Disclaimer: La historia es de mi pertenencia, en ella sólo utilizo sin ningún fin de lucro, a los personajes de Naruto, cuyo creador es Masashi Kishimoto. Está prohibido re-suban o adapten esta historia.
Day 13: Healing
Rated: K+
Summary: blank period [ 2/2] Silenciosamente, rodeándole por detrás, descansando su barbilla sobre su hombro. Así, suavemente, Sakura sentía la calidez de su persona más amada.
NA: Continuación del día 11. Igual, sin trama.
-Esto quizá provoque diabetes. Pero, ¿a quién no le gusta ssk feliz y bonito? Solo a los que no son pro. Lol
-Inspirado con la canción, Back Hug, de Girls' Generation. Escúchenle, deben sentir este amor cursi.
-Sin betear, disculpen los errores.
Back Hug
.
Había un temor constante en Sakura, y era que Sasuke un día le dijera que partiría de nuevo.
Claro, ella aceptaría su decisión, deseándole seguridad y salud. También, en otras ocasiones, se imaginaba pidiéndole ir con él. Cada día que pasaba y que su relación se hacía más cómoda, la seguridad de que él le dejara acompañarle crecía en ella.
Estaría dispuesta a acompañarle, sabía bien. Pero eso aún no sucedía, y eso también Sakura lo agradecía.
Habían pasado tres meses desde que Sasuke había regresado, y una rutina entre los dos nació, junto a su nueva relación. Aun les costaba a ambos mantener el rostro compuesto ante las burlas o insinuaciones de Naruto e Ino -incluso Kakashi, quien sorprendentemente, había sido más explícito y algo vulgar con sus comentarios, logrando que Sasuke y Sakura se pusieran rojos por completo. A pesar de todo, Sakura agradecía los buenos deseos y comentarios de sus amigos para ambos.
A decir verdad, Sakura no creía que pudiera ser más feliz. La que había sido su rutina diaria había mejorado, gracias a la compañía de él.
Quizá para algunos, ellos estaban avanzando muy rápido sólo por vivir juntos, pero Sakura creía que estaban reponiendo el tiempo que no pudieron estar juntos.
Su convivencia bajo la misma casa se volvió casi natural. Ella trabajaba varias horas al día, e incluso en la noche. Sasuke entrenaba o acompañaba a Naruto en alguna misión. Compartían la comida cuando podían, y con eso, una cómoda plática le acompañaba. En sus días de descanso ella procuraba limpiar, mientras que Sasuke era siempre tan responable y todos los días trataba de mantener el orden.
—Es como tener un compañero de cuarto, ¿Cuándo van a proceder a lo físico? —le picó Ino, en parte irritada por el paso lento en el que Sakura avanzaba en su relación, y en parte divertida solo por el hecho de molestarla.
Sakura no le había contado a Ino la falta de contacto físico, pero cuando la rubia le cuestionaba casi todos los días de "hasta donde había llegado con Sasuke", Sakura no podía mentir. Es normal, le dijo.
No tenían prisa.
—Es normal, en cualquiera, supongo. Pero has estado enamorada de él por casi toda tu vida, y todo mundo sabe que él no te eran muy indiferente antes, mucho menos ahora.
—Es solo que no tenemos experiencia en eso, Ino —admitió, avergonzada. Ino resopló.
—Nadie la tiene al inicio. Pero, por Dios, con todas esas miradas tensas entre ustedes, cualquiera diría que al estar en privado no se quitan las manos de encima y no duermen nada y-
—Para, por favor —Sakura suplicó, sin poder ver a la cara a su amiga, quien reía ante su inocencia.
—Si te lo imaginas, es porque lo deseas.
—O quizá es porque eres muy explícita.
—Sólo te digo, debes tener más iniciativa. Por ejemplo, pueden empezar con abrazos, besos en la mejilla. No lo sé, despierta a tu yo de doce años y pídele consejos.
Sakura dio media vuelta, había tenido suficiente de las burlas de Ino.
Pero la idea no le abandonó, sino que se hizo más grande.
Esa noche, se decidió a dar un paso más en su relación.
