Primera vez que escribo una escena subidita de tono, y directamente sobre el NaruHina, espero disfruten el capítulo.


Capítulo 1.

Matrimonio arreglado

Se recostó en su cama mientras Sasuke continuaba besando su cuello y desabrochaba su pantalón, todo se sentía tan irreal, llevaban cinco años saliendo, todo había sido en su mayoría felicidad los únicos problemas que habían tenido se debían a sus personalidades tan diferentes, a ella le encantaba las cosas cursis y demostrar su amor en público, mientras que Sasuke era alguien más bien torpe para demostrar sus sentimientos y que prefería mantener el romance en privado, sin embargo, las cosas cambiaron drásticamente cuando ocho meses atrás habían decidido formalizar más su noviazgo y conocer a los padres del otro, con su familia el suceso no había representado ningún problema, sus padres lo habían recibido gustosos, por fin le ponían una cara al famoso novio de su hija, aquella noche habían compartido una agradable cena llena de momentos vergonzosos, dado que sus padres se divertían lanzando bromas y haciendo comentarios que los hacían abochornar, a pesar de la situación actual no pudo evitar sonreír ante el recuerdo. Un gemido escapo de sus labios cuando el Uchiha apresó uno de sus pezones en su boca mientras que su otra mano se escabullía dentro de sus bragas, ella acarició los negros cabellos de él con una de sus manos mientras que con la otra trataba de evitar que más gemidos escaparan su boca dado que Sasuke había comenzado a penetrarla con dos de sus dedos mientras que su pulgar acariciaba su clítoris, poco tiempo después sintió los labios de él sonreír contra su cuello cuando no pudo evitar acallar el gemido provocado por la llegada del primer orgasmo, sintió su cara enrojecer, le avergonzaba poder ser escuchada por la pareja de ancianos que vivían a un lado de su pequeño departamento.

Conocer a la familia de él había sido totalmente diferente, habían acordado comer en un lujoso restaurante al que la familia Uchiha acostumbraba ir para celebrar en familia, los progenitores de su novio en un principio estaban felices de por fin conocer a la mujer que había encantado el corazón de su hijo pero todo el entusiasmo desapareció cuando Sasuke mencionó el apellido Haruno, los Haruno no eran para nada conocidos en la sociedad japonesa, no había nada destacable en esa familia, Fugaku Uchiha después de lanzar preguntas directas sobre ella y su familia había decidido guardar silencio dado que no había encontrado nada especial en ella ni en su familia, Mikoto por el contrario se había mostrado gentil y alegre, lo que había esperanzado a ambos de que todo saldría bien, sin embargo cuando salieron del restaurante les recomendó que terminarán su relación, ella con la cabeza baja había sentido como Sasuke tensaba todo su cuerpo en un intento de controlar su ira, sus padres por otro lado se habían marchado como si nada hubiera pasado.

"Sakura…" La llamó él deteniendo los besos que repartía en su abdomen, entendía que ella no estuviera totalmente presente, Sakura no era tan estoica y él en cambio no era nada bueno con las palabras o acciones reconfortantes como lo era ella. Sakura le sonrió y se incorporó encima de él, hundiendo su masculinidad en su interior, él dejo escapar un quejido de placer, le encantaba la sensación de estar dentro de ella, tomó con ambas manos su cadera y empezó a embestirla al mismo tiempo que ella se movía para incrementar el placer de ambos.

"M-más…Sasuke… más" Pidió entrecortada mientras rasguñaba el pecho del Uchiha. Sus mejillas rojas, sus ojos jade llorosos, sus cabellos rosados ligeramente pegados a su piel debido a la fina capa de sudor que adornaba su piel, toda ella era una delicia a los ojos de Sasuke, la amaba.

"Sakura…" Dejó escapar su nombre cuando alcanzó el orgasmo poco después de ella.

