La luz del sol entrando por su ventana fue lo que la hizo despertar. Hoy era uno de esos días donde sentía por quedarse acostada todo el día sin hacer absolutamente nada. De igual manera, desde entonces es lo único que ha estado haciendo.

Por los últimos cinco años su vida a desarrollado un concepto simple: Dormir lo menos posible y lamentarse ese día que lo cambió todo las veces que se encuentra despierta. Lo cual es casi todo el tiempo.

Ese día no solamente perdió a Santana, pero también a sus familiares y amigos cercanos.

No pudiendo soportar más las miradas de lástima o las palabras de apoyo, Brittany decidió que era mejor cortar todo tipo de contacto y amistad con las personas que siempre se han preocupado por ella. La única persona importante en su vida ya no está con ella, por lo que cualquier cosa que alguien le venga a ofrecer no es necesario.

Ese día no solamente la perdió a ella, sino que también fue perdiéndose así misma poco a poco.

En el momento en que Santana comenzó a convulsionar en sus brazos pudo notar eso, lo de perderse así misma. Después de bajar de la ambulancia siguiendo a los paramédicos con Santana en una camilla, Brittany se encontraba en la sala de espera por lo que parecía una eternidad luego de que le revisaron su brazo que al parecer estaba dislocado y con ruptura y le avisaron que llevarían a Santana a cirugía por una contusión en la cabeza que ocasionó una inflamación en el cerebro.

En cuanto la doctora fue darle el diagnóstico de Santana después de la cirugía fue cuando perdió otra parte de si misma. Llorando de manera desconsolada en los brazos de los padres de Santana.

Entonces.

La segunda vez que Brittany Pierce perdió a Santana López fue la noche en la que se le dió el diagnóstico de que su novia entró en estado de coma.

Por suerte Brittany era alguien positiva.

Todo iría bien, ¿cierto? La gente despierta de coma todo el tiempo después de todo. Santana iba despertar tarde o temprano, y después de eso volverían a sus vidas normales. Tal vez incluso tomar unas pequeñas vacaciones en la playa, relajarse y cuando el momento llegue hablar sobre el futuro, sobre quién llevará el apellido de la otra cuando alguna proponga matrimonio y sobre quién será la primera en embarazarse.

Tal vez.

Mes y medio después de la primer cirugía, era un martes como cualquier otro. Brittany se dirigía hacia el hospital para visitar a Santana con una buena corazonada. Por alguna razón tenía el sentimiento de que hoy sería el día en que las cosas cambiarían por bien.

Al llegar, esa buena corazonada se transformó en una tormenta.

La tercera vez que Brittany Pierce perdió a Santana López fue cuando descubrió que si algún día su novia llegara a despertar esta podría no recordarla.

Como pueden ver, nadie la culpa por su notorio cambio de personalidad. Ya que esto no es de extrañarse, después de todo ¿quién no se convertiría en una persona completamente diferente después de perder a quien sabes es tu alma gemela? A quien solo haz sabido cómo amar desde que tienes dieciocho.

A quien literalmente le ibas a proponer el día siguiente.

Hoy es martes, día de visita. Realmente puede venir cualquier día, pero le gusta más ese porque así hay menos posibilidades de encontrarse con alguien.

La esperanza en Brittany de que en cualquier momento pueda despertar no ha desaparecido, no desde que leyó ese caso de aquella señora que despertó después de 42 años de coma. Es un hecho que Santana al despertar no la recuerde, pero el simple pensamiento de que algún día lo haga y pueda ver esa sonrisa con hoyuelos de nuevo incluso si cuenta con algunas arrugas por la edad es lo que la motiva a seguir viviendo.

Porque realmente ahora es lo único que lo hace.

Su celular sonando en alguna parte del piso debajo de algún pantalón fue la que la sacó de sus pensamientos.11:00 am. Con solo checar la hora en su despertador sabe por seguro que es Rachel. Un poco cansada de haber dormido muy apenas dos horas quitó el cobertor de su cuerpo, levantándose de la cama en busca de su teléfono.

