Capítulo 2
-Juvia...-
Sus ojos azules se abrieron repentinamente y en un instante se sentó en su cama. Gotas de sudor caían por su frente. Otra vez él. Otra vez volvía a aparecer en sus sueños. Ya llevaba dos noches sin poder dormir y esta sería su tercera. Cubrió con sus pálidas manos su rostro y suspiró con la intención de calmarse. Sabiendo que ya no le sería posible volver a dormirse se sentó a los pies de la cama y notó una cantidad de pastillas tiradas en el suelo de su habitación. Sabía lo que había ocurrido. Dirigió su mirada hacia la ventana por la cual apenas ingresaban rayos de luz y entrecerró los ojos ante la molestia que estos le causaban.
Luego de bañarse y secarse su cabello comenzó a maquillarse levemente para poder cubrir sus notorias ojeras a causa de su falta de sueño. Peinó por última vez su lacio cabello azulado y se vistió para salir. Sin duda iba a necesitar más pastillas de las que pensaba. Cubrió su cabeza con la capucha de su sudadera y se dirigió a la farmacia con las pocas energías que le quedaban. Una vez allí, abrió la puerta de vidrio con dificultad e ingresó.
-¡Señorita Loxar! Qué sorpresa verla nuevamente por aquí- sonrió el empleado del lugar.
-Necesito más pastillas...- le pidió con una sonrisa amable mientras se intentaba mantener en pie con dificultad.
-Lo siento mucho, pero ya le di las pastillas para el mes... No estoy autorizado a dar más de las que ya le di... Solo unas cuantas por paciente. ¿Acaso ya se las terminó?-
-No, pero siento que voy a necesitar más de las que me dio la semana pasada-
-Realmente quiero ayudarla... pero debe de entender que no es la única vampiro que las necesita y son limitadas las raciones por vampiro...-
-...Entiendo. Muchas gracias por su tiempo...- Juvia se dio media vuelta y le agradeció por su amabilidad haciendo un gesto con la cabeza. El trabajador la observó irse con preocupación y suspiró.
-Demonios...- Caminó unas cuadras hasta llegar a un pequeño parque y se sentó en una banca de madera. Era silencioso, lo único que se oían eran a los pájaros cantando y el ruido del agua del río fluir. No había nadie a su alrededor. Sin energía alguna, Juvia dejó de hacer fuerza y dejó sus colmillos salir. Esconderlos le consumían bastante energía la cual ya no tenía. Tal vez, este era su fin. Recostó su cabeza en el respaldo del banco y observó el cielo.
-Oye-
Se incorporó inmediatamente y ocultó sus colmillos en un instante mientras cubría su boca con una de sus manos. Un pequeño niño se encontraba de pie frente a ella observándola seriamente. -...Eh..?-
-¿Puedes ayudarme? Se calló mi cometa al río y no puedo alcanzarlo- El pequeño le pidió el favor.
-...Por supuesto- Juvia se puso de pie con dificultad y caminó en la dirección que el niño le indicó. Ella estiró su mano y jaló la cometa desde la cuerda que había quedado atascada en una roca cerca de la orilla. Juvia se la devolvió al pequeño y éste le agradeció con un abrazo.
Pero pronto el olor a la sangre que salía del cuerpo de él comenzó a hacerse más y más fuerte, haciendo que su débil cuerpo comenzara a perder el control y sus colmillos saliesen nuevamente. Ella notó esto y cubrió su boca de inmediato mientras alejaba al niño de ella. -¡Muchas gracias!- le sonrió mientras se iba. Estaba perdiendo el control.
.
.
.
.
.
.
Gray ingresó nuevamente al bar en donde Lucy y Natsu se encontraban sentados en la barra frente a Erza. Las cosas no podrían ser más incómodas. Intentó caminar disimuladamente hasta una de las mesas pero Erza lo llamó y le indicó que se sentara con ellos. Una persona cualquiera seguiría yendo hacia la mesa pero él que conocía cómo era la peliroja sabía que era mejor no desobedecerla. -...-
-Buenas tardes, Gray. ¿Qué te sirvo?- le preguntó amistosamente.
-... Lo de siempre...- respondió intentando evitar ver a la pareja que estaba a su lado. Erza colocó un vaso frente a él, colocó hielo y le sirvió whisky. Pero para su sorpresa, Gray lo tomó en un sorbo.
-...- Erza lo miró extrañada -¿Estás bien?-
-Otro- Ella le sirvió otro vaso y él repitió la misma acción.
-Gray--
-Déjalo Erza. El único problema que tiene es que todavía no puede aceptar que yo salgo con Natsu y no con él-
-La única que tiene un problema eres tú, que sabiendo lo mucho que odio a los vampiros te andas besando con él frente a mi-
-Escúchame tú-- Lucy se puso de pie desafiantemente pero fue interrumpida por Natsu.
-Escucha, Gray. Sé que me odias. Y para ser honesto no me agradas mucho tampoco. Pero estamos obligados a trabajar juntos te guste o no y lo mejor va a ser que nos llevemos bien-
-...- Gray volvió a prestar atención a su vaso y continuó tomando.
-Oigan- Erza llamó su atención con cara de preocupación -Acabo de recibir un mensaje de alerta. Aparentemente hay un vampiro en el centro comercial y está atacando a clientes-
Al escuchar esto, Gray se puso de pie y comenzó a correr en dirección al centro comercial. Era algo bueno que su tolerancia al alcohol fuese alta.
