Aclaración de diálogos:
-Hablar así- es una conversación normal.
-Hablar así- Es pensamiento.
-Hablar Así- Es la voz de Venom, posiblemente All Might o All For One.
-Hablar así- Es pensamiento de Venom o Venom hablando en la cabeza.
Izuku miró el reloj sobre la pared nuevamente, había pasado poco más de media hora desde que la amable enfermera había salido, una parte de él se sentía aburrido, después de todo tenía 6 años, pero la mayoría de su mente aún se enfocaba en esa rara pesadilla que tuvo, ¿Cómo estaba su mama? ¿Estaba muy lastimada? ¿Por qué no la dejaron recuperarse en el mismo cuarto? ¿Acaso ella estaba muer-? ¡No! ¡Su mamá no podía morir! ¡Ella era fuerte! ¡Ella no lo dejaría solo! ¡Ella…!.
-Ella te ama- Dijo una voz incorpórea, asustando a Izuku de golpe y mirando a los lados, pero no vio nada, fue muy extraño, más que alguien hablando se sintió como un pensamiento, pero esa voz, ¿Dónde la había oído?...
-¿Joven Midoriya?- La voz de la enfermera Asui se escuchó detrás de la puerta, llamando la atención del niño de cabellos verdes, al abrirse más la puerta vio a dos personas, la enfermera amable, y una mujer mayor o un poco más que la enfermera, más alta y con el cabello negro atado en una trenza hasta por debajo del hombro, al mirarla detenidamente Izuku se dio cuenta que era extrajera aun si también era asiática, por un momento sospecho que tal vez era de China.
-Buenas noches Izuku Midoriya, permítame presentarme, soy la doctora Rin, y estoy a cargo de su recuperación, dígame ¿Cómo se encuentra?- Dijo la dama en un tono profesional, el cual Izuku internamente no le gustaba, porque sonaba distante.
-Yo… Estoy bien, no me duele nada… aunque tengo algo de hambre- Dijo algo bajo pero audible, mirando a ambas mujeres, la enfermera le sonrió cálidamente mientras que la doctora se dispuso a anotar en una libreta.
-Comprendo, es entendible después de más de un día dormido, si me permite, ¿Puede abrir los ojos y mirar a la luz?- Volvió a hablar la doctora mientras sacaba una especie de linterna pequeña, Izuku aceptó y miro la luz blanca que lo cegó por un micro segundo, -Buena respuestas y reflejos, no parece haber sufrido ningún daño grave, eso es un alivio- Dijo nuevamente la doctora, dejando salir un suspiro que retenía, rompiendo con el tono serio de antes, al volver a mirarla a los ojos vio un brillo más amistoso en la señora Ryu, -Izuku- Dijo usando su nombre, lo que apenó al pequeño de pelo verde, -Antes de seguir, hay unas personas que quieren hablar contigo, fueron quienes te rescataron- Dijo la doctora Ryu para luego ponerse de pie y moverse a un lado, de inmediato los ojos de Izuku giraron a la puerta de nuevo, y de ella aparecieron 4 personas.
-Buenas noches Midoriya-san, permítanos presentarnos, somos…- La líder del grupo, una mujer de pelo corto y marrón rojizo estaba hablando cuando de repente Izuku les interrumpió.
-¡SON LAS WILD WILD PUSSYCATS! ¡EL GRUPO DE HEROE RECATISTAS PROFESIONALES MÁS GRANDE DE TODO JAPÓN! ¡MANDALAY! ¡PIXIE-BOB! ¡TIGER! ¡Y RAGDOLL!- La emoción repentina de Izuku desconcertó a todos, mientras miraban al niño de repente energético sentado en su cama con un brillo en sus ojos comparable al mismo sol -¡No puedo creer que estén aquí! ¡Siempre quise conocerles! ¡Y encima vinieron todos! ¡Si tan solo tuviera mis libretas podría tomar notas! Cierto mis notas, sin ellas no podré hacer el análisis de héroes ahora que las tengo cerca, incluso podría pedir un autógrafo a los 4, es mi única oportunidad y no sé si volveré a conocerles algún día, ¿Dónde puedo encontrar algo para escribir? ¿Me dejarán siquiera tomar una foto? Pero no tengo cámara o algo para…- Izuku había comenzado a murmurar para sí mismo muy pensativo, ninguno de los presentes sabían que hacer, quedando con cara de póker, al menos hasta que la enfermera Asui comenzó a reír por lo bajo, llamando la atención de todos, incluido Midoriya.
-Veo que eres un gran fan de los súper héroes Midoriya-san, mi hija mayor es igual, aunque un poco menos entusiasta- Dijo con una voz cálida acompañada de una sonrisa amable, a lo que Izuku se sonroja como un tomate al darse cuenta de que no solo se había emocionado, además comenzó murmurar sus pensamientos y que lo hizo frente a todo el grupo de héroes.
-¡Y-yo lo-lo siento! No-no me do-doy cu-cuenta de qu-que mur-murmuro, m-me emocioné y pu-pues…- El tartamudeo de Izuku se vio interrumpido cuando Tiger comenzó a reír fuertemente.
-¡Hahahahaha! ¡No te disculpes joven! ¡Al contrario! ¡Nos agrada haber hecho feliz a un gran fan! Y respecto a tus murmullos, estoy seguro que conseguiremos hojas para que puedas anotar todo lo que quieras, y con gusto te daremos un autógrafo- Dijo sacando sus pectorales y sonriendo muy amplio, a Izuku le pareció intimidante por un momento pero sonrió feliz, lo que fue suficiente para que todos le devolvieran la sonrisa.
-Midoriya-san- Madalay habló de nuevo, acercándose al pequeño, -Nos alegra saber que estas bien, temíamos por su seguridad cuando te trasladaron a este hospital debido a la lejanía, es por eso que nosotros 4 decidimos tomarnos un tiempo para quedarnos en los alrededores y le pedimos cordialmente a tu doctora que cuando despertaras que nos informara para visitarte, y verte de nuevo, aunque veo que ya nos conoces permítenos presentarnos, soy Shino Sosaki conocida como el héroe profesional Madalay- Dijo haciendo una pose gatuna.
-¡Yo soy Yawara Chatora, reconocido como Tiger!- Dijo el musculoso héroe tomando una pose más imponente debido a su tamaño detrás de Madalay.
-¡Hola! Yo soy Tomoko Shiretoko, reconocida como Ragdoll, un placer conocernos Midoriya-kun- dijo la heroína de pelo verde más energética tomando su pose la cual Izuku se sorprendió porque parecía la más difícil de mantener.
-Y yo soy Ryuko Tsuchikawa ¡Pero todo me conocen como Pixie-Pop!- Dijo la heroína rubia tomando su lugar.
-¡Y juntos somos The Wild Wild Pussycats!- Gritaron al unísono en su emblemática pose; para Izuku fue lo más genial que había presenciado en toda su vida, abriendo los ojos lleno de emoción y entusiasmo, para la doctora y un poco para la enfermera, era algo ridículo, pero prefirieron no cuestionar la lógica… o sanidad mental de los héroes, al menos habían conseguido hacer a Izuku feliz… por ahora.
-¡Son geniales! ¡No puedo esperar para contarles a todos en el colegio! ¡O a mi mamá!- Gritó con emoción, pero de inmediato Izuku notó que algo no andaba bien, la mera mención de su mama provocó que todos los adultos se pusieran tensos, y un aura lúgubre inundó la habitación, con temor, Izuku hizo la pregunta que todos sabían que iba a llegar –Donde… ¿Dónde está mi mama?-
Por un momento nadie quiso decir nada, se habían preparado mentalmente para esto, pero ponerlo en práctica era algo completamente diferente. Fue entonces de nuevo Madalay quien se puso al frente, era el líder del grupo de héroes y había jurado decirle la verdad a Izuku, aun si fuera difícil.
-Midoriya-san…- Una vez cerca se agachó lo suficiente para estar a la altura del niño, -Quiero que me escuches hasta el final, ¿Sí?- Pidió la heroína, Izuku no estaba seguro que responder, por lo que simplemente asintió con su cabeza, Shino tomó aire antes de comenzar, -Cuando llegamos al lugar donde tú y tu madre se encontraban vimos un gran desastre, una… un meteorito se estrelló frente a donde ustedes viajaban y por poco los aplastó…- Dijo, pero se mordió un poco internamente el labio por la mentira, el mismo gobierno le obligó a decir que no hablara nada sobre la nave espacial, que se acoplara a la cobertura de la roca espacial, esto molestó mucho a la héroe, pues lo ocurrido tenía culpables, una nave no cae así porque si, y el niño o su madre jamás iban a recibir justicia.
Izuku por su parte miraba estupefacto lo que Madalay acababa de decir, ¿Un meteorito? ¿Cómo es posible?
-Mentiras- Oyó de nuevo la voz en su cabeza, pero Izuku apenas se cuestionó ahora porque la oía.
-Cuando nos acercamos notamos como estabas inconsciente y tu madre te abrazaba, ella con toda su fuerza consiguió sacarte del vehículo y llevarte lejos antes de que explotara por el fuego- Madalay le acarició la mejilla para que le mirara a los ojos, -Hizo todo eso para salvarte, pero… no consiguió sobrevivir, lo siento Izuku-kun, pero tu madre falleció…- Dijo con mucho pesar, y se preparó para lo peor.
Izuku estaba inmóvil, con una expresión de desconcierto, pero todo cambió cuando sus ojos se pusieron brillosos, -Po-porque… ¿Porque mientes?- Dijo mientras las lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas, -Lo-los héroes… los héroes… no mienten- El pecho de Izuku comenzaba a doler, -Mi-mi mamá… mi-mi mamá no pu-pu-puede haber mu-muerto… Ella… ella no puede- Las lágrimas y el sollozo hacían más difícil que pudiera hablar, -Ella… ella es… la-la única que me quiere… no-no puede… irse- Izuku comenzó a hipar en un último intento por controlar su llanto.
Madalay sentía una gran pena por el niño, y lo único que pudo hacer es abrazarlo firmemente.
-Lo siento Izuku, realmente lo siento- Dijo con una gran pena mientras sentía las lágrimas humedecer su traje y a Izuku aferrarse a ella con toda la fuerza que sus pequeños brazos tenían.
-N-no… no…- Simplemente no pudo resistirlo más -¡MAMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!- Gritó a todo pulmón y comenzó a llorar sin consolación, su llanto era desgarrador, sintiéndose como se lastimaba su garganta por la fuerza de sus gritos, -¡MAMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!- La enfermera Asui fue la primera en acercarse y unirse a consolar al niño, después le siguieron el resto del equipo de heroínas, mientras la enfermera miraba aun desde su posición con pena, lo mejor que podían hacer era dejar que el niño expresara su dolor.
Izuku siguió llorando y gritando por varios minutos, sus ojos se secaron, su garganta ardía, su pecho dolía, y ni aun así quería dejar de llorar, no podía dejar de hacerlo, porque no había manera de expresar lo mal y desgarrado que se sentía por dentro; por lo que siguió llorando hasta que simplemente se desmayó y durmió.
Habían pasado casi tres días desde que se enteró de la tragedia, Izuku aún estaba triste, e incluso había tenido una crisis cuando volvió a despertar y recordar todo lo sucedido, pero gracias a la ayuda de The Wild Wild Pussycats, los enfermeros incluida la señora Asui y su doctora, había conseguido mantenerse bastante estable, aunque en los momentos que se sentía solo no podía evitar llorar hasta que sus ojos ardían y dolían, y sentía que pronto iba a ser uno de esos momentos.
-Comida…- La extraña voz en su cabeza volvió a hablar; era muy extraño, por un momento creía que estaba enloqueciendo o que el golpe en su cabeza le había dañado el cerebro, al principio pensaba decírselo a su doctora, pero algo lo detenía, era como especie de instinto primario, que le advertía que no debía decirlo o se pondría en peligro, era absurdo, o al menos eso pensaba Izuku al principio, pero no podía evitar sentir pánico cuando tomaba el valor suficiente para intentarlo, al final decidió no decir nada; la voz no es que fuera molesta en realidad, era más bien como si fueran sus pensamientos o al menos cuando su pensamiento estaba relacionado a punto en concreto, en este caso querer comer; desde que estaba en este hospital había tenido más hambre de lo usual, al principio creyó que era por estar tanto tiempo dormido y no comer algo sólido, pero todos los días seguía sintiendo el mismo apetito, incluso llegó a oír a la doctora hablar con la enfermera Asui que posiblemente el aumento en el apetito repentino de Izuku sea por el estrés, aunque debería confirmarlo un psicólogo para estar más seguros –Comida- Volvió a aparecer ese pensamiento.
-De acuerdo…- Dijo Izuku a si mismo mientras sentía que su estómago hacía ruido, afortunadamente dado que estaba bien de salud podía moverse libremente, la única razón por la que le dejaban seguir en el hospital es porque su doctora deseaba que se quedara una semana entera para asegurarse que no hubiese problemas imprevistos, pero hasta ahora los análisis que le hicieron indicaban que era muy sano, y no hubo necesidad de otras pruebas como resonancias, por alguna razón desconocida eso le hacía sentir aliviado, aunque apenas entendía que era una resonancia, -Mmmm… Creo que me llevaré mi cuaderno, podría escribir mientras meriendo algo…- Dijo agarrando la pequeña libreta que le habían regalado, en ella había podido realizar su hobby de análisis de Quirks, aunque apenas había podido empezar dada su inestabilidad emocional, y solo había podido escribir un poco sobre cada uno de los miembros de Wild Wild Pussycats, también había empezado una parte con el de la enfermera Beru Asui, tenía curiosidad si du doctora tendría o no un Quirk, ya que no ha visto que usara o si sería Quirkeless como él.
