Yokai vegetariana

Una espesa nube de humo flotaba en el aire, su acidez escocía mis ojos. La celda no tenía ventanas, y la única puerta que abría en la despensa de una casa de campo estaba siempre cerrada cuando Inuyasha y yo estábamos aquí abajo. Si yo fuera humana, me habría muerto hace una hora, pero, por supuesto, el oxígeno no era un problema para mí. Tampoco lo era la oscuridad. La única luz provenía de los halos de color naranja alrededor de la salvia mientras el fuego envolvía a las plantas ennegrecidas, el humo se mantenía, pero Inuyasha y yo no teníamos ningún problema mientras montábamos trozos de piedra caliza, cuarzo y moissanite en otra trampa. Habíamos pasado la mayoría de los últimos cinco días aquí, trabajando hacia esa única meta. Menos mal que había ayudado a Chris y su equipo hacer la última trampa, así que sabíamos lo que estábamos haciendo, y si pasábamos la semana siguiente aquí, la tendríamos lista a tiempo.

Luego teníamos que preocuparnos por encontrar una manera de forzar a Kramer en ella. No importaba cuanto le diera vueltas al problema en mi mente, siempre regresaba a que nuestra mejor oportunidad que sería cuando fuera sólido. Yo no podía obligar al vapor en la trampa. Ni Inuyasha podría, incluso teniendo en cuenta que él trabajó en la ampliación de sus poderes telequinéticos, casi tanto como en esta trampa, pero eran inútiles contra una forma incorpórea. Sin embargo, esperar hasta que Kramer fue sólido significaba esperar hasta la noche de Halloween, y no habíamos encontrado en la tercera mujer aun, por lo que su vida corría peligro. Además, el Inquisidor sólo podría aparecer si utilizábamos Francine y a Lisa como cebo para dirigirlo aquí. Todas las diferentes cosas que podrían salir mal me perseguían cada vez que estimaba esa opción, sin intención. Llamaron a la puerta del sótano.

- Está de vuelta - llamó a Tyler. Inuyasha se levantó, pero yo le hice una seña con la mano antes de hacer a un lado un mechón de cabello que se había soltado de mi cola de caballo.

- Tú fuiste las dos últimas veces. Me toca a mí. - Apretó los labios, pero no hizo ningún comentario, sabiendo que daría lugar a una discusión que yo iba a ganar.

Yo no iba a dejar que soportara toda la repugnante personalidad de Kramer, y el fantasma sólo se molestaba más cuando era ignorado. Teniendo en cuenta el daño que ya había hecho a esta casa, tendríamos que comprarla para el tiempo que hubiéramos terminado. Subí las escaleras, y noté que los escalones de madera vibraban por los múltiples golpes reverberando a través de la casa. ¿Qué está usando ahora? Me pregunté. Kramer no podía entrar, no con toda la salvia que manteníamos encendida en cada habitación, pero él hacia un buen uso de todo en el perímetro cercano. El auto que conducimos hasta aquí había sido impresionantemente destruido, las ventanas y los neumáticos no duraron la primera noche, el resto fue golpeado y maltratado en los días subsecuentes. La antigua casa de granja perdió sus ventanas la primera noche, también, además de una sección del porche delantero. Nosotros clavamos madera sobre lo que solía ser cristal, lo que resultó mucho más duradero, y pasamos un par de horas viendo la televisión hasta que Kramer arrancó la antena parabólica y la tiro a través del parabrisas del auto.

Gracias a Dios no había vecinos cerca para oír el estruendo increíble, pero fue por eso por lo que habíamos elegido esta propiedad. La tierra que la rodeaba una vez había sido un campo de soya, pero era evidente que no habían sido plantadas ni recolectadas en un tiempo. Yo no sabía qué circunstancias habían llevado los antiguos propietarios a abandonar y, dejar la venta de la casa, y optar por el alquiler, pero era el lugar perfecto para Inuyasha y para mí para la construcción de la trampa, sin miradas indiscretas de Kramer al ver lo que estábamos haciendo. Todos los materiales habían sido entregados y puestos en la bodega antes de llegar aquí, así que Kramer no había sido capaz de seguirnos a este lugar hasta después de estaban a salvo fuera de la vista. No tenía ninguna duda que el fantasma sabía que Inuyasha y yo estábamos muy ocupados con algo, pero sólo podía adivinar qué.

