Capítulo 6

-¡Ouch..!- Sting se retorció de dolor mientras Minerva le cubría las heridas con unas vendas. -¿No podrías ser un poco más delicada..?-

-No es mi culpa. Ese vampiro si te agarró bien feo- le explicó mientras rodeaba su torso con otra benda.

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Lucy ingresó abrió la gran puerta de madera e ingresó al bar. Gray y Juvia se encontraban hablando animadamente hasta que la vieron acercarse a ellos. -Hola Lucy-

-¿Y Natsu? Como no está aquí, pensamos que vendría contigo- le preguntó la peliazul. La rubia se mostró preocupada y al ver su rostro sabían que nada bueno había sucedido.

-No lo sé... No he tenido contacto con él desde que nos despedimos y estoy preocupada de que le haya sucedido algo...- su mirada demostraba pas ganas de llorar que se estaba aguantando. Juvia se acercó a ella y la abrazó fuertemente.

-No te preocupes. Estoy segura de que ya vendrá- le aseguró. Lucy le devolvió el abrazo y comenzó a llorar en su hombro.

-Por cierto, ¿en dónde está Erza?-

-Hoy dijo que tenía algo que hacer por lo que se fue antes- explicó Gray.

-Ya veo...-

-Lucy... No te ves muy bien- Gray señaló.

-Tengo el presentimiento de que algo no está bien- Gray y Juvia resguardaron silencio y luego de unos segundos Juvia se decidió a hablar.

-Puedo ir a buscarlo. Estoy segura de que puedo rastrearlo como a los otros vampiros-

-Pero Juvia, es muy peligroso que vayas tu sola. Con lo que está sucediendo es mejor que vayas con alguien-

-No te preocupes, iré contigo- Gray le tocó el hombro mientras le sonreía cálidamente. Juvia tocó su mano y miró a Lucy demostrándole seguridad.

-...-

Gray le encargó a Lucy cerrar el local y se dirigió junto a Juvia en busca de su amigo. La noche ya se volvía cada vez más fría y se hacía más difícil soportar las bajas temperaturas aunque ambos llevaban puestos sus abrigos. -¿Crees que lo encontraremos?- Juvia se sujetó los brazos un tanto nerviosa. No sabía qué era, pero tenía un mal presentimiento.

-...Espero que si- respondió Gray luego de unos segundos.

Juvia se detuvo un momento y observó el río. Frunció el ceño. -Por aquí- ambos comenzaron a caminar precavidamente por el borde del río. Luego de caminar diez minutos Juvia señaló una mancha roja en el suelo. -¡Gray..!-

-No me digas que...-

-Esta sangre es de Natsu...- ambos contemplaron la escena con horror. Ella comenzó a temblar.

-¿Será que está herido en alguna parte?-

-Es demasiada sangre para una herida...- Juvia olfateó el aire un momento para luego dirigir su mirada hacia Gray -Espera... Huelo la sangre de un humano...- el chico se mostró sorprendido.

-No nos apresuremos a conclusiones... Tal vez... Tal vez esté vivo...- Lágrimas comenzaron caer de los ojos de Juvia, su cuerpo temblaba y sentía cómo cada vez se volvía más débil. -¿Juvia?-

-Estoy... bien...-

-Tal vez debería llevarte a tu casa y decirle a Lucy lo que encontramos mañana cuando la veamos- la chica asintió y se acercó a Gray para comenzar a caminar juntos. Ambos comenzaron a caminar nuevamente pero esta vez en dirección a la casa de la chica. La brisa de la llegada del invierno soplaba y hacía que el cabello de Juvia se moviese. La luz de la luna iluminaba el camino y hacía que la piel de Juvia se viese más blanca de lo que ya era. Sus mejillas se pusieron rosadas y sus ojos se habían vuelto rojos a causa de sus lágrimas. Gray no soportaba la idea de que en cualquier momento Juvia podría ser la siguiente. Gray estiró su mano y tomó la de ella, apretándola suavemente.