-Si es Quirkeless… ¿Es feliz?- Se preguntó mientras recorría los pasillos, algo triste, pero por suerte el hambre le distraía lo suficiente, y con suerte podría entretenerse escribiendo hasta la hora del sueño. Caminó hasta una máquina expendedora de dulces, las heroínas fueron muy amables de dejarle dinero para que pudiera comprarse algunos dulces y dijeron que era un regalo así que no debía preocuparse, su doctora al inicio se mostró reacia a dejar que Izuku consumiera dulces, pero al ver que en dos días su salud física era buena, permitió que el niño pudiera comer algunos, pero no muchos; eso le había sacado una sonrisa a Izuku, al menos los héroes si eran buenos con él y le sonreían como All Might, él quería hacer eso también, sonreír a las personas que necesitan su ayuda, salvarles y que se sientan seguras… pero él no era como All Might, ni Kaachan, ni las Wild Wild Pussycats, él era Deku, el inútil, el débil…
-Seremos fuertes- La voz se opuso a los pensamientos tristes de Izuku, lo que hacía al niño preguntarse de nuevo si eran sus pensamientos o estaba enloqueciendo, honestamente estaba algo cansado para averiguarlo, y muy hambriento.
Izuku llegó de inmediato a una de las máquinas, utilizó unos cuantos billetes y compró diez barras de chocolates diferentes, podría ser excesivo pero la verdad es que no sentía que fuera suficiente, cuanto mucho lo dejaba satisfecho, pero mañana volvería a tener más hambre y después del desayuno que le trajera iba a volver que escabullirse y conseguir más dulces.
-No hay muchas personas por aquí, creo que puedo escribir un poco- Dijo sentándose en una de las hileras de sillas que las personas utilizaban para esperar su turno, sería más cómodo escribir en su cuarto, pero quería estar un rato fuera de ahí, simplemente sin la señora Asui o los héroes era muy solitario; acomodándose en su asiento, abrió la libreta y ojeó las páginas, leyendo la sección de Pixie-Pop, su poder sobre control de tierra era asombroso, de las cuatro era quien más poder destructivo tenía, aunque claro, la fuerza no lo es todo, o eso le explicaron, y ahora Izuku intentaba anotas las posibles debilidades que tendría el Quirk de la héroe gatuna rubia, como el hecho de que era obligatorio que estuviera en contacto con la tierra, sin ella no tendría su don, por lo cual no podría operar tan fácilmente en una ciudad.
-¿Pero cuanta superficie necesita? ¿Acaso un metro cuadrado sería suficiente para elevar toda la tierra debajo de una ciudad?- Comenzó a murmurar para sí mismo y mientras ocurría su tic comenzó a abrir una de las barras de chocolate –Y estar en contacto con uno de sus golems, ¿Le permitiría seguir controlando la tierra o solo a su creación?- Anotaba todas las preguntas en una hoja aparte para luego entrevistar a las heroínas cuando vinieran, dado que aún tenían que trabajar de héroes no podían estar todo el tiempo con él, por lo que se turnaban para visitarlo cada día, pero prometieron que el día que saliera iban a venir todos.
-Nos observan- Como un presentimiento la voz habló e Izuku de inmediato se puso alerta, no sabía que fue eso, era como especie de alarma en su cabeza que le advertía de algo ¿Pero de qué? Rápidamente comenzó a girar su cabeza a todos lados buscando algo que le llame la atención, y por un instante creyó ver algo, alguien le estaba observando, tenía el cabello rojo y… ¡¿Era una serpiente gigante?! No podía asegurarlo porque tan rápido como lo vio lo criatura reptil se escondió y pudo oír pequeños pasos corriendo alejándose de él; Izuku había quedado un momento perplejo, por un momento creyó ver un monstruo pero luego recordó que estaba en un hospital, y que en todo caso debía ser alguien cuya peculiaridad le hizo verse así, generando en el niño un sentimiento de culpa por haber prejuzgado tan rápido, y por la altura de la cabeza y los pasos, ¿Era otro niño o niña? A lo mejor había visto a Izuku agarrar muchos dulces y quería uno –Son nuestros…- Era verdad, pero eran suyos porque tenía el dinero que le regalaron los héroes, tal vez ese niño o niña no tenía y por eso no se pudo comprar.
-Debí haberle asustado sin querer…- Dijo en voz baja y miro los dulces, dio un mordisco al que ya había abierto y una idea surgió en su cabeza, tal vez podía compartir y hablar, sería agradable conversar con alguien de tal vez su edad, al menos así no se sentiría tan solo. Tomando los dulces y su libreta de nuevo, caminó por donde había visto el cabello rojo y vió el pasillo con varias habitaciones, caminó entre ellas, mirando un poco en cada una –¿Hola?- Dijo algo dudoso, -¿Estás aquí?- Preguntó mientras recorría más cuartos, y dejando de lado los que estaban o cerrados o con pacientes descansando –Perdón no quise asustarte…- Dijo mirando otro cuarto preguntándose donde estaría, estaba por salir de ese lugar cuando por el rabillo del ojo nota un par de pequeños pies asomarse por debajo de la cortina, -Yo em… puedo ver tus pies…- Dijo y pudo percibir como los pies temblaban junto a la cortina y oía un pequeño chillido, -N-no tienes que tener miedo lo juro, ¿Querías algún dulce?- Dijo sonriendo lo más amigable que podía, aun cuando quien estuviera detrás de la cortina no se movía. Izuku esperó alguna respuesta, pero dada la falta de una comenzó a decepcionarse y pensando en que tal vez no quería hablarle.
-Yo… si quiero- Dijo una débil voz, anulando los temores de Izuku y confirmando que la persona detrás de la cortina era una niña, -Pero… pero no quiero que me veas- Izuku levantó una ceja confundido por la declaración de la chica.
-¿Por qué no?- Preguntó el joven de pelo verdad confundido mientras seguía mirando a la cortina que ocultaba a la niña reptil.
-Mi Quirk… es muy peligroso, si te miro directamente te paralizarás- Dijo aun en tono bajo pero audible, e Izuku pudo entender por qué la niña no quería salir de su escondite, tenía miedo de lastimarlo por accidente; sonrió levemente compadecido por la situación de la niña, si era cierto lo que dijo entonces no podía juntarse con otras personas por mucho tiempo o estar entre multitudes por miedo a producir un accidente. Tal vez lo más lógico sería hacer caso a la advertencia, pero para Izuku no era lo correcto, él debía ayudarla a sentirse mejor bien, como haría un héroe.
-En-entiendo que tengas miedo… pero igual quiero quedarme- Dijo y notó como la cortina tembló, -Quiero ayudarte de alguna manera, sé que el hospital se puede sentir muy solitario… o cuando eres muy diferente- Lo último aunque quería decirlo para sí mismo la niña pudo oírlo, -Así que quiero hacerte compañía y compartir dulces; no es necesario que nos veamos directamente, puedo darte la espalda, sentarme en la silla y podríamos hablar… so-solo si quieres- Dijo intentando ser educado y esperando una respuesta, que tardaba en llegar.
-¿Lo prometes?- Le respondieron, e Izuku no tardó en dar su respuesta.
-¡Por supuesto!- Respondió con entusiasmo, tal vez demasiado, pero no recordaba hacía cuanto no hablaba con alguien de su edad amablemente.
-E-entonces ¿Me avisas cuando te sientes?- Preguntó la niña a lo que Izuku asintió.
-Enseguida lo hago- Fue corriendo hasta la cama de la niña, dejó 5 chocolates para ella, y se quedó con la otra mitad junto con su libreta, agarró la silla y la colocó dándole la espalda a la cama y a la persona que estaba detrás de a cortina, una vez se sentó se sentía algo nervioso pero emocionado, -¡Listo!... D-digo listo, puedes salir…- Controló su emoción para no asustarle; pudo oír como los aros que sostenían a la cortina se deslizaban, que sus pies se acercaban a un paso ligero y el rechinar del colchón cuando la niña se subió.
-Ya-ya subí- Declaró la niña mientras miraba a Izuku desde atrás.
-De acuerdo… dejé algunos chocolates sobre tu cama, aunque no sabía cuales te gustaban, así que si quieres puedo cambiar algunos…- Dijo algo tímido, no solo era su falta de interacción social o su personalidad introvertida lo que le dificultaba mostrar más confianza, también era porque se trataba de una niña, e Izuku era malo hablando con niñas.
-Está bien, la verdad, cu-cuando pueda te los devolveré- Dijo algo nerviosa por recibir tantos dulces para ella; Izuku ante esas palabras sonrió un poco y dijo lo mismo que le dijeron su nuevo grupo de héroes favorito.
-No es necesario, es un regalo…- Dijo sin duda y amabilidad en su voz y una confianza que no sabía que tenía; la niña por su parte puso una gran expresión de sorpresa.
-Pe-pero, ¿Por-por qué? Son muchos…- Dijo no queriendo abusar de la amabilidad del niño.
-Porque quiero ayudarte y que seas feliz- Respondió con la misma confianza, pero al momento de pensar en sus palabras su rostros e volvió rojo por un fuerte sonrojo, -¡Qui-quiero decir! ¡Que-que quiero anímate pa-para que no estés triste!- Decía agitando sus manos adelante y manteniéndose de espaldas, manteniendo la promesa de no mirar a la chica para no activar su Quirk; ante el repentino nerviosismo del niño la chica no pudo hacer otra cosa que reír divertida por la pequeña bola de nervios verde y que si bien Izuku no podía verla, ella si pudo ver como se había sonrojado como un tomate y le pareció muy tierno.
-Entiendo… Gracias emm…- Agradeció la niña pero sin poder completar la frase pues no sabía el nombre del niño.
Sintiendo un deja vu al recordar su misma situación con la enfermera Asui, Izuku sonrió, y calmó un poco sus nervios.
-Mi-Midoriya, me llamo Izuku Midoriya- Dijo controlando el temblor de su voz; sin embargo, la expresión de la niña reptil cambió de repente y sin saberlo para el pequeño peliverde.
-¿Midoriya? Eres… ¡Eres el niño de la noticia!- Dijo con emoción, provocando que Izuku se confundiera.
-¿Qué… que noticia?- Preguntó con cierto temor, ahora se dio cuenta, no tenía información del exterior.
-La noticia del accidente, ¡Eres el niño que sobrevivió a la caída de un meteorito!- Dijo la niña emocionada, pues haber conocido a alguien que sobreviviera a algo así debía ser imposible, por un momento sentía que era la chica con buena suerte. Sin embargo para Izuku era imposible compartir esa emoción, si, él sobrevivió… pero su madre…
-…- Izuku no dijo nada, y la niña pudo notarlo de inmediato, el niño Midoriya había pasado del nerviosismo tierno al silencio sepulcral, al intentar acercarse un poco pudo ver lo que parecían lágrimas caer por su mejillas, ¡Estaba llorando!, la chica no entendía por qué el repentino cambio, ¿Fue algo que dijo? Pero si solo mencionó la increíble suerte de sobrevivir…
-Espera… las noticias dijeron que su madre… oh no- Se maldijo a si misma por su gran boca idiota, ¡Su mama había muerto y ella insensiblemente se lo recordó! Por cosas así no tenía amigos, por ser torpe en todo, hasta en ser amable, -¡Perdón! ¡Soy muy tonta! ¡No quise…! No quise lastimarte…- Dijo muy arrepentid por su error, apretando las sábanas de la cama.
Izuku por su parte casi volteó para verla a los ojos, pero recordó que ella no podía controlar su Quirk, y que podría asustarla por dañarlo sin querer, por lo que se limpió la nariz son la manga de su ropa y se secó las lágrimas, luchando por no seguir llorando.
-Es-está… está bien, enserio, no es tu culpa- Dijo intentando sonar de nuevo amable y que la niña no se sintiera mal con lo que sucedió; aun así no tuvo respuesta y un incómodo silencio se formó entre ellos, Izuku no quería que esto terminara así, por lo que comenzó a pensar en algo que rompiera la tensión, -… Y… ¿Cuál es tu nombre?- Preguntó al fin, pues no quería seguir pensando en ella como la niña o la chica; al inicio no hubo respuesta, pero no tardó en oírla hablar.
-Habuko… Mongoose…- Respondió en un tono bajo, pero era suficiente para Izuku, sonriendo.
-Me alegra conocerte Mongoose-san- Dijo Izuku con menos tristeza y sonriendo de verdad, aunque nuevamente un silencio se formó entre ellos, intentó pensar en algo que decir, algo de qué hablar, algo de… Su estómago hizo un fuerte gruñido, recordando que tenía hambre, -Per-perdón- Dijo un poco sonrojado y rascándose la nuca; Habuko por su parte no pudo reprimir su risa por el repentino ruido.
-Está bien, supongo que por eso compraste tantos dulces…- Dijo en un tono más amable y confiado, volviendo a mirar los chocolates en su cama y abriendo uno, -Gracias de nuevo por el regalo, Midoriya-kun- Dijo dando un mordisco y disfrutando del sabor; Izuku solo sonrió y se limitó a hacer lo mismo, disfrutando del dulce y complaciendo a su estómago y la voz en su cabeza. Mientras comían, cada uno tenía ciertas dudas, por su parte Izuku como nerds de los Quirks quería preguntarle a Habuko sobre su Don, y porqué tenía tanto miedo, también cuál era su héroe favorito y si quería convertirse en uno; mientras que Habuko le intrigaba como es que Izuku pudo sobrevivir al accidente, las noticias no habían dado mucha información y desde que fue ingresada en el hospital no tenía información nueva, sin embargo no iba a volver a cometer el mismo error, por lo que pensó en otra cosa y fue ahí cuando se percató de la libreta de Izuku, -¿Que escribes Midoriya-Kun?- Preguntó intentando leer alguna de las palabras, la más destacada era Quirk.