Tyler se sentó en la despensa, mi iPad a su lado y una lata abierta de Espaguetis a la derecha de eso. Nosotros llenamos la nevera cuando llegamos aquí, pero Kramer arrancó las líneas eléctricas que conducían a la casa, y eso significaba no poder mantener las cosas frescas. Él se había cargado a sí mismo en el proceso, toda esa electricidad fluyendo a través de él dejándolo sólido durante unos diez minutos, pero golpear a su culo mientras se encontraba canalizado alta tensión sólo daría lugar a conseguir que Inuyasha o yo nos electrocutáramos también. Lástima que la trampa no estaba lista todavía. Habría valido la sobrecarga de nosotros.

Tyler había estado comiendo alimentos enlatados, desde que la comida se echó a perder, y su expresión torva decía alto y claro que no había desarrollado un gusto por ellos en el proceso. No le recordé que Inuyasha lo podía llevar volando donde Miroku, donde habría un montón de mejores alimentos para comer. Tyler estaba decidido a ayudarnos a capturar el espíritu, y cualquier mención de su salida se encontraría con la negativa de plano.

- ¿Quieres un poco? - dijo Tyler, sosteniendo un tenedor con tallarines y mezcla de carne.

- Ah, no, gracias. - Me las arreglé para no hacer una mueca por pura fuerza de voluntad.

- Yo tampoco ¿Te he dicho acerca de todos los filetes que me vas a comprar cuando todo esto termine? - dijo, tosiendo un poco antes de continuar.

- Kobe, filetes, costillas de primera, lo que sea ¿Ha habido suerte en tu investigación? - le prometí.

Mientras que Inuyasha y yo estábamos en el sótano cortando varias rocas y minerales para armar la trampa, Tyler había estado buscando en Internet para cualquier referencia auténtica de un arma contra los fantasmas. El quemaba cerca de una batería nueva al día, a falta de electricidad, pero a medida que el tiempo pasaba, estaba más ansiosa por encontrar algo que pudiera ayudarnos a llevar a Kramer en la trampa. Sí, podíamos quemar salvia, pero eso era útil si queríamos alejar a Kramer, pero no tanto si se queríamos forzarlo a una cárcel fantasma. Hasta el momento, Tyler no había llegado a nada que pudiéramos probar en Fabián y Elisabeth, pero él estaba determinado de que la información existía y sólo había que encontrarla.

- ¿Qué piensas de esto? - Preguntó Tyler, volteando el iPad para que yo pudiera ver la pantalla.

Me quedé mirando la página que aparecía, preguntándome por qué Tyler me la estaba mostrando. Tenía que ser que estaba iniciando su lista de Navidad antes de tiempo porque este tema no tenía nada que ver con lo sobrenatural. Entonces miré más de cerca, detenidamente... y empecé a sonreír.

- Me encanta. Yo quiero diez, de cada color. No, mejor que sean dos docenas. Inuyasha tiene sus números de tarjetas de crédito memorizados, obtenlos de él más tarde. Las enviaremos a donde Miroku se queda. - le dije, cuidando mi respuesta, porque sabía que Kramer estaba escuchando.

- Claro. Saluda al viejo Michael Myers para mí. - Tyler sonrió.

- ¿Eh? Oh, ya que Kramer es un asesino en serie de Halloween, lo entiendo. Claro, pero asegúrate de estar aquí y no salir. - Puso sus ojos en blanco.

- Amiga, tu podrás estar muerta, pero yo no quiero estarlo todavía. Apuesta tu culo que me voy a quedar aquí. - Otro golpe sonó cerca de la parte delantera de la casa, más fuerte que los demás.