Luego de que Sasuke se apoderara del rol de preparar la cena, era Sakura quien se encargaba de los platos. O así lo habían establecido, pero aun eso Sasuke estaba a su lado, ayudándole. No podía decirle nada, ya que a ella le gustaba la proximidad de él.
—¿Ocurre algo? —preguntó Sasuke, mirándole de reojo. Le había notado un poco ansiosa.
En lugar de responderle de inmediato, ella tomó una pequeña tolla y secó sus manos. Evitaba mirarle a la cara, y Sasuke le miró extrañado. Ahora totalmente convencido de que algo le estaba preocupando.
Le llamó de nuevo, pero su intento quedó sólo en eso, ya que ella le rodeó de nuevo con sus brazos.
Habían compartido pocos abrazos, y aunque estuvieran en una relación, para Sasuke aún era algo complicado el soltar su cuerpo libremente ante los deseos afectuosos de Sakura, pero aun así, trató de regresarle el gesto.
Sakura sonrió por lo bajo, medio divertida por la incomodidad de él, pero más que nada agradecida por el esfuerzo.
—Quiero pedirte algo —dijo, y luego levantó el rostro para encontrar su mirada. Sasuke le veía un poco desconcertado, pero no le negó.
—¿Qué cosa?
—Duerme conmigo.
Sakura sintió su aliento acabarse al decir la última palabra, y esperó, silenciosa, a su respuesta. Fue testigo del cambio en el rostro de Sasuke, de las emociones que siempre procuraba mantener a raya. Si no estuviera tan nerviosa, habría reído.
Pensó que quizá estaba pidiendo demasiado, pero... ¿realmente era así? Sasuke, como ella, ¿no quería acercarse más? ¿No estaba cansado de dormir en un futon en la sala? Seguramente diría que no, que habría dormido en lugares poco agradables o a la intemperie por tanto tiempo, pero no era eso lo que ella quería. No ahora que estaban juntos.
Sasuke intentó mantener la calma en su voz, pero incluso así, ella podía notar algo de vacilación en él.
—Si es lo quieres, entonces…
—No —ella le cortó, tajante. Tomando aire, se corrigió —. Quiero dormir contigo, sólo si tú quieres.
Se miraron por varios minutos, donde lo único audible eran sus respiraciones y seguramente sus corazones alterados.
Tras pasar saliva, sin romper la mirada de la de ella, Sasuke asintió lentamente.
—¿En serio? —preguntó con deleite. Sus ojos verdes bien podrían estar brillando, llenos de ilusión.
Una sonrisa tímida por parte de Sasuke.
—En serio.
Sakura le abrazó con más fuerza.
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—Dios mío —Ino estaba casi boquiabierta—, cuando te dije que tomaras la iniciativa, pensé que le darías un beso en la mejilla y luego de pondrías roja, ¡no esperé por ningún momento que le saltaras encima!
—¡No fue así! —se defendió. Y volvió a explicar, con mucha puntualización, lo que sucedió.
—Sólo compartimos la cama, dormimos juntos. Es todo.
Era verdad. Ya le había tomado tanto valor abrazarle esa noche y pedirle aquello. Sabía bien que ni ella ni Sasuke estaban listos para algo sexual. Tampoco lo esperaba de inmediato, ni fue su intención al hacerle la petición de dormir juntos. Ella de verdad quería cerrar los ojos y caer en la inconsciencia con él a su lado, compartiendo la calidez de las cobijas y la suavidad de su colchón.
Tanto tiempo había dejado a Sasuke en ese futon en la sala, que se sentía culpable.
—Claro, claro. Luego me dirás que se casaron por el simple hecho de compartir el apellido.
—Creo que eso sí es algo que no me atrevería a pedirle.
—Tienes razón, eso lo debe de hacer Sasuke ya que tú diste todos los demás pasos, y seguro serás la que pida otras cosas más.
Su amiga se quejó.
Ino parecía divertirse, y sinceramente emocionada por ella. Sakura sonreía y asentía en la conversación, pero se guardó algo que no pensaba contarle a Ino, al menos no creía que debía.