-Es-es mi análisis de Héroes y Qu-quirks- Dijo algo nervioso, no se esperaba esa pregunta, además que era la primera vez que alguien se interesaba en su hobby, -Me… me gustan los héroes y todos los tipos de habilidades que existen, yo… entonces escribo de ellos, los analizo, veo sus puntos fuertes y débiles, su potencial y que otras cosas podrían realizar y en que situaciones son más útiles- Dijo intentando resumir lo mejor posible su trabajo, levantó la libreta para que ella pudiera verlo un poco mejor.
-¿Quieres ser un héroe Izuku?- Preguntó curiosa por la nueva perspectiva que tenía del niño.
-¡S-si! ¡Quiero ser como All Might!- Dijo casi girando su cabeza para ver a Habuko, conversar así era complicado.
-Quieres ser fuerte y vencer a los malos- Dijo la niña reptil pensando que era a lo que se refería Midoriya, aunque no tenía amigos si oía a los demás hablar, todos los niños decían lo mismo.
-N-no, no es por eso…- Dijo aunque controlando su emoción y gritos, esas palabras hicieron que Mongoose ladeara la cabeza, -Quiero salvar a las personas, protegerlas y sonreírles para hacerles saber que todo estará bien, y poder darles un mejor futuro, quiero hacer del mundo un lugar mejor donde nadie tenga que sufrir solo…- Mencionó mirando la pared, y apretando el puño debajo de la silla, esas palabras sorprendieron de verdad Habuko, pues sonaban reales, eran reales, y le llegaron a su ser, pero Izuku no había terminado, -Pero… no creo poder, por mucho que quiera, es un sueño estúpido, después de todo soy un Quirkeless… soy un inútil…- Dijo con mucha tristeza pero sin lágrimas esta vez, sus compañeros tenían razón, él jamás podría ser un héroe, él era un Deku.
Por su lado Habuko miró estupefacta a Izuku, pues jamás había oído de alguien Quirkeless, sabía qué hacía años era normal que las personas no tuvieran un don, pero eso era en la época en la que sus abuelos eran más jóvenes, o tal vez sus padres, pero hoy en día casi todos poseen un Quirk… menos Izuku.
-… Yo…- Mongoose dudó un momento en sus palabras, insegura de que decir luego de su primer error, pero no quería ver a Izuku triste, pero tampoco quería mentir, era mala en eso, la verdad es que si, sin Quirk no sabía cómo iba a poder convertirse en héroe, era muy peligroso… pero pensó en lo que dijo Izuku, en su visión de héroe, y encontró las palabras de aliento que necesitaba, -Yo… no creo que sea un sueño estúpido o inútil, tal vez no puedas ser tan fuerte como All Migth, pero no lo necesitas, creo que por ti mismo puedes ser el héroe que ayude a las personas y las haga sentir bien- Dijo mirando a Izuku desde atrás de nuevo.
-Lo… ¿Lo dices enserio?- Preguntó Izuku con duda.
-Si… lo digo enserio- Respondió sin vacilar, atenta a la reacción de su compañero; cuando comenzó a ver caer una lágrima por su mejilla entró en pánico, creía que había vuelto arruinar todo otra vez, pero antes de poder pedir perdón Izuku habló.
-Gracias…- Dijo y volteó, tenía los ojos cerrados para no activar la peculiaridad de Habuko, pero tenía una sonrisa grande y sincera, la niña reptil ahora lo entendía, eran lágrimas de felicidad, y no pudo más que sonreír a su compañero
-De-de nada…- Dijo y volvió el silencio entre ellos, cada uno abrió otra barra de chocolate y comió un poco, perdiéndose en sus propios pensamientos, pero a su manera sintiéndose mejor que cuando empezaron a hablar; aunque no quería que la conversación terminara de esa manera, al menos Izuku quería saber más de Habuko, podía tal vez ser su primer amiga.
-Mongoose-san… y a ti, ¿Te gustaría ser héroe?- Preguntó mientras daba el último mordisco a su dulce y esperaba la respuesta; la niña por su parte se sorprendió por esa pregunta, pero respondió lo más sincera que pudo
-Yo… yo no lo sé, me gustaría, pero mi peculiaridad es malvada…- Dijo triste, sintiéndose decepcionada por su propia naturaleza.
-¡No digas eso!- La voz de Izuku sacó de su lamento a la joven, -Un héroe no se define por su peculiaridad, ¡sino por sus acciones! Y yo creo que tu serías una gran heroína, Mongoose-san- Dijo el peliverde confiadamente, aunque no podían verse las caras, Habuko sabía que no mentía.
-Pero… aun así no puedo controlarla, simplemente no puedo ayudar si paralizo a las personas inocentes…- Dijo aun insegura de sí misma; Izuku por su parte se llevó la mano a la barbilla y comenzó a murmurar, Habuko se sentía confundida pues apenas si llegaba a entender algo entre las palabras de otro niño, -¿Izuku…?-
-¡Ah! Per-perdona, es una costumbre, cuando pienso mucho comienzo a murmurar sin parar…-Dijo frotando su mano en la nuca, -Pero, creo que puedo ayudarte…- Dijo, haciendo que la niña serpiente abra los ojos de sorpresa, para ver como Izuku comenzara a escribir en una hoja nueva el nombre de ella, -¿Cómo se llama tu Quirk?- Preguntó el peliverde sin despegar la vista de la libreta.
-Pa-paralyzation…- Dijo algo dudosa de lo que planeaba el chico; Izuku anotó de inmediato pero con letra cuidadosa y legible.
-¿Podrías darme una idea más completa de lo que hace? Además de paralizar a quien miras, por ejemplo ¿Cuánto dura la paralización? ¿Cómo se activa? ¿Cuál es su alcance? ¿Cuáles son sus efectos? ¿Siempre fue así desde que se activó tu Quirk?- La voz de Izuku a pesar de ser infantil era bastante profesional, lo que desconcertaba un poco a la joven pero decidió responder las preguntas.
-Emmm… Bu-bueno… Mi don me permite paralizar a las personas durante 3 segundos exactos, siempre que me miren a los ojos y supongo que el alcance es hasta donde pueda ver, tengo entendido que la paralización es muscular pero se siguen estando despiertos- Habuko miraba como Izuku anotaba como una máquina toda la información, subrayando incluso algunas partes que parecía considerar importantes.
-¿Y siempre fue así?- Dijo Izuku al momento de terminar y recordándole la última pregunta no respondida; Mongoose tragó saliva, recordando cómo ha sido su experiencia todo este tiempo.
-No… no siempre, al menos cuando se activó no paralizaba por accidente, pero a medida que pasó el tiempo se me ha hecho difícil controlarlo y ahora simplemente paralizo a quien mire sin poder evitarlo… es por eso que no tengo amigos, ¿Quién quisiera ser amiga de alguien tan traicionera y desagradable?- Sentía que iba a llorar al recordar todo los problemas que le causó su Quirk, de por si su apariencia le había hecho difícil relacionarse, no merecía tener amigos, debía estar siempre s…-
-¡No es verdad! ¡No eres ni traicionera ni desagradable! ¡Eres una buena persona que necesita ayuda!- Oír alzar la voz a Izuku la asustó y la confundió, no esperaba esa reacción, -Así que no hables así de ti Mongoose-chan, porque eres todo lo contrario, y yo quiero ayudarte a superarlo- Dijo sonriendo y moviendo su cara un poco para que la vea, aunque no directamente, -¿Confías en mí?-
-¿Eh…?- Le última pregunta la dejó desconcertada, aunque ya lo estaba desde antes por la actitud de Izuku cuando ella empezó a decir cosas malas de sí misma, honestamente ella creía que era así, pero a él no le gustaba eso y quería demostrarle lo contrario, ahora ante esa pregunta nueva tragó saliva y asintió, -Si Midoriya-kun, confío en ti…- Dijo, si bien hacía menos de una hora se conocían, nadie salvo su propia familia demostró tanto apoyo.
-Gracias Mongoose-chan- Dijo Izuku, ahora la niña se percató del honorifico nuevo y se sintió apenada, -Sé que lo que voy a decir puede asustarte un poco, pero quiero que me mires a los ojos- Dijo, y Habuko pasó de estar apenada a asustada.
-¡Pe-pero puedo hacerte daño!- No entendía que es lo que buscaba conseguir el niño con eso, solo iba a asustarlo como a todos los demás.
-No, no lo harás, tu misma dijiste que solo paralizas por tres segundos, pero no lastimas, pero también dijiste que antes podías controlarlo, quiero ayudarte para saber qué es lo que cambió; tal vez no podamos solucionarlo en el tiempo que estemos aquí, pero creo que vale la pena intentar con tal de ver si conseguimos algo- La voz de Izuku sonaba segura, muy distinta a esa bola de nervios tierna de antes; Habuko si bien aún tenía dudas, no encontró fallas en la lógica del muchacho, después de todo era cierto que no le haría daño, solo esperaba que no se asustara de ella al sentir lo que era ser completamente paralizado.
-Bu-bueno… pe-pero al menos su-sube a la ca-cama por si te caes…- Dijo y volteó la cabeza para no mirarlo aún, puede que la parálisis no cause daño pero un golpe en la cabeza sí; Izuku no discutió y tranquilamente subió hasta el otro extremo de la cama, una vez se sentó con las piernas cruzadas miró a la chica que aún no volteaba la cabeza, pero Izuku al fin pudo saber cómo se veía su compañera, tenía cuerpo humano pero su cabeza era de reptil parecido a una serpiente, y un cabello rojo y desordenado, pero corto.
-¡Listo! ¡Puedes mirarme!- Dijo entusiasmado por ver de primera mano el Quirk en acción, Habuko por su parte no estaba muy convencida, seguía temiendo lo que pudiera pasar, pero también había dado su palabra y no quería romper su promesa, así que dando un fuerte suspiro giró lentamente hasta ver cara a cara a Izuku, directamente a sus ojos de color esmeralda. Lo primero que Izuku vio fueron los ojos amarillos y las pupilas fragmentadas como las de los gatos, lo segundo que vio fue un fuerte destello que lo cegó, lo último que vio fue la sábana blanca en su cara.
-¡MI-MIDORIYA!- Gritó al ver que el niño sufrió el efecto de su Quirk -¡Lo lamento sabía que no tenía que hacerlo!- Estaba aterrada, la única persona que era amable con ella por voluntad y le paralizó, ahora cuando pudiera moverse iba a gritar y huir, diciendo que era un monstruo.
-Eso… ¡Fue genial!- Exclamó con entusiasmo aun recostado pero empezando a moverse, algo torpe por sentir su cuerpo entumecido, -¡No tuve tiempo a reaccionar! Es asombroso lo rápido que actúa y es verdad que pude estar consiente todo el momento, pero mi cuerpo no respondía ¡Tu Quirk es increíble! Déjame anotar esto- El entusiasmo de Izuku dejó en shock a la niña reptil, simplemente no podía creerlo, nunca nadie reaccionaría así a su don, y mucho menos diría que es bueno, simplemente su mente dejó de funcionar.
-… ¿Enserio… crees que es bueno?- Preguntó con temor de haber imaginado todo, Izuku ante la pregunta dejó sus notas y sonrió.
-Claro que lo digo enserio, jamás te mentiría- Izuku volvió a mirarla con su sonrisa, sorprendiendo a Habuko, ambos se quedaron así un buen rato… hasta que un destello desde los ojos de la niña apareció e Izuku volvió a quedar paralizado con la cara sobre la sábana.
-¡Pe-perdón!- Dijo de nuevo preocupada por el efecto de su habilidad, mirando al niño de pelo verde babear hasta recobrar el control de su cuerpo.
-No te preocupes, estoy bien, aunque acabo de notar algo interesante- Dijo limpiándose la baba de la cara.
-¿Eh? ¿Qué cosa Midoriya-kun?- Preguntó intrigada
-Esta vez tu Quirk no se activó al instante, estuvimos un buen rato cara a cara hasta que pareció el destello, ¿Qué cambió? ¿Acaso hay un tiempo entre destello y destello? ¿O un tiempo antes que la misma persona sea afectada por la paralización? ¿Tal vez una leve inmunidad por el uso repetitivo?- Izuku otra vez había comenzado a murmurar otra vez, pero Habuko decidió no interrumpirlo, porque lo que llegó a oír le sorprendió, era verdad, no lo había paralizado al instante, y no recordaba que eso sucediera antes, al menos no desde que perdió el control de su don, ya que rara vez miraba a las personas y nunca dos veces después de la primera parálisis, la idea de que tal vez si podía controlarlo le dio esperanzas, y si Izuku había dicho la verdad, entonces iba a ayudarla.
-¡Izuku Midoriya! ¿Dónde estás?- Una voz sonó fuera del cuarto y ambos niños se giraron para ver la puerta, Izuku de inmediato reconoció la voz como uno de los enfermeros.
-¡Estoy aquí!- Gritó llamando la atención del empleado, y se oyeron pasos ligeros del hombre, cuando estuvo a punto de abrirse la puerta, Habuko giró su cabeza de inmediato para no paralizar a alguien más.
-¿Midoriya-chan? ¿Qué haces en la habitación Mongoose-chan?- Preguntó un enfermero joven, no más de 20 años.
-Nos conocimos y vine a hablar con ella, y trato de ayudarla- Dijo con una sonrisa feliz, la niña por su parte sintió que si no fuera por su cabeza de reptil se vería sonrojada; el enfermero miró al dúo con duda, al principio estaba preocupado pues sabía de la delicada situación de cada uno, pero al ver la escena se veía bastante normal, por lo que prefirió no darle vueltas al asunto por ahora.