Señal de que Kramer se estaba impacientando. Me encantaría dejarlo allí cocinándose en su propio ectoplasma, pero teníamos que mantener la casa en pie para la próxima semana, para poder terminar la trampa. Salir de aquí sin el fantasma viendo iba a ser bastante complicado. No tenía necesidad de añadir el problema de tener que mover la trampa a una nueva ubicación justo al terminar. Salí de la despensa, pasando por la cocina con sus gabinetes, desnudos y abiertos, esas puertas fueron un gran revestimiento para las ventanas y la sala de estar donde los colchones eran los únicos muebles. Cuando llegué a la entrada principal de la casa, cogí uno de los tarros de cristal llenos de salvia ardiendo y me agaché como de costumbre tan pronto como abrí la puerta.

Efectivamente, un trozo de rama de un árbol paso silbando por encima de mí, seguido inmediatamente por dos espejos laterales del coche. Se estrecharon en la sala de estar, uno aterrizó en los colchones, los otros cayeron con el resto de la cosa que Kramer le había lanzado a Inuyasha antes. Hice una nota mental para sacarlos más tarde y reaparecí en la puerta.

- Guten Tag1. Quédate donde pueda verte, o volveré dentro -, le dije, sopesando el frasco de salvia en señal de saludo.

Yo sabía que iba a cumplir ya que, por alguna razón retorcida, a Kramer le gustaba hacer a sus maldiciones y amenazas en nuestra cara. Quejas en alemán vinieron del lado del porche que tenía el peor daño. Si Kramer se mantenía arrancando tablas del porche y arrojándolas a la casa, no quedaría nada más de él en los próximos días. Pero la salvia que hacía continuamente toser a Tyler mantenía a Kramer fuera de la casa. Todo lo que podía hacer era golpear y arrancar cosas mientras nos maldecía en una mezcla de alemán e inglés, posiblemente con algo de latín en una buena medida. Remolinos oscuros aparecieron junto al porche, el familiar cabello blanco salía como una pila de heno blanqueado en lo alto del fantasma de cuerpo alto y delgado. Esperé, sin decir nada, tocando el lado del vidrio en una alerta silenciosa.

- Hexe - Kramer silbó una vez que se manifestó plenamente.

- Uh-huh. Soy una mujer, así es como me ves. Observar el movimiento feminista estas últimas décadas, debe de haber quemado tu tostada - le contesté, en reconocimiento de la palabra alemana para bruja y me preguntaba cuánto tiempo iba a mantenerse esta vez. El inquisidor no respondió con una serie de maldiciones como normalmente. Se limitó a sonreír lo suficientemente amplio como para mostrar los dientes que se mantenían mejor no viéndose. Ew no era suficiente para cubrir mi repulsión por los dientes cafés ralos.

- ¿Tostada? No, eso no es lo que quemé - respondió, con una expresión que mostraba que saboreaba cada palabra.

Si yo no hubiera sabido que Inuyasha se encontraba en la bodega trabajando en esta trampa para asesinos mientras que hablábamos, me habría dado la vuelta he ido derecho hacia el interior. Pero sólo significaría más daños a la casa que tendríamos que tomar tiempo de la trampa para repararla, además de que dejaría a Kramer saber que había llegado a mí. Mi mayor motivación para permanecer, sin embargo, era muy simple: Cada segundo que Kramer estaba aquí haciéndome enojar significaba que no estaba atormentando a la última mujer que había elegido. Elisabeth todavía no la había encontrado, y nuestros esfuerzos de investigación, tampoco. Yo no estaba sola, sin que nadie me creyera sobre el tormento que el fantasma hacía, como ella. Podría estar aquí y tratar con él porque era lo único que podía hacer por la mujer hasta que nos enteramos quién era ella y la llevaran donde Miroku y Sango.

- Tú vas a tener una fiesta de Halloween muy sola este año, con Francine y Lisa fuera del alcance. ¿qué vas a hacer cuando encontremos a la última mujer —y lo haremos, mi amigo de dientes horribles. Entonces lo único que estarás tostando serás temporalmente carnosas patas como malvaviscos. - señalé con frialdad. Eso obtuvo las maldiciones que había previsto anteriormente. Parte de ellas en inglés, algunas en alemán, pero yo estaba muy bien versada en el reconocimiento de ciertas palabras, así que tuve la esencia de estas.

