Hola, por hoy adelantare un día la publicación del capitulo ya que mañana tengo varios pendientes, así que espero que lo disfruten y porfa comenten.
Caza fantasmas, caza brujas
Cerré de un golpe la cubierta de mi iPad, sin estrujar el dispositivo en un ataque de ira solo porque era condenadamente caro.
- ¡Que imbécil tan enfermo y loco! - espeté.
- Te dije que no empezaras a leer ese libro. – Inuyasha me hecho una ojeada antes de devolver su atención al camino.
Si, bien, era un largo viaje hacia Washington D.C., el libro estaba disponible para comprarlo en línea, y estudiar a mi objetivo era el primer paso cuando empecé a cazar. Sabía que el Malleus Maleficarum, estaría lleno de toda esa mierda supersticiosa, pero había subestimado la profundidad de su perversidad. No estaba segura de que me disgustaba más: los preceptos establecidos por Kramer, o el saber que cientos de años e incontables muertes ocurrieron antes de que la persona promedio dejara de creer que estaba en lo cierto.
- ¡El acusado no tenía ninguna oportunidad! La evidencia era algo que a ninguno de ellos le importaba. Todo lo que alguien tenía que hacer era conseguir tener una 'sensación' de que alguien era una bruja, y BUM, un inquisidor podía agarrarla. Las confesiones eran obtenidas bajo tortura (descritas en horrible detalle, puedo agregar) e incluso si la pobre mujer hubiera confesado antes de ser torturada, hubiera sido torturada de todas formas solo por 'seguridad'. Y si alguno de los acusados lograba no confesar sin importar las cosas horribles que les hacían, de todas formas, eran quemados hasta morir porque entonces se consideraba que no estaban arrepentidos. ¡Jesús! - continúe echando humo por mis orejas.
- No creo que Él tenga algo que ver con eso, cariño. - Un gruñido.
- Puedes apostar tu culo en eso. - ¿Sabías que Kramer consideraba que las mujeres eran responsables de todo lo malo del mundo? desde la impotencia hasta el fracaso en las cosechas, y por supuesto eso sin empezar a hablar de su obsesión con su inherente maldad y su puta naturaleza insaciable. - murmuré. La religión pudo haber sido una excusa, pero el poder y la depravación eran los verdaderos culpables.
- Deseas mucho poder matarlo, ¿no es verdad? - La boca de Inuyasha se curvó.
- Oh, muchísimo. - Mis manos se movieron con la urgencia de infringirle violencia a Kramer, pero, puesto que solo sería sólido cuando quemara nuevas víctimas en Halloween, sería demasiado tarde. Tendría que encontrar una manera de acabar con él mientras continuara en forma vaporosa, y apostaría a que eso— tristemente — no involucraría desmembramiento.
- Anímate, Gatita. Tal vez el tipo que estamos visitando encuentre una forma particular y brutal de ahuyentar al cabrón para siempre. - La mirada que lanzó Inuyasha en mi dirección decía que podía adivinar mis pensamientos. O tal vez se dio cuenta de que estaba apretando las manos en un puño.
- Pareces muy relajado respecto a toda esta situación - dije con ligera exasperación, notando la indiferencia en su tono y en su vibra.
- ¿Por qué no lo estaría? Por primera vez en años, nuestra relación es sólida, nadie está tratando activamente de matarnos, y nuestros compañeros más cercanos son felices. ¡Caray, Gatita! Si estuviera más relajado, necesitaría un cigarrillo. – Inuyasha casi puso los ojos en blanco.
Estuve a punto de señalar que las cosas no eran color rosa teniendo en cuenta el estado atascado de mi tío, el potencialmente problemático Madigan, y un fantasma asesino suelto, pero luego me detuve. ¿Acaso no siempre hay algo estresante pasando por nuestras vidas? Si no aprendía a saborear lo positivo— y todo lo que Inuyasha señalaba era bastante positivo— entonces marcharía por la vida con un permanente caso de síndrome de Vaso Medio Vacío.
- Tienes razón - dije, extendiendo la mano para apretar su muslo.
- Las cosas nunca habían estado mejores. - Inuyasha cogió mi mano y la llevo hacia su boca, sus labios rozaron mis nudillos susurrando un beso. Siempre habíamos tenido desafíos, pero como todos los demás, los abordaríamos uno a la vez.
Justo ahora, Kramer era el primero en la lista, junto con todos los otros problemas que el idiota espectro representaba, también había aspectos positivos. Él podía ser capaz de aterrorizar y dañar a los humanos, pero una vez que tuviera a Kramer en la mira, estaría metiéndose con alguien de su propio tamaño. Yo no me asustaba fácilmente, y un fantasma nunca podría vencer a un yokai en una batalla. Él ni siquiera podría lazar un puño hasta Halloween, y justo antes de que eso ocurriera lo aniquilaríamos. Mi estado de ánimo mejoro aún más.
- Apuesto a que este médium va a darnos buenas noticias - agregué con voz rasposa por la lengua de Inuyasha chasqueando entre mis dedos con un toque ligero.
Elisabeth había dicho que los médiums no lograron hacer el trabajo antes, pero que solo había conseguido que unos pocos lo intentaran y el último intento había sido hace cincuenta años atrás. El mejor amigo de Inuyasha, Miroku, conocía algunos notables demonólogos que habían recomendado al médium que íbamos a ver, y si teníamos suerte, sería más eficiente que los otros. Si él no tenía éxito, aun teníamos algunos trucos bajo la manga. Eso era algo bueno también, porque octubre no estaba muy lejos. Por lo menos teníamos un as bajo la manga. Como fantasma, Elisabeth estaba limitada a viajar grandes distancias ya sea físicamente enganchada a un viaje en carro o usando una Línea Ley, lo que era la versión sobrenatural de un tren a alta velocidad.