Era algo muy privado.
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Esa noche ocurrió de nuevo.
Sakura se despertó debido a los gritos ahogados de Sasuke. Desorientada, aun asustada y sin poder acostumbrarse, se acercó hasta donde él gimoteaba, dándole la espalda. Ella trató de asirlo hacia ella, pasando su mano sobre su cabello, suavemente, y de la misma manera con su mano libre, dándole palmaditas en el hombro, mientras le murmuraba suaves consuelos. No pasa nada, es una pesadilla. No estás solo, estoy contigo. Está todo bien ahora.
Lo sabía desde antes, que él era atacado por pesadillas de vez en vez. Ese era el mayor motivo por el que quería dormir junto a él. Así, podría consolarle, a diferencia de sólo escucharle desde la sala, impotente.
Al menos ahora podía intentarlo. Al principio a Sasuke no le parecía, avergonzado se alejaba.
—No lo hagas, por favor —ella le pidió—. El querer estar contigo no se limita a los buenos momentos. Puede que no sea de mucha ayuda, pero permíteme acompañarte. Nunca te dejaré solo.
Ella no podía eliminar el pasado ni ahuyentar los fantasmas que le hostigaban. Sólo podía ofrecer sus brazos, su apoyo y su presencia.
Por eso ahora, Sasuke le aceptaba con menos timidez. Le sujetaba con fuerza, escondía su rostro en el espacio entre su cuello y su hombro, y se aferraba a Sakura, mientras ella canturreaba suaves sinsentidos. Siendo arrullado por esto, y la calidez de su cuerpo.
Sus pesadillas de a poco dejaban de ser constantes, y más como algo muy esporádico, pero en esas ocasiones, la fuerza de esos terrores iba diluyendo, y tan sólo con Sakura a su lado, esas noches se volvían tolerables.
De a poco, Sasuke iba sanando.
...
Por un tiempo, el contacto físico era sólo de noche, acostumbrándose a dormir enlazados, y los abrazos nocturnos eran iniciados por Sakura. Luego, la comodidad entre ambos pasó de algo nocturno, a situaciones cotidianas ante la luz del sol dentro de su hogar.
Sakura era más valiente que antes, recargándose contra el pecho de Sasuke mientras ambos leían por las tardes.
Recargando su cabeza en el hombro de él, mientras él le contaba sobre los lugares que había visitado, las comidas, costumbres y culturas.
—Me gustaría ir —dijo ella, demasiado emocionada por las descripciones de Sasuke.
—Es muy pesado viajar así, pero vale la pena —Sasuke le aseguró.
—Hey, recuerda que soy una gran Kunoichi. Un simple viaje no es rival para mí.
—Es más que un simple viaje. Es dormir a la intemperie, refugiarte en donde encuentres, o bien, seguir caminando contra el clima hasta que pare o encuentres al menos una choza.
—Me subestimas —hizo un movimiento con la mano, como restándole importancia.
—Puede que no encuentres provisiones rápido.
—Puedo cazar. O recoger plantas. Soy muy buena en ese campo, ¿sabes? —ella sonrió petulante.
—Lo sé —Sasuke concedió, y la sonrisa de ella se volvió petulante. Sasuke le miró con esfuerzo—. Parece que no tienes ningún punto débil
—Así es.
—Oh, pero es probable que te encuentres con todo tipo de insecto —Sasuke sonrió victorioso cuando ella se encogió en su lugar, y luego pareció temblar. Sasuke sonrió con algo de astucia—. Vaya, quien lo diría. La gran Kunoichi sigue temiéndoles a los insectos.
—¡No es así! —de un salto, se removió en su lugar. Le dio un manotazo a Sasuke, que quizá fue demasiado fuerte. Se disculpó de inmediato—. Lo siento. Y no les tengo miedo. Sólo… me desagradan un poco.
Sasuke aguantó la risa, y se limitó a tomar la mano de ella, la más cercana a la suya. Sakura pausó su refute, sorprendida del acto. Brevemente miró hacia sus manos entrelazadas, y luego al rostro de Sasuke. Él le miraba con mucha atención, como grabando cada leve cambio en el rostro de ella.