- Bla, bla, bla, soy una bruja cachonda, y el fuego del infierno me espera, bla, bla. Realmente necesitas algo de material nuevo. Mi madre puede maldecirme mejor que eso. - Una tabla del porche fue navegando hasta mí, la golpeé a un lado con una mano, la otra todavía agarrando la jarra de salvia. Kramer no se atrevería a intentar uno de esos golpes de energía en mí mientras estuviera tan cerca de la casa, y esos golpes dolían mucho más que objetos al azar, si tenía suerte y la próxima que arrojara aterrizaba en mí.

- He estado pensando en lo que voy a usar este Halloween. Yo no me he disfrazado en años, pero tú me has inspirado. Creo que voy a ir como Elphaba de Wicked. Ella era una bruja mal comprendida con una multitud detrás de ella, pero ella les engañó y ganó al final. Reconfortante, ¿verdad? - le dije, como si una tabla siendo lanzada hacia mí no valía la pena interrumpir el hilo de mis pensamientos.

Más maldiciones, esta vez insultando no sólo a mí, sino al vientre que me trajo y al señor oscuro que me engendró. En esa parte, al menos, Kramer estuvo en lo correcto. Mi padre era una imbécil clase A. Él y Kramer tenían eso en común. Tendrían todo en común en breve si me salía con la mía. Mi papá estaba sirviendo actualmente una sentencia de por vida que consistía en castigos verdaderamente crueles e inusuales, por lo que había oído.

- Simplemente amo nuestras charlas. Yo no estoy muy segura de lo que obtienes de ellas, pero son buenas para mí. Porqué, anoche tomé algunos trozos de cortina y algunas de piezas de tablas e hice una pequeña muñeca de Kramer. Entonces arranqué los brazos y las piernas antes de clavarle un clavo en el culo. Quiero decir, si tu no hubieras venido ayer, no se me habría ocurrido hacer eso - proseguí, evitando las tres nuevas placas que se precipitaron hacia mí.

- ¡Vas a morir en llamas! - Rugió Kramer, acercándose tan cerca de mí que el humo de mi frasco de salvia le rozó antes de que él mismo se jalara hacia atrás.

No me moví, no quería darle la satisfacción a Kramer de incluso retroceder. Su mirada se clavó en la mía con una crueldad demasiado profunda para ser locura, y cuando desnudó los dientes hacia mí, no pude dejar de pensar que cuando estaba vivo, su aliento apestaba lo suficiente para que el olor llegara a una docena de pies de distancia.

- Yo no lo creo. Soy un yokai, así que es posible para mí la muerte por el fuego, si es lo suficientemente grande, y no puedo huir, pero supongo que me voy a morir un día a manos de un maestro yokai que es más fuerte, más rápido, y solo por simple suerte con un cuchillo de plata. Tú, por otra parte, nunca vas a morir, ¿verdad? Tú te quedas atascado en esta nube de aire que llamas cuerpo, viendo el mundo pasar mientras que tú no puedes hacer otra cosa que tener rabia, y la mayoría de las veces, nadie puede oírte. ¿Yo? Prefiero estar muerta antes que eso. - Mi voz fue firme, y no pestañeé mientras lo miraba.

Kramer no se movió, pero sentí su furia en la frialdad que rodó por mi piel, como si el aire hubiera bajado diez grados en los últimos segundos. Entonces, una onda fluyó a través de su cuerpo como una piedra que salta a través de un estanque, haciéndolo nebuloso por un pequeño momento antes de que estallara en colores vivos completamente. Su túnica no era marrón, era gris con salpicaduras de barro por todas partes, y sus ojos más verdes que el color pálido que había mirado antes. Había marcas de viruela en su piel que la vaguedad y su hirsuta barba blanca habían ocultado, y seguía teniendo su cabello plateado con rayas débiles de rubio. Sin estirar mi mano, sabía que él era ahora tan sólido como yo. Elisabeth se había mirado mucho más intensa cuando ella había sido sólida, al igual que su asesino.