Las líneas Ley usualmente conducen a lugares sobrenaturales peligrosos, por tanto, tendría que hacer una parada técnica en cada uno durante sus intentos por localizar a Kramer, pero si yo estaba en un radio de cien millas de él, podría usar el poder prestado en mi sangre para atraer a Kramer hacia mí. Luego, una vez que él estuviera allí, podría ordenarle no irse hasta que le hayamos hecho el exorcismo. Detestaba que uno de los efectos secundarios de beber sangre de la reina vudú (además de convertirme en un afrodisiaco para los espíritus) era la capacidad despojar a los fantasmas de su libre albedrío, pero esa habilidad vendría muy bien en esta ocasión.
No me sentía cómoda usando ese poder con los fantasmas que encontraron el camino hacia mí, pero en un estúpido como Kramer, lo ejercería con una sonrisa y una distintiva carcajada de bruja. En cuanto al cómplice, bueno, un humano sería muy fácil de despachar, ello eliminaría la diversión de contemplarlo.
- Ya llegamos - dijo Inuyasha, soltando mi mano para aparcar dentro de la línea del estacionamiento de un centro comercial.
- ¿Estás seguro de que es aquí? - Mire alrededor, buscando algún nombre temático de ultratumba en los negocios que recubrían la parte frontal del complejo en forma de L. La cosa más cercana que encontré fue 'Pastel de queso Celestial de Deena´, pero dudé que ese fuera el lugar.
- El Jardín de Helena de Troya esta por allá. - Inuyasha señalo un local.
- Pero es una floristería - dije, como si lo obvio se le hubiera escapado.
- Tal vez él fantasea comunicarse con las flores al igual que con los fantasmas. - Me respondió mientras aparcaba el carro.
No debió sorprenderme que un médium tuviera un trabajo regular de día, pero así fue. Luego di un encogimiento de hombros mental. Hace varios años, yo había ido a la universidad durante el día y cazado yokais durante la noche. Solo porque la gente estuviera conectada de alguna manera con lo paranormal, no significaba que tuviera que involucrar cada parte de su vida con ello. Cuando salí del carro, una cantidad descomunal de voces asaltaron mi mente, tan abruptamente como un interruptor encendido. Mi mano voló a la cabeza en un gesto instintivo totalmente inútil de defensa contra la inundación repentina de voces.
- Aw, mierda. Dame un segundo. - murmuré.
Inuyasha se me acercó sin preguntar que andaba mal. Había visto esta respuesta lo suficiente para saberlo. Su mirada revoloteó entre mí y el resto del estacionamiento mientras un espiral de energía peligrosa se fugaba de su aura— una advertencia para cualquiera sin pulso de que acercarse a nosotros sería mala idea. Estaba en el momento más vulnerable en aquellos primeros minutos, cuando usaba toda mi concentración para rechazar el rugido de las voces dentro de mi mente, cortesía de mi habilidad de telepatía surgiendo de repente.
- ¿Cuál es mi tiempo? - Una vez que fui capaz de aminorar las conversaciones del carrusel a un nivel similar al molestoso ruido de música de fondo, elevé los pulgares a Inuyasha.
- Setenta y dos segundos - respondió.
Inuyasha no tenía un cronómetro, pero sabía que su estimación era exacta. Solté un suspiro. Por el lado bueno, era mi mejor tiempo de recuperación hasta la fecha. La parte negativa, si hubiéramos sido objetivo de ataques durante los setenta y dos segundos, habría muerto varias veces. No por otros humanos, seguro, pero un yokai de nivel medio u oni podría vencerme mientras mi atención estaba tan peligrosamente dividida.
- Tenías razón. Las voces son fáciles de controlar cuando estoy acostumbrada a que estén ahí. Desearía que esto de apagado y encendido se detuviera ya. - Pasó sus manos por mis brazos con una caricia lenta y firme, su toqué transmitió fuerza y determinación.
- Está ocurriendo menos, y estas recuperándote más rápido. Pronto lo vas a dominar por completo, al igual como lo has hecho con cada otro desafío que has tenido. - Desearía tener la mitad de su confianza en mis habilidades, pero no había tiempo para revolcarme en mi incertidumbre.
- Hay un hombre dentro de la florería que piensa que eres demasiado caliente para ser verdad. ¿Crees que es nuestro médium? – Por ahora, seguiría el sabio lema de fingir hasta logarlo. Sonreí y cambié de tema.
- Vamos a averiguarlo. - Inuyasha curvó su boca, pero no se molestó en mirar por encima de mi hombro para ver la tienda detrás de mí, Sin duda había recogido los mismos pensamientos. Pero era demasiado educado para admitirlo.
La cantidad de olores en el interior del Jardín de Helena de Troya me dejó aspirando casi tan seguido como lo hacía antes de que me convirtiera en un yokai completo. Las frescas fragancias florales lavaban el agrio petróleo, gases de escape, y productos químicos de mi ocasional respiración, haciéndome sentir como si mis pulmones acabaran de pasar por un rápido lavado. Por el bien práctico, también me dio la oportunidad de reconocer por el olor algún peligro potencial. Los maestros no-muertos pueden cubrir sus auras, pero no pueden borrar totalmente su esencia.