-Entiendo Midoriya-chan, pero necesito que vuelvas a tu cuarto, hay dos personas que necesitan hablar contigo y la señorita Tsuchikawa vino también- Dijo abriendo más la puerta y esperando a que Izuku le acompañara; Izuku realmente quería estar más tiempo con su tal vez nueva amiga, pero no quería desobedecer al enfermero, además de que le intrigaba quienes habrían venido además de la heroína.
-Está bien…- Dijo y volteó para ver a Habuko -Ya me tengo que ir ¡Pero prometo que mañana volveré a ayudarte!- Dijo con una amplia sonrisa que mostraba sus dientes, a lo que la niña sonrió también aunque no pudiera verlo directamente.
-De acuerdo, gracias Midoriya-kun- Dijo bajo pero audible; Izuku se puso de pie y corrió hasta estar al lado del enfermero, dándole la mano para ir a su habitación.
-…- Habuko quedó sola en su cuarto nuevamente, había disfrutado el tiempo que estuvo junto a Izuku, y le habría encantado que durara más, pero él había prometido que mañana volverían a verse, y hasta hora no rompió ninguna de sus promesas, -¿Eh?- Sus ojos voltearon a donde Izuku había estar sentado y de inmediato percibió que él se había olvidado su libreta y los chocolates que no se comió; la verdad le había mentido a Izuku cuando dijo que quería los dulces, en realidad la razón por la que lo siguió fue por curiosidad, estaba sola, triste y aburrida en su cuarto, y no había nada que le gustara en la televisión, hasta que ve pasar por el pasillo a un niño de su edad con un cuaderno y dinero, eso fue suficiente para que su curiosidad la empujara a espiarlo, después de todo sabía que mientras no le viera a los ojos no iba a paralizarle, a medida que lo siguió vio la enorme cantidad de chocolates que compró y como fue hasta unas sillas solo para escribir, posiblemente sonara a acoso, posiblemente era acoso, pero tenía mucha curiosidad por el niño de cabello verdes y quería ver más, aunque sin saber cómo, tal vez fue muy obvia, el niño se percató de que alguien le espiaba y ella de inmediato huyó a esconderse a su cuarto, se puso la mano en el pecho agitada por ser descubierta, y esperaba que todo hubiera terminado ahí, pero cuando oyó la voz del niño hablar entró en pánico, y en lugar de fingir estar dormida como hubiese sido más lógico, se escondió detrás de las cortinas, y ya se sabe cómo terminó eso, -Jejeje…- Se rio de su propia torpeza, pero por primera vez se había alegrado de todos sus defectos, pues si no hubiese sido por su curiosidad, su manía de ver desde lo lejos o su incapacidad de pensar bien las cosas, no habría conocido a Izuku. Habuko entonces vio sus propios chocolates, solo se había dos en todo este tiempo, y realmente tenía ganas de comer otro, pero resistió la tentación, prefería esperar hasta mañana y volver a compartirlos con Izuku, por ahora ella solo iba a guardar todo lo que le pertenecía al niño y esperar que tal vez, puedan ser amigos.
Izuku caminó junto al enfermero por el pasillo que antes recorrió, se dio cuenta tarde de que se había olvidado todo en el cuarto de Mongoose-chan, pero no le importaba realmente, mañana volvería a verla y si ella se comía todos los chocolates no era tampoco problema, esperaba que eso le alegrara.
Cuando voltearon por el pasillo pudo ver de inmediato a dos mujeres rubias y un señor con sombrero, al hombre no lo reconocía, pero a las mujeres si, una era la heroína Pixie-Bob pero sin su traje de súper héroe, vistiendo más casual y la otra…
-¡Izuku!- Gritó la segunda mujer rubia y corrió a abrazar al niño
-¡Tía Mitzuki! ¡Ryuko-chan!- Gritó Izuku y soltó la mano del enfermero para ir y abrazar a la madre de Kaachan; cuando se abrazaron de inmediato Mitzuki levantó al niño y lo abrazó con fuerza y cariño, desde que se enteró de la tragedia de su mejor amiga se había deprimido mucho y todo lo que quería era saber dónde y cómo estaba el niño que consideraba familia, ahora que lo tenía en sus brazos no quería dejarlo ir, -Tía… no puedo… respirar…- Dijo mientras era asfixiado en el pecho de la madura mujer, en cualquier otra circunstancias se pondría rojo, pero la falta de aire dificultaba la circulación-
-Oh perdona Izuku, pero realmente te extrañé- Dijo liberándolo del mortal abrazo pero sin dejar de cargarlo; una vez que el niño recupero el aire, miro a la mujer a los ojos y sonrió.
-Está bien tía, me hace muy feliz verte- Dijo mirándola sonriente, pero en eso se dio cuenta de la tristeza oculta en los ojos de la madre de Katsuki y recordó porque estaban aquí, estaba aquí porque él había perdido a su mama, estaba solo, eso hizo que su sonrisa desapareciera y esto no pasó desapercibido para la mujer, por lo que volvió a abrazarlo fuerte, acurrucando la cabeza y cabellos verdes contra su cuello.
-Lo siento tanto cariño, realmente lo siento- Susurró con tristeza, Izuku no respondió, solo se abrazaron intentando encontrar consuelo; estuvieron un momento así, ninguno de los demás presentes quiso entrometerse, era algo muy personal y debían respetarlo. No hubo palabras hasta que el niño abrió los ojos y desde su posición vio a la heroína de pelo rubio y al extraño señor que acompañaba, aunque quería seguir abrazándola tenía curiosidad de que estaba pasando, -Tía, Ryuko-chan, ¿Quién es él?- Preguntó cortando el silencio del ambiente y todos de inmediato prestaron atención al niño, el hombre que hasta ahora no había hablado se sacó el sombrero y le sonrió amablemente al niño, acercándose un poco.
-Permíteme presentarme joven Midoriya, soy el detective Naomasa Tsukauchi de la prefectura de Shizouka- Dijo presentándose al niño, Izuku por su parte estaba confundido pues no sabía por qué el detective estaba aquí.
-¿Ocurrió un robo señor?- Preguntó el niño inocente, notó el cambio, leve pero notable de su expresion, siendo más triste y serio, pero sin intentar de abandonar la sonrisa.
-No joven Midoriya, no es eso, en realidad quiero hablar contigo, tengo algunas preguntas sobre el… incidente, y necesitaba saber si podrías ayudarme… y también hablarte sobre tu futuro…- Dijo y sintió la mirada de las dos mujeres sobre el oficial de la ley, algo en esa última frase no le gustó.
-Bueno señor…- Dijo respetuosamente pero con dudas ante la extraña reunión; el enfermero se despidió, diciendo que lo llamaran por cualquier motivo, y los tres adultos junto con Izuku aun en brazos de Mitzuki entraron a la habitación. Una vez todos adentro Izuku se sentó en su cama junto a Mitzuki, el detective y Ryuko se quedaron parados al frente, mirando al niño.
-¿Me darías permiso para sentarme, joven Midoriya?- Preguntó cortésmente, Izuku no entendió por qué le pedía permiso, era su cuarto temporal antes de poder volver a su casa.
-S-si señor…- Dijo y el detective fue por una silla para sentarse frente a Izuku, pero manteniendo la distancia respetable de él y de Mitzuki, el niño simplemente miraba al hombre.
-Gracias joven Midoriya, lamento si toda esta situación es muy repentina e incómoda, pero necesito hacer unas preguntas sobre el día del accidente…- Izuku oyó al detective hablar, pero se enfocó más en el agarre de su tía Mitzuki, era extraño, como si intentara protegerlo, -Verás Izuku, tenemos sospechas de que tú y tu madre no estuvieron solos en el incidente, y me gustaría hablar contigo por si sabías algo…- Dijo el hombre en tono sereno pero serio
-Mentiras- La voz habló luego de tanto tiempo callada, pero, ¿A qué se refería con mentiras? Izuku no sabía, había algo raro, y todo empezaba con el hecho de donde era el detective.
-Señor detective, ¿Puedo hacerle una pregunta primero?- Preguntó pero con algo de temor, sujetando la ropa de su tía con su pequeña mano, Mitzuki al sentir el agarre aflojó el suyo sobre el niño pero lo acercó más a ella.
-Desde luego joven Midoriya, ¿Qué quieres preguntar?- Dijo sin dejar de sonar amable, y algo curioso de que quería preguntarle.
-¿Por qué un detective de Shizouka vino hasta Aichi? ¿No habría sido más sencillo que un detective de esta ciudad hiciera las preguntas?- La pregunta del niño sorprendió a todos, pero más que a nadie al detective.
-Es un niño muy perceptivo- Internamente sonrió, le recordaba a si mismo de joven, -Es verdad joven Midoriya, es algo extraño que tenga que haber venido hasta aquí, pero hay un buen motivo, verás mi Quirk se llama polígrafo y me permite saber si alguien miente o dice la verdad, y no, antes de que lo preguntes no creo que me mientas, pero la policía quería que me asegurara si realmente no recuerdas nada o tu memoria está confusa, solo queremos estar seguros de que no había nadie más-
-Apesta a mentiras, asqueroso saco de carne- De acuerdo, que la voz diga que el detective mentía era una cosa, pero que lo llamara saco de carne era realmente aterrador, por suerte el detective no leía sus pensamientos, y malinterpretó el temblor de Izuku como miedo a haber hecho algo malo.
-Izuku-kun- Pixie-Bob habló luego de un buen rato de silencio, ni siquiera había podido saludar por el reencuentro del niño y la amiga de la familia Midoriya, -Todo estará bien, estamos aquí- Dijo, con voz calma y dulce, Izuku la miró por unos segundos, luego levantó la cabeza para ver a su tía quien aún lo abrazaba y le sonrió de la misma manera; finalmente miró al señor detective y calmó sus nervios.
-Está bien señor, intentaré recordar…- Dijo intentando mantener la mirada fija ante el hombre frente a él, el detective asintió y sacó una grabadora de su bolsillo y la puso sobre la mesa de noche, encendiéndola.
-De acuerdo, este es el detective Naomasa Tsukauchi, entrevistando a Izuku Midoriya de 6 años de edad, en el hospital general de la prefectura de Aichi, acerca del incidente ocurrido en la carretera cercana a prefectura de Ehime- Naomasa dio una fuerte suspiro y miró a Izuku, no quería sonar serio frente al niño y ponerlo más nervioso, -Buenas noches Izuku, ¿Estás listo para empezar con la entrevista?- Preguntó mirando directamente al niño mientras sacaba una libreta y mantenía el bolígrafo sobre la hoja; Izuku lo miró confundido un momento, pero entendió que necesitaba su confirmación para la grabación.
-Si… si señor…- Dijo algo incómodo por ser grabado.
-Verdad- Naomasa anotó en la libreta y procedió con la preguntas, -Izuku Midoriya, que hacías antes de que ocurriera el impacto con el asteroide- Naomasa sentía una acidez fuerte en su vientre, odiaba ser quien dijera mentiras, odiaba estar mintiendo a un niño en algo así.
-Yo… yo estaba viajando con mi mamá en el auto, la verdad me había dormido la mayor parte del viaje, me desperté porque me sentía incómodo…- Dijo mirando al suelo, recordando a su madre mirando la carretera mientras conducía, recordando sus ojos, su cabello verde, su sonrisa cuando le habló, -Hablamos un poco con mi mami cuando empezó a llover mucho, habría truenos y se puso bastante oscuro, luego comencé a tener sueño de nuevo, y mami dijo que siguiera descansando… que me despertaría cuando llegáramos…- Su voz se volvió más débil en la última parte, cada noche deseaba que su madre lo despertara del auto, pero sabía que no iba a pasar.
-Verdad- El detective anotó en su hoja, -¿Entonces no viste cuando impactó el meteorito?- Preguntó mirando al niño, esta era una de las partes que más le importaba al gobierno.
-Mentiras- Izuku ignoró la voz, no estaba de ánimos ahora.
-No señor, lo último que recuerdo fue despertar en el hospital…-
-Verdad- Naomasa se sintió en parte aliviado, el que Izuku no haya visto lo que había pasado en realidad iba a librarlo de problemas, no creía que le pasara nada realmente grave, pero que el gobierno estuviera siempre atento a si el niño algún día quería decir lo que pasó en realidad habría sido una pesadilla para su vida, -Entiendo joven Midoriya- aun así tenía que cerciorarse, -Sin embargo, ¿Recuerda algo antes de despertar del hospital?-
-Inko…- Tanto la voz como Izuku pensaron en su madre, en lo último que recordaban, en su mente solo estaba la imagen de la mujer conduciendo y sonriendo, un recuerdo al que Izuku se aferraba con desesperación, pero había algo que le inquietaba, era el sueño que tuvo, ese sueño que ahora era confuso y solo lo formaban fragmentos, había algo que lo asustaba, pero debía recordar más, debía recordar a su madre, debía recordar…
-… mi mamá… mi mamá…- Los ojos de Izuku empezaron a llenarse de lágrimas, y su sollozo le dificultaba hablar, los tres adultos empezaron a preocuparse por el repentino cambio del niño, -Mi mamá… dijo adiós…- Izuku no podía hablar más, no quería romper en llanto pero era difícil, le dolía mucho.
-Verdad- Los adultos por su parte quedaron sin palabras, y los tres sentían un peso de plomo en el pecho, para ellos, lo que Izuku acababa de decir es que escucho a su madre despedirse antes de fallecer, sus últimas palabras; era algo que ninguno sabía y algo que volvía aún más trágico la ya traumática experiencia. Antes de que Naomasa pudiera pedir disculpas, una mano se posó sobre su hombro con firmeza y fuerza, al levantar la vista vio a la Heroína con ojos serios y poco amigables.