- ¿Es ese barro es por la vieja y equivocada idea de que la carne putrefacta equipara a la santidad, o es del aterrizaje en un gran charco cuando Elisabeth incitó a tu caballo a tirarte y romperte el cuello? Me pregunto cuánto tiempo puedes mantenerte en esa carne antes de que desaparezcas. ¿Dos minutos, quizá tres? - pregunte en voz baja.

Mientras hacia la pregunta, en silencio le retaba hacer un movimiento. Por favor, oh por favor, tratar de golpearme. ¡Quiero mostrarte tanto lo que puedo hacer contra un oponente que no está hecho de aire! Kramer sonrió. Los dientes eran más intensos, también, y eso no era una buena cosa.

- Lo que debes preguntarte es cuántas brujas más tengo que quemar antes de que yo sea lo suficientemente potente para llevar la carne todos los días en lugar de sólo uno. Yo creo que no muchas. - señaló al final, cada palabra caía como una gota de veneno.

- ¿Crees que quemando a las mujeres vivas volverás de nuevo en un chico de verdad? - Dios, ¡era un bastardo enfermo!

- El miedo me fortalece, así como la sangre alimenta su miserable clase. Tomé la fuerza de los mortales hasta que fui capaz de aparecer ante quien escogiera. Hicieron falta siglos antes de que pudiera llevar de nuevo la carne, y duró sólo unos minutos. Sin embargo, después de que quemé mi primer trío de brujas en Samhain, estuve completo por una hora. Ahora, cada bruja que envío a las llamas me da una fiesta de terror que me fortalece como nada de lo que podría imaginar. Con el tiempo, no me limitaré a caminar en la tierra sólo en Samhain, sino que residiré en la carne cada vez que elija. - Esa sonrisa nauseabunda se amplió.

A pesar de que sabía que Inuyasha me regañaría por dejar la seguridad llena de humo de la casa detrás de mí, no pude resistirme a lanzarme hacia adelante y batir el puño en la mandíbula de Kramer tan fuerte y rápido como pude. Conectó con un crujido que era tan satisfactorio, que tiré otro antes de que pudiera pensarlo, rompiendo el frasco de salvia en su rostro, porque todavía lo tenía agarrado en la otra mano. Kramer desapareció antes de que los fragmentos de vidrio cayeran al porche. Dolor pasó en mis entrañas, sin embargo, haciéndome saber que él no se había ido muy lejos. Retrocedí, golpeando el marco de la puerta en mi prisa, agarrando otro puñado de salvia humeando antes de que Kramer pudiera ir por otro golpe. O antes de que le pórtico se incendiara, lo que sería aún peor.

- Cuando termines de jugar con el bastardo, ¿te importaría moverte de la puerta? ¿O vas a hacer que te atropelle? - una voz inglesa arrastró las palabras.

Estaba tan concentrada en Kramer, a la espera de una visión de los remolinos oscuros o, mejor aún, una nueva oportunidad de conectar un golpe a su temporalmente carne sólida, que dejé que mis otros sentidos se volvieran laxos. Koga paseaba por los restos del campo de frijol, con una mano agarrando apretadamente la parte superior del brazo de mi madre y la otra sosteniendo un fajo grande de ardiente salvia. Debían haber volado. Bien, porque si hubiera manejado, Kramer tendría otro auto que destrozar antes de la noche hubiera terminado.

- Kramer está aquí - les advertí, mirando alrededor pero no vi a donde se había ido el fantasma.

- Es por eso por lo que he dicho que te tienes que mover. - Koga resopló. Luego tomó a mi madre, volando hacia la puerta como si hubieran sido despedidos de un arma de fuego. Me moví del camino justo a tiempo para evitar que me dieran.

- Quita tus manos de mí, cosa inmunda - mi madre rompió una vez que estaba vertical en vez de horizontal.

- Ahora que estamos aquí, lo haré - dijo Koga, dejándola ir.

Ella dio varios pasos atrás, pero Koga solo se quitó algunas pelusas de su ropa como si no pudiera importarle menos. Luego miró a su alrededor a lo que solía ser la sala de estar, pero ahora parecía más un depósito de chatarra por los colchones, tablas, partes de árboles, y piezas de automóviles al azar arrojados como basura al suelo.