Un par de inhalaciones me dijo que no había otros yokais en la tienda además de Inuyasha y yo, tampoco olí la esencia arenosa de ningún oni. Claro, estábamos aquí por la referencia de Miroku, pero pasearnos sin nuestra guardia encima era como pedirle al Destino que nos enviara una desagradable sorpresa, en mi opinión. Una vez que quedó establecido que el único peligro en la florería sería para alguien que tuviera alergias, volví mi atención al sonriente afroamericano elegantemente vestido quien continuaba examinando a Inuyasha como si fuera un orgasmo para los ojos. Para ser justo, él lo era, pero aun así levante mi territorialidad instintiva de yokai, aunque Inuyasha era fiel, por no mencionar que él no oscilaba por ese camino.
- ¿Eres Tyler? - preguntó Inuyasha al mismo tiempo que yo en alto me aclaraba la garganta. Ambas cosas sirvieron para acabar el principio de una fantasía sexual que el hombre estaba teniendo sobre Inuyasha que tomaría días en salir de mi mente.
- Ese soy yo - dijo Tyler con una sonrisa encantadora.
- Tenemos una cita - dije, luchando contra las ganas de llevarme del brazo a Inuyasha, mientras siseaba mostrando mis colmillos.
- Soy Kagome, y este en mi esposo, Inuyasha. - Diversión flotaba sobre mi subconsciente, pero la expresión de Inuyasha no cambio su fría mascara mientras estudiaba a Tyler.
- Con mi suerte no podrían ser hermano y hermana comprando algunas flores para mamá - dijo Tyler en un tono decepcionado. Luego me guiñó el ojo.
- Eso está bien cariño, reclama al Mr. Pantalones deliciosos. Haría lo mismo si estuviera en tu lugar. - Una sonrisa tiró de mis labios.
Mi mirada se arrastró por el redondo y musculoso culo de Inuyasha, que sus vaqueros negros solo destacaban. Luego miré su ajustada parte delantera que no tenía nada que ver por el corte del vaquero. Por último, me encontré con los ojos color chocolate de Tyler y le guiñé un ojo en respuesta. Se echo a reír.
- Agradable tienda - dije, para cambiar el tema.
- Todo es tan fresco y hermoso. - Tyler hizo un gesto con la mano.
- Ser un médium puede sonar glamoroso, pero los acreedores solo se dejan impresionar por una cosa. Pagos. Además… - Se estremeció dramáticamente.
- …cuando averiguan acerca de mi otro trabajo, siempre quieren probar si no estoy fingiendo, y decirle a alguien que su tía muerta Tilly odia a su nueva novia guarra, solo permite que tu poder consiga un 'clausurado´. - No pude evitar reírme de eso.
- En efecto. Ahora amigo, sabes porque hemos venido. ¿Hemos de conversar aquí o en otro lugar? – La boca de Inuyasha se torció.
- Aquí. Sólo déjame cerrar. - Tyler fue hasta la entrada, volteando el cartel de ABIERTO a ¡LO SENTIMOS TE EXTRAÑAREMOS! Antes de cerrar la puerta. A su regreso, le dio otra abierta mirada al culo de Inuyasha antes de encontrarse con mi mirada y abanicarse.
- ¡Rawr! - él susurró en sus pensamientos.
Mi arranque inicial de territorialismo había cambiado al humor. Tyler me recordaba a otro afable pervertido… mi amigo Juan. Si se trataba de mujeres, Juan era atraído por ellas. Aparte de un cambio en el género, Tyler parecía de la misma manera. Por sus pensamientos, sabía que él no tenía ningún interés serio en Inuyasha ahora que sabía que estaba casado. Simplemente no lograba detenerse a sí mismo. Los pensamientos de Tyler revoloteaban entre peguntarse qué tipo de fantasma nos estaba dando problema, meditando si éramos humanos y adivinar si Inuyasha sabía a glaseado de vainilla. Dos de tres cavilaciones no eran cachondas, al menos.
- Todo listo. Síganme. - dijo Tyler.
Nos dirigimos a la parte de atrás de la tienda. Otro latido venía desde allí, por lo que me pregunté si Tyler tenía un compañero. No estaba preocupada de que no hubiera mencionado que alguien más estaba aquí, sin embargo. Si un humano resultaba demasiado para Inuyasha y para mí, no merecíamos tener colmillos. Más plantas y cajas se apilaban a lo largo del pasillo corto y estrecho, así como bolsas y fertilizantes y otros accesorios de vegetación. Como predicado, este desorden terminó en una pequeña oficina sin ventanas y paredes que habían visto mejores días.
También estaba vacío de personas que pudieran ver, pero por el rápido latido de corazón (y algunos resoplidos) un animal estaba aquí. Inuyasha y yo nos sentamos en las dos sillas plegables frente a un escritorio que tenía una cinta adhesiva de tela envuelta al alrededor de una esquina. Tyler sacó una cómoda silla, mirando desde atrás del escritorio para sentarse cerca de nosotros.
- Lo siento por el entorno - dijo, aún con esa misma manera alegre.
- Tengo que hacerlo bonito frente a los clientes, pero eso significa escatimar aquí atrás donde solo estoy yo y Dexter. - En ese momento, un perro blanco y marrón con michelines de carne decorando sus hombros y su cara que parecía permanentemente destrozada salió de debajo del escritorio.
- AWW, ¿quién es el hijo de papi? - susurró Tyler, acariciando sus piernas. Más resoplidos siguieron, esta vez sonando más alegres, antes de que el bulto de carne y piel aterrizara en el regazo de Tyler lo suficientemente fuerte para obtener un "uff" del médium.
- El bebé necesita despedirse de las hamburguesas o un día papi se va a romper la cadera. - Añadió Tyler de la misma manera cantarina. Estaba de acuerdo. Con su delgadez y el tamaño de Dexter, el perro tenía cerca del tercio del peso de su amo. Al médium no parecía importarle, sin embargo. Nos sonrió a Inuyasha y a mí.