-Creo que ya es suficiente- Dijo la mujer rubia más joven, Naomasa entendía que el "Creo" era una formalidad, pues estaba claro que no era una sugerencia, era una orden.
-Entiendo…- El detective mantuvo la compostura pero se le hacía difícil mantener su voz calma y no tartamudear ante la mirada asesina de ambas damas, apagó la grabación y guardó sus cosas, dio una última mirada al niño que era ayudado por Mitzuki, secando sus lágrimas y limpiándole la nariz con un pañuelo, -Lamento su perdida…- Dijo con sinceridad y se dispuso a irse de hospital
Sin embargo Izuku cuando vio de nuevo al detective una duda surgió en su mente, le había dicho que tenía que hablar sobre su futuro, pensar en eso le hizo sentir miedo de nuevo.
-Señor detective…- La voz débil de Izuku llegó a ser escucha da por el hombre, quien se detuvo en la puerta y volteó a mirarlo, -… Usted dijo que… Tenía que hablar de mi futuro- Izuku vio como la mirada del señor Naomasa pasó de la sorpresa a la culpa, lo que le preocupó aún más, -¿Que va… que va a pasar conmigo?- La pregunta volvió a generar tensión en todo el cuarto, más de la que ya había
-Él miente…- No iba a discutir con la voz en su mente, para ser sincero era cierto, sentía que los adultos le estaban ocultando cosas, había algo que no cuadraba, pero no sabía bien que, y la verdad, estaba cansado de las mentiras, quería una respuesta honesta
-No me mienta, por favor…- Dijo Izuku estando de acuerdo por primera vez con la voz y mirando fijamente al detective, el adulto volvió a sorprenderse, sin duda el niño era muy perceptivo de su realidad, lo mínimo que podía hacer por él era confesarle que sería de su vida.
-Joven Izuku…- Respiró hondo, necesitaba ser lo más sincero posible, -Dado que aun tienes padre pero no podemos ponernos en contacto con él, serás enviado a un orfanato en la prefectura de Saitama, donde se especializan en jóvenes con casos especiales…- Izuku no comprendía a que se refería con ser especial, hasta que recordó su problema, él era especial en no tener nada especial en ser un Quirkeless.
Izuku no dijo nada más, solo agachó la cabeza, la verdad no sabía que pensar, había perdido a su mamá, se iba a ir a una ciudad desconocida e iba a estar completamente solo; el miedo comenzó a apoderarse de él, temblando de a poco hasta que sintió el firme abrazo de Mitzuki, al mirar a su tía, Izuku vio la mirada de furia pura que le dirigía al detective, incluso notando lágrimas acumulándose al intentar retener la ira.
Sin más que decir, sin saber que decir, el detective volvió a despedirse y salir del cuarto, Mitzuki por su parte aflojó el agarre sobre Izuku y miró a la otra mujer rubia.
-Tsuchikawa-san, ¿Podrías cuidar de Izuku? Necesito salir un momento- Dijo la madre de Katsuki, intentando sonar lo más calmada posible.
-Desde luego Bakugo-san, aquí le esperamos- Dijo la heroína con una débil sonrisa y acercándose a Izuku y sentarse al lado de él; el niño por su parte siguió con la mirada a su tía, ella le miró también y le dio una leve sonrisa.
-Enseguida vuelvo Izuku- Habló antes de salir detrás del detective y dejar a ambos solos.
Izuku guardó silencio, simplemente no tenía palabras, pensaba en lo que iba a venir, en donde iba a ir, en lo solo que iba a estar; su madre había fallecido, no tenía un padre, tampoco podría vivir con los Bakugo, simplemente no tenía nada… ni a nadie.
-Izuku…- La voz de Ryuko le sacó de su trance, pero sus ojos aun reflejaban el miedo, -Sé que estás asustado, pero estamos aquí para ti, no estarás solo- Su voz volvía a sonar suave y calmada, y su mirada era muy dulce, Izuku quería creerle, pero no podía, volvió a agachar su cabeza.
-Me van a enviar lejos… y voy a estar solo…- Dijo el niño de cabellos verdes adolorido, -Mamá no está, no me dejan ir con los tíos, y ustedes no me podrían cuidar, porque tienen que estar salvando a las personas, y ellas son más importantes que yo…- De repente Izuku fue sostenido con fuerza y miró los ojos de Ryuko, ahora estaban enojados.
-¡No vuelvas a decir eso! ¡No vamos a abandonarte y eres muy importante!- El tono que usó la heroína asustó bastante a Izuku, pero decidió no discutir contra ella, más bien estaba aturdido por el cambio tan brusco; al ver el desconcierto del niño Ryuko calmó su tono, pero mantuvo la firmeza en su voz y su mirada seria, -Izuku, puede que no podamos evitar que tengas que ir a Saitama, pero juramos que no vamos a dejarte solo, yo y los demás realmente nos preocupamos por ti y haremos todo lo posible para que estés bien- Las palabras sonaban sinceras, pero Izuku aún tenía dudas.
-Pero… ¿Y su trabajo de héroes? Necesitan salvar a las personas…- Dijo sin comprender que podrían hacer cuando se lo llevaran lejos; Ryuko mantivo la mirada sobre el niño, hasta que decidió mover su cartera y abrirla, revisando un poco sacó una caja rectangular pequeña y se la dio a Izuku.
-Sabemos que no podremos estar contigo, pero eso no significa que no podamos estar en contacto- Ryuko miró a Izuku y le entregó la caja, Izuku por un momento no comprendió que tenía que hacer, hasta que al ver la sonrisa de la mujer rubia entendió que debía abrir el regalo, al hacerlo vio que era un teléfono celular, -Todos concordamos que deberíamos darte algo para que puedas estar en contacto, ya tiene almacenado nuestros números para que nos escribas o nos llames, y decirnos cómo te sientes- La heroína le acarició el cabello a Izuku, -También tiene el número de los Bakugo, cuando nos conocimos junto al detective él ya nos había explicado la situación- Prefirió omitir la parte del enojo de Mitsuki, -Y también quieren mantener el contacto contigo, sin importar que suceda quieren que estés bien- Ryuko dejó de acariciar la cabeza de Izuku para poder verle a los ojos directamente, -Izuku, no importa lo que suceda, no importa donde estés; si te sientes solo y con miedo vamos a ir a verte, lo prometemos- Las palabras sonaron tan firmes como la mirada, Izuku simplemente no podía dar una respuesta, ni lo necesitó, se aferró a Pixie-Bob con fuerza, mientras volvía a llorar; la mujer solo sonrió levemente y correspondió el abrazo con fuerza.
Ryuko sabía que en su trabajo como héroes iba a encontrarse con situaciones similares, varias veces vio a hombre y mujeres que después de ser rescatados tenían que afrontar la realidad de lo que perdieron; hacía apenas dos años que eran héroes profesionales y formaron su grupo, eran muy novatos en lo que respectaba a experiencia, y aun así Izuku las veía como las mejores en su campo; sin embargo aquí estaba, el pobre niño terminó en sus vidas más de lo que debería, como héroes tenían que mantener la distancia, sabían que no debían dejarse afectar por las tragedias o no podrían continuar con su carrera profesional, y sin embargo la idea de que todo el niño afrontara todo solo, simplemente no podían hacerlo y seguir llamándose héroes.
Naomasa sabía que algo así podría suceder cuando conoció a Mitzuki, por lo que en el momento que ella lo alcanzó fuera del hospital se preparó para la bofetada, lo que no esperaba era la fuerza que poseía la mujer, hizo que perdiera el equilibrio y casi caiga, de no ser por su entrenamiento policial podría haberlo hecho, sin embargo no está enojado, de hecho parte de él sentía que lo merecía por ser insensible al momento de interrogar a un niño huérfano.
-Señora Bakugo, comprendo su enojo pero debe entender…- No pudo llegar a hablar cuando la señora lo interrumpió.
-¡Me importa una mierda lo que digas! ¡Izuku debería venir conmigo y mi esposo! ¡No a un orfanato en otra parte del país!- Gritó con odio, por suerte no estaban dentro del edificio o habrían causado un escándalo mayor, -¡¿Es que no lo entienden?! ¡El infeliz de su padre no vendrá!- La rabia seguía creciendo dentro de la mujer, sentía que lo que le harían a Izuku era una injusticia.
-…- Naomasa mantenía su expresión seria, después de todo era un detective, pero no podía más que aceptar la verdad que le decía la amiga de la familia Midoriya, era una injusticia, -Lo se señora Bakugo, y créame, también me gustaría que las cosas fueran diferentes…- Su mirada se suavizó y dejó salir un suspiro por su frustración, -Odio admitirlo pero simplemente no puedo hacer nada, el sistema es muy injusto, el juzgado de menores y la ley dicen que antes de dejar ir a Izuku Midoriya a un hogar o darle la posibilidad de ser adoptado debemos contactar con sus parientes sanguíneos más cercanos, y dado que su padre aún vive no tenemos alternativa que ver si podemos ponernos en contacto; por otro lado dada la condición Quirkeless del joven Midoriya, el juez considera que es muy riesgoso dejarlo en cualquier orfanato, por lo que será enviado a uno especializado y reconocido por su seguridad… pues temen que su debilidad pueda dañarlo… de nuevo- La voz del detective era amarga por tener que recordar toda esa información, pero su mirada fue severa con la última frase. Mitzuki ardía en rabia, por un instante pensó en volver a protestar en contra, pero al oír al detective hablar su expresión pasó a ser pálida, era cierto, hacía unos meses que su hijo Katsuki había dañado severamente a Izuku hasta mandarlo al hospital y ser sometido a un injerto de piel, las cicatrices y el miedo que todos sintieron aún perduran; pero aun así, alejarlo aún más de todos era cruel…
-Fue… un accidente… son solo niños…- Dijo sin poder levantar la mirada y apretando los puños; Naomasa volvió a su mirada seria, aunque no había trabajado en el caso recordaba el incidente y pudo hacer sido más que un simple accidente, pero no quería juzgar y castigar moralmente a la mujer, no tenía sentido.
-Lo se señora, pero mis manos están atadas, con suerte el juez en algún momento permitirá una revisión de la situación del joven Midoriya y podría tener una audiencia para que revisen su caso…- Dijo pero la verdad desconocía cuanto tiempo tomaría, si algo odiaba del sistema, es que todo parecía muy lento para los civiles.
-… Comprendo…- Dijo derrotada, sabía que venir hasta aquí no iba a cambiar nada, pero no podía evitar su frustración, simplemente no era correcto; el detective dio una última mirada a Mitzuki, no tenían nada más que discutir, no podían.
-Con su permiso me retiro señora Bakugo- Dijo colocándose el sombrero –Y pido perdón por haber herido al joven Midoriya, espero que pueda reponerse y salir adelante…-Declaró con sinceridad y prosiguió a irse a su vehículo, una vez ahí miró como la mujer volvía al hospital con tristeza, mientras él miraba la grabadora; tuvo la mala idea de reproducirla y oír la entrevista.
-"Mi mamá… dijo adiós…"- La voz de Izuku sonaba realmente desgarradora, odiaba eso, odiaba todo en lo que el gobierno le había obligado a involucrarse, pero simplemente no sabía cómo negarse sin perder su puesto; cuando le dijeron la verdad sobre el incidente, de que había sido una nave americana y que lo requerían a él para interrogar al niño, pues no había sido un accidente como tal, aparentemente había sido saboteado por algún villano y se esperaba saber si el niño recordaba algo, lo que sea.
-Esto es una mierda…- Dejó salir el detective, ahora que estaba solo podía quitar su máscara seria, simplemente nada de esto tenía sentido, ni siquiera le habían dado detalles o información clara, todo era demasiado extraño y sabía que algo le ocultaban, no pudo usar su Quirk dado que no funcionaba en llamadas pero su instinto no mentía, algo extraño pasó y decidieron ocultarlo sobre capas y capas de mentiras, -Bastardos…- Dijo encendiendo el auto, pero antes de conducir miró de nuevo la grabadora, simplemente odiaba como hizo sufrir al niño, este interrogatorio jamás debió ocurrir; tal vez estaba siendo impulso, y no pensaba objetivamente, pero le pareció correcto simplemente borrar toda la grabación, no iba a dejar pruebas de lo que el niño dijo, su instinto también le advertía que algo malo podría pasarle a Izuku si dejaba saber que había estado levemente consiente para oír a su madre despedirse, después de todo, ¿Hasta dónde serían capaces de llegar para mantener todo en orden? No es que creyera que iban a hacerle daño, pero supuso que podrían presionarlo para intentar conseguir más información, algo aparte, y no iba a dejar que le hicieran eso, por lo que daba igual si recibía una audiencia por no grabar un interrogatorio, podría manejarlo y salir bien parado, y más importante, dejaría al niño poder tener una vida tranquila.