- Yo digo, Parca Negra, este lugar se ve casi tan terrible como en el que yo crecí. ¿Es todo esto por el fantasma molesto? -

- El mismo. Vamos a entrar en el sótano, los tres podemos tener un poco más de... privacidad. - dije secamente. Kramer puso en marcha un lote nuevo de maldiciones por esta interrupción, revelando que aún estaba en el porche, pero Koga y mi madre no estaban aquí porque nos había extrañado, así que algo debía estar pasando.

- He tenido madres e hijas, al mismo tiempo antes, pero tú eres la esposa de la bestia de Inuyasha, por lo que debo declinar con pesar. - La sonrisa de Koga me alivió al ver dientes blancos y parejos de nuevo, pero yo me debería haber dado cuenta de que estaba impregnada de maldad.

- ¡Eres un cerdo! - Exclamó mi madre, ahorrándome la molestia de decirlo. Otra serie de inglés y alemán llegó desde el porche. Parecía que Kramer pensaba que Koga era un cerdo, también. En esta única cosa, nos encontrábamos de acuerdo.

- Adiosito, cabrón. Sígueme. Una vez que estemos abajo, tú puedes decirnos a Inuyasha y a mí la verdadera razón de que estés aquí, aparte de divertirte con los comentarios de mala calidad. - le dije al fantasma. Entonces cerré la puerta de la entrada, Kramer todavía quejándose al otro lado de esta, y levanté una mano a Koga.

- Oh, te lo voy a decir ahora mismo. Tu mamaíta querida trató de comerse una de las mujeres que estás intentando salvar. - respondió sin problemas.

El sótano parecía mucho más pequeño con nosotros cuatro dentro de él. Tyler se sentó en la cima de las escaleras, la puerta entreabierta le permitía conseguir suficiente aire libre para respirar, pero no la abrió completamente porque no queríamos que cierto fantasma entrometido escuchara nuestra conversación. No necesite preguntarle a mi madre si Koga estaba en lo correcto. La instantánea culpa que brilló a través de su rostro cuando él hizo sus increíbles declaraciones fue respuesta suficiente para mí. Lo que yo esperé para preguntar hasta que estuvimos bajo tierra era algo simple.

- ¿Qué demonios pasos, Mamá? -

- Fue un accidente… No pasará de nuevo. - murmuró, mirando a la pared lisa de madera en vez de a mí.

- Si pasará, y si muerdes a Sango la próxima vez, Miroku te mataría sin importar de quién eres madre - declaró Koga.

Me froté la frente ante la imagen mental que Koga describía. Si mi madre muerde a Sango y prueba su demoniacamente alterada y adictiva sangre, Miroku la mataría. Lo haría, aunque ello causara una enorme grieta entre él y Inuyasha a causa mía, eso sin mencionar como se horrorizaría Sango. Pero las extensiones de lo que un yokai haría a fin de proteger a su esposa superaba todos los demás vínculos.

- Hiciste lo correcto trayéndola aquí - le dijo Inuyasha a Koga, y tuve que estar de acuerdo. Creí que mantenerla con Miroku y Sango sería más seguro, pero no lo era si ella aun peleaba con su hambre lo suficiente como para intentar alimentarse de personas que están fuera del menú.

- ¿Qué fue lo que ocasionó esto, mamá? ¿Lo sabes, así podremos prevenir que pase otra vez? -

- Ah, y aquí está la parte más rica - dijo Koga, dándole un codazo a mi madre.

- Ya lo tengo bajo control. - Ella golpeó el suyo, sin hacer aun contacto visual con nadie en el cuarto.

- Ningún yokai puede dejar de alimentarse y estar bajo control por largo tiempo, mi hermosa y pequeña imbécil. - Koga rio en voz alta ante eso.

- ¿No has estado alimentándote? Pero todo este tiempo estuviste saliendo, diciendo que ibas a… - Estaba tan aturdida ante su declaración que no reaccioné ante el insulto.

- Mentiras, mentiras, mentiras. Soy la última persona para juzgar eso, pero ella de hecho pensó que podía mantenerse por medio de succión de sangre en paquetes de carne cruda… y mientras ello es gracioso en docenas de formas diferentes, no es práctico en lo más mínimo. - dijo Koga con alegría.