- ¿No es hermoso? - Con todos esos michelines, los sonidos de gruñidos húmedos, el abultamiento de su cola, y la cara destrozada (por no mencionar el pedo que el mismo perro se tiró) era hermoso de alguna manera que solo un padre podía apreciar. Pero la abierta alegría en el rostro peludo de Dexter cuando saqué mi mano para acariciarlo me hizo olvidar sus pocas cualidades estéticas.
- ¿Quién es el chico bonito? - pregunté al rascarle las orejas a Dexter y en el proceso conseguí una lamida a mi muñeca. El perro se estremeció de alegría, apenas se mantuvo en el regazo de Tyler, mientras se movía para estar más cerca.
- Ahora tienes un amigo por siempre, cariño. Entonces díganme, ¿Qué clase de encantamiento ustedes dos andan buscando? - dijo Tyler, agarrando más fuerte a Dexter, para que el perro no se cayera.
- Estamos buscando a alguien que pueda convocar y matar a un fantasma - dijo Inuyasha. Las cejas de Tyler subieron, y algo del brillo coqueto dejó su mirada.
- ¿Por qué? - preguntó sin rodeos. Saqué mi iPad, un par de toques trajo el texto del Malleus Maleficarum. Luego lo levanté para que Tyler lo pudiera ver.
- Porque el imbécil que escribió esto regresó después de su muerte. - respondí.
- Y ha encontrado una manera de seguir asesinando gente. - Tyler tomó la Tablet de mí con una mano mientras con la otra seguía sosteniendo al perro.
De alguna manera se las arregló para asegurarla contra una rodilla y desplazar hacia abajo a través de las páginas sin necesidad de mover a Dexter de su posición. Genial, una pareja de locos corrió a través de la mente de Tyler mientras leía parte del texto. ¡Ellos de hecho piensan que tienen el fantasma de un infame cazador de brujas embrujando su casa! Inuyasha se inclinó hacia adelante, su sonrisa mostrando las puntas de sus colmillos.
- No estamos locos, y este bastardo no está embrujando ni nada. - La cabeza de Tyler giró de golpe, su expresión cambio cuando vio los nuevos colmillos puntiagudos en los dientes de Inuyasha y se dio cuenta que no había dicho esta última frase en voz alta.
- Oh - dijo al fin.
- Lo siento. Mis amigos no mencionaron algunos. . . detalles acerca de ti, y tú no creerías lo loca que están algunas personas. Justo la semana pasada, había una mujer convencida de que su casa rodante estaba embrujada por Tupac1, como si él quisiera pasar la eternidad en un tráiler de doble ancho que huele a orines de gato. - Eso hizo que mis labios se fruncieran, pero Inuyasha se quedó en el tema.
- Ahora que hemos aclarado el tema de nuestra salud mental, vamos a pasar a nuestra consulta. - Tyler suavemente ahuyentó de su regazo a Dexter con una explicación de "papá tiene que trabajar", sin embargo, hubo un gemido antes que Dexter se fuera debajo de la mesa otra vez.
Una exhalación fuerte, como un suspiro, precedió el sonido del perro cayendo abajo sobre algo blando. Está en decadencia, me di cuenta con diversión, pero esto sólo levantaba mi opinión de Tyler. Bondad para con los que no tienen voz o son vulnerables, como los animales y niños, por lo general denota el buen carácter en una persona.
- ¿Cómo saben que están tratando con la sombra de Heinrich Kramer y que es capaz de matar gente? - preguntó Tyler, todos negocios ahora.
- Informante fantasma - dijo Inuyasha. Tyler asintió, como si esa respuesta no fuera inusual.
- ¿Es la única confirmación? Los fantasmas mienten a veces. - La mirada que dio Inuyasha en mi dirección me dijo que había considerado esta posibilidad.
- Todo lo que tenemos es la palabra del fantasma. - Tyler nos dio a ambos una mirada sin pestañear.
- No puedo matar a un fantasma, pero sé de algunas personas que podrían ser capaces de hacerlo. Antes de dar sus nombres y poner mi buena fe en ustedes, tengo que asegurarme de que no estoy hablando de una persona inocente. - Yo dudaba de que Elisabeth hubiera inventado todo esto, pero me han mentido de manera convincente antes.
Solo porque ella parecía agradable y Fabián se había enamorado de ella no significaba que debíamos confiar ciegamente en una virtual desconocida cuando teníamos la oportunidad de confirmar los hechos por nosotros mismos. Yo intercambié una mirada larga, sin palabras, con Inuyasha. Podríamos utilizar nuestro destello verde para sacar la información de Tyler, pero por el roce de sus emociones, Inuyasha también quería corroborar la identidad del fantasma tras el cual nos había enviado Elisabeth.
- Si tienes una manera de asegurarte de que lo que nos han dicho es cierto, hazlo - le dije. Tyler se levantó, cepillándose el pelo de Dexter de sus pantalones.
- Muy bien - dijo él en un tono alegre, una vez más.
- Es hora de hablar con los muertos. - Me quedé mirando la caja de cartón con la que Tyler volvió.
- ¿Una tabla Ouija? ¿Así es como tienes la intención de demostrar que estamos tratando con el asesino Heinrich Kramer en lugar de Gasparín el fantasma amistoso? - Si este era su método de verificación de identidad, cinco dólares a que la idea de Tyler de deshacerse de Kramer implicaría jugar "ligero como una pluma, tieso como una tabla." O convocar a Bloody Mary un espejo para enviarla a ella tras el cazador de brujas.
