasta entonces —informó Shikamaru al Uchiha— Vuelvan a casa.
Karin, Sasuke, Naruto y Sakura salieron de la oficina y apenas unos metros fuera, Haruno recordó el asunto del porno, pues lo había olvidado cuando llamaron al Uzumaki para testificar el comportamiento de su amigo.
—¿Te doy un consejo? —Karin detuvo el griterío de Sakura.
—No vuelvas a decirme que lo acepte, tú querías dejar a Sasuke-kun cuando supiste que la caja tenía porno de él.
—No estaba molesta porque guardara porno, estaba molesta porque no quería hacer nada del porno conmigo.
—¡Karin! —bufó Uchiha avergonzado.
—¿Por qué no ves ese porno con él e intentan algo? —sugirió Karin a la pelirosa sin prestarle atención al azabache— Además, hay varios chicos guapos que…
—Nos vamos a casa —Sasuke la interrumpió molesto y miró a Naruto— Tiraré la caja si no vas por ella en una hora.
—¡No! ¡No lo hagas! —suplicó Naruto y en ese momento, Nara llegó— Shikamaru, guarda la caja.
—¿De qué caja hablas?
—La caja del porno, yo ya la guardé…
Y Karin se fue apresuradamente muy avergonzada y es que había detectado en el chakra de Shikamaru cierta inquietud que le hizo saber a la pelirroja que parte del porno en la caja era de él. Es decir, cuando Karin vio las revistas, pósters y postales, pudo identificar con facilidad que allí había tres preferencias muy marcadas, lo que la llevó a pensar que habían de dos a tres mentes invertidas en esa colección.
Una de las preferencias Karin pudo identificarla perteneciente a Naruto, porque había muchas revistas de chicas vestidas de enfermeras, de cabello rosa o de apariencia de chica buena, eso sin duda reflejaba esa preferencia del rubio por su novia. Una segunda preferencia era de chicas jóvenes de busto grande que además se veían aniñadas, pero no supo a quién atribuírselo y la tercera preferencia, la que pensó que era de Sasuke, era la de la actriz rubia, unos años mayor que ellos de pecho grande que, si lo pensaba mejor, se ajustaba a ciertas características de la esposa de Nara.
Si, no tenía duda, parte del porno tenía que ser de Shikamaru. Incluso eso explicaría el cómo Naruto y Sasuke terminaron en la Niebla durante la convención de películas porno. Nara tuvo que habérselas ingeniado para que estuvieran allí aún con Sasuke a prueba y también explicaba por qué su novio le dijo que no podía decirle quien usó el segundo boleto en lugar de decir que no sabía. Ahora ella no podía dejar de pensar lo vergonzoso que era que el castaño la hubiese visto tratando de cumplir una de sus fantasías aunque fuera para Sasuke.
—¿Qué pasa? —preguntaba Sasuke mientras caminaba tras su novia.
—Nada, olvídalo —decía Karin y el azabache no insistió porque prefería evitar las discusiones en la calle. Lo último que necesitaba era otra escena como la de hacía media hora.
Una vez que llegaron a su hogar, lo primero que vieron fue el contenido de la infame caja desperdigado por el suelo y Karin recordó que tenía un asunto pendiente con su novio, pues Shikamaru llegó antes de concluirlo.
—Tu y yo aún no estamos bien —advirtió la pelirroja.
—Sabes que nada de allí es mío y ya contesté tus preguntas —dijo Sasuke algo enfadado por no entender el comportamiento de su novia— No sé qué esperas.
—Llevamos cinco años juntos y de no ser por mi, el sexo siempre sería igual —reclamaba la chica— ¿A caso no te soy excitante como para probar cosas nuevas? —preguntaba dolida— Incluso cuando tomas la iniciativa te percibo renuente.
—Me gusta como estamos —contestó sin mirarla a los ojos porque de antemano sabía que, aunque no era del todo una mentira, ella percibiría el matiz.
—Cuando te orillo a hacer algo nuevo la mayoría de las veces te excitas —lo regañó con la mirada— Lo que quiero saber es si soy yo la que te gusta o es una mera reacción física.
—No me veo con alguien más —contestó él con sinceridad y aunque la respuesta sonaba evasiva, Karin sabía que era por la poca comunicación de su novio. Sin embargo, ella quería dejar las cosas claras.
—¿Entonces por qué… ?
—¡Porque no quiero lastimarte! —exclamó Sasuke cansado— La última vez que me dejé llevar casi te ahogas —se refería al incidente con el clon— Y la vez antes de esa, te dejé demasiadas marcas en el cuello.
—Eso no…
—En el campo de entrenamiento apenas nos dio tiempo de hacer algo y te raspaste la espalda —insistió el azabache— Y la primera vez que me dejé llevar, amaneciste con la cintura dolorida.
Desde un principio, Karin había estado muy al pendiente del chakra de Sasuke para estar bien enterada de si intentaba mentirle, así que cuando él confesó sus razones para controlarse, ella se sintió enternecida al mismo tiempo que divertida con sus palabras.
—Bajo todo ese hielo eres muy tierno —sonrió abrazándolo y Sasuke hizo mala cara. Ella le dio un beso en la mejilla— Pero no deberías preocuparte.
—Si me excediera…
—Te lo diría —interrumpió Karin poniendo su índice sobre los labios del Uchiha— ¿Sabes? Me gusta que seas rudo en la cama de vez en cuando —él la miró confundido y sonrojado— Aclarado eso, aún me debes algo.
—¿De qué hablas?
—En la calle sólo me dijiste qué te gustaba de mí —contestó Karin— Después llegó Shikamaru por el problema de la...
—No tengo.
—Te haré ver todas esas revistas para que elijas algo si no me lo dices —la pelirroja insistió señalando el porno en el suelo, pues sabía que Sasuke no estaba siendo honesto.
—Elige tu. Siempre lo haces —contestó negado a confesar su fantasía, lo que provocó que Karin se molestara por su renuencia.
—¿Yo elijo? ¡Bien! Entonces quiero un trío contigo y Shikamaru —musitó la chica a sabiendas de lo que el nombre provocaba en los adentros de su novio— No creo que se niegue, ya que las revistas de...
—Tu primer día en el hospital —contestó Sasuke enfadado porque entendía que ella no movería el dedo del renglón y temía que fuera capaz de llevar las cosas muy lejos.
—Te refieres a…
Llamaron a la puerta y Sasuke se apresuró a abrirla para dar por terminado el tema, pues si bien apenas fueron unas cuantas palabras como para decir que era una fantasía, él no iba a ahondar en el tema.
—Vengo por la caja de Naruto —musitó Shikamaru cuando Uchiha lo recibió, ignorando que Karin ya sabía que parte del contenido le pertenecía.
Karin fue a ocultarse a la habitación cuando oyó lo dicho por Shikamaru y fue entonces que Sasuke lo dejó pasar para que él reacomodara la caja y se la llevara.
Mientras tanto, la Uzumaki quedó pensativa por las palabras de su novio, porque recordó su primer día en el hospital de Konoha y un suceso que pasó por alto hasta ese momento.