Los días luego de conocer al detective Naomasa habían pasado y hoy era su último día en el hospital, al inicio Izuku se sentía triste por el recuerdo de su madre y sus palabras, pero por suerte Ryuko y Mitzuki estuvieron a su lado para animarlo, su tía incluso había venido todos los días para hacerle compañía y que no se sintiera solo y le prometió que cuando salieran podrían darle un velorio a su madre como corresponde para despedirse de ella, a Izuku le entristecía la idea de estar en el velorio, pero no quería perder la última vez que estaría cerca de su madre y decirle adiós, aún si dolía, debía ser un buen hijo; por suerte gracias a su nueva amiga la tristeza no era tan prominente, siempre se reunían cuando terminaban con los análisis de la niña reptil; y era lo que más esperaba Izuku, realmente quería ayudarla, todos los días estuvieron llevando a cabo "Experimentos" los cuales eran básicamente cuanto tardaba Izuku en quedar paralizado y babear la cama, aunque el resultado siempre era el mismo, habían conseguido avances, al parecer había un tiempo mínimo de 5 segundos entre parálisis, a su vez el efecto solo ocurría si Habuko miraba directamente a las personas a los dos ojos, por lo que si uno se mantenía de lado o cerraba uno de sus ojos podían evitar una parálisis… aunque claro, ha habido accidentes, más que nada por la torpeza de ambos niños, pero por suerte todo terminaba bien y con risas… luego de que Izuku pudiera moverse y gesticular.
-¡Mira! ¡Están pasando una de las primeras peleas All Migth!- Dijo Izuku mirando la televisión desde la cama, Habuko también miró la tele pero sus pensamientos estaban enfocados en otros asuntos.
El mismo día que conoció a Izuku y se quedó leyendo su diario, oyó ruidos de alguien corriendo, y notó a una mujer rubia ir a toda prisa siguiendo a un hombre con sombrero, al inicio no le dio importancia, pero cuando minutos después escucho un fuerte sonido fuera de su cuarto no pudo evitar mirar por la ventana, notando en el piso de abajo a la misma mujer y al mismo hombre discutir, al parecer el ruido había sido una bofetada de la mujer al hombre, pensó que tal vez eran una pareja discutiendo, pero lo que se dijeron no era lo que esperaba, hablaron de Izuku, de que ahora al ser huérfano tenía que irse a un orfanato lejano, ya que no tenía Quirk y no podía quedarse con la mujer rubia porque Izuku si tenía un papá aun, pero a su papá no podía ser encontrado; honestamente la niña no entendía nada, ¿Por qué tenían que ser tan complicados los adultos? ¿No era mejor que Izuku se quedara con esa mujer que parecía quererlo de verdad? ¿Qué le pasaría a Izuku cuando se fuera? Esas y más preguntas rodeaban la mente de Habuko por momentos, pues realmente se preocupaba por el niño que mostró interés en ayudarla; quería hacer lo mismo por él, buscar la manera de que no se sintiera solo cuando se vaya, pero sabía que no podía, simplemente no había forma de que pudiera evitar que se fuera, era solo una niña y todo lo que podía hacer era acompañar al niño de pelo verde en su último día juntos en el hospital.
-¿Sucede algo Mongoose-shan?- Preguntó Izuku dejando de mirar un poco la televisión, Habuko cerró los ojos antes de voltear a mirar a Izuku para sonreírle.
-No, no es nada Midoriya-kun, solo pensaba en una cosa- Respondió bajo pero audible, sonriéndole levemente, antes de girar su cabeza y volver a mirar la televisión; aunque Izuku sentía curiosidad que es pensamiento hizo que su compañera se sintiera triste, no quería incomodarla al hacerle recordar, por lo que guardó silencio y juntos miraron la televisión.
Aunque en realidad Izuku no estaba tan concentrado en lo que decían de su héroe favorito, en su mente seguía buscando soluciones y respuestas a la situación de Habuko, apenas quedaban unas horas antes de que se fuera y no estaba seguro si volvería a verla, aunque sentía que hicieron un progreso con su Quirk aún no era capaz de controlarlo, y no quería pensar que jamás podría, ella le dijo que no siempre fue así, algo debió pasar que descontroló su don, pero no tenía respuestas, ese debería ser un trabajo que le tocaría a los doctores averiguar.
-Midoriya-kun, otra vez estas murmurando…- Habló Habuko sin dejar de mirar la pantalla, pero solo para no paralizar al niño.
-¡Ah! Perdona, lo hice sin querer- Se rio muy avergonzado, pero Habuko no se ofendió, al contrario se había acostumbrado rápido al tic del peliverde y lo encontraba muy tierno
-No te preocupes- Además que oír que murmuraba sobre ayudarle le hacía sentir alagada; pero aun había algo de tristeza al recordar que hoy era el último día, su primer amigo y solo duró cuatro días.
-Por cierto- La voz de Izuku interrumpió su lamento, -Hay algo que quería darte- Dijo Izuku y revisó entre las notas de su cuaderno para sacar un papel plegado, con una amplia sonrisa se lo entregó a Habuko.
-¿Eh?- La niña ladeó confundida ante el papel, y con su natural curiosidad abrió la hoja, notando un número de teléfono y debajo el nombre Izuku Midoriya, -¿Qué es esto Midoriya-kun?- En realidad sabía que era, pero se sentía confundida
-Es el número del teléfono celular que me regalaron las Wild Wild Pussycats- Respondió alegre, -Quiero que lo tengas para que podamos llamarnos algún día- Terminó de responder Izuku con su característica sonrisa amable; Habuko por su parte quedó aún más confundida.
-Pero… pero yo no tengo teléfono propio, no sé si podré llamarte pronto o no…- Dijo con voz débil, no quería darle falsas esperanzas a Izuku.
-Eso no importa, quiero que lo tengas, aun si no podemos hablar mucho- Izuku no mostraba duda o vacilación en su voz y lleno de confianza, -Puede que hoy sea mi último día, pero realmente me alegró conocerte Mongoose-chan, y quiero seguir siendo tu amigo- Esas últimas palabras sorprendieron realmente a Habuko.
-¿En-enserio lo di-dices? ¿Re-realmente quiere que seamos amigos? Aun cuando… ¿Tal vez no volvamos a vernos?- El miedo y la vacilación en la voz de la niña reptil era notable, no creía que realmente Izuku dijera eso, le parecía imposible que alguien pudiera mantener una amistad desde tan lejos y con tan poca comunicación.
-¡Claro que sí! ¡No importa que tan lejos me vaya o cuantos años pasen, Mongoose-chan siempre va a ser mi amiga!- La respuesta definitiva de Izuku le llegó al corazón a Habuko, -Además, cuando estuve triste y solo me acompañaste y ayudaste, ¡Y me hizo muy feliz! ¡Para mi Mongoose-chan es mi héroe!- Izuku la miró con una amplia sonrisa, y la honesta respuesta de Izuku hizo que lo mirara con sorpresa genuina, sintiendo su corazón latir rápido.
-Soy… ¿Su héroe?- Se preguntó la niña no apartando sus ojos de los de Izuku, ella no creía haber hecho nada especial, se habían conocido sin querer, pero aun así Izuku le llamó héroe, -Pero entonces, Izuku es mi héroe también- Dijo sonriendo, el niño de pelo verde había venido a ella por voluntad propia y sin buscar nada más que ayudarla, Habuko se sintió feliz de que alguien no le tuviera miedo o considerara desagradable, y cumpliendo su promesa de visitarla todos los días, a este punto sentía que quería llorar de felicidad, pero conocía lo suficiente a Izuku para saber que si lloraba un poco se iba a preocupar al niño nervioso, así que lo contuvo, disfrutando del silencio agradable que se formó –Gracias…- Dijo suave pero llegando a ser audible. Siguieron mirándose felices un rato más, hasta que Izuku rompe su sonrisa y levanta y mira sus manos, confundiendo a Habuko, -¿Sucede algo?- Preguntó la niña para luego ver que Izuku la miraba de nuevo con sorpresa.
-Yo… no me paralicé…- La respuesta devolvió a la realidad a ambos niños, -Hace varios segundos que nos estamos mirándonos directamente y… no sucedió nada…- Si Izuku estaba sorprendido, Habuko estaba en shock, no entendía que estaba pasando, pero de repente su peculiaridad no se activó, lentamente una amplia sonrisa se formó en Izuku, -¡No se activó! ¡Puedes controlar tu peculiaridad!- Exclamó levantando los brazos en celebración.
-¿Es… estas seguro? ¿Cómo se si no es algo más? ¿Y si perdí mi peculiaridad?- Habuko tenía dudas y miedo de sí misma, no era el hecho de perder su peculiaridad lo que le aterraba, era que sabía que si no tenía, entonces los demás niños la rechazarían más de lo que ya lo hacían, Izuku ante esta inquietud se puso en su modo pensativo y murmurante, afortunadamente no hubo necesidad de despertarlo, pues rápidamente chasqueó los dedos y miró confiado a Habuko.
-Ya lo sé, Mongoose-chan mírame- Dijo manteniendo la mirada mutuamente, la niña dejo sus temores de lado para saber que planeaba su primer amigo, -Quiero que intentes paralizarme, intenta pensar en tu Quirk, en lo que sientes cuando se activa y sale el destello- Dijo Izuku confiado y sin apartar la vista, la madurez del niño contrastaba con su edad y su cara de bebé, Habuko se sentía algo nerviosa pero no discutió, confiaba plenamente en Izuku; mantuvo la mirada en él y trató de recordar lo que sentía cuando su don se activaba, la luz proveniente de sus ojos, el calor que le producía, y el picor cálido que ocurría cuand... De repente la luz salió de sus ojos e Izuku quedó paralizado recostado sobre la cama.
-¡Mi-Midoriya-Kun! ¿Estás bien?- Preguntó la niña por el repentino destello que salió, pero al cabo de tres segundos Izuku volvió a moverse.
-Si estoy bien, no te preocupes Mongoose-chan- Dijo levantándose y limpiando la baba que caía, mantuvo su mirada apartada y habló de nuevo, -De acuerdo, ahora cuando pase el tiempo que tenemos entre parálisis quiero que volvamos a mirarnos, pero esta vez no pienses en lo que acabas de pensar, simplemente mirémonos- Dijo mientras movía y estiraba sus brazos como su acabara de despertar; la joven niña asintió y tragó saliva, suspirando y tratando de no pensar en eso… aunque mientras más trataba de no pensar más se acordaba.
-Dame… un minuto- Pidió cerrando los ojos, era difícil, no quería arruinarlo, quería realmente poder controlar el don y conseguir que Izuku cumpliera su promesa de ayudarla… pensar de hecho en el niño la tranquilizó, con su sonrisa confiada y su corazón puro, aun cuando él estaba viviendo una vida más dura y trágica, se dispuso a estar a su lado y apoyarla, por lo que ella quería que al menos una vez, las cosas salieran bien para ambos, -… Estoy lista- Dijo de manera suave y abrió los ojos; Izuku asintió y volteó mirándola de frente, sus ojos se cruzaron y… No ocurrió nada, -No… no se activa… mi Quirk no se activa- Su sorpresa solo era eclipsada por la creciente felicidad de su amigo.
-¡No lo hace! ¡Mongoose-chan puedes controlarlo! ¡Puedes controlar tu Quirk!- Gritó Izuku dando un brinco y quedando de pie en la cama.
-¡Puedo controlarlo! ¡Puedo controlarlo!- Gritó ahora ella igualando la emoción de Izuku y poniendo de pie también y dando brincos sobre su cama, -¡Pude controlar mi Quirk!- Le tomó de las manos a Izuku y comenzaron a saltar juntos.
-¡Si lo hiciste! ¡Lo lograste!- Gritó, y sin dejar de saltar sobre la cama comenzaron a dar vueltas en círculos tomados de ambas manos, -¡Lo hiciste!-
-Lo hicieron- La voz en su cabeza habló, rara vez participaba en las reuniones con Habuko, pero no le molestó, le agradó que también estuviera de acuerdo.
No muy lejos del cuarto donde los dos niños celebraban, estaba Beru Asui estaba completando unas planillas, dado que Izuku tenía previsto irse hoy solicitó un cambio de horario solo para poder estar y despedirse del niño adecuadamente, sabía que cuando se fuera no volvería a verlo, en parte le alegraba, pero también le entristecía por lo mucho que se había encariñado con el joven, solo esperaba que la vida fuera más amable cuando estuviera en el orfanato
-¡Lo hiciste!- El grito de Izuku se oyó claro hasta la recepción, llamando la atención de la enfermera, ladeando la cabeza dejó de escribir y caminó hasta el cuarto de Habuko Mongoose, esa niña había ayudado mucho a que Izuku no se sintiera deprimido, fue algo que le alivió el corazón, aunque le preocupaba las constantes parálisis que sufría; sin embargo, cuando llegó a la puerta la imagen de albos niños saltando sobre la cama, agarrados de las manos y girando mientras brincan le dejó completamente anonadada.
-¿Midoriya-kun, Mongoose-san? ¿Qué sucede?- Preguntó la enfermera ante la inesperada felicidad de los niños, cuando los pequeños oyeron la voz dejaronde saltar y se soltaron las manos para ver a la enfermera, el primero en hablar fue Izuku.
-¡Asui-san! ¡Lo logramos! ¡Mongoose-chan puede controlar su Quirk!- Gritó desde la cama mirando con un brillo de emoción en sus ojos a la enfermera, la mujer parpadeó confundida, -¡Mire! ¡Mongoose-chan mírame sin paralizarme!- Dijo el niño volteando de nuevo hacia su amiga.
-¡Claro!- Dijo la chica reptil con un entusiasmo que rara vez salía de ella; ambos niños se miraron directamente, y no ocurrió nada, luego volvieron a mirar a la enfermera con la sonrisa aun en sus rostros; Asui estaba más que sorprendida y más fue su sorpresa al mirar directamente ella misma a la niña y no ser paralizada.
-Yo… no lo puedo creer… voy a buscar a la doctora Rin, ya vuelvo- Dijo Beru saliendo del cuarto y dejando a los niños, que volvieron a mirarse con la felicidad aun en sus caras y ganas de mostrarle sus logros a los adultos.