- Cuando se utiliza correctamente, la tabla Ouija abre las puertas hacia el otro lado - dijo Tyler, poniendo la caja en su escritorio.
- Todo lo que tenemos que hacer es llamar a la correcta. - Empezó a quitar cosas para hacer espacio, tarareando todo el tiempo. Miré a Inuyasha, sorprendida de que no hubiese ofrecido una objeción inmediata a esta táctica, pero lo único que hizo fue golpear su barbilla, pensativo.
- Miroku dijo que sus compañeros demonólogos hablaron muy bien de Tyler, así que vamos a confiar en que él sabe con qué herramientas trabajar. - O Miroku simplemente se estaba desquitando de nosotros por exponer a Sango a lo que él consideró "peligrosas circunstancias" recientemente, añadí, pero no lo dije en voz alta.
Muy bien podríamos ver hacia dónde nos llevaba esto, aunque una sesión con una tabla Ouija en una tienda de flores no era la forma en que me había imaginado convocar a un potencial malvado espíritu. Una sesión de espiritismo en un cementerio a medianoche con algunas reliquias antiguas parecía mucho más apropiada. Tyler había abierto la tabla sobre el escritorio, sus símbolos más cursis que sobrenaturales, una tablilla en forma de corazón en un lado. Luego desapareció en la parte principal de la tienda antes de volver con algunas plantas aromáticas en macetas y una caja de fósforos.
- Muy bien, listo. Inuyasha es un yokai, y supongo que tú también lo eres, pero ¿Quién es más poderoso? - declaró Tyler, dándonos una mirada apreciativa.
- Ella lo es - respondió Inuyasha.
Estaba a punto de discutir ya que Inuyasha era malditamente más fuerte y rápido que yo, y además tenía siglos más de experiencia en combates, pero con un sobresalto, me di cuenta de que tenía razón. Con el control de Midoriko Laveau sobre la tumba aun residiendo en mi cuerpo, yo era más poderosa que incluso la mayoría de los Maestros. Hasta que ese poder prestado desapareciera, de todos modos. Me aclaré la garganta, sintiendo una punzada de inquietud cuando me di cuenta por primera vez en nuestra relación, que estaba en un puesto más alto que Inuyasha en cuanto a habilidad —y él lo sabía.
- ¿Estás de acuerdo con eso? - Solté, olvidando por un momento que teníamos audiencia. Inuyasha nunca había sido del tipo inseguro, pero un cambio abrupto en la dinámica de la pareja había causado grietas en muchas relaciones antes que la nuestra. Su diversión flotó a través de mis emociones, incluso antes de que él empezara a sonreír.
- La última cosa de la que tienes que preocuparte es por sentimientos castrados en mí, Gatita, pero hablar es gratis, así que me voy a asegurar de mostrártelo más tarde. - Su voz estaba llena de tanto trasfondo, que me hizo sentirme más caliente sólo de escucharle. Entonces la expresión de Inuyasha se volvió seria, y se inclinó hacia adelante para acariciar mi mano.
- Te he visto varias veces apenas escapar de la muerte, y cada una me mató un poco por dentro. Puede que eso esté latente ahora, pero tenemos enemigos, tanto astutos como crueles. Saber que posees el poder para derrotar a la mayoría de ellos no me amenaza, cariño. Me alivia hasta mi propio núcleo. - Inuyasha también sabía que el poder no era permanente, pero como había señalado en el auto, el presente era lo que importaba. Por el momento, yo tenía esas habilidades. Por el momento, las cosas eran buenas. En eso era en lo que pensaría.
- Tan honesto y seguro de sí mismo. Te vuelves más sexy a cada minuto, cielo. - Tyler lamió sus labios.
- Ejem. Mío, ¿Recuerdas? - Alejé mi mirada de Inuyasha para darle un vistazo a Tyler.
- Sí, sí. - Tyler hizo un gesto con la mano. Pero tendré BUENOS sueños esta noche, terminó mentalmente. Puse los ojos en blanco. Inuyasha sólo soltó un bufido.
- No puedes dormir hasta que termines con nosotros aquí, Sandman, así que terminemos con esto. - Tyler deslizó su silla más cerca de la mesa, la tabla Ouija entre él y yo.
- Pon tu mano en la tabla, Kagome - me indicó.
Copié la posición de los dedos sobre el pequeño dispositivo, notando que mis uñas podrían tener algo de atención, pero una manicura había estado muy abajo en mi lista de prioridades. A pesar de que no ejercí ninguna presión, la tablita se sacudió bajo mi ligero toque, causando que Tyler levantara una ceja.
- Mucho jugo en ti, ¿eh? - señaló.
No estaba dispuesta a explicar la razón detrás de ello, así que me encogí de hombros. Tyler empezó a recitar una serie de invitaciones a los espíritus que estaban cerca. Un chisporroteo de energía llenó el aire mientras la tablita comenzó a moverse alrededor del tablero en círculos irregulares, impulsado por algo más que nuestro toque. Inuyasha se echó hacia atrás, mirándonos con los ojos entrecerrados, su mirada vacilante entre la tabla y el resto de la habitación. Un prolongado ruido de lamento me hizo saltar antes de darme cuenta de que provenía del perro debajo de la mesa. Uno pensaría que, porque vivo con un fantasma y tenía decenas más acampando alrededor de mi casa, participar en una sesión de espiritismo no me pondría nerviosa, pero así era. Tal vez porque sentía que estaba invadiendo un lugar al que no pertenecía en lugar de tener algunos amigos inusuales o visitantes.
- ¿Significa eso que Dexter tiene que hacer pipí? - Murmuré, mientras el quejido del perro se convirtió en un ladrido fuerte.
