Capítulo 4
El cuerpo entero dolía como el infierno. El entrenamiento diario sumado con la escuela era todo un desafío. Sí, la Comisión le obligó a terminar la escuela. Era aburrido frustrante volver a estudiar después de haberse retirado a las malas, lo único positivo de eso fue que estuvo en el mismo grado aunque en diferente institución.
Y Chad, ese desgraciado sabía golpear fuerte, o su cuerpo era muy débil. Todos los días desde que conoció al hombre de tez morena entrenaba su cuerpo, sin poder usar su peculiaridad sin ninguna explicación. Los héroes usaban sus peculiaridades y punto, en eso se basaba su trabajo, la igual que los villanos, todo giraba en torno a la "peculiaridad".
Eso no quitaba el hecho de que estaba preparándose para ser un héroe en el futuro. Superaría a All Might y a todo el que se cruzara algún día en un futuro lejano, demasiado lejano para alguien que terminó acostado en el suelo después de 30 minutos de arduo ejercicio.
"Ya te puedes ir a casa, niño". Chad le tendió una toalla envuelta en una botella de agua para que su alumno pueda hidratarse. "Hiciste un gran trabajo esta semana, tómate el fin de semana para descansar".
"Gracias, Chad". Recibió la botella y la bebió con ganas de querer vivir de nuevo".
"Llámame Chad-sensei". Corrigió el entrenador musculoso con el dedo levantado como sugerencia. Ser llamada Sensei era un honorífico que esperaba desde hace mucho pero nadie lo toma muy enserio por su aptitud sonriente.
"Jódete… Sensei". Katsuro escuchó un bufido de molestia cunado su entrenador le dio la espalda para ir a la salida del lugar. Según el reloj en la parte superior de la pared principal, la hora de la cena estaba cerca, tenía 5 minutos más para descansar porque tenía que ir al punto de encuentro con los guardias para que lo dejen en su cómoda casa.
"Sería aún más satisfactorio que no fueras tan vulgar, niño". Chad con una sonrisa dejó sólo a Katsuro en el gimnasio, sentado en el suelo con cara de muerto viviente que acababa de hacer demasiado ejercicio para alguien de su edad.
Tenía que ir a casa, comer o morirse de hambre, darse una ducha y hacer diversos deberes que conllevaba la vida de un estudiante de preparatoria.
Una voz habló a través de uno de los altavoces del lugar. "Los guardias te están esperando en el punto de encuentro establecido". Soltó un bufido de disgusto; apenas había pasado una semana entrenando con Chad y ya lo estaba imitando como una rata.
Estaba a punto de levantarse de su lugar pero se encontró cruzando miradas con alguien que no estaba ahí antes, una chica que parecía tener su edad. Su cabello era bicolor, azul oscuro con mechones rosados. Sus ojos eran agudos aunque los viera a metros de distancia.
La mente de Katsuro quedó en blanco, de nuevo. Tenía que corregir ese vicio. Estaba sano cuando estaba solo por su cuenta propia.
Iba a entablar conversación pero la niña simplemente siguió caminando por el pasillo, dejando confundido al niño. "Así que había alguien más aparte de mí, ¿eh?".
Terminó su tiempo de descanso con la voz del altavoz reiteró que su tiempo era corto y necesitaba hacer unos informes e ir a descansar, no quería perder el tiempo por culpa de un niño.
"Señor del altavoz. Jódete". Gritó Katsuro cuando retomó el rumbo de su rutina de nueva vida.
Un hombre de mediana edad se encontraba en una sala de aspecto lujoso con pinta de ser mafioso. Oh por supuesto que lo era; estaba en propiedad privada de una de las personas más peligrosas de la sociedad.
Después de la pérdida de su hermana junto a su conyugue tenía que hacer una simple tarea, retener a su sobrino y después recibiría un gran pago que le haría la vida fácil, pero simplemente se dejó llevar por el seguro que recibió por aceptar la custodia del niño.
Lo dejó escapar. Se había ganado la confianza del niño antes de perderlos, pero un día cualquiera ya no estaba. Lo reportó a la policía y hasta ahora no han finalizado con la investigación sobre lo sucedido y tampoco se veía en la posición como para denunciar esa negligencia judicial porque él mismo podía irse a la cárcel si el niño lo denunciaba por ser él.
Un hombre vestido con un traje sencillo apareció por la puerta que daba con la oficina principal. Ese hombre era alto y musculoso con cabello castaño puntiagudo. Ese traje se veía pequeño y frágil por el cuerpo primitivo de este, sumado con el rostro estoico como el de un vikingo de la antigüedad.
"El Maestro solicita tu presencia. Sígueme". Habló su voz profunda y neutral que hizo temblar al hombre más pequeño, quien asintió la cabeza antes de tragar saliva.
Entraron a la oficina y en medio de la habitación lujosa estaba otro hombre vestido con traje de gala pero desabrochado y sin corbata, su cabello era blanco y un poco largo. De alguna forma u otra, ese pelo blanco cubría la arte superior del rostro, dejando la incógnita sobre su identidad.