Sakura estaba sin palabras, y si bien su corazón estaba por estallar y en su mente tantas preguntas y exclamaciones rebotaban, lo único que hizo fue sonreír dulcemente y darle un apretón a esa mano. Continuó su monologo de como odiar a los insectos no le hacían menos fuerte, mientras Sasuke trataba de contradecir.
Durante todo eso, su sonrisa y la cálida sensación de felicidad no le abandonaron.
..
La rutina que había creado con Sasuke se rompió.
Llegó a casa diciendo "he vuelto", y en lugar de escuchar un "bienvenida de regreso", el silencio fue la única respuesta.
Se quitó sus zapatos y no se preocupó por acomodarlos, sólo los dejó tirados en la entrada. Lo mismo con su ropa. Parecía que con cada paso una prenda diferente iba cayendo en el suelo. En lugar de una bolsa con ingredientes para preparar la cena, Sakura llevaba comida ya hecha que compró de camino a casa. Le dejó en la mesa, sin mucha delicadeza. Sin importarle en prender las luces a su paso, Sakura arrastraba los pies hasta llegar el baño. Estaba tan cansada, que no creía que pudiera hacer más que tomar un baño. Luego de una ducha rápida y cuando el agua estuvo caliente y la bañera llena, ella se metió dentro. Suspiró sonoramente ante la calidez del agua.
Contemplando la pared frente a ella, se limitó a que el estrés se fuera borrando de su cuerpo.
Es extraño, pensó, regresar a una casa vacía. Se siente más fría, más silenciosa. Algo triste, se sumergió un poco más en la bañera.
Para cuando terminó, lo que más quería era irse a dormir, pero no debía dejar el desorden que creó al llegar. Si bien sabía que Sasuke no llegaría de su misión hasta en dos días más, de alguna manera el orden compulsivo de Sasuke era contagioso.
—En realidad, quisiera evitar que me llame la atención —murmuró. Sasuke no era de levantar la voz, pero si hacía algún comentario al respecto, ella se sentiría avergonzada.
Tengo hambre, pero no tengo energía para siquiera calentar la comida, pensó junto a un suspiro, quiero ir a dormir, ya.
Pero contrario a sus deseos, se encaminó a la cocina. En su mente escuchaba la voz de Sasuke, reprendiéndole por saltarse la comida. Peor si supiera que no he comido en todo el día más que algo de ramen. Meditó, mientras intentaba proba bocado y que sus ojos no se cerraran.
No era mentira que estaba cansada, había estado en el hospital por varios días, casi los mismos que Sasuke había estado afuera. La verdad era que las primeras dos noches luego de que él se había ido, Sakura no había estado nada a gusto en la casa. La cama se sentía demasiado incómoda, y le costaba dormir en ella. Su comida sabia menos buena, y el silencio predominaba demasiado. Por eso, intentó abarrotarse de trabajo, y no fue hasta que Tsunade prácticamente la echó, que Sakura regresaba a su vacía casa.
Ni siquiera tuvo el ánimo de ponerse sus pijamas o peinar su cabello luego del baño. Sólo llevaba una camisa demasiado grande para ser de ella, y unos shorts cortos. Su cabello que había estado goteando, ahora parecía un nido enredado.
Dejado su cena a mitad, prometiendo que a la mañana siguiente se haría un almuerzo decente, se levantó de su silla y fue hasta el fregadero. Sus ojos pesados y su mente agotada, ella estaba segura que esa noche, una vez recostada, no le importaría estar sola.
Aunque su sueño desapareció en un instante, a la vez que respingaba ante el ruido estridente de su plato romperse contra el suelo.
—Maldición —murmuró, lista para agacharse y tratar de limpiar el desastre. Pero escuchó primero su voz antes de siquiera notar su presencia.
—Sakura.
Su voz profunda le congeló en su lugar. Abrió sus ojos, totalmente sorprendida, y por un breve instante, creyó haber alucinado. Pero igual que cuando le llamó, fue su brazo rodeándole lo que le trajo a la realidad.