Habían pasado alrededor de diez minutos hasta que la doctora Rin y la enfermera Asui al fin llegaron, la doctora no podía creer que en efecto el Quirk de la niña Mongoose no le afectaba a Izuku ni a ninguno de ellos, y más fue el hecho que le mostraron que seguía activo, pero ahora podía elegir paralizar a voluntad, claro que el que lo probó fue Izuku y sobre la cama de hospital.
-Increíble, los análisis no resultaban concluyentes…- Dijo la doctora mientras estaba sentada frente a Habuko mirando sus ojos, midiendo sus reflejos y tomando su pulso, -¿Podrían explicarme que sucedió antes de que la enfermera llegara?- Preguntó aun consternada por el extraño logro de dos niños; ante la pregunta ambos niños se miraron pensando en que debían responder.
-Pues… la verdad no estoy seguro de que ocurrió, estábamos viendo la televisión sobre una de las peleas de All Might- Dijo Izuku intentando recordar, sabía que All Might era asombroso, pero dudaba que una repetición hubiera influido; por su parte Habuko pensó en la tristeza por la partida de Izuku, y como él después le prometió que iban a seguir siendo amigos no importa donde fuera o el tiempo que pasara.
-Yo… estaba algo triste porque Midoriya-kun se iba a ir, pero entonces él me dio su número… y me dijo que íbamos a ser siempre amigos- Respondió Mongoose mirando hacia abajo apenada, los adultos miraron con sorpresa las palabras de la niña, pero de inmediato la enfermera sonrió enternecida por las palabras, por su parte Izuku al oír eso se sonrojó y miró hacia el otro lado, no lo esperaba y no sabía que decir, pero le hizo feliz saber que había ayudado a su amiga a no sentirse triste, aún sin saberlo.
Mientras guardaban silencio la doctora analizaba las palabras de la niña, habían teorizado que el posible motivo del descontrol del Quirk era psicológico y no biológico, y con las pocas palabras que dijo casi no tenía dudas, volvió a mirar a ambos niños, el hecho de que se hayan conocido por motivos trágicos no era algo de que alegrarse, pero al menos pudieron apoyarse mutuamente, no es que fueran a sanar las heridas mágicamente, pero era un inicio para un futuro más próspero para ambos; antes de hablar la doctora Rin sonrió levemente.
-Bueno sin duda hicieron un trabajo excepcional niños, los felicito- Dijo mientras se ponía de pie y ambos niños miraban a la médico, -Mañana haremos unas pruebas solo para estar seguros joven Mongoose, pero creo que realmente ya tiene control sobre su propio don- Las palabras hicieron sonreír de nuevo a los niños, -Pero eso será mañana, por ahora disfruten el tiempo que queda- Dijo y aunque eso les devolvió a la realidad que era el último día, no desanimó a Izuku.
-Claro doctora Rin, ¡Vamos Mongoose-chan! ¡Compremos unos dulces!- Dijo el niño entusiasmado y poniéndose de pie, la niña miró a su amigo y sonrió igual de entusiasta, no dejaría que la tristeza ganara otra vez.
-¡Sí!- Se puso de pie y corrieron por el pasillo.
-¡No corran!- Gritó la doctora cuando vio irse a los niños.
-¡Lo sentimos!- Gritaron desde fuera del cuarto, aunque ambas mujeres dudaban que hicieran caso.
-Eres muy cariñosa con los niños Rin-san- Dijo Asui mirando a la otra mujer, la cual rodó los ojos.
-También tengo un hijo de su edad, así que estoy acostumbrada a que sean tan hiperactivos- Dijo mientras dejaba la silla y caminaba a la puerta, después de todo tenía trabajo que hacer, la enfermera por su parte hizo lo mismo, no podría acompañar al niño al velorio pero quería estar presente antes de la partida de Midoriya.
En la corta vida de Katsuki Bakugo, aprendió varias cosas, la primera fue que su don era el mejor, todos se lo decían y le recordaban siempre que iba a ser un gran héroe, él mismo se puso de meta superar al mismísimo All Might, la segunda era que existía la gente sin dones, Quirkeless, y que su mejor amigo era uno de ellos, al inicio Katsuki se sorprendió y no podía creerlo, se suponía que ambos iban a ser grandes héroes, pero ya no era posible, o eso decía el niño rubio, por el contrario Izuku seguía repitiendo que quería ser igual que All Might, y eso provocaba la ira de Katzuki, para el pequeño Bakugo lo que su antiguo amigo quería decir era que cualquiera podía ser héroe, y si cualquiera puede entonces nadie es especial, ni siquiera el mismo Bakugo con su poderoso don y eso terminó provocándolo y enojándolo mas, aunque no estaba seguro de porqué se enfurecía tanto, al punto de golpear a Izuku, como tampoco estaba seguro como casi siempre conseguía que nadie lo detuviera o hasta le felicitaran, excepto ese día en el que molestando a alguien más y dándole unos golpes Izuku simplemente se puso en medio, si bien eso ya lo había hecho enojar, el que el niño de pelo verde lo acusara de villano hizo que su sangre ardiera, Katzuki se enojó más que nunca ese día, al punto que su rabia lo cegó y comenzó a atacar a Izuku; cuando al fin recobró los sentidos, se dio cuenta de su error y de inmediato entró en pánico, huyendo junto a sus demás amigos y abandonando a Izuku.
-…- Katzuki apretó el puño de la rabia, sabía que eso estuvo mal, no solo por golpearlo con su don, sino por abandonarlo, se supone que iba a ser un héroe, no un cobarde… o un villano, y sin embargo, lo abandonó; las consecuencias después de ese día no tardaron en llegar, fue castigado y regañado como nunca antes por su familia, sobre todo su madre, y lo peor de todo fue la mirada de decepción de la tía Inko, cada vez que recordaba esa mirada le dolía, pese a que no eran familia realmente la quería y perder su confianza provocó aún más rechazo sobre Izuku, si no lo hubiese llamado villano jamás le habría golpeado, sino fuera un Quirkeless no lo molestaría, sino fuera un Deku y admitiera que solo alguien con un don fuerte puede ser héroe entonces dejaría de enojarse con él por menospreciarle.
Y sin embargo, aquí estaba, frente al ataúd de su tía Inko, pues lo tercero que aprendió es que los que amas pueden irse para siempre cuando menos lo esperas. Katsuki había tenido la peor semana de su vida, todo empezó con un increíble aburrimiento, sus amigos no podían jugar, algunos se fueron de vacaciones y otros simplemente estaban ocupado con algo que a Katsuki no le importaba, el único con el que podría jugar era Deku, pero ya no eran amigos, aun cuando el niño de pelo verde seguía llamándolo Kaachan, luego también se fue de vacaciones con la tía Inko, por lo que ya no había nadie con quien entretenerse, así que decidió practicar con su Quirk en el patio de su casa para cuando fuera un héroe; al cabo de un par de días, cuando volvió a casa del parque vio que su mamá estaba llorando desconsoladamente, la imagen de alguien como su madre llorando fue nueva para el pequeño rubio, era una mujer fuerte y ruda, por lo que se preguntó que pudo hacerla llorar así, cuando sus padres notaron la presencia de su hijo su mamá de inmediato fue a abrazarlo con fuerza, normalmente Katsuki le gritaría que lo suelte y que es una bruja o vieja, pero aún seguía fuera de si por la imagen nueva de su madre, mientras ella seguía llorando sobre su hijo su padre lo miró con gran pena, y arrodillándose a la altura de su hijo le reveló la verdad, los Midoriya habían sufrido un grave accidente, Inko murió e Izuku estaba en el hospital, esa noche Katsuki no pudo dormir.
-Tía Inko…- El niño puso su mano con cuidado sobre el ataúd, ya había llorado en secreto muchas veces, por lo que hoy podía aparentar ser fuerte cuando hay tantas personas cerca, sin embargo la tristeza en sus ojos era obvia, pero no eran nada comparados con los de Izuku; Katsuki no quería ir a ver a Deku al hospital cuando su mamá fue en auto, no podía, no sabía que decir o hacer y se negaba a llorar frente a él y tenía miedo de que cuando lo viera no pudiera reconocerlo por sus heridas, sin embargo Deku estaba bien, o al menos eso parecía, no tenía heridas visibles y según lo que entendió la tía Inko había dado su vida por salvarlo, eso hizo enojar momentáneamente a Katzuki, como siempre Deku era débil y necesitaba ser salvado y una parte de él quería gritarle que era su culpa que Inko estuviera muerta, que por ser tan inútil ella murió… pero no podía, el solo haberlo pensado le dolió, sentía que su pecho era apuñalado, porque al mirarle a los ojos pudo ver la tristeza y falta de vida del niño. Solo una vez sus ojos se cruzaron, fue cuando llegaron y al fin pudo ver a su antiguo amigo, pero en esa mirada no hubo nada, solo tristeza, Izuku miró al suelo, y Bakugo se alejó, toda vía no estaba listo para enfrentarse y pedir perdón.
Por su parte Izuku permaneció casi todo el tiempo sentado, cuando estaba en el hospital sabía que este día llegaría, debía estar en el funeral de su madre, era lo correcto, pero esto solo le recordaba lo perdido; muchas personas habían venido, la mayoría eran amigos, vecinos o compañeros de trabajo de su madre y que realmente Izuku no los conocía bien, todos se acercaban al niño y le daban sus condolencias por su perdida, pero nada de eso podía consolarlo realmente.
Las únicas personas que le importaba y agradecía que le acompañaran era el grupo de héroes Wild Wild Pussycats, quienes estaban de ropa formal para el velorio, una parte de Izuku se sorprendió al ver que nadie le reconocía, pero asumió que era solo por estar sin sus disfraces heroicos; por otro lado estaba la familia Bakugo, a quienes también quería mucho, aun después de lo ocurrido con su pelea contra Kaachan, quien después de tanto tiempo pudo volver a ver, pero no hablaron, parte de él tenía miedo de lo que el rubio podría pensar y si seguía odiándolo.
El único momento en el que Izuku estuvo de pie fue al momento de llegar, donde miró la foto de su madre sobre el ataúd sellado, era una imagen de ella más joven, con una linda sonrisa y mirada amigable; parte de Izuku deseaba ver a su madre en el ataúd, no quería despedirse así, darle un suave beso en la frente y decirle adiós, pero por otro lado le aterraba el aspecto que podría tener su madre luego del accidente, nunca le dijeron como había muerto o como había quedado, pero una parte de él sabía que si abría el ataúd vería una imagen muy diferente a la mujer de la foto, y es por eso que no hizo nada, prefería quedar con el recuerdo de su madre alegre y amorosa que recordaba, si la veía ahora, seguro lo que vería le perseguiría toda la vida.
-Izuku-chan…- La voz de la heroína de pelo verde llamó su atención, Ragdoll intentaba mantener una sonrisa para el niño, -Ya es hora…- Dijo e Izuku entendía a qué se refería, tomándola de la mano se puso de pie, y vio como varias personas se acercaron al ataúd y lo levantaban, era momento de enterrar a su madre.
El viaje al cementerio fue lento, Izuku viajo con el grupo de héroes, por un momento pensó que podría ir con los Bakugo pero el tener que estar tan cerca de Kaachan le ponía nervioso, así que prefirió seguir con los cuatro adultos heroicos, al llegar al cementerio siguió por detrás a los que llevaban los restos de su madre, en todo el trayecto sintió la mano de Ragdoll sobre su hombro, a medida que su madre era enterrada el monje decía unas oraciones, pero Izuku no las escuchó, solo miraba como lentamente su madre descendía en la tumba y era enterrada, al final cuando todo terminó, los adultos comenzaron a dispersarse, quedando solo con los héroes y los Bakugo, Mitzuki y Masaru se acercaron y dieron a Izuku un último abrazo, mientras lo hacían el peliverde miró Katzuki parado a la distancia, sus ojos volvieron a encontrarse por segunda vez en el día, la pena era notable en ambos, pero ninguno se sentía listo para hablar, no aún.
La reunión duro poco, el grupo de héroes se comprometió en esta con Izuku hasta el final, luego del entierro lo acompañaron a donde era su casa en el complejo de departamentos, al entrar varios recuerdos inundaron la mente de Izuku, todos ellos de un pasado que jamás volverá, un par de lágrimas cayeron por su mejillas, pero resistió las ganas de llorar, no tenía caso hacerlo, prefirió enfocarse en guardar las cosas más importantes y que debía llevarse, debido a su pequeño tamaño la ropa fue sencilla de empacar, tenía muchos juguetes y la mayoría del héroe número uno, pero no podía guardarlos todos, así que eligió los que más le gustaban; por otro lado estaban sus libros y cuadernos de análisis de héroes, no quería abandonar su trabajo, para él era lo más cercano que tenía a poder cumplir su sueño de héroe, aun sin peculiaridad, por lo que los guardó todos, terminando con dos valijas y una mochila escolar en su pequeña espalda, cuando terminó Tiger le ayudó a llevar su equipaje hasta el vehículo, mientras daba una última mirada a su cuarto giró su cabeza en dirección a donde estaba la habitación de su madre, caminó hasta la puerta y miró dentro, todo estaba impecable, tal cual su madre lo dejó, la tía Mitsuki había prometido cuidar la casa, después de todo todavía era su hogar, pero no podía vivir solo, así que no tenía más opción que dejarla atrás hasta que un día pudiera volver a habitarla
-… Adiós… mama- Susurró con pesar antes de cerrar la puerta.