"¡Ey! Hace mucho que no te veo, querido amigo". Habló el hombre.
"Shigaraki… Mucho gusto. Ya me preguntaba que te había pasado". Respondió el tío asustado por no salir vivo de aquí. Después de todo estaba frente a frente con uno de los emperadores del crimen.
"No necesitamos formalidades. Estamos entre amigos". El reconocido como Shigaraki agitó las manos en broma pero luego su sonrisa se desvaneció. "Escuché que perdiste al niño".
"Sobre eso... Es más complicado de explicar de lo que parece. Tranquilo, lo tengo todo bajo control".
"Lo escuché hace una hora, de uno de mis lacayos pero no volví saber nada más de eso". Dijo Shigaraki, aterrando al hombre, tanto que comenzó a sudar como perro después de un maratón. "¿Sabes lo difícil que fue fingir que el accidente en el que murieron sus padres pareciera un simple accidente? No quiero tus jueguitos, dime: lo tienes o no". La orden que dio fue más que suficiente para sentenciar al hombre.
"No… no lo tengo. Escapó de un momento a otro y no lo volví a ver ni saber de él". El tío admitió sobre su error, resignado pero decidido a salir vivo del lugar así derrame sangre.
"El niño tiene una peculiaridad única según mi criterio. Degradar y regenerar sus átomos a un nivel asombroso mediante esa especie de humo negro, da muchas posibilidades. La hipótesis del doctor es que él podrá ser un fantasma de la muerte si logra dominarlo, pero solo es una hipótesis, así que no te preocupes por perderlo".
La esperanza en los ojos del encargado de la custodia del niño se iluminó pero rápidamente se volvió a apagar cuando Shigaraki se aclaró la garganta.
"¡O eso diría si estuviera de humor por ese maldito All Might!".
El hombre primitivo puso una mano sobre su hombre al notar que comenzaba a mover su brazo detrás de su espalda. El guardaespaldas del rey del crimen no era alguien cualquiera ni mucho menos subestimar. Pero ya tenía eso previsto y desenfundó el arma escondida en su antebrazo con agilidad, disparando al instante a la cabeza.
La bala hizo un agujero en la pared pero no en el blanco; Shigaraki también había previsto eso. No tuvo tiempo para disparar las demás balas de su cargador porque el guardaespaldas le agarró el brazo y le provocó un crujido hueco y sordo que fue claramente escuchado por todos en la habitación, haciéndole soltar el arma.
Shigaraki se levantó de su asiento tan cómodo como estar en el paraíso de las sillas y se acercó con calma en cada uno de sus pasos; era lo contrario al lacayo temporal que estaba desesperada e intentando liberarse de su agarre pero fue en vano cuando una mano se posó sobre su rostro.
Sintió como si esa mano con la palma brillante de color rojo oscuro absorbiera parte de su esencia de vida cada segundo que pasaba.
Cuando por fin dejó su rostro, soltó un aire que no sabía que estaba reteniendo en sus pulmones aunque dejó de respirar cuando Shigaraki levantó su antebrazo con la manga recogida antes de abrir un pequeño compartimiento de la parte del brazo en cuestión.
"¡Bien hecho amigo mío!". Eso confundió al hombre mientras observaba el antebrazo que tenía lo que le pertenecía; su peculiaridad. Entonces vio varias cosas tiradas debajo de él. ¡Eran sus pequeños secretos escondidos en su cuerpo!
Fue interrumpido cuando intentó gritarle sobre la proporción colosal de su manía por robar lo que no le pertenece en vida. "Mataste a tu hermana y a su pareja y de paso reservaste a tu sobrino de sangre por mi bien, además me diste tu peculiaridad. Fuiste muy útil hasta ahora pero como todos los demás, tienes fecha de caducidad que acaba de cumplirse".
La desesperación y el miedo invadieron su completo ser y comenzó a gritar piedad pero lo último que vio fue la sonrisa de Shigaraki después de pronunciar las últimas palabras que iba a escuchar: "Obtuviste mi lastima
Lo siguiente que sintió fue como todo su cuerpo caía al suelo inconsciente.
"Machia, llévalo con al laboratorio y enciérralo en una de las capsulas, si necesitas ayuda acude a uno de mis lacayos. El Doctor quería un sujeto de pruebas para experimentar y ahora lo tiene, más o menos".
El guardaespaldas, identificado como Gigantomachia asintió con la cabeza. "Entendido, Maestro". Levantó al hombre como si fuera una almohada y se lo llevó montado en su hombro.
"Hmm, tendré que confirmar pronto la ubicación de la familia de esa sucesora de mi querido hermanito~".
Notas de autor:
La peculiaridad de Katsuro (Original Character) es basada en el personaje de un videojuego, que justo trabaja con una francotiradora. Una cosa llevó a la otra y terminé aventurándome en esta página.
No aseguro actualización constante porque esto es producto de un tiro de inspiración y tiempo libre.
Eso es todo lo que tenía que decir, adiós.