Sakura respingó, asustada ante la presencia que ella no había notado.
¿En qué momento…?
—¿Sasuke? —farfulló como pudo, aun congelada en su sitio.
Aunque no necesitaba volverse para comprobar que no estaba soñando. Su aliento cálido rozó su oído, y sintió su propio cuerpo temblar. La calidez de su pecho fuertemente contra su espalda, de su única mano ciñéndose en la cintura de ella. Sakura estaba sin palabras.
Tantas cosas ocupaban su mente, ¿en qué momento llegó? ¿Por qué está aquí tan pronto? Oh, Dios, seguro me veo horrible. ¿…me puse sostén? Ay, su cuerpo está contra el mío… él... él me está abrazando…
Tan cerca, tan íntimo.
Con eso último, era como si su cordura dejara de funcionar. Sintió difícil pasar saliva, y su corazón comenzó a latir como loco. Una extraña emoción, aturdida y acalorada, le hacían difícil respirar con regularidad. La temperatura en su cuerpo también se había elevado.
La situación en la que estaba era una totalmente nueva, y le confundía el deseo de darse la vuelta y mirar el rostro de Sasuke, ver las emociones que debía estar mostrando, y luego estaba el deseo de permanecer en esa posición, de grabar en su mente y cuerpo esa incomparable situación, y disfrutar cada segundo del contacto que jamás le había dado.
—Qué… ¿Qué sucede? —alcanzó a decir cómo pudo, con su voz temblando, pero en ningún momento alejándose de él.
Sintió como Sasuke negaba con un movimiento de su cabeza, pero luego su agarre se hizo más fuerte, y le atrajo más contra él, robándole el aire de los pulmones y la cordura. Ya no había espacio libre entre sus cuerpos. Sakura contuvo la respiración.
—Sólo… —titubeó.
Si él dijera todo, que estaba sanando su alma y borrando el vacío que la breve separación con ella le provocó debido a esa misión… bien, era probable que se avergonzara de sí mismo y diera un paso atrás. Pero no quería romper el abrazo, no aun, y definitivamente no esa noche. Fueron semanas tortuosas, donde sentía estar atrapado bajo una constante nube gris y helada. No había una risa cantarina, una mirada de adoración ni la seguridad de su cálido amor. Solo en su mente, que de a poco le iba traicionado -¿todo ese tiempo, solo había sido un sueño? No, lo sabía, pero la necesidad de regresar era inmensa.
Por eso ya no quería limitarse. Sasuke tomaría todo lo que Sakura le ofrecía.
—Solo quiero mantenerme así. ¿Puedo? —le preguntó, con voz tenue y cadente. Su rostro sobre el cabello de ella, y un temblor sacudió lo más recóndito del alma de Sakura al sentir su aliento tan cerca.
Ella contenía el aliento, porque sentía que de esa manera podía mantenerse bajo control. Su corazón desbocado, llenándose cada segundo con más y más de un incontrolable amor. Como pudo, respondió con voz muy baja.
—Si es lo que quieres…
Y contra toda posibilidad, Sasuke le abrazó con más fuerza.
—Sólo si tú quieres —él dijo, una vez más enterrando su rostro en el cabello de ella.
La calidez que le inundó por completo al entender, que por fin, ambos tenían la misma disposición y deseo de avanzar. Sin restricciones ni miedo.
La sonrisa en su rostro se volvió tan sincera.
—Siempre.
Siempre, Sakura estaría ahí, con las manos extendidas, recibiéndole.
Lo que pasaría después no era más que pasos pequeños en su relación, pero inevitables e incontrolables luego de que ambos se abrieran por completo. Y cada uno era único y maravilloso.
Con la calidez de sus abrazos y la sinceridad de sus sentimientos.
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—Bienvenido de vuelta, Sasuke-kun.
—Estoy en casa, Sakura.
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¿Les gustó? A mi sí, un poquis. Ggg que cursi que soy. Como que ocupamos algo de Angst... Ajajajajaj.
Gracias por leer.
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