Su habitación es un completo desastre. Si Santana estuviera aquí la tendría recogiendo todo en un abrir y cerrar de ojos, recompensandola después con helado y un maratón de sus películas favoritas. Brittany no puede evitar una sonrisa al imaginarse la cara de miedo de Santana si llegase a escoger alguna película de terror.

Beep. Beep.

"Dónde mierda estás. Ugh." A nada de frustrarse y arrojar todo lo que encontrara en su camino finalmente encontró su teléfono dentro de un zapato.

"¡Brittany! ¿Por qué no contestas? Está es la tercera vez que llamo, sabes bien qu-" El discurso de los cinco minutos se lo sabe de memoria, por lo que decide ignorarla para dirigirse a la cocina y prepararse una taza de café.

"¿Ya terminaste?"

"Sí, muchas gracias." Su tono parecía amable pero a la vez molesto por el comportamiento de Brittany. "Sabes que me preocupo por ti."

El primer sorbo de su café siempre se siente como una bendición todas las mañanas. "Lo sé, créeme que lo sé."

"Por cierto, Quinn quiere saber cómo estás, y también quiere saber si es posible que puedan conversar un poco.Ya sabes, arreglar las cosas entre ustedes."

"Dios, Rachel no va a pasar.

"Pero Brittany, juró comportarse y adem-"

"Escucha, me tengo que ir. Ya puedes estar tranquila con que sigo viva y no hice algo estúpido."

En un movimiento arrojó su celular a la mesa al terminar la llamada, recargandose en el respaldo de una de las sillas mientras cubría su rostro con ambas manos. Las llamadas con Rachel siempre la dejan algo frustrada, más si se atreve a mencionar a Quinn. Años después de la discusión que tuvo con ella, las palabras que dijo aún la siguen lastimando.

Lo pudiste a ver evitado.

¿Realmente?

Sintiendo como una lágrima comenzaba a deslizarse por su rostro, le dio una patada a la silla, tratando de liberar alguno de sus sentimientos guardados de otra forma que no sea llorando.

Ira, desesperación, tristeza.

Culpa.


Después de pasar varios minutos llorando en la ducha y golpeando desesperadamente la pared de esta, Brittany finalmente se encuentra en el hospital. Apesar de haber estado visitando este lugar desde hace años, el escalofrío que recorre todo su cuerpo nada más entrar no parece desaparecer con nada.

Le sonríe a la recepcionista que por rutina sabe que debe entregarle el formulario de visitas. Brittany agradece que las palabras que intercambian siempre son vagas.

Al terminar de llenarlo, Brittany se da la vuelta para dirigirse a la habitación de Santana solamente para ser detenida por la presencia de alguien más.

"¿Qué estás haciendo aquí?"

Levantando una ceja hacia la hostilidad de Brittany, la persona enfrente de ella tomó una posición defensiva al cruzar sus brazos frente a su pecho.

Algo que aprendió de Santana, excepto por lo de la ceja. Eso es todo de ella.

"Vine a hablar contigo, es el único lugar donde puedo encontrarte sin que finjas no escuchar cuando llevo quince minutos tocando en tu puerta."

"Nah, no lo creo Quinn. No quiero saber nada de lo que me quieras decir. Ahora sí me disculpas, tengo que ver a Santana."

Antes de que pudiera dar un paso, Quinn la tomó del brazo con un poco de fuerza para mantenerla en su lugar. "Solo escúchame."

"Tienes tres minutos." Rindiéndose finalmente puso toda su atención hacia Quinn con un gesto aburrido en su rostro. Mientras que el rostro de Quinn cambia de expresión de alguien que está a punto de romperse en llanto.

No.

No, no, no.