- No. - La voz de Tyler era más grave que antes.
- Los animales pueden sentir lo sobrenatural más que la mayoría de la gente. Esto significa que alguien viene. - Justo después de que las palabras salieron de su boca, sentí un cambio en el aire, como si la puerta de un congelador hubiese abierto de golpe.
Agujas de hielo corrieron por mi piel, pinchándome con un poder que no era de este mundo. Alguien no estaba viniendo —él o ella ya estaba aquí. La tabla giro en la mesa al mismo tiempo que una figura nebulosa se materializó detrás de Tyler. Él se estremeció.
- Creo que alguien está aquí ahora. ¿Quién está con nosotros? Dinos tu nombre. - susurró Tyler. Luego más fuerte.
- Beth Ann - la figura nebulosa respondió, mientras que la tabla corrió hacia la letra "B," luego "E."
- Alguien sin duda está aquí - dijo Tyler en voz baja mientras la "T," fue la siguiente letra resaltada.
- Ella está justo detrás de ti - respondió Inuyasha. Tyler se sacudió en su asiento, su cara a nivel de la sección media del fantasma. Por su atuendo de cuello alto y falda amplia y larga, no era una novata. Ese estilo había pasado de moda hace más de un siglo atrás.
- No veo a nadie todavía - reflexionó.
- ¿En serio? - Pregunté con sorpresa. El fantasma se había manifestado plenamente, incluso revelando ligeras marcas de viruela en sus mejillas, junto con su cabello rojizo.
- Les toma más tiempo a los mortales vernos, incluso a los más talentosos - dijo Beth Ann, mirando entre mí y Inuyasha.
- No es así con los de su calaña. - Su desprecio por los yokais llego claro como el cristal, también.
- Hey, lo siento si te molestamos, pero no hay necesidad de ser insolente. - La mayoría de los fantasmas que eran atraídos hacia mí, por mi poder prestado, parecía no importarles el hecho de que fuera un yokai, pero a ésta le importaba, obviamente.
- ¿Te dijo su nombre? - Preguntó Tyler en voz baja.
- Sí. Es Beth Ann y está un poco de mal humor. - Tyler se inclinó hacia adelante como si quisiera ver mejor. Puso su rostro de lleno en el vértice entre las piernas de Beth Ann. Ella saltó hacia atrás, indignada, incluso mientras yo luchaba para controlar la risa. Evidentemente, todavía no podía verla.
- ¡Asqueroso depravado! - Escupió el fantasma.
- Beth Ann, danos una señal de tu presencia - dijo Tyler en una manera dominante, ajeno a lo que acababa de suceder. El fantasma le dio una bofetada, la mano pasando directamente a través de él.
- Sentí una brisa fría en ese momento. ¿Hizo algo? - Tyler frunció el ceño.
- Dio una señal de su presencia - respondió Inuyasha, sus labios torciéndose.
- Normalmente toma más tiempo para que uno aparezca e interactúe con nosotros - dijo Tyler, sonando aturdido. Su mirada se deslizó hacia mí.
- Tú debes ser el comodín. - Si él supiera.
- Bueno, bueno ¿Ahora qué? - La respuesta de Tyler fue ahogada por la fuerte respuesta en protesta de Beth Ann.
- Si suponen que haré cualquier cosa por un grupo de rufianes repugnantes como ustedes… -
- Shh - le dije, tratando de hacer lo que Tyler estaba diciendo. Ella se calló al instante, sus ojos muy abiertos en estado de shock. Maldita sea, acababa de quitarle la capacidad de hablar. Supongo que callarla era lo mismo que darle una orden de guardar silencio.
- …que la puerta está abierta, podemos tratar de convocar a tu cazador de brujas - terminó Tyler.
- Entonces, ¿Beth Ann no tiene qué quedarse? - Le pregunté, sintiéndome culpable, mientras su boca se abría y se cerraba en una serie de intentos fallidos de hablar.
- No. La dejaré irse… -
- Puedes hablar de nuevo, y siéntete libre de volver a dónde estabas antes - le dijo con un gesto de disculpa. El fantasma se desvaneció después de gruñir con una frase que levantó mis cejas. Bueno. Ciertamente había aprendido algunas coloridas frases en su tiempo.
- Las mujeres que se veían remilgadas siempre fueron las más sucias - comentó Inuyasha, riéndose entre dientes al ver mi expresión. Teniendo en cuenta su profesión anterior, él debería saberlo. Negué con la cabeza, respondiendo, "Si," a la pregunta de Tyler de si el fantasma se había ido.
- Muy bien, tratemos el evento principal. - Tyler parecía entusiasmado.
- Mantén contacto con la tableta, Kagome. - Puse mis manos en el dispositivo una vez más, sintiendo el latido que venía de ella. Tal vez por eso tenía la forma de un corazón. El simbolismo de lo que se sentía cuando estaba propiamente activada.
- ¿Cuál es el nombre del cazador de brujas? - Preguntó Tyler.
- Heinrich Kramer. –
- Heinrich Kramer - dijo Tyler en forma dramática. Incluso inclinó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos.
- Te convocamos a nuestra presencia. Presta atención a nuestro llamado, Heinrich Kramer. Ven a nosotros ahora. Hacemos un llamado a través del velo del espíritu de Heinrich Kramer… - Dexter dejó escapar un sonido agudo que era en parte quejido, en parte ladrido.
Tyler dejó de hablar. Me tensé, sintiendo el roce de agujas invisibles a través de mi piel otra vez. La mirada de Inuyasha se estrechó en un punto por encima de mi hombro derecho. Lentamente, volví la cabeza en esa dirección. Lo único que vi fue un remolino de oscuridad antes de que la Ouija volara por la habitación y el punto en donde la pequeña tabla se enterró en la garganta de Tyler.