Su suave piel, sus delicadas manos, su bello rostro y su perfume... todas estas cosas lo estaban haciendo pensar cada vez más y más en ella. Su sonrisa era adorable y sus ojos himnotizantes. ¿Acaso... estaba enamorado de Juvia? Gray la observó por el borde de sus ojos. Se veía cansada pero adorable como siempre. Sus ojeras estaban comenzando a notarse nuevamente. Ella lo notó y le devolvió la mirada -¿Hm?- Gray desvió la mirada y negó con la cabeza. Si. Estaba enamorado de Juvia.

Una vez que llegaron a la casa de la chica Juvia abrió la puerta y volteó a verlo. Gray parecía expectante -...-

-Gracias por acompañarme- le sonrió cálidamente.

-No podría dejarte venir sola-

-...¿Te gustaría... entrar?-

-¿..Hm..?- No podía ser real. Su corazón comenzó a palpitar rápidamente y sintió cosquillas en su estómago. ¿Qué le estaba sucediendo? No es como si fuese la primera vez que le gustaba una chica.

-¡..A-ah, tal vez haya sonado extraño..! N-no me refiero a--

-No me molesta la idea...- respondió avergonzado.

-Es que en esta situación me da miedo eatar sola-

-Por supuesto-

-Y me gustaría que te quedaras conmigo-

-Entiendo- Juvia se hizo a un lado y lo dejó entrar. Juvia cerró la puerta con llave y ambos subieron por las escaleras al piso en donde ella vivía. Su pequeño departamento era muy acogedor. Las paredes blancas con dos pequeños sofás al lado de una estantería llena de libros. La cocina estaba integrada al living y allí había una pequeña mesa de madera con dos sillas.

-¿Te gustaría algo de beber? ¿O de comer tal vez?-

-No, gracias- Juvia le indicó el camino hasta su cuarto en donde esta vez solo había un pequeño sofá blanco al lado del ventanal que daba paso al balcón. -Tu casa es muy bonita-

-No es la gran cosa pero para mi sola es suficiente-

-Puedo ver tu estilo reflejado en ella-

-Ya veo- sonrió. Ella se dirigió al armario de donde tomó unas prendas de ropa y se las entregó -Puedes ponerte esto para dormir. Eran de mi hermano así que supongo que el talle no será un problema-

-Gracias- Juvia le enseñó el camino al baño y cerró la puerta de au habitación para así cambiarse ella de ropa. Se dirigió nuevamente a su armario y sostuvo su pijama mientras veía sus manos temblar. Tal vez su pijama era un tanto revelador para dormir con Gray... Sacudió su cabeza y volvió a guardar las prendas. Esta vez sostuvo una camiseta blanca y un par de shorts negros. Eso sería lo mejor para una situación como esta. Escuchó el agua de la ducha abrirse y sintió una extraña sensación en su pecho. No era la primera vez que dormía con un chico, pero esta vez era diferente. Esta vez era un humano, un humano al cual si le tenía cariño. El rostro de Gray apareció en su mente y sus mejillas se tiñeron de rosa. La imagen de Gray durmiendo a su lado surgió y puso sentir cómo lentamente sus colmillos comenzaban a mostrarse. Ella cubrió su boca y rápidamente los intentó ocultar. La puerta de su habitación se abrió y Gray entró con su cabello mojado. Él comenzó a secarse el cabello con la toalla y Juvia se dirigió al baño.

Al cabo de diez minutos Gray la vio entrar nuevamente vistiendo su pijama. Se veía muy hermosa sin maquillaje y con su cabello mojado. Sintió como su corazón se aceleraba. Parecía sonar tan fuerte que hasta Juvia los escucharía. -Puedes dormir en mi cama, yo dormiré en el sofá-

-Claro que no, ¿qué clase de caballero dejaría que una dama duerma incómodamente?- ella cubrió su boca y rió.

-No sabía que eras esa clase de chico-

-Por supuesto- Ella sonrió. Se dirigió a su cama y le dio una de sus almohadas, luego de su armario sacó una sábana y se la dio.

-Cualquier otra cosa que necesites avísame- Gray le sonrió levemente y salió de la habitación, cerrando la puerta detrás de él. Caminó hacia el blamco sofá, colocó la almohada y se recostó mientras se tapaba con la sábana. Erá cálida y olía al perfume de la chica.