"Lo-lo siento, ¿está bien? Lo siento por toda la mierda que te dije en su momento. Hace cinco años pasaste por la peor experiencia de tu vida y en lugar de estar para ti te eché toda la culpa, pero eso fue mi pésimo intento de lidiar con todo. No lo fue Brittany, mierda no fue tu puta culpa. Sé que las cosas que te dije no tienen excusa, y estás en todo tu derecho de no querer perdonarme. Dios. Pero escúchame cuando te digo, lo que pasó no fue tu culpa Brittany, nunca lo fue."

Lo que pasó después ninguna de las dos lo esperaba.

Brittany arrojó sus brazos alrededor de Quinn abrazándola con fuerza, agradeciéndole entre sollozos una y otra vez. Ninguna de las dos podía contener sus lágrimas en este momento.

Al pasar varios segundos Brittany puso un poco de distancia entre las dos, colocando sus manos en el rostro de Quinn para limpiar las lágrimas restantes con sus pulgares.

"Realmente quiero golpearte ahora por hacerme llorar en un lugar público." Ambas dejaron salir una pequeña risa ante el comentario de Brittany.

"Hey, el sentimiento es mutuo."

"Te extrañé demasiado Quinn. Dios soy una imbécil, lo siento también por todas las cosas que te dije."

Tomándola de los hombros Quinn negó con la cabeza con una pequeña sonrisa en su rostro, aceptando en silencio su disculpa.

"Ambas somos las imbéciles. Y también te extrañé." Con una palmada en el hombro Quinn empuja un poco a Brittany. "Ahora anda, ve con Santana."

"¿Cena en tu casa esta noche?"

No importa cual sea la respuesta de Quinn, de todos modos Brittany iba a aparecer.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco.

Tocarse la nariz cinco veces es algo que le enseñó a Santana hace tiempo cuando iban juntas a la universidad cada que necesitaba calmar sus nervios antes de dar una presentación.

Su mano se encuentra en el picaporte.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco.

Finalmente entra la habitación.

"Hey cariño, soy yo." Como todas las veces que viene Brittany toma la silla a un lado de Santana que se encuentra del lado de la ventana. "No creerás lo que acaba de ocurrir, Quinn y yo finalmente hicimos las paces. Creo que por fin podremos retomar nuestra amistad, ¿no es genial?"

Esta vez hablar con Santana se sentía diferente, no podía describirlo. Era como si el peso que Brittany llevaba cargando todos estos años se haya desvanecido por completo.

"A veces me pregunto si es por mi que sigues aquí, siento que soy yo la que te detiene de descansar para siempre. Antes de que digas algo, en mi mente tiene sentido. Siento que-siento que arreglarme con Quinn está finalmente atrayendo la paz que necesito para dejarte ir. Mierda ¿realmente te estoy dejando ir? ¿es eso? N-no quiero." Brittany voltea la cabeza hacia arriba tratando de detener más lágrimas. "Mierda, Santana. Supongo que ahora toca despedirme para siempre, ¿verdad? Te amo demasiado cariño, espero verte pronto algún día. Tal vez en otra vida incluso, una donde podamos ser felices y vivamos con la otra hasta que tengamos cien años. Quiero que sepas que siempre te amaré más que nadie en el mundo."

Y con eso salió de la habitación.

Doloroso, sí. Pero es lo que tenía que hacer ¿cierto?

Tal vez.

Tal vez no.

De tan solo haberse quedado unos segundos más Brittany hubiera notado como Santana intentó mover su mano.

De tan solo haberse quedado unos segundos más hubiera presenciado como su vida iba a cambiar nuevamente.


N/A

Realmente este es el primer fic que escribo, la idea para el plot se me ocurrió un día a las cuatro de la mañana así que probablemente existan varios huecos a lo largo de la historia.

En cuanto actualizaciones no tengo fechas exactas ya que estoy escribiendo cada que se me da la gana.

Cuantos capítulos constará esta historia aún no lo sé por seguro.

Y pues eso.