Me levanté y traté de agarrar a Tyler, sólo para ser lanzada hacia atrás como si me hubieran golpeado con un mazo. Aturdida, me tomó un segundo registrar que estaba inmovilizada contra la pared con el escritorio, y esa nube oscura estaba al otro lado de este. El fantasma había logrado con éxito utilizar el escritorio como un arma contra mí. Si no hubiera estado todavía inmovilizada, ni siquiera lo hubiera creído. Inuyasha lanzó la mesa a un lado antes de que yo pudiera, lanzándola tan fuerte que se partió por el medio cuando golpeó la otra pared. Dexter ladraba y saltaba alrededor, tratando de morder la nube de color carbón que estaba tomando la forma de un hombre alto. Tyler hizo un ruido de gorjeo horrible, agarrándose el cuello. Sangre se filtraba entre sus dedos.
- Inuyasha, cúralo. Yo me encargo de este imbécil. - Los ladridos de Dexter ahogaron los sonidos que Tyler hizo mientras Inuyasha se cortaba la palma con sus colmillos, luego la ponía sobre la boca de Tyler, arrancando la tabla, al mismo tiempo.
Piezas del escritorio de repente se convirtieron en proyectiles que fueron arrojados hacia nosotros tres. Inuyasha se dio la vuelta para tomar la peor parte, y escudar a Tyler, mientras que yo saltaba a cubrir al perro. Un aullido de dolor me hizo saber que al menos uno había alcanzado a Dexter antes de que llegara a él. Los gorjeos de Tyler se convirtieron en una tos desgarradora.
- Chico, cometiste un colosal error de mierda - gruñí, agarrando una parte del arruinado escritorio.
Entonces me puse de pie, aun bloqueando al perro de los objetos que el fantasma podría seguir lanzando. Se había materializado lo suficiente para ver pelo blanco alrededor de una cara escarpada, arrugada. El fantasma no había sido joven cuando murió, pero los hombros debajo de su túnica oscura no se inclinaron por la edad. Estaban encuadrados en arrogancia, y los ojos verdes clavados en los míos no tenían nada más que desprecio.
- Hure2 - murmuró el fantasma antes de meter su mano en mi cuello y apretar como si estuviera a punto de ahogarme. Sentí una sensación de alfileres y agujas más fuerte de lo normal, pero no me inmuté. Si este imbécil creía que podía asustarme con un truco de magia barata, espera a que viera mi primer abracadabra.
- ¿Heinrich Kramer? - Le pregunté casi como con ocurrencia tardía. No importaba si no era él, iba a lamentar lo que hizo, pero quería saber qué culo estaba a punto de patear.
- Dirígete a mí como Inquisidor - contestó el fantasma con fuerte acento. Por lo menos hablaba inglés, yo no sabía una palabra en alemán. Le sonreí maliciosamente.
- ¿Sabes? esa brujería que pretendías tratar de erradicar cuando estabas vivo. La tengo corriendo a través de mis venas. - Entonces corté mi muñeca con el borde irregular de una pieza del escritorio, la sangre goteando lento antes de que la herida sanara.
Si quisiera convocar a una legión de fantasmas a mi lado, derramaría lágrimas, pero la sangre, junto con mi rugido interior de ¡Vengan a buscarlo, chicos! era derramada para convocar a un tipo diferente de espectros, cortesía de mis capacidades prestadas de la más famosa reina Vudú de Nueva Orleans. Energía fría, hirviendo atravesó mi cuerpo, electrizando mis nervios y llenando la habitación con abundancia de energía sobrenatural. El fantasma podía sentirlo, también, me di cuenta. Un ceño fruncido reemplazó la burla en su cara. Dexter chilló y salió cojeando de la habitación.
En el instante siguiente, sombras se levantaron del suelo, arrojándose al fantasma con toda el hambre que la tumba contenía en ella. No era su experiencia con los hechizos o pociones que hacía a los yokais y oni temerle a Midoriko Laveau por igual. Era su capacidad para convocar los Remnants y doblegarlos a su voluntad, al igual que yo estaba haciendo ahora. Como uno, los Remnants comenzaron a rasgar a través del cuerpo del fantasma, provocando un alarido de Kramer que saboreé como si fueran caramelos.
Los Remnants se alimentaban del dolor, y sonaba como que el Inquisidor estaba sirviendo un banquete. No sabía si podían matar al fantasma, Kramer carecía de la carne que podrían llegar a hacer explotar, pero estaba dispuesta a dejar que ellos hicieran su mejor esfuerzo para averiguarlo. Sin embargo, mi ilusión duró poco. Tan abruptamente como Kramer apareció, desapareció, dejando a las diáfanas y mortales formas de los Remnants, enroscadas a través de nada más substancial que aire.
- ¡Vuelve aquí! - Grité. Nada se movía excepto las decenas de Remnants que se volvieron hacia mí con expresión vaga que parecían estar haciendo la misma pregunta.
¿Y ahora qué? Que me aspen si lo sabía. Traté con "¡Vayan por él!" Pero sólo se balancearon como cañas en un fuerte viento, mientras que sus cuerpos se quedaron anclados en la destruida habitación. Grandioso. Me estremecí, luchando contra la combinación de hambre y frío que levantar a los Remnants siempre me provocaba. Mi más letal arma secreta no podía seguir a Kramer, y me había olvidado de ordenarle que se quedara antes de soltarlos sobre él.