Inuyasha contenía sus emociones, una señal de que lo que sea que estuviera sintiendo hacia ella en este momento, era algo que no quería compartir conmigo. Si era algo así como mis emociones, él quería sacudirla mientras le gritaba, ¿Eres una loca de mierda? ¿Con todo lo que está pasando, tenías que decidir que ibas a ser el único yokai vegetariano del mundo? ¿Alguna vez se te ocurrió que pasaría si tu brillante plan no FUNCIONABA? No dije nada, en parte porque estaba claro que Koga ya le había dado sus opiniones inéditas respecto a su nefasto plan, y también porque parecía como si estuviera a punto de llorar. Podía contar con una mano las veces que había visto mi madre llorar, y era algo que no quería ver otra vez, por no hablar de la causa.

- Está bien. ¿Cuánto tiempo has estado tratado de vivir con la sangre de carne empaquetada? - dije, tomando un gran trago de aire para reprimir la parte de mí que aun quería aproximarse con la parte de sacudir y gritar.

- Desde que dejé el equipo. Tate solía darme bolsas de plasma, pero una vez que me fui, supe que no volvería a pasar, así que traté de encontrar una alternativa. - murmuró.

Mis ojos se salieron de sus orbitas mientras calculaba el tiempo. Inuyasha aún no decía nada, su rostro estaba cuidadosamente inexpresivo y su aura cerrada como una bóveda. Tyler no estaba ni de cerca para esconder su reacción. Perra, eres MUY afortunada por no haber tratado de comerte a mi perro, cruzo a través de mi mente.

- Bien. Eso no funcionó, así que, uh, ¿A quién trataste de comer? - Mi voz era casi un chillido por la incredulidad. No dijo nada, mordiendo su labio inferior entre sus dientes el cual se veía inofensivamente plano en ese momento.

- Francine se asustó por un sonido y se cortó después de apretar un vaso de salvia muy fuertemente. Tu mamá se abalanzó sobre ella y empezó a succionar. Hubiera sido excitante si no fuera por todos los gritos. - Koga complementó.

- Calladito te vez más bonito Koga - dijo Inuyasha en forma de advertencia.

- Tienes razón. De cualquier forma, fue excitante. - Él sonrió. Lo golpeé en el pecho sin siquiera pensar en ello.

- No era mi intención. Simplemente no pude detenerme. - El labio inferior de mi madre se estremeció.

- Por supuesto que no pudiste. Eres un yokai. - La exasperante declaración no provino de mí, aunque había estado pensándolo, o de los otros dos yokais que estaban en el cuarto. Provino de Tyler, quien bajó las escaleras a pesar de que el aumento del humo lo hizo toser.

- Ya saben: ¿Colmillos, ojos deslumbrantes y súper velocidad? ¿Todo eso ya captó tu atención? ¿Entonces, porque pensaste que podías optar por omitir la parte de 'beber sangre humana'? - Ante su burla, agregó.

- Me rehúso a rasgar la carne de alguien, sosteniéndolos y robándoles su sangre… - algo oscuro cruzó por su expresión antes de que sus gestos se retorcieran de dolor.

- No volveré a hacerlo. Nunca. - Su tono fue más duro en la última palabra, y supe que estaba recordando sus primeros días como yokai cuando el pinchazo que le engendro la tiró con humanos. Eso tomó lo último de mi ira, aunque un cubo de frustración aún se mantenía.

- No hay necesidad de dañar a nadie cuando te alimentas, Sonomi. Pero como has descubierto, no puedes desear alejar tu necesidad de sangre, y la sangre de animal no será suficiente por mucho tiempo. - dijo Inuyasha.

- Tal vez simplemente necesito más. No había mucho en los paquetes de carne - insistió ella. Una imagen mental de mi madre andando furtivamente en la noche para chupar ganado o cabras cruzó mi mente. ¿Qué tal si esa es la fuente real de la leyenda del Chupacabras, y más bien fueran yokais en negación como ella? Nada me sorprendería ahora.