Juvia se sentó en su cama y lentamente se acostó mientras observaba hacia el techo. Suspiró. Gray si le gustaba. Y mucho. El tenerlo tan cerca de ella causaba que su corazón se agitara y sintiera mariposas en su estómago. Sacudió sus pies emocionada golpeándolos suavemente contra el colchón y escondió su rstro bajo las sábanas. De repente, la imagen de Natsu desapareciendo apareció nuevamente en sus pensamientos. No podía evitar pensar que ella sería la siguiente. Sus manos empezaron a temblar y el miedo comenzó a apoderarse de su cuerpo.

Sentía su cuerpo volverse un poco más débil con cada minuto que pasaba. Era como Gray le había dicho, la sangre de Natsu solo la mantendría con energía durante un tiempo hasta que volviera a necesitar más. Aún tenía las pastillas que Gray le había dado. Estas eran un poco más fuertes que las que ella tomaba antes, pero así como eran más eficaces, su efecto desaparecía más rápido. Se puso de pie y caminó hacia el escritorio. Abrió el pequeño paquete y tomó una de las pastillas. Agarró el vaso con agua que siempre mantenía en su habitación y dirigió la pastilla hacia sus labios cuando abruptamente se detuvo y el vaso de agua cayó al suelo rompiéndose en pequeños pedazos.

Parado en su balcón se mostraba un chico cuyo rostro no era visible del todo a causa de la luz de la luna que generaba una sombra. Su cabello parecía ser claro y lo único que eran visible eran sus brillantes y aterradores ojos rojos color sangre que la observaban fijamente sin moverse. No se podía mover. Su cuerpo estaba completamente petrificado. El miedo y la adrenalina que sentía en ese momento no lo había sentido antes. La figura levantó lentamente su brazo y Juvia pudo notar como algo metálico reflejaba bajo la luz de la luna. Sabía lo que era. Sabía lo que iba a pasar.

Le era imposible dormir. No después de haber visto lo tierna que se veía Juvia con su pijama. Cubrió sus ojos con su brazo intentando ignorar sus inapropiados pensamientos, cuando un sonido de vidrio rompiéndose resonó contra el piso. -¿...?- Gray quitó la sábana que lo cubría y se puso de pie, tal vez a Juvia se le había caído algo.

El chico apretó el gatillo y rápidamente la bala atravesó la ventana rompiéndola en pedazos, y pasando a milímetros de la mejilla de la peliazul. Un hilo de sangre comenzó a fluir por su mejilla a causa de la poca distancia por la que había pasado. No sé podía mover. El miedo era tan grande que sentía cómo su cuerpo dejaba de funcionar. Vió cómo el dedo del chico hacia fuerza contra el gatillo y en menos de un segundo Juvia se lanzó hacia el piso detrás del otro lado de la cama. El chico rompió la ventana e ingresó caminando tan tranquilo como si nada hibiese ocurrido. Caminó hacia Juvia, la cual se estaba movió para poder agarrar la pastilla que se le había caído y poder tomarla para tener las suficientes fuerzas para enfrentar al misterioso asesino, pero éste la tomó del cabello y la levantó del suelo. -Miren qué belleza...- el chico, de cabello rubio y ojos rojos la observaba maravillado. El chico la tomó por el cuello fuertemente y con au otra mano apuntó el arma hacia su cabeza. -Es una lástima que tenga que matar a una vampiro tan hermosa-

Sting movió su dedo hacia el gatillo cuando un golpe en su rostro lo mandó volando contra el piso del balcón -¡Juvia!- la chica cayó al suelo mientras tosía descontroladamente a falta de aire. Gray se arrodilló a su lado y la tomó de las manos -¡¿Estás bien?!- Sting pronto se sentó en el suelo y disparó contra Gray quien esquivó la bala lanzándose al suelo cayendo sobre Juvia. -¿Quién demonios eres..?-

Sting se puso de pie -Sting Eucliffe. Cazador de vampiros- y luego de presentarse volvió a disparar contra ellos, a lo que Gray respondió con su arma. -¿Hm? Esa arma... ¿Qué hace una cazador protegiendo a un vampiro?-

-No estoy protegiendo a un vampiro...- Gray y Juvia se pusieron de pie y Gray la ocultó detrás de su cuerpo -Estoy protegiendo a alguien que amo...-

-¡¿Eh?!- Juvia lo observó sorprendida.

Sting comenzó a reír -Ya veo-