- Esperen - le dije a los Remnants. Quizás Kramer aparecería de nuevo para otro asalto. Lo dudaba, pero podía esperar que fuera así de estúpido.
- ¿Cómo está él? - Le pregunté a Inuyasha, pateando pedazos del escritorio en mi camino para llegar a la esquina opuesta de la habitación. Inuyasha se puso de pie y se apartó, revelando a Tyler acurrucado en una bola en el suelo. Se agarraba el cuello, pero la sangre ya no se derramaba entre sus dedos, y su respiración era irregular pero continua.
- Él va a estar bien. Solo un poco traumatizado. - respondió Inuyasha.
- Estaba muerto. Vi una luz brillante, me sentí flotando… - La voz de Tyler no era más que un graznido.
- Feh. No viste nada por el estilo. Su corazón no se detuvo ni una sola vez cuando su laringe fue aplastada, y se asfixió con su propia sangre. - interrumpió Inuyasha.
- Oh, Dios - se quejó Tyler.
- Tal vez no deberías tratar de tranquilizarlo - dije secamente, luchando contra un escalofrío por una razón diferente.
Los Remnants tiraban de mis emociones, el hambre y frio de la tumba penetraba mis defensas. Inuyasha lanzó una mirada a los Remnants, su boca se encrespó hacia abajo. Él había experimentado de primera mano lo que podían hacer cuando Midoriko los desencadenó sobre él con el fin de chantajearme para beber de su sangre. Hay que expresar que no les tenía cariño era poco decir, pero no se podían evitar lo que hacían. Ellos eran como misiles sobrenaturales atraídos por cualquier objeto que les era indicado… o cualquier blanco que estuviera más cercano.
- Lástima, no pudieron hacer el truco. - Levante el hombro en forma de disculpa.
- No es su culpa, solté la pistola. - Me miró fijamente.
- Todos subestimamos lo que podía hacer Kramer, pero no vamos a cometer el mismo error de nuevo. Al menos ahora, tenemos la confirmación de las palabras de Elisabeth. - Oh, sí. Diría por la cercana experiencia de Tyler con la muerte, los restos de la oficina, su perro herido y mí ser arrasado por una mesa, que eran una forma determinante de confirmación.
- ¿Cuánto tiempo quieres esperar hasta ver si regresa? - Suspiré, limpiando algunos fragmentos de madera de la camisa de Inuyasha.
- ¡¿Esperar aquí?! ¡Demonios no! ¡no estaremos esperándolo aquí! Nos vamos, y no voy a volver hasta que esté atendido. Mi Mamita no crio ningún imbécil. - Eso alarmó a Tyler poniéndose en pie.
- Él no está interesado en ti, Tyler, no hay ninguna razón para que regrese una vez que no vayamos… -
- ¿Ves un tablero de Ouija? No tuve la oportunidad de neutralizarlo antes de que él se desintegrará. Eso significa que el portal sigue abierto, por lo que de ninguna manera voy a trabajar aquí mientras esté el fantasma, quien obviamente está enojado porque lo convoqué y tiene un boleto directamente hacia mi puerta. Haré que mi ayudante haga las cosas por un tiempo. El fantasma no tiene ningún problema con él. - Me interrumpió, señalando pedazos de basura entre la ruina de la mesa.
- Bueno, ¿quieres que te llevemos a tú casa? - Él lucía muy nervioso como para que yo confiara en que podía manejar.
- Eso tampoco es muy seguro. He abierto portales antes. Ese fantasma podría entrar a hurtadillas… y no tengo un yokai en mi apartamento que me pueda curar si trata de matarme de nuevo. –
- Entonces, ¿dónde quieres ir? ¿A la casa de un amigo? - El hambre y el profundo frío hasta los huesos, afiló mi tono. Solo ser un yokai me detenía de castañar mis dientes. No podía esperar para cortar mi conexión con los Remnants y enviarlos de vuelta, así me sentiría normal de nuevo. Tyler me miró, luego a Inuyasha. Y sonrió.
- De ninguna manera. De. Ninguna. Manera. - dije, sin tener que leer su mente para saber lo que estaba pensando.
- Olvídalo, compañero - respondió con firmeza Inuyasha.
- Tenemos suficientes invitados no deseados como para añadir uno más. - La sonrisa de Tyler se desvaneció, y cayó al suelo como si nuestros rechazos hubieran agotado su fuerza.
- Lo siento, pero no puedes quedarte con nosotros - le dije, haciendo que mi voz fuera más amable, porque Tyler no había hecho nada para mi arrebato.
- Él va a encontrarme y matarme - dijo Tyler de nuevo.
Me moví incómodamente. Tal vez era demasiado peligro para que lo dejara por su cuenta. Además, aunque él había tratado con fantasmas mucho antes de que nos conociera, éramos la única razón que casi había puesto en una tumba en este momento. Por el rabillo de mi ojo, vi a Dexter cojear, quejándose, aunque también moviendo su cola rechoncha. Tyler lo llevó a su regazo, cuando una mueca de dolor salió del perro gritando mientras era movida la pierna herida. Eso fue todo lo que pude aguantar. Me volteé hacia Inuyasha, que ya estaba sacudiendo la cabeza con una expresión ásperamente hastiada.
- Solo será hasta que nos encarguemos de Kramer, y él dijo que conocía a gente que podrían ser capaces de aplacar al fantasma… - Comencé. La expresión triste de Tyler se desvaneció por arte de magia.
- Espera aquí mismo. Sólo me tomará un minuto para coger mis cosas y las de Dexter. - Él se levantó sin soltar al perro.
Continuara…
1 Tupac: famoso rapero estadounidense
2 Connotación alemana para puta.