- Puedes dejar un matadero seco, y aun así codiciaras al primer humano que te encuentres. Sería más fácil para nuestra especie si no necesitáramos sangre humana, pero la necesitamos, y tú no eres la excepción. - respondió Koga sin piedad.

- Incluso si no los hiriera, me rehúso a forzar a alguien a darme su sangre arrancando su fuerza de voluntad. Así que a menos que empiece a robar bancos de sangre, no veo otra solución. - dijo mi madre.

- Bebe de mí. - Mi cabeza osciló en dirección a Tyler con casi la misma cantidad de incredulidad que mi madre mostró.

- Ninguna de tus preocupaciones se aplican a mí ya que me estoy ofreciendo, así que ella no arrancará mi fuerza de voluntad, y absolutamente seguro ella no me sostendrá y no me rasgará nada. - Tyler encogió los hombros.

- ¿Estás seguro? - No me gustaría que se sitiera presionado por ser la única persona aquí con pulso. Podíamos hacer otros arreglos. Muchos yokais tienen donantes voluntarios. Un par de llamadas, y podríamos tener un donador aquí, aunque esa persona tendría que irse inmediatamente debido a la tendencia de Kramer y su integro Mata primero y luego di hola.

- Preferiría que ella bebiera un poco de mi ahora con alguien aquí para controlarla que sentarme por ahí esperando que pierda el control otra vez. - Luego la mirada de Tyler se volvió intencionada mientras miraba a mi madre.

- Y lo perderás otra vez. Ya estás mirándome como a un gran y jugoso filete. Tampoco pueden echarte. Kagome simplemente se preocuparía enfermizamente por ti y por cualquier otro idiota lo suficientemente cerca de ti para que lo muerdas. - Luego se dio la vuelta hacia Inuyasha. Plegando sus brazos. Esta oferta no es gratis, pero ya hablaremos del precio cuando mamá no esté aquí, ¿lo sabes? No soy barato, pensó hacia él de una forma clara y concisa.

No tenía reparos en pagarle. Ese parecía un trato muchísimo mejor que la oferta de Tyler de culpa u obligación. La más ligera sonrisa tocó la boca de Inuyasha. Asintió una vez, y Tyler se subió la manga, sosteniendo su brazo desnudo.

- No dije que haría esto - discutió mi madre, pero su mirada estaba soldada en las venas palpitantes bajo su piel color café.

- Nunca he escuchado una protesta menos convincente. - Koga resopló.

- Lo harás, y lo harás ya. Tyler tiene razón. Eres un peligro para él y cualquier otro humano hasta que controles tu hambre, y sé que no quieres herir a cualquier persona por accidente. - Le dije severamente. No dije nuevamente, pero la palabra no dicha colgaba en el aire. Mi madre arrancó su mirada lejos de la carne de Tyler para mirarme primero a mí, luego a Inuyasha. Ella se retorció.

- No puedo hacerlo con ustedes dos mirándome - declaró finalmente.

- ¿Qué? - farfullé. Ella movió una mano impaciente.

- Es muy extraño. Eres mi hija, y él… - miro a Inuyasha, quien le mostró una imprudente sonrisa.

- …él es demasiado arrogante - finalizó.

- Nadie es más arrogante que Koga - dije para mis adentros.

- Gracias, Parca Negra. - El guiñó un ojo hacia mí.

- Vamos, Gatita, déjalo así. Koga, te hago cargo de su seguridad. Volveremos más tarde. - Inuyasha descansó su mano sobre mi espalda. Miré a Tyler, pero en lugar de cualquier preocupación por irme con Inuyasha, sus pensamientos estaban ocupados contemplando cosas sobre Koga que yo no necesitaba oír.

- ¿Estas bien solo con ellos? - le pregunté de todos modos.

- Bien. Soho - dijo él, chasqueando sus dedos para hacer énfasis.

- Bien, nos veremos pronto. - Inuyasha me impulsó a subir las escaleras, su estado de ánimo parecía aclararse con cada paso.

- Estoy seguro de que no será tan pronto - gritó Koga.

- Tienes razón, amigo. - No estaba cien por ciento segura, pero creí atrapar a Inuyasha murmurando.

Continuara…

1 Buenos días en alemán.