Hinata no se sorprendió en lo absoluto cuando por quinta vez consecutiva despertaba completamente sola en la habitación, como ya era costumbre su esposo solo pasaba máximo tres horas en la casa antes de marcharse y regresar hasta el día siguiente, su convivencia se había limitado a comidas en su mayoría silenciosas interrumpidas solo por algún corto intercambio de palabras que ella iniciaba para aminorar la tensión que sentía. A lo largo de la noche no había escuchado llegar a su esposo así que no se molestó en revisar el resto de la casa antes de dirigirse al baño a tomar una ducha para prepararse a enfrentar ese nuevo día. Mientras el agua tibia relajaba su cuerpo, recordó como su padre durante varias semanas antes de la boda le había dejado en claro que con su matrimonio podía tomarse un descanso permanente de su puesto de trabajo, que solo se preocupara en mantener feliz a su nuevo esposo y en mantener el hogar, unas traicioneras lagrimas escaparon de sus ojos perla, la decepción volvió a invadir su ser, no importaba cuanto se esforzara con sus deberes en la empresa para su padre ella era un elemento sumamente reemplazable.

Cuando bajo al primer piso de su casa para preparar su desayuno no pudo evitar soltar un pequeño grito cuando notó al Uchiha sentado en un sillón, se sintió sumamente tonta cuando el pelinegro la observó con fastidio.

"Buenos días" Saludó nerviosa, no sabía muy bien que esperar de ese matrimonio, el matrimonio de sus padres también había sido arreglado y ellos al final habían encontrado el uno en el otro un amor en cual apoyarse, claro que no creía que su caso fuera a resultar en lo mismo, por la actitud del Uchiha probablemente estaría encerrada en un matrimonio vacío lleno de desplantes y momentos amargos, hasta que alguno de los dos se hartará y tomara la decisión de presentar los papeles de divorcio.

Ignoró los pasos de Sasuke mientras la seguía a la cocina, se sirvió un poco del café que supuso él había preparado, tomo un trago quemándose ligeramente la lengua, oculto el gesto de desagrado que la bebida le provoco, estaba demasiado cargado.

"Tu padre me dio esto" Mencionó él ignorando completamente sus reacciones "Son los boletos de la luna de miel" Dijo mientras arrojaba el sobre sobre la isla de la cocina "Ve tú sola" sentenció.

Ella abrió el sobre, eran dos boletos de avión con destino a Paris, la ciudad del amor sonrió irónica, también había una hoja con los datos sobre la reservación en un hotel. "¿No habrá ningún problema?" Preguntó más por los padres de Sasuke que por el suyo, su padre no era tan cariñoso como para querer ver fotos o saber detalles de su luna de miel, suponía que con Fugaku no habría problema, pero Mikoto…

"Solo hazme saber la historia que quieras contar" Resolvió Sasuke antes de emprender camino a la salida de su casa, dejándola nuevamente sola. Se preguntaba en donde es que el Uchiha pasaba todo el día, no podría estar todo el día en el trabajo, su padre seguramente lo reprendería por descuidar a su esposa, suponía que él no se había deshecho de su apartamento de soltero, sería lo más probable. Dudaba que tuviera otra mujer teniendo él ese carácter tan frío, suspiró, se sentía tonta al esperar fidelidad de aquel matrimonio, pero esperaba no tener un esposo infiel, le preocupaba las consecuencias que eso podría traer para su familia, ¿humillación? claro, aunque tal vez eso significara el fin de esa burla de matrimonio, suspiró, tenía que empezar a decidir que rumbo seguiría su vida a partir de ahora.

El viernes en la mañana, se despertó nuevamente sola pero no se permitió pensar en ello, hoy partiría a su luna de miel, lo haría sola claro, pero eso no le desanimaría, conocer otro país no tenía que ser algo deprimente. Una vez que abordó el avión se decidió por el asiento de la ventana, unas horas después de que el avión se pusiera en marcha la sensación de que alguien la observaba le hizo abrir los ojos, topándose a dos filas de distancia a un rubio de ojos azules que no tardo en dedicarle una amplia sonrisa, ella sintió su cara arder y desvió la mirada, alcanzó el libro que había llevado para entretenerse en ese largo vuelo, se trataba de un libro de romance, suspiró, la vida era dura, ella amando las cosas románticas había terminado en un matrimonio arreglado, hizo el libro a un lado y se paró para dirigirse al baño, una vez adentro se lavó la cara y tomó la decisión de intentar dar lo mejor de ella en aquel matrimonio, tendrían que empezar a conocerse para llevarse bien, lo más seguro era que Sasuke no se sintiera cómodo compartiendo su vida con una desconocida y sabía muy bien que él se caracterizaba por ser poco sociable.