.
.
.
.
.
.
.
Con su cuerpo al límite, Juvia llegó hasta el centro comercial con la intención de conseguir bebidas energéticas para vampiros. Allí era el único lugar en el que las vendían pero al llegar, no tuvo tiempo de abrir la puerta que las personas comenzaron a salir corriendo.
-¿Qué..?- Juvia ingresó al lugar y se encontró con un vampiro comenzando a perder el control. -Oh no...- Las personas corrían en todas direcciones con la esperanza de escapar, pero muchos eran atrapados por él. En un momento, el vampiro se detuvo y luego de succionar la sangre de una de sus víctimas se volteó a verla. Sus colmillos se volvieron más prominentes y comenzó a caminar hacia ella. Juvia sabía lo que esto significaba. Los vampiros son muy territoriales y él había logrado detectar su presencia allí. No podía escapar. Sus piernas eran muy débiles para correr pero tampoco tenía las fuerzas para pelear.
El vampiro corrió hacia ella y le dio un golpe que la mandó volando contra la pared del centro comercial. Los pocos clientes que quedaban dentro miraban la horrible escena. Juvia se puso de pie y limpió con el puño de su sudadera un poco de sangre que salía de su boca. -Es bueno que los vampiros seamos difíciles de matar...- sus colmillos comenzaron a salir, pero rápidamente volvió a esconderlos al darse cuenta que muchos clientes seguían allí dentro. El vampiro, al ver que Juvia seguía viva, corrió hacia ella nuevamente pero la peliazul logró atrapar sus puños. Ambos estaban haciendo fuerza con la intención de acabar con el otro. El vampiro intentaba morderla con sus gigantes colmillos pero ella lo mantenía a distancia con las pocas fuerzas que le quedaban. De repente, lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Así iba a terminar ella... Era como estar viéndose en un espejo... Sangre corría por los ojos del vampiro y esas ganas de desgarrar y succionar la sangre de su presa... ella lo entendía perfectamente... -...No...-
Sus brazos comenzaban a ceder. La fuerza se desvanecía lentamente de su cuerpo y sus colmillos comenzaban a salir, cuando el vampiro que estaba frente a ella cayó muerto al suelo. Juvia escondió sus colmillos rápidamente y miró a su izquierda. -¿Estás herida?- Un joven de cabello negro, alto y muy atractivo se encontraba frente a ella con una pistola especial en sus manos. Juvia lo vio acercarse a ella pero lo siguiente que vio fue oscuridad. Se había desmallado, Gray concluyó cuando la atrapó antes de caer al suelo. Gray volteó a una clienta y le preguntó qué había ocurrido.
-Un vampiro comenzó a perder el control y comenzó a atacarnos. ¡Luego esta chica comenzó a hacerle frente pero fue golpeada tan fuerte que salió volando contra la pared!- Gray observó el agujero que había quedado en la pared y frunció el ceño. ¿Acaso..? Gray observó al vampiro empezar a convertirse en polvo y fue cuando colocó a la chica sobre su hombro para salir del lugar.
Juvia comenzó a despertar pero pronto se dio cuenta de que estaba siendo cargada por el mismo chico que había terminado con el vampiro. Era un cazador. Esto era malo. Si él había llegado a ver sus colmillos, iba a terminar igual que el vampiro. Ella comenzó a golpearlo en la espalda para que la dejase bajar pero a causa del repentino movimiento de la chica sin querer la sustuvo por su trasero, lo que lo hizo avergonzar y la puso en el suelo rápidamente. -¡L-lo siento..!-
Juvia con su rostro completamente rojo y sosteniéndose la parte que había sido tocada por el chico lo observó molesta. -¿Acaso no sabes tratar a una chica..?-
-Ya dije que lo sentía-
-...-
Gray notó sus grandes ojeras y su débil cuerpo luchando por mantenerse en pie -¿Estás bien? Te vez muy débil-
-E-estoy bien...- Juvia volvió a cubrir su rostro con su capucha.
-Necesito que me acompañes-
-¿..Eh..?-
-Tú luchaste con el vampiro. Soy un cazador y necesito qie nos des los datos de lo que sucedió- Al escuchar sus palabras, Juvia comenzó a ponerse nerviosa. Si descubrían que ella también era un vampiro, terminarían con ella.
-Yo... en realidad estoy ocu-- ella no pudo terminar su oración antes de caer al suelo.
-Tú también eres un vampiro-
-¡¿Eh?!- ¡¿Ya lo sabía?!
-Una persona cualquiera no puede enfrentarse así a otro vampiro y sobrevivir-
-Yo no--
-Te vez muy débil. ¿Has tomado tus pastillas?- Juvia bajó su mirada y negó con la cabeza. Gray se dio vuelta y le indicó que se subiese a su espalda -Sube-
-...- Juvia lo observó por unos segundo desconfiada, pero pronto accedió al sentir una gran falta de energía en su cuerpo.
-Puedes dejar salir tus colmillos. Solo mantén tu rostro oculto con la capucha- Juvia subió a su espalda y escondió su rostro en el cuello de él, dejando así salir sus colmillos. Por alguna razón, se sentía tranquila. Su aroma era delicioso. Quería perforar su cuello en ese mismo instante, pero no lo haría. Juró que nunca lo haría.
Gray podía sentir la respiración de la chica en su cuello. Era cálido y por alguna extraña razón, sentía que ella no iba a hacerle daño.