Izuku se encontraba viajando en otro auto, hacía horas dejó atrás a los héroes que le rescataron, solo pudieron acompañarlo hasta llegar a la estación de tren donde una persona desconocida relacionada a cuidados infantiles le esperaba para llevarlo hasta el orfanato, despidiéndose de ellos con lágrimas y prometiendo que les llamaría cuando llegara; la persona que manejaba era un hombre alto, pelo negro y algo enmarañado, mayor de 40 años, de apellido Tokage, no parecía ser una mala persona pero no era muy hablador que digamos, no es que fuera amargado, más bien parecía que al igual que Izuku era de una personalidad introvertida, y la mayor parte de lo que habló era si necesitaba algo o si estaba bien; solo una vez Izuku mencionó tener hambre
Hacía unos minutos habían llegado a la ciudad donde empezaría a vivir, en el recorrido se puso a ver el paisaje, la mayor parte del tiempo no se diferenciaba de su ciudad natal, pero llegó a distinguir algunos lugares que le intrigaban, al momento de estar en el corazón de la ciudad se preguntó qué tan alto eran los edificios y si habría alguna zona donde podría ver toda la ciudad desde el aire como All Might; sin embargo el lugar que más le llamó la atención era el lugar donde iba a vivir ahora. El complejo era grande, con un gran letrero que decía "Orfanato de la prefectura de Saitama" la verdad Izuku esperaba algún nombre o eslogan, pero al menos el lugar se veía bien cuidado; al inicio temía que fuera un lugar tétrico lleno de personas malas, pero los héroes le recordaron que no era una cárcel juvenil, era un lugar donde otros niños como él vivían, y aunque era un hecho triste, le dio una esperanza a Izuku de tal vez conseguir un nuevo amigo, después de todo lo había logrado con Habuko.
-Llegamos Midoriya, déjame ir a por tus pertenencias- Declaró el conductor mientras ayudaba a Izuku bajar e iban por el equipaje, una vez fuera del auto miró de nuevo el edificio, notando que tenía dos pisos que de extendían a lo largo de la cuadra, lo que hacía que Izuku se pregunte qué tan grande era el orfanato, -Listo, yo llevaré tus cosas, vamos a conocer a la directora, y no te preocupes, es una buena mujer, algo estricta pero no es mala- Dijo el hombre con una leve sonrisa, Izuku no respondió, solo asintió y siguió a Tokage a la entrada.
Por dentro todo parecía aún más enorme, provocando que el niño de cabellos verdes mirara cada detalle mientras que el señor que lo acompañaba hablaba en la recepción y anunciaba su llegada, poco después siguieron caminando, pudo ver a otros niños jugando en lo que parecía ser una sala con televisión, algunos con peculiaridades mutantes como un niño gigante con cuernos en la nariz y la cabeza, u otro cuyo brazos se alargaban, eso le recordó a uno de sus viejos compañeros de colegio, que tenía el Quirk de dedos largos y a veces lo golpeaba; el recuerdo preocupó a Izuku pero pensó que tal vez no pararía eso aquí, o eso deseaba.
-Pasen- Izuku dejó de perderse en sus pensamientos y miró al frente, habían llegado hasta una puerta que decía "Oficina de la dirección", dentro se encontraba una mujer de cabello largo y purpura, llevaba un par de gafas gruesas y ropa oscura mientras escribía en su computadora; cuando Izuku y el señor Tokage entraron la mirada de la señora se enfocó en ellos y dejó de trabajar, -Buenas tardes caballeros- Dijo la dama mientras se ponía de pie, -Gracias por su trabajo Tokage-kun, yo me encargo desde aquí, puede retirarse.
-De acuerdo Shinso-san- El hombre se inclinó respetuosamente, luego miró a Izuku y le sonrió una última vez, -No se preocupe Midoriya-san, vas a estar bien- Dijo antes de irse de la oficina; aunque Izuku quería creer esas palabras no podía evitar sentir algo de miedo, otra vez estaba solo, junto a alguien que no conocía.
-Joven Midoriya- La voz de la señora hizo que Izuku se pusiera rígido y mirara hacia arriba con duda, aunque la mirada de la directora era seria, -Antes de comenzar lamento su perdida y todo lo que llevó a que estés hoy aquí, sé que no es fácil pero prometo que serás bien cuidado- Aunque no era muy expresiva sentía que lo que decía era sincero, por lo cual el niño consiguió relajarse un poco al menos, -Ven llevaremos tus cosas a tu nuevo cuarto, en el camino te explicaré como serán las reglas- Al terminar de hablar tomó el equipaje de Izuku y lo llevó afuera de la oficina, para comenzar a caminar al piso superior, -Para comenzar tenemos horarios marcados, el desayuno es a partir de 7:00 a 9:00, el almuerzo a partir de las 12:00 y la cena es de 18:00, a partir de las 22:00 todos los niños deben volver a sus cuartos, pero somos un poco más flexibles los fines de semana y permitimos que estén fuera una hora más, siempre y cuando lo anuncien con anticipación o den una buena razón por la que llegaron tarde, aparte de eso solo a los adolescentes solemos permitirles estar fuera más tiempo, por ejemplo quedarse a dormir en la casa de un amigo, sin embargo también debe ser notificado con antelación y se debe llamar a los padres para que confirmen y acepten el acuerdo- Ambos suben la escalera y caminan por el último piso, -Debido a que aún estamos en verano y no hay clases puedes deambular libremente por la mayor parte del orfanato, aunque cuando comience el ciclo escolar deberás asistir a la primaria Nabu, te acompañaran para que sepas donde es y ya programé una reunión con el director para que te informe como será tu educación, a que clases asistirás y quienes serán tus profesores- Izuku notó como iban disminuyendo la velocidad de los pasos que daban, -Las actividades extra escolares están permitidas, solo tienes que presentar la documentación necesaria antes de iniciar- La directora se detuvo y miró nuevamente a Izuku, ahora su mirada era seria, -Por último Izuku, las habitaciones casi siempre son compartidas, compartirás habitación con un niño 5 años mayor que tú, déjame presentarlos-
La señora abrió la puerta del cuarto, y cuando lo hizo… todo estaba muy desordenado, había ropa tirada en el suelo, un par de bolsas de frituras sobre la mesa de noche, revistas mal apiladas en un armario y un chico alto y delgado jugando un videojuego portátil sobre una cama sin hacer y que la mayor parte de la sábana tocaba el suelo; Izuku quedó en silencio ante lo que encontró, no era lo que esperaba sin duda, aunque lo que más le sorprendió es que todo el caos y desorden era solo en la mitad del cuarto, en el otro lado donde estaba la cama que asumía iba a dormir él estaba impecable, casi como su un muro invisible dividiera la habitación, no sabía si eso era apropósito o solo casualidad.
-¡Tenko Shimura! ¡Te anuncié con anticipación que debías limpiar la habitación! ¡Hoy vino tu nuevo compañero!- La directora gritó al joven sobre la cama y se acercó a él, con una mirada de regaño.
-¡Ya cállate bruja! ¡Te dije que lo iba a hacer después!- Grito el joven, al mirarlo más detenidamente Izuku pudo notar sus facciones mejor, tenía el pelo de un celeste muy claro y pálido, un poco menos rizado que el de Izuku pero que si le cubría parte de la cara, sus ojos eran rojos como los de Kaachan, pero tenía unas grandes ojeras que se mezclaban con marcas en su cara, era como si hubiese sido arañado y le quedaran cicatrices, también tenía las mismas cicatrices en su cuello y una muy grande en sus labios agrietados; en sus manos tenía una consola algo vieja, Izuku no podía reconocerla, y por alguna razón jugaba evitando que sus meñiques tocaran el objeto; la ropa que traía era en su totalidad negra y algo descuidada, no muy diferente a la que había dejado en el suelo, asumiendo que era así como le gustaba vestirse.
-¡Tenko Shimura ese lenguaje es inaceptable y su compañero ya está aquí! ¡Sino se disculpa inmediatamente será castigado!- La directora gritó amenazadoramente, pero no pareció afectarle al chico de pelo claro.
-¡Ya te dije que te calles! ¡Y mi nombre es Tomura!- Iba a ser un largo día para Izuku.
¡Tercer capítulo! Pero honestamente contando la cantidad de palabra son alrededor de 4 en comparación a los anteriores.
Dado que es muy largo hay muchos puntos que aclarar, pero siento que lo mejor es empezar por lo extenso del episodio; como había prometido, en este capítulo quería introducir ya a Tomura, solo introducirlo, no iba a ser nada complejo o largo, de hecho es exactamente lo que leyeron, por lo que al no ser tan extenso había considerado que podría ponerlo en este capítulo, sin embargo a medida que escribía, más y más ideas surgían y más extenso se volvía todo, cuando vi que ya iba a alcanzar las 8000 palabras consideré dejarlo hasta ahí y seguir con el siguiente capítulo, sin embargo había prometido que Tomura aparecería y no quería seguir extendiendo los eventos del hospital, quiero poder llegar a las partes donde los personajes que formaran la liga serán introducidos, pero tampoco quiero dejar las cosas a medio hacer y dar un capítulo a medio hacer, por lo que decidí que iba a hacer la tercera parte tan larga como fuera necesaria sin importar que.
Ahora hablando de los eventos ocurridos aquí debo comenzar que la idea original era hablar de Izuku conociendo a su doctora y The Wild Wild Pussycats, enterarse de la muerte de su madre y llorar su perdida, luego vendría el interrogatorio con el detective Naomasa que terminaría con él borrando la grabación por las palabras de Izuku y el descontento de la mentira del accidente, después descrito en el funeral con el punto de vista de Katsuki y terminaría con la llegada al orfanato. Sin embargo a medida que escribía busque más a detalle en que ciudad habían nacido los personajes de BNHA, y ver que personaje introducir a la historia (Como hice con la madre de Tsuyu Asui) para dar más realismo si se puede decir y que los personajes no sean puras marionetas en blanco, de hecho el único que terminó así es el enfermero cuya única función fue acompañar a Izuku hasta el encuentro con el detective, por lo que siento que todo salió bien.
Al ver cómo iba a ser la historia original se percataran que entonces la parte donde Izuku conoce a Habuko Mongoose no estaba y es en efecto la razón por la que este capítulo se hizo tan largo, verán cuando iba escribiendo la primera parte y tenía que darle un nombre a la doctora, pensé en quien podría ser de la prefectura de Aichi, lamentablemente a ese lugar solo estaban relacionados Tsuyu Asui, que ya había usado a su madre, Reiko Yanagi, a quien dije que su padre era el doctor encargado de la investigación del simbionte y la autopsia de Inko, y nadie más, luego recordé que en un relleno del ánime, Asui tenía una amiga con cabeza de serpiente, al investigar resultó que esa chica si es canon, al menos el que sí es amiga de la chica rana, e investigando más a fondo su pasado y personalidad vi que era una chica solitaria cuya única amiga hasta entonces fue Tsuyu y quise aprovechar eso, el resultado: Una historia de cómo Izuku conoció a Habuko, la aceptó y la ayudó a superar su problema y soledad, convirtiéndose en amigos. Posiblemente piensen que la personalidad de Izuku es muy tímida e introvertida para actuar así y más con una niña, y les entiendo, pero también creo que la dificultad de Izuku para relacionarse es debido a los años de acoso y aislamiento que sufrió, y si bien en la historia aún sufre de eso, apenas tiene 6 años, ya que los eventos ocurren pocas semanas después de su cumpleaños (Aunque no recuerdo si lo mencioné) Por lo que creo que si puede relacionarse mejor al no estar tan afectado, además siento que fue una tierna parte, y niveló el drama que se generó, buscaba que se sintiera más equilibrado y no que todo fuera trágico. Por último el apellido de la doctora viene de Hiryu Rin, de la clase 1-B, un chico procedente de china y como tampoco tiene mucha participación me tomé la libertad de decir que su madre trabaja de médico en el hospital y por eso están en Japón; la otra personaje que es de la misma prefectura es Momo Yaoyorozu, pero debido a la historia de que su familia es estricta rica y estricta no sentí que fuera adecuado incluir alguno de sus parientes en la historia.
Respecto a la familia Bakugo, en un inicio iban a parecer solo en el funeral y estarían dolidos por la pérdida de Inko, pero luego pensé que no era suficiente, y que en realidad hubiesen buscado a Izuku al saber que sobrevivió, por eso decidí que Mitzuki fuera a visitarlo al hospital y fuera muy protectora con él, además de reaccionar cuando Naomasa hace llorar a Izuku y golpearlo por no poder ella adoptarlo; en el caso del padre de Katzuki él no fue porque tenía que trabajar, además de que Katzuki al no querer ir a ver a Izuku por miedo tenía que cuidarlo; creo que podría haberme extendido más en ellos, aunque de nuevo ya estaba siendo demasiado largo y no quería sonar muy redundante repitiendo cosas.
Ahora hablando de Katzuki o Kaachan, tuve serias dudas de que rol cumplirá en la historia, había pensado que podría ser antagónico a un inicio, pero luego pensé que era demasiado, si, en el anime y el manga es muy egoísta, sádico y malvado al inicio, pero reitero que eso es cuando ya era adolecente, así que prefiero ponerlo más en una zona neutral, sigue siendo enojón y con una actitud agresiva, pero al menos por ahora será más comprensivo con la situación de su antiguo amigo, el cómo se desarrolle en el futuro no es muy relevante, prefiero enfocarme en los demás personajes.
Por último supongo que habrá dudas del como Tomura terminó en el orfanato o por qué se hace llamar Tomura y no Tenko, para lo primero prefiero explicarlo en un futuro capítulo, mientras que a lo segundo, diré que es porque se niega a usar el nombre que le dio su familia, pero ya será contado cuando llegue el momento
Agradezco mucho a quienes siguen la historia y le dieron favorito, cualquier duda o consulta díganme y se las responderé el próximo capítulo.
Por las dudas ahora no hago promesas, no quiero arriesgarme a que se haga costumbre que los capítulos sean tan largos.
¡Gracias por leer!