Abrió la puerta con una amplia sonrisa, sin embargo, al primer paso chocó con alguien.

"Lo siento" Se apresuró a decir aquel hombre, Hinata solo se sobaba la nariz y volvió a sentir su cara arder. "¿Te he lastimado?" Preguntó aquel rubio acercando su rostro al de ella.

"¡N-no ha sido nada!" respondió atropellando las palabras, y se apresuró a su asiento sin voltear a ver al hombre de ojos azules. Pasaron unos minutos para que su corazón desacelerara su latir, el chico rubio parecía tener su edad y para su desgracia le había parecido atractivo, miró el anillo que adornaba su dedo anular, se sintió boba, su esposo ni siquiera lo usaba, se quitó el anillo y lo observó en su mano era bastante bonito pero su significado estaba vacío igual que su matrimonio, respiro profundo, aún bajo las características de su matrimonio el que su corazón se acelerará por un desconocido la hacía sentir tan culpable. Abrió los ojos sorprendida al notar como alguien tomaba el asiento libre que se encontraba al lado del suyo.

"Hola" Mencionó energético aquel chico quien la miraba con una enorme sonrisa "He notado que viajas sola, ¿te importa si tomo este asiento?, mi compañero de vuelo no para de roncar y como sabes nos esperan muchas horas más de vuelo" el rubio abrochó su cinturón de seguridad sin esperar siquiera recibir una respuesta de su parte, parecía estar parloteando cosas sin sentido, sin embargo, lo único que ella podía escuchar claramente eran los ruidosos latidos de su corazón él le extendió su mano para saludarla "Por cierto, me llamó Uzumaki Naruto"

Se sintió completamente torpe cuando cambio su anillo de mano para poder estrechar la mano que Naruto le extendía, y rogó porque él no notará como pretendía esconder el anillo "Hyuga Hinata"

"Bonito nombre" respondió mirándola directamente a los ojos, ella apartó la vista no podía evitar sentirse culpable al hablar con él, estaba casada, tenía que controlar su corazón. "Y… ¿Por qué viajas a la ciudad del amor?" Preguntó, hundiéndose más en su respaldo, Hinata se perdió unos segundos en el azul de los ojos de su interlocutor.

"Vacaciones" Respondió tímida.

"¿Vacaciones a otro país tú sola? Y ¿hablas el idioma? Porque yo no, es algo intimidante" Hinata lo miró confundida y asintió, la personalidad tan extrovertida del rubio le parecía interesante, las horas del vuelo pasaron rápido por tanto parloteo de Naruto, le había contado que él viajaba a Paris para visitar a un familiar, y que con gusto podría ser su guía turístico ya que era la tercera vez que visitaba el lugar, incluso al querer extender más la plática había cambiado el tema para compartir los recuerdos que tenían de la universidad, le mencionó que él había estudiado psicología. A pesar de ser una persona tímida bastaron sólo unos minutos para que ella se sintiera cómoda para participar ampliamente en la conversación e incluso se sintió triste cuando habían llegado a su destino. Los pasillos del aeropuerto le parecieron demasiado cortos, el tiempo del vuelo le había parecido insuficiente, un vacío empezaba a formarse en su vientre al saber que la despedida era inevitable "Ten mi número, veámonos cuando puedas" Naruto cortó el silenció, le sonrió ampliamente y le ofreció su tarjeta.

Ella solo atinó a asentir y sonrió viéndolo marchar, Naruto tenía una personalidad muy cálida, guardo la tarjeta en el bolsillo de su chamarra, cuando sintió el anillo que llevaba varias horas guardado ahí, se sintió una mala persona.

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¿Qué les ha parecido?

Nos vemos en el siguiente capitulo